Transcripción automática
0:00:00 Señores, vamos al programa considerado en sí propio y hablaremos de gente luminosa.
0:00:10 Atención. No en el sentido metafórico del asunto, sino en el sentido más literal.
0:00:16 Gente que al parecer por fosforecencia, por reflejo, por una linterna bien ubicada, bueno, por lo que sea, producía iluminación.
0:00:27 Justino Gregorio Nacianceno y otros padres de la iglesia hablaban de esta gente, de gente luminosa.
0:00:39 El fortismo se producía.
0:00:42 Bueno, entre los cristianos fundadores el Espíritu Santo estaba representado por una llama.
0:00:50 La santificación se representaba por imágenes de fuego o de luminosidad.
0:00:56 Era una fuente doctrinal que apoyó en cierta medida la creencia de que la perfección espiritual no sólo hacía al alma capaz de ver el cuerpo de Cristo, sino que el cuerpo mismo de un santo podía irradiar o brillar como un fuego ardiente como en la canción de los redondos.
0:01:20 Aquí van algunos ejemplos entonces de hombres que estaban iluminados en ese sentido literal y de los inconvenientes que este acto podría incluso acarrear, que el ser uno un poco luminoso.
0:01:31 Parece lindo, pero cuidado.
0:01:33 Para ir al cine, por ejemplo.
0:01:35 Por ejemplo, allá por el siglo V, un monje llamado José...
0:01:39 ¿Qué José?
0:01:41 Debería preguntar a usted.
0:01:42 El que te iluminó y se fue.
0:01:45 Me quedaba un poquito de impresión, les pido perdón.
0:01:47 Eso es que José proclamaba que no se podía hacer monje si no se alcanzaba a ser tan resplandeciente como el fuego.
0:01:55 Este hombre visitó alabar arseño, atención, Erico, en el desierto y pudo ver que el pozo donde vivía arseño refurgía.
0:02:05 Dos cosas. Arseño vivía en un pozo, lo cual ya es algo, y del pozo salía como una luz, dijo la bestrus.
0:02:13 ¿Está haciendo santo?
0:02:15 Sí, su biografía que José, el visitante, lisó las escrituras en la Biblia aprovechando aquella refugencia que generosamente proveía arseño.
0:02:27 Aquí se da un milagro por un lado y el aprovechamiento astuto, también el milagro, para una lectura edificante.
0:02:36 Sí, de un libro largo.
0:02:37 Alurame con la mano arseño que no veo nada.
0:02:40 De un libro largo y de lecta chica.
0:02:43 En la historia de los aceitas, de quienes hemos hablado al viernes, todo hombre perfecto era considerado como una columna de fuego.
0:02:51 Cuentan que cuando el abad fisenilus se hallaba absorto en la oración, su celda aparecía completamente iluminada.
0:03:00 En la vida de San Zavas, Sirilo de Sitópolis, dice que Custiniano vio en la oración de Zavas una gracia divina fulgurante sobre su cabeza como una corona.
0:03:12 Y esa gracia lanzaba rezos fulgurantes.
0:03:16 Y fue a partir de entonces que las ilustraciones de los santos empezaron a lucir aquel famoso aro luciforme que les aparecía alrededor del marote.
0:03:29 Miso me llamaba mucho la atención, mi abuela no me lo supo decir, porque en la sez tan pita los santos aparecieron todos como una especie de boina lumina.
0:03:39 En la cabeza de San Zavas, efectivamente, apareció una luz y la dibujaba medio mal con un borre.
0:03:46 Cierto, como quien dibuja el as de luz de una linterna con dos rayas.
0:03:50 O como la señal del murciélago de Batman, que solamente puede existir en la historieta.
0:03:57 Algunas luminosidades traían problemas.
0:04:00 El Abad llamado Cisoes relampagueaba, era un refusilo el Abad, provocaba unos destillos que asustaban a sus hermanos con todas las razones maquinas llenadas.
0:04:12 Entonces los hermanos le pedían por favor que no entraran en éstas y con tanta frecuencia.
0:04:20 Estarían cortocircuitos, obviamente.
0:04:24 Cuando Cisoes estuvo a punto de morir, su cara se encendió como el sol y encandiló a todos.
0:04:31 Entonces, Nadio pudo mirarlo a los ojos cuando moría y él dijo,
0:04:36 ahora llega el coro de apóstoles y el resplandor de su rostro aumentó todavía más.
0:04:41 Tanto que iluminó un base iluminó.
0:04:45 Finalmente Cisoes murió, entregó su alma y partió tras el último destello.
0:04:51 No podemos negar que algunos contemplaron su muerte concierto al Libio, sobre todo sus hermanos, y adivinó las cuñadas.
0:05:01 Fuimos del cristianismo respecto de seres luminosos.
0:05:04 Dice que el resplandor de Saratustra, el sorbastro, el creador del más deísmo,
0:05:10 aquella bella religión monotegista de los persas en el vientre de su madre, era luminoso en Saratustra,
0:05:18 dice que resplandecía durante los tres días anteriores de su nacimiento.
0:05:24 Parece que era un resplandor tan intenso que iluminó todo el pueblo de su padre.
0:05:30 Pobre mujer, ¿no?
0:05:33 No dice aquí si los padres vivían o no en el mismo pueblo, porque la luminosa era la madre.
0:05:39 O si leña dos cuadras o bendicino a su pueblo.
0:05:42 La crónica remarca que el pueblo era específicamente del padre, pero al menos sabemos que sí estaba en el vientre de su madre.
0:05:51 Igualmente esto traía ciertos problemas de confusión en la gente de allí, sobre todo cuando se enojaban los unos con los otros.
