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0:00:00 Hablaremos del juramento, pero del juramento en Grecia.
0:00:04 Sabía usted que los antiguos griegos le atribuían al juramento una fuerza incomparable,
0:00:10 capaz de obligar tanto a los hombres como a las divinidades.
0:00:15 El juramento estaba compuesto por dos elementos.
0:00:19 En primer término, la invocación del Dios como garantía de la palabra.
0:00:25 Y en segundo lugar, la imprecación, es decir, el consentimiento por parte del que juraba
0:00:30 en recibir castigos merecidos si no decía la verdad o si faltaba a su promesa.
0:00:37 Hay que decir que en Grecia, en lo histórico y en lo mítico, los castigos eran terribles.
0:00:44 Tanto en Atenas como en Esparta, nadie podía desempeñar un empleo,
0:00:48 ni ser soldado, ni gozar de los derechos de ciudadanía,
0:00:53 sin someterse a la formalidad del juramento.
0:00:57 En los asuntos criminales, por ejemplo, los sospechosos juraban con las manos extendidas
0:01:05 sobre las entrañas de sus presuntas víctimas, y así aseveraban sus afirmaciones.
0:01:11 Le juro que Dios no ha sido, por ejemplo.
0:01:14 Esto, desde luego, contribuía a la rapidez de los juicios,
0:01:18 porque si usted tiene como norma formal el que los sospechosos juren sobre las entrañas de las víctimas,
0:01:23 deberá celebrar el juicio rápidamente, antes de que la víctima se descomponga.
0:01:29 ¿No de ideas, no?
0:01:31 Cuando una tenianza cumplía 20 años y no pertenecía a la categoría de los siervos,
0:01:36 debía jurar fidelidad al Estado.
0:01:39 Tengo aquí en mi poder el juramento...
0:01:45 ...seroriscino.
0:01:46 Sí, seroriscino.
0:01:47 ...de los ciudadanos de antenas que decía así.
0:01:50 No deshonraré la profesión de las armas y no me ampararé jamás en una fuga vergonzosa.
0:01:58 Convatiré hasta exhalar el último aliento por los hitreces del Estado, unido a los demás,
0:02:06 y si es preciso, solo.
0:02:11 Y luego, a lo largo de la historia, hay algunas formas de jurar muy extrañas.
0:02:16 Recordemos a Pitágoras, que juraba por el número 4, en el que veía el símbolo de la Divinidad.
0:02:23 Los discípulos juraban por su maestro.
0:02:26 Y Sócrates, por ejemplo, juraba por el amor y la amistad.
0:02:29 Un juramento que más se parece un brindis, ¿no?
0:02:34 En los poemas homéricos, para solemnizar un juramento, se bebía, pero también a veces se sacrificaba algún animal.
0:02:43 Mientras el sacerdote hundía el cuchillo en la garganta del chancho, derramaba vino en el suelo y decía
0:02:51 que vuestra sangre y también la sangre de este chancho empapen la tierra si lo que juráis es falso.
0:03:02 Además, ¿quién infringía su juramento?
0:03:05 Era considerado execrable y condenado a futuras venganzas de Zeus.
0:03:12 Ustedes conocen las aguas del río Estigia, que era un río del infierno, como hemos dicho no sé mucho.
0:03:19 Eran unas aguas que servían para pronunciar juramentos.
0:03:22 Cuando un Dios quería comprometerse, Zeus, el príncipe de todos ellos que velaba por los juramentos,
0:03:29 enviaba a Iris, una diosa su alterna, a llenar un jarro con el agua del Estigia.
0:03:35 No era fácil llenar jarros con el agua del Estigia porque estas aguas rompían todo cacharro, como hemos contado.
0:03:43 Así que únicamente podía recogerse agua, según se dice, tomando los vasos invertidos de algún caballo o de un equino cualquiera.
0:03:53 Ahí juntaban agua.
0:03:55 Bueno, pero cualquiera que metiera una cacerola para juntar agua del Estigia,
0:04:00 bueno, si le rompía la cacerola, así me permite la expresión.
0:04:05 Los Dioses juraban por esas aguas y si cometían perjurio, el castigo para un Dios, ¿cuál era? Aquí lo tengo.
0:04:15 Permanecer un año entero sin respirar.
0:04:17 Mueve.
0:04:18 No, porque eran inmortales. Ahí tienen la gracia.
0:04:22 Una buena radiografía, yo.
