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25 de Mayo de 2009

falsos alquimistas

Transcripción automática

0:00:00 Señores, hablaremos esta noche de falsos alquimistas. Atención a aquellos que están a puntos de ser sorprendidos en su buena fe por un falso alquimista.
0:00:11 Este es un catálogo. En la China, la piedra de Jade era atributo del emperador y emblema del poder.
0:00:20 Se creía que además de belleza poseía esta piedra poderes extraordinarios.
0:00:27 Para los alquimistas chinos, el Jade era el elemento principal en el preparado de elixires de la inmortalidad.
0:00:35 Si vos querías preparar un elixir de la inmortalidad, el principal ingrediente era el Jade.
0:00:41 Algunos emperadores chinos mandaron a sus generales a buscar las islas de los inmortales,
0:00:50 que era como hemos dicho alguna vez aquí, unas islas muy lejanas donde crecian unos durazneros que daban duraznos cuya ingesta provocaba la inmortalidad.
0:00:58 Otros buscaron en su propia corte, sin hacer expediciones, la fabricación del elixir de la inmortalidad.
0:01:10 Los alquimistas chinos desdeñaban la transmutación.
0:01:14 Más que buscar la piedra filosofal y más que convertir los objetos en oro, buscaban hacerse inmortales.
0:01:20 Si guantí aquel emperador que construyó la muralla china y que abolió la historia decretando que el tiempo comenzara justamente con su reinado,
0:01:32 aquel que quemó todos los libros para que el pasado dejara de existir,
0:01:38 aquel que construyó un edificio con 365 habitaciones para dormir cada día en una habitación distinta y engañar a la muerte,
0:01:47 aquel mismo trató de encontrar un elixir de la inmortalidad.
0:01:54 Pero el que tuvo más suerte fue el emperador Wu Wang en la antiquísima dinastía Zhou, en realidad no era tan antigua,
0:02:03 pero allí vivía el alquimista Xu Xian.
0:02:06 Este hombre había sido apresado por falsificar, no sé qué, y para evitar su ejecución,
0:02:13 Xu Xian prometió al emperador conseguirle la vida eterna.
0:02:18 El emperador naturalmente aceptó la propuesta, le perdonó la vida y empezó a probar los brevajes que Xu Xian le preparaba.
0:02:27 La única posibilidad de corroborar la buena marcha de los procedimientos de Xu Xian era vivir más tiempo de lo que los hombres vivían.
0:02:36 Así el emperador Wu Wang esperaba que su propia longevidad viniera a darle esperanza.
0:02:43 Cuanto más tiempo pasaba, más esperanzado estaba el emperador en vivir más.
0:02:49 Otro día más que no me muerto era un recorrido hacia la inmortalidad.
0:02:55 Unos cuarenta años después de ingerir las primeras medicinas, sucedió algo que lo hizo sospechar que había sido engañado al emperador.
0:03:06 Xu Xian, el alquimista, murió.
0:03:14 Wu Wang empezó a sospechar.
0:03:17 Si el tipo que te vende el suero de la inmortalidad se muere, algo malo está sucediendo.
0:03:24 Pero certificó estas sospechas cuando llegaron los primeros achaques de la vez.
0:03:31 Wu Wang, entonces, hizo exhumar el cuerpo del alquimista, Xu Xian, y lo mandó a de capital.
0:03:42 Porque ahí sí había comprobado el engaño.
0:03:46 Y después de ese esperado, le cortó la cabeza para un acto de justicia.
0:03:53 Después de ese esperado se fue hasta el taller del alquimista, revolvió los cajones y encontró una piedra dejada de enorme tamaño y se la comió.
0:04:03 Se trago la piedra dejada, una piedra como de 5 kilos.
0:04:08 Y el emperador Wu Wang murió.
0:04:11 También murió a fixeado porque se traguó una piedra de caja.
0:04:16 De cálculos renares.
0:04:18 Y esta es la historia del primer falso alquimista.
0:04:21 Otro alquimista fue Edward Harald.
0:04:26 Nos ubicamos en la Corte Inglés en el siglo XVI.
0:04:29 Por esos tiempos trabajaba allí en aquella corte.
0:04:32 El erudito John Dee, conocido por todos ustedes, era matemático, astrónomo, constructor de automatas, traductor, etc.
0:04:41 Dee había sido también espía de la reina Isabel y además decía que podía hablar con los ángeles.
0:04:47 Cuenta la historia que el 25 de mayo de 1561 se presentó ante John Dee un ángel.
0:04:54 Un ángel que le regaló una piedra muy pulida.
