Transcripción automática
0:00:00 ¿Quieres hablar esta noche, Alejandro, de qué?
0:00:03 De estatuas, de estatuas. Estatuas especialmente en la edad antigua, donde había más estatuas que ahora.
0:00:13 Por ejemplo, en los alrededores de los templos.
0:00:17 Población enorme de estatuas. Estaban ahí las divinidades principales, las divinidades anexas,
0:00:27 los héroes del lugar, los fundadores, los alcauciles, los falsos influyentes.
0:00:33 Estaban llenos de estatuas en cualquier parte.
0:00:36 Cada una de esas figuras ocupaba un trípode o un altar o una lápida en el interior.
0:00:45 Estamos hablando de eso en el exterior de los templos.
0:00:47 En el interior también.
0:00:49 Estatuas de los dioses que convivían con toda la parentela mítica y alegórica.
0:00:57 En el medio de los bosques también.
0:01:03 En cualquier lugar, en un bosque cualquiera, pues ahí había un estatu.
0:01:08 Antes de llegar a los altares de cremación para los sacrificios, aparecían pórticos con pinturas y cientos de estatuas.
0:01:16 Estaban formando incluso avenidas que conducían a aquellos altares.
0:01:21 Había figuras en los teatros, en los estadios, en los gimnasios.
0:01:27 Y desde luego, como hemos dicho, en los bosques, donde era más sorprendente esta presencia,
0:01:33 porque allí la estatua aparecía sin aparente razón como perdida entre los árboles.
0:01:38 Y especialmente en los bosques que se denominaban sagrados y que estaban consagrados alguna divinidad.
0:01:45 Como sabemos, la escultura griega buscaba el desarrollo de las denominadas formas ideales.
0:01:51 La única y natural expresión del espíritu era para los griegos el cuerpo.
0:01:56 Y por tal motivo estudiaron con muchísimo esmero la posibilidad de encerrar en estructuras de mármol o de bronce todo lo espiritual.
0:02:07 La escultura era para los griegos la persecución exacta y a menudo penosa de la figura del cuerpo.
0:02:16 Los dioses representados eran hombres ideales.
0:02:20 Así que un dios era un muchacho joven. Para ellos el cuerpo lo era todo.
0:02:26 Un detalle curioso, ¿no? La cabeza de aquellas estatuas era más o menos convencional.
0:02:34 Mientras que todo el resto de la figura se aproximaba a la mayor perfección.
0:02:39 Mientras que la cabeza por ahí era un poco más realista si se nos permite el término.
0:02:45 Aristóteles, en su fisonómica, dio cuenta de una larga lista de características de aquellas figuras.
0:02:52 Explicaba, a partir de ciertos gestos, las particularidades de las imágenes.
0:02:59 Por ejemplo, claridad, calma, desapasionamiento, inteligencia y voluntad se expresan atención nuestros amigos escultores por el amplio sobresalir de la frente redonda y de la nariz recta.
0:03:13 Si usted quiere dar esa idea, ¿Rolló? Claridad, calma, inteligencia, etcétera.
0:03:19 Entonces muy bien, frente redonda y nariz recta.
0:03:22 Y así hay una larguísima lista en Aristóteles, como si fuera un ufice ognomista adelantado en 2000 años.
0:03:30 En su mayoría, las estatuas griegas tenían unas características que vamos a señalar ahora.
0:03:40 Por ejemplo, les gustaba mucho la expresión de lo languido, los ojos estaban hundidos, los párpados superiores se recordaban fuertemente.
0:03:51 La boca tenía siempre ángulos profundos, sobresalía mucho vista de perfil.
0:03:57 Te lo pueden ver ustedes, con cualquier estatua griega de ellas que hay por ahí.
0:04:02 El mentona parecía siempre grande, a veces con hoyuelo, las orejas hermosas y finas.
0:04:11 A los dioses los escultores solían darles un aspecto de tristeza que tenía que ver con su carácter, si bien eterno,
0:04:27 desprovisto de poder sobre el destino.
