Transcripción automática
0:00:00 Enrique octavo y Catalina Paz volvemos a Enrique octavo, lo dejamos la semana pasada, creo,
0:00:09 haciendo matar a alguien.
0:00:11 No, no, no, no, se va a matar a alguien.
0:00:14 No, sí, claro, se va a matar a su fin de esposa, Catalina Zagwar, por algo interas.
0:00:20 Así que, bueno, ahora lo encontramos de nuevo limpiándose las manos de sangre en Zagwar.
0:00:26 así que ubiquemos los esclaves de la tierra a medio del siglo XVI.
0:00:30 Enrique Octavo acaba de matar a Catalina Zagas.
0:00:34 Recordemos, digo para saber el currículum de nuestro amigo,
0:00:39 Enrique Octavo también es llamado Charles Lawton o Charles Lawton,
0:00:43 que había repudiado, primeramente a Catalina de Aragón,
0:00:50 la menor de las hijas, de los redes católicos,
0:00:56 mandando al caralzo a Ana Molena, enviudando a Juanita Seymour,
0:01:02 repudiando a Ana de Cles por fea y ajusticiando a Aragón.
0:01:08 Así que, de sefera, buscaba nuevas cosas,
0:01:12 y por esos tiempos ya tenía 52 años de edad.
0:01:15 Pero había un problema.
0:01:17 En el momento que le había suceso a Thomas Cranwell,
0:01:23 que le había recomendado que se casara con Ana de Cles,
0:01:28 que según parece, era muy fea,
0:01:30 y aquí en Enrique había mandado a cortar la cabeza por Gil.
0:01:37 Entonces, ¿quién le va a presentar una amenaz?
0:01:43 El rey debió encargarse por su cuenta de encontrar un nuevo amor,
0:01:47 y sucedió algo curioso.
0:01:50 Se fijó en Catalina Parr de Névil,
0:01:53 casada en Segundas noches justamente con Lord John Névil,
0:01:57 que no le confrontó a Lord Arthur Névil,
0:02:00 el crimen de Lord Arthur de Oscar Gwai.
0:02:06 El rey comenzó a hacerle la corte a una mujer
0:02:08 que ya se había casado dos veces,
0:02:10 y que era de reconocidas costumbres alegres,
0:02:13 por no decir otra cosa.
0:02:15 Esa condición, después de todo,
0:02:17 había llevado la muerte a Catalina Hagwell y Ana Bolena.
0:02:20 Pero en Enrique no le importó en este caso,
0:02:22 y empezó a hacer regalos a Catalina.
0:02:25 Los primeros fueron unos pájaros traídos de la India,
0:02:28 que estaban encerrados en caulas doradas,
0:02:30 que hicieron las iniciales acéficas.
0:02:37 Como tenía muy mala ortografía,
0:02:39 quería decir en Enrique y en Catalina.
0:02:43 Catalina se asustó por dos motivos.
0:02:46 El primero, que su marido se enterara de que el cortejo,
0:02:49 y también por el hecho de que un rey con semejante sancés
0:02:52 se aplicara en ella.
0:02:54 El problema del marido,
0:02:58 que era casada,
0:03:00 se resolvió rápidamente, porque este hombre, Lord Névil,
0:03:02 tuvo la decencia de morirse dos semanas después
0:03:05 de que Catalina recibiera esos pájaros,
0:03:08 y jamás enteró siquiera de las intenciones del monarca.
0:03:12 Era 1543, Catalina tenía 31 años,
0:03:16 y ningún hijo de sus dos matrimonios.
0:03:19 Pero, atención, no sólo el rey cortejaba a Catalina,
0:03:25 también lo hacía Thomas Seymour,
0:03:28 el hermano de la finada Juana,
0:03:33 y una de las esposas anteriores.
0:03:38 Thomas estaba enamorado de Catalina,
0:03:41 y esperaba su momento de ese atento.
0:03:44 El problema es que a Catalina también le gustaba a Thomas,
0:03:49 y a la enviudad del final Névil,
0:03:53 tenía intenciones de unirse a él,
0:03:57 pero el rey, con su gusto, vino a interferir
0:04:00 con el rey, y el deseo de que lo estaba esperando.