0:04:58 Y el ángel explicó a Dee que si miraba esa piedra quietamente podía comunicarse con otros ángeles.
0:05:05 Pero para mirar esa piedra se necesitaba otra persona, un ayudante.
0:05:10 Un ayudante que mirara la piedra mientras el mago hacía otras operaciones que el ángel le explicó.
0:05:20 Un día contrató un ayudante para que lo ayudara en estas cuestiones.
0:05:26 Se llamaba Edward Kelly Talbot.
0:05:29 Lo contrató para que tomara nota, para que anotara lo que los ángeles vinieran a decir y empezaron la conversación.
0:05:38 Dee hacía unos pases en el atanor, mezclaba unas cosas, aspiraba unos humos
0:05:50 y Edward Kelly miraba la piedra y le cantaba lo que los ángeles le decían.
0:05:55 Dicen algo los ángeles. Sí, le decía Edward Kelly.
0:05:58 Y le dictaba cualquier cosa, porque a desabérase que este Kelly Talbot era un estafador.
0:06:06 Y le empezó a dictar a Dee cualquier cosa.
0:06:09 Ya había sido estafador antes, Edward Kelly Talbot.
0:06:13 A los 20 años le habían cortado las orejas por falsificar un título de nobresa.
0:06:18 En cierta ocasión llegó a comunicarle a Dee que un ángel le había pedido dinero prestado.
0:06:26 Dee le dio plata para que Talbot le saliera a los ángeles.
0:06:32 En otra ocasión Talbot le declaró a Dee que el alcángel Uriel le hablaba.
0:06:38 Dee entonces lo llevó a vivir a su casa.
0:06:42 Y ahí Talbot continuó dictando falsedades durante años.
0:06:45 Además, poco le costó seducir a la mujer de Dee y arruinarlo económicamente.
0:06:52 Un amigazo.
0:06:57 Para convocar a los ángeles Talbot, Edward Kelly Talbot, chiflaba.
0:07:04 Le decía que la mejor manera de convocar a un ángel era Silvar.
0:07:13 Y el ángel venía.
0:07:15 Bueno, por suerte un día se fue a Praga para continuar así con sus estafas.
0:07:20 Llegó Talbot a la corte de Rodolfo II diciendo que tenía unos polvos capaces de transformar en oro cualquier metal.
0:07:28 Talbot realizó públicamente algunas acciones de transmutación frente a un gentío que lo miraba en la aplaudiría.
0:07:35 Y era real lo transformaba?
0:07:37 En realidad no. Parecía que sí, pero no. Con una libra de plata y su media libra de oro puro.
0:07:42 La verdad es que los polvos mágicos que él tenía no eran otra cosa que polvo de oro.
0:07:48 Que revestía todo aquello que se fundía con él y le daba un aspecto a Aureo.
0:07:53 Rodolfo el emperador se impresionó y presionó a Talbot para que realizara aquella mezcla mágica.
0:08:00 Talbot fue preso, pero no porque se hubiera descubierto su mentira, sino porque se negó a entregar los polvos mágicos y entonces lo encerraron en un castillo.
0:08:11 Un día quiso huir y fabricó una soga para descolgarse por la ventana de su calaboso.
0:08:16 Cuando le extendió y se colgó para escapar, la soga no resistió su peso porque era gordo.
0:08:23 Y Talbot cayó sobre el suelo desde 25 metros.
0:08:28 Y chau, se murió.
0:08:30 Sin embargo, todavía el emperador Rodolfo creía en los poderes de Edward Kelley Talbot.
0:08:36 Requisaron sus pertenencias para ver si se podía encontrar alguna indicación acerca del escondito de los polvos mágicos, pero nunca encontraron nada.
0:08:45 El último estafador alquimista era Johann Friedrich Wodger, que nació en Alemania en 1675 y fue aprendiz de Boticario.
0:08:57 Un día un tipo le entregó un frasco de pintura roja.
0:09:01 Un tipo cualquiera.
0:09:03 Alguien que decía ser mago.
0:09:05 Y con esa pintura convirtió en oro dos onzas de mercurio.
0:09:11 Pronto el rumor llegó hasta el rey Federico I, que quiso conocer a este muchacho.
0:09:17 La aprendí.
0:09:18 Antes de que el rey pudiera verlo, Wodger empezó a escaparse, a eludirlo.
0:09:22 Federico prometió una recompensa a quien lo atrapará, ordenó a los guardias que lo buscaran.
0:09:28 Y así empezó una disputa por aquel muchacho que podía convertir otros metales en oro.
