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16 de Febrero de 2006

Estafadores y falsificadores

Transcripción automática

0:00:00 Pero no soy una pequeña serie de ejafadores y falsificadores. Atención, ¿eh? Amigos.
0:00:07 En primer término hablaremos de un escocés llamado Arthur Ferguson. No, es Ferguson.
0:00:15 ¿Cree que era un error de...?
0:00:17 Well, Ferguson nació en 1870 y desde chico estuvo en teatro.
0:00:24 Él, la don Estel, ya trabajó en una compañía teatral que se dedicaba al recorrer de Escocia y el norte de Inglaterra.
0:00:32 Se dedicaría también a representar a obrador de teatro.
0:00:35 Un día, el director le ofreció interpretar el papel de un norteamericano un ganado por un embaucador.
0:00:43 Arthur estudió la obra y le interesó tanto que al poco tiempo viajó a Londres para probar suerte con su nuevo papel.
0:00:53 Pero la verdad es que no se dedicó a interpretarlo en el escenario.
0:00:57 Ferguson se transformó en un maestro del engasmo. Su metodología era la siguiente. Atención, los esafadores, amigos.
0:01:07 El actor se paraba cerca de algún monumento de Londres y lo estudiaba con aire de profunda concentración.
0:01:15 Pronto, si le acercaba a algún turista que le hacía una pregunta acerca de la historia del monumento, y allí, Ferguson empezaba con algunas trataciones mal.
0:01:27 En una educación, mientras que andaba alrededor de la Plaza Cábala, si le acercó un turista norteamericano de Iowa llamado Norman Cooper.
0:01:40 El extranjero preguntó por el monumento que había en medio del lugar, que es, desde luego, la columna que sostiene al almirante Horacio Nelson.
0:01:51 Ferguson le dijo que se trataba justamente de eso, de lo feliz colegido de honor al almirante, y enseguida le dijo que no estaría aquí por mucho tiempo,
0:02:03 ya que en la tierra necesitaba venderlo, a fin de saldarme a verla con los Estados Unidos contraíra a principios de la Primera Guerra Mundial.
0:02:13 Ferguson se presentó como el funcionario ministerial que estaba encargado de arreglar la venta.
0:02:21 Increíblemente, Norman Cooper, el norteamericano, resultó ser un misionario amante del arte monumental.
0:02:29 Y enseguida se mostró interesado en comprarlo él, al monumento.
0:02:34 Ferguson se hizo rogar, diciendo que ya se había cumplido el plazo estipulado para la realización de ofertas, pero finalmente accedió.
0:02:44 Obtuvo inmediatamente un cheque por 6.000 libras, y a cambio le dio a Cooper un recibo y la dirección de una compañía constructora encargada de trasladar el monumento.
0:02:56 Muy contento, el comprador fue hasta la empresa y presentó su recibo.
0:03:01 Y bueno, ahí cuando la compañía se negó, terminantemente, a derrumbar este monumento, Cooper se dio cuenta que había sido un bantaje.
0:03:10 Pero las aventuras de Ferguson no terminaron.
0:03:13 Usó la misma estrategia para vender el Big Ben, que son de los Andres, y el Palacio de Buckingham.
0:03:21 En plena de plata, en 1925 se fue asistido a su anillo.
0:03:26 Una vez así, conoció a un ganadero de Texas, que tenía por sueño vivir en la Casa Blanca.
0:03:33 Ferguson, haciéndose pasar por una gente del gobierno, le contó que el presidente de los Estados Unidos estaba interesado en reducir el costo estatal,
0:03:42 y le alquiló la Casa de Gobierno por 100.000 dólares anuales.
0:03:47 No bien tuvo el dinero en sus manos, rajo para New York.
0:03:51 Y así terminaron sus asamias.
0:03:54 Porque vendió el extracto de la libertad a un australiano que se la quería llevar a Segno.
0:04:01 Pero cometió un error. Atención.
0:04:04 El comprador quiso sacarse una foto con él al pie del extracto, y Ferguson accedió.
0:04:12 Cuando el comprador, digo que había sido engañado, con la policía que mostró la foto, ya no fue difícil dar con él.
0:04:21 Fue arrestado y se los sentenció a cinco años de prisión.
0:04:24 Cuando se alió en libertad, se retiró del negocio, y hasta el día de su muerte, en 1938, vivió en California, desde luego rodeado de lujos.
0:04:34 Así termina la historia de Ferguson.
0:04:39 Pero desde luego no era lúneco en esa actividad.
