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19 de Agosto de 2008

El paraíso en la India

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos hoy, queridos amigos, de Zama y el paraíso en la India. Atención.
0:00:07 En los primeros tiempos védicos, a los muertos se los podía enterrar o quemar.
0:00:15 En la India, estamos hablando. Estas dos costumbres estaban basadas en dos creencias distintas sobre el estado futuro de la existencia.
0:00:26 Entre algunas tribus áreas existía la creencia original de que los espíritus rodeaban el lugar donde habían sido serpultados y perseguían a los vivos.
0:00:41 Y los perseguían hasta que sus cuerpos eran quemados.
0:00:45 Es decir, aquellos que practicaban la ceremonia de la incineración creían que de ese modo transferían a las almas a un sitio que no era la similación de la sepultura, en sitio de bienaventura.
0:01:01 Ese lugar estaba gobernado por Zama, que además fue el primero de los hombres.
0:01:07 Zama era también el rey de los muertos y había explorado las regiones escondidas y dio con el camino que luego se llamó el sendero de los padres, que servía para ir al paraíso.
0:01:21 Parece que las almas subían por aquel sendero en carro, lo cual es una comodidad para uno que acaba de morir y no está para largas jornadas de agamba.
0:01:33 En el cielo de Zama los hombres recobraban su antiguo cuerpo y se encontraban con sus antepasados.
0:01:41 Y esa era la felicidad primera, al menos en algunos casos, ya que hay antepasados que preferible no encontrarse.
0:01:49 Y esa era la felicidad primera y la mayor del cielo indio, la de reencontrarse con los muertos queridos.
0:01:57 Cuando los antepasados reconocian como parientes al presidente de Agado, porque yo me imagino una escena que debe ocurrir seguramente si es que hay cielo y ojalá lo haya.
0:02:09 Yo no lo creo pero ojalá. Imagínense, si usted llega y presenta a los parientes que se murieron por ahí hace mucho.
0:02:15 ¿Cómo andaba?
0:02:16 No, por ahí no se lo reconoce. No, miran.
0:02:20 ¿Y este qué es?
0:02:23 ¿Qué está? Ese es Aguile.
0:02:27 Entonces, uno, alguno que se murió, más, una fecha más reciente, y se dijo a la fulana.
0:02:35 ¡Ay, se casé!
0:02:38 Sí, ese reconocimiento, entonces gente que uno mucho no quería.
0:02:42 Porque no se lo decía.
0:02:46 Sí, los parientes, si uno va para atrás, son cientos de miles.
0:02:51 Esto se lo miró.
0:02:53 Yo no te conocí, pues ya me había muerto cuando naciste, pero me dijo, me habló mucho, es tu abuela de vos.
0:03:00 ¡Ay, ese lo que es esa vieja!
0:03:05 Ahora, me resulta atarrado, si la muerte se parece tanto a la vida y al tedio, a ese tipo de pérdidos.
0:03:11 No, no, no hay tedios. Si se parece a la vida, ¿qué tedio me habla?
0:03:15 No, no, a esos aspectos de la vida, ¿no? Seguir siendo...
0:03:18 Pero tienen que haber esos aspectos.
0:03:20 Un amuno decía hoy, citado varias veces, y decía a Dios que no tenía otro paraíso que darle que eso pasaba.
0:03:27 ¿Quién paraíso le va a dar?
0:03:29 Uno inédito.
0:03:31 Tenía que darle un paraíso que ella conociera.
0:03:34 Cualquier cosa desconocida ya no era el paraíso.
0:03:38 Y tenía razón.
0:03:40 Nuestro único paraíso posible es lo que ya tuvimos, o lo que quisimos tener y no tuvimos, pero conocimos.
0:03:46 Yo no quiero un paraíso de veredas...
0:03:48 ¿Y cuándo lo dices?
0:03:49 De veredas de diamante.
0:03:51 Quiero ese paraíso.
0:03:53 Ese paraíso que existe en este momento.
0:03:55 Este momento con sus inmensas posibilidades.
0:04:01 ¿En qué momento de su vida lo fijaría el paraíso?
0:04:05 En cualquiera.
0:04:07 En este es el único.
0:04:13 El único momento que hay en nuestra vida es este.
0:04:16 No hubo nunca otro.
0:04:18 Bueno, pero volvamos a llamar.
0:04:24 Entraba, le daban un hogar antipopirada a este departamentito.
0:04:28 Entraba en una vida perfecta.
0:04:30 Yo no estoy acuerdo con esto.
0:04:32 Coronara con el cumplimiento de sus deseos.
0:04:34 Qué celofia es así.
0:04:36 Yo no sé si quiero que suceda lo que yo quiero.
0:04:41 Por ahí deseo ser contrariado en algún punto.
0:04:45 ¿Y después qué hace?
