Transcripción automática
0:00:00 Bien, vamos a contar hoy algunas extravagancias de ciertos filósofos de la Grecia Antigua.
0:00:08 Así que, preparémonos.
0:00:12 Dice nuestro cronista que para estos buscadores de la sabiduría,
0:00:17 la filosofía no sólo implicaba pensamientos, sistemas lógicos,
0:00:23 sino también una forma de vivir y de morir.
0:00:29 Hablaremos de algunos gestos, de algunas acciones de ciertos personajes,
0:00:34 más allá de sus sistemas filosóficos.
0:00:38 Comencemos viendo qué sucedió con Heráclito de Efeso,
0:00:43 poco antes de su muerte, allá por el 480 a.C.
0:00:48 Heráclito, uno de los amigos de este programa, el oscuro de Efeso,
0:00:52 aquel que dijo que no nos variábamos dos veces.
0:00:55 En el mismo río.
0:00:56 No, ahí no llegué.
0:00:59 Aquel que dijo que no nos variábamos.
0:01:03 Heráclito se fue a vivir a las montañas,
0:01:08 como al modo de una heremita, no quería ver a nadie.
0:01:12 La humanidad le producía enorme antipatía,
0:01:16 sostenía que los hombres eran bestias,
0:01:19 remisíbulamente hipócritas, autusos y crueles,
0:01:24 a los cuales no valía la pena enseñarles nada.
0:01:29 Dijo todo esto con un tono muy parecido al de Mario Mactas.
0:01:34 Sus meditaciones están reunidas en un libro titulado sobre la naturaliza,
0:01:40 que cuando estuvo terminado, depositó Heráclito en el Templo de Arte,
0:01:46 la diosa de la gaza, para desesperación de la posteridad,
0:01:51 que debió devanárselo eso para comprender algo,
0:01:53 porque era un libro muy oscuro.
0:01:57 Ahora, bien, según dice Russell,
0:02:00 el desprecio de Heráclito por los hombres era tal,
0:02:03 que escribió de un modo que nadie pudiera comprenderlo,
0:02:06 y ahí el oscuro de Efesor.
0:02:09 Pero también sucede que el libro se fue estropeando,
0:02:13 se fue perdiendo, se fueron perdiendo algunos fragmentos, algunos capítulos,
0:02:21 y entonces es más difícil porque le faltan partes.
0:02:24 O a lo mejor uno piensa que le faltan partes,
0:02:27 y resulta que el libro era así.
0:02:30 Siempre me ha gustado esa idea. Yo he tenido dos ideas en mi vida.
0:02:34 La primera me lo olvidé y la segunda es que los textos de Heráclito
0:02:39 ya habían nacido ruinosos,
0:02:42 habían sido preparados así con astucia,
0:02:45 sorprender a una posteridad que respeta siempre más lo que se ha perdido.
0:02:50 Entonces preparó el libro así, en un lugar de Cusonón, Darnado.
0:03:00 En la montaña habíamos dicho que Heráclito se había ido a la montaña de purabronca,
0:03:05 en la montaña se alimentaba con hierbas recolectadas al azar en sus caminatas.
0:03:13 Es una mala política alimenticia,
0:03:16 como sabe cualquiera que haya leído al doctor Cormillo
0:03:22 el alimentarse con hierbas recolectadas al azar.
0:03:25 Imagínense si cualquiera de nosotros siguiera ese procedimiento,
0:03:29 te sale a caminar por una calle cualquiera,
0:03:34 por la calle Nuestra Señora de la Marseille de Casillo,
0:03:37 y empiece a contar hierbas, no sé, pasto, caléndulas, revienta caballo,
0:03:43 viso colorado, hortigas.
0:03:45 Bueno, el segundo día te morís, te morís, porque con la hortiga te morís.
0:03:51 Bueno, Heráclito decía,
0:03:54 nada puede interponerse entre estas plantas y yo.
0:03:59 Cortarlas no implica el menor comercio entre los hombres.