0:04:31 Los dioses griegos eran inmortales, pero no tallaban contra el destino.
0:04:38 Digo también ahora una cosa que más que con la forma tiene que ver con los momentos que se elegían para representar.
0:04:49 El arte griego figurativo casi siempre se detenía un momento antes de lo espantoso, un momento antes del horror.
0:05:06 Un momento antes de que me dea, mate a los hijos de Jasson.
0:05:12 Un momento antes de que quien era aquel piritó, se enterara, está ahí con la serpiente, pero todavía no ocurrió lo peor.
0:05:23 Es un momento antes.
0:05:25 El momento de verdadero horror, de verdadero dolor, ese momento en general no es reflejado,
0:05:32 sino que es sugerido por una anterioridad, o no sé si por alguna posterioridad.
0:05:39 El pelo de las estatuas era lo que más variaba.
0:05:44 Los muchachos jóvenes lo llevaban enrulado, los ápiros llevaban los pelos asiderizados, Zeus el príncipe de los dioses lo llevaban muy largo.
0:05:54 Las diviniades marinas también, pelos largos, quién va a ir a la peluquería bajo el agua.
0:06:01 Las vestiduras eran sencillas o inexistentes.
0:06:05 Cuando había una armadura, estaba limitada a un solo rasgo.
0:06:12 Claro, porque era un desperdicio hacerle una armadura, te perdías todos los besos músculos del torso.
0:06:21 El ares del lube tiene solamente el casco, yo creo.
0:06:26 Porque no les gustaban los griegos, los inorgánicos.
0:06:31 Y solamente lo insinuaban.
0:06:36 Te ponía a hacer casco y entendías que el tipo tenía una armadura.
0:06:41 No hacía falta esa penosa escultura de un tipo vestido, de armadura, con un manto con todas las arrugas.
0:06:52 No les gustaban los griegos nada. Así que predominaban los desnudos.
0:06:57 En los mitos aparecen algunos cuentos con estatua, que son muy lindos.
0:07:07 Se contaban historias en las que intervenían estatua.
0:07:12 Hace mucho tiempo decían ellos, así que hace todavía más.
0:07:17 A poca distancia de la ciudad de Cáfias, en la Arcadia, había una estatua de arte, Mies, que se levantaba en un bosque sagrado.
0:07:25 Cierto día, un grupo de niños que jugaban en aquel lugar, encontró una cuerda, una soguita.
0:07:35 Mediatamente rodearon con la cuerda el cuello de la diosa, diciendo que iban a estrangularla o a orcarla.
0:07:44 Al rato, unos habitantes de la ciudad que pasaban por ahí, sorprendieron a los chicos y para evitar el sacrilegio, los liquidaron redondamente.
0:07:55 Una vieja política le de evitar el sacrilegio mediante el crimen.
0:08:01 Eran gente muy expeditiva, esos muchachos que pasaron.
0:08:05 Pero muy pronto, las mujeres que habitaban en Cáfias se sintieron aquejadas por un mal misterioso.
0:08:11 Los hijos que daban a luz nacían muertos.
0:08:15 Fueron a consultar entonces al oráculo de Delfos, y el oráculo les dijo que la diosa Artemis estaba irritada por la muerte de los niños.
0:08:24 O sea, la diosa Artemis era más razonable que los otros pajarones.
0:08:29 Ordenó que fuesen enterrados decorosamente y que se les tributasen los honores concedidos a los héroes.
0:08:36 Así se hizo y desde aquellos días la estatua se conoció como Artemis estrangulada.
0:08:42 Y desde luego nadie se le acercó jamás.
0:08:46 Parece que las estatuas de Artemis no eran nada recomendables.
0:08:50 Porque había una, la Artemis hortia, frente a la cual eran flagelados los jóvenes en esparta.
0:08:59 Para retenplar el espíritu.
0:09:02 Entonces los ponían a los jóvenes espartados frente a la estatua de Artemis hortia y les daban con un látigo para que aprendieran.
0:09:10 Parece que esta estatua, la Artemis hortia, volvió locos a los hijos de hirvo, astrábaco y ópeco.
