Transcripción automática
0:00:00 Delirios acerca del oro.
0:00:03 Mantención, contaremos algunas fantasías históricas acerca del oro,
0:00:08 sobre sus supuestas virtudes, su generación, su cuidado.
0:00:14 Las crónicas más antiguas abundan en relatos extraños,
0:00:19 en principio acerca de seres fabulosos que custodiaban el oro.
0:00:25 En su de natura animalium, de audioelano, un retórico romano que vivió en el siglo III de Cristo,
0:00:33 describió los huitres que aniraban entre las rocas de Guatriana.
0:00:38 Y dijo que esos huitres tenían garras de hierro,
0:00:42 que se encargaban de separar el oro del granito,
0:00:45 y que guardaban con ceróxelo los tesoros que reunían de la codicia de los humanos.
0:00:53 Con otra codicia, si es cierto.
0:00:57 Primo lejo se mostró eséptico con respecto a los huitres de los que hablaba el hialo,
0:01:03 pero en cambio presentó en su historia naturalis,
0:01:07 y el caso de las hormigas recolectoras de oro escribió Primo,
0:01:12 en la eración central de la India,
0:01:15 viven hormigas cuyo tamaño es como el del lobo,
0:01:20 extraen el oro de la tierra,
0:01:24 lo acumulan durante la estación de invierno,
0:01:28 en verano se ocultan bajo tierra para huir del calor con toda inteligencia.
0:01:34 Entonces los síndios roban el oro,
0:01:37 pero deben actuar con mucha rapidez,
0:01:39 pues cuando huelen la presencia de ser humano,
0:01:43 las hormigas presigran los ladrones,
0:01:45 y si los caminos no son muy veloz,
0:01:48 destrozan a los intrusos.
0:01:51 Por entonces aparecieron crónicas de otros altores altivos
0:01:55 que escribieron acerca de aquellas extrañas hormigas.
0:01:59 De acuerdo con Herodoto,
0:02:01 algunos de esos insectos enormes habían sido capturados,
0:02:06 y se los mantenía en la corte del rey de prevencia.
0:02:11 Estrabón escribió en su geografía
0:02:14 que los hombres para robarle el oro a las hormigas
0:02:17 esparcían unos falsos polvos áureos cerca de las madrigueras,
0:02:22 y mientras los vizos se interesaban con el cebo,
0:02:26 el robo tenía lugar.
0:02:28 Los herulitos de la Edad Media consideraban casi sacrílega
0:02:33 cualquier expresión de escepticismo,
0:02:36 con respecto a los antoles antiguos.
0:02:38 Era posible comentar su son,
0:02:41 era posible comentar sus obras, desarrollarlas,
0:02:45 pero no criticarlas.
0:02:47 Por ese motivo, la historia de las hormigas recolectoras de oro
0:02:52 se convirtió increíblemente en parte integrante de la zoología medieval.
0:02:57 Brunetto Latini, que fue preceptor de Dante,
0:03:00 miembro prominente del Partido Huelvo,
0:03:02 fue canciller de Florencia.
0:03:05 Latini realizó un cabal resumen de todos los tesoros del conocimiento medieval,
0:03:10 redactó una enciclopedia que empezaba con la creación
0:03:17 y reunía todos los materiales conocidos sobre geografía,
0:03:20 ciencias naturales, astronomía y política.
0:03:23 Las famosas hormigas aparecieron en el capítulo sobre ciencias naturales.
0:03:28 De acuerdo con Latini, las hormigas no estaban en la India,
0:03:32 sino en una de las islas Sestilopés,
0:03:35 quien se les aproximaba, Moilla.
0:03:39 Todavía en el siglo XVI se supo algo de aquellos seres guardiánes de oro.
0:03:44 Cristóv de Tú, presidente del Parlamento de París
0:03:48 en la época de la matanza de San Bartolomé,
0:03:51 y uno de los jefes del Partido Cartólico,
0:03:54 contó que en 1559 en Sáez Persia
0:03:58 envió un rico regalo al suelto de Sualiman,
0:04:01 a Sualiman el magnífico probablemente,
0:04:04 hiciera una hormigas india salvaje
0:04:07 y montará, como se ve la hormigas civilizada,
0:04:10 del tamaño de un perro.
