Transcripción automática
0:00:00 Bien, tal como hemos prometido, hablaremos de algunas curiosidades acerca de las Pajuas a lo largo de la historia.
0:00:08 Comencemos por el lavado de pies, que era un momento que interesaba mucho a los pueblos cristianos de la Edad Media en la Semana Santa.
0:00:20 Se verificaba el jueves santo, incluso se celebraba hasta hace no mucho tiempo, si es que todavía no se se celebra, todavía en el Vaticano.
0:00:27 La barpíes, en épocas de pueblos caminantes, era signo de hospitalidad y se debía remover los restos del camino para comenzar un nuevo andar.
0:00:41 Se solía practicar en los caminos de la Edad Media, en numerosos albergues y hospitales, especialmente en los caminos de peregrinación, me imagino la extensa ruta, el postela, etc.
0:00:53 Bueno, en cada uno de estos albergues estaba establecido, que se recibiera al recién llegado, con agua para que se lavara las patas.
0:01:02 El origen de esto es el lavado de pies que el propio Cristo hizo a sus amigos en la última semana.
0:01:10 Esta costumbre llegó a Francia en tiempo de los borbones. En 1643, Luis XIII, el segundo borbón, obligó a quien luego sería Luis XIV, que tenía cuatro años, pobrecito,
0:01:27 a lavar las patas de cien viejos nobles que se sentaban en una mesa dispuesta para el caso. El pequeño Luis debía enjuagarlos con agua y secarlos con una toalla.
0:01:41 Bueno, y el chiquito, el futuro rey sol, debió ser llevado a la fuerza. Imagínense, se negaba, redondamente, a lavar esos pies diciendo que apestaban.
0:01:53 Los reyes franceses no la pasaban muy bien en Pascuas. Durante el viernes santo era costumbre que tocaran a los enfermos de escrófulasi, que es un hinchazón de los ángulos linfáticos.
0:02:07 Y esta práctica, quiero decir, la imposición de manos, estaba fundada en la creencia popular que atribuía al rey de Francia el privilegio de curar a los individuos atacados de esa terrible enfermedad.
0:02:21 Y el secreto para la curación se transmitía en última instancia. El secreto, o la potestad o el poder, se transmitía en última instancia.
0:02:32 En el momento en que un rey agonizaba, le decía a su sucesor al secreto, el secreto en el oído.
0:02:41 El rey debía colocarse frente al enfermo, me refiero al enfermo de escrófulas, y decía, el rey te toca diotecura.
0:02:55 Después lo lavaba y lo secaba con una toalla y se dice que, el cierto viernes santo, Luis XIV tocó a unos 1.800 escrufulosos, muchos más de lo que había en toda Francia, cálculo.
0:03:10 Bueno, de todas las costumbres pascuales, la más popular fue la de los huevos.
0:03:20 El huevo ha sido considerado por los pueblos más antiguos como símbolo de la creación. Nómbreme un símbolo de la creación, Jaimito.
0:03:43 En muchos casos, el huevo representaba al mundo, como decía Plutarco.
0:03:49 Plutarco decía que esto lo creía en los fenillos.
0:03:55 Si lavaba las manos, no los pies.
0:03:59 Los druidas, en cambio, buscaban huevos de serpiente porque pensaba que el que poseía dicho huevo podía conseguir cuanto deseaba.
0:04:08 También tenían el pensamiento inverso.
0:04:11 Cuando veían que alguien conseguía todo aquello que deseaba, inmediatamente decían, este, para mí, que tiene huevo de serpiente.
0:04:20 Incluso le decían en el barrio a las personas afortunadas huevos de serpiente.
0:04:27 Hay bien el huevo de serpiente.
0:04:29 Como a podó remoquete.
0:04:31 En nuestro interior de nuestra patria también existe una aproximación de este mito que es un basilisco, una especie de serpiente.
0:04:37 El basilisco, claro.
0:04:38 Parece que se esconde entre los huevos de las gallinas.
0:04:41 Bueno, eso le quería hablar.
0:04:43 O, un, mejor dicho, ocupa esos mismos huevos, como inquilino e indeseado.
0:04:50 Y aparece, de pronto, ante el recolector de huevos inadvertido.
0:04:56 Y si consigue mirarlo antes de ser mirado, el recolector de huevos se vuelve ciego.
0:05:05 Sí, inmediatamente.
0:05:06 Esto lo sabe cualquiera.
0:05:07 ¿Cuálquiera que haya accedido?
