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0:00:00 Hablaremos del juramento, pero del juramento en Grecia.
0:00:05 Sabéis usted que los antiguos griegos le atribuían al juramento una fuerza incomparable,
0:00:11 capaz de obligar tanto a los hombres como a las divinidades.
0:00:16 El juramento estaba compuesto por dos elementos.
0:00:20 En primer término, la invocación del Dios como garantía de la palabra.
0:00:26 Y en segundo lugar, la imprecación, es decir, el consentimiento por parte del que juraba
0:00:31 en recibir castigos merecidos si no decía la verdad o si faltaba a su promesa.
0:00:38 Hay que decir que en Grecia, en lo histórico y en lo mítico, los castigos eran terribles.
0:00:45 Tanto en Atenas como en Esparta, nadie podía desempeñar un empleo, ni ser soldado,
0:00:51 ni gozar de los derechos de ciudadanía sin someterse a la formalidad del juramento.
0:00:58 En los asuntos criminales, por ejemplo, los sospechosos juraban con las manos extendidas
0:01:06 sobre las entrañas de sus presuntas víctimas, y así aseveraban sus afirmaciones.
0:01:12 Les juro que yo no he sido, por ejemplo.
0:01:15 Esto, desde luego, contribuía a la rapidez de los juicios,
0:01:19 porque si usted tiene como norma formal el que los sospechosos juren sobre las entrañas de las víctimas
0:01:24 deberá celebrar el juicio rápidamente, antes de que la víctima se descomponga.
0:01:30 ¿No de ideas, no?
0:01:32 Cuando una tenianza cumplía 20 años y no pertenecía a la categoría de los siervos,
0:01:37 debía jurar fidelidad al Estado.
0:01:40 Tengo aquí en mi poder el juramento...
0:01:45 ¿El héroe original, ese?
0:01:47 Sí, señoris, sí.
0:01:48 De los ciudadanos diaptenas que decía así...
0:01:52 No deshonraré la profesión de las armas y no me ampararé jamás en una fuga vergonzosa.
0:02:00 Convatiré hasta exhalar el último aliento por los sitereces del Estado, unido a los demás,
0:02:08 y si es preciso, solo.
0:02:13 Hubo, a lo largo de la historia, algunas formas de curar muy extrañas.
0:02:17 Recordemos a Pitágoras, que juraba por el número 4, en el que veía el símbolo de la Divinidad.
0:02:23 Los discípulos juraban por su maestro.
0:02:27 Y Sócrates, por ejemplo, juraba por el amor y la amistad.
0:02:30 Un juramento que más se parece un brindis, ¿no?
0:02:33 En los poemas homéricos para solemnizar un juramento, se bebía,
0:02:41 pero también a veces se sacrificaba algún animal.
0:02:45 Mientras el sacerdote hundía el cuchillo en la garganta del chancho,
0:02:50 derramaba vino en el suelo y decía que vuestra sangre y también la sangre de este chancho
0:02:58 empapen la tierra si lo que juráis es falso.
0:03:03 Además, ¿quién infringía su juramento?
0:03:07 Era considerado execrable y condenado a futuras venganzas de Zeus.
0:03:14 Ustedes conocen las aguas del río Estigia, que era un río del infierno, como hemos dicho no hace mucho.
0:03:20 Eran unas aguas que servían para pronunciar juramentos.
0:03:23 Cuando un dios quería comprometerse, Zeus, el príncipe de todos ellos que velaba por los juramentos,
0:03:30 enviaba a Iris, una diosa su alterna, a llenar un jarro con el agua del Estigia.
0:03:37 No era fácil llenar jarros con el agua del Estigia porque estas aguas rompían todo Cacharro.
0:03:43 Así que únicamente podía recogerse agua tomando los vasos invertidos de algún caballo o de un equino cualquiera.
0:03:54 Ahí juntaban agua.
0:03:56 Bueno, pero cualquiera que metía una cacerola para juntar agua del Estigia,
0:04:01 bueno, si le rompía la cacerola, así me permite la expresión.
0:04:07 Los dios se juraban por esas aguas y si cometían perjurio, el castigo para un dios, ¿cuál era aquelo tengo?
0:04:16 Permanecer un año entero sin respirar.
0:04:19 Muelve.
0:04:20 No, porque eran inmortales.
0:04:22 Ahí tiene la gracia.