0:04:24 Eran inmortales, pero igual le resultaba muy molesto no respirar durante un año.
0:04:28 Tampoco podían comer durante un año.
0:04:31 Recuerde ese que ellos bebían néctar y morfaban ambrosía.
0:04:36 Ese era el morfe y el escabio de los Dioses, por un año no podían.
0:04:42 Durante nueve años, este Dios que había cometido perjurio,
0:04:47 quedaba al margen de los banquetes y los bailongos de los Dioses.
0:04:51 Nueve años.
0:04:53 Después recuperaba todas sus prerrogativas.
0:04:57 Veamos algunos episodios de los mitos que muestran la rigidez de los juramentos y el castigo para quien los olvidaba.
0:05:05 Hablemos de Acontio, un muchacho de gran belleza, lindo tipo de hombre, que vivía en la isla de Seos.
0:05:14 Un día Acontio fue a las fiestas de Delos y vio a una doncella, que, acompañada de su nodrisa,
0:05:22 también había ido a venerar a los Dioses de Delos.
0:05:27 Y la muchacha era tan hermosa que Acontio se enamoró inmediatamente.
0:05:32 Sidipe se llamaba esta chica. Sidipe.
0:05:37 Acontio la siguió hasta el templo de Artemis y después hizo lo siguiente.
0:05:42 Tomó un membrillo, no un dulce membrillo, es esa fruta parecida a la manzana que nadie ve nunca.
0:05:50 Con la punta de su cuchillo grabó lo siguiente en el membrillo. Escribió el tipo, ¿no? Acontio. Escribió esto.
0:05:57 Uno por el templo de Artemis que me casaré con Acontio.
0:06:03 ¿Eso es el membrillo?
0:06:05 No es tan sencillo hacerlo, porque yo si intentara escribir esto en una manzana con un cuchillo me cortaría los dedos.
0:06:13 Muy bien, juro por el templo de Artemis que me casaré con Acontio.
0:06:18 Y después lanzó el membrillo en dirección a la chica.
0:06:22 Acidipe. La muchacha tomó el membrillo, vio que estaba escrito y leyó.
0:06:26 Y en aquellos tiempos aún se leía en voz alta.
0:06:30 Como bien sabemos nadie hasta San Ambrosio, que fue el maestro de San Agustín, leía en silencio.
0:06:36 Todos leían en voz alta. Y la chica leó.
0:06:39 Juro por el templo de Artemis que me casaré con Acontio.
0:06:47 Y lo leó justo en el templo de Artemis.
0:06:51 Ella tiró el membrillo lejos, pero Acontio la señaló y gritó pelito para la vieja.
0:07:00 Acontio regresó a su patria y allí vivía consumiéndose de amor por esta chica a la cual consideraba su prometida.
0:07:09 Sin embargo, el papá de Cidipe tenía pensado casarla con otro.
0:07:16 Y ahí apareció la diosa Artemis.
0:07:22 Cada vez que se iniciaban las fiestas de Ponzales de Cidipe con otro que le había elegido al padre,
0:07:29 con cualquier otro que no fuera Acontio, que seguía en su pueblo, lo más tranquilo,
0:07:33 la muchacha se enfermaba de un misterioso mal.
0:07:37 Y cuando la boda se suspendía, Cidipe recuperaba la salud.
0:07:42 Era la diosa que la hacía enfermar.
0:07:45 Cada vez que el viejo le conseguía a un novio algo pasaba.
0:07:48 Entonces, el viejo fue a consultar al oráculo.
0:07:51 Fue al oráculo y le dijo, ¡ecúcheme, qué pasa!
0:07:54 Cada vez que mi hija se va a casar y se enferma algo,
0:07:58 y el oráculo le reveló que Cidipe estaba atada a un juramento, le contó todo este piso de ojo del membrillo,
0:08:06 y el padre lo llamó a Acontio, ya que el oráculo le había, también le había dicho a quien estaba ligada por ese juramento.
0:08:13 Y se resignó al viejo a unir a su familia, otra que no era tan noble,
0:08:18 porque parece que lo de la familia de Acontio eran unas grasas.
0:08:24 Pero bueno, lo había jurado la muchacha y el que jura jura.
0:08:28 Si casaron, probablemente no fueron felices.
0:08:33 Pero, porque el cumplimiento de un juramento no garantiza la felicidad, sino más bien lo contrario.
0:08:39 ¿Qué más se caduca el juramento en un momento?
0:08:41 No se lo demora mucho, no caduca nunca.
