Transcripción automática
0:00:00 Continuamos a la venganza a ser atarribles desde el auditorio de Radio Nacional.
0:00:05 Estamos en la calle Maypuk 555.
0:00:08 Mañana también estaremos aquí y el jueves en el Teatro Coliseo Podesta de la ciudad de La Plata.
0:00:15 Hablemos entonces sobre formas de seducción en la Inglaterra del siglo XVIII.
0:00:21 Desde los tiempos feudales, hasta no hace mucho, existía una hora de la venganza.
0:00:28 Y, por mucho mucho, existía una ortodoxia amorosa de las clases pudientes
0:00:34 que implicaba que los hombres y mujeres que se gustaban pocas veces pudieran unirse en matrimonio.
0:00:42 ¿Páquen?
0:00:43 Todavía en el siglo XVII prevalecían los matrimonios comerciales entre personajes de la alta sociedad.
0:00:51 Esos matrimonios tenían como fundamento principal aumentar el poder económico y territorial de las familias de las contrasientes.
0:00:59 Muy bien, aquella ortodoxia hacía que una de las primeras preguntas del hombre a la mujer que se conocía fuera, por ejemplo,
0:01:09 ¿cuánto vas a aportar en tierras o en dineros?
0:01:13 Adóste, ¿no?
0:01:14 Adóste.
0:01:16 Aunque, por supuesto, existían los amores apasionados, todo eso tenía una existencia subterránea y excepcional también.
0:01:26 Lo usual era casarse por convergencia.
0:01:30 Pero a mediados del siglo XVIII aparecieron en Inglaterra formas de seducción y acercamientos amorosos que rompían con aquella ortodoxia.
0:01:41 Poco importaban tierras y dineros y aparecían voluptuosidades, sentimentalismos, pasión, todo eso.
0:01:52 Una curiosidad de timológica, deatorio.
0:01:55 Fue por esos tiempos que se introdujo en inglés el término sentimental, la palabra sentimental, que es tan linda.
0:02:05 Y fue debido al título de la obra Viajes Sentimental de Lawrence Stern.
0:02:10 Stern, un irlandés al que le debemos una amarellosa novela de peripencia, que es el Tristan Shandy.
0:02:16 Una bella narración.
0:02:18 Una obra para contar el primer día, se tarda un año.
0:02:23 Un año.
0:02:24 Un año.
0:02:26 Hemos recomendado muchas veces vida y opiniones de Tristan Shandy, como se llama.
0:02:31 Yo recuerdo que su amigo, el dueño de Gandhi, los informó creo que usted estaba.
0:02:37 Una tarde, varios días después de haber hablado nosotros aquí en este programa del Tristan Shandy,
0:02:45 que había vendido los ejemplares que tenía.
0:02:49 Y que había tesorado durante el cuarto de ese año.
0:02:51 Que no eran muchos, pero eran los únicos siete ponerles que había vendido en 50 años.
0:02:58 Bien, el autor Lawrence Stern dedicó esta narración a consignar sus amores con Elizabeth.
0:03:08 Y aquel adjetivo sentimental se desconocía o no se usaba.
0:03:12 Entonces, bueno, como en el cándido de Volter, apareció por primera vez la palabra optimista.
0:03:19 Pero son cosas.
0:03:21 Después de la publicación del viaje sentimental, se empezó a usar esta palabra para describir relaciones amorosas, un poco románticas, un poco cursis.
0:03:36 Sí, que románticas tampoco se usaban en el mismo sentido que ahora.
0:03:39 Tampoco, tiene mucha razón. Un poco románticas hubiera resultado muy confuso.
0:03:42 Muy confuso.
0:03:43 Muy nacional.
0:03:45 La verdad, hubiera sido un anacronismo en aquel momento.
0:03:49 Bueno, un ejemplo de la ruptura con aquellos cánones de los que hablábamos al principio de la charla.
0:03:55 Son algunas publicaciones o son avisos que aparecían en los primeros periódicos ingleses.
0:04:02 Había unas columnas personales y empezaron a aparecer allí proposiciones de enamorados, muy prudentes,
0:04:10 seducidos por los atractivos de algunas chicas que habían visto en el jardín o en el teatro.