0:09:19 Los muchachos le habían encontrado esta estatua entre unas asas y le habían contemplado un instante.
0:09:27 Pero solo con ver aquella estatua se enloquecieron.
0:09:32 Y los encontraron más tarde comiendo inmundicias y hablando sin sentido, como los clientes de algunos restaurados.
0:09:46 Otras estatuas participaron en historias de amor o fueran su consecuencia, recuerden a Pigmalion.
0:09:52 Pigmalion era un rey de Chipre que se enamoró de un estatua de Marpil que representaba a una mujer.
0:09:59 Se decía que le había esculpido él mismo a la estatua.
0:10:03 Y cada día le recitaba versos de amor y le dedicaba a sus triunfos de guerra.
0:10:10 Claro, imagínense la estatua anibolilla.
0:10:15 ¿Vio como son?
0:10:16 Sí. Desesperado y sin respuesta alguna por parte de aquel ornamento, le pidió a Frodita, la diosa del amor, en ocasión de una fiesta,
0:10:27 que le concediera a una esposa que se pareciera a la estatua.
0:10:31 Él dijo, oh diosa del amor a Frodita, concedeme como don, una estatua medio parecida, no, una estatua no, una esposa.
0:10:40 Una esposa medio parecida.
0:10:50 Sáquen, sáquen, Alejandro.
0:10:55 Bienvenido, Rolando.
0:10:56 Y así, y así. Le sigo contando.
0:11:00 Seguimos la próxima.
0:11:02 Concedeme, oh diosa del amor, una esposa medio parecida a esta estatua que tengo aquí.
0:11:08 Cuando volvió a zoobogar, Pink Malion vio que la figura estaba viva, y se unió a ella y tuvieron una hija a la que llamaron Pafu.
0:11:19 Digo, en la intimidad.
0:11:25 Después apareció nuestro amigo Bernard Shaw y escribió Pink Malion, y después apareció Maifern Leidy,
0:11:33 y recibió Rex Harrison y trató de cantar aunque no le salía.
0:11:38 Hacía una especie de degradación que va desde el mito de Pink Malion hasta la película,
0:11:45 no hasta la película que no deja de estar bien, sino más aún los tipos que representan la obra.
0:11:53 Otra historia es la de Anaxareta, que era una doncella de Chipre que descendía de Teutro, que fue el fundador de Salamina.
0:12:03 Bueno, un muchacho de la isla llamado Ifis estaba enamorado de esta doncella Anaxareta,
0:12:11 pero la muchacha se mostraba cruel y esquiva.
0:12:15 ¿Qué quiere que le diga?
0:12:19 Entonces, triste, muy triste, el muchacho, Ifis, se ahorcó en la puerta de la casa de la doncella Anaxareta.
0:12:29 ¡Ay, qué sé!
0:12:34 ¡Ay, qué sé!
0:12:36 Si yo me fuera a orcar delante de la puerta de la casa, de cada una que no me daba olilla...
0:12:41 ¡No tenemos que desquartizar!
0:12:43 ...que estaría colgando de todos los nosais.
0:12:49 Es una guirnalda, sería.
0:12:57 Bueno, y la chica, Anaxareta, en vez de alterarse ante el orcado que colegaba ahí de la puerta,
0:13:06 quiso ver...
0:13:09 Ay, yo hago que pasada por la ventana, que se no le hizo caso.
0:13:12 Si un orcado colegando ahí, cataplin, cataplin, cataplero, y no le hizo caso.
0:13:17 Se asomó por la ventana a ver un desfile.
0:13:21 Entonces, Afrodita, la diosa del amor, ya citada en este opúsculo,
0:13:28 irritada por aquella rudeza, por aquella aspereza, diría Garcilazo.
0:13:37 Y alguna vez con ella también sería notada y la aspereza de que estás armada.
0:13:43 Bueno, al ver aquella aspereza, Afrodita convirtió a la muchacha en una estatua de piedra
0:13:49 en la misma actitud que había tomado para asomarse a la ventana.
