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20 de Septiembre de 2007

Enrique II de Castilla

Transcripción automática

0:00:00 Alejandro, si no nos sorprende antes la muerte,
0:00:03 vas a con la charla.
0:00:04 Hablaremos justamente hoy de Enrique el Dolyente,
0:00:06 el rey Enrique III de Castilla,
0:00:09 esto fue a fines del siglo XIV en España.
0:00:12 Enrique el Dolyente había sucedido a su padre Juan I a los 11 años,
0:00:19 y como era tan joven,
0:00:21 se formó un consejo de regencia
0:00:24 que gobernó en nombre de él hasta que cumplió 14 años de edad.
0:00:30 Y muchos nobles,
0:00:32 durante ese momento de la regencia,
0:00:35 abusaron de su poder,
0:00:37 ya que era un muchacho muy joven.
0:00:40 Imagínense, 14 años.
0:00:42 Algunos hay que, a esa edad,
0:00:44 todavía no pelan las naranjas solos.
0:00:47 Además de aprovechar la inexperiencia de Enrique,
0:00:49 muchos nobles aprovecharon otra circunstancia.
0:00:52 Enrique permanecía permanentemente postrado,
0:00:56 siempre andaba medio julero,
0:00:58 y por eso sí lo conoció como el Dolyente.
0:01:02 Ya sé, el Dolyente.
0:01:04 Algunos dicen que pudo haber padecido una especie de hemofilia,
0:01:07 pero los médicos en aquel entonces,
0:01:09 eran todavía peores que los que hay ahora,
0:01:12 de manera que nunca hemos sabido qué demonios tenía.
0:01:15 Enrique el Dolyente.
0:01:18 Es algo que después vengan los arqueólogos
0:01:21 a rescatar el cuerpo de Enrique
0:01:24 y descubran que tenían que saber qué.
0:01:27 Cómo sucede con Tután Jamón y todos los farabones egipcios,
0:01:33 que son examinados por médicos de la actualidad,
0:01:36 que a lo mejor no examinan a personas vivas
0:01:38 que necesitan atención médica.
0:01:41 Dígale, de un modo temencioso.
0:01:45 Y entonces, dígale que Tután Jamón tenía ese yo.
0:01:52 Tenía algo, me acuerdo, que tenía el tipo,
0:01:55 pero andaba muy fulero, ponéle gota o algo.
0:02:00 Pero que no...
0:02:02 Lo dicen como yo, que ni se dieron cuenta,
0:02:05 los médicos de palacio,
0:02:08 y nosotros que estamos ahí, que somos los que los sabemos,
0:02:11 dicen con suficiencia, 4.000 años después,
0:02:15 o quizá 3.500, nuestros médicos de Historia.
0:02:21 Presedido por los ampulosos ademanes de Nelson Bustamante,
0:02:27 una persona que hay entre programa y programa,
0:02:31 y hace ademanes mientras dice cosas
0:02:33 que no tienen nada que ver con los ademanes.
0:02:36 ¿Esta es la propaganda al tipo?
0:02:38 Pintan las manos del cielo y dice buenas tardes.
0:02:44 Eso tiene algún sentido.
0:02:49 Hubo un hecho puntual que señala el carácter
0:02:57 de aprovechados de todos los nobles de ese momento.
0:03:02 Y en este episodio que vamos a contar hoy,
0:03:05 parece que las arcas del tesoro de Castilla estaban muy flacas.
0:03:11 Enrique en verdad sólo sostenía unas opulencias nominales.
0:03:15 ¿Cómo me gustan las opulencias nominales?
0:03:17 Las únicas que existen por otra parte.
0:03:19 La conquista americana todavía no había ocurrido,
0:03:23 y entonces la acumulación de oro en aquellas regiones era muy difícil.
0:03:28 Eran tiempos feudales en los que el vasallaje
0:03:31 sólo le proporcionaba al rey diezmos de la cosecha.
0:03:36 Diezmos quiere decir Diego, le decía el diez por ciento.
0:03:39 Y ni siquiera eran cosechas muy importantes.
0:03:43 Póngale cincuenta kilos en agua.
0:03:46 Le tocaban al rey, imagínense, un rey.
0:03:50 Y en aquellos años había sequía, así que va a ser tomando el peso.
0:03:55 La mayoría de las fierras habían sido repartidas entre señores,
0:03:59 barones nobles, que iban avanzando cada vez más sobre la debilidad de la corona.
