Transcripción automática
0:00:00 Ahora que estamos solos, voy a aprovechar para contar algunos episodios de locura en la mitología.
0:00:13 Entre los griegos manía era la personificación de la locura, pero en realidad es una entidad abstracta.
0:00:24 No, no, no hay anécdotas con manía, simplemente una metáfora poética.
0:00:33 Distinto a las erinias y a muchos reños infernales que había por ahí.
0:00:39 Las erinias nacieron al parecer de las gotas de sangre con las que se impregnó la tierra cuando urano fue mutilado.
0:00:50 Es una extraña manera de nacer.
0:00:53 ¿Cómo nació usted, señor?
0:00:55 Nacimiento hizo, bueno, yo nací de las gotas de sangre con las que se impregnó la tierra cuando urano fue mutilado.
0:01:03 Ah, muy bien.
0:01:05 Las erinias no reconocen la autoridad de los dioses, no tienen más ley que la propia.
0:01:11 Incluso el propio Zeus, el príncipe de los dioses, debe obedecerlas.
0:01:17 Si presentan como genios alados con serpientes entre mezcladas entre los pelos y llevando en la mano antorchas y látimos.
0:01:29 Cuando se apoderan de una víctima, la enloquecen y la torturan de mil maneras.
0:01:35 Su mansión es la tiniebla de los infiarnos, el erego.
0:01:41 En realidad lo que castigan es el exceso, la famosa hibris que induce al hombre a olvidar su condición de mortal.
0:01:53 Además, son las erinias las que prohíben a los adivinos y a los profetas revelar con excesiva precisión el futuro.
0:02:04 Es decir, liberar a los humanos de la incertidumbre y asemezcarnos demasiado a los dioses.
0:02:11 Por eso los oráculos trabajan con lenguaje oscuro.
0:02:16 Por eso y porque además con el lenguaje oscuro no queda tan en evidencia cuando el oráculo pasa.
0:02:24 Un gran imperio ha de caer.
0:02:27 Y no sabe si somos vos o el otro.
0:02:31 En el caso de los asesinos, las erinias lo enloquecen y el tipo vaga sin razón hasta que alguien lo ayuda a purificarse.
0:02:42 Era el tradición entre los griegos que a los asesinos lo mandaban a purificarse a otras ciudades de estado.
0:02:52 Otras divinidades que vuelven locos a los hombres son las linfas.
0:02:58 Estas diosas castigan al que las mera.
0:03:02 Las miras te vuelven locos.
0:03:04 Algunas de ellas fueron identificadas con las náyades, que son linfas del agua que poseen virtudes curativas.
0:03:12 Pero el que las mira se enloquece.
0:03:16 Pero hablemos de algunos personajes que fueron víctimas de erinias, de las linfas, de las náyades o de los mismos dioses.
0:03:24 Primera loca.
0:03:26 Biblis.
0:03:27 Era nieta del rey Minos.
0:03:29 Tenía un hermano gemelo llamado Kauno.
0:03:32 A la misma de los miembros de la náyada.
0:03:35 Biblis.
0:03:36 Era nieta del rey Minos.
0:03:38 Tenía un hermano gemelo llamado Kauno.
0:03:41 ¿A quién?
0:03:43 Atención señora.
0:03:44 Según los mitógrafos.
0:03:46 Amó con amor culpable.
0:03:51 Horrorizado de su hermana.
0:03:54 No de su hermana señora.
0:03:57 Sino de su propia hermana.
0:04:01 Kauno huyó de Mileto, que era su patria, y fundó la ciudad de Kauno.
0:04:07 Los griegos tenían la costumbre de ponerle el nombre de ello a la ciudad que fundaba.
0:04:13 Y entonces, Biblis, la nieta de Minos, aquella que amaba Kauno con amor culpable, se enloqueció.
0:04:25 Yo como sonorina.
0:04:27 Empezó una especie de locura errante.
0:04:31 Es una forma de locura un poco de desuso.
0:04:35 Pero que antes era muy frecuente.
0:04:37 Alguien se volvió loco. Empezaba a andar de acá para allá por toda parte.
0:04:40 No sabían dónde iba a parar.
0:04:42 Y en un momento totalmente fuera de sí, se dirigió a precipitarse desde lo alto de un peñazco.
0:04:49 Dice, me voy a subir a este peñazco y me voy a precipitar.
