Transcripción automática
0:00:00 Bueno, atención nuestros amigos rusos, porque hoy vamos a incursionar en la historia rusa, vamos a hablar del Tsar Vasilio III
0:00:10 y no vamos a hablar en cambio de su hijo, pero ya vamos a ver cómo viene el asunto del hijo de Vasilio III.
0:00:18 Por el año 1526 el Tsar de Rusia era Vasilio III. La expresión Me Cachen el Tsar de Rusia ha quedado un poco en desuso,
0:00:29 pero mis mayores la usaban, era del orden de Me Caigo y Me Devanto o cosas así, amenazaba con una maldición y luego se diluvía.
0:00:41 Pero Me Cachen el Tsar de Rusia es extraordinario, bueno, también han caído en desuso Me Cachen Cape o del Janu y otras cosas, claro.
0:00:53 Eso no es mucho, no es.
0:00:54 O en Ceuta, o en episodios de la historia de España.
0:01:03 En el año 1526 el Tsar era Vasilio III, casado desde hacía 20 años con la hermosísima Salome Yurievna.
0:01:12 Ahora, Vasilio no había podido asegurar su descendencia, no había tenido hijos, y muchos le atribuían la culpa a Salome, la mujer.
0:01:22 Y aunque él sentía un gran cariño por su esposa, la presión de los cortesanos era insoportable.
0:01:29 Dos bollardos, ¿no? La van allí y dicen, eh, que yo lo hago. A ver si tiene un hijo, imagínense.
0:01:36 El Tsar, por más que quería su mujer, se había puesto a pensar ante la presión de la corte,
0:01:47 tendría en plazarla antes de perder la capacidad de procreación.
0:01:52 Pensaba, mira, si un día cualquiera me levanto y pierdo la capacidad de procreación.
0:01:58 Dicía, Vasilio III. Vasilio tenía 50 años, que en aquellos días era mucho, y ahora también.
0:02:09 Pero tenía miedo. Salome, la mujer, consciente de la decepción de su marido,
0:02:16 andaba a meta viajar a lugares de curación, playas, fuentes, aguas termales, curanderos.
0:02:27 Se hacía fricciones por aquí, por allá, con aceite y miel, por ejemplo, que según andaban diciendo,
0:02:32 era un buen remedio para conseguir la fecundación, pero nada, todo era en vano.
0:02:38 Cuentan que Vasilio ya estaba un poco fatidiado, ¿no?
0:02:43 No podía haber un nido sin que le saltaran las lágrimas.
0:02:48 Fíjate vos, le había puesto un poco loco, ¿no?
0:02:51 Le decía a su séquito de nobles, a su cojorte de alquilones, que los pájaros eran más felices que él.
0:02:58 Ay, dice, mire, mijail, los pájaros son más felices que ellos porque tienen descendencia,
0:03:05 y míreme a mí, bañado y sin fiesta.
0:03:09 Incluso había anulado una parte del ceremonial, del protocolo ruso,
0:03:14 que indicaba que cada vez que le nacía a un hijo a un cortesano, este hijo fuera presentado alzar,
0:03:21 una pequeña ceremonia. Bueno, alzar había anulado esa ceremonia para no sentirse envidioso.
0:03:27 Le venía, ay, mire, el hijo que tenía, ay, yo no tengo hijo, qué es eso, por qué es eso.
0:03:33 Te daba bronca. Más o menos como le pasa a los vecinos de enfrente cuando ven que uno tiene luz.
0:03:41 Además, Vasilio estaba preocupado por sus dos hermanos. Tenía dos hermanos, Yuri y Andrés,
0:03:47 que iban a heredar el trono si él no tenía hijos.
0:03:50 Y parece que los dos hermanos eran muy ineptos, dos malandrenes.
0:04:00 Un día, unos nobles sugirieron a Vasilio lo siguiente.
0:04:04 Señor, la higuera estéril debe arrancarse para plantar otra en el huerto.
0:04:10 Al principio no entendió, así es.
0:04:14 Cualquiera medio duro de entender era.
0:04:16 Pero después comprendió, y sin ningún reemordimiento le dijo a su esposa que se retirara a un convento.
0:04:23 Él contate a un convento y ella le respondió que no merecía esa penitencia luego de tantos años de amor fiel.
0:04:30 Veo cómo son las mujeres cuando uno les sugiere que se retire a un convento.