0:04:44 Por esos años, en los sirios del siglo XX, vivía en París un chico llamado Victor Luzquillo.
0:04:55 Había nacido en Praga desde luego, como no, desde luego no, bien podría haber nacido en Atraparte.
0:05:01 Tenía 22 alias y 45 arrestos en su hogar.
0:05:05 Un día le sentó al diario, se enteró de que el gobierno francés restauraría la torre de Jalil.
0:05:10 Y Lústig, que no sabía hacer otra cosa que esta fa, pretendió llevar a cabo el negocio del siglo, vender la torre al mejor por torre.
0:05:19 Primero falsificó documentación que lo hacía responsable del mantenimiento de la torre.
0:05:27 Después hizo reservar en la mejor suite del hotel Fillon.
0:05:32 Fillon ese que está, me parece en la rivalidad.
0:05:38 Y una vez allí invitó a cinco de los más poderosos empresarios metaluérgicos del mundo para presentarles un proceso.
0:05:47 Les dijo que la torre sería desmancelada y que iba a vender el fiero resultante.
0:05:55 Todos se mostraron muy interesados en comprar los fierros de la torre.
0:06:01 Lústig tenía un par de secuaces.
0:06:06 Robert Turbignon, que era el indomador de leones.
0:06:11 Es bueno tener un domador de leones como secuaces.
0:06:15 Y también estaba Francois L'Arcid, que era un croupier.
0:06:20 Ambos se harían pasar por empresarios interesados en la compra de la chatada.
0:06:27 Lo cierto fue que todos los operadores y los empresarios hicieron sus ofertas bajo sobresurrá.
0:06:34 Uno de ellos, André Poisson, mire que nombre,
0:06:38 ofreció el equivalente en dinero a 7000 toneladas de metal.
0:06:43 Pero el negocio de Lústig no estaba en cobrar todo el dinero de la venta.
0:06:48 Porque eso despertaría sus pechas.
0:06:51 Sino el hacerse de una importante comisión por facilitarle los trámites al comprador.
0:06:58 Entiendes?
0:07:00 Por tanto, lo voy a ayudar.
0:07:04 El que entró fue Poisson y puso 650 mil francos y aquí la entusiasmó a secuaces.
0:07:13 El otro día Lústig, Trumilion y L'Arcid se peantaron.
0:07:18 Y André Poisson, por su parte estaba tan agregado y ahora se iba engañado,
0:07:23 que nunca acudió a la policía.
0:07:25 Eso se le ocurrió con muchas de las víctimas de esto se engañó.
0:07:30 Le da tanta vergüenza, especialmente cuando son personas poderosas,
0:07:36 en las que una mancada de esa naturaleza podría hacerle más daño que el dinero que pudiera.
0:07:42 ¿Por qué no se le ocurrió esto Alejandro? Porque quieren ser vivos.
0:07:46 La mayoría de las víctimas, lo que yo pensaba, casi como enseñanza.
0:07:55 Por lo general las víctimas de estos engaños tienen antes que nada la mala fe.
0:08:02 Siempre tienen un poco de mala fe.
0:08:04 Si quieren aprovechar, si quieren pasar por encima de alguna norma.
0:08:08 Así que esto debe anotarlo también los escapadores.
0:08:12 Amigos que están escuchando, ¿no?
0:08:13 No son piolas siempre.
0:08:15 Uno que se cree piola.
0:08:17 El locadillo más fácil por un escapador es uno que se cree piola.
0:08:22 Los tipos de secretas piolas son escapados siempre.
0:08:26 Yo digo que si los escaparon muchísimo más de eso.
0:08:29 Por tipo que también se cree piola.
0:08:33 Bueno, el caso es que le sacaron la guita.
0:08:39 Después de un tiempo y al ver que el escándalo no había trascendido,
0:08:43 los escapadores regresaron a país y se las instellaron por aventar la torre otra vez.
0:08:50 Y del mismo modo.
0:08:51 Pero esta vez sí fueron denunciados y tuvieron que huir definitivamente.
0:08:55 Volvieron a Estados Unidos y allí se les terminó la guita y tuvieron que inventar algo para sobrevivir.
0:09:00 Lustig inventó, atención, amigos, una falsa máquina para falsificar dinero.
0:09:07 Y se la vendió a un empresario que deseaba duplicar su fortuna, llamado Herbert Lohler.
0:09:18 Y desde luego la máquina nunca funcionó y Lustig se fue con la guita psicanos.
0:09:25 En 1927 se hizo amigo de Al Capone, quien lo llevó a trabajar con él.
