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0:00:00 Hablaremos hoy, continuando la charla de ayer, una vez, que si nunca lo hacemos,
0:00:05 de las extravagancias de la tarina Ana Ivanovna.
0:00:10 Repito, extravagancias de la tarina Ana Ivanovna.
0:00:16 Ana gobernó Rusia a partir del año 1730, tras la muerte de Sar Pedro II.
0:00:24 Hemos contado que Pedro II, muerto a los 15 años de Viruela,
0:00:29 no había tenido hijos.
0:00:31 Ana era sobrina de Pedro I, el abuelo de Pedro II,
0:00:34 y la elección recasó en ella por decisión del Consejo Ruso.
0:00:39 La verdad es que Ana no estaba preparada para gobernar
0:00:43 y es amado al trono con una sorpresa.
0:00:46 Era viuda, vivía fuera de Rusia,
0:00:49 disfrutaba de los amores de un hombre que se llamaba Jochan Erst Jürgen,
0:00:54 que era de la Vezvalia.
0:00:57 Cuando recibió el llamado al trono, se le indicó a Ana
0:01:03 y debía abandonar a su amante, al Jürgen,
0:01:07 para viajar a Rusia y cumplir con su mandato.
0:01:10 De una carta hice abandonar a Jochan Jürgen
0:01:14 y vení que tenía que gobernar Rusia.
0:01:18 Ana finció aceptar estas indicaciones.
0:01:21 Hizo su entrada en Mojú en febrero de 1730.
0:01:25 Pero no se sumedió en absoluto al poder del Consejo de Estado,
0:01:29 que había sugerido para sí mismo una serie de prerrogativas
0:01:34 para limitar las decisiones de Ana.
0:01:36 Ana llamó a su amante Jürgen para que se reuniera con ella
0:01:41 y en cuanto llegó al trono,
0:01:42 barrió con todo lo que intentaron limitar sus protectades imperiares.
0:01:48 Las eccentricidades anunciadas en el título fueron notables.
0:01:54 Tanto a ella como a su amante les encantaba el lujo,
0:01:58 pero no eran muy estrupulosos en materia de higiene personal.
0:02:03 Dice la crónica que Ana apreciaba que Jürgen
0:02:08 poliera a su dor o a establo,
0:02:11 y mejor todavía a su dor y a establo.
0:02:15 Ella misma se empeñaba a limpiar su piel con manteca fundida.
0:02:22 Y eso le garantizaba un olor en abuseabundo.
0:02:27 Dice la crónica que le gustaba mucho comer y beber.
0:02:30 Era muy alta, le vi entre voluminoso y pecho opulento,
0:02:35 sobre ese cuerpo se alzaba un rostro hinchado y abotagado.
0:02:40 ¡Lindo tipo de señor!
0:02:45 Cuentan que le gustaban mucho los animales,
0:02:48 pero así mismo experimentaba un placer sádico,
0:02:52 matándolos o incluso torturándolos.
0:02:55 Inmediatamente después de ser coronada,
0:02:58 viajó de Moscú a San Peterburgo y se instaló en el Palacio de Invierno.
0:03:03 Así hizo disponer escopetas cargadas en todas las habitaciones.
0:03:08 A veces dominada por un deseo irresistible,
0:03:11 tomaba una de esas armas, se acercaba una ventana
0:03:16 y reventaba algún pájaro de los jardines.
0:03:19 Y le tiraba unos tíos.
0:03:21 Dicen que el humo del apólogo era invadía a los aposentos
0:03:25 y la sarina entusiasmada convocaba a sus damas de honor
0:03:29 y las obligaba a imitarla y así proseguía el tiroteo y la casa de pajaritos.
0:03:37 A veces, a falta de pájaros en los jardines, le tiraban a los cuadros.
0:03:43 Especialmente cuando se trataba de retar.
0:03:45 Siempre cuando le tira con una escopeta un cuadro,
0:03:49 parece más divertido que el cuadro sea de un prócero, de un tipo,
0:03:53 un pariente entonces, del tirazo.
0:03:55 El tirarle a una naturaleza muerta.
0:03:57 No es tan divertido, se asegura la propia sarina.
0:04:03 Dormía así todo el tiempo, pero le gustaba despertarse con un coro.
0:04:09 Entonces llamaba a los gritos a sus damas de honor
0:04:12 y las instaba a cantar alguna canción popular.
0:04:15 Pero esos momentos, esos rastros musicales,
0:04:19 se prolongaban tanto tiempo que las cantantes se quedaban prácticamente sin voz.
0:04:25 Sin embargo, si alguna exhausta desafinaba o se callaba,
0:04:31 Ana se incorporaba y aplicaba a ella misma un nietazo correcto.
0:04:38 Ana no sentía ninguna necesidad de cultivarse
0:04:44 y era muy grosera con los eruditos de su corte.
0:04:48 En una oportunidad, nada menos que el poeta Trediakowsky,
0:04:52 fue invitado a leer ante la sarina unos versos que le pertenecían.