0:08:43 No caduca nunca.
0:08:44 Qué lindo decir, no caduca nunca.
0:08:46 Mi amor no caduca nunca.
0:08:49 Nunca caduca.
0:08:50 Nunca caduca, mi amor.
0:08:52 Un dialecto a origen, para decir.
0:08:54 Sí, nunca nunca caduca.
0:08:56 ¿Por qué no caduca nunca?
0:08:58 Otro juramento le pasaremos por encima, porque lo hemos contado hace poco,
0:09:00 es el de Filoptetes, el arquero Filoptetes, tuvo que ver con la muerte de Heracles,
0:09:05 mientras moría consumido por aquella camisa envenenada,
0:09:09 Heracles le dijo, pues, a los gritos, me muero, me muero, que sé yo,
0:09:14 y había ordenado a algunos amigos que lo quemaran en una pira para evitar más sufrimiento.
0:09:20 No que lo quemaran después de la muerte, sino que lo quemaran para que se muriera,
0:09:25 porque no podía soportar el dolor,
0:09:27 que le ocasionaba el veneno de aquella camisa mágica.
0:09:30 Todos se negaron.
0:09:31 Qué valiente de la Hercules.
0:09:33 Claro que la valían.
0:09:34 Qué valiente.
0:09:35 Pero lo quemen vivo.
0:09:36 No, dice, mirá si te vamos a quemar, qué sé yo.
0:09:38 Todos se negaron menos Filoptetes, y él te le dijo, yo te voy a quemar.
0:09:42 Unto una rama, eh, y lo quemó.
0:09:44 Siempre hay un amigo a mano.
0:09:46 Como premio Heracles le dio su arco y su flecha.
0:09:49 Pero antes de morir, tuvo tiempo Heracles, mientras ardía,
0:09:52 de hacerle curar a Filoptetes, que era el único testigo de aquella muerte,
0:09:57 le hizo curar que jamás revelaría a nadie el emplazamiento de la pira,
0:10:03 para que nadie fuera allá a renderle homenaje,
0:10:05 dice, no me van a dejar tranquilo, ¿viste? como es esto.
0:10:09 Qué mausoleo, tan cual.
0:10:10 Heracles ha hecho una tea humana.
0:10:12 Debió hacer una escena digna de verse aquella, ¿no?
0:10:15 Heracles ardiendo y reclamando juramentos de última hora
0:10:19 a un Filoptete que ya estaba alustrando el arco y la flecha, ¿no?
0:10:23 Que había recibido como premio a su silencio
0:10:26 y a su colaboración en este acto ígneo.
0:10:29 Y Heracles le regaló su arco y su flecha.
0:10:33 Pasó el tiempo, la gente empezó, ¿no?
0:10:38 Ché dice, bueno, sabrá dónde está la...
0:10:41 donde ya será, que donde fue la pira.
0:10:45 Y Filoptete no le dijo nada a nadie.
0:10:47 Pero un día ya le empezaron a preguntar,
0:10:49 ¿de dónde sacaste ese arco? ¿de dónde sacaste esa flecha?
0:10:53 Me la dio Heracles, ¿y por qué te la dio?
0:10:55 Y empezaron a sospechar que el tipo sabía, ¿no?
0:10:58 ¿Dónde está enterrado? ¿Dónde está la pira? ¿Dónde fue?
0:11:01 No, no, no, el tipo no decía nada, pero al final,
0:11:03 cansado por las interrogaciones, camino en silencio, hasta el lugar
0:11:06 donde había estado la pira y...
0:11:09 golpeó con el pie sin de ser nada
0:11:11 y todos supieron que allí había sido quemado Heracles.
0:11:15 Filoptete pensó que de este modo iba a eludir el castigo
0:11:18 por no cumplir un juramento.
0:11:20 Sin embargo, al poco tiempo, fue castigado
0:11:23 con una dolorosa herida en el pie
0:11:25 y se hizo justamente con una de las flechas de Heracles
0:11:29 que tenían esa propiedad, causaban heridas incurable.
0:11:33 La herida además despedía un...
0:11:36 un olor...
0:11:37 ¿A qué feo?
0:11:38 Acre, un jedor insoportable.
0:11:42 Bueno, el texto dice,
0:11:46 la herida en el pie despedía un jedor insoportable.
0:11:50 No sabemos si la herida despedía un jedor
0:11:52 o si el pie, incluso con anterioridad de la herida.