0:09:30 Y ahora se transformó en un paizificador verdadero.
0:09:33 Y fue el más importante de Estados Unidos.
0:09:36 En 1934 lo arrestaron pero se escapó por la ventana de su celda.
0:09:41 Se fue a Pesbo y cambió su identidad por la de un jubilado llamado Arthur Mellon.
0:09:49 La libertad no le duró mucho al pobre Arthur Mellon.
0:09:53 La policía no encontró al poco tiempo y fue enviado a la cárcel y así pasó Diosano.
0:09:59 Después lo trasladaron nada menos que al captrás, donde murió en 1947.
0:10:04 Había falsificado 134 millones de dólares.
0:10:08 ¡Ah, para, muchísimos, ¿no?
0:10:10 ¡Es nombre de trabajo, de verdad!
0:10:14 Me gusta la falsa máquina de falsificar.
0:10:17 Hablémoslo ahora de un poco curioso, sucedió en Manhattan, en el año 1824.
0:10:23 No existió un fraude más ridículo que ésta, atención.
0:10:26 El proyecto era partir la isla en dos, moverla del lugar y volver a unirla.
0:10:32 Ahora vamos a ver cómo fue.
0:10:35 Se afirmaba que el alcalde, el mayor Stephen A. M.,
0:10:40 estaba muy preocupado porque el extremo sur de la isla, conocido como The Bakery,
0:10:45 se estaba hundiendo por el peso de las construcciones.
0:10:49 Ah, dejen de decir que si no se tomaban medidas, las pérdidas se van a hacer catastróficas.
0:10:54 Esto lo sí era entendiente.
0:10:56 Pero el plan era ampliar a la isla en el extremo norte, en I-15 sobre I-15,
0:11:07 llevarla flotando ese plástico de isla hasta pasar la isla E,
0:11:11 elis dar la vuelta y anclarla en una posición más en hubo.
0:11:16 El alcalde y un panel funcionario buscaron inversionistas interesados en el proyecto.
0:11:22 Se encontraron y muchos.
0:11:25 Y empezaron las tareas.
0:11:27 Montaron una lujosa oficina, fabricaron una sierra gigantesca de 30 metros de largo,
0:11:33 pagaron algunos soldos anticipados, contrataron a 300 sobreros para que se encargaran de se arruchar.
0:11:39 Se consiguió unos 24 remos de como 70 metros de largo para llevar la isla a remo, ¿no?
0:11:44 A través de la bahía.
0:11:47 Por fin llegó el grandía.
0:11:49 Todos los inversores, contratistas, cientos de obrero se presentaron para presenciar el lanzamiento,
0:11:55 pero las únicas personas que no estaban eran los que lo habían ideado.
0:11:59 Se fueron con la grita y nunca más aparecían.
0:12:02 El último.
0:12:08 De los...
0:12:10 La última de las casas es esta.
0:12:15 Vivía en 1914 un artista en París llamado Dorguel.
0:12:20 Tenía un amigo, escultor de apellido Vizor.
0:12:24 Se llevaban meses escultiendo un cuerpo de mujer y le salía mal.
0:12:30 Bueno, un día se cansó, ¿no?
0:12:32 Y le encajó un martillo.
0:12:34 Producto de aquel golpe, el cuerpo quedó de capital, la cultura quedó de capital.
0:12:40 Esta cabeza fue a parar a mano de Dorguel,
0:12:43 quien de Dorguel en un momento imaginó una...
0:12:49 una paz.
0:12:51 Se fue al lunes y en la sala de Antiguidades griegas,
0:12:55 vio una vitrina vacía.
0:12:58 Y al día siguiente volvió al museo,
0:13:00 pero llevando abajo del abrigo la cabeza de la...
0:13:06 de la estatua de Vizor.
0:13:08 Escondida.
0:13:10 La progresión de un momento en que nadie lo miraba,
0:13:12 la metió en la vitrina y puso debajo un pequeño cartelito
0:13:16 que decía, excavaciones de los...
0:13:19 de los que son una isla del extero.
0:13:21 Al otro día volvió al lugar con sus amigos,
0:13:24 e increíblemente la cabeza seguía en exposición.
0:13:27 Por un mes las cosas siguieron igual.
0:13:30 En un momento Dorguel decidió hacer pública la historia.
0:13:35 Convoco a la prensa y ante los periodistas explicó
0:13:40 que aquella cabeza había sido, esculpido en Montmartre un mes antes.
