Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos hoy de hermicanos otra vez.
0:00:04 Tenemos nuevos datos sobre aquellos tipos que se iban al desierto,
0:00:09 que se retiraban, que eran los primeros años del cristianismo,
0:00:13 a los desiertos de la tevaila, de Guadirna-Trún,
0:00:16 desiertos.
0:00:18 Los lugares que en aquí eran entonces, eran desiertos que eran llenos de churrasquerías.
0:00:24 Algunos aceptas como arcienos romano, hemos contado,
0:00:29 se mortificaba en el siguiente modo.
0:00:31 Se rodeaba de basura y agua podrida,
0:00:34 para apadecer una constante pestilencia que creía propia de los infianos.
0:00:39 Se pensaba que soportando ese olor en vida,
0:00:43 le iba a ir mucho mejor en el paraíso cuando se muría.
0:00:47 Es decir, oler mal aquí, pensaba en él, era oler bien en el paraíso.
0:00:53 Pero muchos se mortificaban de otra manera,
0:00:57 algunos prometían no levantar la vista del suelo durante toda la vida.
0:01:01 Echemos.
0:01:03 Hoy vamos a tener nuevos datos.
0:01:06 Cuéntate, oler esto, que Simeón el viejo y su discípulo
0:01:10 dieron en el desierto, en las manos de un tipo,
0:01:13 que sobresalían de un ojo elevado hacia lo alto.
0:01:17 Al menos era un pozo y al entro del pozo se salían unas manos.
0:01:21 Se acercaron y notaron que,
0:01:25 junto al orificio por el cual salían las manos,
0:01:29 había otro ojo más chiquito y salió una caña con una pasita.
0:01:36 Y una anacoresta llamado severo,
0:01:40 si había hecho enterrar, si no permite la expresión.
0:01:44 Y había tomado una cañita para respirar y también para alimentarse.
0:01:51 Entonces Simeón el viejo y su alumno, que son los que lo vieron,
0:01:54 le gritaron,
0:01:56 que estaba aquí, y decía,
0:01:57 y desde abajo salió un insulto,
0:02:00 porque esta anacoresta dentro del pozo estaba esperando la visita de los ángeles.
0:02:07 Entonces, que venían los hombres los ángeles, no, que no se les daban.
0:02:11 Entonces, los insultaban y nos sentó a su visita.
0:02:16 ¿Por qué era así esto de la espera de Ángeles, no?
0:02:19 No solamente haciéndose enterrar, sino de cualquier otra manera,
0:02:23 los anacorestas, los hermetáneos, los acertas,
0:02:27 esperaban ángeles en el desierto.
0:02:29 Pero para que el ángel llegara, tenía que estar solo.
0:02:32 Si vos estabas con cinco rey comiendo asado desde luego,
0:02:37 no venían los ángeles.
0:02:38 Pero si vos no se alimentabas,
0:02:40 te rodeabas de agua podrida, te enterrabas en un pozo y estabas solo,
0:02:44 por ahí caía alguna de aquel, o por ahí no, también, pues a la mano.
0:02:50 Muchos hermetáneos, cuando eran visitados por los hombres, se enojaban,
0:02:55 porque se suponía que la visita de otros hombres se avidentaba a los ángeles.
0:03:00 Algunos, en verdad, creyeron ver ángeles cuando en realidad quienes se les acercaban,
0:03:04 eran otros, incluso a veces otros anacorestas.
0:03:07 Y dice Pozniano, que es un historiador,
0:03:10 que una vez dos hermetáneos tuvieron una alegría al clima y luego un grande se engaño,
0:03:16 cuando se encontraron en medio del desierto y uno se projernó ante el otro,
0:03:21 creyendo que un printado se le decía,
0:03:23 los dos creyeron que el otro era un ángel,
0:03:25 y cuando advirtieron que no era más que hombres, terminaron trabándose en lucha,
0:03:30 pues le dio broma que el otro no fuera un ángel.
0:03:35 Macario, que también era un hermetáneo, eludía a los alabos.
0:03:41 Un visitante del desierto interesado en conocer a Macario, que se abrientó famoso,
0:03:46 se acercó un día hasta su cuello y le preguntó,
0:03:48 ¿Usted es Macario?
0:03:50 Macario dijo, no lo veo, no lo veo.
0:03:52 Y el visitante recorrió todas las cuevas que había por ahí,
0:03:56 y todos respondían invariablemente, no, yo no soy de gran masal.
0:04:02 Y el visitante retornó a Alejandriga de donde había salido,
0:04:06 sin haber encontrado a la macoreta que buscaba.
