Transcripción automática
0:00:00 El sueño truco de Alejandro II.
0:00:04 Vamos a contar un asunto amoroso y táctico de la vida de Sar,
0:00:09 Alejandro II.
0:00:11 A modo recuadro de situación,
0:00:13 digamos que en 1855 llegó al trovando Alejandro II, que fue conocido
0:00:18 como el Sar Liberador,
0:00:21 porque en 1861 concedió la libertad de los siervos, siervos de la tierra, con su
0:00:27 famoso edicto de emancipación.
0:00:31 Parece que fue un sar liberal,
0:00:33 atento a lo que sucedía en Europa occidental,
0:00:37 una entusiaja reformador que quiso dar una constitución más o menos burguesa.
0:00:43 Alejandro, cuando todavía era sarébis, ese príncipe,
0:00:47 se casó con la princesa María de Géze d'Arnustard.
0:00:52 Esto sucedió en 1941.
0:00:56 Le costó que su padre, el Tarnico I,
0:01:00 aceptara esa boda con María de Géze d'Arnustard,
0:01:04 porque la ascendencia real de María era un poco rosa.
0:01:10 Pero Alejandro se mantuvo firme.
0:01:13 Estaba perdidamente enamorado de ella
0:01:17 y dijo que si no le permitía en ese casamiento,
0:01:19 renunciaría al trozo.
0:01:22 Y hubo entonces caso.
0:01:25 En los siguientes ocho años, Alejandro y María tuvieron ocho hijos.
0:01:32 Desde luego la belleza de María se esfumó ante tanta actividad.
0:01:41 Mientras se le esfumaba la belleza, le crecía el inferez por la iglesia ortodoxa.
0:01:47 Así que el príncipe Alejandro, burrido, entonces yo a tener amantes,
0:01:52 entré en la Zama de la Corte.
0:01:53 Anduvo con una mujer llamada Olga Kalinovkaya.
0:01:59 También anduvo con la princesa Alejandra Dolgoruki
0:02:03 y también con la hermana de su mujer, con la cuñadita.
0:02:07 Su cuñadita se llamaba Catalina y tenía 16 años.
0:02:15 No es la cuñadita.
0:02:17 Era la hermana pero de Alejandra Dolgoruki.
0:02:20 Ya me había asustado.
0:02:24 Desmiento categóricamente que el tal Alejandro haya andado con la hermana de María,
0:02:32 sino con la hermana de un anterior amante, Alejandra Dolgoruki.
0:02:36 Catalina tenía 16 años, era indiscutiblemente hermosa
0:02:41 y se cumplió en el amor de su vida.
0:02:44 No decirte la suya, no.
0:02:46 No, no, por favor.
0:02:49 Durante años, incluso cuando Alejandro se convirtió en estar,
0:02:55 se encontraba en secreto con Catalina en una piecita medio miserable
0:03:01 que quedaba en la planta base del palacio de invierno.
0:03:03 Bueno, también se hablaba, no debía ser,
0:03:05 si quedaba en la planta base del palacio de invierno, escuchen.
0:03:09 Los encuentros se descubrieron, se pidió como es esto.
0:03:13 Y el asunto se transformó en un escándalo nacional.
0:03:16 Un miembro de la familia real calificó a Catalina,
0:03:20 ya aventurera, intrigante.
0:03:24 Pero alzar no le importó nada, que no le importaba.
0:03:26 Declaró a Catalina su esposa ante Dios.
0:03:30 Y, enamorado, dedicó sus horas a escribirle cartas de amor en francés.
0:03:35 Varias albinas.
0:03:38 En 1662, Catalina dio a luz el primero de los cuatro hijos que tuvo con Alejandro.
0:03:43 Algunos años más tarde, teniendo por la seguridad de su segunda familia,
0:03:49 Alejandro instaló a Catalina en el palacio,
0:03:52 en unas habitaciones situadas exactamente encima de los aposentos de su mujer,
0:03:58 que entre paréntesis estaba muy enferma de tu arquilosis.