0:04:04 Cuentan los anales, disculpeme,
0:04:07 que cuando el rey Enrique salía a castar,
0:04:11 guardaba las codornices que atrapaba
0:04:16 para que uno de los criados las vendiera luego en la feria.
0:04:19 ¡Vine el rey! ¡Eso son reyes humildes!
0:04:25 Así que eso me iría, ehh, fulería rantifusa,
0:04:28 y me quedaba pasando este rey.
0:04:31 A tal punto llegó la pobreza del rey Naldo,
0:04:34 que en una oportunidad tuvo que ir a empeñar la armadura.
0:04:39 Empeñó la armadura en el Banco Ciudad.
0:04:43 En verdad creo que mandó una ayuda de cámara para que vendiera
0:04:46 o empeñara la armadura, ehh, igual.
0:04:50 Y esta ayuda de cámara, que estaba empeñando la armadura,
0:04:54 se encontró con un paje del gobernador de Toledo,
0:04:58 que era uno de esos nobles aprovechados de los que hablábamos.
0:05:01 El paje le contó un secreto a la ayuda de cámara.
0:05:05 Se trataba de los preparativos que se hacían para un gran festín,
0:05:09 que se iba a celebrar en el palacio del gobernador de Toledo,
0:05:12 y en el que se reunirían la mayoría de los señores del reino.
0:05:16 Eran justamente los hombres que socavaban el poder de la corona de Castilla,
0:05:22 y que paulatinamente dejaban de reconocer la autoridad del RAI.
0:05:28 Cuando esta ayuda de cámara de Enrique volvió con la guita de la armadura,
0:05:34 le dijo, le explicó,
0:05:36 mirá, me encontré con un paje del gobernador de Toledo,
0:05:39 y me encontró esto, esto y aqueso.
0:05:42 El rey quiso saber qué era esto, esto y aqueso.
0:05:47 Después que se enteró, furioso dijo que tenía ganas de asistir a ese banquete disfrazado.
0:05:53 Y se disfrazó nomás para enterarse de las intrigas y de los desvenes de aquellos poderosos.
0:06:01 Huelga a decir que estas historias solo pueden ser admisibles en tiempos de rostros poco conocidos.
0:06:09 Por la inexistencia de medios que lo difundieran,
0:06:12 nadie sabía muy bien cómo eran los rasgos del rey.
0:06:16 Ni siquiera los retratos eran frecuentes, o si lo eran no eran confiables.
0:06:22 Estamos hablando de finales del siglo XIV.
0:06:26 La cuestión es que se disfrazó el rey Enrique de paje,
0:06:31 y fue en compañía de su criado que también iba disfrazado de lo mismo, de paje.
0:06:38 Y con la complicidad de otro paje, ya es demasiado,
0:06:46 que no tenía nada que hacer y los acompañó, que era el paje del gobernador de Toledo.
0:06:57 Bueno, Enrique es lo aliento acompañado por esta manga de pajes.
0:07:04 Entró a la fiesta.
0:07:10 Gracias a eso pudo ver el gran banquete con que se regalaban los nobles,
0:07:15 mientras que él anaba empeñando la armadura y vendiendo huevo de codorniz.
0:07:20 También pudo ver las burlas y el escarnio con que se referían a él.
0:07:25 ¡Eh! Y ese rey que se llamaba... nada más.
0:07:29 Lo peor fue que se enteró de una conjuga general que debía diluir Castilla
0:07:35 para ser repartida entre todos los nobles que asistían a aquel festín.
0:07:39 Y se llamaba, o sea, derrocar sería mejor todavía al rey,
0:07:44 y nos repartiremos Castilla y etcétera, etcétera, etcétera,
0:07:47 o sea, en todos, o a cada momento.
0:07:49 Entonces, indignado Enrique diseñó su venganza.
0:07:53 Y si primero se fue del banquete,
0:07:55 pues no va a empezar a diseñar la venganza ahí en el banquete.
0:07:59 Después hizo correr la voz de que había caído enfermo
0:08:02 y de que no había esperanzas de recuperación.
0:08:07 Hizo saber también que haría un testamento.
0:08:10 Y con ese pretexto, reunió en su palacio a todos los nobles
0:08:15 que habían participado en aquel banquete.
0:08:18 ¡Ah, ah, ah! Ya me lo voy imaginando.
0:08:24 Claro, porque el público también se lo está imaginando
0:08:27 y aquí directamente podríamos pasar a otras cosas, sí.