0:04:03 Y con aquel régimen Heráclito terminó por perder la salud,
0:04:07 como se habló, habíamos advertido nosotros dos oraciones atrás.
0:04:11 L'Àfima que nos tuviéramos nosotros allí en Fesón o la montaña,
0:04:15 porque lo hubiéramos salvado.
0:04:17 En realidad se lincharon las piernas y las manos, por no decir otra cosa,
0:04:22 se lincharon mucho.
0:04:25 Sus tejidos, bueno, me refiero a los tejidos que fueron en el cuerpo humano,
0:04:29 no a las cosas que él tejía.
0:04:32 Recién deliquios, es decir.
0:04:35 Sus tejidos estaban repletos de agua,
0:04:38 sufría de hidropecía sin ir más lejos.
0:04:41 Había que encontrar un remedio antes de que
0:04:44 el alma perdiera la secedad que la constituía
0:04:48 entre tanta humedad.
0:04:50 Eso pensó Heráclito,
0:04:52 y entonces bajó de la montaña
0:04:54 y pidió ayuda a los eruditos,
0:04:56 que según se conjetura vivían al pie de la montaña.
0:04:59 Era fácil encontrar eruditos en la antigüedad clásica.
0:05:03 Basta con recorrer los pies de las montañas.
0:05:06 Bueno, le explicó Heráclito a los eruditos,
0:05:09 a los hombres sabios.
0:05:11 Le preguntó qué debía ser.
0:05:13 Explicó que si el alma era la emanación de un fuego primero,
0:05:17 de un fuego peremne,
0:05:19 mantener la presencia de esa agüita en el cuerpo era perjudicial.
0:05:23 Los sabios lo escucharon y aconsejaron reposo.
0:05:27 Con esa rapidez que caracteriza a los sabios,
0:05:30 ese espíritu práctico que también lo caracteriza.
0:05:33 Repose.
0:05:35 Pero hasta si se muere, por lo menos no nos va a jorabar más.
0:05:39 Heráclito volvió a abandonar la ciudad,
0:05:42 y a ciudad por sus sirvientes,
0:05:45 intentó transpirar bajo el calor del día.
0:05:49 Transpiraba, pero no se curaba.
0:05:51 Finalmente se detuvo cerca de un establo
0:05:54 y dio la orden de que le cubrieran el cuerpo con estiércol
0:05:58 y lo tiraran al sol.
0:06:01 Nadie había ordenado jamás algo semejante.
0:06:04 Salvo a los curos.
0:06:06 Por suerte, ¿no?
0:06:08 Heráclito creyó que cubierto de bosta y al sol,
0:06:11 la humedad de su cuerpo pasaría violentamente hacia la capa de desperdicios.
0:06:16 A esto les llamaban el pensamiento.
0:06:19 Pues bien,
0:06:22 lo untaron con mucho cuidado
0:06:24 hasta que no se vieron más que sus ojos.
0:06:27 Qué bonitos ojos tienes debajo de esa doceja.
0:06:32 Bueno, ahí tirado esperaban que el fuego se apoderara de él.
0:06:36 El fuego debía triunfar siempre.
0:06:39 Bueno, se murió.
0:06:41 Se murió Heráclito aficiado.
0:06:43 Los sirvientes lo abandonaron allí,
0:06:45 incluso tuvieron que defender su cuerpo de los perros,
0:06:47 que se tentaron.
0:06:49 Esta es la historia tremenda de Heráclito.
0:06:52 Pasemos a Aristóteles.
0:06:56 Como bien sabemos, quiso organizar,
0:06:59 antes de morir,
0:07:01 todo lo que queremos hacer es,
0:07:03 antes de morir, no va a organizar uno nada después de muerto.
0:07:07 Pero quiso organizar la totalidad del saber.
0:07:10 Para eso debía trabajar sin interrupciones.
0:07:13 Y comenzó por comer mientras leía.
0:07:16 Bueno, la realidad era lo que hacía era leer mientras comía.
