Transcripción automática
0:00:00 Vamos a la ventana será terrible, estamos en el auditorio de Radio del Plata, mañana también y el viernes también a la media noche este programa sesionpúblico presente en la entrada libre y gratuito.
0:00:13 ¿Ha llegado un libro, Beba Ián?
0:00:14 Sí, perdón para el Ebreo Herrante.
0:00:17 Otro libro acerca del curío Herrante, no sé si es acerca del curío Herrante, pero bueno, primero se está en el título, vamos a ver de qué se trata.
0:00:31 ¿Mauricio Volvers?
0:00:32 Es un libro de Mauricio Volvers, sí, bueno, ya sabremos, debe ser metafórico evidentemente.
0:00:40 El más famoso probablemente es el libro Simon de Beauvoir, todos los hombres con mortales, y ahí está, con otro nombre está, Fozca.
0:00:50 Sí, totalmente, sí, es la unidad de este, hay una unidad de este.
0:00:55 Bueno, la historia del curío Herrante la hemos leído aquí, cómo se llama este autor, buenísimo, salió hace un menos de diez años, un libro buenísimo, ahora me voy a acordar en pocos minutos cuando ya no tenga sentido.
0:01:15 ¿Quién quiere que hagamos?
0:01:17 Hablemos hoy, vamos a hablar un poco, del hermano de Luis XIV, Luis XIV de Francia tenía un hermano llamado Felipe, a quien el cardenal mazarino, por razones políticas, había educado de forma tal que resultase afeminado.
0:01:40 Y se había sido el plazo, muy bien. Felipe era casado con Enriqueta de Inglaterra, que era la hermana del rey de Inglaterra.
0:01:54 Una cosa curiosa que hemos contado alguna vez de este muchacho, es que bueno, naturalmente, a pesar de estar casado, tuvo hijos, etcétera, bueno, tenía sus novios.
0:02:08 Y andaba con el conde de Guiche, y el conde no engañaba con quien, con su propia mujer.
0:02:25 O sea, su amante lo engañaba con su mujer, el conde de Guiche andaba con Enriqueta, muy bien.
0:02:33 Habíamos hablado aquí alguna vez de Enriqueta de Inglaterra, hija de Carlos I, que el rey que perdió la cabeza.
0:02:40 Carlos IV.
0:02:41 Sí, señor. Y hermana, naturalmente, Carlos II.
0:02:45 Ahora bien, desde 1667 en adelante la relación entre Felipe era el mano del rey, los 14 de Francia.
0:02:55 Y Enriqueta estaba alterada por la presencia de un nuevo amor en la vida de Felipe, otro.
0:03:03 Se trataba del caballero de los rey.
0:03:06 Bueno, eran novios.
0:03:09 ¿Quién era el caballero de los rey? Bueno, era un gentilombre, hermoso, brillante y vicioso.
0:03:15 Era muy lindo, pero también era lo que burriamente se dice un degenerado.
0:03:20 Bueno, los dos hombres estaban enamorados, no se separaban más, iban a los bailes.
0:03:29 Pero fueron los dos juntos al ejército, porque Felipe tenía sus preferencias, pero eran dos hombres valerosos.
0:03:35 Habían ido al ejército juntos.
0:03:38 En la campaña de Flandes, los rey fue herido en un pie y Felipe abandonó su regimiento y se convirtió en su enfermera.
0:03:46 En realidad, Felipe no abandonaba a su compañero más que para ocuparse y unos curiosos juegos militares a los que se hizo aficionado, después de su paso por el ejército.
0:03:59 Parece que él jugaba la guerra con los muebles, fortificaba los sillones, mejor dicho los salones.
0:04:05 Los sillones los usaba para ser barricadas, alineaba las sillas estratégicamente, situaba espejos en lugares importantes,
0:04:15 establecía cadenas logísticas desde la cocina hasta la sala,
0:04:19 pero también, además de ese juego, en sus salones vivían el palégo oréal,
0:04:24 que es el mismo lugar donde había vivido el Cardenal Richelier.
0:04:29 Un lugar que hemos visitado nosotros.
0:04:33 Ahora hay unas galerías, negocios, y demás.
0:04:38 Venían sus amigotes, hasta fiestas que hacía él, bailaban, jorobaban.
