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0:00:06 aquí en la que hace Gorriti 593 entre Arevalo y Rabindiani, mañana también vamos a estar
0:00:13 aquí a la medianoche, es gratis. Eso creo. Sí, señor. Hablaremos de algunos inventos,
0:00:22 el origen de algunos inventos y sus curiosas genes, si se diga de algún caso. Y son, además,
0:00:28 inventos, y sale segunda fila, no tan espectaculares, pero sí muy útiles.
0:00:39 Primero invento la lata de conserva. La lata de conserva se inventó medio siglo antes
0:00:49 que labrilatas, lo que nos permite conjeturar que durante 50 años todas las latas permanecieron
0:00:57 cerradas. En 1812 los soldados británicos llevaban, entre sus pertenencias, unas latas con comida.
0:01:10 Las tenían que abrir con ayuda de la valloneta y a veces a tiros. Pero hay que decir que
0:01:20 aquellas latas eran enormes, muy pesadas, legru esas paredes de hierro. Solo cuando se consiguió
0:01:28 crear un envase más liviano, allá por 1850, se pudo pensar en un abrilatas. Y el primero,
0:01:37 el primer abrilatas, fue idea de un norteamericano llamado Esra Warner. Era un artilugio enorme,
0:01:47 me refiero a la abrilatas. Su vista impresionaba, alquiera, una mezcla mecánica entre Oz y
0:01:55 Valloneta. Debía hacerse una fuerza de comunal para abrir una lata y muchas veces esto terminaba
0:02:11 en accidentes para quienes lo manejaban y también para los que miraban.
0:02:16 Cata, donde está la abrilata, que no tiro de la pata, no lo puedo encontrar.
0:02:29 Recién en 1870 apareció el abrilata que conocemos, con una rueda cortante girando alrededor
0:02:38 del reborde de la lata. Lo inventó William Lehmann, un herrero que se dedicaba a hacer
0:02:46 cortes ornamentales para soldar luego en las verjas más lujosas. Su éxito fue instantáneo,
0:02:53 y Lehmann, que había patentado el invento, se hizo misonario.
0:03:01 La primera máquina extractora de polvo se presentó en 1898 en Londres. Se trataba
0:03:11 de un artefacto que en realidad no merecía el nombre de aspiradora, ya que soplaba. Era
0:03:21 una máquina provista de una caja metálica en cuyo interior se alojaba una bolsa de aire
0:03:27 comprimido. El aire se proyectaba sobre la alfombra, por ejemplo, con la pretensión
0:03:34 de que el polvo se depositará en la caja, cosa que no ocurría jamás, porque la sociedad
0:03:42 salía disparada en todas las direcciones. Un joven inglés llamado Herbert Butts asistió
0:03:50 a una demostración y insinuó la conveniencia que en vez de expirar el aire lo que la máquina
0:03:58 debía hacer era aspirar. Butts pasó algún tiempo pensando en aquella idea. Escribió
0:04:04 en su cuaderno de notas, que lo tenemos aquí. Hoy es el experimento de aspirar con mi propia
0:04:13 boca el respaldo de una silla tapizada en un restaurante Victoria Street. El polvo me
0:04:19 hizo toser espruentosamente, pero conseguí aspirarlo.
0:04:25 Coral, contéstame lo ahora, donde está la aspiradora, no la puedo encontrar.
0:04:36 Luego el amigo Butts comprendió que además de la bomba aspiradora, el secreto resedía
0:04:42 en encontrar un tejido de urinbre, espesa, para utilizarlo como filtro. Cosa que pudo
0:04:53 realizar en 1901. Aquel año patentó su invento, pero era tan grande la aspiradora que debía
0:05:00 ser trasladada entre tres personas en una carretilla. Sus primeros clientes fueron dueños
0:05:06 de grandes locales públicos y tuvo encargos importantes, como por ejemplo aspirar la
0:05:13 abadía de Westminster en la ocasión de la visita de Eduardo VII para su coronación.
