Transcripción automática
0:00:00 Cada tanto contamos algunas historias que tienen que ver con extravagancias médicas de otros tiempos.
0:00:09 Digo yo, ¿y qué disco pondremos hoy?
0:00:12 A ver, no sé, de alguna manera lo van a dar.
0:00:17 ¿Discos, finalmente?
0:00:19 O no estabas.
0:00:20 ¿Usted rara que yo voy a verificar todo?
0:00:23 Vaya a preguntar si estabas, porque me parece que no estabas, ¿eh?
0:00:26 Un momento, se suspende el programa.
0:00:29 No lo suspende.
0:00:30 No supe en el programa, sí.
0:00:31 Porque me parece que no estaba adentro.
0:00:35 Estaba en la cajita vacía.
0:00:37 Ayer estaba en la cajita vacía.
0:00:40 Oí está.
0:00:41 Porque yo muchas veces traigo cajitas vacías sin disco.
0:00:44 Y a veces en mi casa me pongo a escuchar cajas vacías.
0:00:47 ¿Qué es el disco?
0:00:50 Simplemente, miro el disco, me acuerdo de la impresión pretérica que se dan o esa canción me han causado.
0:00:57 ¿Ahá?
0:00:58 Y listo, en 10 segundos tengo escuchada una sinfónica.
0:01:02 ¿Quién da nombre por un caso?
0:01:03 Me pongo el lindo que era esto, eh, y lo sigo.
0:01:05 Y así dispongo de más tiempo para otras cosas más importantes que la música, por ejemplo la cumbia.
0:01:18 Aquí cada tanto contamos historias, como ya dije, relacionadas con médicos,
0:01:25 con formas escravagantes de curar, historias de vendedores de elixir, de sacamuelas, supuestos sabios.
0:01:35 Y hoy tenemos algunas, eh.
0:01:38 Podríamos auspiciarla con aquellas empresas que nos cuidan, si no fuera porque nos cuidamos solo.
0:01:46 Es totalmente.
0:01:48 Bien, el primero, el primero de los médicos heterodoxos es un español llamado José Recuero, que vivió en el siglo XVIII.
0:02:01 Era ciego, digamos, para empezar.
0:02:04 Su prodigiosa habilidad como médico era reconocida en Villa de la Mancha y también en los campos de Calatrava y Montia,
0:02:14 y que son más o menos del mismo lugar.
0:02:17 Aseguraba a los vecinos de esa región que Recuero era muy ágil de manos para tocar la vihuela y que podía curar con la música a los enfermos.
0:02:29 Y lo hacía tocando jotas, fándangos y seguidillas.
0:02:35 Pero donde con más asombro se veía la eficacia del doctor Recuero, era en el tratamiento de las picaduras de las tarántulas,
0:02:45 que como ustedes saben producen un mal horrible, que en aquel tiempo se conocía con el nombre de Tarantismo.
0:02:52 El doctor Francisco Sidd, miembro de la Academia de Madrid y médico titular del cabildo de Toledo,
0:02:58 escribió un libro para demostrar con curiosos datos que el tarantismo se curaba con la música al modo como se hacía en la pulia en Italia.
0:03:09 En esta obra, en este libro, se decía que en la mancha había muerto varios por no encontrar quien les tocase la tarantila o por haber llegado tarde el que la debía interpretar.
0:03:22 El ciego, José Recuero, había viajado a Italia y se había instruido en todas las tarantelas que se tocaban en aquel país para poder curar a los picados españoles.
0:03:36 Lo que se dice un viaje de estudios medicinales.
0:03:40 En febrero de 1783, el noble Manuel de Córdoba sufrió una picadura. Muy bien, lo picó una tarántula.
0:03:50 Ya estaba en su última confesión, el tipo, cuando se acercó el doctor José Recuero.
0:03:56 Viste la crónica que Recuero peló la viola y empezó con un fandango.
0:04:01 El enfermo permaneció quieto hasta que inició una tarantela.
0:04:06 Entonces Manuel de Córdoba empezó a bailar y sin perder el compás parecía el más diestro bailarín, el que nunca había bailado.
0:04:14 Los presentes se reían al ver los movimientos de aquel hombre.
0:04:20 José Recuero hizo bailar al enfermo toda la tarde y el enfermo sano.
0:04:26 Yo no creía al principio, pero ahora después de leer esto, no puedo menos que asombrarme.
0:04:33 El método de Recuero fue famoso y muy solicitado, tanto que el rey Carlos III lo llamó cuando enfermó.
0:04:42 Y el ciego Recuero tocó para el rey algunas músicas durante un largo rato, pero fue en vano, porque al rey no lo había picado ninguna tarántula.
0:04:55 Tanto es así que se murió.
0:04:59 Otra picación funcionaria.
0:05:01 Se murió por no haber sido picado por una tarántula.
0:05:05 De lo contrario se hubiera curado.
0:05:07 Y si no se salvaba.
0:05:08 Bueno, otro asunto.