0:04:24 Una buena radiografía.
0:04:25 Eran inmortales, pero igual le resultaba muy molesto no respirar durante un año.
0:04:29 Tampoco podían comer durante un año.
0:04:32 Recuerdese que ellos bebían néctar y morfaban ambrosía.
0:04:37 Ese era el morfe y el escabio de los dioses y por un año no podían.
0:04:44 Durante nueve años este dios que había cometido perjurio quedaba al margen de los banquetes y los bailongos de los dioses.
0:04:52 Nueve años.
0:04:54 Después recuperaba todas sus prerrogativas.
0:04:58 Veamos algunos episodios de los mitos que muestran la rigidez de los juramentos y el castigo para quien los olvidaba.
0:05:06 Hablemos de Acontio, un muchacho de gran belleza, lindo tipo de hombre, que vivía en la isla de Seos.
0:05:15 Un día Acontio fue a las fiestas de Delos y vio una doncella que, acompañada de su nodrisa, también había ido a venerar a los dioses de Delos.
0:05:29 Y la muchacha era tan hermosa que Acontio se enamoró inmediatamente.
0:05:34 Sidipe se llamaba esta chica.
0:05:38 Acontio la siguió hasta el templo de Artemis y después hizo lo siguiente.
0:05:43 Tomó un membrillo, no un dulce membrillo, ese fruta parecía la manzana que nadie ve nunca.
0:05:51 Con la punta de su cuchillo grabó lo siguiente en el membrillo. Escribió el tipo, ¿no? Acontio. Escribió esto.
0:05:58 Uno por el templo de Artemis que me casaré con Acontio.
0:06:04 ¿Tú es el membrillo?
0:06:07 No es tan sencillo hacerlo, porque yo se intentara escribir esto en una manzana con un cuchillo y me cortaría los dedos.
0:06:15 Muy bien, juro por el templo de Artemis que me casaré con Acontio.
0:06:20 Y después lanzó el membrillo en dirección a la chica.
0:06:24 La muchacha tomó el membrillo, vio que estaba escrito y leyó y en aquellos tiempos aún se leía en voz alta.
0:06:31 Como bien sabemos, nadie hasta San Ambrosio, que fue el maestro de San Agustín, leía en silencio.
0:06:37 Todos leían en voz alta. Y la chica le dio.
0:06:42 Juno por el templo de Artemis que me casaré con Acontio.
0:06:48 Y lo le dio justo en el templo de Artemis.
0:06:51 Ella tiró el membrillo lejos, pero Acontio la señaló y gritó, pelito para la vieja.
0:06:58 Acontio regresó a su patria y así vivía consumiéndose amor por esta chica, la cual consideraba su prometida.
0:07:10 Sin embargo, el papá de Sídipe tenía pensado casarla con otro.
0:07:16 Y ahí apareció la diosa Artemis.
0:07:23 Cada vez que se iniciaban las fiestas de Ponzales de Sídipe con otro que le había elegido al padre,
0:07:30 con cualquier otro que no fuera Acontio, que seguía en su pueblo, lo más tranquilo,
0:07:34 la muchacha se enfermaba de un misterioso mal.
0:07:38 Y cuando la boda se suspendía, Sídipe recuperaba la salud.
0:07:43 Era la diosa que la hacía enfermar.
0:07:46 Cada vez que el viejo le conseguía a un novio, algo pasaba.
0:07:49 Entonces, el viejo fue a consultar al oráculo.
0:07:53 Fue al oráculo, y le dijo, ¡cuéchame, qué pasa!
0:07:56 Cada vez que mi hija se va a casar y se enferma o algo,
0:08:00 y el oráculo le reveló que Sídipe estaba atada a un juramento, le contó todo este piso de ojo del membrillo,
0:08:07 y el padre lo llamó a Acontio, ya que el oráculo le había, también le había dicho a quien estaba ligada por ese juramento.
0:08:14 Y se resignó al viejo a unir a su familia otra que no era tan noble,
0:08:19 porque parece que los de la familia de Acontio eran unas grasas.
0:08:24 Pero bueno, lo había jurado la muchacha y el que jura jura.
0:08:30 Si casaron, probablemente no fueron felices.
0:08:34 Pero, porque el cumplimiento de un juramento no garantiza la felicidad, sino más bien lo contrario.
0:08:40 Además, se caduca el juramento en un momento.