0:04:38 Salomé fue expulsada del palacio y recluida de prepo en el convento de Suzdal,
0:04:44 donde encima le cortaron el pelo como símbolo de haber sido rechazada.
0:04:51 Los cortesanos que defendieron a Salomé en aquellos días fueron desterrados.
0:04:56 Así que vos defendiste a Salomé desterrado.
0:04:59 Después de librarse de Salomé, Vasilio empezó a buscar otra esposa.
0:05:04 ¿Cuáles eran las reglas de la Iglesia Ortodoxa para el hombre que repudía a su mujer?
0:05:11 Muy sencillas. No podía volver a casarse mientras ella viviera.
0:05:15 ¿Qué hizo Vasilio ante esas reglas?
0:05:18 Vasilio me dijo que yo me caso igual.
0:05:20 Muy bien. El patriarca entonces, el jefe de la Iglesia Ortodoxa rusa,
0:05:25 le ganó una albertencia. Quiere una maldición.
0:05:30 Si contraes segundas nupcias, tendrás un hijo malvado
0:05:36 y el terror y la desdicha asolarán tus estados y acortará tu vida.
0:05:42 Vasilio no le hizo caso, o mejor dicho, le hizo caso por la mitad,
0:05:47 porque en la primera mitad la maldición decía que iba a tener un hijo.
0:05:50 Todo lo demás preferió no oírlo.
0:05:53 Según la costumbre, el Zad debía llamar a todas las mujeres casaderas del país
0:05:59 para elegir durante una ceremonia, que se llamaba el Mostrini,
0:06:03 a la que compartiría su lecho.
0:06:06 Era como un concurso de belleza.
0:06:08 Y si habíamos hablado aquí, juntaban las mejores minas del rey,
0:06:12 nos salían entenados ahí, enviados especiales del rey o del emperador, en este caso,
0:06:24 y elegían cada pabre y se dirijan de este pueblo 10.
0:06:28 Todas las familias tenían que ser de buenas familias, de imagínense.
0:06:32 Y cuando estaba más exigente, andaba a saber quién se creía que era.
0:06:36 El Sarder Ros.
0:06:38 Y después las juntaban todas en un bailón, iba mirando, está si, está no, está si, está no.
0:06:43 Hacían una primera remillada.
0:06:47 Iban sacando el primero chaval a las que había entrado equivocada.
0:06:53 No hay repetación ahí.
0:06:55 No, a capaz que le gustaban a que fuera a buscar, pero no a alzar.
0:06:58 Pero este resolvió prescindir de esa, mira qué fe, de ese concurso,
0:07:05 y anunció por sorpresa que quería tomar como esposa a Elena Glinskaya,
0:07:10 una lituana muy hermosa, y ya le venía gustando de alias.
0:07:14 Elena provenía de Europa Occidental,
0:07:18 dice que impresionaba su libertad de costumbres,
0:07:22 que estaba bien lejos de las prácticas de las chicas rusas, de aquel momento,
0:07:27 encladas en la ignorancia, la mógica, atería y las supersticiones.
0:07:32 Una de las virtudes que ostentaba Elena era su escote.
0:07:39 Vasilio estaba tan enamorado de ella que se afritó la barba,
0:07:48 accediendo a un pedido de ella.
0:07:51 Aquello era una decisión tremenda en ese momento.
0:07:54 Bueno, se casaron. Feestejos nupciales duraron tres días.
0:07:58 Se bendijo a la pareja con un montón de procedimientos mágicos para hacer la fecunda.
0:08:05 Se espolvorearon los hombros de los esposos con lúpulo,
0:08:09 le hicieron beber jarras de hidromiel,
0:08:13 la comitiva encendió sirios enterrados en toneles de grano.
0:08:19 En el lecho nupcial nos arrojaron trigo, un poco molesto.
0:08:27 Se pega el levantaje con trigo, con trasgrano de trigo por dos semanas.
0:08:33 Esa era una despedida de soltillo, parecía.
0:08:40 Cuando se fueron a sus aposentos, los despidieron con aplausos,
0:08:44 porque pensaban que eso debía incentivar a la pareja.
0:08:48 Pero no pasó nada.
0:08:50 Y con toda esa para formar.
0:08:53 Parece que el pueblo empezó a comentar que era porque Dios desaprobaba aquella unión de vacilio.
