Transcripción automática
0:00:00 Terrible, hoy estamos transmitiendo desde el Teatro Italia de Rojas provincia de Buenos Aires y la semana próxima ya estaremos nuevamente en Buenos Aires.
0:00:17 Bien, le decimos a las personas que cuando termine el programa vamos a sacarnos si ustedes quieren fotos porque algunos han venido y han sacado fotos, más o menos, de allá atrás, que sé yo.
0:00:29 Así que cuando termine el programa nos quedaremos con ustedes a saludarnos, a que nos conviden bombones, maroc...
0:00:36 Yo tengo que entreguen cosas, objetos de vitigranja o lo que... Esa es voluntad, ¿no?
0:00:45 Bien, gracias. Tal como habíamos anunciado, hablaremos del Papa Luna.
0:00:51 Esta es quizás la historia de una obstinación.
0:00:56 Así que vamos a ubicarnos en medio del Gran Sisma de Occidente.
0:01:02 Estuvo lugar entre fines del siglo XIV y comienzos del XV, y la Iglesia se dividió en dos papados.
0:01:10 El Sisma comenzó con la elección polémica del Papa Urbano VI, en 1378.
0:01:19 Muy bien, parece que los cardenales que lo eligieron a Urbano estaban aterrorizados porque fuera del Conclave, o sea, donde estaban ellos reunidos,
0:01:29 se habían juntado cientos de personas que los amenazaban de muerte si elegían a un Papa extranjero.
0:01:38 Como Urbano era de Vari, la elección fue bien recibida.
0:01:43 Pero esto no les gustó a los nobles franceses que impugnaron la elección y se produjo a Sisma.
0:01:53 Los franceses dijeron cómo puede ser, que esto eligieron a un italiano porque afuera estaba la gente,
0:01:58 y quitándolo te vamos a matar, que soy yo, yo como son estas cosas, Sisma.
0:02:02 Muy bien, los cardenales leales a Francia nombraron a Clemente VII, otro Papa, y lo alojaron en Avignon.
0:02:11 En Roma permaneció Urbano VI.
0:02:15 Todos los reinos europeos se alinearon tras alguna de estas dos cedes.
0:02:21 Muy bien, cuando murió Clemente VII, el Papa de Avignon llegó, el Papa que habían elegido en Avignon, no? Clemente,
0:02:32 como a ese mismo trono, o sea, el trono rebelde que estaba en Avignon, Pedro de Luna, que era un cardenal aragonés,
0:02:41 había nacido en 1328, tenía 66 años cuando se convirtió en Papa, tomó el nombre Papal de Benedicto XIII,
0:02:52 pero fue más conocido como el Papa Luna, que era su apellido verdadero.
0:02:56 En realidad, desde la visión del Vaticano era un antipapa.
0:03:00 Cuentan que este señor Luna estaba de lo más contento con su consagración.
0:03:05 Imagínese, vos te dedicas a cura y te nombran Papa, que más querés.
0:03:13 Aunque la enemistad de Avignon con Roma persistía, él en realidad se creía el dueño de toda la cristianidad
0:03:21 y por nada del mundo estaba dispuesto a abandonar esa convicción.
0:03:25 Pero había un problema. Sus colegas sismáticos lo habían nombrado Papa en el transcurso de un conclave
0:03:35 en el que sus miembros se habían comprometido unánimamente a resignar la tiara Pontificia, el sombrero,
0:03:44 en el sentido de resignar el título del Papa, en caso de que esto se juzgara conveniente para la unidad de la Iglesia.
0:03:51 Entonces, dije, bueno, de acá entre nosotros va a salir un Papa.
0:03:55 Ojo, entre todos, dije. El que elijamos tiene que renunciar inmediatamente si en algún momento pinta la unidad.
0:04:05 Si pinta que nos tenemos que unir con los neatos de Roma, el que elijimos hoy renuncia.
0:04:11 Está claro, si, renunciamos, renunciamos. Lo eligieron al Papa Luna.