0:13:53 A mirar el desfile desdeneando el orcado que tenía colegando.
0:13:59 Desde entonces esa estatua es despreciada.
0:14:02 Y se la llama, la Venus que mira pa' adelante.
0:14:07 Existían algunas estatuas caprichosas.
0:14:13 Finalmente se usa este giro configurando un eipálaje.
0:14:19 Cuando una estatua está hecha de forma caprichosa, se dice que el estatua es caprichosa,
0:14:23 cuando el capricho es del escultor.
0:14:25 Pero bien, en este caso hablaremos de estatuas que tenían la posibilidad de permitirse caprichos.
0:14:31 No hay eipálaje.
0:14:33 Como por ejemplo la estatua de un tal Egestes, que era sacerdote de Danubio.
0:14:38 No de Danubio.
0:14:40 Ni el río de Hungría ni el equipo del Uruguay.
0:14:46 Egestes era el encargado de trasladar las imágenes de los penates desde la Nubio hasta Alba,
0:14:54 una ciudad recién fundada.
0:14:56 Pero parece que Egestes llevaba las estatuas a Alba.
0:15:01 Y a la noche las estatuas se le volvían solas a Danubio.
0:15:05 Estaban la querenciadas.
0:15:07 Volvían para la querencia.
0:15:09 Por sus propios medios, como quien dice, supongo que las estatuas secuestres llegarían más rápidamente.
0:15:21 Eran muchísimas.
0:15:23 Y Egestes, después de haber intentado trasladar las varias veces, imagínense el tipo,
0:15:27 a 20 estatus un día y al otro día estaban todas de vuelta en la Nubio.
0:15:31 Al final se cansó y resolvió establecerse definitivamente en la Nubio
0:15:35 y no llevar ningún estatuaz a Alba, ya que las estatuaz querían quedarse ahí.
0:15:41 Y ahí se quedó y fue feliz para siempre.
0:15:44 Es una linda historia, me gusta eso.
0:15:46 Un estatuaz que quiere ser trasladada y a la noche se vuelve.
0:15:50 Y es más lindo pensarlo con un estatus de Cuestres,
0:15:54 poner el caballo al Coronel Bransen,
0:15:57 que a la noche lo trae al Coronel, de nuevo a la plaza de donde querían trasladarlo.
0:16:03 Y se acomoda otra vez el caballo allí,
0:16:06 incluso sin ninguna intervención del Coronel Bransen para quien todas las plazas son las mismas.
0:16:17 Otra estatua que también insistía en mantenerse en su lugar fue la de Era Arjiva.
0:16:22 Parece que Armete, la hija de Euristeo,
0:16:25 aquel que le impuso los trabajos a Hércules, vivió en Argos.
0:16:30 Arjivo es el gentilicio de Argos.
0:16:33 Y era sacerdotista de la Era Arjiva, es decir, era la mujer de Zeus Arjiva porque estaba en Argos.
0:16:40 Al morir su padre, Armete tuvo que huir de Argos
0:16:46 y se refugió en Samos y se llevó la imagen de la diosa de Era Arjiva.
0:16:51 Mientras tanto, los Arjivos, inquietos por la desaparición de esa estatua,
0:16:56 encargaron a unos piratas del Martirreno que salieran en su busca
0:17:01 y como el Templo de Samos no tenía puertas, quiero decir, que en un Templo abierto,
0:17:05 les fue muy fácil a estos piratas apoderarse de la estatua de Era Arjiva.
0:17:11 Pero cuando quisieron hacerse a la vela, les resultó imposible mover los barcos.
0:17:17 El viento era bueno, hay que decir, pero el barco no se movía.
0:17:23 Comprendieron entonces que la estatua quería quedar en Samos,
0:17:27 la pusieron en el orillo y se las tomaron más rápido que ligero.
0:17:31 Cuando Armete la encontró tirada en la playa, creció que la estatua había llegado hasta allí sola.
0:17:38 No sé por qué, por qué va a creer eso.
0:17:42 Usted encuentra, escúchame, supongas que usted tiene un busto de pancho a sierra en su consultorio.
