Encontrá todos los archivos de audio en MP3 del programa de radio La Venganza Será Terrible de Alejandro Dolina

22 de Junio de 2015

El tercer matrimonio de Lucrezia Borgia

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos esta noche del tercer matrimonio de Lucrecia Borgia, Lucrecia Borgia con Alfonso
0:00:07 de este, los de Ferrara. Ya hablamos alguna vez o deberíamos haber hablado antes de hablar
0:00:16 de esto, de Giovanni Esforza, que fue denunciado falsamente por impotencia, ese fue el primer
0:00:25 matrimonio, el segundo con Alfonso de Dragón, del que ella estaba realmente muy enamorada,
0:00:31 que fue asesinado por hombres de César Borgia, el hermano Lucrecia, era Alfonso de Napoli.
0:00:40 Bueno, dejemos a Lucrecia o encontrémonos con ella en el castillo de Nepi a la espera
0:00:50 de que su padre, el papa Alejandro VI, el papa Borgia y su hermano César le destinaran
0:00:57 un nuevo marido, ya que la tenían como tenían a todas las mujeres en aquel entonces o peor,
0:01:03 de un lado para otro como zapallo en carro cumpliendo las órdenes de los hombres de
0:01:08 la familia. César eligió para su hermana al príncipe heredero del ducado de Ferrara
0:01:14 Alfonso de este. Este muchacho era conveniente para Roma, puesto que César necesitaba de
0:01:22 una alianza con Ferrara, para desbaratar los posibles ataques de Venecia. Empezaron entonces
0:01:30 las negociaciones que fueron largas. En agosto de 1501 se celebró la unión por poderes,
0:01:38 que es decir que los novios no se conocían y no se conocieron por un tiempo. Había otros
0:01:45 trámites. Poco más tarde dos enviados de Ferrara, Gerardo Salaceni y Héctor Iberlingeri, que
0:01:56 eran juristas, se presentaron en el Vaticano para saludar a la futura duquesa de Ferrara.
0:02:03 Debían presentar un informe sobre ella y también sobre su virtud. Todo esto debían
0:02:12 presentarlo ante los nobles Ferrarenses que querían saber los puntos que calzaba la novia.
0:02:18 La hija del Papa les pareció fatigada. Parece que contenta por su nuevo matrimonio Lucrecia
0:02:25 se pasaba todas las noches de Juerga en Juerga. Dicen que una noche sucedió lo siguiente.
0:02:32 Chésar Egorja inventó al Papa y a Lucrecia a sus aposentos del Vaticano. Invitó también
0:02:40 a 50 de las más famosas prostitutas de Roma. Después de comer las damas galantes bailaron
0:02:50 con los presentes. Primero iban vestidas y después se desnudaron. Por último se realizó
0:02:58 una exposición de capas de seda, zapatos bonetes y otros objetos que se prometieron
0:03:05 como regalos a quienes diessen en las cortesanas las muestras más numerosas de habilidad.
0:03:14 Algunos asistentes que hacían la función de árbitros entregan los premios a quienes
0:03:19 fueron reconocidos como los vencedores. En un punto los historiadores discrepan. Para
0:03:27 algunos Lucrecia estuvo allí. Para otros temerosa de que los enviados de Ferrara dudaran
0:03:34 de su mesura, Lucrecia se retiró cuando empezó lo mejor. De todos modos los funcionarios
0:03:43 de Ferrara elogiaron la reserva, la piedad y la devoción de la hija del Papa, que según
0:03:51 otros marcaba a uno 33 la mesa. Alfonso de este, el marido que le esperaba, quedó entonces
0:03:57 contento con la información que se le brindó. Finalmente se hizo el viaje de Lucrecia a
0:04:03 Ferrara. Cuenta que Alfonso no tuvo paciencia, esto es clásico. Y la fue esperar a un pueblo
0:04:10 cercano de Castelboloniense, una ciudad fronteriza a donde Lucrecia había llegado. Ella supo
0:04:18 que el enmascarado que se le acercó gentilmente era él, se gustaron. Después de aquel semplanteo
0:04:27 Alfonso se retiró a Ferrara, donde la recibió oficialmente y donde se hicieron las fiestas
0:04:33 nuctiales. Terminado los festejos, Lucrecia se retiró a la coga nuctial, mujeres, prelados,
0:04:42 parientes, es prelados o pelados. No, pero... O sea, se trata de mujeres, parientes, escribanos
0:04:49 y príncipes que estuvieron en la antecámara acechando los icos de las bodas. Se comenta
0:04:58 que Alfonso se reveló como esposo galante expresándose en tres combates exitosos. Pero
0:05:06 eso, ¿quién lo vieron? Prelados o pelados? Prelados que también... Y también pelados.
