Transcripción automática
0:00:00 Hablemos de Islama y el paraíso, según se creía, en la India.
0:00:10 Según se lo concebía en la India.
0:00:13 ¿Lo voy a decir de nuevo?
0:00:14 A ver, Islama y el paraíso, según lo concebían en la India.
0:00:20 En los primeros tiempos fédicos, a los muertos se los podían enterrar o quemar.
0:00:26 Estas dos costumbres estaban basadas en dos creencias distintas que tenían que ver con el estado futuro de la existencia.
0:00:34 Entre algunas tribus áreas existía la creencia original de que los espíritus rondaban siempre en lugar de la sepultura.
0:00:44 Y se suponía que los enferrados perseguían a los vivos hasta que sus cuerpos eran quemados.
0:00:49 Entonces naturalmente los quemaban para que ese período no tuviese lugar, el período de enterramiento.
0:00:57 Aquellos que practicaban la ceremonia de la incineración creían que tramperían las almas por medio del fuego a un sitio, un lugar gobernado por Islama, el primero de los hombres, el Adan en la India.
0:01:12 Islama era también el rey de los muertos y había explorado las regiones escondidas y vio con el camino que luego se llamó el sendero de los padres, que servía para ir al paraíso.
0:01:24 Parece que las almas subían en carro.
0:01:27 Es una curiosa forma, no es?
0:01:31 Es una forma tampoco espiritual de trasladarse.
0:01:36 En el cielo de Islama los hombres recobraban su antiguo cuerpo y se encontraban con sus antepasados, lo cual para algunos puede resultar compatible con la idea del paraíso y para otros no había.
0:01:51 Esa era la felicidad primera de los indios, la de reencontrar a los antepasados.
0:02:00 Y creo que es la mayor.
0:02:03 Es una felicidad para podernos promocer el cielo, para encontrarlo con nuestros muertos queridos.
0:02:11 Después que me vienen con canillas de las que sale licores, que salen esas compadras.
0:02:18 No, no me cames con eso.
0:02:20 Lo digo me hablo.
0:02:22 Bueno, cuando los antepasados reconocian como parientes al recién llegado, porque algunos que no nos acordaron, supongo que era sí, no va el sí.
0:02:31 Yo te quiero.
0:02:33 No te acordás de mí, dice.
0:02:35 Que es eso, un tío, hace muertos en los tiempos.
0:02:41 El tío no se acuerda.
0:02:43 O mejor si el sobrino no lo reconoce y el tío viene sonriendo.
0:02:47 Claro, el tío por ahí es el cielo, mira las cosas que se ve que los finados tienen ciertas prerrogativas.
0:02:53 Pero uno, que es eso, no se ve yo, no digo.
0:02:57 No se va a sonrir y no se ve.
0:02:59 No te acordás de mí, además está mejor.
0:03:01 El cielo está bien cuidado.
0:03:03 A del gas aún un poco.
0:03:05 Supongo yo.
0:03:07 Bueno, cuando los antepasados reconocian como parientes al recién llegado, le daban un hogar y entraban una vida perfecta.
0:03:17 Coronar con el cumplimiento de sus deseos.
0:03:21 Curioso que esto provenga de la India.
0:03:23 En aquel paraíso de los primeros tiempos médicos, el cumplimiento de los deseos era la idea del paraíso.
0:03:31 Además, un detalle, ahí todos andaban a pie.
0:03:35 Todos andaban a pie en el paraíso.
0:03:39 Las bellezas del cielo de Yama las cantó de Javier Narada.
0:03:43 Cuenta el sabio que en aquel hermoso dominio, nada era ni demasiado caliente ni demasiado frío.
0:03:51 No sería infial.
0:03:53 En lugar donde nada es demasiado caliente ni demasiado frío, se parece un mundo muerto.
0:04:01 Pero es que parezco más a la idea de los hindúes que el otro con los deseos.