0:04:18 No habían tenido a lo mejor la ocasión de presentarse personalmente o declararse.
0:04:23 Entonces se pronunciaban en el diario.
0:04:26 Y leo algunos de los avisos personales de los diarios.
0:04:31 ¿Alguien fue ese diario? Amarillo.
0:04:34 Si la Blonda belleza que se encontraba durante la representación de Romeo y Julieta,
0:04:40 el pasado miércoles por la noche en los palcos de las primeras filas vestidas con traje de Satén Rosa,
0:04:47 posee un alma capaz de entregarse con ardiente amor a aquel que cree haber sido visto en el palco contiguo,
0:04:57 le ruego que acepte indicar en este periódico el lugar y la fecha donde puede consignar una entrevista a su Romeo.
0:05:04 Dice este hombre en una sola frase.
0:05:07 Hoy en día con el costo de los avisos hubiéramos escrito Rubia de Rosa el día al lado.
0:05:12 Pocos años antes esto hubiera resultado inentendible.
0:05:20 Familiares incluso preocupados por lo que podían producir estos anuncios.
0:05:25 Los familiares de la Rubia de vestido Rosa comenzaron a pedir censura.
0:05:31 Pero las muchachas estaban muy a favor. Imagínense debía ser hermoso.
0:05:37 Maravilloso para ellas reconocerse en aquellas columnas personales.
0:05:42 ¡Uy, mirad, debo ser yo! La Rubia de vestido Rosa.
0:05:46 A veces las chicas no eran las que respondían y sí lo hacían sus novios o sus padres.
0:05:52 Por ejemplo, a la Rubia de sarten Rosa dejara tranquila porque te rompo las dos.
0:05:59 Firmado el que le aceita los patinos.
0:06:07 También las mujeres publicaban en aquella columna.
0:06:10 Leo, algo publicado por una dama.
0:06:14 El gentil hombre con peluca Spencer, que desfilado en primera fila de los voluntarios el pasado martes,
0:06:24 ha llamado la atención de una dama de la que el mundo afirma ser poseedora de una notable belleza.
0:06:32 Envió una nota al café Somerset indicando el lugar en donde me puede ver para certificar el encanto.
0:06:43 Firmado una.
0:06:46 ¡Qué lindo certificar el encanto!
0:06:49 Vengo a certificar el encanto.
0:06:52 Está muy bien ese gesto de modestia. No es que lo diga yo, pero cuando hoy por acá se me dicen que así.
0:06:58 El mundo sostiene que posee una increíble belleza.
0:07:01 No lo digo yo, lo dice el mercado.
0:07:04 Y eso está muy bien.
0:07:07 Una curiosidad para terminar con esta muestra de cortejo pública.
0:07:11 Parece que unos muchachos para ahorrar en el precio de la columna se postularon todos juntos.
0:07:17 Y la columna decía, cuatro jóvenes agraciados y solteros, bien orientados y capaces de ser dichosas a cuatro damas,
0:07:29 acaban de tener una decepción amorosa, por lo cual están decididos a contraer matrimonio a partir del primero de año.
0:07:37 Y a continuación ponían sus nombres y esperaban una respuesta.
0:07:40 El periódico era el promisco.
0:07:43 ¡Qué raro que los cuatro hayan tenido una decepción amorosa!
0:07:48 ¡Soprecha!
0:07:50 ¡Eso explica todo!
0:07:55 Bueno, ¿cuenta Chalmers? ¿Qué Chalmers será el que escribió un libro tan bueno acerca de la epistemología?
0:08:03 No creo.
0:08:05 Muchos de la alta sociedad inglesa practicaban la serenata, si me permite la presión, para declarar amores sinceros.
0:08:16 ¿Y el resto?
0:08:19 ¿El resto qué?
0:08:21 El resto no.
0:08:23 La respuesta que merece su pregunta, Rolón.
0:08:26 No, amores sinceros, no sé, es mejor.
0:08:29 Pero qué cosa podrían cantar en cosas tales como...
