Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos hoy de falsos alquimistas que son los únicos que hay.
0:00:07 Hemos contado en este programa varios casos en los que hombres poderosos, príncipes fueron
0:00:15 engañados por falsos alquimistas.
0:00:18 En general, los príncipes crédulos esperaban que, por ejemplo, un bloque de hierro se transformara
0:00:28 en oro o monedas de metales bajos se volvieran riquezas áureas.
0:00:36 A veces los falsos alquimistas eran descubiertos en su engaño, pero a veces no.
0:00:46 En la antigüedad, los alquimistas no les decían a sus favorecedores que un metal rústico iba a volverse
0:00:53 oro, marceda sus procedimientos.
0:00:56 Los alquimistas antiguos y sus señores eran menos ambiciosos, pretendían unas transmutaciones
0:01:04 imperfectas, parciales, que daban como satisfactorias.
0:01:09 Era más o menos así en el asunto.
0:01:11 En Europa, en la época de los primeros alquimistas, se creía que diversos objetos de la naturaleza
0:01:20 eran vivos y en desarrollo.
0:01:23 Por ejemplo, los metales.
0:01:26 Los alquimistas creían que los metales eran organismos vivos que progresaban gradualmente hacia el estado
0:01:32 perfecto que debería ser el oro.
0:01:35 El oro finalmente era cuestión de progreso.
0:01:38 Hoy era roce, se mañara plata y allá en el futuro oro.
0:01:44 Pensaban que ese desarrollo de ese progreso podía acelerarse.
0:01:52 Esos creían que se debería aislar lo que se llamaban el alma del oro y transferirla a los metales
0:01:59 vicios.
0:02:01 El alma de un metal se emanetaba sobre todo en el color, decían los alquimistas.
0:02:06 Entonces lo que hacían era tejir metales con tintas doradas y de ese modo estaban seguros
0:02:13 de acelerar el proceso de transmutación.
0:02:18 Y eso era todo.
0:02:20 Si vos conseguías que un pedazo de hierro tuviera un aspecto agro ya demasiado.
0:02:27 Ya estaba.
0:02:34 Nadie quería enriquecer si solo querían acelerar un proceso que de todos modos sabían que duraba siglos.
0:02:43 Pero con el tiempo se dejó de oporgar valor a estas almas áureas, dejó de creerse en la espera de procesos naturales de transmutación
0:02:52 y los hombres quisieron que alguien les creara oro.
0:02:56 Los flacos de rame.
0:02:58 No voy a esperar a que este pedazo de amianto que tengo aquí se haga oro.
0:03:03 Convertíme lo ya mismo en una moneda.
0:03:06 Y ahora sí, después de esto, empiezan a conocer historias del personaje que también tenían, pero no decían que tenían.
0:03:16 He ganado.
0:03:17 Algunas historias son interesantes y otras incluso muy recientes.
0:03:23 La esperatima de la empresa de Austria, por ejemplo, no creía en el trabajo de los alquimistas
0:03:28 y emitió un decreto en virtud de cuál se prohibía la fabricación de oro en sus niños.
0:03:34 Pero sus suscesores no siguieron la orden.
0:03:38 Así que en 1860, rápidamente en nuestro tiempo, durante el reinado de Francisco José,
0:03:53 se presentaron en bien a tres alquimistas, alquimistas en 1860, que hemos lo maté.
0:04:01 Y trabajaron durante dos años, nada menos que en la casa de la moneda.
0:04:06 Repito, en la casa de la moneda imperial, bajo la supervisión de los profesores del Instituto Tecnológico de Bienas,
0:04:14 habían prometido convertir cinco millones de moneda de plata en oro.
0:04:18 Una transmutación que quintuplicaba las reservas del tesoro.
0:04:23 Se pagó a los alquimistas, sumas enormes de dinero para que continuaran sus investigaciones.
0:04:31 Dice el crónico que en 1862, al no recibir resultados, no por esertizismo sino por falta de resultados,
0:04:40 Francisco José expulsó a los alquimistas, le conseguió el retiro al director de la casa de la moneda
0:04:48 y todos los documentos relativos al tema fueron escondidos en unos archivos secretos
0:04:53 que fueron encontrados en 1919, después del derrumbe de la monarquía austro-unidad.