0:17:51 Desfroy.
0:17:53 Y de golpe lo encuentra en la vereda. ¿Qué piensa?
0:17:57 ¿Quién me la afanó?
0:17:58 Algunos se lo llevó hasta ahí, lo pusieron, piensa, oh, el busto se trasladó solo hasta la vereda.
0:18:04 El caso es que este Armete, que no las tenía todas consigo, me parece,
0:18:10 creyó que la estatua había llegado hasta allí sola y la volvía a poner en el templo,
0:18:14 esta vez atada de pies y manos.
0:18:18 Ah, bueno, eso les llamaban pensar.
0:18:22 Por fin hay que hacer una referencia al paladium, quizá la más famosa de todas las estatua.
0:18:28 Representaba a la diosa Pala Satenea y poseía la virtud de garantizar la integridad de la ciudad que la guardaba.
0:18:38 Y la adoraba, es decir, la tributaba culto.
0:18:42 De este modo había preservado a troya durante 10 años.
0:18:46 Dicen que había caído del cielo y había entrado justito en el templo de Atenea, al cual le estaban haciendo el techo.
0:18:54 Le estaban arreglando el techo.
0:18:56 Es mejor todavía.
0:18:58 Y cayó del cielo justo ahí quedó.
0:19:03 Le cayó el paladium.
0:19:06 Después otras ciudades trataron de apoderarse a aquella figura para garantizar su seguridad.
0:19:12 Así que, si bien era una figura que garantizaba la paz, para procurársela a los distintos pueblos,
0:19:18 se sometieron a las más sangrientas luchas.
0:19:21 Así que el paladium despertó la discordia.
0:19:25 Bueno, me gustaron estas historias de estatua.
0:19:30 Una vez seguiremos con otras más cercanas en el tiempo
0:19:35 y con algunas de la literatura o la filosofía como la estatua de Condi Jack o cosas por el estilo.
0:19:43 A mí me gusta dedicar a Pygmalion.
0:19:47 Y todos los Pygmaliones que se fuerzan en hacer esculpir ellos mismos la mujer que quieren
0:19:56 y las Pygmaliones que de algún modo también construyen el hombre que quiere.
0:20:01 Nada de ir a buscarlo he hecho al hombre.
0:20:04 Lo hacen ellas.
0:20:06 Qué es la única posibilidad.
0:20:09 Sí, por eso está bien que uno se permita arcillar.
0:20:15 No digas, ahí yo soy así.
0:20:17 No, no, no. Cómo me querés.
0:20:19 Quiere que ser proteico y arcilloso.
0:20:23 Me pongo en tus manos. Eso quiere decir el amor.
0:20:25 Aquí estoy. Yo, arcillas en tus manos o Pygmalion.
0:20:31 Modélame a tu gusto y después date en arcillas a mis manos que yo te modelaré al medio.
0:20:44 Eso no está nada más.
0:20:46 No, no es otra cosa.
0:20:48 Era comprar una estatua hecha y ya...
0:20:50 ¡Uff, mira la estatua que me tocó!
0:20:53 La como te la llevaste así.
0:20:55 Sí, pero medio cargosa de abajo.
0:21:04 Lo bueno es que si esta estatua como aquella de la nubio se va,
0:21:09 por ahí va a llevar algún detalle de nuestra mano Pygmalionica,
0:21:15 así como nosotros también llevamos en esto que somos,
0:21:20 algún recodo de nuestro cuerpo y de nuestra alma que ha sido modelado por alguien
0:21:27 que nos ha querido o que nos ha deseado.
0:21:30 Así que puede ser que uno haya modelado alguna
0:21:35 y que algunas nos hayan hecho a nosotros.
0:21:38 No quiere decir que del todo porque en algunos de nosotros anduvieron muchas manos.
0:21:50 Pero está bien, está bien.
0:21:55 Y hay que agradecer a quien se nos dio en Arsilla y a quien nos modeló como Arsilla.