0:05:12 Eso se te apuede que un prelado sea, de un modo casi sobreactuado, pelado. Bien, Alfonso
0:05:21 era un hombre moreno, ¿qué tal moreno? De con textura fuerte, apasionado por los cañones,
0:05:28 así que vaya le tomando el peso. También por los caballos, los perros y los torneos
0:05:34 estupideces. Tocava la viola de Agamba, le gustaba pintar por Silana, era un hombre
0:05:42 de veces extravagante, le gustaba andar desnudo por la corte y se divertía corriendo algunos
0:05:49 riesgos, por ejemplo, andar desnudo por la corte. Una vez soltó en la Plaza del Duomo
0:05:56 un toro furioso que fue perseguido por los perros y provocó accidentes mortales mientras
0:06:03 él se reía desnudo, contemplando desde un balcón del palacio. Cuentan que Alfonso tenía
0:06:10 todo un aren y dedicaba a sus ocupantes el tiempo que le dejaban sus asuntos de Estado,
0:06:17 las guerras, qué es eso. Era muy poco selectivo, le gustaban todas, pero una vez casado, ninguna
0:06:25 lo distrajo de sus deberes conjugales, que cumplió con puntualidad. La puntualidad es
0:06:31 una virtud de relativo importancia cuando hablamos de cuestiones relacionadas con el
0:06:38 erotismo y el éxito del medio.
0:06:40 Sí. No sabemos que se tengan cuenta en general.
0:06:43 Sí, si hacerlo a las cinco en punto es mejor que a las cinco y cuarto. Lucrecia, si hacía
0:06:49 la distraída, respecto a los amoríos que tenía su esposo, reunió una corte de poetas
0:06:56 para matar el aburrimiento o para causar el aburrimiento. Con muchos de ellos se sospecharon
0:07:03 relaciones que daban celos alfonso.
0:07:06 Uno de los principales amigos fue el poeta Ercole Strozzi. ¿Qué tal, Ercole? Dice la
0:07:14 crónica que era un hombre rengo de nacimiento que compensaba sus problemas físicos con una
0:07:20 obra poética que entusiasmaba las damas. Un día Lucrecia le dio en recompensa de sus
0:07:28 versos una rosa que previamente besó.
0:07:34 Y eso es una señal.
0:07:36 Un momento. Yo si mi novia le da a un poeta una rosa que previamente besó.
0:07:47 Una rosa besada.
0:07:48 Besada por ella, porque besada por usted.
0:07:50 No, no, no, besada por ella.
0:07:52 Aca, un momento. Acá está pasando algo raro.
0:07:55 Todo esto me huele mal, dijo el capone.
0:08:00 Cualquier regalo besado. La misma bicicleta que le regaló la poeta.
0:08:03 Y ese poeta que como bailó también era rengo.
0:08:06 Y compensaba esa rinquera con...
0:08:11 Con un taco.
0:08:13 Con hermosas composiciones.
0:08:17 Hay otros poetas que en cambio no son rengo y entonces como no tienen que compensar un
0:08:25 defecto físico son poetas pésimos.
0:08:29 Y hay incluso puede concebirse que hay poetas con problemas físicos que además escriban
0:08:34 pésimos versos.
0:08:36 Y otros poetas que por ejemplo corren 100 metros en 10 segundos.
0:08:43 Bueno, esos son malísimos.
