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0:00:00 Y aquí se me ocurrió este siglo IX en 3, entre Ravi y Guignani, también al Íbalo de la ciudad de Buenos Aires.
0:00:08 Vamos a contar hoy un episodio sangriento del birreinato del Perú allá por el siglo XVII.
0:00:20 En ese entonces la situación social se diferenció bastante de la del siglo anterior, del siglo XVI.
0:00:29 Al cumplir los primeros 100 años el birreinato estaba dominado por las familias de los españoles europeos y los españoles nacidos en América, llamados críneos.
0:00:46 Bueno, estos eran los que ocupaban las funciones públicas en las audiencias y en el cabildo, o a veces eran mercadores, no, mejor mercaderos, pero es que mercaban, o asendados, en fin.
0:01:04 Los nietos y bisnetos de los españoles que llegaron originalmente, aunque todavía poseían gran fortuna, añoraban el orgullo de lo que fuera la grandeza y riqueza de sus antepasados.
0:01:19 Las poblaciones no eran muy grandes, los pueblos tampoco, quiero decir. Las poblaciones en tanto que pueblo, las poblaciones en tanto que número de habitantes, no eran grandes.
0:01:31 Las mayores tenían alrededor de 15 mil personas. Allí sí podían encontrar uno, abogados, oidores, regidores, comerciantes, religiosos, artesanos, mercachifles, verduleros, indios, cargadores, aguateros y esclavos.
0:01:47 Bueno, estos foros urbanos estaban incluidos por el clero, pero también en gran medida por la vida amorosa.
0:02:03 Era el tema principal, ¿no? Las pasiones y los amoríos tenían a todos muy atentos, muy concentrados.
0:02:11 Las cúpulas de la sociedad la formaban el presidente de la audiencia y el arzobispo, quienes no siempre se encontraban relacionados armoniosamente.
0:02:22 En Potosí, que era el centro principal de la economía y desde luego la mayor fuente de ingresos de la corona española, las peleas continuas entre gente de distintas regiones, ¿no?
0:02:34 Vascongados, andaluces, extremeños, manchegos, bizcaínos.
0:02:39 Todos estos españoles en busca de poder riqueza, digo, estas peleas contribuían a levantar los ánimos ya de por sí exaltados de sus habitantes.
0:02:50 En este marco nace, nació en Potosí, Magdalena Téliaz, que era hija de padres distinguidos y de fortuna, y había sido dotada de una enorme belleza,
0:03:04 tanto que se decía que entre las jóvenes de su tiempo brillaba como el sol entre las estrellas.
0:03:11 Era orgullosa y soberbia, se comportaba con una indomable fullereza.
0:03:19 El cronista Bartolomé Arsán de Urzúa dijo que esta chica tenía tal carácter porque de línea había sido mamantada por una india chiriguana.
0:03:30 ¿Saben los chiriguanos indios muy hostiles?
0:03:35 Sí, algunos decían que eran caníbales, pero eran embelesos para...
0:03:41 A grandar sí, la confrontación.
0:03:45 Bueno, dicen que el primer matrimonio de Magdalena duró muy poco.
0:03:50 Su primer marido fue Don Juan Lascano, eso es todo lo que se sabe.
0:03:55 En Segundas Nupcias se unió a un caballero noble, apacible y de angelical condición llamado Don Alonso de Escobar.
0:04:06 Según el historiador Roberto Calvo Crejazu, por razones que se ignoran este hombre, digo Alonso Escobar,
0:04:15 aparecía por las mañanas durmiendo en el balcón de la habitación matrimonial.
0:04:20 Parece que Doña Magdalena castigaba su marido de esa manera y también lo castigaba en público.
0:04:27 Cada vez que el marido abría la boca, lo callaba a gritos.
0:04:32 Respecto a las noches en el balcón, hay que decir que el clima gílio de Potosí
0:04:38 condujo a Don Alonso a una pulmonía que lo hizo fallecer muy joven.
0:04:46 Tal como en el Cuento de la Cenicienta, se comentaba que un día Dona Magdalena, mirándose al espejo,
0:04:54 se dijo a sí misma, hermosa eres Magdalena, el oro y la plata te sobran, tienes joyas, esclavos y tierras.
0:05:06 ¿Qué te falta? Y un biscaíno que la servía como fiel escudero y la conocía desde muy niña, le contestó,
0:05:14 te falta juicio. La mujer lo persiguió por toda la casa con una cuchilla.
0:05:20 Un día jueves de Semana Santa del año 1660 tuvo Magdalena un fuerte cambio de palabras
0:05:27 con Doña Ana de Robles de San de Baesa, porque es muy subordinada, no?
0:05:34 No, muy llena de sobra en algunos. Ana de Robles de San de Baesa.
0:05:41 No, pues está bien, pues son dos tipos de sonora.