0:05:02 Otro caso tuvo lugar en Florencia, pero hace más tiempo, fue en 1640.
0:05:07 Habíamos el señor llamado Daniel de Transiluaria, que era conocido en Padova por unas píldoras que vendían.
0:05:16 Según él curaban cualquier dolencia y así juntó bastante dinero.
0:05:25 Eran tiempos, estamos hablando en 1640, donde los médicos no eran como ahora tan eficaces.
0:05:36 Los médicos se acostumbraban a sangrar al paciente, a provocarle, antes que nada,
0:05:41 una gran debilidad y una vez debilitado se me hacía tragar unas medicinas a troces
0:05:48 y al parecer hacía mayor efecto cuanto más débil estaba el punto.
0:05:52 Bueno, por lo menos estas píldoras que ofreció Daniel de Transiluaria no producían esa debilidad.
0:05:59 Dice el cronista que este hombre Daniel de Transiluaria no sólo alicionaba algún dinero sino también noblesa.
0:06:07 Preparó, este muchacho, una gran importura.
0:06:12 En primer lugar difundió la noticia de que había descubierto, o que se había descubierto, este C que se usa,
0:06:22 se han realizado estudios, se ha comprobado que bueno, hizo correr la boliva que se había descubierto
0:06:28 un misterioso polvo de enorme eficacia y él no lo vendía personalmente.
0:06:35 Lo hacía llegar a unos boticarios y luego indicaba a sus pacientes lo compraran allí.
0:06:42 Se vaya al boticario fulano y comprele los polvos de Hnervys o Perlimpingping o como se lo llamaba.
0:06:51 Y la fama de esta nueva medicina se difundió por toda Italia.
0:06:56 Daniel se negó a satisfacer en cargos y pedidos que no fueran de boticarios florentinos.
0:07:03 Y ese fue el segundo paso de su plan.
0:07:06 El tercer paso consistió en ir a Florencia y solicitar audiencia con el gran duque de Toscana.
0:07:11 Daniel, que ya se había hecho célebre, consiguió inmediatamente la audiencia.
0:07:17 Se había que el duque era apasionado creyente en la alquimia.
0:07:21 Y le dijo al duque que había hallado el secreto de la fabricación de obra.
0:07:26 Y ofreció contar algunos detalles.
0:07:30 Y vio 20.000 ducados de recompensa, pero solo en caso éxito.
0:07:36 Así que la oferta parecía razonable y el gran duque la aceptó.
0:07:41 Sólo hició que se realizara primero una prueba.
0:07:44 Daniel de Transilvania se prestó, fue llevado al laboratorio privado del duque.
0:07:49 E inmediatamente comenzó la operación.
0:07:53 Puso Daniel unos polvos milagrosos que llevaban una fuente.
0:07:58 En un recipiente donde había cobre, mezcló esos visajes, reciclóres, unas palabras.
0:08:08 Y finalmente mostró la amagama.
0:08:10 Y ahora era buena parte de la labor.
0:08:13 Casi toda la labor.
0:08:16 El orfebre de la corte, de orentina, ese menor resultado.
0:08:22 Y también no que no había allí en gran alquimia.
0:08:25 Lo felicitaron.
0:08:28 E incluso Daniel de Transilvania le dijo al duque que él podía hacer la misma prueba.
0:08:37 Se usaba los polvos que él le iba a dar.
0:08:40 Que él había usado.
0:08:41 Le facilitó un poco de polvo al duque.
0:08:43 El propio duque hizo pruebas y todas ellas daban el mejor resultado.
0:08:47 La fuente se parecía bueno.
0:08:51 Empezaron los sonores para Daniel de Transilvania.
0:08:55 Juega lojado en el Palacio Lucado.
0:08:57 Se sentó a la mesa del duque.
0:09:00 Bueno, cuando salía del castillo 6 Guardias lo acompañaban en el carro.
0:09:05 Ajé, todo eso.