0:08:46 Porque lo que tienen que compensar son ventajas físicas.
0:08:49 Son verdaderos atletas.
0:08:51 Pero no hay una verdadera.
0:08:53 Entonces claro, para compensar tanta exuberante la física escriben unos versos pésimos.
0:08:57 A eso se llama pensar.
0:09:01 No hay una relación causa-defecto en estas compensaciones.
0:09:07 El andar y el andar del ver.
0:09:10 Bueno, lo que pasa es que Alfonso se enteró de este asunto de la rosa y empezó a vigilarlos
0:09:17 y entonces Ercol Strossi empezó a hacer este lontario.
0:09:23 Hubo otras relaciones sin embargo.
0:09:26 En la casa de Ercol Strossi Lucrecia conoció a otro niato nada menos que Pietro Bembo,
0:09:34 el sabio veneziano Pietro Bembo.
0:09:36 Y en el caso de la familia de Eugenio Farrara, con una rica biblioteca, su casa en Hostelato,
0:09:44 fue centro de reunión para justas de oratoria.
0:09:48 Cómo me gusta la palabra justas?
0:09:50 Que tuve el honor de usar el otro día en la televisión.
0:09:56 Justas de oratoria y recitales de poesía.
0:09:59 Lucrecia se enamoró y él también.
0:10:02 Y él también se encendió de una tendencia que incluyó el envío de mechones de pilo
0:10:09 que cada uno guardó como una reliquia.
0:10:11 Cada uno guardaba el del otro.
0:10:13 No, no, el de uno mismo.
0:10:15 Si a los mechones de pelo mío yo los guardo ya puestos en la...
0:10:19 Los tiene, no los guarda.
0:10:20 No me los corto para meterlo en una caja.
0:10:23 En cambio los de otra persona sí.
0:10:26 Sí, bueno, no sé.
0:10:27 Eso es lo que hacían Pietro Bembo y Lucrecia Bordale.
0:10:31 Lucrecia me lo acabo de arrancar.
0:10:35 Ay, Lucre, siempre la misma.
0:10:38 Para escribirse adoptaron un código secreto.
0:10:42 Ercol Strossi, que amaba Lucrecia, le ayudaba en sus escritos con este otro neato.
0:10:49 Una vez Pietro Bembo se enfermó.
0:10:54 Lucrecia nos enfermó mucho por eso.
0:10:56 No, esa es una gripe.
0:10:57 Lucrecia abandonó toda prudencia y se presentó junto al lecho del enfermo.
0:11:02 Al día siguiente Bembo fingió haber sido curado por esa visita.
0:11:08 Lo hizo por galante, pero también por cauto.
0:11:12 Preferió que Lucrecia no lo visitara tan imprudentemente.
0:11:16 Y sí suel curado, aunque todavía tenía, todavía estaba enfermo.
0:11:21 Pero esa cautela no duró mucho.
0:11:24 Cuando murió el Papa Alejandro y Lucrecia sabía que con esa muerte cambiaba su suerte.
0:11:33 Depreciaba su poder.
0:11:37 Y bajaron sus acciones en la corte, la empezaron a tratar bastante mal.
0:11:44 Y el confiante más cercano que tuvo a partir de entonces fue Pietro Bembo.
0:11:49 Si quiere, le cuento que le pasó al Papa.
0:11:51 ¿Qué le pasó a él?
0:11:53 A los 8 de 1503 Alejandro Sexto y su hijo Cesare fueron a cenar al viniedo del señor de corneto.
0:12:01 ¿Qué hace de corneto?
0:12:03 Se come bien.
0:12:04 Un erudito recientemente nombrado cardenal.
0:12:07 Disfrutaron el fresco de la noche que se llogaba.
0:12:12 No era tan sano el fresco de la noche porque muchos romanos se habían muerto de malaria.
0:12:19 El Papa tenía miedo.
0:12:21 Creía que la malaria atacaba a la gente gorda y él era gordo.
0:12:26 Había creído también en varios presagios.
0:12:31 Una vez cayó un búho a sus pies y se aterrorizó.