0:04:02 Cuentan que la pobre María oía los ruidos causados por los juegos
0:04:07 de los hijos de la amante de su marido.
0:04:11 No hay peor cosa que estar enferma y escuchar en las habitaciones arriba
0:04:16 los ruidos que causan con sus juegos los hijos de la amante de nuestro marido.
0:04:25 La Salina murió en 1880.
0:04:28 Alejandro esperó el mínimo de 40 días que exigía la ley y se casó con Catalina.
0:04:34 Poco después del casorio, Alejandro quiso que se elevara a su nueva esposa al rango de enteratriz.
0:04:41 Parece que de todos modos, Catalina lo la pasaba muy bien en la corte.
0:04:45 El resentimiento de los nobles se había intensificado después de la boda.
0:04:50 Cuando el tal enfermaba de cualquier cosa a los médicos, que eran contraños a Catalina,
0:04:55 apuntaban que los exigidos en las relaciones sexuales
0:05:00 eliminaban la fuerza necesaria para los asuntos de Estado.
0:05:04 En aquel tiempo, todavía se creía que las relaciones íntimas producen alguna clase de enfermedad o de menos cabos en la salud.
0:05:18 Hoy sabemos perfectamente qué es cierto.
0:05:22 Según el protocolo como esposa morganática que era,
0:05:29 Catalina debía ceder el paso a todos los grandes luques y las grandes enquesas.
0:05:34 En las comidas no podía sentarse frente al far, sino que tenía que ubicarse al final de la noca.
0:05:41 Para Alejandro esa situación no podía tolerarse más.
0:05:44 Pero lo cierto es que no era posible transgredir las modalidades del ceremonial,
0:05:49 sin perturbar a otros nobles de los cuales era preferible seguir teniendo a pocos.
0:05:55 Cansado esta situación, el saral de Alejandro había planeado algo que fue comunicado a unos pocos.
0:06:02 Pretendía, una vez consagrada, Catalina como entegatriz,
0:06:07 abdicar en favor del duque heredero y marcharse de Rusia con su mujer y su hijo.
0:06:14 ¿Qué tanto? ¿Qué tanto?
0:06:18 Yo iba a decir una barbaridad.
0:06:21 Su sueño era establecerse en Niza, donde iban muchos rusos por el sol.
0:06:29 A buscar el sol, a los rusos les atrae mucho el sol.
0:06:35 Ya había conseguido una lista de propiedades ventas al alcalde.
0:06:39 Y para muchos ese principio debía desaparecer.
0:06:44 A mediados del siglo XIX habían aparecido los primeros movimientos milíficas.
0:06:50 En Rusia se llamaba así a los muchachos que consideraban que la sociedad bajo los hares
0:06:56 era atrasada y opresiva y que debía revolucionarse.
0:07:01 En tiempos de Alejandro II había una agrupación que se llamaba Narodnaia Golia,
0:07:08 que como bien sabemos significa la voluntad del pueblo.
0:07:12 Eran más bien terroristas.
0:07:15 Estos aparecieron allá a finales de la década de 1870.
0:07:21 Y propiciaban el terrorismo.
0:07:26 Otros no, otros revolucionarios.
0:07:32 Aquella época que es una época muy, muy politizada.
0:07:37 Y la gente que se llamaba Narodnaia Golia,
0:07:41 era muy, muy terrorista.
0:07:46 Otros revolucionarios, en aquella época que es una época muy, muy politizada.
0:07:51 Luego la historia de Rusia se fue politizando.
0:07:54 Allí empieza el término de la sucesiva revolución,
0:07:59 terminada en el 1927, o que comenzaba.
0:08:03 Bueno, algunos eran más bien intelectuales,
0:08:08 por ahí se iban al campo.
0:08:14 Pero se iban no tanto a conscientizar a los campesinos,
0:08:18 por los cuales tenían por otra parte una especie de respeto santo.
0:08:22 Todavía se tenía la idea de que el campesino era la esperanza de la revolución.
0:08:26 Entonces se tuvo la idea de contrario.