0:05:20 Más tarde, durante la primera guerra, se ordenó llevar numerosas aspiradoras al Palacio
0:05:26 de Cristal en cuyo suelo yacía en los enfermos del Tifus. Parece que el contagio de cierto
0:05:34 tipo de Tifus se realizaba debido al polvo en suspensión. Entonces, quince aspiradoras
0:05:42 al mando de Butts trabajaron día y noche, se sacaron 26 camiones de polvo y tal vez
0:05:50 por una feliz casualidad terminó la epidemia. A partir de 1918 comenzó a comercializarse
0:05:58 la aspiradora. Hace 2700 años el pueblo de Trusco confesionaba prótesis dentales con puentes
0:06:09 de oro, utilizaba como materia prima dientes de animales e incluso dientes de manos que
0:06:16 tallaban a la medida de la necesidad de reglamento. En la Edad Media los dentistas no creían en
0:06:24 la posibilidad de la dentadura postiza y por esto las prácticas odontológicas se estancaron
0:06:31 muchísimo. Y saber primera de Inglaterra y simulaba la oquedad en la que la ausencia
0:06:40 de dientes dejaba en su boca, resonándola con tiras de tila que colocaba sobre las sencías
0:06:47 para que, para amoldar la busca evitando que se llundieran los labios.
0:06:54 Sí, a fin de siglo XVII la dentadura postiza todavía era una rareza. Los dientes de arriba
0:07:03 se sujetaban lateralmente a sus dientes vecinos mediante ataduras de seda, con cordón de
0:07:10 seda. Las piezas eran talladas a mano y se utilizaban dientes humanos que vendían los
0:07:17 pobres. Otras veces eran engastados los dientes en sías artificiales hechas de marfil. Lo
0:07:28 paradójico era que con esas dentaduras no se podía comer, porque al primer mordisco
0:07:35 se te torcien todos los dientes.
0:07:37 Prisa, acánsame de prisa, la dentadura postiza que tengo que salir.
0:07:49 A principios del siglo XVIII un francés llamado Fochard, conmovido por los padecimientos que
0:07:57 las damas de la corte estaban dispuestas a soportar con tal de lucir dientes, y deó
0:08:03 un sistema de fijación de las piezas lentales superiores mediante muences de acero que conectaban
0:08:11 los dientes de arriba con los de abajo.
0:08:14 ¿Cómo abre la boca?
0:08:16 Claro, el mordisco era compensado por un sistema de resortes.
0:08:21 Pero tenía un problema que usted acaba de señalar, resultaba imposible mantener la boca cerrada,
0:08:27 ya que los resortes se le abrían.
0:08:31 De todos modos el invento hizo furor y luego fue perfeccionado.
0:08:35 Quedaba como esas máquinas, para agujeriar papeles, para hacer los apuntos.
0:08:39 Exactamente hizo.
0:08:40 Quedaba arriba.
0:08:41 La fuerza la tenía que hacer en su rostro.
0:08:46 Entre los problemas de las dentaduras postizas, uno de los más serios era el deterioro de
0:08:51 los dientes artificiales.
0:08:53 El George Washington que usaba dentadura postilla tuvo problemas de esa naturaleza y no soportaba
0:08:59 el mal olor de los dientes de marfil, entonces los emergían o porto durante toda la anuncia.
0:09:06 El problema desapareció a finales del siglo XVIII, junto con Washington, me imagino.
0:09:13 No, con el invento de la dentadura de porcelada, digo el problema en general, con el Washington.
0:09:19 Como vulcanita, un compuesto de caucho, fue muy útil para la fabricación de ansías artificiales.
0:09:27 También llegaron a hacerse dentaduras de celuloides hasta que en cierta ocasión se prendió
0:09:35 fuego en la boca del orburro que pitaba hasta el final un cigarrillo en un club de Londres
0:09:41 y le agarró fuego en el celuloide de burros y se dieron que apagarlo con cifó.