0:04:17 Sobreviñaron unas conversaciones con Roma y vinieron todos y dije, oye, oye.
0:04:25 ¿Te acordás que dijimos que si había conversaciones el que elijéramo renunciaba?
0:04:29 Bueno, renuncia. Oh, no, dejo el tipo.
0:04:32 Y yo me eligieron, tomen que voy a renunciar, no renuncio nada.
0:04:37 Bueno, una comitiva de cinco mil personas vino a Avignon exigiendo que Luna cumpliera aquella promesa realizada ante el Conclave.
0:04:46 Pero este hombre no quiso saber nada.
0:04:50 En 1398 un ejército de la coalición romana puso sitio a las torres del Palacio de Avignon, justo mientras el Papa Luna
0:05:02 estaba celebrando en los jardines una representación de la Guerra de Troya.
0:05:07 Que bueno.
0:05:08 Estaban haciendo una obra de teatro que era la Guerra de Troya.
0:05:11 Yo lo hablaba y yo he dicho, llegaron las tropas romanas y nos citearon.
0:05:17 Cajas chinas.
0:05:19 Entonces adentro el Palacio contaba la historia de un sitio, del sitio de Troya.
0:05:26 Y afuera estaban citeando el mismo lugar donde representaban el sitio de troya.
0:05:31 Entonces como los de afuera apuraban, el Papa le dijo a los actores, apurencen con la obra y dice porque si no nos llegamos al final.
0:05:43 Aquí les fuiste.
0:05:45 Porque él quería ver como el caballo de madera entraba en Troya que era la mejor parte.
0:05:51 Metanle muchachos y dice que no se están citeando.
0:05:55 Cuando el ejército que los rodeaba le prendió fuego al Palacio, se tuvo que suspender el incendio de Troya que estaba adentro.
0:06:07 Ah, de Troya.
0:06:11 Al final el Papa Luna pudo huir disfrazado, pero acá no dice de qué.
0:06:17 Viajó por la noche y se metió en la corte de su amigo Luis II de Anjou, que lo recibió.
0:06:24 En aquella corte Luna diseñó un ejército para contraatacar y vencer a los romanos, pero no pudo reunir tropas suficientes.
0:06:33 Viajó entonces a otra corte, amiga, la del Conde de Mallorca.
0:06:38 Allí en Mallorca sostuvo una jerarquía a la que ya nadie daba el menor crédito.
0:06:44 Pero el tipo vivía sentado en un trono, arropado en una túnica carmesí, cubierto con un virrete de armiño,
0:06:52 y escomulgaba y lanzaba anatemas a personas que ni siquiera se enteraban de quién era él o que se reían por la invalidez de estos decretos.
0:07:02 El Papa Luna tenía un servidor muy fiel que se llamaba Vicentito Ferrer.
0:07:08 Qué buen nombre para un servidor fiel, Vicentito Ferrer.
0:07:14 Bueno, si yo tuviera que elegir un nombre para un servidor de un Papa hechonerado, elegiría Vicentito Ferrer.
0:07:23 Este servidor, Vicentito, cada tanto le aconsejaba que dejara de hacerse el violento,
0:07:30 que entendiera la razón de las fuerzas, etcétera, etcétera, que se en broma.
0:07:34 Pero el Papa insistía en su papado.
0:07:37 Incluso organizó un baluarte, un lugar al que nadie pudiera acceder para refugiarse allí, en la playa de Peñíscola.
0:07:49 Peñíscola es una playa justamente que queda en Castellón, en la comunidad de Valencia.
0:07:55 Es un lugar muy lindo.
0:07:57 Y allí grabó una inscripción, no sé, en la playa probablemente que es un buen lugar para grabar.
0:08:05 Pero en la playa de Peñíscola.
0:08:07 No, en la puerta del castillo, que decía, esta es el Arca de Dios.
0:08:11 Bueno, como este hombre Luna no tenía facultades milagrosas, no hacía milagroso.
0:08:22 Pero este aquí, que es el ayudante, Bicentito Ferrer, sí.