0:04:45 Por ejemplo, un día se les ocurrió comerse una tortilla sobre el vientre de un coronel, o álom, posiblemente inglés,
0:04:52 que era muy gordo y que se prestó a ser de fuente con su vientre.
0:04:57 Pusieron una tortilla bien calientita sobre la panza de guadón, que se movía muchísimo a causa de las cosquillas,
0:05:05 y también el del calor que la tortilla le ocasionaba.
0:05:08 Bueno, todo esto divertía muchísimo a los comensales, que tomaban sus porciones de tortilla directamente del vientre del coronel.
0:05:17 Enriqueta odiaba esas cosas, y también odiaba el caballero de Lorraine,
0:05:22 y se pasaba haciéndole reproches a Felipe, y Felipe respondía con insultos groseros.
0:05:28 Una noche, durante una crisis nerviosa, Felipe le dijo a su mujer que si continuaba atacando a su amigo Lorraine,
0:05:39 le iba a mandar a Inglaterra, y le amenazó con repudiarla, con mandarla a su casa y terminar el matrimonio.
0:05:46 Enriqueta, que hizo, corrió a informarle al rey, a Luis XIV, que entre paréntesis, lo digo aquí, había sido previamente amante con el rey.
0:05:56 Incluso parecía que Enriqueta se iba a casar con él, pero al final terminó casándose con él, el único hermano.
0:06:03 Claro, sí, sí, por además, recordemos que fue de reino mucho, Luis XIV.
0:06:08 Bien, cuando el rey escuchó esto, este cuento se alarmó, como se ha dicho Enriqueta era la hermana del rey Inglaterra,
0:06:16 y Luis estaba intentando, desde hace dos años, una alianza con Carlos II contra los holandeses.
0:06:23 Enriqueta se ocupaba sin que el marido lo supiera, no le contaban nada porque era un poco estómago refriado, el que conseguía batir.
0:06:34 Bueno, hacía, se ocupaba de la correspondencia secreta que había entre los dos soberanos, por encima incluso de las embajadas.
0:06:44 Y varias veces había resuelto muchas dificultades gracias al ejercicio de una fina diplomacia.
0:06:51 Imagínense, es repudiada, se puede, se puede de todo, se puede de arriba o de abajo.
0:06:57 Por ahí, los ingleses han en el asiento una alianza con España, con Holanda, con eso usted.
0:07:02 Con Portugal, sí.
0:07:03 Enriqueta le dijo al rey que la culpa la tenía a este caballero de Lorraine, que le calentaba la cabeza a Felipe contra ella, bien.
0:07:11 Ahora bien, este caballero de Lorraine ya lo venía molestando a los XIV, lo tenía montado entre ceja y ceja, por algunas otras cosas.
0:07:19 Entonces, se le presentó la oportunidad de librarse de él, porque pasó lo siguiente.
0:07:27 Se murió un obispo y legó dos abadías a Felipe de Orléano.
0:07:33 Y Felipe se las entregó inmediatamente y automáticamente a su favorito, a Lorraine.
0:07:38 Y sin consultar con el rey.
0:07:40 El rey anunció que se oponía a esa donación y arrestó al caballero de Lorraine.
0:07:50 Felipe tuvo un desmayo que se llevó a un asiento, se retiró con la mujer a una finca que tenía allá por la loma del Quixote.
0:07:59 Todo estaba bastante mal, imagínense.
0:08:08 Resulta que Enriqueta le contó todo esto a su hermano, el rey de Inglaterra.
0:08:13 Le dijo a Luis, le dijo, ché Luis, tu hermano, si le haces pasar negras a mi hermana.
0:08:22 Luis, entonces, mandó a Lorraine al Castillo de Yves, castillo que recordarán todos los que tenían la precaución de leer el Conde de Montecrisa.
0:08:29 Lo mandó a Lorraine al Castillo de Yves y dio orden de mantenerlo con extremo rigor y prohibirle toda correspondencia.
0:08:37 Privado de las cartas de su favorito, Felipe se puso peor, dice que se pasaba tirado en la cama gritando.
0:08:48 Enriqueta cada tanto hablaba con el rey, pero bueno.
0:08:55 Y el marido le preguntaba, ¿qué tanto tenés que hablar con él?
0:08:58 Sí, sí, con el por diado.
0:09:00 No lo podía poner al tanto, imagínense, porque Felipe, como se ha dicho, hablaba demasiado y Enriqueta estaba preparando un viaje secreto en la terra.
