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3 de Octubre de 2005

El príncipe Paulo

Transcripción automática

0:00:00 El príncipe Paolo Orsini y Victoria Acoramboni.
0:00:06 Vamos a contar una historia tráfica que tuvo lugar en Italia,
0:00:11 como ya habrán concepturado los más cultos de nuestros oyentes, que hablan el nombre Orsini,
0:00:17 y se habrán dado con imágenes. Una familia clave en la historia de Roma.
0:00:23 En la historia de Italia está siempre firmada por las familias. Orsini y la Roma.
0:00:32 También los lectores de Bomarzo habrán recordado a los Orsini.
0:00:38 Bomarzo, aquí el bello libro de Mujica Daines, que después se convirtió también en una ópera vecina-sera.
0:00:48 Pero bueno, esto fue un poco después, a fin en el siglo XVI,
0:00:53 y entre los hombres más importantes de la nobleza romana, porque tuvo lugar este episodio.
0:00:58 Nuestro cronista será nada menos que estandado, que allá por 1633 tradujo los
0:01:05 papeles antiguos que guardaban este asunto. Victoria Acoramboni se casó con el príncipe Paolo Orsini,
0:01:15 uno de los hombres más ricos de Roma. La boda tuvo lugar en abril de 1565.
0:01:21 Ambos se había reunido en segundas núxias después de conseguir la viudés.
0:01:27 Digo conseguir porque para el casamiento tan deseado ante Victoria el Paolo,
0:01:34 le habían tenido más remedio que mandar a liquidar a sus parejas.
0:01:38 El primer marido de Victoria, que era nada menos un sobrino del Papa,
0:01:42 Sicto V, fue apuñalado en la casio. La primera cosa de Paolo fue estrangulada.
0:01:49 Paolo Orsini tenía de su primer matrimonio un hijo llamado Bidicinio.
0:01:54 Victoria Acoramboni era hermosa. Dice la crónica.
0:02:01 No era posible no adorarla.
0:02:09 Ningún hombre podía librarse de su extraordinario encanto tan poco es ingenioso,
0:02:13 pero parece que era linda. En cambio el príncipe Paolo Orsini no era muy agraciado.
0:02:19 Era tan gordo que una pierna suya era más gruesa que el cuerpo de un hombre corriente.
0:02:26 Y una de las piernas del príncipe, una de las piernas gordas del príncipe,
0:02:31 padecía un infección que se conocía como la lupa, la loba, me imagino.
0:02:41 La supuesta cuga para aquella infección era horrible.
0:02:46 Se creía que había que aplicarle a la parte infectada mucha carne fresca.
0:02:53 Por continuidad había que poner sobre la infección carne fresca.
0:02:59 Si no se hacía eso, el terrible humor, la falta de carne fresca que devorara,
0:03:05 se llevaba con la carne del enfermo, vecina a la infección y crecía.
0:03:10 Por lo tanto Paolo andaba todo el día con un chorrajo en la gamba.
0:03:16 Se lo ataba así con una muslera prócer.
0:03:31 Cervoso, pero una situación paquíada.
0:03:34 Paolo déjenme que me sienta en su falda.
0:03:38 Sientas en este lado porque acá tengo un chorrajo.
0:03:44 No me aplastas el chorrajo.
0:03:48 Bueno, y que se le caiga uno en el chorrajo.
0:03:52 Por ejemplo, se va en el chorrajo con el muslo, se te afloja.
0:03:56 Y por ahí te aparece el asortizo por abajo del pantalón.
0:04:08 Caramba.
0:04:13 Este hombre.
0:04:15 Bueno, córtenme a la carnicevilla y dime en medio de mi sanidad.
0:04:20 Para mirar como pamuflo.
0:04:24 Para nalga.
0:04:27 Después del asesinato de sus antiguas parejas y del casamiento,
0:04:31 Victoria y Paolo se instalaron cerca de Padua,
0:04:35 en el Palacio de Salo, a Orillas del Lago Garada.
0:04:39 Allí pasaron algunos meses agradablemente.
0:04:42 Pero, como ya hemos dicho, la salud de Paolo Orsini no era buena.