0:08:43 No, no caduca, señor.
0:08:45 Qué lindo decir, no caduca nunca. Mi amor no caduca nunca.
0:08:50 Nunca caduca.
0:08:52 Un dialecto a origen, padre.
0:08:56 Sí, nunca caduca.
0:08:58 ¿Por qué no caduca nunca?
0:09:00 Otro juramento le pasaremos por encima, porque lo hemos contado.
0:09:02 El poco es el de Filoptetes, el arquero Filoptetes, tuvo que ver con la muerte de Heracles,
0:09:06 mientras moría consumido por aquella camisa envenenada,
0:09:10 Heracles le dijo, pues, a los gritos, me muero, me muero, que sé yo,
0:09:15 y había ordenado a algunos amigos que lo quemaran en una pira para evitar más sufrimiento.
0:09:21 No que lo quemaran después de la muerte, sino que lo quemaran para que se muriera,
0:09:26 porque no podía soportar el dolor, que le ocasionaba el veneno de aquella camisa mágica.
0:09:31 Todos se negaron.
0:09:32 Qué valiente que era él, por qué.
0:09:34 Claro que era valiente.
0:09:36 Qué valiente.
0:09:37 Pero se me envió.
0:09:38 No, dice, mira, si te vamos a quemar, qué sé yo.
0:09:40 Todos se negaron menos Filoptetes, y él te le dijo, yo te voy a quemar.
0:09:43 Con tu una rama él, lo quemó.
0:09:46 Siempre había un amigo a mano.
0:09:48 Como premio a Heracles le dio su arco y su flecha.
0:09:50 Pero antes de morir, tuvo tiempo a Heracles mientras ardía
0:09:54 de hacerle jurar a Filoptetes, que era el único testigo de aquella muerte,
0:10:00 le hizo curar que jamás revelaría a nadie el emplazamiento de la pira.
0:10:04 Para que nadie fuera allá a rendirle homenaje,
0:10:06 dice, no me van a dejar tranquilo, oíste cómo es esto.
0:10:10 El mausoleo, el tan guad.
0:10:11 Heracles hizo una tea humana.
0:10:13 Debió hacer una escena digna de verse aquella.
0:10:16 Heracles ardiendo y reclamando juramentos de última hora
0:10:20 a un Filoptete que ya estaba alustrando el arco y la flecha,
0:10:24 que había recibido como premio a su silencio
0:10:27 y a su colaboración en este acto ígneo.
0:10:30 Es decir, Heracles le regaló su arco y su flecha.
0:10:34 Pasó el tiempo, la gente empezó.
0:10:39 Ché dice, bueno sabrá dónde está la...
0:10:42 donde ya será que, donde fue la pira.
0:10:46 Filoptete no le dijo nada a nadie.
0:10:48 Pero un día ya la empezaron a preguntar,
0:10:50 ¿de dónde sacaste ese arco? ¿de dónde sacaste esa flecha?
0:10:54 Me la dio Heracles. ¿Y por qué te la dio?
0:10:57 Y empezaron a sorprender que el tipo sabía.
0:11:00 ¿Dónde está enterrado? ¿Dónde está la pira? ¿Dónde fue?
0:11:03 No, no, no, el tipo no decía nada, pero al final,
0:11:05 cansado por las interrogaciones,
0:11:07 caminó en silencio hasta el lugar donde había estado la pira
0:11:10 y golpeó con el pie sin deser nada
0:11:13 y todos supieron que allí había sido quemado Heracles.
0:11:17 Filoptetes pensó que de este modo iba a eludir el castigo
0:11:20 por no cumplir un juramento.
0:11:22 En el poco tiempo fue castigado con una dolorosa herida
0:11:26 en el pie que se hizo justamente con una de las flechas de Heracles
0:11:31 que tenían esa propiedad, que usaban heridas incurable.
0:11:35 La herida además despedía un olor acre,
0:11:41 un gedor insoportable.
0:11:45 El texto dice,
0:11:48 la herida en el pie despedía un gedor insoportable.
0:11:51 No sabemos si la herida despedía un gedor
0:11:53 o si el pie, incluso con anterioridad de la herida.
0:12:00 Bueno, no parece que la herida de todo.