0:04:05 Claro, pero además conllevo una idea entrópica muy avanzada.
0:04:11 Es decir, donde el disparramos ya es total.
0:04:15 La vida si estaba exenta de tristeza, la edad no conservaba debilidad y nadie tenía hambre ni sol.
0:04:29 Esto también.
0:04:31 Las flores perfumaban más.
0:04:33 Esto me gusta menos.
0:04:35 Había ninfas que bailaban y cantaban.
0:04:39 Alzón de Arpas Celestiales.
0:04:41 Las ninfas reían todo el tiempo.
0:04:43 Bueno, en la Asamblea de Yama, y la cámara tenía el esplendor del sol, los siervos contaban los días de los mortales.
0:04:55 Eran funcionarios del paraíso que vestían de blanco.
0:04:59 En aquella tierra de los padres Bédica, el paraíso del Uciente, ya hemos estado sentados de los un árbol.
0:05:07 Y le tocaba la flauta y bebía soma el licor de la inmortalidad.
0:05:13 Soma el licor de la inmortalidad.
0:05:17 No parece, no.
0:05:19 Los placenteros sentaban a la flauta tocando el licor de la flauta.
0:05:23 Y Dama se encargaba de dar a los pieles un trago de soma.
0:05:27 Recuerda que las ambas llaman a beber de tu boca los tragos de soma.
0:05:33 Dicen que los infieles no entraban naturalmente a ese paraíso, y eran destruidos o condenados al infierno llamado curiosamente put.
0:05:45 Era lo que decían los infieles en el momento del desierto.
0:05:53 Colunle nada.
0:05:55 Yo le voy a decir que sí.
0:05:57 Los mensajeros de Dama eran la Paloma y el Hugo.
0:06:01 Tenían también dos perros, cada uno con cuatro ojos.
0:06:05 Ya les juro barro.
0:06:09 Sin embargo, en los tiempos posbelcos, Dama precedió un sistema más complicado de infiernos.
0:06:17 Era el Danda Dada, el portador de la vara o el mazo.
0:06:23 Allí llevaban unas sogas Dama para atar a las almas.
0:06:27 Y eran un poco más.
0:06:31 Terrible todo.
0:06:33 Ahora hay un gasto.
0:06:35 Dama podía conseguir también, si se prolongara la vida, de alguno que se había muerto, a condición de que otro tipo entregar a sus propios almas.
0:06:45 Y contemos una historia que aparece en el más abarata.
0:06:49 Dicen que una doncella llamada Prama Darva era la mujer más cercana a las mujeres.
0:06:55 Un joven brajamán llamado Ruru se enamoró de ella y fue a pedirle a Pramati, el papá de Prama Darva, que le diera su madre.
0:07:05 Hubo acuerdo y Prama Darva fue prometida en matrimonio.
0:07:09 Pero unos días antes de la boda, ocurrió que Prama Darva estaba jugando con unas compañeras, pisó una serpiente pisó.
0:07:18 Y la mordió a la serpiente.
0:07:21 Y la mató.
0:07:23 Bueno, todos lloraron a la hermosa.
0:07:26 Pero Ruru, desesperado, rogó a Dama que quisiera jugar aquel poder que él tenía, conforme a cual un individuo podía pagar con sus años la vida de otro.
0:07:38 Un mensajero de Dama respondió,
0:07:41 entonces a la mitad de tu propia vida a favor de Pamada, Prama Darva se levantara de nuevo.
0:07:47 Y Ruru aceptó sin duda.
0:07:50 El emisario celestial, que el presentante es Dama, y habló del pedido del enamorado, Dama sintió con su deber.
0:07:57 Prama Darva se levantó y Ruru tuvo a su esposa y compartieron los años juntos que no fueron muchos, pero felices.
0:08:05 Felices para ellos.
0:08:07 Para la construcción de una historia no es muy feliz.