0:08:28 Pero más que nada apareció una peregrinación para buscar una especie de sabiduría
0:08:34 que estos intelectuales de la ciudad pensaban que recibían al campo.
0:08:39 Allá nega yo 1861 en Saralejando y luego era los campesinos que eran cirugues en la tierra,
0:08:46 es decir, estaban condenados a permanecer en la tierra en donde trabajaban.
0:08:50 Y les permite trabajar en algunos casos unas parasilas
0:08:59 que estaban reservadas para ellos en cada pueblo
0:09:04 y seguir a captar, me correcí, una especie de consejo vecinal que se llamaba El NIR.
0:09:12 El resultado fue que la emancipación no fue tal, o no fue tanza,
0:09:16 porque de algún modo quedaban los tipos atrapados.
0:09:20 Atrapados porque incluso para recharcir a los dueños anteriores de esa tierra
0:09:25 que se le destinaba, se había destinado un dinero
0:09:30 y parte de ese dinero lo ponían los propios emancipados de lo que trabajaban,
0:09:36 así que tenían una especie de devora permanente,
0:09:38 cosa medio burocrática que hacía muy difícil que alguien se fuera.
0:09:44 Lo que sí hacía mucho era por ahí irse por temporada,
0:09:48 la temporada donde no se centraba,
0:09:50 se las tomaban a elaborar a Moscú temporariamente.
0:09:53 Y ahí no empieza a gestarse el modesto proletariado
0:10:01 que iba a hacer una participación decisiva en la revolución.
0:10:07 Pero bueno, estos tipos de la voluntad del pueblo eran pesados.
0:10:13 Eso creía que había que liquidar al SAAB, Redonda Norte,
0:10:17 asesinato de Alejandro Segundo, lo que se tanto escribía.
0:10:23 Eso creían que este crimen iba a provocar tal conmoción
0:10:27 que el régimen caería y que sobre los descombros del sarismo
0:10:31 se levantaría un gobierno popular.
0:10:33 Cospiradores de Arquel entonces, Alejandro Michailov,
0:10:37 Nicolás Kivalchik, Andrés Geliavoz,
0:10:41 había también una mujer, Sofía Peróz,
0:10:47 que se llamaba la primera, principal.
0:10:51 Pero al final los que se iban a acercar al SAAB para matarlo eran unos pinches,
0:10:55 unos subordinados, no eran de la plana mayor de la voluntad del pueblo.
0:11:01 Decidieron arrojar bombas contra el SAAB en uno de sus transeitos diarios
0:11:05 desde el palacio hasta, no sé, Ciotisina.
0:11:09 En una parada del paseo se produjo una explosión tremenda.
0:11:14 El sar que iba en su carroaje salió hileso
0:11:17 y vio a dos cosacos y un pastelero muerto por la detonación.
0:11:22 Corrió Alejandro hacia los heridos.
0:11:25 Mientras tanto los oficiales apresaron a un tal risaco
0:11:30 en el que había lanzado la bomba, pero que no había tenido mucha precisión.
0:11:36 Se le suplicó al sar que se fuera de aquel lugar a toda velocidad,
0:11:40 pero Alejandro quiso ver de frente al hombre que había querido matarlo.
0:11:44 Y se encontró con un adolescente aspecto insignificante.
0:11:48 Y como si se dirigiese a un niño más educado, se me encuentra a los estivos,
0:11:56 Alejandro II preguntó al risaco,
0:11:59 ¿fue usted quien arrojó la bomba? Qué bonito.
0:12:03 Y en ese momento alguien preguntó al sar si no estaba herido.
0:12:07 Y Alejandro respondió, no tengo nada gracias a Dios.
0:12:10 Y en ese momento el risaco, ya estaba un poco lejos,
0:12:14 tuvo la osadía de hablar y alzar para burlar.
0:12:17 Se le dijo, no hay demasiado pronto para dar las gracias a Dios.
0:12:20 Y en ese momento otro de los conjurados,
0:12:23 que estaba a dos metros de el sar, le tiró la segunda bomba y lo le tiró.