0:12:03 Por ese motivo, por aquella herida que no curaba nunca,
0:12:07 Filoptetes, que quería participar de la expedición atrolla,
0:12:10 no pudo llegar con nosotros jefes porque todos lo abandonaban,
0:12:14 mitad por el olor, mitad por los gritos de dolor
0:12:17 que profería cada momento.
0:12:19 Me duele, me duele, me duele.
0:12:21 No solo tenía mal olor, a la noche le dolía la herida
0:12:24 y todos querían dormir, el tipo,
0:12:27 ¡ah, me duele la herida!
0:12:29 A mí me dijeron, no lo llevemos nada,
0:12:31 este, vamos a dejarlo, no se puede dormir,
0:12:34 y si se calda tampoco se puede dormir, lo dejaron por ahí.
0:12:37 10 años más tarde, no lo contamos el otro día,
0:12:40 Filoptetes fue curado porque cuidó de los hijos de Asalto,
0:12:43 cuidó de los hijos de Asclepio, que eran médicos de las tropas griegas,
0:12:47 mire qué médicos que tenía.
0:12:49 Asclepio era nada menos que algo así como el dios de la medicina.
0:12:53 Apolo, para curarlo, lo sumió en un sueño profundo,
0:12:58 Apolo que era el papá de Asclepio también.
0:13:01 Mientras Macabón cortaba con un cuchillo de herida,
0:13:04 apese a anestesia, algo así, sí, va a ver que sí,
0:13:08 va a ver cómo es cierto usted.
0:13:10 No se convino y se curó, pero bueno,
0:13:14 dice Grimald, este es el primer ejemplo de una intervención quirúrgica con anestesia,
0:13:19 porque le dieron vino.
0:13:21 Ata mañana.
0:13:22 Puede retirar, puede retirar.
0:13:26 Bueno, así que ya en los mitos aparece un procedimiento anestésico,
0:13:31 te dan vino para que no te duela.
0:13:33 Bueno, estos son los juramentos,
0:13:35 todo lo que tenemos que decir por hoy,
0:13:37 y las consideraciones acerca del incumplimiento
0:13:40 considerado en sí propio, como diría el doctor Alterini.
0:13:43 Podríamos terminar esta charla con una queja acerca del escaso valor
0:13:49 de la palabra empeñada en estos tiempos,
0:13:51 de cómo no se cumplen los juramentos,
0:13:53 de que a nadie le importa,
0:13:55 pero supongo que todos ustedes ya estarán hartos de escuchar
0:13:58 esa canción en las peluquerías.
0:14:00 No se puede ir a cortar uno el pelo sin que el peluquero le diga,
0:14:03 mis tiempos cuando no jugaba algo, lo cumplía,
0:14:07 uno cumplía con la palabra empeñada,
0:14:10 mi viejo nunca firmó un cheque,
0:14:12 mi abuelo le daba la mano,
0:14:14 que hizo todas esas cosas.
0:14:17 Pero también es insólito que siga hasta el día de hoy el juramento como...
0:14:22 Como forma.
0:14:23 Sí, sí, pero en general...
0:14:25 Pero no fulo por mi vieja que...
0:14:28 Pero lo que pasa es que como no tiene mucho significado.
0:14:32 Nada más que un tópico de la retórica, ¿no?
0:14:37 ¿Qué quiere decir que si no se cumple lo que juró,
0:14:40 se muere la vieja?
0:14:41 Sí, te lo juro por mi vieja que se muera donde está,
0:14:44 enfatizaba en alguno cuando era chico.
0:14:46 Pero tampoco pasaba si...
0:14:48 Nadie tiene la pasabella, eventualmente, pero en otras circunstables.
0:14:51 Por eso perdió valor el juramento.
0:14:54 Sí, porque las viejas se insistían en seguir viviendo
0:14:56 más allá del incumplimiento de sus hijos.
0:15:00 Si no imagínense, nadie tendría madre.
0:15:04 Y así no lo hiciera Dios y la patria.
0:15:07 Me lo demande.
0:15:11 Lo que hay es una decadencia de la solemnidad.
0:15:14 Todo es cada vez menos solemne, ¿no?
0:15:16 Por ejemplo, te vas a casar y el tipo de registro civil
0:15:19 es cada vez menos solemne.
0:15:20 Es canchero.
0:15:21 Es canchero.
0:15:22 Sí, sí, sí, bueno para...
0:15:24 Te vemos poco tiempo.
0:15:25 Sí, bueno, sí, sí, se está a firmar cálido.