0:04:16 Acerca del oro aparecieron otras creencias rígulas.
0:04:21 En el mundo antiguo había existido la idea de que los metales eran mentes orgánicos
0:04:26 que crecían y se desarrollaban como las plantas.
0:04:30 Durante mucho tiempo circuló, atribuido a Aristóteles,
0:04:34 un libro llamado Relatos Milagrosos.
0:04:37 La obra era en verdad una falsificación,
0:04:39 pero reflejaba algunas creencias de la época.
0:04:42 En uno de los capítulos se afirmaba que,
0:04:45 si se enterraba un pedazo de oro, podía brotar y crecer.
0:04:51 Porque el oro no tiene el libro orgánico, no puede, no se acerce.
0:04:55 No creo que sí, no.
0:04:57 Yo enterraba moneda.
0:04:59 ¿A sí?
0:04:59 Yo enterré que 27 pesos de moneda de 50 guitas,
0:05:03 que la regó mucho tiempo, y sí.
0:05:05 Pero me la zapalaron, así que no pude ver que había un provecho.
0:05:10 La ciencia natural del medio ego adoptó fielmente la punta clásica
0:05:16 y deserró aún más la teoría.
0:05:19 Se decía que había en la tierra uro en estado blando semilíquio.
0:05:25 A veces cierpas plantas, especialmente la vida,
0:05:28 un día sus raíces en el oro fundino y absorbían el metal.
0:05:33 De modo que el oro se elevaba por las ramas,
0:05:36 como Santos Bea, el fallador, y pasaba a las hojas y también a los frutos.
0:05:42 Hay oro blando en la tierra.
0:05:45 Te siembra algo y ese oro entra como las sales minerales,
0:05:48 como partes a tales minerales, aunque no sea una sal mineral,
0:05:53 pero le entra igual y hay algo de oro entonces en los frutos y en las hojas y en las ramas.
0:05:59 Pietro Martírez Vermilli, que fue profesor de teología en Osco,
0:06:04 repito el nombre, Pietro Martírez, declaró que en España y Portugal
0:06:08 había muchos árboles en el oro de oro.
0:06:11 Parecía que una vez cuando una princesa portuguesa que comprometió con un duque de sabolla,
0:06:16 el novio envió a la dama regalos carísimos.
0:06:20 La corte de Lisboa, que andaba mal de dinero,
0:06:23 respondió a Santa Martina en unidad con algunas curiosidades.
0:06:27 Entre ellos incluían dos enegros de los cuales uno era rubio,
0:06:33 una reliquia de aspecto repugnante y un arbolito definísimo oro cultivado naturalmente.
0:06:41 La mayoría de los amperes afirmaron que la vir era el vegetal más aficionado a la dieta jaunea.
0:06:47 En Francia, una vir de oro fue aslada en los...
0:06:55 el rillido de Saint Martin Laplaine.
0:06:58 Fue enviada al rey en el que cuarto que mandó el desigar.
0:07:02 La extraña fecundidad del suelo francés o delivió a la princesa, al ver,
0:07:07 que es más fácil un pondor que se encapezó.
0:07:12 El rey Luis XIX bebía oro para curarse del baile de San Vito.
0:07:18 Es el famoso malo de San Vito.
0:07:21 Y por eso hacía un pulido de 96 doblones por mes.
0:07:25 El tipo se lo tomaba.
0:07:28 En un día decían que con el oro natural que crecía allí,
0:07:31 la moda de enredadera, era fácil fabricar anillos,
0:07:35 pues no estaría complicado conseguir que un broche de enredadera
0:07:40 forme un círculo acomodado a los grosos de los veos.
0:07:44 Y loro un garó, particularmente en las monedas del rey Matías Corvinus,
0:07:49 gozado de la más alta reputación como medicina.
0:07:53 Se lo utilizaba como remedio contra la hectoricia.
0:07:56 Los médicos consideraban sintometilógico que la enfermedad que tornaba amarillo al paciente
0:08:02 debía ser curada mediante un metal amarillo.
0:08:05 Dicen que las verrugas del rey Luis XIV se fueron eliminadas por el doctor Valor
0:08:10 con aceite de oro, de oro primero.