0:08:35 Por todas las parroquias flores en los barcones, la vieja serenata del vosotropador...
0:08:46 Eso iban a cantar, que era la vieja serenata.
0:08:49 En inglés, ¿no?
0:08:51 No, no creo.
0:08:53 Esa serenata es un género bastante alineo.
0:08:58 Pero seguramente el mundo en los ajones no tenía la tradición de los catalanes, las cosas de los vegetarios...
0:09:04 Es verdad, tiene razón.
0:09:06 El caso es que, bueno, esta era la costumbre.
0:09:10 No, las jóvenes se quejaban alguna, de los ruidosos enamorados que llenaban las calles con violines desde las 12 de la noche a las 4 de la mañana.
0:09:21 Existe también la costumbre entre los más ricos de hacer la corte, incluso con la banda municipal.
0:09:28 Había un director de orquestas del teatro Rory Lane, de Londres, que contó que un individuo le había ofrecido a él cientos de libras...
0:09:37 ...para que el orquestra tocara bajo la ventana de una muchacha.
0:09:41 Yo no creo eso.
0:09:42 Cientos de libras era mucha plata.
0:09:44 Era demasiado, era la mente de una vida.
0:09:46 Acansaba para comprarse el teatro Rory Lane.
0:09:50 Cientos de libras era mucha.
0:09:52 Es mucha plata, sí.
0:09:54 Bueno, entonces parece que...
0:09:56 No, era así el asunto.
0:09:59 Hay una dama muy cruel que no hacía otra cosa que quejarse de la música de las serenatas.
0:10:04 Entonces este enamorado se molestó y le pagó al director de orquestas para que tocara bajo la ventana durante todo el invierno...
0:10:10 Qué grande.
0:10:11 ...con el único fin de jorobar a la dama.
0:10:14 Y vamos para terminar que el amor y el gusto por una dama fue más respetado a partir de ese tiempo.
0:10:23 Incluso esta clase de amoríos tuvieron consecuencias arquitectónicas.
0:10:33 Ciertos jardines se redesinearon para convertirlos en lugares apropiados para paseos de esta naturaleza. Amorosos, ¿no?
0:10:41 En lugares un poco más agrestes, con cascadas, recovecos.
0:10:45 Incluso algunos diseñadores ponían supuestos hermitáneos.
0:10:50 Hermitaños a sueldo que se instalaban en algunas grutas de los jardines para dar oráculos sentimentales por una pequeña suma.
0:11:00 Creyendo que un hermitáneo era una persona que prestaba esa clase de servicio.
0:11:04 ¿Qué? ¿El hermitáneo no hablaba?
0:11:06 Todo lo contrario.
0:11:07 Todo lo contrario.
0:11:10 Bueno, por eso se había inventado el saguán en nuestros pagos.
0:11:13 Para eso sirve.
0:11:14 Aquel naturalismo colmaba las exigencias de los amantes que deseaban un mundo para su uso exclusivo.
0:11:21 Necesitaban privacidad.
0:11:24 Bueno, en lugares menos pudientes, en vez de jardines eran llusanes.
0:11:30 Ah, no sé.
0:11:31 Las naturalizan en su forma más allí.
0:11:33 Allí entre los llusos, como quien dice.
0:11:35 Bueno, lo primero que hace un buen diseñador de jardines es estudiar las características de los juegos amorosos de la sociedad en que vive.
0:11:44 Yo lo sé porque conozco a muchos diseñadores que antes de diseñar este o aquel lugar estudian las costumbres amorosos, incluso de sus clientes.
0:11:54 Bueno, esto es lo que tenemos que decir de aquel momento que vivió en la terra, en donde el casamiento con miras únicamente económicas fue,
0:12:07 dio al menos paso por un rato, en cierta clase de amor, basado en el gusto personal.
0:12:13 Claro, vamos.
0:12:15 A quién quiere que dediquemos esto, ¿eh?
0:12:17 A ver, Alejandro, yo creo en principio que el amigo Lawrence Sternes se merece una dedicatoria,
0:12:23 por su viaje sentimental y su triestral, ya lo hicieron porque era un tipo que le hacía cosas todas las protocolos de la época.