0:08:26 Ese es un ayudante.
0:08:27 Así hacía milagroso.
0:08:29 Entonces, Luna ni Lerdon ni Presos,
0:08:31 aprovechó los milagrosos que hacía su ayudante.
0:08:34 Y se dijo que en realidad Bicentito operaba prodigios accediendo a gentiles pedidos del Papa,
0:08:41 que de este modo vendría a ser un gestor de milagrosos transistivos.
0:08:45 Bueno, Bicentito hizo muchos milagrosos.
0:08:47 Resucitó un par de muertos.
0:08:50 Profetizó la llegada de un barco con alimentos en tiempo de una terrible carestía.
0:08:55 El barco llegó.
0:08:57 Consiguió atente que el propio Mephistófeles en persona le devolviera el pacto firmado
0:09:06 a un hombre que había vendido su alma y que luego se había arrepentido de haberla vendido.
0:09:10 Como siempre pasa.
0:09:11 Como pasa todo así.
0:09:12 Este es un milagro extraordinario.
0:09:15 Porque el milagro no es que Mephistófeles devuelva o no devuelva la cédula firmada,
0:09:20 sino que el milagro es que se aparezca para discutir el asunto.
0:09:26 Bueno, no solo se apareció, sino que le devolvió la cédula, la arrepentido.
0:09:31 Es una buena noticia para algunos oyentes de este programa
0:09:34 que, habiendo vendido su alma, están un poquito arrepentidos de esta enajenación.
0:09:42 Bueno, estos son los milagros que hizo Bicentito, pero no sirvieron de nada
0:09:45 porque nadie quería sostener al Papa Luna en su trono.
0:09:49 Así, en Peñíscola, y solamente así, gobernó ocho años.
0:09:53 Era un lugar medio pobre.
0:09:56 Era el Papa en Peñíscola y el resto del mundo.
0:10:00 Estaba dividido en dos papados.
0:10:04 El Papa, Bicentico, y todo el resto del mundo.
0:10:08 Y a veces se le hablan.
0:10:09 El Papa era servido sin ceremonia en opacas bajilias.
0:10:14 Nada de esos platos lujosos.
0:10:18 En realidad tenían una bajilia de oro para visitas importantes,
0:10:23 pero ahí estaban los platos guardados porque nadie importante venía.
0:10:27 Ni poco importante tampoco.
0:10:29 Algunos funcionarios de Roma empezaron a tomarse en serio la rebelión del Papa Luna
0:10:35 y durante el Concilio de Constanza se trató el tema.
0:10:39 ¿Sabes qué hacemos con este tema?
0:10:41 Y se legalizó la deposición de Pedro de Luna, disculpeme la forma en que lo dije,
0:10:46 y la unificación de la Iglesia en la figura de Martín V.
0:10:51 Entonces fue una comitiva a comunicarle a Pedro Luna los resultados del Concilio.
0:10:57 Y se veníamos a comunicarle los resultados del Concilio.
0:11:00 Y él dijo, aquí llegan los cuervos del Concilio y los hecho apatadas.
0:11:05 Pero antes les avisó que la Iglesia no estaba en constanza, sino allí en Peñíscola, en Suarca.
0:11:12 Y empezó de les, comungar y escomulgar a todo el que se le ponía entre Seque y Seja.
0:11:18 Al final se quedó solo.
0:11:20 En realidad ya estaba solo.
0:11:22 Se decía que tenía solamente dos demonios servidores,
0:11:27 que los tenían cerrados en un cofre.
0:11:30 Veía vos.
0:11:31 Vivió en el castillo de Peñíscola encerrado hasta su muerte en 1422.
0:11:36 A los 95 años de edad murió.
0:11:39 Su cuerpo fue trasladado a la aldea donde había nacido allá en Aragón.
0:11:43 Y de allí lo sacaron siglos más tarde y los franceses de Napoleón Bonaparte
0:11:47 cuando invadieron a España.
