Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos esta noche del guardián de los vientos en los mitos griegos.
0:00:06 Es una charla un poco áspera, porque hay una genealogía un poco intrincada que puede resultar molesta.
0:00:16 En fin, empecemos con el Heno, que era el hijo de Deucalión.
0:00:22 Se acuerda, Deucalión era el primer hombre después del diluvio.
0:00:25 Una vez ocurrió el diluvio griego, que era un diluvio pequeño, no tan terrible como el diluvio bíblico.
0:00:33 Pero una vez terminado ese diluvio o aquella destrucción de género humano, el que quedó fue Deucalión, el primer hombre.
0:00:40 Se casó con... El Heno era hijo de Deucalión, se casó con una señora llamada Orseis y se estableció en Tesalia.
0:00:49 Tuvo sus hijos, uno se llamaba Eolo, el otro Doro, el otro Juto.
0:00:59 ¿Qué va a ser? Lo lamento.
0:01:01 ¿Qué tocó ese flaco?
0:01:03 Bueno, algunos se desparramaron, se desparramaron.
0:01:10 De estos hijos salieron las cuatro naciones griegas, los Jóneos, de Ión, los Eolios de Eolo, que era el mayor de los hijos,
0:01:22 los Aqueos, de Aqueo, que también era hijo de este muchacho el Heno, y los Dorios, que eran hijos de Doros.
0:01:29 Aprovechamos para saludar a Jorge Dorio.
0:01:32 Todos descendían de El Heno.
0:01:36 Era una manera genealogica de explicar las distintas naciones que integraban la ELA de la manera genealogica falsa y no muy ingeniosa, pero bueno, ahí estaba.
0:01:50 Digo, Eolo se dujo a la hija de Quirón el Centauro. ¿Se acuerda de Quirón el Centauro?
0:01:59 Bueno, tenía este muchacho, que era un medio caballo, tenía una hija que se llamaba Tía.
0:02:08 Qué curioso que una hija sea Tía.
0:02:11 Era compañera de caza de la diosa Artemis, esta chica tía.
0:02:16 Ahora bien, Eolo se enamoró de esta chica, de la hija de Quirón, y la sedujo, la sedujo de arriba abajo.
0:02:26 Tía le tenía miedo al padre, al Centauro, imagínense.
0:02:30 Y dijo, ¿qué va a decir mi viejo si se llega a enterar?
0:02:33 Pero bueno, la sedujo bien seducida, quedó embarazada y tenía, como se ha dicho, mucho miedo del Papa Quirón.
0:02:41 Y tampoco se atrevía a confesarle su estado a Artemis, su compañera de caza, porque Artemis, teniendo hábitos virginales, detestaba todo aquello que tuviera que ver con el amor.
0:02:54 Sin embargo, ahí apareció el Dios Posidón, el Dios del mar, que por hacerle un favor a Eolo, que era amigo de él,
0:03:01 le transformó a la chica para evitar las iras del padre, la transformó.
0:03:06 Mira, si vos le tenés miedo a tu papá, por lo que pueda decir, yo te transformo y chao.
0:03:11 Y la transformó en una yegua.
0:03:16 Ya venía a medio transformada.
0:03:18 ¿Qué es esto, amistoso?
0:03:24 Mira, dejé embarazada a una chica y esta chica le tiene miedo al padre.
0:03:28 No va a ser importante, yo te la convierto en yegua.
0:03:33 Y el padre no se va a dar cuenta.
0:03:35 Porque es medio caballo.
0:03:37 Bueno, llegó el momento de dar a luz, esta chica que ya era una yegua,
0:03:44 tal como podemos imaginar, dio a luz una potranca.
0:03:53 En el momento del parto, Posidón puso la imagen de la madre, tía,
0:03:59 que ahora era una yegua, entre las estrellas.
0:04:02 Y quedó así constituida la constelación que hoy se llama del caballo,
0:04:08 y que equivocadamente se llamaba así porque debería llamarse la constelación de la yegua.
0:04:13 Esta es una frase interesante.
0:04:15 La constelación de la yegua sirve incluso para quejarse uno de su destino
0:04:22 cuando se golpea con un martillo o las cosas van mal.
0:04:28 Pero la constelación de la yegua.
0:04:35 Bueno, la hija de la yegua,
0:04:39 si la potranca dice usted,
0:04:41 llamada Melanipa, finalmente empezó a tener forma de niña.