0:09:09 ¿Para qué? Para firmar un tratado entre el rey de Inglaterra, su hermano, y el rey de Francia.
0:09:15 Para calmar a Felipe, Luis XIV soltó a Lorraine y Lorraine se fue a Roma y desde allí le escribía Felipe.
0:09:23 Un día Felipe se presentó ante el rey y le dice, acabo de informarme de que estás dispuesto a mandar Enriqueta en la terra.
0:09:30 Esto era un secreto, claro.
0:09:33 ¿Cómo se había enterado Felipe?
0:09:35 Bueno, mandó a llamar Enriqueta y ella le dijo, no, yo no le dije nada, qué le voy a decir.
0:09:40 No me comí el campanado.
0:09:41 ¿Hasta qué se supo?
0:09:43 Una de las tres o cuatro personas que sabía que se asunto, que era el mariscal de Tirán, se lo dijo una menita de la que estaba enamorado.
0:09:53 Pero esa menita estaba enamorada de quién?
0:09:56 De Lorraine, quien atendía, digamos, dos kioscos.
0:10:00 La menita se lo contó a Lorraine y Lorraine se lo contó a Felipe.
0:10:06 Bueno, Luis Armoblí o Lorraine fue a Tirán.
0:10:09 Pero de todos modos no sabía muy bien a qué iba Enriqueta.
0:10:13 Sabía que iba de viaje, pero no sabía qué, así que el secreto fue preservado.
0:10:18 A pesar de la prohibición de su marido, Enriqueta viajó igual a entrevistarse con Carlos.
0:10:23 Le llevó de regalo una mena.
0:10:26 Sí, una mena que llamaba Luisita de...
0:10:30 Yo creo que está mal acá.
0:10:33 Es caro, pero no importa.
0:10:35 No, aquí pusieron cualquier cosa.
0:10:37 Para que lo entretenguera, no le pusiera de buen humor.
0:10:40 Bueno, y Enriqueta volvió cargada de gloria porque firmó el tratado de Dubro
0:10:46 entre Inglaterra y Francia en contra de los holandeses.
0:10:50 Luisita se quedó en el lecho de Carlos II.
0:10:53 Todo quedó fenómeno.
0:10:55 Bueno, Enriqueta ídola en la corte.
0:10:59 Fue la artífice de ese tratado tan ventajoso para Francia.
0:11:03 Felipe muerto de celos le envió una carta muy amarga a los rey.
0:11:08 Le dijo, mira, lo que pasó está desgraciada, que viene ahora.
0:11:11 Y se da aires porque firmó el tratado con el hermano.
0:11:15 Y los rey comprendió que su enemiga cobraba mucha importancia en la corte de Francia.
0:11:23 Y aquí viene lo que quería contar.
0:11:26 Compró un veneno italiano y lo mandó a Francia.
0:11:31 Y el 30 de junio de ese mismo año, Enriqueta estaba muerta.
0:11:36 Vino a saberse que le habían envenenado el café.
0:11:41 Después de una agonía breve, Madame murió ante unos médicos impotentes.
0:11:48 Hoy sabemos cómo fueron las cosas.
0:11:51 Los ren que estaba en Italia se vinculó con proveedores de veneno.
0:11:55 En Italia se usaba mucho el veneno como recurso político.
0:12:01 Bueno, el caso es que mandó el veneno por un provenzal, amigo de él,
0:12:07 llamado Antonio Morel, que se presentó en Saint Claude,
0:12:11 donde estaba Enriqueta, un castillo muy lindo que ahora no existe.
0:12:15 Se metió con un pretexto cualquiera.
0:12:18 Ustedes saben cómo eran los castillos, no trabajaba cualquiera.
0:12:21 Envenenó la tasa de café y sucedió lo que relatamos anteriormente.
0:12:27 Luis XIV inmediatamente sospechó un crimen.
0:12:31 Hay relatos muy detallados de este episodio,
0:12:35 porque por lo menos dos o tres de los que estaban allí presentes escribieron.
0:12:39 Y una de ellas, en nuestra amiga Luisita de la falleta,
0:12:42 que va a aprender en todas,
0:12:44 y es la autora de un libro que se llama La historia de Enriqueta.
0:12:47 Y bueno, parece que Luis sospechó el crimen
0:12:50 y suel mismo la investigación.