0:04:04 Desde luego a Catalina le resultaba imposible
0:04:08 casarse con Seymour desafiando la desea de Henry.
0:04:12 Seymour tampoco le convenía desafiar al rey.
0:04:16 Así que hubo un pacto entre Catalina y Seymour.
0:04:20 Y se decidió aceptar los lanzos en Henry, que es rey,
0:04:24 y Seymour, aunque despachado, desapareció prudentemente
0:04:28 de la cosa que nos llena el zona.
0:04:30 Y esperó, esperó a que alguna vez Catalina pudiera amarlo.
0:04:34 Henry no te ha ojabas enteró de aquel rival.
0:04:41 Cuando el rey le ofreció casamiento a Catalina,
0:04:44 ella redondamente aceptó.
0:04:46 Alejado Seymour pensó que no tendría mayores problemas junto a Henry,
0:04:50 y se casaron de un alche.
0:04:52 Ningún comentarista de la época habló sobre los encantos de Catalina.
0:04:56 Solo llegó hasta nuestros días un retrato pintado por Wilhelm Scrotz,
0:05:03 en el que aparece con una belleza...
0:05:08 ...modeca.
0:05:11 Luego del casorio, Catalina y Henry qué?
0:05:14 Se distanciaron un poco.
0:05:16 Dicen que a Henry qué lo motivaba al momento de la conquista
0:05:21 más que entregarse al disfrútero conquistado.
0:05:25 Esto le había sucedido con varias de sus esposas,
0:05:28 pero ahora nada, porque el rey estaba muy adjentado,
0:05:31 su salud no era buena,
0:05:33 y además estaba preocupado por los asuntos políticos con francia.
0:05:37 Solo quería saberse acompañado,
0:05:40 y parece que los encuentros íntimos con su mujer eran Escasani y Fresero.
0:05:48 Escasos y fricos.
0:05:51 En cuanto a la descendencia,
0:05:53 Enrique se había tenido un hijo con Juanita Sáymur, el futuro de la doséctrica.
0:05:58 Catalina se dedicó en acorde a sostener discusiones sobre teología.
0:06:04 Sus opiniones se alejaban de los presentes de cornixas que había adoptado Enrique.
0:06:09 Al principio el rey la toleraba,
0:06:12 y le permitía expresar opiniones que no habría permitido en otra persona,
0:06:17 pero la verdad es que Catalina se ganaba en amigos del entorno real.
0:06:21 Y el rey fue yo hartarse de aquellas discusiones, imagínense como cualquiera.
0:06:27 Imagínense que no tuviese una novia que lo embarcara uno cada noche en discusiones teológicas,
0:06:34 acerca de la primidad, acerca del arrianismo, etc.
0:06:43 Todas las noches, uno termina por hartarse por más bueno que yo sea,
0:06:49 cuando uno no es bueno, sino que es el rey Enrique Octavo de Inglaterra,
0:06:54 una verdadera bestia, sesena, entonces ya ocurre todavía más.
0:06:59 Bien, pero más se le molestaba a Enrique que en medio de las discusiones teológicas,
0:07:08 como parte de ella en Catalina le sugería la posibilidad de que él, debido a los actos de su vida,
0:07:18 fuera a parar a lo infiar.
0:07:20 Esto le molestaba muchísimo, imagínense, por dormirse, y si miras y te vas a lo infiar.
0:07:27 No dormía toda noche pensando en que le iba a ser muy difícil salvarse de aquella institución.
0:07:35 No soportaba Enrique tener que ser adoctrinado por su propia mujer, y una vez más se inició un proceso.
0:07:42 Enrique le hizo el proceso a sus posas.
0:07:45 La crueldad de Enrique esta vez era producto de licenso religioso, más que de otra cosa.
0:07:50 Se escribieron actas, se registraron los aposentos de Catalina,
0:07:54 se prepararon cargos contra tres miembros de su servicio personal y el arresto de la propia Catalina por el hecho.