0:08:12 En partir de cientos puntos no se sucede nada.
0:08:16 Y siempre lo que quiero decir, desde la mitad de la historia hasta el final no pasa nada.
0:08:23 Se cuentan cómo era el procedimiento legal.
0:08:27 Entonces uno solicita ser incluido dentro de ese procedimiento.
0:08:35 Y que se acabó.
0:08:39 No, dónde está el siste, esa narración.
0:08:44 Le falta esa vueltita que tiene por el círculo.
0:08:46 Que tiene la cultura, que tiene el arte.
0:08:48 Que tiene, digo, cuando va roceo.
0:08:50 Aquí es el último detalle que lo ríe.
0:08:52 La cuenta consiste en que el que quiere estar es un destino.
0:08:55 No hace más que cumplirlo.
0:08:57 Claro, fundamentalmente. Aquí no.
0:08:59 ¿Aquí me cuenta esta historia?
0:09:02 Sí. Contame una donde no haya funcionado.
0:09:06 En la India tenía la costumbre de encarcelar a los ladrones.
0:09:12 Cierta vez un ladrón llamado Ruru robó un cofre con piedras preciosas.
0:09:22 Lo encarceló.
0:09:24 Como un énfasis innecesario.
0:09:29 Entonces, ¿tú qué dije?
0:09:30 Contarlo para sacrificar.
0:09:34 Contar sin ningún énfasis.
0:09:36 Dije, lo encarcelar.
0:09:38 No, no, no. Digo, ¿a qué lo encarcelaron?
0:09:40 Una gracia.
0:09:42 Y se lo merecía.
0:09:46 El emisario celestial termina.
0:09:49 Otro detalle final.
0:09:50 Una de las condiciones para asegurar la entrada al cielo de llama
0:09:54 era que el hombre tuviera desengrencia masculina.
0:09:58 Sólo podías alcanzar el cielo si tenías un hijo varón.
0:10:03 Y después de la ceremonia de premación,
0:10:06 tuví hijo varón, realizado una serie de rituales,
0:10:10 y entonces reciente dejaban entrar al cielo.
0:10:13 Por lo tanto, todos los hombres mostraban una enorme ansiedad por tener hijos varones
0:10:17 y cada vez que nací una línea donde se engañan.
0:10:21 Y muchos hombres que no habían logrado tener hijos varones
0:10:25 insinuaban ya bien entrada sus madures,
0:10:29 se insinuaban mejor dicho cualquier mujer,
0:10:31 solo con el propósito de la fecundación.
0:10:35 Y la frecuente de muchas mujeres generosas
0:10:38 entregarán su amor para dar el cielo al hombre este desesperado.
0:10:46 Dice el cronista,
0:10:47 pocos datos históricos son tan contundentes como los antedicios
0:10:51 para dar cuenta de una idea feliz.
0:10:53 El primer escalón al paraíso indio,
0:10:56 distinto de otros paraíso,
0:10:58 necesitaba inexorablemente de los calores de la sexualidad.
0:11:04 No estoy tan acuado con este decir
0:11:07 del cronista de aquí.
0:11:09 No estaba puesto en el asiento en la sexualidad,
0:11:13 sino más bien en la frecundidad que es muy...
0:11:18 que es muy...
0:11:19 que es lo que me parece.
0:11:23 No me parece que lo pase aquí,
0:11:25 es sexual.
0:11:29 ¿le gusta el cielo de llamas?
0:11:40 Una de las cosas que me han hecho un poco al mástico
0:11:45 es la descripción de los paraíos.
0:11:56 Tampoco aquí.
0:12:02 A mí que me gustó el novio de la historia,
0:12:05 mal contado, no tiene sentido,
0:12:08 pero después de todo,
0:12:10 está bien tener un novio que entregará la mitad de la vida.
0:12:13 ¿No entrego su vida? Pero sí la mitad.