0:12:54 Le pegó una apretada personalmente a un mayor domo
0:12:57 y le dijo, si me decir la verdad, te prometo la vida.
0:13:00 Y el tipo cantó.
0:13:03 Se supo que los rey había mandado el veneno,
0:13:06 se supo que dos o tres de la servidumbre estaban involucrados con el asunto,
0:13:12 pero también se supo que Felipe era inocente.
0:13:16 ¿Por qué? No le habían querido decir nada,
0:13:19 porque era boca de trapo, y se lo iban a contar a todo.
0:13:24 Qué horrible.
0:13:25 Así que no se lo dijeron y por eso se salvó.
0:13:28 Pero en realidad se salvaron todos.
0:13:31 Luis resolvió no castigar el crimen,
0:13:34 porque pensó lo siguiente,
0:13:36 si los ingleses se enteran de que su princesa amada,
0:13:40 la hermana del rey ha sido envenenada en Francia,
0:13:44 el tratado de Dubbre, peligra.
0:13:47 Y entonces apuntaló la creencia de una muerte natural,
0:13:52 prohibió a los médicos que hicieran la autopsia,
0:13:55 al menos para encontrar veneno,
0:13:58 que no encontrar el veneno.
0:13:59 Se prohibió encontrar veneno.
0:14:01 Obediente los médicos declararon cólera,
0:14:04 y listo a todo lo que habían tenido que ver con el crimen,
0:14:08 los mandó bien lejos,
0:14:10 y en cuanto a nuestro amigo, el caballero de los rey,
0:14:14 unos años después regresó a la corte,
0:14:17 donde fue muy efusivamente recibido por Felipe de Corleá.
0:14:23 Así murió la pobre Enriqueza, muy jovencita,
0:14:26 creo que no tenía 25 años.
0:14:30 Tremiendo.
0:14:31 Es una historia como obedura,
0:14:32 dejando pues estaba pensando varias cosas.
0:14:34 Efectivamente el tráfico de los venenos,
0:14:37 y que yo corría sobre top en algunas jerarquías del clero,
0:14:40 que tal como dos personas de cada soy,
0:14:42 Masarino, Masarino y Rigelier,
0:14:45 fueron los hombres fuertes,
0:14:47 papel que en España le ocuparon otras personas,
0:14:49 a Geras la tendría mucho menos talentosas,
0:14:51 como Godoy y este tipo de gente.
0:14:53 Y era el cardenalato que circulaban estos secretos,
0:14:56 a través de lojas y sociales secretas,
0:14:58 y es muy lógico que el logger lo haya conseguido en Roma este asunto.
0:15:03 Ahora, con el asunto de los envíos,
0:15:05 es sorprendente también que las relaciones entre Francia y Inglaterra,
0:15:09 que fueron las claves de la política europea,
0:15:12 Francia siempre intentó hacerse con las islas,
0:15:14 la Bretaña siempre intentó tener alianzas para rodear a Francia,
0:15:17 tuvimos el episodio de,
0:15:19 de el look de Wellington y Napoleón, finalmente.
0:15:23 ¿Y mucho antes la guerra de los Henaños?
0:15:25 Mucho antes una corte inglesa que hablaba a los francés.
0:15:28 Justamente porque el escudo de Gran Bretaña
0:15:31 dice,
0:15:32 Die Montrua on Istua qui mal y Pons,
0:15:34 porque el idioma era de la primera dinastía, los plantas genéticas.
0:15:37 Sin embargo, franceses e ingleses siempre demostraron
0:15:39 que iba a haber una especie de combinación
0:15:42 entre los amores clandestinos y el odio mortal.
0:15:45 De los ulbíos y los ridículos no hay más que un paso,
0:15:48 dicen los ingleses y los franceses responden sí,
0:15:50 el paso de Cadet, que se estrecho en el canal de la Mancha.
0:15:54 Pero decía,
0:15:55 merced este tipo de historias,
0:15:58 el duke de Mákingan fue amante de la reina Ana en su momento,
0:16:02 esto que nos ha contado Alejandro Dumas en sus fallosas novelas.
0:16:06 Y era la mujer de Luis Trece.
0:16:08 Y andaba con un duke inglés,
0:16:10 con de inglés que le regaló unos llamados.
0:16:12 Uno de unos, o sea,
0:16:13 de los repos que te dieron.