0:04:09 Y en realidad Macario solo aceptaba la visita de los que lo resultaba.
0:04:14 O sea, la única manera de hablar con Macario era decirle,
0:04:19 que ya sé Macario coma, y ahí no puede estar pensando a Macario.
0:04:27 Torrante con la gran siete, y Macario decía, ¿qué qué es?
0:04:32 Había solitarios que trabajaban en la misma cosa durante veinte, treinta años en el desierto.
0:04:40 Por ejemplo, Pablo, el simple, hacía y les hacía un canacho de miembre, cinco el mismo, treinta años.
0:04:48 Juan de Egipto contaba granos de arena, agarraba la arena del desierto y pues se va a contar los granos,
0:04:53 uno, dos, tres, cuatro, tres.
0:04:55 San Apolo repetía incansablemente la palabra Jesús,
0:05:00 y bien se despertaba al alo, a que se quedaba dormido, pues estaba así Jesús, Jesús, Jesús.
0:05:06 Durante veintiuno años solo usó esa palabra y la pronunció sin pretenderse.
0:05:14 Bueno, qué es eso?
0:05:17 Que me mira, y yo sé lo, ¿se lo tiene ninguno de esos pacientes?
0:05:21 Es que no, es lo loco que tiene usted, no es loco, es Jesús, Jesús, Jesús, no, no, no.
0:05:27 ¿Pero qué lleva otra cosa que eso por ahí? ¿No hay?
0:05:30 Pero otra cosa pues.
0:05:34 Alguna idea obsesiva pero en una palabra.
0:05:42 Cierta vez, el Azeta Benjamín enfrentó a son Doroteo.
0:05:47 Parece que Doroteo se castigaba no durmiendo, jamás durmió, nunca durmió, y tampoco se había costado.
0:05:56 Bueno, porque se va a costar.
0:05:58 Y no va a dormir.
0:06:00 Sí, no, usted me contaste para contestarme, pero qué es eso?
0:06:04 Vivió parado como un vigilante providencial.
0:06:09 Y se pasaba la noche haciendo cuerdas con hoja de palmera, ahí viene, al costado de su chosa, en el lección.
0:06:17 A veces que niña, alguna enfermera hija de la somnolencia, y andaba medio zigzaguando,
0:06:24 y si bien no durmió, la agarraba, como la está diciendo, en la modorrita, en la modorrita al hombre, ¿no?
0:06:30 Y dice que apareció Benjamín y se plantó junto a Doroteo y se puso hasta el cuero de palmera.
0:06:37 Y era, este...
0:06:41 Benjamín lo hacía para comprobar si era cierto que Doroteo se durmiera nunca, por un lado.
0:06:46 Y por el otro, mostrar que a él tampoco le iba a vencer el intenso.
0:06:49 Y pasaron varios días, los dos de él, le hacía trenza de palmera.
0:06:54 Según la tradición, Benjamín cayó deplomado.
0:06:58 Y lo primero que escuchó al despertar fue un saludo de buen día que le dio a Sandooroteo.
0:07:05 Como cargándolo y ahí Benjamín supo que había sido derrotado.
0:07:10 Y se fue muy avergonzado del deseo.
0:07:13 Le dio tanta vergüenza que se fue a la asignización y el intenso comercial.
0:07:18 Se ahi durmió todo lo que quiso.
0:07:21 Qué linda con Doroteo.
0:07:23 Qué linda con Doroteo.
0:07:25 Qué linda con Doroteo.
0:07:27 Bueno, esto es todo lo que tengo que contar.
0:07:29 ¿Cuál le gustó más?
0:07:31 Macario.
0:07:33 ¿Cuál era Macario?
0:07:35 Macario era el que no recibía los salados.
0:07:37 Ah, únicamente si vos lo dices.
0:07:39 No me gusta esta parte, pero pensé que hoy ponía que todo el mundo le gusta mucho hacerse alegrar.
0:07:44 Y que el gente le gusta calmar de uno.
0:07:46 O sea, tener cierto, reparo con eso está muy bien.
0:07:48 Dígame lo que me lo pino a ver en el libro.
0:07:54 Amigos, todo eso que decía Jesús, Jesús, Jesús.
0:08:00 Y el otro que contaba arena también.
0:08:02 Ya me das bastillo de solo pensar.
0:08:06 Yo se aburro enseguida.
0:08:08 Yo me aburro enseguida, personalmente, de contar arena.
0:08:10 Por ahí con otra cosa me aguanto un poco.
0:08:14 Me ero contando arena ya al medio kilo.
0:08:18 Maci, se ha encontrado un día antes.