0:04:54 Las ninfas apiadadas la transformaron en una fuente.
0:05:00 Vieron que se iba a tirar de un peñazco.
0:05:02 ¿Y qué es lo que hace una ninfa cuando ve que alguien se va a tirar de un peñazco?
0:05:06 Bueno, la convierten en fuente.
0:05:09 Y resultó ser una fuente inagotable, como inagotables eran las lágrimas de Biblis.
0:05:17 Otro caso de locura, el de Cleómedes, era que era una locura deportiva.
0:05:24 Era un héroe de Astipalea, el señor Cleómedes, y participó en los Juegos Olímpicos.
0:05:31 Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
0:05:34 No, me informan que no.
0:05:37 En Olympia sí efectiva.
0:05:40 En el combate de Pujilato parece que había matado a su adversario hico de Epidauro de una piña en la pera.
0:05:49 Y parece que los árbitros no lo declararon vencedor porque había luchado de modo deslegal.
0:05:57 Cleómedes, que había prometido a su ciudad el triunfo, se volvió loco.
0:06:03 ¿Cómo no se va a volver loco uno en una situación como esa?
0:06:08 Y entonces regresó a su patria e hizo lo que hacen todos los locos cuando regresan a su patria sin haber conseguido una medalla en los Juegos Olímpicos.
0:06:19 Derrigó la columna que sustentaba el techo de una escuela y aplastó a todos los que estaban dentro.
0:06:28 Luego, perseguido por los habitantes que se indignaron, como seren hacer los habitantes de los pueblos,
0:06:36 los que regresan pugilistas locos que derriban columnas que sostienen techos de cuelas.
0:06:45 Perseguido por aquellos habitantes vengativos, se refugió en el templo de Atenea.
0:06:52 Nadie entró por no violentar el templo, pero nadie volvió a ver al finado Cleómedes, el pugilista loco.
0:07:01 ¿Qué habrá pasado con él?
0:07:06 Sí, misterio.
0:07:08 Hablemos, este es el que más me gusta.
0:07:12 Las préstides, son las hijas de Preto, el rey de Argus.
0:07:16 Estas muchachas se vieron atacadas de locura por venganza de la diosa Era.
0:07:22 Algunos dicen que fue porque se jactaron de ser más lindas que Era.
0:07:26 Y otros dicen que es porque se habían burlado del templo de Era diciendo que el palacio de su papá contenía más riqueza.
0:07:34 Las chicas eran tres.
0:07:36 Lícipe y Fianasa y Finoe, el rey Preto para poner nombres también.
0:07:46 La locura consistía en creer que eran vacas y así andaban por el campo, mugiendo y pastando.
0:07:57 El adivino melampo se ofreció a Preto para curar a las muchachas, a cambio de la tercera parte del reino de Argus.
0:08:10 Y Preto rehusó diciendo que era caro.
0:08:13 Y se miraba, yo le curo a las muchachas pero voy un tercio de su reino, Argus.
0:08:21 No dice Preto, por ese precio prefiero que sigan locas.
0:08:26 Pero sucedió que las chicas se volvieron cada vez más locas.
0:08:33 Y empezaron a recorrer a De Ganope toda la península del Peloponeso conforme al protocolo que hemos explicado algunos párrafos atrás.
0:08:43 Preto entonces volvió a melampo.
0:08:46 Pero este hizo lo que es clásico en los metos.
0:08:51 Cuando alguien no acepta un precio y después vuelve, es el doble flaco.
0:08:58 Ahora que volviste es el doble.
0:09:00 Dos tercios del reino.
0:09:02 Y Preto pensó si no acepto a Agorale, voy a tener que dar todo el reino.
0:09:10 Así que melampo tomó las dos terceras partes del reino.
0:09:16 Y en realidad conservó un tercio para él que otro se le odió a un hermano que tenía medio caficio que se llamaba viante.
0:09:24 Bueno, muy bien, ya voy a curar a las muchachas.
0:09:27 Y salió con unos jóvenes vigorosos, presiguió a estas chicas por las montañas.
0:09:33 Incluso cada tanto se entregaba a violentas danzas mágicas.
0:09:39 Hasta que durante la persecución la mayor de las hermanas y Finoe murió de agotamiento.
0:09:48 Tanto danza, tanto mojido, tanto pasto, murió de agotamiento.