0:09:34 Pero otros reyes se enteraron de la historia y empezaron a buscarlo por su cuenta.
0:09:39 El rey polaco, el príncipe de Zajonia, Augusto el fuerte, todos buscaban a Wodger para que empezara a convertir los metales modestos en oro.
0:09:49 Finalmente lo encontró Augusto y lo encerró en la fortaleza de Koninstein.
0:09:54 Así lo tuvo dos años tratando de que empezara a trabajar, pero Wodger no hacía nada.
0:10:00 Un día hubo una batalla en la fortaleza y Wodger aprovechó para escapar, pero fue apresado nuevamente
0:10:07 y se lo entragaron a Augusto, quien le dio la última oportunidad de probar sus habilidades.
0:10:13 Wodger no sabía qué hacer.
0:10:15 A fines de 1707, después de algunos experimentos, la realidad no tenía idea de nada, el pobre tipo.
0:10:21 Concibió fabricar, de pura casualidad, una porcelana medio marronsica.
0:10:28 Augusto el fuerte tenía un amor casi enfermizo por el oro, pero también adoraba la porcelana.
0:10:37 Vio la porcelana que había hecho Wodger y le pareció muy linda.
0:10:43 En realidad era de una calidad notable, tan notable que Augusto vendió la fórmula para hacerla por millones.
0:10:52 Al poco tiempo Wodger hizo a Augusto una confesión.
0:10:56 Le dijo que no tenía idea alguna sobre la fabricación de oro, pero Augusto le dio la libertad con una sola condición,
0:11:03 que nunca le dijera a nadie el secreto de la fabricación de porcelana.
0:11:09 Wodger accedió, pero nunca cumplió su promesa.
0:11:13 En 1718 vendió el secreto de la fabricación de porcelana a un consejero de la Corte que fundó la fábrica Vienesa de Porcelanas a Ugante.
0:11:26 Wodger murió en Dresden a los 37 años de edad en 1719, lleno de lista.
0:11:33 Ah, la vendió bien la porcelana.
0:11:36 La porcelana, la buena, eh.
0:11:43 En más cara que el oro.
0:11:45 ¿Y cómo es la fórmula de la porcelana?
0:11:47 No me la dicen, acá es el equipo de producción. Se ve que se la agarraron para ellos.
0:11:52 Bueno, lindas estas historias. Me gustan las historias de los tipos que buscan una cosa y encuentran otra.
0:11:59 Eso es el descubrimiento que se hacen por casualidad.
0:12:01 Que son todos. A mí me dijeron que todos los grandes descubrimientos se hacen por casualidad.
0:12:06 Los más importantes?
0:12:07 No, todos, todos armed.
0:12:09 Hay que por ejemplo dice que un día se sentó arriba una lapicera.
0:12:13 Y cuando se levantó había escrito la célebre fórmula...
0:12:16 No, no, no, no le demandó otra vez.
0:12:19 Ah, la materia.
0:12:20 ¿Y cómo le escribió?
0:12:21 Sí, ¿cómo le escribió?
0:12:22 Con la cualidad. Se sentó arriba una lapicera y se movió un poco, nada más, como cualquiera.
0:12:28 Bueno, hemos ido a la discoteca a buscar un disco de alquimistas truchos.
0:12:35 El discotecario...
0:12:37 Difícil el tema, para difícil.
0:12:40 Igual el discotecario no entendió nada de lo que le decíamos.
0:12:43 Lo único que le gustó fue que Edward Kelly Talbot chiflaba para hablar con los ángeles.
0:12:53 Y entonces me dio un lindo tanguito que se llama Silvando
0:12:59 y que escucharemos en la versión de Aníbal Troilo con Roberto Grela.
0:13:03 Adelante, por favor.
0:13:52 Y ya sabéis, el disco de la discoteca es el que le ha hecho el
0:13:59 discotecario.
0:14:00 Y ahora, por favor,
0:14:02 lo que le ha hecho es que el disco de la discoteca
0:14:05 se le ha hecho el disco de la discoteca.
0:14:07 Y ahora, por favor,
0:14:09 lo que le ha hecho es que el disco de la discoteca
0:14:12 se le ha hecho el disco de la discoteca.
0:14:16 lo que le ha hecho es que el disco de la discoteca
0:14:19 se le ha hecho el disco de la discoteca.
0:15:47 Opera de la John yummy
0:15:49 flop
0:15:51 جرối
0:15:53 Taran
0:15:58 General
0:16:00 culcap
0:16:03 jol
0:16:06 jol
0:16:07 swas
0:16:08 jol
0:16:09 roberto

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