0:13:45 Se albó tal desorden que los guardias del museo y la policía tuvieron que intervenir.
0:13:50 También apareció uno de los directores del museo,
0:13:53 quien escuchó con el sentisismo las palabras de Dorguel.
0:13:57 Y no le creció.
0:13:59 Los echó a todos del museo y aseguró que la estatua se quedaría allí.
0:14:03 En 1950, Dorguel almorzaba con un funcionario en el Ministerio de Cultura
0:14:09 y explicó el caso.
0:14:11 Y lo más curioso de todo le dijo,
0:14:13 al Ministro de Cultura en 1950,
0:14:15 es que la estatua continúa en el lujo.
0:14:18 No se preocupe con el ministro.
0:14:21 Dentro de 50 años nadie se acordará de ello
0:14:25 y la estatua se les da una verdadera antigüedad.
0:14:28 Y efectivamente allí está todavía la falsa antigüedad griega.
0:14:34 En todo caso, así han creído, han querido que nosotros creamos a él.
0:14:41 A ellos se ve que en realidad la falsa no es convencernos a nosotros
0:14:48 de que la estatua de Dishon está todavía en la vida.
0:14:52 Pero es una historia interesante y muy grasa.
0:14:56 Bueno, a quién quiere dar esto?
0:14:59 Bueno, a este último, el favor, Alejandro,
0:15:02 que en todas estas decisiones es el que no lo hizo para malditar y probar.
0:15:08 Pero no, no, no, no, no, no.
0:15:10 Y la cosa que algunos hacen.
0:15:12 Sí, ahí está, dijo.
0:15:15 Ah, y algunos años, un juez muy amigo de mí,
0:15:20 el amigo Antonio Ávila,
0:15:23 que su nombre no diré, juez de la Nación,
0:15:26 estaba en la Acación Retiro y se le acercó un tipo.
0:15:31 Y le quiso vender un visite premiado o una cosa así.
0:15:37 hacer un clásico cuento del tío, cuéntase en qué los calcudes desde luego era muy luso.
0:15:45 Así que inmediatamente, dada su investido, logré. Lo agarró al tipo y le dijo el cuya,
0:15:55 yo soy juez de la nación y te voy a arrestar, te voy a meter en cara. Salvo, y vos me digas
0:16:03 por qué me dijiste a mí. ¿Qué tipo le señaló sobre todo lo que tenía el juez? Que era amarillo.
0:16:13 Por este sobre todo. Después comprendió, nunca más volvió a usar aquel sobre todo y todos
0:16:24 nosotros deberemos comprender no que los sobre todos amarillos atraen a los escaradores y van a
0:16:29 con muy muy general y mejor. El que es capaz de una gilada es capaz de muchas.
0:16:35 Y esa es la norma que le da. El que es capaz de una gilada es capaz de eso. Es decir, el tipo está
0:16:43 buscando un fin. Como no puede preguntar en la tación a ver qué es un fin, busca algún señor
0:16:49 fensible que delacte al gilastrón sin tener que andar indagando demasiado. Pa, un sobre todo amarillo.
0:16:57 Ahí está. No puedo contar esa niña pero es muy bien. Yo estaba con mi amigo Antonio Carrillo
0:17:10 en mucho tiempo y había un cantor nacional que tampoco nombraré en la China con un saco violeta.
0:17:15 Lo vimos y luego ya lo iba a saludar y Antonio sin decir nada dijo sólo estas palabras.
0:17:23 Claro así canta.
0:17:31 Bueno, yo siento que lo de la tarahuna. Está bueno.
0:17:35 Está muy bien. Hemos resuelto utilizar este episodio del
0:17:43 estato de la libertad. Está foto del actuador del estafador en el estato de la libertad para
0:17:53 dar cabida a la obra de Astor Piazzolé que se llama libertad. El gasto que vivió en Nueva York
0:18:00 y seguramente conocía el episodio y que probablemente era el mismo de Empunga.
0:18:06 Ya se opuso a su tango pensando en este episodio.
0:18:13 ¿Me consta usted lo que está diciendo?
0:18:15 No, no me consta del mismo modo que no me constan las cosas.
0:18:19 Pero ya que me han pedido que no sea tibio, no me aparece.
0:18:24 Seguraré no más que el de Astor Piazzolé, el que yo se tango pensando en el estato de la libertad y su venta.
0:18:30 Escuchemos entonces a Don Lasta, no es la que te pones.
0:21:06 En los vengazos será terrible hemos escuchado a Astor Piazzolé libertad.

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