0:15:29 No se para hasta que le digan, si está todo bueno.
0:15:32 Algunos empleados comprenden, sin embargo, el carácter grave
0:15:35 de esta ceremonia y tratan de instalar un tema serio,
0:15:40 pero en general no es así.
0:15:42 Yo digo que alguien tendría que meditar,
0:15:45 posiblemente un psicólogo, posiblemente un rolón,
0:15:48 incluso, acerca del efecto que unas actitudes solemnes
0:15:53 o incluso escénicas producen sobre las conductas humanas.
0:15:59 A mí me dijo rolón una vez que el placebo funciona
0:16:02 mejor en vuelto este.
0:16:05 El placebo quiere decir...
0:16:06 Una medicina que no...
0:16:07 Hay una medicina que en realidad no tiene ningún efecto,
0:16:10 pero que opera con el convencimiento del paciente
0:16:15 de que sí lo tiene.
0:16:16 Entonces, mire, este traje,
0:16:18 esto es especial para el dolor de garganta.
0:16:21 Toma dos gotas porque me llamas...
0:16:22 Sí, dos gotas de azúcar.
0:16:25 De agua azucarada, el tipo se lo tomé secura.
0:16:27 Pero es más eficaz si usted lo envuelve muy bien
0:16:31 con un paquete que se tarde mucho,
0:16:35 con un prospecto de cinco hojas.
0:16:38 Y eso se encarga la publicidad, ¿no?
0:16:40 No había las farmacias, ahora que son como unos shoppings,
0:16:44 son como supermercados las farmacias.
0:16:48 Hay las farmacias que vende patinetas.
0:16:52 Cakes, ¿verdad?
0:16:53 ¡Para cuése que!
0:16:54 ¿Eso?
0:16:55 ¿Eso que arece de solemnidad?
0:16:57 Yo no compro remedio en esa farmacia,
0:16:58 y no me hacen nada.
0:17:01 En cambio, una buena solemnidad,
0:17:03 incluso en lo artístico,
0:17:04 mire, a usted le va a gustar esto, ¿verdad?
0:17:06 En lo artístico,
0:17:10 hay una solemnidad necesaria.
0:17:13 Necesaria.
0:17:14 Si usted, por ejemplo, es cantante de tango,
0:17:17 y antes de decir que la gente es brutal
0:17:19 cuando se ensaña y feroz cuando hace un mal,
0:17:22 cuenta que el pianista se compró un saco nuevo.
0:17:27 Desmerece, desmerece.
0:17:31 Y me decía, ¿de a qué a este pianista se compra?
0:17:34 ¡Ajá!
0:17:35 ¡Llegale, que!
0:17:36 La gente que es brutal.
0:17:39 Hay un paso con un amigo alemán.
0:17:43 Un amigo alemán que conocía hace algunos años
0:17:45 que vino Buenos Aires y vino con cierto mío.
0:17:48 Y estamos ahí,
0:17:50 y en un momento determinado le digo,
0:17:52 ¡Mira, me voy a tocar!
0:17:53 Me dijo, ¿váis a tocar así vestido?
0:17:55 Me dijo, sí.
0:17:56 Me dice, ¿estás peor vestido que la gente que te vino a ver?
0:17:59 Yo no me voy a ver de su falta.
0:18:02 Yo no me voy a ver de su falta.
0:18:03 Con respecto a eso.
0:18:04 Y me dijo, la gente no tiene la obligación
0:18:06 de estar bien presentable, pero vos sí.
0:18:09 Tenías cierta razón.
0:18:11 Tenías cierta razón.
0:18:13 Tenías cierta razón, pero fíjese, a veces,
0:18:18 la nozolendida o la vestimenta suya
0:18:21 forman parte de una etiqueta,
0:18:25 que es otra, que no es la del esmoque,
0:18:29 ni la del moñito, pero es otra etiqueta.
0:18:32 Y que, así que sea más eficaz, en algún género,
0:18:36 que usted esté vestido lo mismo que el público
0:18:40 y que sería ineficaz si usted se pusiera un esmoque.
0:18:43 Y así mismo,
0:18:45 hay ciertos géneros musicales que requieren
0:18:48 la livriandad del discurso entre canción y canción.
0:18:52 Y yo le voy a poner un ejemplo.