0:08:59 Varios veces después había un monje,
0:09:03 Pasmuncio Boroskyu, que mandaba unas plegarias,
0:09:09 que él decía que iba nada de resultado,
0:09:11 y las plegarias fueron escuchadas o algo así.
0:09:13 Elena quedó embarazada.
0:09:15 Vacilio lleno de regalos a Boroskyu,
0:09:19 y incluso lo canonizó en vida, que era mucho.
0:09:22 San Pasmuncio.
0:09:25 En agosto de 1530 nació un niño, un niñito,
0:09:29 llamado Ivan, que sería nada menos que Ivan el Terrible.
0:09:34 Dicen que en el momento del nacimiento retumbó un trueno en el cielo diáfano.
0:09:43 Poco después comenzó para algunos el cumplimiento de la maldición
0:09:48 del jefe de la Iglesia Ortodoxa, el patriarca.
0:09:52 Vacilio fue a cazar y regresó con una herida en la cintura.
0:09:57 No sé con qué se la hizo.
0:09:59 Y esa herida no se le curaba.
0:10:01 En realidad no se le curó nunca.
0:10:03 No dejaba de suspurar, disculpe la expresión.
0:10:06 Cada vez que le cambiaban las catas plasmas,
0:10:09 un honor nació uno en la herida.
0:10:14 El sar apestaba.
0:10:17 En su desesperación se echaba litros y litros de vodka en la herida,
0:10:22 y lo que le sobraba se los cabiaba.
0:10:28 A ver si se sanaba.
0:10:30 Pero la infección iba de mal en peor,
0:10:33 y Vacilio entró en agonía.
0:10:37 Su último deseo fue que lo nombrara monje,
0:10:40 según creen todos, para salvar su alma.
0:10:43 Dijo que no quería que lo enterraran como un monarca todo poderoso,
0:10:47 sino como un monje.
0:10:49 Y antes de morir, lo llamaron Fraile Barlaan,
0:10:52 y con ese nombre murió pocas horas después.
0:10:56 Pero la maldición continuó.
0:10:58 Elena quedó como regente,
0:11:00 y temerosa de que estos hermanos de Vacilio,
0:11:04 recuerda, Yuri, el otro, le arrebataran el poder,
0:11:09 los apresó, y al final se murieron de hambre en la cárcel,
0:11:13 los dos cuneados.
0:11:15 Los dos cuneados, un bar y eladería que quedaban hurlingán.
0:11:19 O quedaban hurlingán.
0:11:22 En Bergarra y Rozcan aparecían.
0:11:26 En honor a eso.
0:11:28 Y no, justamente, a Yuri y como se llamaba el otro, me acuerdo.
0:11:34 Ahora enseguida te digo, como se llama, yo lo tenía por allá.
0:11:38 André dice André. André. André, debía ser, ¿no?
0:11:42 Es el nombre ruso, como el príncipe André.
0:11:46 El príncipe André y Volkonsky,
0:11:48 aquel, cuasi protagonista de la guerra y la paz.
0:11:52 Bueno, se murieron de hambre en la cárcel, los dos cuneados.
0:11:56 Los partidarios de los dos cuneados, de los hermados,
0:11:59 se había que siempre los cuneados en las monarquías tienen sus partidarios.
0:12:03 Los hermanos, como los carlistas, por ejemplo.
0:12:07 Juraron vengarse, se dice, nos vamos a vengar.
0:12:10 Y el 3 de abril de 1538, Elena murió envenenada.
0:12:17 Parece que ella tenía miedo de que le envenenara, se cuidaba mucho.
0:12:20 Y solo comía lo que plantaban.
0:12:22 Pero le envenenaron las plantas.
0:12:25 Lo que plantaba ella misma, ponenle batatas.
0:12:33 Yo hice solamente como las batatas que yo misma planto.
0:12:38 Y le envenenaron las batatas.
0:12:42 En la misma platanción, fueron ahí enterraron una, que se llama, una jeringa.
0:12:50 Y echaron, así pa' dice, esta la planté yo, arranca las batatas,
0:12:54 ay, qué me van a envenenar.
0:12:56 Se la comió todo y quedó ahí redonda.
0:12:59 Puertas hoy, en LF a las plantaciones.
0:13:03 Parece mentira, ¿no?