0:09:06 Un día, habiendo cumplido su parte de acuerdo y tras haber pasado algún tiempo en aquel duque, pidió sus 20 mil monedas.
0:09:16 También solicitó una breve licencia para arreglar asuntos o trancia.
0:09:20 Y buscar un poco más de polvos mágicos.
0:09:24 Se le pagó el dinero, se le dio licencia.
0:09:27 Y el duque agregó algunas recompensas como diamantes.
0:09:31 Un vaso de casca, una cadena de ruíes.
0:09:33 Y le prometió que a su regreso sería lombrado canciller de Estado.
0:09:39 Bueno, lo escoltaron hasta un puerto cercano donde una nave lo iba a llevar a Marsella.
0:09:45 Cuando subió al barco, entregó a Guardia una carta que debía darse al duque.
0:09:52 Partió el barco y Daniel de Transilvania se pareció paración.
0:09:56 En la carta Daniel le hacía al gran duque una confesión.
0:10:00 Le dijo que su artificio consistía en convertir oro en oro.
0:10:05 Ya que no era otra cosa que oro, el polvo, aquí el que lo usaba.
0:10:10 Y que al solificarse aparecía entre el cobre y el estaño después de la fundición.
0:10:16 Daniel explicó que aquel arguil le había posibilitado mayores fortunas que las había gastado él.
0:10:23 Que le había pasado muy bien la corte.
0:10:26 Y al fin de la carta decía, ruego a nuestra marsella, que perdone el engaño.
0:10:31 Y que entienda que he sido moderado y no llegué a engañar lo más cruelmente.
0:10:37 Antes de despedirme, debo decir que no soy transilvano y que tampoco me damos daño.
0:10:43 Firmado Daniel de Transilvania.
0:10:49 Un cronista, aquí además que una vez que pasó el primer ataque de indignación,
0:10:53 el gran duque como abro mala impostura, y buscó largo tiempo a la alquimista
0:10:58 para certificarle que sobre él no caería ningún castigo, pero jamás me encontré.
0:11:03 Son las historias de alquimistas que tenemos hoy.
0:11:07 Me daba la atención que alquimistas yo hayan trabajado en la casa de la moneda
0:11:14 y que hayan prometido convertir plata en oro y que incomplicar, etcétera.
0:11:20 Me daba la atención al principio y después no.
0:11:25 El sitio fue adecionado a cierta clase de alegorías, fascinongas y políticas.
0:11:35 Podría decir que nosotros estamos un poco hartos de alquimistas en la casa de la moneda.
0:11:55 Habría mucho que decir sobre falsos alquimistas.
0:12:04 A mí le gustan también los alquimistas al revés.
0:12:07 Claro, los que partieron de oro pueden crear, por ejemplo, plomo y hacerlos más pobres.
0:12:18 Facilitándole uno toda su cuartuna lo convierte en un abrir y cerrar de ojos en una persona pobre.
0:12:24 Fui a ver a Daniel de Sebastián Pol.
0:12:28 Le entregué una bolsa de hiera de oro y, oh, sorpresa, me la convirtió en una bolsa
0:12:36 llena de cantos rodados que aquí puedo aguantar con otros asombrados ojos.
0:12:41 Y me hizo de rico que era inmediatamente pobre.
0:12:48 Quiere decir que convertir en el oro en viejos carros parece más sencillo.
0:12:58 Y no es, es igual.
0:13:03 Pero nadie busca esa clase de alquimistas, parece bien.
0:13:06 Aunque buscando nosotros encontramos esto.
0:13:10 Sí, claro. Pero yo creo que nos iba muchos que han convertido el oro en plomo.
0:13:14 Con solo tocarlo, con solo la continuidad.
0:13:20 Que han convertido diamantes en carbón, flores en tomates.
0:13:26 Y hay gente que se especializa en convertir, convertir en materia vil,
0:13:34 todo lo que llega a sus manos, como la joya más preciosa.
0:13:40 Se me dirá que la virtud inversa ha recibido su castigo, la persona de miga.
0:13:45 Recuerda que el que convertía el oro todo lo que tocaba.