0:08:30 Le dijo, venga, por favor, que tengo que hacer un testamento
0:08:34 antes de morirme, lo cual no era sorprendente,
0:08:38 ya que siempre no toma esa precaución,
0:08:41 la hacer un testamento antes y no después de morirse.
0:08:44 Cuando llegaron a los nobles, les pareció un poco raro
0:08:49 que no los hicieran pasar a los aposentos reales
0:08:52 donde debía estar en tipo, ya que estaba fuleo.
0:08:55 Sino que los metieron en un salón
0:08:57 y más les llamó la atención que rodeando aquel salón
0:09:00 hubiera un montón de guardias del rey.
0:09:05 En eso apareció Enrique,
0:09:08 fresco como una lechuga, vendía salud.
0:09:12 Vivito y coleando, revestido de su armadura.
0:09:16 La misma que había llegado a empeñar,
0:09:18 y supongo que le habría rescatado,
0:09:20 y con una espada en la mano.
0:09:22 Sin saludarlo fue, se sentó en el trono
0:09:25 y preguntó a uno de los nobles.
0:09:27 A todo esto era guardia, rodeando el salón.
0:09:31 Los tipos habían venido solo
0:09:33 porque creían que habían venido a la lectura de un testamento.
0:09:36 Así que estaban un poco indefensos.
0:09:39 Le preguntó el rey al primero de los nobles.
0:09:42 ¿Cuántos reyes de castilla habéis conocido?
0:09:45 El noble respondió tres.
0:09:47 Luego, incorporó a otro que respondió
0:09:49 que había conocido a dos.
0:09:51 Otro más viejo dijo que cinco, y así...
0:09:54 Arnaus, o sea.
0:09:57 Casi todos habían podido conocer
0:10:00 a dos o tres reyes castellanos.
0:10:02 Enrique entonces habló con la ironía.
0:10:05 Yo no les era muy bueno esto que hizo el tipo.
0:10:07 Dijo que era extraño que él, que era el más joven de todos,
0:10:10 había conocido cerca de 20 reyes
0:10:12 y señaló a cada uno de los presentes diciendo
0:10:15 puedo ver al rey goberrador de Toledo,
0:10:18 al rey arzobispo de Burgos, al rey marqués de Villena
0:10:21 y continuó enumerando sin ninguna gracia
0:10:24 a todos los nobles que se habían presentado
0:10:26 y que pertenecían a la conjura.
0:10:28 Cuando terminó con los señalamientos,
0:10:31 una buena media hora después,
0:10:33 dijo que era tiempo de que hubiera
0:10:36 un solo rey de castilla.
0:10:39 Y entonces aparecieron por una puerta los verdugos reales
0:10:41 con sus correspondientes hachas,
0:10:43 dispuestos a cortarles la cabeza a los reyes sobrantes.
0:10:47 Ese tampoco mejor.
0:10:50 Desde luego el horror fue general.
0:10:52 ¿O qué horror? Dicieron los tipos.
0:10:55 Uno rajó pa'l río, el otro se desbocó,
0:10:57 datos y fija fallaron.
0:11:00 Bueno, algunos pedían ayuda al cielo
0:11:03 y le decían al arzobispo de Burgos,
0:11:05 que estaba casualmente presente,
0:11:07 que intercediera para que aquella ayuda
0:11:09 se pudiera dar rápido, digo, la ayuda del cielo.
0:11:11 El arzobispo rezaba y decía,
0:11:13 no miren que se lloro, no se puede.
0:11:16 Al final empezaron a pedirle misericordia al rey.
0:11:19 Y Enrique, el doliente, los perdonó.
0:11:22 Sólo con la condición de que se firmara
0:11:25 la devolución de tierra si vienes a la corona
0:11:27 y el pago de un tributo,
0:11:29 de un tributo a Sabinas.
0:11:33 Un tributo para levantar las arcas de Castilla
0:11:36 para no tener que andar vendiendo codornices
0:11:38 y empeñando armadura.
0:11:40 Fuerza ir a empeñar codornices.
0:11:46 Los nobles quedaron presos allí
0:11:48 hasta que cumplieran la voluntad real.
0:11:51 Pero Enrique, el doliente.
0:11:54 ¿Testido doliente de amor, sin...?
0:11:57 No, no me acuerdo.
0:11:59 Enrique el doliente no pudo...
0:12:02 sin ventura.
0:12:04 No pudo disfrutar largo tiempo
0:12:06 de su supremacía
0:12:08 porque murió muy joven a los 27 años.
0:12:10 Era doliente porque estaba enfermo después de todo.
0:12:13 Lo sucedió Juan II.