0:07:19 Porque lo que ayudaba verdaderamente al conocimiento era la lectura y no la comida.
0:07:23 Enseñaba,
0:07:25 durante las caminatas,
0:07:27 de un sitio a otro.
0:07:29 Un especie de procedimiento peripatístico.
0:07:32 Pero no hijo de la falta de tiempo.
0:07:35 O mejor dicho, sí hijo de la falta de tiempo.
0:07:39 Y no de la creencia de que un recorrido
0:07:42 era más propicio al aprendizaje
0:07:45 que la permanencia estática en un lugar.
0:07:47 Usted qué piensa como docente, Dorio,
0:07:49 respecto de la peripatella
0:07:51 y de la situación estática del alumno.
0:07:53 Estoy a favor del movimiento.
0:07:55 Y ahora se ha demostrado
0:07:57 que efectivamente la mente funciona
0:07:59 con mucha masaje ya con alguna de estas movimientos.
0:08:01 Es decir, debe el profesor pasearse con los alumnos.
0:08:05 Sí, o a los alumnos.
0:08:07 Es mucho mejor que permanecer en un lugar fijo.
0:08:10 Me parece que se puede alternar incluso
0:08:13 para cambiar un poco los estímulos.
0:08:16 Imagínense que los fontes decía que
0:08:19 lo que mejor garantizaba el aprendizaje
0:08:21 era que los discípulos no vieran al profesor
0:08:24 y se ponían a cortina por lo cual fue el inventor de la clase.
0:08:27 Es una única inconveniente de la educación se moviente
0:08:31 es la variable locación de las casas de estudio.
0:08:35 ¿Dónde estudias?
0:08:37 Yo estudió en la cuarta.
0:08:40 Claro, pero empiezo a estudiar en Puan
0:08:43 y a la tercera clase estoy en Pedro Gollena
0:08:45 y avenida La Plata.
0:08:47 Bueno, así era más o menos la facultad de comunicación
0:08:50 de la UBA cuando empezó.
0:08:52 Era la plaza de la plaza pura.
0:08:55 De todo modo, lo peor me parece que es la mezcla.
0:08:58 Sí, él no sabe el claro.
0:09:00 Por ejemplo, el profesor se mueve y los alumnos permanecen quietos.
0:09:03 O a la inversa que lo más usual
0:09:08 el profesor se queda en clase, pero los alumnos se las toman.
0:09:13 Se dispersan en dirección al baño, a la sala de mapas,
0:09:16 a los armarios, incluso van a la calle
0:09:19 y se van a lugares con maquinitas.
0:09:24 Pero al margen de esta discusión,
0:09:26 Aristóteles quiso organizar la totalidad del saber.
0:09:30 Tenía sobre su mesa varios rollos abiertos al mismo tiempo,
0:09:35 fichas de papillo, siempre preparadas,
0:09:39 dos escriguas a su disposición para dictarle
0:09:42 y para que se fueran relevando.
0:09:45 Se impuso pasar de un estudio a otro
0:09:49 varias veces durante la jornada para evitar el tedio.
0:09:52 Pero eso no alcanzaba para catalogar el saber general.
0:09:57 Para reflexionar y escribir,
0:09:59 no había otro camino que reducir las horas del sueño.
0:10:02 Y entonces inventó un aparato para robarle horas al sueño.
0:10:07 Se trataba de un instrumento de estímulo,
0:10:12 era un mecanismo de despertador
0:10:16 en el que se infligía a sí mismo tensiones
0:10:20 que debían impedir todo el sueño.
0:10:22 Un aparato de tortura.
0:10:24 Aristóteles creía que el alzón no se le podía ganar
0:10:28 una o dos reflexiones más cada día.
0:10:32 A la noche un esclavo, sin siquiera hablarle,
0:10:36 llegaba hasta la mesa de trabajo de Aristóteles,
0:10:38 ahí estaba el tipo,
0:10:41 y colocaba sobre la mano izquierda del sabio
0:10:44 una bola, una bola de bronce.
