Transcripción automática
0:00:00 Bien, vamos a continuar, cosa que no hacemos casi nunca, la charla de ayer.
0:00:07 Resumen de lo publicado.
0:00:10 Ayer contamos la historia de Galba, el sucesor de Nerón, en el Imperio Romano.
0:00:16 Galba gobernó poco.
0:00:19 Era un hombre mayor, no tenía hijos.
0:00:22 Para hacerse las disputas acerca de la herencia del Imperio se aplacaron, eligió un sucesor, se fue Marco Salvio Othón.
0:00:31 Pero sucedió que poco después Galba se arrepintió de haber elegido a Othón, lo recasó y elegió a otro.
0:00:37 Othón, que no quiso quedarse con las ganas de gobernar, tramó una conjura y dio un golpe en el que Galba fue muerto.
0:00:44 Entonces, Marco Salvio Othón fue consegrado por los senadores asustados como nuevo emperador de Roma.
0:00:51 Esta fue la charla de ayer.
0:00:53 Cuentan los historiadores que el trono imperial de Othón se alzó débil, puesto que solo fue reconocido por las provincias balcánicas y del Oriente.
0:01:04 Othón admiraba a Nerón, dice usted, ¿no?
0:01:08 Cuenta Plutarco, que se hacía llamar Nerón en el teatro.
0:01:14 Y que cuando enviaba sedulas imperiales firmadas, agregaba al nombre de Othón el de Nerón.
0:01:21 Cuando advirtió que algo se escandalizaba a los funcionarios más notables, omitió aquel nombre.
0:01:29 Othón oscilaba empresas hisparcer los intereses de los senadores o el de los pretoriales.
0:01:38 Primeramente, al comienzo de su gobierno, invitó a ochenta senadores a un banquete en el palacio.
0:01:47 Y dice, venga, vamos a morir.
0:01:50 Pero el hecho de que en invituación llegó a huidos de los pretoriales,
0:01:54 cuando uno echó familias de dos instituciones, una y otra se tienden en sedulas.
0:01:58 Los pretoriales se enteraron y vieron en esa reunión una ocasión favorable para eliminar de una sola vez a todos sus enemigos, que eran los senadores.
0:02:07 Entonces se marcharon para el banquete y llamó al banquete y nos cargamos a todos los senadores.
0:02:13 El esperador se enteró de la llegada de los militares y despidió a los senadores por la puerta de Artrici,
0:02:22 antes de empezar a la cena.
0:02:24 Todavía no habían empezado.
0:02:25 Y se tomó en Cielán, reajen que hay bien los pretoriano que los van a matar a todos.
0:02:30 Y los senadores se habían rajado por la puerta de atrás.
0:02:34 Ni bien se marchó el último senador, los pretorianos invadieron el comedor,
0:02:40 encontraron la sala vacía y con ironía agradecieron al emperador la invitación y se sentaron a morfar.
0:02:49 Pero bueno, muchas gracias ya que hasta más vale llegar a tiempo todos esos...
0:02:53 ...deciden, ¿no?
0:02:55 Además, a fin de sosiegarlos, Otón debió prometer a cada pretoriano una soma de cinco mil cestercios, que era mucho.
0:03:03 Que de ser tranquilos yo le voy a dar cinco mil cestercios a cada uno, así que no me asesina.
0:03:08 La verdad es que el gobierno de Otón mira de lo voy a decir de nuevo.
0:03:13 A comienzo del año 69, después de Cristo, las tropas que estaban en Germania,
0:03:19 pero también en la Galia y en la Britania, habían ofrecido apoyo a Aulovitelio,
0:03:27 era un general para consagrarlo a emperadores.
0:03:31 ¿Y en qué tanto, eh? Que Otón ya no tiene podrido, dice.
0:03:34 Recién empezó a ser emperador hace tres días y ya no tiene podrido.
0:03:38 Cómo se pone la gente a veces que enseguida no cubre de algo.
0:03:41 Así que nosotros que vamos a apudiar a vos.
0:03:44 Vitello era un general victorioso, gobernador de la Germania inferior.
0:03:48 En una situación tan delicada, Otón mandó un mensaje a Vitello para tratar de llegar a un entretimiento.
0:03:56 Le garantizaba una elevada compensación y una vida libre de preocupaciones
0:04:01 en una ciudad de su elección si es que renunciaba a su pretensión.
0:04:05 Pero Vitello no renunció a eso, no renunció a nada, le dijo.