0:12:36 El Papa, no el búho.
0:12:37 Cuentan que las consecuencias del banquete en la casa de corneto hicieron realidad aquellos presagios.
0:12:46 Después del ágapé, el Papa y su hijo tuvieron fiebres violentas.
0:12:50 Al Papa le hicieron 11 sangrías.
0:12:54 A Cesare lo hundieron en una tina de agua helada.
0:12:58 César se curó y el Papa murió.
0:13:01 La consecuencia que traemos de esto es que son preferibles los baños de agua helada que las sangrías.
0:13:07 Muchos hablaron de menenamiento.
0:13:10 La mayoría de los historiadores cuentan que Cesare había enviado al cardenal de corneto un vino envenenado que solo debía ser servido al anfitrón.
0:13:21 Y por descuido del bodeguero se los sirvieron a todos.
0:13:25 Según otra versión, el señor de corneto había envenenado él mismo al Papa.
0:13:32 Sobre la base de esta sospecha, más tarde fue privado corneto de la púrpura cardenalicia por león décimo.
0:13:41 Unos dicen que lo bebido fue la famosa cantarela.
0:13:47 Pero como la base de la cantarela era el arsénico y el arsénico preserva los cadáveres de la descomposición,
0:13:56 la hipótesis fue desechada porque el cuerpo del Papa Alejandro Sexto se degradó.
0:14:04 Los cronistas más cautos hablan de malaria o de platos en mal estado directamente.
0:14:11 Pero volvamos a Lucrecia, que de golpe se quedó sin apoyo pontificio y murió su papá, que era el Papa.
0:14:19 Siguió el intercambio de cartas con Pietro Bembo y Alfonso Deste volvió a sospechar.
0:14:30 El poeta vivía en una finca, como hemos dicho, de Ostelato, que le habían ofrecido las propias autoridades de Ferrara.
0:14:37 Alfonso lo expulsó educadamente.
0:14:41 Anunció que iba a cazar a esa región y que, por tanto, necesitaba la Casa de Campo para alojar a su séquito.
0:14:48 De este modo, obligó a Bembo a abandonar el lugar.
0:14:54 Bembo entendió el mensaje y salió rajando y cortó completamente las relaciones con Lucrecia.
0:15:02 Alfonso, preocupado por los desvarillos de su esposa la vigilo más,
0:15:09 hizo construir para intimidarla un pasaje interior que les permitía llegar en cualquier momento a la pieza de Lucrecia.
0:15:18 Porque no es como acá por allá, junto.
0:15:21 Tenía una pieza por acá y la mujer una pieza por ahí.
0:15:24 Tenía un pasaje secreto y de golpe, ¡fone! aparecía de golpe para ver si la encontraba con alguno.
0:15:33 Sin embargo, Lucrecia, para algunas cosas tuvo tiempo.
0:15:37 Tanto es así que se enamoró de su cuneado, Francisco de Gonzaga, que era el esposo de Isabel de este, hermana de Alfonso.
0:15:45 Los Gonzaga, como usted sabe, creo que provenían de mantua.
0:15:50 Y empezó otra serie de correspondencia, ¿no?
0:15:54 Otra vez con la ayuda de quien de Ercol Estrosi el enamorado incondicionado.
0:15:59 Y él le buscaba metáforas, eufemismos para dar cuenta de la pasión que sentía Lucrecia por Francisco de Gonzaga.
0:16:07 Hasta que un día, Alfonso descubrió las cartas.
0:16:13 Como no le convenía atacar a su cuneado Francisco de Gonzaga por cuestiones políticas,
0:16:18 atacó directamente al que los ayudaba, a Ercol Estrosi.
0:16:23 En junio 1508, Estrosi, y yo ya lo veía venir, apareció muerto con 22 puñaladas en un camino.
0:16:32 Todos esperaron que el Duque Alfonso iniciara una investigación, pero no pasó nada.
0:16:38 Hacieron un fastuoso funeral que reunió a todos los intelectuales feralenses,
0:16:44 pero no apareció funcionario alguno, no fue.