0:04:48 Y llegada a la edad adolescente ya era una señorita
0:04:55 que no era sino yegua en el sentido metafórico.
0:05:01 Entonces como vieron que cambiaban de aspecto,
0:05:03 le cambiaron el nombre y le pusieron arne.
0:05:07 Pero yo voy a discrepar acá.
0:05:10 Melanipa es un nombre que en griego quiere decir que algo negro hay por ahí.
0:05:18 Melan es negro.
0:05:20 Entonces ahí tiene usted a Melampo, que era el de los pies negros.
0:05:25 Y tiene usted a Melancolía, que es la vilis negra.
0:05:29 Así que algo negro tendría Melanipa.
0:05:33 No quiero ni pensar lo que se da.
0:05:37 China vos sos negra de alma.
0:05:39 Negra como mi caballo.
0:05:41 Pero entonces le cambiaron el nombre, le pusieron arne y listo.
0:05:46 Pasaron los años, llegó a arne a la mayoría de edad
0:05:49 y posidón la Segur, la Segujo, el amigo de la casa.
0:05:53 El mismo que le había convertido a la madre en yegua.
0:05:55 Ya le gustaba de chiquita,
0:05:57 esperó a que cumplía los 18 de abril y la Segujo bien seducida.
0:06:01 La chica quedó embarazada también
0:06:06 y un tío que la cuidaba llamado Desmontes.
0:06:10 ¡Qué buenísimo!
0:06:13 ¡Qué familia!
0:06:15 ¡Familia de la caballo!
0:06:21 Al ver que había encontrariado su nombre,
0:06:26 la cegó, la encerró en una tumba vacía, la pobre arne,
0:06:31 y le daba a comer solamente agua y pan,
0:06:34 tanto como para que no se muriera de hambre.
0:06:36 Allí en esa misma tumba dio a luz esta chica arne.
0:06:40 Fíjese que historia, no son todas seducidas y abandonadas.
0:06:43 En la tumba dio a luz dos mellizos
0:06:46 y este tío Desmontes, que era malísimo,
0:06:49 ordenó a sus sirvientes que abandonaran a los chicos en el monte,
0:06:52 en el monte Pelión, para que los devoraran las fieras.
0:06:56 Pero como sucede siempre que abandonan chicos del monte,
0:07:00 apareció un pastor, un pastor de Icaria,
0:07:03 que encontró a los mellizos, lo salvó,
0:07:05 se lo llevó con él y lo cuido.
0:07:07 Uno de ellos se parecía mucho a su abuelo, Eolo,
0:07:10 y entonces le dieron por nombre ese, Eolo.
0:07:13 Aquí empieza la historia, de verdad.
0:07:15 Y el otro hermano se llamaba Beoto,
0:07:22 que está con un traje de rayas en Beoto.
0:07:29 Así que tenemos a estos dos hermanos, Eolo y Beoto,
0:07:34 mientras este hombre de Icaria,
0:07:38 vivieron, vivieron estos hijos,
0:07:43 se pelearon, se reconciliaron.
0:07:48 Pero un día, Eolo, que era el más dietro,
0:07:51 recibió la visita de Zeus, el Príncipe de los Dios.
0:07:56 Y dijo, mirá, Eolo, yo tengo un problema.
0:08:00 Tengo los vientos sueltos.
0:08:05 Tengo los vientos sueltos.
0:08:08 Y dice, por ahora, por ahora,
0:08:10 y yo los guardé todos en un odre, en una especie de baleja,
0:08:14 pero no los puedo tener todos sueltos los vientos
0:08:17 porque es todo un ventarrón, un tornado permanente,
0:08:23 el universo, y me se vuelan todas las cosas.
0:08:25 Y tampoco los puedo tener todos guardados
0:08:28 porque no hay nave que vaya ninguna parte.
0:08:31 El viento se necesita para algunas cosas.
0:08:33 Imagínate vos, todo esto decía el Príncipe de los limpos.
0:08:36 Así que no sé qué hacer con los vientos.
0:08:38 Entonces le dio una tarea.
0:08:42 Y si yo te voy a encargar, te voy a dar el odre
0:08:45 donde están presos los vientos.
0:08:48 Y vos tenés que dejarlos salir uno por uno,
0:08:51 accediendo a gentiles pedidos,
0:08:54 o si hay alguna necesidad,
0:08:58 confío en tu criterio,
0:09:00 vos dejas salir de a uno los vientos.