0:04:09 Hice, origino entonces, un violento intercambio articular,
0:04:16 en el que se acusaron de atorrar, de sinvergüenza, cacha, fases y compadritos.
0:04:22 Como Vitello sabía que concentraba en los ejércitos,
0:04:27 buscó dirimir la cuestión por las armas a planetas que va a jugar.
0:04:31 Envió entonces al general Cessina con sus tropas a Roma.
0:04:36 Cessina era un hombre despreciado por los romanos, lo despreciaba por usar calzones y chaqueta de malas largas.
0:04:44 Pero mira que tenían el depreso fácil los romanos, realmente.
0:04:48 ¿Por qué no puede usar los calzonsillos largos, un hombre?
0:04:53 Además, esto de los calzonsillos cortos no es una cuestión actual,
0:04:59 casi siempre los calzonsillos fueron largos.
0:05:05 Yo me saque a que esa prenda, que comienza en la cintura y termina el octobizo,
0:05:13 puso nombre no diré por no decir calzonsillo.
0:05:22 Bueno, es caso que este general era despreciado por usar calzonsillos largos.
0:05:29 Bien, de todos modos, la imagen de ese edad,
0:05:33 su otón, entegado en la avance de General Cessina, salió a su encuentro, salió a su encuentro,
0:05:40 salió a su encuentro, a pelearlo, no a recibirlo.
0:05:43 Claro, y consiguió eternarlo, pero el asilio de las tropas de Agnes a Vitelio continuó
0:05:49 esta vez bajo el mando de un tal Fabio Valens, y sucedió los siguen.
0:05:55 En abril del año 69, los soldados viteninos divulgaron el rumor
0:06:02 según el cual se pasarían al mando del emperador.
0:06:06 Vamos a hacer con la bolida que nos vamos a cambiar de lado.
0:06:09 Los soldados de Otón, contentos, marcharon hasta donde estaba el enemigo
0:06:14 haciendo señas amistosas, la señal del mate y venga, la señal de tomo su mate
0:06:22 y la señal de tomar unos 20 centavos.
0:06:28 Pero fue grande la sorpresa cuando sus tabemanes cordiales fueron contestados con estocadas
0:06:35 y la lucha terminó con la derrota de las tropas imperiales.
0:06:40 Los soldados que no cayeron regresaron al palatino, se arrodillaron ante Otón
0:06:45 y les suplicaron que no los abandonara en manos del enemigo.
0:06:50 El emperador, que ya venía sospechando la suerte que le esperaba a él y a sus soldados,
0:06:55 dio un discurso reignado, que son los peores.
0:07:00 Dijo que había decidido elegir una muerte honrosa antes de ser fresa de los hombres de Viterios.
0:07:06 Imagínese que esperanza no hubieran sentido sus aliados después de esta declaración.
0:07:12 Después invitó a los senadores a recibir a Viterio como emperador.
0:07:17 Por la noche, reunió a sus siervos, lo repartieron entre ellos todos sus bienes y los liberó.
0:07:23 Los soldados se agradecieron, se las tomaron, Otón dijo a otros que se iba a verme.
0:07:29 Y ya había dormido con vida fresa.
0:07:32 En sus aposentos tomó su espada, la puso invertida, pero en posición vertical y se arrojó sobre ella.
0:07:39 Una vez la pudo armar, ya. Tenía 30 centímetros de la ciudad.
0:07:44 Si bien todos sabían de la proximidad del enemigo, nadie emprendió la huida.
0:07:50 Primeramente armaron una pringa, cremaron al emperador,
0:07:55 algunos de los heridores de Otón que sabían que podían ser ajusticiados
0:08:00 resolvieron ganar tiempo matándose antes de la llegada de Viterio.
0:08:04 Digamos que junto con el emperador se suicidaron otros 60 hombres, una jornada de sugerencia.
0:08:10 Dice Plucarco que Otón gobernó tres meses, que no fue decente, pero que murió con dignidad.
0:08:20 Cuando llegó Viterio los romano le tributaron una bienvenida primidad.
0:08:26 Apenas se hizo del poder supo que al este del imperio las tropas amotinadas habían proclamado el emperador a despaciarnos.
0:08:37 Así que no hizo más que hacerse cargo del imperio para saber que las tropas más poderosas de su ejército ya habían declarado el emperador a Otón.
0:08:46 La situación en Roma se tornó insoportable. Dice Josefó, nada menos que Flavio Josefó,
0:08:53 que fue aquel Julío que fue ciudadano romano y que nos contó, nada menos que la invasión de Chico a Jerusalén.