0:08:01 Toda esta operación se mantenía en el más estricto secreto.
0:08:05 Mientras tanto la Reina se ve ajorabando con sus lecciones evanciales.
0:08:10 Enrique se fue incluso a firmar las actas contra su esposa, pero en ese momento todo el asunto se destapó.
0:08:15 Uno de los miembros del Consejo que acusaba a Catalina, perdió accidentalmente una copia de los secretos,
0:08:21 los artículos los encontró un pase, que siempre encuentran los pases.
0:08:26 Y se los llevó a Catalina sin saber de qué se trataba.
0:08:29 Cuando vio que se perpetraban cursos contra él, que lo espantaba y se desmayó como cualquiera.
0:08:36 El médico real era Céluende.
0:08:40 Sabía lo que había encontrado a Catalina y, obsequente con Enrique,
0:08:45 le recomendó a la Reina que se sometiera a los vecinos en su pos.
0:08:48 Y Catalina, que era una muchacha sagrass, aceptó la recomendación de Enrique, pero hizo otra cosa.
0:08:55 Se repuso, lo buscó al Rey, lo llevó a la cama y, según las crónicas,
0:09:00 entre las más dulces y las más valientes caricias, le dijo que nunca había pretendido eleccionar
0:09:06 y que sólo le había hablado de temas divinos para alegrarlo y aliciar su mente.
0:09:11 Se dice que Enrique se vio desarmado ante todos los argumentos de Catalina y Chau, la perdonó.
0:09:17 Por primera vez, Enrique sintió confianza en una mujer.
0:09:21 Hasta el punto que cuando le dio partir a guerriar contra los franceses, le dejó a Catalina la regencia.
0:09:28 Bueno, luego de una batalla triunfante en Bulón, aquí cerca, el 30 de septiembre de 1544,
0:09:37 Enrique volvió enfermo en la tierra.
0:09:40 Parece que tenía una pierna dulcerosa y podía moverse poco.
0:09:45 Incluso para montar a caballo le tenía que subir con sogas.
0:09:50 No dice más nada.
0:09:53 Ya en Inglaterra su situación empeoró.
0:09:57 Catalina no parecía preocuparse.
0:10:00 Algunos dicen que recibía unas misteriosas cartas.
0:10:06 Enrique Octavo murió el 28 de enero de 1547.
0:10:11 Catalina no estuvo presente durante la fase final de la enfermedad de Enrique, ni tampoco la obra de su muerte.
0:10:18 Apenas unos días después...
0:10:23 ...alguien apareció en la coja.
0:10:28 ¿Quién era?
0:10:29 Era Seymour.
0:10:33 De pronto Seymour.
0:10:37 ¿Te acuerdas de la canción de la tiendita del horror?
0:10:40 Sí, se llama...
0:10:42 Hoy la vi en su canto.
0:10:44 Ah, otra vez?
0:10:45 No, Seymour.
0:10:47 Era Toma Seymour, aquel antiguo enamorado de Catalina,
0:10:51 que se había dejado en la hombre para salvar el teyejo.
0:10:55 Ella lo estaba esperando.
0:10:57 Justo se murió el rey.
0:10:59 El tipo apareció.
0:11:01 Se hicieron amantes.
0:11:03 Se casaron secretamente en junio de 1547.
0:11:08 Cinco meses después de la muerte del rey Naldo, lo cual estaba malvisto en aquel entorno de años.
0:11:13 Durante su ausencia, mientras esperó que Catalina quedaba libre,
0:11:18 Toma Seymour se había dedicado a la piratería.
0:11:21 Se había hecho pirata mientras se esperaba.
0:11:24 No, está muy bien eso.
0:11:26 Mientras uno espera que una situación amorosa adversa
0:11:31 cambie de signo, está muy bien pirata.
0:11:35 Y a saltar cuatro o cinco galones.
0:11:39 El día de mes de 1547, Catalina quedó embarazada
0:11:42 y el 30 de agosto del 48 iba a luz a una niña que se llamó María.
0:11:46 Pero seis días después, el parto de Catalina murió de fiebres corporales.