0:10:48 En el sueño, o mejor dicho en el suelo,
0:10:52 justo donde caía la mano,
0:10:54 perpendicular a la mano del sabio,
0:10:58 había una sartén, una especie de gong.
0:11:01 Cuando Aristóteles se dormía,
0:11:04 la bola caía sobre la lámina de metal,
0:11:07 pero se hizo un ruido, que se yo,
0:11:10 y se despertaba Aristóteles.
0:11:12 A la tercera vez yo lo desnupo al García.
0:11:14 Bueno, a la tercera vez, pero la primera y la segunda
0:11:16 le servían Aristóteles para escribir pensamientos.
0:11:21 Bueno, dicen que una noche la bola cayó contra el metal,
0:11:25 pero el pensador no pudo despertar,
0:11:28 y es que había muerto.
0:11:30 Es triste, ¿no?
0:11:32 Así que no pudo robarle a la muerte
0:11:34 una última reflexión.
0:11:37 Cuentan también que existía un mecanismo
0:11:39 un poco más elaborado,
0:11:41 una especie de reloj hidráulico
0:11:43 que lanzaba esa bola u otra,
0:11:46 vaya a saber, una determinada hora,
0:11:49 para sacar Aristóteles del sueño,
0:11:52 cuando... Bueno, un despertador.
0:11:54 Bueno, hablemos de Platón.
0:11:59 Después de la muerte de Esócrates,
0:12:02 Platón viajó a Egipto,
0:12:04 donde los sacerdotes le abrieron algunos papiros sagrados.
0:12:08 Llegó a Sirenáica, Megá, a Siracusa,
0:12:13 o sea, todos los lugares que no están en Egipto.
0:12:18 Digo, seguro que después de ir a Egipto
0:12:20 habrá ido a otros lugares.
0:12:22 Platón buscaba encontrarse con los pensamientos de Pitágoras.
0:12:27 Sabía que aquel maestro
0:12:29 había detentado conocimientos esenciales
0:12:32 sobre el orden del universo,
0:12:35 sobre su arquitectura interna,
0:12:38 sobre la liberación de la alma, etcétera.
0:12:40 Pero si ya Platón tenía aquella convicción,
0:12:44 enpronamente la tenía,
0:12:46 convicción que todos vinieron a tener en algún momento,
0:12:49 a saber que Pitágoras conocía algunas cosas
0:12:52 que después nadie se hubo.
0:12:54 Pero las enseñanzas, como bien sabemos,
0:12:56 permanecían en el más estricto secreto.
0:13:00 O sea, se sabe el cuidado que tenía Pitágoras
0:13:03 por el secreto.
0:13:05 Recuerde, lo que pasó
0:13:08 con la construcción
0:13:11 de la esfera de 12 pentágonos,
0:13:15 que como todos ustedes saben, es el do de Caedro.
0:13:19 Bueno, los Pitagóricos sabían cómo construirlo,
0:13:23 pero no se lo decían a nadie,
0:13:25 hasta que un discípulo pitagórico,
0:13:29 un arduo alumno de Pitágoras,
0:13:31 que ese nombre se me escapa,
0:13:34 parece que el tipo de balos boliche
0:13:37 y para hacerse pagar copretines,
0:13:39 se jactaba diciendo
0:13:44 y contaba a todos como se hacía un do de Caedro.
0:13:47 Cosas que ahora ya saben todos los alumnos de secto grado.
0:13:50 Bueno, lo saben porque este tipo anduvo batiendo.
0:13:54 Fue condenado, primero,
0:13:58 a una especie de muerte civil,
0:14:00 nadie le hablaba a este hombre
0:14:02 y al final el tipo se suicidó.
0:14:04 Algunos dicen que finalmente
0:14:06 esa era la única preocupación de Pitágoras,
0:14:08 no revelar secretos.