0:09:02 Por ejemplo, viento norte.
0:09:04 Soltalo de a uno, dice.
0:09:07 Viento del oeste.
0:09:10 Viento del oeste.
0:09:12 El azul viene bravo.
0:09:14 Usas el viento de a uno y termina de usar el viento norte.
0:09:16 Muy bien, lo guardás.
0:09:18 Viento sur.
0:09:20 Viento sur.
0:09:22 Bueno, dice, ¿cómo no?
0:09:24 Si necesitas, por ejemplo, un bendaval,
0:09:26 entonces tenés que clavar una lanza
0:09:30 en una cantilada donde yo te voy a llevar,
0:09:33 donde ahí están los bendavales.
0:09:35 Y vos clavás una lanza en una cantilada
0:09:37 y los bendavales salen por el agujero.
0:09:40 Qué cosa, yo creo que los vientos
0:09:42 obedecían a una...
0:09:44 eran consecuencia de la diferencia
0:09:46 de presión atmosférica.
0:09:48 Entonces, pero no, parece que es así.
0:09:52 Muy bien, con eólogo a cargo
0:09:55 ya de todo este asunto los vientos
0:09:57 se encontró odiseo.
0:10:00 A todo esto, a Eólogo metió en una isla
0:10:03 que era una isla flotante.
0:10:06 Era una isla que...
0:10:07 la famosa isla de Líparis que flotaba.
0:10:09 No estaba anclaro en lugar.
0:10:11 O sea que vos no sabías dónde quedaba.
0:10:14 Hay en la historia, hay en los mitos
0:10:17 muchas islas flotantes
0:10:19 que tienen la dificultad
0:10:22 de no ser en contra con facilidad.
0:10:25 Imaginemos, por ejemplo,
0:10:28 que Mar del Plata, en vez de ser
0:10:30 una ciudad fija, fuera una ciudad
0:10:33 semoviante.
0:10:35 Que se moviera.
0:10:37 Entonces, por ahí, si movimos
0:10:39 desde vacaciones a Mar del Plata,
0:10:41 arrancamos para el sur y Mar del Plata
0:10:43 no está más. Dice, no, mire, yo...
0:10:45 La vimos pasar. La vimos pasar,
0:10:47 la vi hasta rato, está.
0:10:49 En dirección al oeste.
0:10:51 Y yo no, pero ahora el auto empiezo.
0:10:53 Yo digo, ché, mira, Mar del Plata, no,
0:10:55 por eso no me voy para allá.
0:10:57 ¿Mar del Plata a las personas?
0:10:59 Sin saber si falta mucho
0:11:01 o si falta poco.
0:11:03 Como decíamos ayer
0:11:05 de esa propuesta que habíamos hecho
0:11:07 de no poner en los carteles
0:11:09 de la ruta cuánto falta.
0:11:11 Mar del Plata, a que sé yo.
0:11:13 Risas.
0:11:17 El caso es que en Líparis
0:11:19 estaba de oro, con el odre,
0:11:21 con todos los vientos, saltando los de aburre,
0:11:23 con aquellos acantilados,
0:11:25 y el que había vendado a Alés
0:11:27 y los sacaba haciendo un agujero
0:11:29 al acantilado con su lance.
0:11:31 A este olo, ya a cargo
0:11:33 de los vientos,
0:11:35 se lo encontró Odiseo Ulises.
0:11:37 ¿Cuándo? A la salida
0:11:39 de su aventura con el ciclo pepolifemo.
0:11:41 Recuerdan ustedes
0:11:43 que el ciclo pepolifemo
0:11:45 encerró a Ulises en una cueva,
0:11:47 junto con sus amigos, y el escapó.
0:11:49 Bueno, llegaron después a la isla
0:11:51 de los vientos y olo,
0:11:53 y este muchacho lo agasajó a Ulises,
0:11:55 nazadito,
0:11:57 y estuvieron en un mesa ahí,
0:11:59 de los muchachos, ¿no?
0:12:01 Ulises con todos los marineros.
0:12:03 Y el último día le entregó
0:12:05 un odre,
0:12:07 no el pequeño,
0:12:09 como una muestra gratis,
0:12:11 que contenía a todos los vientos.
0:12:13 Y le explicó que mientras el cuello del odre
0:12:15 estuviera bien atado con un hilo de plata,
0:12:17 todo marcharía bien.