0:16:14 Ahora bien, digo, lo curioso es que
0:16:16 me estaba imaginando un tipo como Luis XIV,
0:16:19 que es el autor de frances,
0:16:21 inolvidable como Lettad Semois,
0:16:23 de Apredo Muales,
0:16:24 de los después de Miel, de Iluvio,
0:16:25 de los Estados Ollos.
0:16:26 Era muy difícil que tuviese un hermano
0:16:28 y que ese hermano no estuviese en condiciones precarias.
0:16:31 Se sabe que en el trono de Francia,
0:16:33 el hombre de la Mákinga de Hierro,
0:16:35 y tantas historias que se esclaran por ahí,
0:16:37 era el hermano de lo más peligroso
0:16:39 que le podía pasar a uno.
0:16:40 Tal como lo sabían los sultanes de Turquía,
0:16:42 el imperio tomano,
0:16:43 que encerraban en una especie de jaula de oro,
0:16:46 por decirlo así,
0:16:47 a los hermanos que podían llegar a tener
0:16:50 algún interés sobre el trono,
0:16:52 y los mantenían allí anulados,
0:16:55 que eran mucho mejor que muertes.
0:16:58 Por eso no extraña que se haya logrado
0:17:00 este tipo de condición con el bueno de Felipe.
0:17:03 Aun así, si uno es el hermano del rey Sol,
0:17:05 siempre va a estar en la sombra.
0:17:07 Es una pequeña desgracia.
0:17:09 En el mar, usted era un hombre muy inteligente
0:17:11 y todos lo consultaban.
0:17:12 ¿Sabe en qué asuntos?
0:17:14 En asuntos de etiqueta.
0:17:17 Era el mejor conocido para la etiqueta de Palacio.
0:17:21 Y tuvo hijos,
0:17:23 tuvo otras esposas,
0:17:25 se casó con él después de Enriqueta.
0:17:29 Y convengamos que en un siglo como ese,
0:17:31 donde las costumbres eran tan,
0:17:33 digamos, ciertos grados de elaborada perversión,
0:17:36 una cosa tan sencilla como la homosexualidad,
0:17:38 tampoco iba a horrorizar en allí,
0:17:40 menos tratándose del hermano del rey.
0:17:42 De todos modos, lo que digo Alejandro,
0:17:44 es que cada uno de estos rituales
0:17:46 se podían convenir con pequeños protocolos,
0:17:48 y ahí viene también el asunto de Felipe.
0:17:50 Para cada cosa hay una bebida,
0:17:52 decían los francés en ese momento,
0:17:54 y entonces el té consagraba, por ejemplo,
0:17:56 el homenaje de una dama a sus amigas.
0:17:59 Del mismo modo que el vino, el vino dulce,
0:18:01 se usaba para las reuniones en las que se jugaba las cartas,
0:18:03 antes de pasar el champagne,
0:18:05 para las celebraciones y para las fiestas.
0:18:07 Y el café era esa especie de...
0:18:09 de cosa extraña, junto con el tabaco,
0:18:12 que francés ha dado poco a poco.
0:18:14 Era este un poco de exotismo, el café, todo ahí.
0:18:16 El café lo habíamos descubierto, los occidentales,
0:18:18 el sitio de viene, que lo habían dejado los turcos allí.
0:18:20 Y eso venía, bueno, venía,
0:18:22 toda una cosa rara, y además era lo más apropiado para vener,
0:18:25 porque era mucho más amargo que te conocemos ahora.
0:18:27 La cuestión es que llegados a este punto,
0:18:30 que en ese tipo de relaciones,
0:18:32 la única precaución que hay que tomar
0:18:34 es que justamente cuando uno le convida en un café
0:18:36 y uno es la hermana de un rey, la amante de otro,
0:18:38 y para como quiere hacer una alianza,
0:18:40 tratar de que no sea ese que le convida el último café.
0:18:43 Y el último café es una canción compuesta por Héctor Stamponi,
0:18:48 acerca de este asunto.
0:18:50 Claramente. Llega tu recuerdo en torbellismo.
0:18:55 Bien, la letra dice otra cosa posiblemente.
0:18:58 Pero está ahí, está ahí, está ahí.
0:19:00 Es una letra destinada a quedar bien con el comisario.
0:19:03 Escuchamos al propio Héctor Stamponi
0:19:06 tocando este último café.
0:21:58 Era Héctor Stamponi.
0:22:00 La venganza será terrible el último café.
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