0:08:20 Me reconozca un medio kilo ya me reconozca bastillo.
0:08:22 Si hubiera alguna almeja por ahí.
0:08:28 Y bueno, a mí los que más nos sorprenden son aquellos hermitáneos que se paraban arriba de la columna.
0:08:34 Los cecilitas, los cecilitas.
0:08:36 Sí, paraban arriba de una columna y es 15 metros.
0:08:38 Se quedaban ahí parados, pero luego dos horas ni tres.
0:08:40 30.
0:08:42 Porque arriba de una columna se para cualquiera.
0:08:44 Los cucilitas se van a montarse 30 años.
0:08:48 Es decir, Jesús, Jesús dice cualquiera, pero 30 años, 21 años diciendo que es suyo.
0:08:54 A usted no le tocó ni siquiera un hermitáneo de ninguna naturaleza.
0:09:00 La por el hermitáneo no es muy lehora si con la analiza.
0:09:02 No, no se analiza.
0:09:04 No, no creen en su analiza.
0:09:06 No se quiere acostar.
0:09:08 Sí, yo creo que...
0:09:10 Yo creo que el alisar no se ha parado.
0:09:12 El alisar no se ha parado.
0:09:14 30 años.
0:09:16 30 años que no se dice si es el amego.
0:09:18 Nunca durmió.
0:09:24 para elegir un disco que corresponde a esta historia.
0:09:30 Estaba polisando el tipo de discotecario
0:09:34 que no era un hermitáneo sino un discotecario.
0:09:38 La gente que más duerme en el mundo es la que atiende las farmacias de turno.
0:09:46 Yo como que lo salen a atender aún.
0:09:48 Sí, se atardan un poquito.
0:09:50 Se atiende muy amablemente, pero dormen.
0:09:54 A mí una vez me atendió uno justo en medio de una pesadilla.
0:10:02 Me abrió la ventanita y me dijo,
0:10:04 ¡Ay, ay, ay, ay!
0:10:06 Y yo dame una cajita mejorable.
0:10:10 Para ver si disculpe, estaba... me soñaba.
0:10:14 Me soñaba.
0:10:16 Bien, le explicábamos lo que se trataba y nos dio un disco relativo al sueño.
0:10:22 Que fue lo que más lo convovió.
0:10:26 Y se llama soño querido.
0:10:28 Soño querido, ¿no?
0:10:30 Y como hoy hemos escuchado a el gardener
0:10:34 en ocasión del aniversario,
0:10:36 porque escuché a la versión de Carlos Gardei, que no está mal,
0:10:39 de este bellísimo tango que se llama
0:10:42 soño querido que fue compuesto evidentemente,
0:10:44 que he llegado a Doroteo,
0:10:47 aquel hermitáneo que no durmió durante el tal tanto tiempo.
0:10:53 ¿En la letra dice a Doroteo?
0:10:54 No, la letra no dice nada.
0:10:56 La música también dice.
0:10:57 La música tampoco.
0:10:58 Han querido disimular, esa es la verdad.
0:11:01 Han querido disimular.
0:11:02 Incluso cuando uno lo dice parece que se hablara de sueño
0:11:05 en tanto que ilusió de ganas de acera y con los ganas de atorra.
0:11:10 De modo que lo han disimulado, pero yo no me dejo de añar.
0:11:14 Así que escucharemos rápidamente a Juan Cruz Mateo,
0:11:19 al señor violista Solsona y al cantor Carlos Arbel en soño querido.
0:11:53 Yo no me dejo de añar, pero yo no me dejo de añar.
0:11:58 Yo no me dejo de añar, pero yo no me dejo de añar.
0:12:02 Yo no me dejo de añar, pero yo no me dejo de añar.
0:12:46 Yo le sué versus
0:12:51 Beto
0:12:53 01
0:12:54 Yo
0:13:15 La mano de su hermana,
0:13:17 Cusca sin me pierdo en esta noche.
0:13:20 Suya, toriendo en la calcura, pero desvergüe.
0:13:25 Un año querido de mi tienda y de mi chauberco,
0:13:29 Muy desparazado por donde veré mi luz.
0:13:33 Todo me perro de tu mágico, el peletón,
0:13:37 El nelvo roto, un desdice soño,
0:13:41 Por esto, cubando de la piel, me ayudo por arruplar.
0:13:45 Un delacente en panas, de la nubra, en el racar,
0:13:49 Un relló querido, ha pasado tu carrosa,
0:13:56 Para cierpes de aseacido y de oro maro.
0:14:05 Ha cantado Carlos Gardel, de batisteña y magia, sueño querido.
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