0:08:15 En 1726 se acudieron en Francia nuevas monedas de oro.
0:08:19 Y los especialistas en belleza y cosmetólogos
0:08:24 aconsejaban a las damas frotarse los labios con esas monedas.
0:08:28 Según afirmaban, el oro atraía a la sangre
0:08:31 y los labios cobraban un hermoso color sin necesidad de andar
0:08:36 utilizando lápiz labialza allí.
0:08:39 Última curiosidad.
0:08:41 Algunos médicos de Dresals, apenas más prudentes que los anteriores,
0:08:46 tenían que el oro tomado directamente, si tomas un vaso de oro,
0:08:51 pudiera perjudicar al paciente.
0:08:54 De modo que inventaron un método con el fin de aplicarlo indirectamente.
0:09:00 Me esclaron rimaduras de oro en el alimento de las gallinas, en el maíz, con el rabasillo.
0:09:07 Cuando llegara el momento de sacrificar a las gallinas para llevarlas a la consiga de la carne,
0:09:12 habría absorbido la virtud del metal.
0:09:16 Nunca pudo comprobarse más que una considerable suma en el nivel de amor tanda de los gallineros reales.
0:09:28 Esto es todo lo que tengo que decir, ten informe que tengo acerca de creencias altimas en la llevaleza,
0:09:34 en el cerco de las virtudes del oro.
0:09:36 La área va a negar que el oro tiene enormes virtudes.
0:09:40 Pero indirectas, y no indirectas como en el caso de la gallina,
0:09:45 directas como en el caso del bienestar que puede comprar,
0:09:48 que desde luego nos hace más saludables.
0:09:52 Es más saludable ser joven rico que meco y pobre.
0:09:57 Se hemos podido conjeturar.
0:10:02 Buena parte del bienestar que nos hace saludable se compra como.
0:10:06 ¿Me ha buscado? ¿Usted quiere dedicar algo a alguien?
0:10:09 Por favor, haganlo ya, porque es el momento que el país está esperando una dedicatoria social.
0:10:15 Bueno, a dos grupos se van a dedicar, a los mermidones,
0:10:22 ya que de hormigas a lado, muy largo,
0:10:25 como se convirtieron en hormigas,
0:10:27 como al revés, que se convirtieron en hombros para servirles de compañía a un tipo de cabasol en una vez.
0:10:35 Y aquellos que han conseguido transformar algunas cosas en oro,
0:10:40 pero en el sentido metafórico de los alquimistas.
0:10:42 Es la única forma de ser alquimista a través de la poesía, en la peca.
0:10:47 Bien, el discotecario nos entregó la célebre milonga,
0:10:53 de ojos dorados, de Don Lacerosa y Tarrosa,
0:10:57 en la interpretación del autor,
0:11:00 sabiendo que seguramente estos ojos deben haber sido obtenidos en el triunfo también todavía.
0:11:07 Adelante, Don Lacerosa.
0:11:09 Mi nombre es Don Lacerosa.
0:11:11 Mi nombre es Don Lacerosa.
0:11:13 Mi nombre es Don Lacerosa.
0:11:43 Lo digas que ella sea hilo,
0:11:45 deciros bien que algún día
0:11:47 y cualquier uno dirá
0:11:49 cantándome el hilo
0:11:52 Ella se envió en el nació del amor
0:11:54 que una vez que pedí.
0:11:56 Ella como vos tenías los ojos por los de oro, mirando locas y oro, bien la vez aquel día,
0:12:14 nunca pensé que existía una mujer con los ojos de ti.
0:12:28 Y nunca vos lo testigo de que ella quiero beber, vos no tenés tu cabera,
0:12:34 si aquella voz la desfrigo, pero cantando conmigo y al vos ojos hablaste de ti.
0:12:44 Y nunca veo vos dorado volar, carnal con carnal,
0:12:55 y llegaste con carnal, que puede haberme mirado, entre galena volado y corango, que una vez de ofrecir.
0:13:08 Ha cantado Alfredo Citarroza, milonga de ojos dorados.
No hay comentarios. ¡Podés ser el primero en comentar!