0:14:10 Tanto se preocupaba por no revelar secretos
0:14:13 que casi no había contenido en esos secretos.
0:14:16 No revelaremos secretos.
0:14:20 Bueno, no había, finalmente no había nada que revelar.
0:14:25 Eso suele pasar, suele pasar cuando se reúnen los Pitágoras.
0:14:29 Bueno, Platón estaba cierto
0:14:32 de que Pitágoras algo debía saber.
0:14:34 La comunidad Pitágorica había sido destruida ya,
0:14:38 los alumnos dispersos callaban
0:14:41 y Platón o yo hablar de un cierto filolao,
0:14:44 un médico que parece que había vivido en Crotona,
0:14:48 la ciudad donde Pitágoras estuvo bastante tiempo
0:14:51 y que supuestamente había consignado
0:14:54 lo esencial de las enseñanzas de Pitágoras
0:14:57 en tres obras.
0:14:59 Quiero decir que Fílolao había escrito tres libros.
0:15:02 Parece que nadie los había leído ni visto
0:15:05 y algunos decían que esos libros no podían existir.
0:15:10 Bueno, el griego Dionisio gobernaba Siracusa,
0:15:15 era el tirano de Siracusa.
0:15:17 Platón fue a buscarlo y en la corte de Siracusa
0:15:23 se encontró con un tipo que sabía
0:15:25 donde vivían los parientes de Fílolao.
0:15:28 Fílolao se había muerto.
0:15:33 Bueno, le dijeron dónde vivían los parientes.
0:15:38 Bueno, está Fílolao, no está Fílolao, no está que es yo,
0:15:42 pero conservamos sus recuerdos, sus escritos
0:15:45 y se los mostraron.
0:15:47 Son estos tres rosas.
0:15:49 Cuentan que Platón notó que esta gente
0:15:52 no sabía bien de que se trataba todo aquello
0:15:55 y empezó un regateo, se los quiso comprar.
0:15:59 Dionisio el tirano le había dado 200 talentos para que pagara.
0:16:03 Era muchísimo claro.
0:16:05 Pero los parientes de Fílolao pidieron 700.
0:16:09 Platón enterado de que estos tipos
0:16:12 no sabían muy bien de que se trataban los rollos
0:16:15 ofreció 600 y se los llevó.
0:16:18 Bueno, asustados, incluso los familiares,
0:16:22 porque Platón les contaba que todos los que se enteraban
0:16:25 de los secretos pitagóricos se morían, que se yo,
0:16:28 Platón me dio los asuntos y los tipos largaron los.
0:16:31 Y bueno, era mucho aquí.
0:16:34 Se desprendieron entonces de los saberes secretos
0:16:37 del discípulo de Pitagora.
0:16:39 Platón se retiró de allí creciendo que por un dinero
0:16:43 se llevaba la explicación de los misterios del universo.
0:16:47 Pero llegó a su casa, revisó los rollos
0:16:50 y los rollos no decían más que filadas.
0:16:54 Y así se gastó los 600 talentos.
0:16:57 Le gustó el amigo Platón.
0:17:00 Le gustó el primero, en gastarse 700 talentos
0:17:04 para encontrarse con que en el rollo no había más que aquí nada.
0:17:08 Bueno, estas son las historias de filósofos
0:17:11 de la antigüera griega que hemos glosado hoy.
0:17:15 ¿A quién quiere dedicar?
0:17:17 Estaba pensando, Alejandro, que es tanto lo que le debemos
0:17:21 estos mercados que a veces se perdemos de vista, todo eso.
0:17:25 Primero creo que a lo oscuro,
0:17:28 porque uno de sus amigos que siguen chistes de estilo,
0:17:31 ¿por qué los ricos invitan a los filósofos a sus casas
0:17:34 y no suceden esto a la inversa?
0:17:36 Y la respuesta de estos muchachos era que los filósofos sabían
0:17:39 que lo que querían era plata, en cambio los ricos
0:17:42 nunca iban a saber lo que querían, porque entonces no tenía mayor sentido.