0:18:55 Si nosotros, mientras cantamos las canciones,
0:18:59 las anunciáramos del modo más hueco,
0:19:03 así, y ahora continuación, haremos una canción
0:19:07 de un artista que, blá, blá, blá.
0:19:10 Yo sé gente que crea suspenso.
0:19:12 Empiezan a hablar de un artista que, como si uno no supiera
0:19:16 de quién está hablando.
0:19:18 Bueno, en este programa, eso sería catastrófico.
0:19:23 Sería catastrófico.
0:19:24 Es mejor, es más eficaz para el tipo de arte que hacemos,
0:19:29 una cierta sensación casual,
0:19:33 una cierta livriandad.
0:19:38 No le voy a explicar por qué,
0:19:40 pero basta con decir que no siempre la solemnidad
0:19:45 hace que nos curemos del dolor de cabeza
0:19:48 con una cucharada de agua.
0:19:52 ¿A quién dedicar esta charla sobre los juramentos,
0:19:55 sobre las solemnidades, sobre las necesidades de ser soblemes?
0:19:59 Hay que ser soblemes en el casamiento, en el bautismo,
0:20:02 momentos que en la vida del hombre, no digo son, eran sagrados.
0:20:07 Se han ido desacralizando.
0:20:09 Hay un tipo de asagrado.
0:20:11 Entonces, hay un velóreo que se llama, que se llama,
0:20:14 un nivel óreo.
0:20:16 Bueno, ¿a quién dedicar esta charla?
0:20:20 Hemos ido a la discoteja y el tipo nos atendió
0:20:23 con tanta solemnidad que nos aburrimos
0:20:26 y nos fuimos inmediatamente.
0:20:28 Así que hemos traído un disco de Lolita Torres,
0:20:31 en donde ella canta de un modo muy particular.
0:20:35 La canción que todos conocemos, que se llama,
0:20:38 lo juro yo, probablemente,
0:20:41 compuesta pensando en los juramentos
0:20:45 sobre las aguas del estige en la Antiguo Grecia.
0:20:48 Adelante, Lolita Torres.
0:20:50 ¡Mira que te llevo dentro de mi corazón
0:21:02 por la sanducita de la maremia del lojo!
0:21:07 Mira que pa' mí en el mundo no hay nada más que tú
0:21:10 y que en mi saca y si digo mentiras se queden sin luz.
0:21:15 Por ti contaría la arena de hermana
0:21:21 por ti yo sería capaz de matar
0:21:27 y que si te miento me castiguedo.
0:21:32 Eso con las manos sobre el Evangelio te lo juro yo.
0:21:38 Yo no me di cuenta de que te tenía
0:21:42 hasta el mismo día en que te perdí
0:21:46 y di claramente lo que se quería
0:21:49 cuando ya no había remedio pa' mí.
0:21:53 Quédame por calle de hierle a barfura
0:21:58 con meligahuraria que pegame.
0:22:02 Ese ame los ojos, un puña barena
0:22:06 más dándome pena pero quíreme.
0:22:09 Mira que te llevo dentro de mi corazón
0:22:12 por la sanducita de la maremia del lojo.
0:22:17 Mira que pa' mí en el mundo no hay nada más que tú
0:22:20 y que en mi saca y si digo mentiras se queden sin luz.
0:22:25 Por ti contaría la arena de hermana
0:22:31 por ti yo sería capaz de matar
0:22:37 y que si te miento me castiguedo.
0:22:42 Eso con las manos sobre el Evangelio te lo juro yo.
0:22:48 Ya no eres el mismo que yo conocía
0:22:53 el que no veía nada más que por mí
0:22:57 que ahora vas con una distinta cabía
0:23:00 en cambio yo muero de celos por ti.
0:23:05 Claro que la culpa de que esto pasara
0:23:10 no la tuvo nadie, nadie más que yo.
0:23:14 Yo que me reías de que esto acabara
0:23:17 y luego he llorado porque se acabó
0:23:20 y mira que te llevo dentro de mi corazón
0:23:24 por la sanducita de la maremia del lojo.
0:23:28 Mira que pa' mí en el mundo no hay nada más que tú
0:23:32 y que en mi saca y si digo mentiras se queden sin luz.
0:23:38 Por ti contaría la arena de hermana
0:23:44 por ti yo sería capaz de matar
0:23:49 y que si te miento me castiguedo.
0:23:56 Eso con las manos sobre el Evangelio te lo juro yo.
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