0:05:10 Un cirujano poco escrupuloso del siglo XVIII, esta vez en Francia, fue el señor Jacques Bollier, más conocido con el nombre de Frère Jacques.
0:05:21 Dice que operaba los cálculos hepáticos de un modo sorprendente.
0:05:29 Lo notorio es que el método de Jacques era muy grosero y muy poco científico.
0:05:38 Y era uno de los pocos que en aquella época se atrevían a hacer esa operación, digo la operación de cálculos hepáticos.
0:05:49 Los conocimientos de anatomía de este hombre eran producto de una anterior profesión.
0:05:57 Frère Jacques había sido verdugo.
0:06:01 Casi fue uno de los que diseñaron la muerte de Damien, aquel que había intentado matar a Luis XV.
0:06:09 Diceñaron porque fue una muerte muy preparada, muy teatralmente preparada.
0:06:15 Primero le arrancaron una cosa, después otra.
0:06:20 Le correadon la mano al pescüe.
0:06:23 Había que diseñarla para que el tipo no se muriera antes de finalizar la función.
0:06:30 Bueno, esto le proporcionó a este hombre profundos conocimientos de anatomía.
0:06:35 El mariscal Duque de Lorre supo de estas habilidades y lo hizo llamar.
0:06:41 El Duque creía sufrir de cálculos hepáticos muy cautos antes de entregarse al cirujano, cudgó conveniente ponerlo a prueba.
0:06:54 Entonces se buscaron en París 22 enfermos del mal de la piedra, que así se llamaba entonces y también ahora esta enfermedad.
0:07:03 Estos 22 enfermos fueron llevados al parácio del Duque y operados por Jacques ante los ojos de los médicos del rey.
0:07:12 Estos médicos informaron que las operaciones habían sido efectuales horriblemente, pero que todos los afectados se habían curado en pocas semanas.
0:07:25 Más cauto aún el Duque hizo firmar a Jacques una nota conforme a la cual debía responder con su muerte si algo salía mal.
0:07:37 Y el tipo firmó, Jacques firmó y tuvo lugar la operación y fue un desastre.
0:07:46 El cirujano estimó que al Duque no le quedaría mucho tiempo de vida y entonces tuvo la siguiente idea para salvar la propia.
0:07:55 Se le acercó alegremente y le comentó al enfermo que tenía quizá su último minuto de lucidez que los resultados habían sido magníficos.
0:08:05 Y el mariscal Duque de Lorre se puso contento por un momento y rompió aquella carta que había firmado Jacques y al otro día se murió.
0:08:16 Se dice que este hombre, en Fred Jacques, terminó sus días en Rusia, pero no se dice cómo. Probablemente se murió.
0:08:26 Es una manera bastante común determinar los días de una.
0:08:32 A comienzo del siglo XIX, y esta es otra historia, un médico de Mustang llamado Enrique Cochaussan tenía la siguiente teoría.
0:08:44 Consideraba que el aire que los pulmones expelían estaba saturado de toda clase de emanaciones y de átomos absorbidos en el interior del cuerpo.
0:08:57 Y tiene muchas razones.
0:08:59 Así de acuerdo con la experiencia, el aliento del enfermo te enfermaba. Era infeccioso.
0:09:06 Y hasta así, bueno, todo era más o menos pertinente.
0:09:10 Pero Cochaussan también aseguraba que el aliento de una persona sana debía contener elementos vigorizantes, algo así como antimicróbios.
0:09:21 Si el enfermo te larga podre d'umbre, el sano te vigoriza.
0:09:28 Bueno, entonces pensó que si el aliento de las personas sanas era inhalado por algun otro, ingresarían estos elementos vigorizantes a la sangre y todos terminaríamos jóvenes contentos y felices.
0:09:40 Cochaussan aseguraba que el más poderoso bálsamo vivificador era el aliento de las muchachas jóvenes, en lo cual no le faltaba razón.
0:09:52 Cochaussan decía haber comprobado que al entrar ese elemento esencial en el torrente sanguíneo de un hombre mayor o enfermo, renovaba la sangre cansada y aceleraba el movimiento de impulso.
0:10:07 Me gustó sangre cansada.
0:10:10 Es una figura interesante.
0:10:12 Es más interesante desde el punto de vista poético que médico. La sangre cansada que llega casi como pidiendo permiso a la serida.
0:10:20 Sigue tarde y sale con morosidad.
0:10:24 No se desangraman.
0:10:28 El caso es que este hombre, el Cochaussan, citaba textos antiguos para adornar su teoría acerca de los aires rejuvenecedores.
0:10:41 Ahora me imagino citado a la zulaminita en todas esas cosas.
0:10:45 Plinio contaba que en el extremo más alejado de la India vivían hombres que carecían de boca y que no comían y no bebían, pero se mantenían vigorosos oliendo.
0:10:59 Tenían nariz y entonces olían el perfume de las flores.
0:11:04 Bueno, este maravilloso texto era citado por Cochaussan.
0:11:10 Las teorías de este hombre tuvieron un éxito efímero.
0:11:14 Cuando se publicó una edición inglesa de sus escritos, algunos médicos londinenses aplicaron a sus pacientes este método.