0:09:05 Pero Josefó dice que Viterio colmo todas las casas con hombres armados a la espera de los nuevos en Antioquia.
0:09:15 Bueno, está bien, vamos a esperar a ver a Viterio y lo perdón.
0:09:18 Viterio había pasado de rebelde a emperador y después de inmediatamente a emperador bajo el peligro de la nueva rebeldía.
0:09:27 El fin de Viterio vuelve los. La huerta de Viterio, entró en Roma en los meses después.
0:09:35 Los Viterinos fueron masacrados hasta el último reclutamiento.
0:09:40 En su desesperación, el emperador se refugió en el palacio de Enero.
0:09:45 Flavio Josefó relata la clausura del sector.
0:09:49 Viterio bebió copiosamente en su mesa de corrupción y salió luego del palacio imperial completamente abrio.
0:10:00 Así que cuando vio que se venía a su final, se mandó unos cuantos minardos y salió completamente encurda.
0:10:10 Lo arrastraron a través de la fila del pueblo mientras él cantaba la violeta.
0:10:18 La mucha de hombres, en fériles y en curesidad lo desmembró en el centro de Roma.
0:10:26 El 22 de diciembre de 1969, el senado otorgó a Vespasiano el título emperador.
0:10:36 Vespasiano llegaba a Alexandria y fue un emperador que gobernó larga, eficaz y cruel.
0:10:45 No os quiero, vamos a sacar en un mes a Vespasiano.
0:10:50 Con esto terminamos esta trilogía de emperadores efímeros como Galba, como Jotón y como Viterio.
0:11:02 ¿A quién quiere dedicarse en estas cosas?
0:11:07 En la inmigriencia y cúpula de la política romana de aquellos años.
0:11:11 ¿A quién quiere dedicar algo?
0:11:13 A Plutargo, que es el 12 de quimónio.
0:11:16 ¿A Flavio Josefón?
0:11:17 Y a Suetoño, que también escribió sobre la subterránea.
0:11:20 Flavio Josefón es el nuevo que nos recó valiosos escritos sobre ese canto.
0:11:29 Esa fue el primer historiador que menciona el sujeto de aquí.
0:11:34 ¿A Flavio Josefón?
0:11:36 Más allá digo de los hemagelistas.
0:11:41 Nosotros hemos quedado muy sorprendidos por la muerte digna de Jotón y la muerte de Viterio.
0:11:53 ¿En Cúrdelo?
0:11:54 En Cúrdelo, directamente.
0:11:56 Si no matan, no me imponos.
0:11:57 No me encuentro.
0:11:59 Cadió.
0:12:01 Lo abrazó, incluso.
0:12:03 Me voy a matar, mejor hermano, cari.
0:12:05 Casi como se quiera, cari.
0:12:08 En Treserrari, como el corazón de mi.
0:12:12 Es el oligíneo.
0:12:15 Así que el homenaje a esa segunda muerte, a la de Viterio, a la fila de la tercera,
0:12:22 vamos a oír el tango que se llama la Copa del Olvido,
0:12:26 la que bien pudo haber sido ese el típulo del lado, la Copa,
0:12:32 que es el emperador Viterio, pero olvidarse lo mal que le iba.
0:12:37 Escucharemos entonces este tango en la versión impresionante de Uelga.
0:13:07 Se da el otro asunto, y sirva a previar lo que quiera todo mal.
0:13:14 Que ando muy solo y estoy muy triste desde que suelo, pero vuelvo en verdad.
0:13:23 No sopera el otro asunto, el que a nosotros lo llevamos todo.
0:13:30 Quise mengarse y matar la quise, pero ni pudo me quedo.
0:13:38 Con la cosa de todo el lado, sin traer como a la quise.
0:13:46 A preguntarle a los sofrestarios, a preguntarle qué debo hacer.
0:13:54 Al día de a mi, cuando ya hay uno, pero al mirar no puede ser.
0:14:02 Y sin al nato, vivir sin ella, vivir sin ella no cabró.
0:14:11 Moso, traiga otra cosa, y firma a se vea lo que quiera todo mal.
0:14:29 Que ando muy solo y estoy muy triste desde que suelo, pero vuelvo en verdad.
0:14:37 Moso, traiga otra cosa, que a nosotros lo llevamos todo.
0:14:45 Quiero alegrarte con este vino, a ver si el vino que te hace olvidar.
0:14:57 Ha cantado Hugo del Carril, de Bacaresa y del Pino, La Copa del Olvino.
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