0:05:08 ¿Y sabe cualquiera que haya recogido media docena de huevos?
0:05:12 Por eso entre los hueveros hay tanto ciego.
0:05:17 Yo cuando veo un huevero ciego...
0:05:19 Inmediatamente piensas.
0:05:21 Enseguida le pregunto, basilisco...
0:05:24 A veces dice el tipo.
0:05:26 Los reconoce porque va tanteando también el tipo ahí.
0:05:29 No, sabe el tacto de un huevero.
0:05:31 El huevero ciego es una linda novera de John Dickson K.
0:05:36 No, el barbero ciego, o sea.
0:05:38 Los ruidas ya se lo dije. Cuántas veces quiere que se lo diga.
0:05:41 En cambio no le dije lo que hacían los griegos y los romanos.
0:05:44 Que ofrecían huevos a los dioses para purificarlos.
0:05:48 Para purificar a los dioses o para purificar a los huevos.
0:05:52 La frisla.
0:05:53 También servían huevos en los banquetes fúnebres.
0:05:56 Pues de este modo purificaban las almas de los muertos.
0:05:59 Cuando entre los primeros cristianos se observaba la cuaresma
0:06:04 y se observaba con toda la rigidez de los primeros tiempos
0:06:08 estaba prohibido comer carne, lácteos y huevos.
0:06:13 Nada de ser obo-maltina como son.
0:06:16 Obo-lacto vegetariano.
0:06:18 Ahí está, obo-lacto vegetariano.
0:06:21 Socialdemócrata.
0:06:22 Nada. Ni obos ni láctos.
0:06:24 De esta abstinencia resultaba un gran acopio de huevos.
0:06:29 Y qué es el pariso.
0:06:30 Y si toda la gente durante una semana no comía huevos
0:06:32 las gallinas siguen poniendo, señor.
0:06:34 Por más que sea semana salta.
0:06:35 A la gallina le importa.
0:06:37 No importa mucho.
0:06:40 Entonces se introdujo la costumbre de mandar a ven decir
0:06:43 estos huevos.
0:06:45 Estos.
0:06:46 El sábado santo.
0:06:48 Llegado el domingo la gente se regalaba mutuamente
0:06:51 gran cantidad de huevos.
0:06:53 Cuando se desarrolló aquel rito comenzaron a suceder
0:06:57 algunas prácticas curiosas.
0:07:00 En París los estudiantes de las Orbonas
0:07:04 organizaban la procesión de los huevos.
0:07:08 Que es otro buen título.
0:07:10 Los alumnos, los heladores y otros muchachones
0:07:14 se reunían en las plazas públicas
0:07:16 y se dirigían a las iglesias para cantar.
0:07:19 Y luego se dispersaban e iban de puerta en puerta
0:07:23 pidiendo huevos.
0:07:26 Un huevito por el amor de Dios.
0:07:29 Según las crónicas las colectas tenían grandes resultados
0:07:32 porque nadie se negaba a darlo.
0:07:34 El huevo no se le niega a nadie.
0:07:37 Y todos llevaban huevos en una canasta colgada al cuello.
0:07:43 Algúnas jóvenes nobles se hacían llevar los huevos por perros.
0:07:49 Eso son gente sin gente bien.
0:07:52 Ninguna persona se atrevía a negar los huevos solicitados.
0:07:55 La mayor parte de la colecta estaba destinada a los indigentes.
0:07:59 No se podían comer los indigentes.
0:08:02 No, los huevos.
0:08:04 Pero tampoco podían venderse durante el tiempo cuaresmal
0:08:07 para conservarlos a falta de ladera.
0:08:11 Como decíamos ayer.
0:08:13 Sí, se los cosía.
0:08:15 Ay, qué dulce.
0:08:17 Claro, no hay nada más terrible.
0:08:20 Durante el reinado de Luis XIV
0:08:23 empezó la costumbre de pintar los huevos.
0:08:27 Muy aparecezado.
0:08:31 Un tal soniante, un comerciante establecido en la bajada de Pompé
0:08:40 Soniante contó que era costumbre levantar en la misma cámara del Rey,
0:08:46 en la pieza del Rey,
0:08:48 verdaderas pirámides de huevos pintados
0:08:51 que luego el Rey regalaba a sus cordezanos.
0:08:54 Muchos pintores célebres como Bató, Lancre, Bouchet
0:08:58 realizaron en ellos, en huevos,
0:09:01 verdaderas obras de arte.
0:09:04 En el Museo Lambiné de Versalles
0:09:07 se encuentran dos huevos que se consideran una maravilla.