0:04:57 Así redate el propio Trediakowsky en una carta su audiencia de consagración literar.
0:05:05 He tenido el honor de leer mis versos ante su majetal imperial
0:05:09 y tras la lectura he gozado de lincir en favor de recibir una bofetada
0:05:14 de la propia mano de Ana Ivanovna.
0:05:16 Debo lamentar que luego, un escupitaje un imperial mal lanzado
0:05:21 haya dado en la pared en vez de mis olapas que el honor hubiera sido más útculo.
0:05:26 Bueno, mientras Ana se entregaba estas excentricidades
0:05:31 y Johann Bühlen, junto con algunos alemanes,
0:05:34 amigos de él dirigía la política del imperio.
0:05:38 Los viejos bollardos habían sido completamente desplazados del gobierno.
0:05:43 Un día la sarina Ana tuvo la siguiente preocupación.
0:05:46 Como no tenía hijos y no podía tenerlos,
0:05:49 debía encontrar un heredero, alguien aquí encontrar como sucesor.
0:05:53 Si no lo hacía los nombres opositores,
0:05:57 podían complotarse para derrocarla e instaurar un nuevo tal.
0:06:01 Digamos que la figura visible de un heredero limitaba las intenciones de los opositores
0:06:05 de buscarse uno.
0:06:07 Ana Ivanovna tenía una sobrina,
0:06:10 llamada Ana Leopoldovna, que pertenecía lateralmente a la familia Romanov
0:06:17 y que le era muy leal.
0:06:19 Ana eligió a esa sobrina para que engendara al sucesor.
0:06:23 La sobrina de Ana era rubia, tenía 19 años,
0:06:27 se le buscó un novio,
0:06:29 se presentó para casarse con Ana el príncipe Antonio Ulrico de Bergen
0:06:34 de la casa de Brunswick.
0:06:36 La sarina lo observó para adivinar si podía ser capaz de embarazar Ana Leopoldovna.
0:06:42 Dicen que lo encontró demasiado fino y blandengue.
0:06:46 La sarina lo iba a rechastar.
0:06:49 Sin embargo, le sugirieron que se arriesgaran más con ese tipo falta de otro.
0:06:53 Así, Ana Leopoldovna debió casarse con Antonio Ulrico sin conocerlo.
0:06:59 Cuando lo vio, se horrorizó, no le gustó ni un poco.
0:07:03 El casamiento tuvo lugar el 14 de julio de 1739.
0:07:07 La noche de boda fue el desastre.
0:07:10 Las damas más ilustres se acompañaron en cortejo a la casa de la familia Romanovna.
0:07:16 Ana Leopoldovna a la cámara nuvial, allí permaneció con ella como ya es tradicional,
0:07:23 hasta que los esposos comenzaron a abrazarse.
0:07:26 Bueno, después se retiraron y en ese momento cuando todo se fueron, Ana Leopoldovna entró en pánico
0:07:33 y se havió rajando hacia los jardines de palacio.
0:07:37 Allí pasó escondida y sola su noche de casamiento.
0:07:42 Cuando la sarina se enteró de la juga de su sobrina, la convocó y le exigió que cumpliera con su desdad,
0:07:48 con su desdad sin demora.
0:07:50 Reunió otra vez a los esposos y esta vez bajo custodia armada los obligó a amarse.
0:07:57 Amén sen.
0:08:00 Dijo el cierre del batallón que los custodiaba.
0:08:05 Me entras iba siguiendo con el arma los movimientos de los amantes.
0:08:13 En el tiempo conveniente, el 23 de agosto de 1740, nació Ivan Antonovich, que fue declarado sucesor del imperio.
0:08:23 Por esos días, poco después del nacimiento del heredero, la sarina enfermó.
0:08:29 Los médicos no precisaron de qué se trataba la enfermedad.
0:08:32 Algunos decían que tenía una asociación renal a la que llamaban enfermedad de la piedra.
0:08:38 Johann Bjoren aprovechó esta circunstancia para pedirle a su amante ser nombrado regente del imperio.
0:08:45 Si ella estaba enfermada o al tipo de conómbra, la gente amé que para eso soy el que te aceita los patines.
0:08:56 La verdad es que Bjoren quería apoderarse en los negocios del imperio.
0:09:04 La sarina igual le otorgó esa protestar poco antes de morir.
0:09:09 Poco antes de morir le dijo a Johann Bjoren, bueno soy regente.
0:09:13 Murió la mina en octubre de 1740.
0:09:17 La despedida de Anna Ivanovna tuvo algo de que hacer algo.
0:09:23 Conociendo la proximidad de su muerte, dio un largo discurso a los que la rodeaban y lo remató con un adiós a todos.
0:09:34 Y después no volvió a hablar hasta su muerte.
0:09:37 Pero su muerte ocurrió tres días después.