0:09:54 Pero las otras dos fueron purificadas por medio de unas hierbas de porquería que traeba melampo.
0:10:02 Y finalmente melampo y su hermano viante se casaron con las locas, con las vacas.
0:10:12 Y le hicieron un negocio redondo.
0:10:14 Recuraron la locura a dos tipas, se casaron con ellas y heredaron un reino.
0:10:20 Yo nunca he tenido un noviajo ni parecidamente beneficio.
0:10:30 Enegó agarparle el salario estipulado.
0:10:37 La helandera profirió imprecaciones contra el Finoe tomando a Atenea por testigo de la mala fe de la mujer.
0:10:47 Que ministerio de trabajo ni que nada.
0:10:50 La acusó ante la reina del cielo, o mejor dicho, entre la diosa de la inteligencia.
0:10:58 Atenea que era también, además, protectora de la Silandera, en lo queció entonces al Finoe,
0:11:06 a la empresaria morosa.
0:11:09 Si todos los empresarios morosos de la Argentina en lo quecieran, no alcanzaría las instituciones de cobijo.
0:11:25 Bueno, esta empresaria se enloqueció al Finoe.
0:11:31 Y se enamoró, perdidamente, de un tipo cualquiera, un viajero de Samos llamado Janto.
0:11:39 Abandonó su casa, sus esposos, sus hijos, sus hilanderías, sus empresas textiles.
0:11:47 Y empezó ella también, con esta locura itinerante, pero esta vez siguiendo al viajero llamado Janto.
0:11:57 Le ha andado atrás por todas partes, pobre Janto.
0:12:00 Un día, a mitad de camino, recuperó la cordura.
0:12:07 Y a veces lo peor que puede ocurrirle a un loco es recuperar la cordura en la mitad de camino.
0:12:14 Así que cuando se dio cuenta de lo loca que estaba, se arrojó al mar.
0:12:21 O se precipitó de un peñazco.
0:12:25 O algo.
0:12:28 El caso es que no había ningún dios cerca para convertirla oportunamente en fuerte.
0:12:37 Note, ese, que todas las culturas han considerado al loco como siendo otro.
0:12:47 Y ahí la palabra es enajenado.
0:12:50 Las leyes aún hoy le quitan culpa porque consideran que no es dueño de sí.
0:13:01 Y yo creo que haríamos bien en dedicar esta pequeña charla que he hecho aprovechando la ausencia de Barton.
0:13:11 Dedicarla digo a los que están fuera de sí, a los que siembran fuera del surco,
0:13:19 a los ciflados, a los revirados, a los colifatos, a los insanos, a los dementes,
0:13:30 a los desafinados y a los desafinados.
0:13:38 Si vosotros dices que el desafinado
0:13:43 Sae para que estén miembros, o que me ha unado
0:13:49 Sólo privilegiados, sin morir igual a los deus
0:13:56 Yo poso la pena sobre que Dios me dio
0:14:03 Si vosotros exististe en la ciflica
0:14:08 Mi comportamiento de anti-musical
0:14:14 Yo mismo me distinto, te voy a comentar
0:14:20 Que esto es vos, la nueva, que estoy muy natural
0:14:27 Que vos no sabes ni que es presente
0:14:33 Que los desafinados también tienen corazón
0:14:39 Puesto a que vos no me arrores
0:14:45 Ver veloz y su inártima gratidão
0:14:50 Un maio chão poderá hablar así
0:14:56 Do meu amor, él es lo mayor
0:15:01 Que vos podes encontrar
0:15:05 Y vos con su amor
0:15:08 Me olvidé de lo principal
0:15:11 Que en el peito de los desafinados
0:15:14 En el punto del peito, para escalar
0:15:17 En el peito de los desafinados también
0:15:21 Un paio con corazón
0:15:48 Si vosotros exististe en la ciflica
0:15:55 Mi comportamiento de anti-musical
0:15:58 Que vos podes encontrar
0:16:02 Y vos con su amor
0:16:05 Me olvidé de lo principal
0:16:08 Que en el peito de los desafinados
0:16:11 En el punto del peito, para escalar
0:16:15 En el peito de los desafinados también
0:16:18 Un paio con corazón
0:16:20 Un paio con corazón
0:16:30 Manuel Moreira, Aleolina
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