0:09:13 Y acá en los penales sentados en una silla.
0:09:16 Fueron regalados el día de Pascua a Madame Victoria,
0:09:19 la tía de Luis XVI.
0:09:21 Mirá los huevos que le regalaron a mi tía.
0:09:24 En Rusia era costumbre que cada invitado
0:09:26 tuviera en la mano un huevo.
0:09:30 E hicieron una especie de british
0:09:34 chocando el suyo con el del vecino.
0:09:42 Y ahora le toca al vecino.
0:09:45 Gracias, pero yo no tomo más.
0:09:50 Abstemio y obolacto vegetariano.
0:09:52 En un día los muchachos
0:09:55 hace chában desde el amanecer del domingo de Pascua
0:09:58 a las chicas de sus pueblos
0:10:00 para llevarla junto a las fuentes.
0:10:03 Allí jugueteando les pedían como contribución
0:10:06 Pascual, un huevo y un beso.
0:10:18 Sí, bien, los húngaros.
0:10:20 ¿Cómo te llamás Pascual?
0:10:23 ¿Me sabe esa voluntad?
0:10:25 Sí, me sabe lo igual.
0:10:27 El huevo era entregado sin dificultad,
0:10:38 pero todas procuraban eludir al beso.
0:10:41 Así comenzaban alegres persecuciones
0:10:46 que terminaban con la muchacha accediendo al beso.
0:10:51 Un emblema de calendario dio lugar a otro tipo de festejo.
0:10:55 Para glorificar el día de la resurrección,
0:10:58 algunos nobles y sacerdotes franceses
0:11:01 procuraban hacer comenzar el año el 1º de abril.
0:11:05 ¿Sabes de todos los modos que a lo largo de la historia?
0:11:08 No siempre empezó el año el 1º de enero.
0:11:12 Ni mucho menos.
0:11:14 Fue Carlos Noveno, quien para calmarlos
0:11:17 dispuso por ordenadas a que el año comenzara el 1º de enero.
0:11:21 Dijo, bueno, acá se viene una época de orden.
0:11:24 El 1º de enero.
0:11:26 Sin embargo, el clero había hecho muchas prédicas en ese sentido
0:11:32 y durante mucho tiempo el año nuevo variaba según las regiones.
0:11:36 Pero esta decisión de comenzar el año el 1º de enero
0:11:41 dio lugar a un problema de orden económico,
0:11:43 la gente que acostumbraba a hacerse regalos en época de fiesta,
0:11:46 en Navidad y en el año nuevo,
0:11:49 no podía hacer regalos dos veces al año,
0:11:52 si ponían el año nuevo.
0:11:56 Y entonces la costumbre derivó en hacer regalos en enero
0:12:02 y sustituir los regalos de abril por bromas pesadas.
0:12:09 ¿Y de los tontos que lo llaman?
0:12:12 Claro, se caracterizó ese día el 1º de abril
0:12:15 por la entrega de regalos simbólicos o bromas.
0:12:20 ¿Cómo es que se dice, francés?
0:12:23 Tonto o primo.
0:12:25 Bueno, porque hay una forma más de lo hacer,
0:12:28 decirlo que es con, pero este caso lo conviene.
0:12:31 Sí, tenemos un ejemplo, un ejemplo de broma
0:12:33 para unos tranquilos a casa.
0:12:37 Los protagonistas fueron el marqués de Ramón y el conde de Toulouse,
0:12:41 hijo de Luis XIV y de Madame de Montepan, su querida.
0:12:45 En la noche del 31 de marzo,
0:12:47 mientras el marqués de Ramón apolillaba,
0:12:50 el conde de Toulouse entró a la habitación
0:12:54 y le cambió toda la ropa que el marqués había preparado
0:12:59 La reemplazó por ropas idénticas, pero varios talles más chiques.
0:13:03 Al otro día, al levantarse, el marqués quiso vestirse,
0:13:07 pero nada le entraba.
0:13:10 Y, ayer, con gritos, el marqués creía haberse agigantado
0:13:14 a causa de un sortilegio.
0:13:17 Inmediatamente ordenó que trajeran un médico
0:13:21 que no era otro que el conde de Toulouse, ni frasado.
0:13:25 Qué laburo, ¿no?
0:13:27 Lo revisó, le tomó el pulso y le diagnosticó
0:13:30 agigantamiento repentino.
0:13:33 Y le escribí una receta que decía,
0:13:37 ¡Eso es un estúpido, debajo de tu cama encontrarás tu ropa!