0:13:06 Incluso si vos regase un arbol de naranja, ponenle con arsénico y encaje antiguo,
0:13:12 la gente que se come esa naranja queda completamente afuera de la dinastía.
0:13:18 De todas las naranjas, ¿no?
0:13:20 Sí, todas las naranjas del arbol se envenenan.
0:13:22 Se ajuó o así como.
0:13:24 Bueno, es primita, si un jugo en naranja, se anuro.
0:13:27 Claro, porque vos le habías echado arsénico, no importa.
0:13:33 Esa naranja es así.
0:13:38 Ivan, el chiquito, quedó huérfanito a los ocho años,
0:13:42 al cuillado de unos cortesanos que no tenían ningún poder sobre él,
0:13:45 y fue efectivamente tan malvado como el patriarca indicó en su maldición.
0:13:52 ¿Qué podemos conjeturar de todo esto?
0:13:54 Que las maldiciones exigen.
0:13:56 Claro que existen las maldiciones.
0:13:58 Me hace que siga una señora mientras hace cuernos.
0:14:07 Qué extraordinario, ¿eh?
0:14:10 Pudimos a la discoteca pedirme un disco.
0:14:15 El discotecario me dijo que sí, que las maldiciones existían
0:14:19 y que a ver una gitana, le había dicho,
0:14:23 ojalá que se te caiga todo el pelo,
0:14:26 y mire, me dijo, pelado.
0:14:33 No, mejor, me mostró la rodilla.
0:14:40 Y después me dio un disco que según el disco estaba dedicado a Salomé,
0:14:47 a la mujer que había sido expulsada y condenada a vivir en un convento,
0:14:52 de la cual no hablamos más, ya no sabemos qué fue ella,
0:14:55 debe haber muerto, le digo, no tanto por vivir en un convento,
0:14:58 sino porque esto fue mil quinientos tres.
0:15:07 La novia ausente, si se llama.
0:15:10 De disco, de tangos, la noica cadícamo.
0:15:13 Que va a cantar ahora mismo, Jorge Vidal,
0:15:15 y que es ciertamente, pues, cripto,
0:15:17 en conmemoración a este repudio de vacilio tercero por su esposa.
0:15:25 En algunos días quizá hablemos de Iván Antarribles.
0:15:29 No hace tanto hablamos de los primeros años de Iván Antarribles,
0:15:33 o sea, cuando era un poquito terrible.
0:15:36 Vamos a hablar de toda la vida, Iván, para asustar.
0:15:40 Canta, lo mejor, Jorge Vidal.
0:15:43 Para asustar.
0:15:47 Es ese repaso, las horas sanguechas,
0:15:51 cuando eres tu diante y tú eras mi amada,
0:15:56 que con tu sonrisa repartías estrellas,
0:15:59 a los juntos altos días que se avariada,
0:16:04 a las noches pitias, a la fantasía,
0:16:07 de nuestra veintena, y abriles felices,
0:16:12 cuando solamente tu risa se oía y yo no tenía mis cabellos felices
0:16:23 íbamos de brazos y tu supirabas porque muy contigo te decía vivir
0:16:31 vengo con la lunas en red en los pinos y su luz de plata te besa en la sierra
0:16:39 al rago con puro de noche hay receta, temblaban la copa del parque también
0:16:47 y tu me pedías que te recitaras esa sonatina que soy un robé
0:16:58 la princesa está triste, que tendrá la princesa, los unidos se escapan de su boca de fresa
0:17:06 te ha perdido la risa que ha perdido el color
0:17:11 la princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de sus claves sonores
0:17:18 y en un vaso mirar se desmaza un apno
0:17:22 que buen deslocador, lo que ya no existe, el mano buesuda bailando con bales
0:17:36 y que pena el tibán, hoy me han hecho triste, triste como el eco de las catedrales
0:17:44 ay, ya sé, ya sé, fue la novia ausente, aunque quizá que cual recudiante yo amaba
0:17:52 que al morir un beso le dejen la frente, porque estaba fiel, porque me dejaba
0:18:03 y vamos del brazo y tu supirabas porque muy contigo te decía vivir
0:18:11 bien, ven como la luna se enrede en los pinos y su luz de plata te pesa en la sierra
0:18:20 olrado con puro de noche y receta, te emplado en la ropa del parque también
0:18:28 y tu me pedías que te recitará esa sola tira que soy yo, rojo uber
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