0:04:46 Digamos una vez que le falta el cumplimiento.
0:04:48 Después de ser coronado por...
0:04:50 Claro, si queda el deseo es un sinónimo de cumplimiento.
0:04:53 Entonces no es deseo, no hay distancia.
0:04:55 No hay piolyn, no hay distancia.
0:04:57 No hay un tratado en alguna entrevera moda.
0:04:59 No sé perfectamente eso.
0:05:01 ¿Qué quiere que se te cumpla el deseo en el mismo momento que lo tiene?
0:05:04 No existimos.
0:05:07 No podemos ir a vestirnos.
0:05:10 No podemos ni llegar a adulto, me parece.
0:05:12 Ya, claro.
0:05:13 Si los deseos de los niños se cumplen, se intoxican los indultos.
0:05:16 Sí, listos.
0:05:17 Se convió todos los chocoratas del mundo.
0:05:22 Bueno, las bellezas del siglo de Llamas
0:05:26 las cantó el sabio Nagala.
0:05:29 ¿Qué tal Nagala?
0:05:30 Cuenta el sabio que en aquel hermoso dominio
0:05:33 nada era ni demasiado caliente ni demasiado frío, mal lugar.
0:05:39 Todo tibio, qué cierto.
0:05:42 Un medioso todo.
0:05:44 Hasta ahora no me gusta.
0:05:45 Hasta ahora no voy yo.
0:05:48 Esto me gusta.
0:05:49 La edad no conservaba debilidad
0:05:51 y nadie tenía hambre ni sed.
0:05:53 Y lo segundo y lo tercero, no sé,
0:05:54 yo quiero tener hambre y sed.
0:05:57 Para asasiarlo, son formas del deseo.
0:05:59 Y lo que sos un florero.
0:06:02 Las flores hablando de esto,
0:06:04 perfumaban más.
0:06:08 Tampoco, pero no me gusta eso.
0:06:11 Descobrando de antie.
0:06:13 Estás podrido que tienen algunas flores.
0:06:15 Habían ninfas que bailaban
0:06:17 y cantaban al son de Arpa Celestial.
0:06:19 ¡Sah!
0:06:20 Y me gustaban.
0:06:21 Pero esto no me gusta.
0:06:23 Y las ninfas reían todo el tiempo.
0:06:25 Amigo, cuando se me reían todo el tiempo,
0:06:27 es una pésima señal.
0:06:29 Es serio.
0:06:30 La mía está siempre riendo,
0:06:31 riendo, riendo, riendo, riendo.
0:06:32 No te da bolilla.
0:06:34 Y se ríen para no darte bolilla, te lo digo.
0:06:37 Es un recurso.
0:06:38 La mujer acosada,
0:06:39 cuando ve que ha tenido la mala suerte
0:06:41 de salir con un gil
0:06:42 y que además no le gusta,
0:06:43 pues le das asco,
0:06:44 ¿qué hace?
0:06:45 Y se ríe.
0:06:46 Se ríe porque en cuanto se ponga seria.
0:06:48 No me diría sería el tipo se le acerca
0:06:50 y que toca.
0:06:51 Un cambio mientras te reíse es muy difícil
0:06:53 que el tipo se quede ser amantendo
0:06:55 y ponga bolsas y ojos de carnero de gollado.
0:06:59 Eso es cuando estás seria o callada.
0:07:01 Así que habla.
0:07:03 Cuando una mira te hace jajajaja,
0:07:05 no te quiere.
0:07:07 No te desea.
0:07:08 Por ahí te quiere, pero no te desea.
0:07:14 En la Asamblea de Yasma,
0:07:17 tu yo Salón tenía el resplandor del sol,
0:07:20 los siervos contaban los días de los mortales.
0:07:23 Eran funcionarios del paraíso que vestían de blanco.
0:07:27 Yasma estaba sentado bajo un árbol,
0:07:29 tocaba la flauta
0:07:31 y bebía Soma,
0:07:33 que es el dicor de la inmortalidad,
0:07:36 el equivalente del néctar.
0:07:39 Ya que los dioses griegos
0:07:41 escabeaban néctar y morfaban en brosea.
0:07:44 Bueno, estos bebían Soma.
0:07:46 Yasma se encargaba de dar a los fieles
0:07:48 tragos de Soma.
0:07:49 No tragos de Sombra como la Samba.
0:07:52 Dame a beber de tu boca los tragos de Sombra, etc.
0:07:55 No, tragos de Soma.
0:07:57 Dicen que los infieles no entraban a ese paraíso.
0:08:00 Siempre es así, ¿viste?
0:08:03 Eran destruidos o condenados al infierno,
0:08:06 llamados curiosamente PUT.
0:08:10 ¿Lo mandaban ahí?
0:08:14 Ya todos saben
0:08:16 que el infiel está de luz.
0:08:21 Comenzaba un verso de Sábio Laga a la...