0:12:16 Y Juan II fue padrenada menos
0:12:18 que de Enrique el cuarto el impotente.
0:12:21 Pero también de Isabel la católica.
0:12:24 Así que si no hubiera tenido este gesto,
0:12:27 Enrique el doliente, la corona de Castilla,
0:12:29 se hubiera tomizado y valkanizado.
0:12:31 ¿Y quién hubiera descubierto América?
0:12:37 A lo mejor todos nosotros viviríamos en Italia.
0:12:44 Los argentinos viviríamos en Italia.
0:12:54 ¿A quién quiere evitar esta historia
0:12:57 que así termina?
0:12:59 No, solamente a cada uno de nosotros.
0:13:02 Esa frase estuvo muy eficaz.
0:13:05 A los muchachos del vasallaje,
0:13:08 que tenían que dar el diezmo de sus trabajos,
0:13:11 El Diego,
0:13:13 A los señores feudales
0:13:15 y también el amigo Enrique III.
0:13:17 Casi simpático en este territorio.
0:13:19 Por el muchacho un reinillo es lo mejor que hagas.
0:13:22 Sí, generó un pretetrae simpático,
0:13:24 un príncipe llome
0:13:26 que va a estar con el ornice, el antiguo reloj de cobre lo va a especializar, y anda casando gallinas.
0:13:35 Sí, para venderla en el pueblo.
0:13:37 Pero vende gallinas.
0:13:39 Me genera eternidad.
0:13:41 Reyes humildes, si te lo digo.
0:13:43 Qué lindo tema para una charla, ¿no? Reyes humildes.
0:13:47 Reyes humildes?
0:13:49 Es verdad, ¿qué pasa que dura mucho?
0:13:51 No sé si habrá tanto.
0:13:53 No sé si habrá dos.
0:13:55 A los pages también, ¿eh?
0:13:57 A los tres.
0:13:59 A los tres pages o a todos los que hubieran vivido.
0:14:01 A todos los que hubieran vivido.
0:14:03 Tiene una buena manera.
0:14:08 A pedir un disco, pero el puesto de discotecario es reclamado por cojortes de subgerentes levantescos.
0:14:20 Que andan tratando de diluir el poder del disco tecario.
0:14:24 Y que ha habido a casar una gallina para vender el mercado.
0:14:28 Sí, para vender.
0:14:30 Así que tuvimos que traer un disco de nuestra casa.
0:14:33 Y a vida cuenta de los líos, y de los cuentos, y de los medijos, medijeros, y ustedes que andan diciendo,
0:14:40 escucharemos esta milonga que se llama el conventillo,
0:14:43 y que tiene que ver justamente con esa tendencia
0:14:49 al chisme, a la maledicencia, y a la alcahuetería.
0:14:56 Adelante, entonces, con el conventillo, en la versión de Don Edmundo Rivera.
0:15:13 La barría.
0:15:16 De la queso, la barría.
0:15:18 Y me acudo la armonía de un concierto de cuchillo.
0:15:23 Y de combate a Denadrillo, donde quedaron ceravanas.
0:15:27 Sensacionales pagadas y al final de contrapuntos.
0:15:32 Amasijaban un punto para amenizar la velada.
0:15:36 Cuando quise alzar el vuelo piante del barro, la falto.
0:15:46 Piante del barro, la falto.
0:15:50 Preventí volar tan alto que casi me vengo al suelo.
0:15:54 Como el zorro perdí el pelo.
0:15:56 Pero agarre la manía.
0:15:58 Pero fiar la cilería.
0:16:00 Y al primer punto volví a aun.
0:16:03 Con algún barro estoriao, dejando el pampu y la villa.
0:16:12 Una vez un tal lollola, me empurro en un guayfunero.
0:16:18 Me empurro en un guayfunero, batida por un catáquilo, celular, piaba y gallola.
0:16:26 Concierto de piadola, me han hecho un bien de sorbeo.
0:16:29 Y al primer mes me llaman el feo.
0:16:31 Con mis fotografías donde está la galería de los aces del choreo.
0:16:40 Hoy que estoy en los cuarenta, en el bebe de la villa.
0:16:45 Chate una mina raíra que estire más de las cuantas.
0:16:50 Ah, pero en auto polencha viviendo menochiría.
0:16:55 Sin manjer la gilería, que estén viviendo al ferizo.
0:17:00 Que nací en un combatillo de las casas o la barría.
0:17:11 En la venganza será terrible hemos escuchado al mundo rivero interpretando el combatillo.

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