0:12:19 Dijo que había dejado suelto
0:12:21 al viento del oeste,
0:12:23 que era justamente el que necesitaba odiseo
0:12:25 para que su flota llegara hasta Itaca,
0:12:27 la isla donde él vivía.
0:12:29 Incluso le dijo que llegado el caso
0:12:31 de necesitar algún ventichelo,
0:12:33 podría soltarlo sin pero de a uno,
0:12:35 y le explicó más o menos cómo.
0:12:37 Ya estaban llegando Itaca
0:12:39 con el viento del oeste.
0:12:41 Habán llegado,
0:12:43 vieron las chimeneas
0:12:45 de los palacios de odiseo,
0:12:47 cuando odiseo de Ulises, ¿no?
0:12:49 Fatigado por el viaje,
0:12:51 se acostó a polillar un rato.
0:12:55 Nunca lo hiciera.
0:12:57 Nunca lo hiciera.
0:12:59 Sus marineros
0:13:01 vieron el odre,
0:13:03 vieron el odre,
0:13:05 y creyendo que contenía vino,
0:13:07 lo abrieron.
0:13:09 ¡Chum, mirá!
0:13:11 ¡O comeme, ve, vino!
0:13:13 Hay alguna razón tenía,
0:13:15 cuando no lo ve un odre,
0:13:17 y vino, no va a pensar que están todos los vientos.
0:13:19 Dice lo último que pienso yo
0:13:21 cuando veo una botella,
0:13:23 es que adentro están los vientos.
0:13:25 Bueno, abrieron el odre
0:13:27 para escabiar,
0:13:29 y salieron todos los vientos,
0:13:31 juntos y armón, una tremolina,
0:13:33 unos vendavales,
0:13:35 y la flota de Ulises,
0:13:37 que había llegado así,
0:13:39 el tiro de piedra de Itaca,
0:13:41 fue empujada otra vez
0:13:43 a donde estaba Evo Ló,
0:13:45 y Ulises cuando vio aquel desastre,
0:13:47 volvió a pedirle,
0:13:49 le pidió a Evo lo mejor dicho,
0:13:51 que volviera a darle
0:13:53 el control de los vientos,
0:13:55 que lo ayudara de nuevo,
0:13:57 y Evo lo dijo,
0:13:59 lamentablemente
0:14:01 perdiste tu oportunidad.
0:14:03 Sí, no voy a poder ayudarte.
0:14:05 Y dijo algo interesante,
0:14:07 tengo miedo de ayudar a un hombre
0:14:09 al que los dioses se oponen.
0:14:11 Era evidente que con todo
0:14:13 lo que le estaba pasando a ese hombre,
0:14:15 los dioses estaban en contra.
0:14:17 Así que no convenía ayudarlo, dijo Eolo,
0:14:19 que después de todo
0:14:21 era un alicáusil de Zeus.
0:14:25 Dice yo, soy empleado nacional.
0:14:27 A ver si me entiendes.
0:14:29 Yo soy el encargado del obiento,
0:14:31 y veo que ahí los jefes míos
0:14:33 están en contra de tus planes,
0:14:35 bueno, no te voy a ayudar más,
0:14:37 ¿viste?
0:14:39 Ulises tuvo que aguantar todavía
0:14:41 un montón de años más
0:14:43 hasta llegar a Itacca.
0:14:45 Todavía no había ido, allí donde sirse,
0:14:47 allí donde sucedió el episodio
0:14:49 que contamos el otro día,
0:14:51 donde convirtieron a los marineros
0:14:53 de Ulises en Chanchos.
0:14:55 Todavía no había estado donde Calypso,
0:14:57 que le dio unos cuantos hijos,
0:14:59 quiere decir que allí estuvo años,
0:15:01 la nínfa Calypso que lo enamoró,
0:15:03 y después no lo dejaba salir
0:15:05 como sucede siempre.
0:15:07 Y todo porque por unos giles
0:15:09 hubo un odre creciendo que contenía vino,
0:15:11 siendo que contenía vientos.
0:15:13 ¿Cuál es entonces la moraldija
0:15:15 de esta historia de viento?
0:15:17 Hay que tener cuidado
0:15:19 con los odres,
0:15:21 porque suelen contener
0:15:23 tempestades.
0:15:25 Hay de aquellos
0:15:27 que en busca de un vinardo
0:15:29 convoquen a las tempestades
0:15:31 todas.