0:08:29 Difícil de corear.
0:08:31 Los mensajeros de Yama eran la paloma y el bubo.
0:08:36 Tenía también dos perros,
0:08:38 cada uno con cuatro ojos, sin que sepa yo con qué ventaja.
0:08:42 Sin embargo, en los tiempos posbéricos,
0:08:45 Yama presidía un sistema más complicado de infierno.
0:08:50 Ahí llevaba una soga para atar a las almas
0:08:53 y todo era más terrible.
0:08:55 Yo sé que Yama tenía
0:09:01 un grupo de generales y 80.000 soldados
0:09:04 que todas las mañanas,
0:09:06 en aquello que era el paraíso al principio de la charla
0:09:09 y que ya se ha transformado en el infierno,
0:09:11 vertía en la boca
0:09:15 de los malvados fundición de cobre fundido.
0:09:20 Y así abrí la boca al malvado
0:09:22 y le vertía cobre fundido para que aprendiera
0:09:25 cuántos pares son tres vueltas.
0:09:27 ¿Lo mataba inmediatamente?
0:09:29 No, porque ya se había muerto el tipo.
0:09:33 Yama podía conseguir prolongar la vida
0:09:36 de alguno que se había muerto
0:09:38 a condición de que otro tipo entregar a sus propios años.
0:09:42 Por ejemplo, a un temoría, pero venía a un amigo
0:09:45 y ya estaba medio aburrido, y decía,
0:09:47 momento, déjelo acá al muchacho.
0:09:49 Me muero yo, cuántos años me quedaban,
0:09:51 diez años, bueno, que los vivo acá al muchacho.
0:09:54 Contemos una historia que aparece
0:09:56 en el más abarata.
0:09:58 Dicen que una doncella llamada
0:10:01 Parma Darba era la más hermosa de las mujeres.
0:10:04 Un joven brazaman llamado Ruru
0:10:07 se enamoró de ella
0:10:09 y fue a pedirle a Pramati, el papá de Pramadarba,
0:10:12 que le diera su mano.
0:10:14 Uo acuerdo, Pramadarba fue prometida en matrimonio.
0:10:17 Muy bien, pero unos días antes de la boda,
0:10:20 Pramadarba estaba jugando con unas compañeras
0:10:23 y pisó una serpiente.
0:10:25 Un suceso muy común en muchísimas mitologías.
0:10:29 Recuerde, se aburrí, dice a toda esa gente.
0:10:36 Visula serpiente, la serpiente la mordió
0:10:39 y Pramadarba murió.
0:10:41 Todos lloraron a la hermosa muchacha,
0:10:43 pero Ruru, desesperado, le pidió a llama
0:10:46 que pusiera en juego aquel poder que hemos citado,
0:10:49 mediante el cual un individuo
0:10:51 podía ceder su vida por la de otro.
0:10:53 Un enviado de llama respondió,
0:10:55 si la nocia sea la mitad de tu vida
0:10:58 en favor de tu amada, Pramadarba se levantará de nuevo.
0:11:02 Eso son, verdaderamente,
0:11:05 Dios se que te contesta
0:11:07 que te hacen una fuerza razonable.
0:11:11 Le murió, le murió.
0:11:13 Dime que no existen.
0:11:15 Ruru aceptó inmediatamente, sin dudarlo.
0:11:19 El emisario celestial se presentó ante llama
0:11:21 y habló del pedido del enamorado.
0:11:23 Llama cumplió con su deber.
0:11:25 Pramadarba se levantó y Ruru tuvo a su esposa
0:11:28 y compartieron los años juntos,
0:11:31 que no fueron muchos, pero felices.
0:11:35 Un detalle final.
0:11:37 Una de las condiciones para asegurar la entrada
0:11:40 del cielo de llama era que el hombre
0:11:42 tuviera descendencia masculina.
0:11:45 Solo podías alcanzar el cielo
0:11:47 si tenías un hijo varón.
0:11:50 Después de la ceremonia de cremación,
0:11:53 el varón pronunciaba algunas palabras rituales
0:11:56 que ahí te dejaban entrar en el cielo.
0:11:58 Por lo tanto, todos los hombres
0:12:00 mostraban una enorme ansiedad
0:12:02 por tener hijos varones.
0:12:04 Cada vez que nacía una niña, era un desengaño.
0:12:07 Esta es una mitografía, evidentemente, machista.
0:12:11 Muchos hombres que no habían logrado
0:12:13 tener hijos varones, esto es interesante,
0:12:16 insinuaban ya bien entrada a su madurez
0:12:20 a cualquier mujer,
0:12:22 solo con el propósito de la frecundación.
0:12:25 Era frecuente que muchas mujeres generosas
0:12:28 entregaran su amor
0:12:31 para facilitar la entrada del cielo
0:12:34 de hombres desesperados.