0:11:25 Hicieron que los hombres débiles por enfermedad OVGS recibieran el aliento de algunas muchachas que eran especialmente contratadas para ese efímero.
0:11:35 Debió ser algo digno de verse.
0:11:37 Los tipos ahí me dio tan variándose y las menas...
0:11:43 Los resultados no fueron los esperados.
0:11:46 Los esperados.
0:11:49 Depende de lo que uno esperaba.
0:11:52 Acá quiere decir que los tipos no se curaban, pero en realidad yo hubiera esperado precisamente eso.
0:11:59 No se curaron.
0:12:01 Incluso parecieron quienes olvidándose por completo de los fines del tratamiento pagaban, no ya para curarse, sino porque les gustaba que los soplaran.
0:12:10 Bueno, entonces llegaban y decían, a ver, hágame soplar un rato que me siento un poco caído.
0:12:16 Y ahí estaban, tenían las minelas sopladas.
0:12:20 No sabemos qué fue el extraño doctor Cochaussan.
0:12:25 Bueno, y aquí termina esta sección de disparates médicos.
0:12:29 Podríamos.
0:12:30 A grandarla.
0:12:31 Me acuerdo en este momento de los Reyes de Francia que curaban las escrófulas por imposición de manos.
0:12:42 Se creía que el Rey de Francia por ocupar ese lugar ya era el...
0:12:49 No era la persona, sino el título de Rey de Francia y que curaba las escrófulas.
0:12:56 Entonces vos eras escrofuloso y vos si te hacías poner la mano en la llaga por el Rey de Francia y te curabas.
0:13:04 Incluso el Rey tenía un día al año en el que recibía todos los escrofulosos del reino.
0:13:09 Entonces iba, los tocaba todos y todos se curaban y eran felices para siempre, supongo yo.
0:13:14 Y por algunos que por algún error de procedimiento o por alguna cuestión excepcional no se curaba.
0:13:31 A José Recuero, Alejandro.
0:13:33 A José Recuero.
0:13:34 Sí, que no sería mucha medicina pero era guitarrista.
0:13:36 Yo tocaba, sí, no.
0:13:40 Los médicos argentinos que son los mejores del mundo o los enfermos argentinos que también son...
0:13:46 Los mejores del mundo.
0:13:47 ...requeridos en todos los hospitales y triunfan en todas partes.
0:13:53 El argentino triunfa en todas partes.
0:13:57 Y no puede hacerlo como médico, al menos triunfa como paciente.
0:14:01 Y como enfermo.
0:14:05 Entonces vamos a homenajear al doctor José Recuero.
0:14:09 Y ya que el tipo tocaba la guitarra y curaba a los que habían sido picados por las tarantelas.
0:14:14 En realidad siempre creímos que era al revés la cosa, ¿no?
0:14:17 Que no es que se curaran bailando sino que...
0:14:21 Que era la manifestación sintomática de la enfermedad.
0:14:25 Que era picado por una tarantela.
0:14:26 ¿Por una tarantela? No.
0:14:27 Por una tarantula.
0:14:28 Realidad.
0:14:29 Las tarantelas suelen no picar.
0:14:33 Ser picado por un paso doble debe ser.
0:14:35 Sí, se la regalo.
0:14:36 En cualquier caso, quienes eran picados por esos feroces arácnios.
0:14:41 Se movían de modo tal que los chuscos decían,
0:14:45 mirálo a ese, parece que estuviera bailando la tarantela, parece.
0:14:49 Y de este lejano parecido, porque no creo que los enfermos dieran palmas debajo de las piernas en alto.
0:14:58 Aunque las abrieran y cerraran con las manos en la cintura,
0:15:01 todos estos pasos básicos de la tarantela.
0:15:04 Vamos a empezar a enseñar tarantela aquí.
0:15:07 Por radio.
0:15:08 Por radio, para que el que habiendo sido picado por una tarantula,
0:15:11 quiera enfatizar su mal ante sus familias.
0:15:13 Sí, sí, vamos a decir cómo corresponde.
0:15:18 Bien, esto era el dato que teníamos nosotros,
0:15:21 pero acá se nos dice que no, que en realidad es la forma de curarse.
0:15:25 Ya que este hombre curaba tocando la tarantela y tocando la guitarra,
0:15:32 escucharemos el tango que se llama la guitarrita,
0:15:34 y que fue compuesto por Eduardo Arola pensando en el doctor Recuero
0:15:39 y en las virtudes terapéuticas de un buen solo de guitarra.
0:15:45 Lo toca precisamente en guitarra el amigo Juanjo Dominguez.
0:16:24 En el caso de la guitarra,
0:16:26 el amigo Juanjo Dominguez,
0:16:28 que es el único que ha hecho el solo de guitarra,
0:16:31 que es el único que ha hecho el solo de guitarra,
0:16:34 que es el único que ha hecho el solo de guitarra,
0:17:42 que es el único que ha hecho el solo de guitarra.
0:17:46 En las Venganzas de laTerraering me hemos escuchado
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