0:05:44 Sí, claro, sí, luego. Pueden ser la señora Ana de Robles que se casa con el señor San de Baesa,
0:05:52 que era redondo y en necesidad de más complicación.
0:05:57 Bueno, la discusión fue porque se disputaban un asiento en la iglesia.
0:06:02 ¿Cómo son, eh? Bueno.
0:06:04 Cuando Magdalena estaba insultando a Viva Voz, a Doña Ana, fue escuchada por el marido de ésta.
0:06:11 ¿De cuál? De ésta.
0:06:13 ¿Qué, cómo se llamaba? Don Juan San de Baesa.
0:06:16 Que no vio.
0:06:17 Como ya habíamos anticipado.
0:06:18 Si a mí me sonaba el de bien, si es por ello.
0:06:20 Parece que el tal San de Baesa le metió una bofetada a Magdalena.
0:06:26 ¿Amena?
0:06:27 Él escándalo, bueno, fue tranquilizado por los sacerdotes que intervinieron
0:06:31 antes de que el incidente pasara a mayores.
0:06:34 Bueno, si bien los sáneimos se calmaron, Magdalena, en sus pensamientos,
0:06:39 condenó a muerte a San de Baesa.
0:06:42 ¿Qué hizo?
0:06:43 Pero no sabía cómo matarlo.
0:06:47 Entonces pidió a sus hermanos que se encargaran del crimen,
0:06:50 pero ellos se negaron a San.
0:06:52 Entonces empezó a salir de noche, vestía de hombre, armada de espada
0:06:57 y con un palo buscando a ese enemigo.
0:07:00 Pero no encontraba oportunidad para hacerlo.
0:07:03 Entonces fue cuando aceptó los avances amorosos
0:07:07 del noble Vascongado, Don Pedro de Urruchúa.
0:07:12 Para casarse con él le impuso la condición de que matase a quien tanto odiaba.
0:07:18 Ah, qué bueno.
0:07:19 Bueno, este hombre, Don Pedro de Urruchúa, fue esquivando el bulto,
0:07:25 fue aludiendo el cumplimiento de aquella solicitud.
0:07:30 Bueno, ella se empureció.
0:07:34 Ahora con el marido.
0:07:36 Y un día que Don Pedrito se alió a casar con perros y alcones,
0:07:40 ella se quedó en la casa, donde vivían, planeando su asesinato en compañía de dos esclavas.
0:07:48 A la nochecer llegó el marido cansado, morfó un poco y se acostó.
0:07:54 Ella simuló que rezaba en el pequeño oratorio del dormitorio
0:07:58 y cuando vio que el marido dormía, llamó a las esclavas
0:08:03 y entre las tres lo liquidaron acuchillada.
0:08:08 Después ella dijo que el capataz Lucas de Campos, que lo llamaban,
0:08:19 ella me la llamó a Capataz.
0:08:22 Vino Lucas de Campos y le dijo a mí,
0:08:25 vamos a ocultar este cadáver y vamos a simular un accidente.
0:08:31 Y el capataz, no, yo no voy a hacer esto.
0:08:35 Y en un descuido el capataz rajó al galope a Potosi y le contó toda la policía.
0:08:44 Bueno, al rato cayó la policía.
0:08:50 Ya en la cárcel hay en la previna de que los hermanos están planeando una fuga.
0:09:00 Con otros críos me la vamos a... te van a liberar, estate atenta, pero Maida Elena
0:09:05 dijo que la dejaron en paz, no quiso que la rescatara.
0:09:10 El proceso debía realizarse en la audiencia de Charcas,
0:09:14 por lo cual ella fue sacada de la cárcel Potosina, la montaron en una mula
0:09:21 y recorrieron 30 leguas que implicaban varios días de viaje.
0:09:26 Las esclavas también habían sido detenidas, ninguna quería confesar la verdad,
0:09:31 fueron sometidas a tormento.
0:09:34 Bueno, a las tres mujeres se les impuso la pena de muerte
0:09:38 que debía ser concretada el 14 de diciembre de 1663.
0:09:42 Ese día la población se despertó alborotada.
0:09:46 La mayoría se sentía solidaria con Magdalena por ser mujer
0:09:51 y porque su condición social inspiraba respeto de la criomisla.
0:09:55 El arzobispo Bizarroel, interpretando el sentir popular,
0:10:02 acudió a la sede de la audiencia donde estaban reunidos los oidores
0:10:07 la mañana de la ejecución, pidió que se conmutara la pena de muerte
0:10:13 de la señora Télius, presentó un recimo de los oficiales de la Caja Real
0:10:17 que probaba que habían depositado 25 mil pesos recolectados en la ciudad
0:10:23 para salvar su vida.
0:10:25 Un ministro, Joseph del Corral Cabo, opinó que no podía aceptarse
0:10:31 ninguna suma de dinero para alterar el fallo de la justicia.
0:10:35 Ante tal disidencia se resolvió elevar el caso al virrey del IMAG.