0:13:41 Maravilla, ¿eh?
0:13:43 Qué hermoso, yo lo hubiera hecho de capital después.
0:13:46 Muy linda ropa.
0:13:48 Dedicado al marqués y al conde de Toulouse.
0:13:50 Bueno, ¿a quién quiere hacer su dedicatoria?
0:13:53 En realidad, Alejandro, digo, aparte,
0:13:55 esto es simpático, realmente, pero después las bromas
0:13:57 se vuelven con el tiempo este...
0:13:59 Esta broma es simpática, pero...
0:14:01 ¿Cuando empieza la sucesión creciente
0:14:05 de bromas, más tarde o más temprano
0:14:10 viene la ofensa, el encorno...
0:14:13 La ofensa, y sobre todo, lo inoportuno,
0:14:16 aquí usamos el día de los inocentes,
0:14:18 que consiste, sobre todo, en hacerle creer a uno
0:14:20 que sucedió algo que no sucedió, ya sea un hecho,
0:14:23 digamos, a favor, un hecho, fauto o infarto.
0:14:27 Y esto generan las dos cosas peores,
0:14:29 que hay que son la expectativa por la excesión por.
0:14:32 Claro, como si no va a estar la que esto,
0:14:34 con la forma en que uno inicia cada día la vida con esto.
0:14:36 Como si no fuera el día de los inocentes cada...
0:14:38 Cada día, este.
0:14:39 Cada jornada, donde siempre hay esperanzas
0:14:42 que no se cumplen.
0:14:44 Exactamente, y...
0:14:45 Desenganios...
0:14:46 Que se cumplen y así.
0:14:47 Bromas pesadas del destino, etcétera.
0:14:49 Bien, entonces, contra eso, no, pero sí podemos pensar
0:14:52 en aquellos que, en su momento, cumplían el ritual
0:14:55 de lavado de pizque, además, es un gesto de humildad,
0:14:58 es un gesto que el Cristo hace para sus apóstoles
0:15:00 y lo que es el primero de sus servidores.
0:15:02 Y digo, no para aquellos que, de algún modo,
0:15:05 han corrompido ese costumbre,
0:15:08 y además, sobre todo, han perdido la interpretación originaria
0:15:11 y que también hoy peregrinan y van por los caminos
0:15:13 y acceden a los santuarios sin hacer de esto nada más
0:15:16 que un gesto frívolo.
0:15:17 Digo, esos, pase lo que pase, lejos entrar al cielo,
0:15:20 van a quedarse siempre en la vía.
0:15:22 En la vía, un tango compuesto pensando
0:15:25 en las personas que recorrían aquellos largos terminos,
0:15:28 aunque la letra no diga nada de eso.
0:15:30 Está dentro, no hay que interpretarlo.
0:15:32 Va a ser cantado inmediatamente por Don Edmundo Rivero.
0:15:58 Y yo otra vez que yo no me sumo con esos soltarios
0:16:03 que toman de varón calorando de jubes,
0:16:07 yo tomo el ricino sin pena ni agradió,
0:16:11 que al fin y del tigudo no mando un placer
0:16:14 para que andar con cuentas.
0:16:16 Si es algo el rosario,
0:16:18 ahora te hago el despecho por una mujer.
0:16:23 Y si llegas y añorarla,
0:16:27 porque al final le he querido
0:16:31 no hay de arrumarme batido
0:16:34 en un rincón del café.
0:16:38 Mierde sacar un pañuelo
0:16:41 para llevarlo a mis ojos,
0:16:45 ni la primiera como un flojo,
0:16:49 porque la vía que ve
0:16:51 te fue mala suerte para el pancreo
0:16:56 que tanto merengue por una mujer.
0:16:59 Si aquel que se arruga pidiendo socorro,
0:17:03 no es hombre ni tiene vergüenza con él,
0:17:07 que adiós, burlincito, que adiós, anidiara,
0:17:11 el banco y valerio todo ha ganado.
0:17:15 Paciencia con padres no es culpa al estrarar,
0:17:19 de vuelta al convento no pase calor.
0:17:24 Y si llegas y añorarla,
0:17:28 porque al final le he querido
0:17:32 no hay de arrumarme batido
0:17:36 en un rincón del café.
0:17:39 Mierde sacar un pañuelo
0:17:43 para llevarlo a mis ojos,
0:17:46 ni la primiera como un flojo,
0:17:51 porque la vía que ve.
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