0:11:56 Bueno, nos parece que la herida, de todo.
0:12:01 Por ese motivo, por aquella herida que no curaba nunca,
0:12:05 Filoptete, que quería participar de la expedición atrola,
0:12:08 no pudo llegar con nosotros jefes porque todos lo abandonaban,
0:12:12 mitad por el olor,
0:12:14 mitad por los gritos de dolor que profería cada momento.
0:12:17 Me duele, me duele, me duele.
0:12:19 No sólo tenía mal olor, a la noche le dolía la herida
0:12:23 y todos querían dormir, el tipo,
0:12:26 ¡ah, me duele la herida!
0:12:28 El jefe no lo llevamos nada,
0:12:30 vamos a dejarlo, no se puede dormir,
0:12:32 y si se calda tampoco se puede dormir,
0:12:35 lo dejaron por ahí.
0:12:36 10 años más tarde, no lo contamos el otro día,
0:12:39 Filoptete fue curado porque cuidó de los hijos de Asclepio,
0:12:43 que eran médicos de las tropas griegas.
0:12:45 Mira qué médicos que tenía.
0:12:47 Asclepio era nada menos que algo así como el dios de la medicina.
0:12:52 Apolo, para curarlo, lo sumió en un sueño profundo.
0:12:57 Apolo que era el papá de Asclepio también.
0:12:59 Mientras Macaón cortaba con un cuchillo de herida,
0:13:02 apesía anestesia, algo así, sí,
0:13:05 va a ver que sí, va a ver cómo haciérselo usted.
0:13:08 La lavó con vino y se curó, pero bueno,
0:13:12 dice Grimald, este es el primer ejemplo de una intervención quirúrgica con anestesia,
0:13:18 porque le dieron vino.
0:13:20 Ata mañana.
0:13:21 Puede retirar, puede retirar.
0:13:24 Bueno, así que ya en los mitos aparece un procedimiento anestésico,
0:13:30 te dan vino para que no te duela.
0:13:32 Bueno, estos son los juramentos y todo lo que tenemos que decir por hoy,
0:13:36 y las consideraciones acerca del incumplimiento considerado en sí propio,
0:13:40 como diría el doctor Alterini.
0:13:42 Podríamos terminar esta charla con una queja acerca del escaso valor
0:13:47 de la palabra empeñada en estos tiempos,
0:13:50 de cómo no se cumplen los juramentos, de que nadie le importa,
0:13:53 pero supongo que todos ustedes ya estarán hartos de escuchar
0:13:56 esa canción en las peluquerías.
0:13:58 No se puede ir a cortar uno el pelo sin que el peluquero le diga,
0:14:02 eh, mis tiempos, cuando no jugaba algo, lo cumplía,
0:14:06 uno cumplía con la palabra empeñada,
0:14:09 mi viejo nunca firmó un cheque, mi abuelo le daba la mano,
0:14:13 todo eso.
0:14:15 Pero también es insólito que siga hasta el día de hoy el juramento como...
0:14:21 Como forma.
0:14:22 Sí, sí, pero en general...
0:14:24 Pero os juro por mi vieja...
0:14:27 Pero ya, lo que pasa es que como no tiene mucho significado,
0:14:31 nada más que un tópico de la retórica.
0:14:36 ¿Qué quiere decir que si no se cumple lo que juró,
0:14:39 se muere la vieja?
0:14:40 Hay cosas, sí, te lo juro por mi vieja, que se muera donde está,
0:14:43 enfatizaban alguna cuando era chico.
0:14:45 Pero tampoco pasaba si nadie tiene la cosa ver.
0:14:48 Se muría eventualmente, pero en otra circunstancia.
0:14:50 Por eso perdió valor del juramento.
0:14:53 Sí, porque las viejas se insistían en seguir viviendo
0:14:56 más allá del incumplimiento de sus hijos.
0:15:00 Si no imagínase, nadie tendría madre.
0:15:04 Así no lo hiciera Dios y la patria.
0:15:07 Me lo demanden.
0:15:09 Lo que hay es una decadencia de la solemnidad.
0:15:14 Todo es cada vez menos solemne.
0:15:16 Por ejemplo, vos te vas a casar y el tipo de registro civil es cada vez menos solemne.
0:15:20 Escancheros.
0:15:21 Escancheros.
0:15:22 Bueno, para...
0:15:23 Tenemos poco tiempo.
0:15:25 Bueno, se dice que más cálido.