0:11:49 Y parece que esparcieron sus huesos por el río Isuela.
0:11:53 Algunos pescadores piadosos consiguieron recuperar el cráneo
0:11:57 que estaba guardado en el castillo de Sabineán
0:12:00 hasta que unos jóvenes lo robaron hace unos años en el año 2000.
0:12:04 Pero después de cinco meses lo hallaron.
0:12:07 Y el gobierno de Aragón solicitó una prueba de ADN
0:12:11 para determinar si ese resto óseo correspondía finalmente a Benedicto de Simotércio.
0:12:19 En el boletín oficial de Aragón del 20 de diciembre de 2006
0:12:24 los informes de los forences concluyeron que,
0:12:27 desde un punto de vista antropológico,
0:12:30 la cabeza es casi absolutamente compatible con la del Papa Luna.
0:12:35 O sea, ¿qué podría ser?
0:12:37 Y entonces fue declarado bien de interés cultural por la duda.
0:12:44 Bueno, y hay algunos que dicen que no, todo eso sí.
0:12:50 Solo queda el cráneo, o mejor dicho,
0:12:53 hay un cráneo que dicen que es el Papa Luna.
0:12:56 Y esa es la historia. No sé a quién dedicarla, Jorge.
0:13:00 Yo creo, querido Alejandro, que en estos dos casos
0:13:03 primero hay que tomar a los personajes de la historia a modo de albertencia,
0:13:06 es decir, aquello que pretenden usurpar una potestad
0:13:09 sin ver dónde está lo legítimo de esa potestad.
0:13:12 O sea, papas o vicepresidentes, o lo que cualquiera se le ocurre.
0:13:17 Es decir, aquellos que no responden a la natural designación
0:13:20 que los ha llevado hasta ese lugar.
0:13:22 Después también saquemos de la dedicatoria a aquellos que no entienden
0:13:24 que su reino no es de este mundo y que han las lango vueltas por ahí.
0:13:27 Me gustaría incluirse en la dedicatoria
0:13:29 por aproximación a un amigo suyo, a Ferrer, pero Horacio.
0:13:32 Y a Vicentico, que también es músico, de paso,
0:13:34 y que entre ambos pueden hacer milagros.
0:13:36 Entre ambos pueden hacer milagros.
0:13:38 Y después, finalmente, dado que estamos en el Teatro de Italia,
0:13:41 pensar en esta otra forma de la luna que no se convierte en papas
0:13:44 y no en el male de luna, que nuestros ancestros italianos
0:13:47 utilizan para nombrar eso que hace algunas personas diferentes,
0:13:50 que cuando no se convierten en artistas son definitivamente locos.
0:13:53 Porque siempre es mejor que cuando uno anda en los arrabales
0:13:56 y alguna cosa, digo, tocado por el male de luna,
0:14:00 ande por los arrabales justamente de la razón y no los del poder.
0:14:04 Esa luna de arrabales es mucho más digna que la otra.
0:14:07 Escuchamos entonces a Hugo del Carril, en este vals,
0:14:11 que tiene también un valor sentimental para nosotros.
0:14:15 Y que escuchamos en momentos difíciles.
0:14:17 Luna de Arrabal canta Hugo del Carril.
0:15:50 La serenata pintoreja de Arrabal.
0:15:54 La noche estivia duerme al barrio y es así.
0:15:57 El cielo de ellos destrejitas de cristal.
0:16:01 Ustedos fueron porque están vedos a dudar.
0:16:04 A la novia quedó el beino siempre.
0:16:08 Lo que docenda el día pasó con un alibro a reencarar.
0:16:12 Y entonces mi alma subirá a su balcón.
0:16:16 Y entonces a loí la inceroducción.
0:16:20 El malcesito que Dios le pasiona.
0:16:23 Corbina su belleza angelical.
0:16:27 Nombre en todo el despertará.
0:16:31 Su pecho emocional de la tía.
0:16:34 Su sopa de otro azul se vestirá.
0:16:38 Y se pondrá la noche sus caras en bruca.
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