0:13:48 Quiere decir que la alquimia debe ser la posibilidad de convertir el oro lo que uno toca.
0:13:53 Tiene que ser siempre parcial, periódica y tener momentos de descalos.
0:14:02 Hay mucha gente hablando por un agujero.
0:14:05 Se trata de un agujero secreto que tenemos.
0:14:08 Que nos permite oír las conversaciones que tienen lugar arriba en el Café Tartuari.
0:14:13 Oíamos.
0:14:16 No es nada, es turista japonesa.
0:14:20 Son turistas japoneses que hablan de sus cojas.
0:14:22 ¿Taragún no hablan de el Mundial por Televisión acá?
0:14:25 Uno le dice al otro.
0:14:28 Los que no saben guardar son pobres aunque trabajen.
0:14:31 ¿Ah, eso le decía?
0:14:34 ¿A quién dedica esto?
0:14:38 A mí me gustó el Luka, Alejandro, porque me gusta la gente que está de perder con el Luka.
0:14:43 Así que bueno, me ganea.
0:14:45 Testa guión, si no te voy a hacer.
0:14:47 Luka está guión.
0:14:51 Ven, y uno...
0:14:55 Los japoneses que están arriba...
0:14:57 Hay uno que se lojo.
0:14:59 Hay uno que se lojo, que le hice de la vida.
0:15:02 Y a todos aquellos que tienen la posibilidad de producir algún tipo de equilidad.
0:15:08 Aunque sea esperando como querían los antiguos.
0:15:12 Se trata de poner un pedazo de plomo en la mesa de luz y mirarlo fijamente durante un millón de años.
0:15:19 Esperar a que se convierta en oro sin pensar que en realidad
0:15:22 muchos después se descubrió que el plomo es el descultador de esa espera y no el oro.
0:15:27 Las cosas tienden a emplomarse y no a unificar.
0:15:31 El universo tiende al olvido, dice yo una vez.
0:15:36 Recuerdo siempre que fui saludado en un programa.
0:15:41 Donde se posturó esa frase como una verdadera estupidez.
0:15:45 Y es ciertamente una estupidez.
0:15:48 Si este uno es suficientemente estupido como para convertirla uno mismo en una estupidez.
0:15:55 Si es que uno tiene esa facultad y química.
0:16:00 Si, claro, enterar todo lo que toca.
0:16:02 Para un niño de los gallos es una estupidez.
0:16:07 Para un poeta es una frase impresa.
0:16:10 Así que esperemos que haya un programa poético, sonerno, poeta.
0:16:16 Es una frase sólida.
0:16:21 Hemos ido a la discoteca que se había convertido también en plomo.
0:16:30 La discoteca que el programa fue ahora se había convertido en plomo,
0:16:35 al ser a las sucesivas avances de sedimentos industriales que van cayendo sobre la música.
0:16:45 De todos modos le pedí un disco sobre falsas promesas, aunque más no sé.
0:16:53 En la alquimia.
0:16:54 Y me encontré en el disco el tango de una de las falsas promesas.
0:16:58 Si el canta Carlos Aguil y que evidentemente está incinado a los falsos alquimistas que solo son los cangos.
0:17:04 Allí ante entonces, don Carlos, canto y piscir de tango que se llama falsas promesas.
0:18:15 Nada es pero vera vida es mi anular.
0:18:19 No me alegro de los pájaros de los filos.
0:18:23 Ni me encuentran las bellas no sentinadas.
0:18:26 Es que llego las cubanas de su en un año,
0:18:30 es que es cierto derrumbar al mi ilusión.
0:18:34 El recuerdo del pasado que ha sido un daño,
0:18:37 pero el solo con mi sencillo de corazón.
0:18:42 Con tus risas y promesas, entusiando, me curriste.
0:18:46 Hasta que me cuateciste, que no se le bendecen sus sueños.
0:18:51 Y la ingrata te reía habiendo que mi dolor
0:18:58 acepta de tus dolores, con los sueños alcunes.
0:19:08 Ha cantado Carlos Gardil falsas promesas.
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