0:15:27 No se para hasta que le digan,
0:15:29 bueno, algunos empleados comprenden, sin embargo,
0:15:33 el carácter grave de esta ceremonia
0:15:36 y tratan de instalar un clima serio,
0:15:39 pero en general no es así.
0:15:41 Yo digo que alguien tendría que meditar,
0:15:44 posiblemente un psicólogo, posiblemente un rolón.
0:15:48 Acerca del efecto que unas actitudes solemnes,
0:15:52 o incluso escénicas,
0:15:54 producen sobre las conductas humanas.
0:15:58 A mí me dijo rolón una vez que el placebo funciona,
0:16:01 mejor en vuelto este.
0:16:04 El placebo, quiero decir.
0:16:05 Una medicina que no...
0:16:06 Y aquí está medicina que en realidad no tiene ningún efecto,
0:16:09 pero que opera con el convencimiento del paciente de que sí lo tiene.
0:16:15 Entonces, mira, este traje,
0:16:17 esto que es especial para el dolor de garganta.
0:16:20 Toma dos gotas porque me llamas...
0:16:22 La medicina que nos gota de azúcar,
0:16:24 de agua azucarada, el tipo de lota me dice en cura.
0:16:26 Pero es más eficaz si usted lo envuelve muy bien
0:16:30 con un paquete que se tarde mucho,
0:16:34 con un prospecto de cinco hojas.
0:16:37 Y de eso es el cargo de la publicidad, ¿no?
0:16:39 No había la farmacia,
0:16:40 ya que son como unos shoppings,
0:16:43 son como supermercados la farmacia.
0:16:47 Hay una farmacia que vende patinetas.
0:16:51 Patecades, vende.
0:16:52 Patecures, que...
0:16:54 ¿Me parece solemnidad?
0:16:56 Yo me compro remedio en esa farmacia y no me hacen nada.
0:16:59 En cambio, una buena solemnidad,
0:17:01 incluso en lo artístico.
0:17:03 Mira, usted le va a gustar esto,
0:17:05 en lo artístico,
0:17:08 hay una solemnidad necesaria.
0:17:12 Necesaria.
0:17:13 Si usted, por ejemplo, es cantante de tango,
0:17:15 y antes de decir que la gente es brutal
0:17:17 cuando se ensaña y feroz cuando hace un mal,
0:17:21 cuenta que el pianista se compró un saco nuevo.
0:17:26 Desmerece.
0:17:29 Desmerece.
0:17:30 Y me dice, ¿de qué hay a este pianista?
0:17:32 Se compra, ¡ah, ah!
0:17:33 ¡Qué hay!
0:17:34 La gente es brutal.
0:17:37 Hay un amigo alemán.
0:17:41 Un amigo alemán que conocía hace algunos años
0:17:44 que vino Buenos Aires y vino con cierto mío.
0:17:47 Y estamos ahí,
0:17:49 y en un momento determinado le digo,
0:17:51 ¡mira, me voy a tocar!
0:17:52 Me dijo, ¿vas a tocar así vestido?
0:17:54 Me dijo, sí.
0:17:55 Me dice, ¿pues estás peor vestido que la gente que te vino a ver?
0:18:00 Yo no me voy a ver vestida.
0:18:01 Yo no me voy a ver vestida.
0:18:02 Con respecto a eso.
0:18:03 Y me dijo, la gente no tiene la obligación
0:18:05 de estar bien presentable, pero vos sí.
0:18:09 Tenía cierta razón.
0:18:11 Tenía cierta razón.
0:18:13 Pero fíjese, a veces,
0:18:17 la no-solendidad o la vestimenta suya
0:18:20 forma parte de una etiqueta,
0:18:24 que es otra,
0:18:25 que no es la del esmoque,
0:18:28 ni la del moñito,
0:18:29 pero es otra etiqueta.
0:18:31 Y que hace que sea más eficaz,
0:18:34 en algún género,
0:18:35 que usted esté vestido lo mismo que el público,
0:18:39 y que sería ineficaz si usted se pusiera un esmoque.
0:18:42 Y así mismo,
0:18:43 hay ciertos géneros musicales
0:18:45 que requieren la aliviantad del discurso
0:18:48 entre canción y canción.
0:18:50 Y yo le voy a poner un ejemplo.
0:18:53 Si nosotros, mientras cantamos las canciones,
0:18:57 las anunciáramos del modo más hueco,
0:19:01 así, y ahora continuación,
0:19:04 haremos una canción de un artista que bla, bla, bla.