0:09:40 Así que tuvo que permanecer tres días sin decir palabra por haberse anticipado a pronunciar las que tenía por ultimas.
0:09:50 Al día siguiente Bjoren se convirtió, se convirtió en regente.
0:09:55 Cosa que ya era, siguió siendo regente.
0:09:58 La regente estaba enferma la mina.
0:09:59 Habrá siguió regente porque la otra había muerto.
0:10:03 Se le ocurrió que era necesario alejar a Anitta Leopoldovna y Antonio Uldricho.
0:10:13 Los padres iban el sucesor y también el sucesor.
0:10:16 Si los enviaba lejos tendría las manos libres hasta la mayoría de edad del cerevis y del bebé que tenía tres meses pobrecito.
0:10:24 Pero no les fue bien a Johann Bjoren.
0:10:28 Anitta Leopoldovna, a la que todos creían, incluso aquí en el Torconi, Timorata y Dozil.
0:10:34 Todos creíamos que era Timorata y Dozil.
0:10:37 Hizo que el ser la regencia a ella como madre que era de esa regencia.
0:10:41 No es así le dijo a Bjoren.
0:10:42 Escúcheme, y nada más.
0:10:46 En noviembre de 1740 un grupo de guardias irrumpió en el aposento de Bjoren y tras molerlo a palos,
0:10:54 los llevaron desvanecidos a una portalesa.
0:10:59 Era preciso encontrar alguna falta, alguna infracción para encarcelarlo definitivamente.
0:11:06 Entonces se lo acusó de haber precipitado la muerte de Ana Ivánovna al incitarla a andar a caballo con mal tiempo.
0:11:17 Se me ha cambiado el loco.
0:11:21 Le dieron pena de muerte.
0:11:25 Pero después les pareció mucho y la cambiaron por deshierro a Siveria, que es un poco peor.
0:11:32 Y así no volvió jamás Bjoren.
0:11:36 Y fue así como Ana Leopoldovna se convirtió entre gente del imperio
0:11:40 y esperó que su hijo Iván creciera para consagrarlo por fin a Sardarroxia.
0:11:47 Nunca sucedió eso, pero esto pertenece a otra historia.
0:11:51 Nunca fue Sardarroxia el pequeño Ivánov.
0:11:54 Esta historia tiene, me parece a mí, descubrir una moraleza, ¿no?
0:12:01 Cuál es la moralización.
0:12:03 Uno es el novio de la tarina de Rusia y esa mujer no conviene intentar perpetuarse mediante la regencia.
0:12:14 Porque podrían mandarlo a uno a Siveria.
0:12:21 Sí, una moraleza.
0:12:23 Bueno, usted no me gusta mucho.
0:12:25 No es muy aplicable.
0:12:29 Bueno, el poeta Kroyakovsky.
0:12:31 Sí, dice, ¿no?
0:12:33 A la chica del coro que tenían que cantar todo el tiempo.
0:12:35 A la chica del coro que cantaban seis horas seguidas mismas canciones vulgares que le gustaban.
0:12:42 Ya que estaba hablando del coro, mis amigos del coro del barro del Inciero, que también me estuve.
0:12:48 Ahí está, bueno.
0:12:50 Y ya caí un rico a Gnerl.
0:12:52 Ya que se sintió un rico ahí.
0:12:54 Sí, sintió un rico por ahí.
0:12:56 Y como vemos poco se un rico.
0:12:58 La armadura de Gnerl.
0:13:02 Que se fijaba mucho un rico en las mujeres de la región.
0:13:06 No las encontraba muy atractivas hasta que llegó al Paraguay.
0:13:11 Sí, vivió a la guaraníes.
0:13:13 Entonces se enamoró para siempre.
0:13:15 Así que muchas gracias al Paraguay también.
0:13:17 Hemos ido a la discoteca donde se nos ha entregado el disco que en alusión a esta gentusta que se disputaba el imperio se llama Malajunta.
0:13:34 Están con Malajunta que compuso Julio de Caro tiene una relación con Ana Ivanova, con su amante y con tantos malandres.
0:13:48 Eso es con otros malandres que no hemos nombrado.
0:13:52 Bien, Malajunta lo escucharemos.
0:13:54 Será interpretado por el sextito del propio autor.
0:14:01 No pese, espero que esta sea una versión que no me desmienta porque hay varias versiones en Malajunta.
0:14:07 Que hay aquí coros desiludidos e incluso de carcajadas.
0:14:13 Los correspondientes de bandoneónes, violines y tianos que encontraron su pero también personas que se ríen.
0:14:21 Desde luego son los mismos ejecutantes.
0:14:24 Estas estresas humorísticas en el tango se han perdido.
0:14:30 Los músicos del tango son graciosos después que terminan de soncar.
0:14:36 Solamente.
0:14:38 Bueno, Malajunta por favor, trenate.
0:17:53 Hemos acusado a Julio de Caro y su orquesta típica interpretando desde Caro, Lawrence y Begich Malajunta.
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