0:12:16 Daría la mitad de mi vida por ti,
0:12:18 es casi como daría la vida por ti.
0:12:22 Porque la mitad de la vida que yo era...
0:12:25 era más de la mitad de lo que le quedaba.
0:12:27 Bueno, no importa, pero está bien.
0:12:29 No era ese que le dedicaría a rubro,
0:12:32 pero no al autor de cuento,
0:12:34 sino al personal.
0:12:38 Así se lo hemos hecho saber al discotecario,
0:12:41 que le hemos contado la historia de Ruru y Pramadarba,
0:12:45 y que nos entrego inmediatamente el disco
0:12:49 del tango de la novia ausente,
0:12:52 cantado por Jorge Vidal.
0:12:54 Así que vamos a escucharlo,
0:12:56 porque evidentemente este tango,
0:12:58 que su historia es bastante mejor construida que la otra,
0:13:01 es una alusión a Ruru y Pramadarba.
0:13:06 Eso escucho de la novia ausente,
0:13:08 inmediatamente llego en el fondo de mi alma.
0:13:11 Ruru y Pramadarba.
0:13:14 Eran los dos salgueros de la selección de la India.
0:13:21 Los restos salgueros Ruru y Pramadarba.
0:13:27 Escuchemos pues a Jorge Vidal.
0:13:36 A ver, ¿qué pasa?
0:13:38 A ver, ¿qué pasa?
0:14:04 La fantasia de nuestras incenas,
0:14:08 y abril y feliz,
0:14:10 cuantos solamente,
0:14:12 un risa que oía
0:14:14 y yo no tenía mis cabellos felices.
0:14:20 Y vamos de brazos y tú supirabas,
0:14:25 porque voy con ti,
0:14:27 que te decía vivir,
0:14:29 que como la duna en red el onfino,
0:14:33 y tú no te platas,
0:14:35 te pesas la piel.
0:14:37 Álvaro cómulo,
0:14:39 te lo cegas,
0:14:41 te entro y la van la copa
0:14:43 del parque en la piel,
0:14:45 y tú me pedías que te revisara
0:14:49 estas sonatillas
0:14:51 que soy el otro vez.
0:14:56 La fríz o el patrilo,
0:14:58 que songrada en mi rey,
0:15:01 los fríos escapan de su boca fresa,
0:15:04 y han perdido la rica,
0:15:06 y han perdido el color.
0:15:09 La fríz se escapa alis en su fija de oro,
0:15:12 y es la muda el declaro de su glas honor,
0:15:16 que era un barro mirarse,
0:15:18 y se desmaras a una voz.
0:15:26 Que buen deslogrador,
0:15:28 lo que solo existe,
0:15:30 que en mano vueltura baila los tus trajes,
0:15:34 y que en el suelo,
0:15:36 hoy me han hecho fríces,
0:15:38 fríces como el echo de las caceranes,
0:15:42 a la belleza de la novia a ustedes,
0:15:46 a chica que cual de su mía te lo agaba,
0:15:50 que al poríces solo dejen la frente,
0:15:54 por el chico a la suya,
0:15:56 por el que me dejaba.
0:16:01 Ibamos el brazo y tu sufriabas,
0:16:05 un morche muy contigo te dejiga bien,
0:16:09 que como la alza enrede los finos,
0:16:13 y tu luz te trata de ver en la fiesta,
0:16:17 ah el barro con furos de los que ira a ver,
0:16:21 que este es la balda joda de pares que la vi,
0:16:25 y un mes de día que te arreglará,
0:16:29 echando la pega, que solino rubé.
0:16:40 Ha cantado Jorge Vidal,
0:16:43 de Barbieri y Calícamo,
0:16:45 la novia ausente.
0:16:51 La novia de la novia,
0:16:54 la novia de la novia,
0:16:57 la novia de la novia,
0:17:00 la novia de la novia,
No hay comentarios. ¡Podés ser el primero en comentar!