0:15:33 Esta es la historia de Eolo,
0:15:35 el rey de los vientos
0:15:37 y también el héroe epónimo
0:15:39 de la nación eólica,
0:15:41 una de las cuatro principales
0:15:43 de iglesia.
0:15:45 ¿A quién quiere dedicar a usted
0:15:47 este torbellino,
0:15:49 esta sucesión
0:15:51 de ventarrones?
0:15:53 Al capitán Gulliver,
0:15:55 en primer lugar,
0:15:57 que también supo conocer
0:15:59 algunas islas flotantes,
0:16:01 estas realmente
0:16:03 se movieron.
0:16:05 ¿Qué volaba se llamaba
0:16:07 en el libro de Jonathan Swift
0:16:09 la isla de la Pucha?
0:16:11 No, no era la Pucha.
0:16:13 Seguramente conocía la palabra
0:16:15 de luego, en español,
0:16:17 y pareció que tenía un sonido gracioso.
0:16:19 Era una isla volante,
0:16:21 una isla que volaba.
0:16:23 Si usted me permite
0:16:25 a esta chica, Arne,
0:16:27 la que suponemos morocha,
0:16:29 una negra, una nebita linda.
0:16:31 La que se llamaba Melanipa,
0:16:33 la que le pusieron Arne.
0:16:35 Y además que sufrió
0:16:37 lo que puede parecer
0:16:39 una especie de exaltación
0:16:41 que termina siendo una degradación.
0:16:43 Porque pasa de ser
0:16:45 una mujer a hacer un animal
0:16:47 y hacer una constelación,
0:16:49 algo que ya ni vida tiene.
0:16:51 No ganaba para susto,
0:16:53 así que pobre chica, nada más que por haber amado,
0:16:55 pasó del máximo esplendor
0:16:57 de la vida a estar allá,
0:16:59 fría y distante.
0:17:01 Y además
0:17:03 tienen ese desarrollo amoroso,
0:17:05 son primero apasionadas
0:17:07 y después
0:17:09 son como una constelación en nuestras vidas.
0:17:11 Algo que por ahí marca un rumbo,
0:17:13 pero es que es tan frío, tan distante,
0:17:15 tan imposible de tocar
0:17:19 casi no son más que un símbolo.
0:17:21 Pasa con algunos grandes amores
0:17:23 que con el tiempo se convierten
0:17:25 en constelaciones.
0:17:27 Que es nada.
0:17:29 Una constelación no existe por empezar.
0:17:31 Nada más que un punto de vista.
0:17:33 La forma que reviste
0:17:35 en unas estrellas
0:17:37 desde la tierra.
0:17:39 Y por ahí, desde aquí tiene forma de caballo.
0:17:41 Pero como las estrellas
0:17:43 no están pegadas en el techo,
0:17:45 sino que están a diferente distancia,
0:17:47 una vez que salimos de la tierra
0:17:49 ni siquiera tienen la forma
0:17:51 de caballo que nos captivaban.
0:17:53 Así pasa también con mucha gente
0:17:55 que nos va a hacer una constelación
0:17:57 de la tierra.
0:17:59 Así pasa también con muchas distancias
0:18:01 cuando se acortan.
0:18:03 La forma que nos seducía
0:18:05 desde lejos
0:18:07 es otra.
0:18:09 De cerca no es tan linda.
0:18:11 O de esta mejora.
0:18:13 Pero es diferente.
0:18:15 Con respecto
0:18:17 a melam como negro,
0:18:19 recuerdo, no puedo evitarlo,
0:18:21 a melampigo.
0:18:23 Melampigo era el gran trasero negro.
0:18:25 Era que
0:18:27 venía de una aventura
0:18:29 en la cual
0:18:31 había
0:18:33 arrastrado el trasero.
0:18:35 Después de todo
0:18:37 eran 12 las tareas de Hércules.
0:18:39 Yo no recuerdo con qué
0:18:41 aliento ígneo de qué monstruo,
0:18:43 quizá la hidra,
0:18:45 no lo sé,
0:18:47 le había quedado tisnado el trasero.
0:18:49 Y
0:18:51 tomó a
0:18:53 12 enemigos
0:18:55 y ellos que eran
0:18:57 muy bromistas,
0:18:59 creo que eran los curetes o algo así,
0:19:01 los atrapó
0:19:03 y se los puso a la espalda.
0:19:05 Los llevaba a los dos
0:19:07 volgando cabella abajo de la espalda.