0:22:04 Arrastramos nuestros rasgos, a veces barrocos, otras clásicas y otros románticos que se mezclan.
0:22:10 Se mezcla cada una con chocas.
0:22:12 Pero está bien.
0:22:14 Bueno, usted a quién quiere llegar esto.
0:22:17 Bueno, me gustan mucho los griegos Alejandro.
0:22:20 Y pienso que, como analista se lo voy a dedicar a Freud,
0:22:25 que creo que entendía como los griegos...
0:22:27 La poncho sierra.
0:22:28 Sí, esta cuestión del deseo y de la belleza.
0:22:31 Y Freud en su obra más importante, por respecto a estas cosas,
0:22:35 que es el yo y él y yo, dice el yo es antes que nada un yo corporal.
0:22:39 A veces no le dan mucha bolilla a mis amigos, mis colegas.
0:22:43 Y se le dice antes que nada un yo corporal.
0:22:45 Y qué importante esto del cuerpo.
0:22:47 Y pienso en esto de la perfección, la imagen de la perfección,
0:22:51 que no era la mi nombre alegre, Alejandro.
0:22:54 ¿Y sus soñaban a los dioses, lo más cercano a la perfección, como hombre melancólico?
0:23:00 No por eso menos bello o menos gados al del.
0:23:03 En contrario, por eso más bello.
0:23:06 Bueno, entonces a los griegos.
0:23:08 Y a esta chica, si me permitió usted yo en disidencia con los castigos,
0:23:11 pobrecita que fue hecha, estatua de piedra, la Venus que mira para adelante.
0:23:16 La Venus que mira para adelante.
0:23:17 Solo porque no quiso ver un tarado que se le ahorcó en la puerta.
0:23:19 No, no, no, yo estoy a favor de esa.
0:23:21 Yo estoy a favor de esa.
0:23:22 A mí se me cuelga uno de la puerta.
0:23:25 Y yo me voy a ver en el de file.
0:23:31 Nada, nada se ve esto.
0:23:33 Digo, digo para los que por lo menos no se suicidan en la puerta.
0:23:38 Si uno se tiene que suicidar lejos.
0:23:40 Lejos.
0:23:41 Y se está al modo de disimular este asunto de la causa y efecto.
0:23:45 Claro, que no se asocian por ti.
0:23:47 Si me maté por vos, no te lo voy a decir.
0:23:50 No te voy a decir, no se acose de venir a molestarte posmorten.
0:23:57 Y usted Alejandro, con qué va a mueblar este relato del día de la fecha?
0:24:02 Bueno, ya que hablamos de estatuas.
0:24:04 Vamos a escuchar una huesa muy linda que canta Alfredo Citarroza
0:24:10 y que se llama José Artigas.
0:24:13 Ya que hablamos de estatuas.
0:24:14 José Artigas.
0:24:15 Así que nuestra estatua de hoy es la estatua de José Artigas.
0:24:18 No parece muy bien.
0:24:19 Y dedicamos esta canción de Don Alfredo Citarroza.
0:25:04 Viradita, que te estoy buscando.
0:25:11 Junto a la baseca, Viradita, yo quiero irte andando.
0:25:21 A la huesa primero de José Artigas.
0:25:26 Y sacarte el sombrero cuando lo digas.
0:25:31 La rara y la rara y la rara y la rara y la rara y la.
0:25:35 Y sacarte el sombrero cuando lo digas.
0:25:57 Viradita, oriéntala, lejana y pura.
0:26:01 A la patria cantan así la margula.
0:26:06 No hay majüe ya que dejo que navea Artigas.
0:26:10 Y jugarte el pesejo cuando lo sigas.
0:26:17 Patria sola y patria vitalita.
0:26:23 Patria sola y muda.
0:26:28 Rompete tu silencio, Viradita.
0:26:34 Vamos en tu ayuda.
0:26:38 En tu ayuda y paisanos ponten vaguales.
0:26:43 Vamos mano con mano los orientales.
0:26:48 La rara y la rara y la rara y la rara y la.
0:26:52 Vamos mano con mano los orientales.
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