0:17:46 No le hemos citado lo suficiente a amigos sócrates
0:17:49 que imagino la última discusión que tuvo con su mujer,
0:17:52 con la suya sino con la propia, fue al pie de patíbulas
0:17:55 y que se dijo, oh, marido, no puedo soportar la idea
0:17:58 que te vayas a ejecutar sin dilocente.
0:18:01 Y él la miró con destrejo y dijo, ¿qué?
0:18:03 Prefería que fuera culpable.
0:18:05 Esa es una respuesta de un baronje.
0:18:07 Un marido enojado.
0:18:09 Esa es la típica discusión entre maridos.
0:18:11 Entre maridos y mujeres.
0:18:13 ¿Qué preferirías que?
0:18:15 Creo que también debemos dedicarle esto a los amigos árabes,
0:18:18 porque gracias a ellos es que se han conservado
0:18:21 las obras de la mayoría de los filósofos.
0:18:24 Y en general, en los que se han hecho los griegos,
0:18:27 en realidad no es culpa de ellos, sino de quienes nos tomaron
0:18:30 tan el pie de la letra que nos convirtieron en dogma.
0:18:33 Y así fue que la sabiduría de un lugar y tóteles
0:18:36 se recibió a lo largo de los años tan completar
0:18:39 como para que muchos creyeran que el ser humano
0:18:42 se originaba en un omúnculo,
0:18:44 que fueron de las pocas...
0:18:46 Porque la monja tenía cuatro patas.
0:18:48 Porque la monja tenía cuatro patas.
0:18:50 Y pensaba que en estos días
0:18:52 que corren donde está tan degradada esta idea de la palabra
0:18:56 y por eso bienvenida a una cosa como esto en Tecnópolis,
0:18:59 como el Encuenso Federal de la Palabra.
0:19:01 Y lo habría que recordar que esa es la materia, la palabra,
0:19:05 esa es la materia para hacerlo, ya que están hechas las ideas,
0:19:08 el pensamiento y el mundo todo.
0:19:10 Si en las palabras no hay mundo,
0:19:12 sin palabras no hay humanidad, no hay condición humana.
0:19:15 Y lo único posible es esa noche que también hemos conocido
0:19:18 aquí en la patria y en tantos otros lugares,
0:19:21 en tantos momentos realmente oscuros de la humanidad.
0:19:24 Porque digo cuando desaparecen las palabras,
0:19:27 es que se hace la noche.
0:19:29 Cuanto mejor es esa oscuridad,
0:19:31 que seguramente disfrutaban aquellos muchachos
0:19:33 caminando cuando la oscuridad que lo oscuría
0:19:36 era la de la noche de Atenas.
0:19:38 Y Noche de Atenas es un bals filosófico,
0:19:42 una canción de Horacio Petorosi,
0:19:45 dedicada secretamente a los filósofos griegos,
0:19:49 que va a cantar ahora mismo Carlos Gardel.
0:19:52 Es una de las canciones más hermosas que ha cantado Gardel.
0:19:55 Se llama Noche de Atenas.
0:20:19 Noche de Atenas.
0:20:49 Noche divina de ilusión.
0:20:54 Esa furón que me quería,
0:21:01 nunca persé el que bendía.
0:21:07 Le di en un beso,
0:21:11 con toda mi alma,
0:21:15 que interáis yo en mi corazón.
0:21:21 Hoy son tus noches, Atenas,
0:21:29 ven me recuerda en su amor.
0:21:45 Noche de Atenas.
0:21:50 Noche de Atenas.
0:22:09 Y si una noche o de mi arferfida,
0:22:14 Fue un rosa, no yo le esperaba
0:22:23 A la que tan todo su amaba
0:22:29 Corrió una estrella, o pedi que vuela
0:22:36 Con feroe yo nunca voy por Dios
0:22:42 Voy a usar tu noche a Tena
0:22:50 Y me recuerda su amor
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