0:04:46 Un día descompuesto, Paolo se preocupó por la suerte de su esposa Cielmoría.
0:04:52 Entonces hizo un testamento en el que aseguró la fortuna de Victoria.
0:04:57 Legó en dinero una cantidad exorbitante, además de caballos, carrozas, palacios, qué se hizo.
0:05:05 Otra parte de su fortuna menor fue legada a Virginio,
0:05:08 a que dijo que Paolo tenía con su primera y asesinada esposa.
0:05:13 A los pocos días del dictado de aquel testamento, la salud de Paolo empeoró.
0:05:18 Fue sangrado, los doctores decaron la orden de que no tomar alimento ninguno,
0:05:24 pero el príncipe exigió que le dieran de morfar.
0:05:27 Nadie se atrevió a contradecirlo, se sofocó, perdió el conocimiento,
0:05:34 y espizó.
0:05:38 Fui triste Victoria Coramboni, se trasladó al palacio Foscarini de Paolo,
0:05:43 y así inició las trámites necesarias para conseguir el pago del legado que había hecho su marido,
0:05:48 un pago que se efectuó.
0:05:50 Pero entonces sucedió algo inesperado.
0:05:54 Apareció un hermano de Paolo, el príncipe Luís Orsini,
0:06:00 decidido a disputarle a la viuda lo que había heredado.
0:06:04 En realidad, Luís estaba asociado con Virginio, el hijo de la primera esposa de Paolo,
0:06:08 que odiaba a Victoria, y que no quería que la mujer que había suplantado a su madre
0:06:13 se quedara con la riqueza de los Orsini.
0:06:17 Y precisamente para que eso no sucediera, una noche,
0:06:21 entraron 40 hombres en el palacio de Victoria,
0:06:25 vestían unos hábitos que los cubrían totalmente.
0:06:29 Cuando se llamaban entre ellos lo hacían con nombres falsos.
0:06:33 Buscaron a Victoria, y cuando lo encontraron, uno de ellos le dijo,
0:06:36 ahora hay que morir.
0:06:38 Eran asesinos, entiendo.
0:06:40 Escribe estandard.
0:06:43 Sin considerar de un momento, aunque ella pidió que la dejaran encomendarse a Dios,
0:06:47 el asesino la atravesó con un filo puniado,
0:06:50 y el muy cruel preguntó varias veces a la de Fichara si ya había alcanzado el corazón.
0:06:57 Una vez muerta Victoria y luego de apoderarse a un cópere que contenía las joyas
0:07:02 y el dinero de la herencia para él, los asesinos se rasaron.
0:07:07 Los magistrados de Padua no tuvieron que hacer mucho esfuerzo para sospechar de Luis Orsini,
0:07:13 que además había sido visto por aquella región que no tenía mucho que hacer allí,
0:07:20 pero no se ha hecho nada.
0:07:23 En aquel tiempo estaba incluso bajo el dominio de los venezianos,
0:07:29 Luis Orsini viviendo en Roma, que hace ahí.
0:07:32 Los cifraron para iniciar una investigación.
0:07:35 Orsini se quejó, dijo que era una frente, pero se presentó.
0:07:40 Cuando le preguntaron en la comisaría lo ocurrido con Victoria Corambón,
0:07:44 dijo sentirse apenado por el crimen, y Fichin no había tenido nada que ver.
0:07:49 Unos días más tarde ha pedido de un magistrado, fue detenido un correo que marchaba a Florencia,
0:07:59 donde se sabía que estaba el hijo del finado, Pablo Orsini.
0:08:04 Lo revisaron a este correo, el saciero, y le encontraron una carta escondida en una bota.
0:08:12 Le había escrito Luis Orsini, estaba destinada a Brizini, y decía sí.
0:08:18 Al señor Virgirio Orsini, ilustrísima señor,
0:08:23 hemos dado a cumplimiento lo convenido entre nosotros, y se lo llevó en persona.
0:08:32 La carta interceptada, firmada por Luis Orsini, que se refería al asesinato de Victoria,
0:08:38 impresionó tanto a los magistrados como a la guía, como a nosotros.
0:08:45 Inmediatamente la canadera de I, dio una orden de captura.