0:11:51 Tenía 37 años.
0:11:53 El amor de su vida permaneció junto a ella sólo 15 meses.
0:11:58 Despechado una vez más...
0:12:01 Despechado, no, quería.
0:12:03 Una palabra incorrecta.
0:12:07 Despechado.
0:12:09 Toma Seymour apenas si tuvo un consuelo.
0:12:13 El rey de Inglaterra fue su joven.
0:12:15 Porque era el hijo de su hermana Juanita Seymour
0:12:18 que habría sido la mujer del rey.
0:12:21 No, era cuñado.
0:12:23 Y bueno, hablamos de Eduardo VI.
0:12:26 Pero igual Eduardo reno poco tiempo.
0:12:29 Llegaría a María, que era la hija de Catalina de Aragón.
0:12:33 Y más tarde, otra chica, la hija de Ana Bolena, y ya ven.
0:12:39 Pero el tiempo de este amor, de este verdadero amor, y ya fue...
0:12:48 ¿Fue el caso, sí?
0:12:50 Sí, pero bueno.
0:12:52 ¿A quién quiere dedicar, querido Rolón?
0:12:54 A ver, no ha estado, ¿no?
0:12:56 La Catalina.
0:12:59 No. Yo voy a dedicar esto a las novedades de...
0:13:04 de hoy, de hoy, de hoy, de hoy.
0:13:06 De hoy, de hoy.
0:13:07 De los novedades, los amores del presente.
0:13:10 Repito.
0:13:11 Los amores del presente.
0:13:12 ¿Por qué sean amores de fichar?
0:13:14 ¿Se solta el presente?
0:13:15 Es un broma.
0:13:16 Basta de estudia.
0:13:18 Basta de...
0:13:22 ¿Cómo podríamos decir?
0:13:29 Y los soquía, pero no.
0:13:31 Hay una palabra que estoy buscando para decirles a clase de amor.
0:13:37 Bueno, ya la encontraré.
0:13:39 En todo caso, no hubies con tantos neuronantes,
0:13:44 de ansibles, de hoy.
0:13:47 Nada de arqueología, de geología del corazón,
0:13:52 de examinar restos fósiles,
0:13:55 de recibir luces de estrellas
0:13:58 que ya se han apagado hace millones de años.
0:14:05 Escucharemos con nada del viejo amor
0:14:08 para ilustrar no tanto esta charla, sino la anterior,
0:14:12 en la que hemos dedicado, en beligerancia,
0:14:17 a los viejos y abolidos, amor.
0:14:21 La canta, Eduardo, a la parte.
0:14:26 Y nunca te olvidas
0:14:40 de la vez la me escribí
0:14:46 del viento lo puedo dar
0:14:50 y esto y más todo me ha dado el mar
0:14:56 qué lindo cuando me ha ver
0:15:00 cuatro estos en el medio divino
0:15:05 si abrió tu boca en el vejo
0:15:09 con nada más tu lleno de bien
0:15:13 si abrió tu boca en el vejo
0:15:18 con nada más tu lleno de bien
0:15:24 herida en la de tu boca
0:15:29 y el asimacín todón
0:15:33 no tengo miedo a inviernos
0:15:37 con tus enemigos en tu vector
0:15:42 no tengo miedo a inviernos
0:15:46 con tus enemigos en tu vector
0:15:51 ella
0:16:15 Y sin Wine Lest Ireland
0:16:20 y un tal lento
0:16:24 suelo suelto en el viento
0:16:28 con un tosente frío y un
0:16:33 yo sé que no vuelve nada
0:16:37 es verdad el que me ama
0:16:42 el alzo en el verbo y el viento
0:16:46 es el otro en el corazón
0:16:50 que es alzo y el verbo
0:16:54 y el otro en el corazón
0:16:59 herida la de tu voz
0:17:04 que nací más bien donón
0:17:08 no tengo miedo al infierno
0:17:12 con tu recuerdo lleno de Dios
0:17:17 no tengo miedo al infierno
0:17:21 con tu recuerdo lleno de Dios
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