0:19:09 Y estos
0:19:11 chicos, estos traviosos
0:19:13 habían recibido
0:19:15 un mensaje oracular que decía
0:19:17 tengan mucho cuidado con melampigo,
0:19:19 el gran trasero negro
0:19:21 que los va a conducir a la perdición.
0:19:23 Y cuando colgando
0:19:25 cabella abajo vieron el trasero de Hércules
0:19:27 que estaba negro
0:19:29 por los muchos trabajos que se había tomado
0:19:31 empezaron a reírse los dos.
0:19:33 Mirá, dice, aquí está
0:19:35 aquí está lo que decía el oráculo.
0:19:37 Hércules le preguntó de qué se reían,
0:19:39 los chicos se lo contaron
0:19:41 y él les perdonó la vida.
0:19:43 Así que
0:19:45 Melampigo
0:19:47 está bien
0:19:49 un nombre más para nuestra colección
0:19:51 de cosas negras en griego.
0:19:53 Me parece muy bien.
0:19:55 Bueno, yo diré que...
0:19:57 ¿A quién va a dedicar usted? Supongo que...
0:19:59 No, a nadie. No voy a dedicar.
0:20:01 A los que me conocen...
0:20:05 Eché, espera.
0:20:07 Pero voy a explicar
0:20:09 que el tango
0:20:11 que escucharemos esta noche
0:20:13 tiene que ver con Ulises
0:20:15 y tiene que ver con el regreso
0:20:17 y se llama Volver.
0:20:19 Así que escucharemos
0:20:21 el tango Volver en la versión clásica
0:20:23 de Carlos Gardel en la inteligencia
0:20:25 que se tango fue compuesto
0:20:27 pensando en odiseo
0:20:29 que quería regresar
0:20:31 y no podía.
0:20:33 Volver canta Carlos Gardel. Adelante.
0:20:46 Tú has dividido el parpado
0:20:48 de las luces que se alo lejos
0:20:50 van marcando al mi retorno.
0:20:54 Solas mismas se alumbraron
0:20:56 con su fanido reflejo
0:20:58 con las horas del dolor.
0:21:02 Y aunque no quise el regreso
0:21:05 siempre se vuelve al cerebro y la voz.
0:21:09 La vieja calle donde el neco dijo
0:21:12 tuya es su vida
0:21:14 tuyo es su querer
0:21:16 un paco el burlón
0:21:18 mirar de la estrella
0:21:20 que suor en ciberia
0:21:22 hoy me de Volver.
0:21:25 Volver
0:21:28 con las frete marquita
0:21:30 las nieves del tiempo
0:21:32 placeraron mi sie.
0:21:35 Pervertir
0:21:37 que tu el soplo la vi
0:21:40 que veinte años no es nada
0:21:42 que suelir la mirada
0:21:44 herrar de la sombra
0:21:46 se busca y te compra
0:21:48 vivir
0:21:50 con el alma perrada
0:21:52 aún no el te recuerda
0:21:54 que el oro te la ve.
0:21:58 Tengo miedo del encuentro
0:22:00 con el pasado que vuelve
0:22:02 a enfrentarse con mi vida
0:22:04 y no me dejo
0:22:06 que no me dejo
0:22:08 de enfrentarse con mi vida.
0:22:11 Tengo miedo de las noches
0:22:13 que pobladas te recuerdos
0:22:15 en cadena en mis odias
0:22:19 pero el viajero que orde
0:22:22 tarde o temprano
0:22:24 te tiene que andar
0:22:26 y aunque lo olvido
0:22:28 de todo este honger
0:22:30 al amatado
0:22:32 ni vieja insinua
0:22:34 un guardo escondida
0:22:36 con el venando humilde
0:22:38 que toda la fortuna
0:22:40 de mi corazón
0:22:42 volver
0:22:46 con las fredes margitas
0:22:48 las nieves del tiempo
0:22:50 placeraron mi sie.
0:22:53 Pervertir
0:22:55 que tu el soplo la vi
0:23:00 que veinte años no es nada
0:23:02 que suelir la mirada
0:23:04 en las cerrales de la sombra
0:23:06 se busca y tenó
0:23:08 para vivir
0:23:12 con el alma perrada
0:23:14 a un dulce recuerdo
0:23:16 que el oro te la ve.
0:23:24 hemos escuchado
0:23:26 volver interpretado por Carlos Gardena.
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