0:08:49 Se dispuso a toda la milicia, dio a pie y dio a caballo de padoa,
0:08:53 para que rodeara la casa donde vivía el principio en I.
0:08:57 Se prometió incluso una fuerte recompensa que en entregar a vivo o muerto a buscar.
0:09:03 Pero Luis Orsini estaba costulado por 40 hombres,
0:09:06 tal vez los mismos que habían atacado el palacio de sus cuñadas.
0:09:10 Y se armó la batalla entre los hombres de Luis Orsini y sus sitiadores.
0:09:15 Cuenta esta en Val, estandado que el señor y Luis G grita con ímpetu,
0:09:21 y que se ocupaba incluso de hacer fundir balas con el estaño de las fuentes
0:09:26 y con cualquier metal que encontraba en su casa.
0:09:29 Pero no fue suficiente.
0:09:31 Atacaron los sitiadores, atacaron el palacio a Cañonazo.
0:09:36 Y Luis entregó.
0:09:38 A los pocos días se le dio pena de muerte y fue estrangulado.
0:09:42 Su cuerpo quedó expuesto durante varias jornadas para amedrentar al pueblo.
0:09:48 Después fueron ajusteados todos sus cómplices, murieron 38.
0:09:55 Dice que nadie en padoa recordaba sermejante Marta Rosa, legal, digamos, de una sola vez.
0:10:02 Para terminar, digamos que la riqueza que pertenecía a Victoria Coramboni,
0:10:07 que tanto se discutó, al final quedó en manos de las autoridades venezianas,
0:10:12 que se especializaban en eso.
0:10:14 Ahora entienden, que como se avisó, además mandaban en padoa en aquel entonces.
0:10:20 Luis Orsini, el hijo de Pablo, que quiso vengar del repuyo y asesinato de su madre,
0:10:26 jamás pudo acercarse a ese estado a reclamar una sola moleda.
0:10:31 Y esta es la historia, la triste historia, la triste historia que acabamos de contar.
0:10:38 ¿A quién quiere dedicar este sangrinto relato?
0:10:46 Nuestro pronista es estenbal y yo se lo dedico a él.
0:10:50 A un rival.
0:10:52 Yo se lo dedico a los primeros esposos filados, que gamo la cosa de Pablo y el posto de Hector.
0:11:00 No tuvieron la suerte de que la justicia, digamos, se esmerara tanto como en el otro caso.
0:11:04 Señor, parecia mentira para casarse con un tipo, va a matar al marido, la mía,
0:11:09 para casarse con un gordo.
0:11:11 Que tiene un churrasco el agama.
0:11:13 Vamos, señor.
0:11:18 ¿Continúo con el programa?
0:11:21 Sí, no lo veo.
0:11:23 Con respecto al público y a la autoridad.
0:11:25 Si por usted fuera, ya lo veo.
0:11:27 Si fuera, ya de puro asco abandonaba esta mesa.
0:11:32 Este es Pejo y estos cuatro.
0:11:36 No me suele el tango, Lini.
0:11:38 Ah, disculpe, estaba leyendo acá.
0:11:40 Tengo letras del tango.
0:11:46 Me compré el alma que canta y escribí la reflexión del otro lado.
0:11:55 Vamos a ilustrar esta charla con milunga de un entrevero.
0:11:59 Es decir, el entrevero final.
0:12:01 40 ladrones de Alibaba y la Policía de Venecia.
0:12:07 Que es de lo peor, la Policía de Venecia.
0:12:10 La Policía montada de Venecia y montada en Gondola.
0:12:14 Estaban del fin, el claro.
0:12:17 Del fin, esa maestra de aquí, seguro.
0:12:21 Y andan los patrulleros, las motos.
0:12:25 Como motor de agua.
0:12:31 Recorríme, ahí es interesante verlo, ¿no?
0:12:37 Milonga de un entrevero es una milonga de Carlos Moscarini
0:12:40 que interpreta el propio autor el solo de Cristal.
0:12:43 Adelante Carlos.
0:13:43 La Policía de Venecia.
0:14:13 La Policía de Venecia.
0:14:43 La Policía de Venecia.
0:15:13 Hemos secusado milonga de un entrevero de I. por Carlos Moscarini.

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