0:10:40 Como los pliego tardaban dos meses en ir y venir,
0:10:43 Magdalena siguió en la cárcel de la audiencia, serosamente custodiada,
0:10:47 pero ahora dando muestras de resignación y de humildad.
0:10:53 El virrey actuó como poncio pilátron.
0:10:57 Nada tenía que ver en un asunto de justicia que era exclusivamente
0:11:01 competencia de la audiencia de charcas.
0:11:04 Correspondía a ese tribunal actuar conforme a derecho y a explicar la ley estrictamente
0:11:11 sin necesidad de hacer consultas a ninguna autoridad superior.
0:11:16 Y llegó nomás el día de la ejecución.
0:11:18 Dona Magdalena y una de sus esclavas subieron al partíbulo y murieron.
0:11:24 Era con cosar de hierro el ajuste.
0:11:28 ¿También lo con cosar de hierro?
0:11:31 Ante silencio profundo del pueblo,
0:11:35 un silencio solo interrumpido por el musicar de oraciones o algún sollozo.
0:11:40 La asistencia a la segunda esclava quedó suspendida porque estaba embarazada.
0:11:45 No se consideró justo que la criatura que llevaba en su vientre,
0:11:50 que después de todo era inocente del crimen,
0:11:53 sufriera la misma desgracia.
0:11:56 Pero al día siguiente del parto, sin esperar nada, la ejecutaron.
0:12:02 Magdalena no pudo jamás saciar el ansia de venganza
0:12:09 contra su enemigo, Don Juan Sán de Baesa,
0:12:12 que fue el que le dio aquella bofetada.
0:12:15 Baesa recién se enteró de las intenciones de Magdalena,
0:12:20 pero mucho tiempo después, cuando ella ya estaba muerta.
0:12:25 Es una historia sangrienta, la de esta mujer, malísima, bravísima.
0:12:32 Estaba pensando al Alejandro recordando,
0:12:34 que una ciudad que ahora nos parece con una vida social medio significante,
0:12:38 como hace la bestia capital de Ecuador, Quito,
0:12:41 era conocida a partir de esos sucesos.
0:12:44 Yo pensé que era paralelo a la revolución de mil ocho días,
0:12:46 y no, era en el final de 16 de ahí en adelante.
0:12:50 La ciudad era como las Vegas ahora.
0:12:53 Uno llegaba a Quito y las mujeres no tenían los prohibitos morales de otras ciudades,
0:12:57 como por eso el guayaquilo, olima mismo, o que hablan buenos aires,
0:13:01 que no existía, siquiera.
0:13:03 Y que entonces había, se respetaba este arrito de la noche de San Juan,
0:13:08 por ejemplo, donde todos comparten su pan, su mujer, y lo que quieran.
0:13:12 Y que justamente hay aquí un dato que es imposible evitarlo,
0:13:17 que es la condición mestiza de doña Magdalena Ateces.
0:13:21 Yo quizás todo esto podría no haber pasado,
0:13:24 pero tampoco hubiera habido la reacción.
0:13:26 Si no hubiera aparecido el rasgo distintivo de nuestras américas,
0:13:29 que es el mestizaje.
0:13:30 Nadie puede ser americano si no es mestizo.
0:13:32 Esta es una cosa que usted contaba de diferencias entre españoles,
0:13:35 españoles viejos y nuevos, o cristianos viejos, o fríos y nuevos, o lo que fuera.
0:13:40 En México todavía tiene una tradición, porque una noche,
0:13:43 ya han avanzado, igual entre la modernidad,
0:13:46 en que se empezaron a poner estos señores a la revolución mexicana,
0:13:50 y salieron por supuesto los muchachos revolucionarios,
0:13:53 y desde donde había un español o alguien que les parecía tal, lo fusilaban.
0:13:56 Y se llama Casar Gachupines, y salen todo esto.
0:14:00 Pero de todos modos digo, cuando uno ya ve una mujer,
0:14:03 que es mestiza, digamos, que es americana, que es criolla,
0:14:07 y esto junto con la nobleza acarrea un riesgo.
0:14:10 Y además la ve que ha sido capaz de seducir a alguien para una venganza.
0:14:15 Y además la ve con ese porte, y esas cosas, tiene que distinguir.
0:14:19 Está el imperio nos ha dado esto, la esposa o bien la otra.
0:14:24 Y la otra, en ese caso, es imposible salir indemne,
0:14:27 aunque ella se muera, volverá después de la muerte,
0:14:29 porque en esa existencia consiste el carácter de la maleva.
0:14:33 La maleva es un tango compuesto para esta ocasión por Mario Pardo.
0:14:40 Así que vamos a escucharlo en la estupenda versión de Aníbal Troilo y Roberto Grena.
0:17:54 Era Aníbal Trolo y Roberto Grell.
0:17:57 A la venganza será terrible la maleva.
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