0:12:27 El sar destrozado fue, eran bombas, así no más,
0:12:31 al culo si el tipo que le tiró la bomba, estaba a dos metros y sobrevivió.
0:12:37 El sar fue llevado al Palacio de Envierno y murió así,
0:12:40 construyado por Catalina, su mujer.
0:12:43 Los cuatro principales de la conjura,
0:12:46 risaco, que tiró la primera bomba,
0:12:49 que fue también el que le daba a sus jefes,
0:12:52 fueron condenados a morir en la orca.
0:12:55 Tías más tarde, Catalina abandonó Rusia con sus hijos
0:13:00 para no volver jamás.
0:13:02 Se cuaniza, allí donde pensaba ir con Alejandro,
0:13:05 se refugió solitaria y murió en febrero de 1922,
0:13:10 a los 65 años, olvidada de todos.
0:13:14 Alejandro III, un hijo de Alejandro y María,
0:13:17 la que murió de tuberculosis, fue el sar que siguió.
0:13:21 Horrorizado por lo que había sucedido,
0:13:24 presidió a todas las agrupaciones revolucionarias,
0:13:27 clausuró las reformas liberales que impuso su padre
0:13:31 y restauró todas las medidas propias de un absolutismo.
0:13:35 Medias que continuaron, que al tiempo siguiente estar,
0:13:38 que fue Nicolás II, el último, de los ares,
0:13:42 antes de 1917.
0:13:46 Así que, más bien, todos tuvieron con sus actos
0:13:51 acciones diferentes a las que perseguían.
0:13:54 Los secretarios consiguieron asustar al régimen
0:13:59 que se volvió más intransigente y más represor,
0:14:04 y con esa intransigencia y con esa represión,
0:14:07 lo que se consiguió fue acelerar y potencial
0:14:11 los movimientos revolucionarios.
0:14:13 El día podemos hablar de las distintas corrientes revolucionarias
0:14:18 en Rusia antes de 1917, de las revoluciones anteriores,
0:14:25 como la de 1905, que de las distintas figuras y tendencias
0:14:31 desde los liberales, que eran parlamentaristas
0:14:38 y que inventaron la duma, hasta los tipos más drásticos.
0:14:48 Pero eso lo haremos, supongo.
0:14:52 ¿A quién quiere dedicar esta charla?
0:14:56 Entrando muy específicamente en la charla,
0:14:59 Alejandro, me gustaría hacer una pequeña dedicatoria
0:15:02 al Sara Alejandro II, que no sé si no importaba mucho
0:15:05 su imperio, o era el nombre que vio muy fuerte el amor,
0:15:08 pero con dos oportunidades se suba a punto de
0:15:10 anunciar al interior, primero por María,
0:15:12 después por Catalina, y que me sintiera su cera duma
0:15:15 y luego para ver cómo se había atentido el asimado...
0:15:17 Es un poco inocente, pero es preferible sin ausencia
0:15:20 a tantas otras astucias, no es un príncipe.
0:15:25 Bueno, hemos ido a buscar una canción
0:15:30 y el discotecario, contrariamente a lo que es lo que es.
0:15:35 Aquí era como si hubiera venido.
0:15:37 Y aquí me ha interesado en la pobre María de Géze
0:15:42 Darmis Cárdenes, que se vio poselegada por una favorita.
0:15:52 Entonces, nos entregó la bellísima samba,
0:15:54 que se llama la tristecita.
0:15:56 ¿Qué aquí quería con lo escuchar a los huesos
0:15:58 que había abajo los hijos de la madre?
0:16:00 Eso no es mayor, es el mismísimo discotecario.
0:16:03 Escucharemos la tristecita en la clásica versión de Don Gabriel Ramírez.
0:16:08 ¡Aberá!
0:16:33 ¡Aberá!
0:17:03 ¡Aberá!
0:19:34 Hemos escuchado la tristecita de Sosa Cordero de Ramírez
0:19:40 por Ariel Ramírez.
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