0:16:49 Los Estrosi y los Gonzaga ofrecieron una recompensa por la cabeza del asesino, pero nadie encontró nada.
0:17:00 Poco más tarde murió Cesare, el hermano de Lucrecia y luego Francisco de Gonzaga, roído por las Cífilis,
0:17:08 y mejor todavía por las Cífilis.
0:17:11 Lucrecia supo entonces que nadie la defendería en ningún caso y se entregó a la devoción.
0:17:19 Renunció a los escotes, llevó a un cilicio bajo la camisa, escuchaba lecturas piadosas durante las comidas.
0:17:28 En la primavera de 1519, Alfonso regresó a Ferrara después de una guerra para la izquierda
0:17:36 y encontró a su esposa maltrecha. No tenía 40 años.
0:17:41 Un nuevo embarazo de su esposo, el undécimo, se anunció como muy difícil.
0:17:47 Nació una niña que murió el poco tiempo.
0:17:50 A Lucrecia le agarró la fiebre puerperal y pidió que se solicitaran del Papa leondécimo una indulgencia plenaria
0:18:02 para asegurar su salvación eterna.
0:18:05 El Papa la otorgó y Lucrecia murió creyéndose salvada el 24 de junio de 1519.
0:18:17 Esa fue el tercer y último matrimonio de la pobre Lucrecia que no tuvo suerte.
0:18:24 A Llubero le encajaron a Giovanni Esforza, que era un mamerto.
0:18:30 Cuando tuvo un esposo que amó, como era Alfonso de Aragon, los españoles estaban en ese momento en Nápole.
0:18:44 Se lo mataron. El hermano mató Alfonso.
0:18:49 Después le consiguieron a otro Alfonso que la encerró a la inferrara.
0:18:54 Nunca la trató muy bien. Murió joven y sin esperanzas de amor.
0:19:02 Hemos sido a la discoteca y hemos pedido especialmente este tango,
0:19:08 que es un tango borgeano en el sentido de los Borges.
0:19:14 Y se llama, evidentemente, Gotas de Veneno.
0:19:18 Lo va a cantar este extraordinario cantor que era Jorge Casal.
0:19:25 Aplausos
0:19:43 Yo quisiera un tango que yo detenuga, que a nos ojos negros me hiciera olvidar.
0:19:51 Ojos que me siguen siempre por la vida y no me abandonan ni para soñar.
0:19:59 Con su labio roto, siro de una violeta, mi existencia fácil es en Veneno,
0:20:07 dejando a mi madre y a mi noviacita, o mensel, camino gris de mi dolor.
0:20:18 Yo he gustado el vino, que a dormirme en el alma.
0:20:23 Yo también fui compadrote, mi vida no tuvo ni un rezo de calma,
0:20:31 que alumbrase el cielo de mi corazón.
0:20:36 Hoy muero a la sombra de los pies de afuera,
0:20:41 triste mi hipote ilusión, tan solo una nota ponen mi jimera.
0:20:49 El triste gemido que del guantoneo.
0:21:00 Pero en esta vida la dicha termina, y mis penas prontas se disimpararon.
0:21:09 Si la rosa muere se quiebra la espina, mis buenos amigos ya me olvidarán.
0:21:17 Tan solo imborrable quedará el recuerdo, ceñido al pasado de un modo tenaz,
0:21:25 de aquella que un día vertió su veneno en la fuente pura de mi inférida.
0:21:35 Yo he gustado el vino, que a dormirme en el alma.
0:21:41 Yo también fui compadrote, mi vida no tuvo ni un rezo de calma,
0:21:48 que alumbrase el cielo de mi corazón.
0:21:54 Hoy muero a la sombra de los pies de afuera,
0:21:58 triste mi hipote ilusión, tan solo una nota ponen mi jimera.
0:22:06 El triste gemido que del guantoneo.

Comentarios (0)

No hay comentarios. ¡Podés ser el primero en comentar!


Tenés que Iniciar sesión para comentar.
Podés darle estilo y formato al texto utilizando Markdown