0:12:37 Dice el cronesta,
0:12:39 pocos datos históricos
0:12:41 son tan contundentes como los santarichos
0:12:44 para dar cuenta de una idea feliz.
0:12:46 El primer escalón al paraíso indio,
0:12:49 distinto de otros paraísos,
0:12:51 necesitaba inexorablemente
0:12:53 de los calores de la sexualidad.
0:12:55 Claro,
0:12:57 si la castidad no te servía para nada.
0:13:00 Bueno, una de las cosas que me ha...
0:13:02 Qué lindo de ir por la calle
0:13:04 y abordar una mina y decirle...
0:13:06 Hijo varón, hijo varón.
0:13:10 Únicamente me animan propósitos frecundantes, señorita.
0:13:14 No me tome por lo que no soy.
0:13:19 No se confundan, solamente.
0:13:21 Sólo deseo frecundarla
0:13:23 con el mayor respeto.
0:13:29 Bueno, si me lo pide así,
0:13:31 dice frecundeme.
0:13:34 Y este es la frecunda de arriba abajo, ¿no?
0:13:39 vi de ahí para terminar esta charla
0:13:41 y compartiré con ustedes esta idea.
0:13:43 Tu poco la dijo Barton.
0:13:45 Una de las cosas que a uno lo hacen un poco agnóstico
0:13:48 es la descripción de los paraísos
0:13:50 que no resulta atractiva.
0:13:53 ¿Le describo en el paraíso
0:13:55 o tenés ganas de ir rajando?
0:13:57 Parece la visa olímpica, lo que...
0:13:59 Parece el paraíso.
0:14:05 Parece la visa olímpica, lo que...
0:14:07 Parece un poco la visa olímpica, sí, sí, sí.
0:14:10 Bueno, a mí me gustó el novio...
0:14:18 El novio dice que se presentó ahí,
0:14:20 que, bueno, muy bien,
0:14:22 entonces entrego la mitad de mi vida, esos son novios, ¿no?
0:14:25 Como que algunos novios ni un alfajor te regalan.
0:14:30 A la novia muerta dice, bueno, ya conseguiré otra pegada.
0:14:32 ¿Y si me tengo que ir o qué mañana?
0:14:34 Vivo a todos los 60 años, dice el tipo.
0:14:40 a buscar discos relacionados
0:14:42 con el paraíso de llama...
0:14:45 Practicamente no hay tangos de ese tema.
0:14:50 Pero le conté esta historia
0:14:52 de este muchacho Ruru,
0:14:54 que ofreció su vida
0:14:56 por la novia que se le había muerto
0:14:58 y él me regaló el discotecario,
0:15:00 que prestó, no me lo regaló,
0:15:02 el tango La Novia Ucente.
0:15:05 La Novia Ucente está bien
0:15:07 y ha sido compuesta por Enrique Cadícamo,
0:15:10 es un tango compuesto por Enrique Cadícamo,
0:15:13 en honor a Ruru.
0:15:16 No, no creí.
0:15:18 Seguro de eso.
0:15:19 Después no dice nada a la letra.
0:15:21 No lo dice por eso.
0:15:23 Pero no lo dice para no irritar al comisario.
0:15:25 Escucharemos la versión clásica
0:15:27 de Carlos Gardel de este tango,
0:15:29 que se llama La Novia Ucente.
0:15:59 La Novia Ucente.
0:16:29 El raro conjuro de noche y receda
0:16:32 templaba las hojas del parque también
0:16:36 y tu prefería que te recitara
0:16:40 esta zona de vida de soño robé.
0:16:45 La princesa está triste
0:16:47 y nunca tendrá la princesa.
0:16:49 Los sutilos escapan de su boca depresa
0:16:52 y ha perdido la risa
0:16:54 y ha perdido el color.
0:16:56 La princesa está parida en su ciudad de oro.
0:16:59 Está muro el teclado de sus claves honoros
0:17:02 que en un paso olvidada te demalga una nota.
0:17:07 Que duente es lograr,
0:17:09 aunque ya no existe
0:17:11 que panoguesudo ha fueilado mis males.
0:17:15 Sin que penaltiga
0:17:17 hoy me he hecho tan triste
0:17:19 desde como el lejo de las catedrales.
0:17:22 Allá se la té.
0:17:24 La Novia Ucente.
0:17:26 Aquella que jugara y vestugna a este miadaba
0:17:30 que al morir un beso te des de la frente
0:17:34 porque estaba fría porque me dejaba.
0:17:40 Al raro conjuro de noche y receda
0:17:44 templaba las hojas del parque también
0:17:48 y tu prefería que te recitara
0:17:52 que esta solatina
0:17:54 tu es soño rubel.
0:18:01 Carlos Gardel, en la venganza será terrible
0:18:04 la Novia Ucente.

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