0:19:08 Y esa gente que crea supenso,
0:19:10 empiecen a hablar de un artista
0:19:12 que, como si uno no supiera de quién está hablando.
0:19:16 En este programa, eso sería catastrófico.
0:19:21 Sería catastrófico.
0:19:23 Es mejor, es más eficaz para el tipo de arte que hacemos,
0:19:28 una cierta sensación casual,
0:19:31 una cierta leviandad.
0:19:36 No le voy a explicar por qué,
0:19:38 pero basta con decir que no siempre la solemnidad
0:19:43 hace que nos curemos del dolor de cabeza
0:19:47 con una cucharada de agua.
0:19:50 ¿A quién dedicar estas charlas sobre los juramentos,
0:19:53 sobre las solemnidades,
0:19:55 sobre la necesidad de ser solemnes?
0:19:57 Hay que ser solemnes en el casamiento, en el bautismo,
0:20:00 momentos que en la vida del hombre,
0:20:03 no digo son, eran sagrados,
0:20:05 se han ido desacralizando.
0:20:07 Entonces moría un tipo de sagrado.
0:20:10 Entonces había un velóreo, y yo era que sé yo,
0:20:12 ni velóreo.
0:20:14 Bueno, ¿a quién dedicar esta charla?
0:20:18 Hemos sido la discoteja,
0:20:20 y el tipo nos atendió con tanta solemnidad
0:20:22 que nos aburrimos,
0:20:24 y nos fuimos inmediatamente.
0:20:26 Así que hemos traído un disco de Lolita Torres,
0:20:29 en donde ella canta de un modo muy particular,
0:20:33 la canción que todos conocemos,
0:20:35 y que se llama, te lo juro yo,
0:20:37 probablemente compuesta
0:20:40 pensando en los juramentos
0:20:43 sobre las aguas del estige en la antigua Grecia.
0:20:46 Adelante Lolita Torres.
0:20:48 ¡Mira qué te llevo dentro de mi corazón,
0:21:00 por la sanducita de la maremia del Ojo Dios!
0:21:05 Mira qué pan mía en el mundo no hay nada más que tú,
0:21:08 y que me sacáis y si digo mentiras se queden sin luz.
0:21:14 Por ti contaría a la rena de mi mamá,
0:21:20 por ti yo sería capaz de matar,
0:21:25 y que el sitemiento me castiguedió,
0:21:31 eso con las manos sobre el Evangelio te lo juro yo,
0:21:37 yo no me di cuenta de qué te tenía,
0:21:41 hasta el mismo día en que te perdí,
0:21:45 y mi claramente es lo que te quería,
0:21:48 cuando ya no había remedio para mí.
0:21:52 Quédame por calle de hierle a barbura,
0:21:57 ponme ligadura y hasta pegame,
0:22:01 e llámelo sojo junto a una barena,
0:22:04 bandaje de pena, pero quédame,
0:22:07 ¡Mira qué te llevo dentro de mi corazón,
0:22:11 por la sanducita de la maremia del Ojo Dios!
0:22:16 Mira qué pan mía en el mundo no hay nada más que tú,
0:22:19 y que me sacáis y si digo mentiras se queden sin luz.
0:22:24 Por ti contaría a la rena de mi mamá,
0:22:30 por ti yo sería capaz de matar,
0:22:36 y que el sitemiento me castiguedió,
0:22:41 eso con las manos sobre el Evangelio te lo juro yo,
0:22:47 ya no eres el mismo que yo conocía,
0:22:52 el que no veía nada más que por mí,
0:22:56 que ahora vas con una distinta cadía,
0:22:59 en cambio yo muero de celos por ti,
0:23:04 claro que la culpa sé que esto pasará.
0:23:08 No la tuvo nadie, nadie más que yo,
0:23:12 yo que me ría, sé que esto acabará,
0:23:16 y luego he llorado porque se acabó.
0:23:19 ¡Mira qué te llevo dentro de mi corazón,
0:23:23 por la sanducita de la maremia del Ojo Dios!
0:23:28 Mira qué pan mía en el mundo no hay nada más que tú,
0:23:31 y que me sacáis y si digo mentiras se queden sin luz.
0:23:36 Por ti contaría a la rena de mi mamá,
0:23:42 por ti yo sería capaz de matar,
0:23:48 y que el sitemiento me castiguedió,
0:23:55 eso con las manos sobre el Evangelio
0:24:00 te lo juro yo.
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