0:09:48 A principios del siglo XIX en Inglaterra inventaron este sotrimento.
0:09:54 No los dientes.
0:09:55 Fin de los dientes, los dientes de papá.
0:09:58 A principios del siglo XIX en Inglaterra inventaron unos pequeños órganos, esas musicales,
0:10:15 que mediante unos procedimientos mecánicos hacían música sin que fuera necesario la presencia
0:10:22 de un instrumentista.
0:10:23 Ya había esto, las máquinas de tocar existían y hacían mucho tiempo.
0:10:30 Las de los troquelados, ¿no?
0:10:33 Como se llama ese aguaco grabado.
0:10:35 Pero bueno, acá con esta clase de órganos bastaba con girar una manibe, el A, moza,
0:10:42 y el uso de música para aparatos así.
0:10:45 Pero estos organitos llenaron las calles de música, tuvieron mucha acertación y contribuyeron
0:10:53 a popularizar melodías que de otro modo solo podían escucharse ante la presencia de un
0:10:59 orquesta.
0:11:00 Gente que jamás había oído un piano, pudo conocer cierta humilde emoción musical.
0:11:07 Recuerde, sí, que no existía un disco.
0:11:09 Había gente que jamás escuchaba un tipo tocar piano.
0:11:13 Entonces, estos aparatos, organistas que algunos de nosotros hemos visto, eran el puente de
0:11:25 tanta gente humilde y la música.
0:11:27 Después vino el fonógrafo, no, y desplazó estos aparatos y aparatos que inmediatamente
0:11:35 y solamente me parece a mí en virtud de su ausencia tomaron una dignidad que antes
0:11:45 no tenía.
0:11:46 Pianito que cruzas la calle, cansado, moriendo el eterno, familiar motivo que el año pasado
0:12:06 envía a los lunes de invierno.
0:12:09 Con tu boca angosa dirás en la esquina la canción ingenua, la de siempre.
0:12:16 ¿Acaso esa preferida de nuestra vecina?
0:12:21 La costrerita que dio que el mal paso.
0:12:24 Y luego de un balce te irás como en una tristeza que cruza la calle de cierta.
0:12:31 Y habrá quien se fiede mirando la luna desde alguna puerta.
0:12:36 Adiós, almanueza.
0:12:39 Parece que dicen las gentes en cuanto te alejas.
0:12:44 Pianito del dulce motivo que me sememorias queridas y viejas.
0:12:51 A noche, después que te fuiste, cuando todo el barrio dormía en su ciego, qué triste,
0:13:08 lloraba los ojos del ciego.
0:13:21 Las ruedas embarradas del último camino, en grandes de la tarde buscando para rabar.
0:13:31 Cuando un caballo plazo y un rey, un bonito y un coro de muchacha, el tiraje perroca con
0:13:40 pasos apagados, eléctricas en esquina donde ese mes inluye a la llanta y al mar.
0:13:48 A que baile el palce detrás de la ornacía, la palma marquesa, y el palmo marqués.
0:13:56 Y el último organino me descorta en puerta, hasta incondar una casa a la vecina muestra,
0:14:05 en la vecina quera que se canso de amar.
0:14:09 Y así molera a talbo para que llore el ciego, el ciego inconsolable del verso de Carmiego,
0:14:17 de fuma, fuma y fuma sentado en el umbral.
0:14:23 Al final, un barán, un pausense, y el aglomio se encerrada, abriendo las peracianas detrás
0:14:46 de su caldición.
0:14:47 Y el último organito se perderá en la nada, y el alma de un sur se quedará sin vos.
0:14:58 Y el último organito, una de fuerte en puerta, hasta incondar una casa de la vecina muestra,
0:15:08 el palmo marqués, y el palmo marqués.
0:15:19 Y así molera a talbo para que llore el ciego, el ciego inconsolable del verso de Carmiego,
0:15:35 de fuma sentado en el umbral.
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