Transcripción automática
0:00:00 ¿Quién demonio se es?
0:00:30 ¿Parecieron en el pueblo algunos competidores?
0:00:36 Viendo que venía mucha gente, calculé algunos por no hacer cola, se hacían jugar por otro.
0:00:44 Sí, había cola, entonces aparecieron competidores,
0:00:48 decía, bueno, este no será tan bueno, pero por lo menos no hay que hacer 10 horas de cola.
0:00:52 El veterinario del pueblo, incluso, decidió instalar unos baños
0:00:56 y agregaba a estos tratamientos las vidas de diferentes animales,
0:01:02 que según parece tenían propiedades curativas.
0:01:06 La lambida de vaca siempre se ha sabido que es buena, aunque más no sea para peinarse.
0:01:12 Bueno, la comunidad médica siguió quejándose, imagínense,
0:01:17 e incluso lo demandaron judicialmente a Prisnet.
0:01:21 Una vez más apareció, entonces, un funcionario para observar los métodos que usaban.
0:01:27 Este funcionario también era médico, fíjate vos, y quedó impresionado por lo que vio.
0:01:33 Pasó 8 días en lo de Prisnet y tomó anotaciones.
0:01:37 Los clientes vivían en cuartos muy fríos, así corrían unos chifletes,
0:01:41 había una ventana que estaba siempre abierta, las comidas eran frías,
0:01:46 porque Prisnet aseguraba que las comidas calientes volvían a los hombres pesados y estupios.
0:01:51 ¿Vosso? Obligaban a todos a beber 30 vasos de agua cada día, 30 vasos con agua cada día.
0:01:59 Los asistentes tenían que dar un paseo por el bosque desnudos para purificarse.
0:02:05 Mira vos, después de aquellas purgas, muchos mejoraban, algunos no.
0:02:12 Entonces el médico que fue a controlar dijo a las autoridades que Prisnet no era un charlatan, lo avaló.
0:02:18 En 1826 los baños recibían gente de todo el mundo, pagaban sumas muy altas,
0:02:25 pero atención, había otros que no pagaban, los pobres solo saludaban.
0:02:37 Tres monumentos a Prisnet fueron costeados por Austria, Prusia y Francia.
0:02:42 A los 51 años Prisnet enfermó, tuvo un ataque de apoplejía.
0:02:48 Llamaron entonces algunos médicos para que le hicieran una sangría y vino con limón,
0:02:54 que era el procedimiento usual en aquellos casos.
0:02:59 Pero los ayudantes de Prisnet no lo permitieron, dijeron, este hombre solo se cura con agua
0:03:05 y procedieron como él les había enseñado.
0:03:08 Y a los pocos días murió.
0:03:13 Aquellos baños con aguas prodigiosas quedaron en el olvido.
0:03:21 Se instituyeron un poco más tarde lugares donde el clima era propicio para astmáticos o para tuberculosos,
0:03:31 pero incluso aquella fórmula que aseguraba que podían eliminarse todos los males a través de la sudoración
0:03:39 se estudió y pudo comprobarse que efectivamente era buena en algunos casos.
0:03:44 O sea que tan equivocado no estaba el bueno de Vincent Prisnets.
0:03:51 Yo fui a la discoteca y así termina la historia, naturalmente se murió el tipo que querés que es.
0:03:57 No hubo muchos continuadores, pero aquellas cosas sirvieron para que luego etcétera.
0:04:03 Pero hay continuadores, digo, hay fangoterapia, vino-terapia.
0:04:08 O sea que el charlatanesa y siempre.
0:04:11 ¿Usted sigue alguna terapia así, con barro, con agua o con...?
0:04:16 No, no en este momento. Le podría contar una quise, pero dado la hora...
0:04:21 Bueno, entonces es mejor que yo le cuente que fui a la discoteca y que el tipo dijo que seguía el método de esas curaciones
0:04:29 y que siempre esperaba ansioso enfermarse para poder seguirla, porque no tiene sentido ese método si uno está sano.
0:04:37 Se baña solo si se enferma.
0:04:39 Claro, eso es lo que hace el discotecario.
0:04:41 Y me dio un disco que se llama Mentiras, que es casi como un juicio a todo esto que yo le acabo de contar.
0:04:52 Es una canción que está dedicada a Prignitz y que va a cantar Don Carlos Gardel. Adelante.
0:05:41 Un poquito y nada le preguntaba a Beba, a mi amor.
0:05:45 Si aquella flor sonarán a mí me conté todo.
0:05:53 Esa siempre escupilla, pero sona de nuevo.
0:06:01 Pero es de a mí mi tío, una flor.
0:06:11 Mi amor, mi amor.
0:06:21 Mi amor, mi amor.
0:06:31 Y mientras vos bajabas para capilla, en vuelta entre la nieve de tu pantilla te hablé de amor.
0:06:47 Y al darme el cito cara, se sorrofó. Mientras daba un repique en mi corazón.
0:07:03 Pero esa vez perdiste el amor.
0:07:17 Ahora sé que sos mala con mi cariño. Me lo dijo mi madre porque te vio.
0:07:33 Una noche de luna por el cernero.
0:07:39 Opreciendo tus labios a un poradero que no pesó.
0:07:49 Cuando grite el amato de corazón.
0:07:57 Sorarto como un niño, el hombre grito.
0:08:05 Y ahora sabe un vehemento.
0:08:15 Era Carlos Gardel en la venganza. Será terrible.
0:08:21 Mentiras.
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