0:12:30 Y eso siempre habla bien de alguien que sometido a las ejias del Imperio Británico.
0:12:34 Creo que no debemos dejar de lado a los muchachos que unos siglos antes de esto, digamos, ya con las romances, las historias de caballería y el cortejo y todo ese tipo de cosas,
0:12:44 instauraron en Occidente la seducción justamente para los amores mal avenidos, ¿no es cierto?
0:12:49 De hecho, de ahí viene buena parte de nuestra historia de amor cortejo.
0:12:52 Se refiere, claro, a la gente del languedoc, gente de la franción, las cortes de amor, los trovadores.
0:13:01 El origen del problema este del adulterio que tantas existen.
0:13:05 Sí, y según algunos, por ejemplo, Tavio Paz, el origen de nuestra forma de ver el amor.
0:13:10 De cómo se estimula tanto el romance dificultoso para propender a una cosa que va a terminar con las dificultades, que es el matrimonio, ¿no?
0:13:18 Pero también creo que es interesante pensar...
0:13:21 Hay una diferencia entre hombres y mujeres respecto del amor, y es que las mujeres solen ver inconvenientes antes del amor,
0:13:27 y los hombres tendemos a verlo después, ¿no?
0:13:30 Te juro que creo que es interesante saludar a aquellas mujeres que saben dejar de lado esa condición, ese prurito,
0:13:36 en los inconvenientes anteriores, y acuerdan con nosotros los inconvenientes ulteriores para que nos separemos en paz.
0:13:42 Y en medio de esto, recordaba nuestra querida amiga, Sumapaz, que alguna vez habló de un género en el cual se hablaba de la longitud de una melodía,
0:13:50 porque toda cosa amorosa es larga, ¿no? Y ella decía, bueno, esto era melos longa.
0:13:56 Esto da origen, según la querida suma, a la palabra milonga.
0:13:59 Entonces, entre Sumapaz y Lourdes de Sterne, ¿qué mejor que una milonga sentimental para esta gente?
0:14:04 Bueno, muy bien. Milonga sentimental. Incluso en homenaje a la creación de este nuevo término, por parte de Lourdes de Sterne.
0:14:15 Si la huida por nosotros ahora en la versión de Don Carlos Gardel, de la milonga de Homero Marci. Adelante, Don Carlos.
0:14:34 Milonga para recordarte, Milonga sentimental. Otro se te está llorando, so cuanto cuando llora.
0:14:45 Tu amor, el seco de golpe, nunca difícil de forne.
0:14:50 Sonde con suelo pensando que fue traición de mujer.
0:14:55 Baró para quererte mucho, Baró para desiertel bien. Baró para olvidar agravio, porque no te perdoné.
0:15:06 Tal vez no lo sepas nunca, tal vez no lo puedas creer.
0:15:11 Te salen más, te pono boca risa, verme tirado al ropelle.
0:15:30 Es fácil pegar un taco, palco gran, si una selección.
0:15:36 No jugar en una dana la suerte de una pasión. Pero no es fácil cortarse los tiempos y un metejón, cuando están bien amarrados al palo del corazón.
0:15:51 Baró para quererte mucho, Baró para desiertel bien. Baró para olvidar agravio, porque no te perdoné.
0:16:02 Tal vez no lo sepas nunca, tal vez no lo puedas creer.
0:16:07 Tal vez que provoque risa, verme tirado a tu pie.
0:16:15 Mi longa que hizo posencia, mi longa de vocación. Mi longa para que nunca la cante en tu balbo.
0:16:36 Pa' que vuelvas con la noche y te vayas con el sol. Pa' decirte sí, a veces sí pa' britarte que no.
0:16:48 Baró para quererte mucho, Baró para desiertel bien. Baró para olvidar agravio, porque no te perdoné.
0:16:58 Tal vez no lo sepas nunca, tal vez no lo puedas creer.
0:17:04 Tal vez que provoque risa, verme tirado a tu pie.
0:17:28 Baró para que te vayas con el sol.
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