0:05:57 Sri Ramakrishna, que vivió en la India, como su nombre nos hace sospechar, a comienzos del siglo XIX,
0:06:06 se mostraba a veces luminoso o como rodeado por llamas, dice la crónica.
0:06:12 La crónica histórica, no, al diario.
0:06:15 La crónica dice que su cuerpo parecía todavía más alto de lo que era y que se iba siendo luminoso, de a poco,
0:06:23 y el color moreno de su cuerpo tomaba un tinte muy claro.
0:06:28 Algunos mitos tibetanos, relativos al origen del mundo y del hombre, hablan acerca de iluminaciones.
0:06:36 Uno de estos mitos cuenta que del vacío primordial emanó una luz azul que produjo un huevo.
0:06:45 La luz dio lugar a un huevo.
0:06:47 Este huevo, que nació de una luz azul, dio lugar al universo.
0:06:52 Y eso, que big bang, ni que nada.
0:06:55 Otro mito, o el mismo, relata que la luz blanca dio nacimiento a un huevo.
0:07:02 Parece que los tibetanos consideraban que los huevos eran una consecuencia inmediata de la luz.
0:07:09 Cada vez que alguien prendía la luz, se veía un huevo.
0:07:20 Apagar esa luz.
0:07:23 Rabindranath.
0:07:27 Lobsack. La luz.
0:07:31 Que tu padre, bien.
0:07:33 Parece que este huevo, si este, además dio origen al hombre primordial.
0:07:41 Por último otro mito cuenta que el vacío dio origen al ser primordial y este, el mismo de antes.
0:07:53 Este es el ser primordial y radioluz era un ser luminoso, pero se presentó un problema.
0:08:01 La tradición explica cómo se efectúa el paso del hombre resplandeciente a los seres humanos actuales, más bien oscuros o pacos.
0:08:11 Parece, lo puedo decir ahora que estamos solos.
0:08:17 Parece que en el comienzo, los seres eran asexuados, señora.
0:08:26 Y no tenían deseos carnales.
0:08:29 Por suerte, porque no hubieran podido cumplirlo.
0:08:33 Poseían en cambio la luz y la irradiaban.
0:08:37 Aquí estoy, de la irradiar a falta de otra cosa.
0:08:42 Y dice, además que el sol y la luna no existían.
0:08:46 Así que al comienzo, según el mito, los hombres se multiplicaban del siguiente modo.
0:08:50 La luz, cuidado con los niños, la luz emanaba del varón.
0:09:03 Y esa luminosidad, nene, fecundaba la matriz de la mujer.
0:09:10 El instinto sexual, se satisfacía únicamente por la vista, como ocurre con tantos.
0:09:22 Pero los hombres degeneraron, o degenerados.
0:09:28 No, degeneraron todavía más.
0:09:32 Y comenzaron a tocarse con las manos.
0:09:35 Y finalmente descubrieron la unión sexual, que era un club.
0:09:48 Cuando el instinto sexual despertó, habrá dicho buenos días,
0:09:56 apareció la genitalidad entre las cobijas.
0:10:05 Qué feo despertar su vida para el otro, sí.
0:10:09 Está ahí como la conocemos nosotros.
0:10:12 Pero entonces, ¿qué pasó?
0:10:14 La luz se extinguió de nombres y mujeres.
0:10:17 Y el sol y la luna aparecieron en el cielo.
0:10:21 Es decir, que el precio del disfrute sexual es la oscuridad y la aparición del sol y la luna.
0:10:27 Que a mí mucho no me molestan.
0:10:29 Le digo que prefiero un mundo con sol, con luna y con amor, por decirlo así,
0:10:34 que no andara por ahí como una linterna.
0:10:38 Por la linterna verde, ¿no? Por la vida.
0:10:45 Para algunas sectas cristianas, como las de los mesalianos,
0:10:51 la aparición de Jesús en una oración debía ser inoxelablemente cegadora.
0:10:57 Para los mesalianos, el fin último era la unión ex táctica del alma
0:11:01 con el cuerpo luminoso de mis Cristo.
0:11:03 Decían los mesalianos que Adán también poseía la facultad de resplandecer.
0:11:08 Esto ante la caída, ¿no?
0:11:10 Esa facultad les sería restituida a los hombres en el paraíso.
0:11:14 Mientras el paraíso, el señor Tomé dice...
0:11:18 Doscientamente...
0:11:20 ...de favor, ¿qué parece?
0:11:21 Hay una historia de San José Oriol,
0:11:24 que era un sacerdote catalán que vivió a mediados del siglo XVII.
0:11:30 Durante sus estudios vivió en casa de Catalina Bruguera,
0:11:34 que era una mujer casada que le dio albergue a este sacerdote José Oriol.
0:11:41 Oriol era huérfano.
0:11:42 Y esta señora parece que se entretenía con José Oriol
0:11:47 de un modo no demasiado virtuoso.
0:11:49 La mina me tenía ganas, Oriol,
0:11:51 pero él la rechazaba porque era muy virtuoso.
0:11:54 La rechazaba sostenidamente.
0:11:56 Qué raro el rechazo sostenido.
0:11:58 Más bien lo que eso tiene es la sentación.
0:12:01 Un día parece que entró el marido en la sala en la que estaba Catalina con el sacerdote
0:12:09 y entró el pobre Bruguera.
0:12:11 Según la crónica, al verlos sintió sospechas de que su esposa faltaba a sus santos deberes.
0:12:20 Entonces el sacerdote José Oriol, que notó esa sospecha,
0:12:25 para demostrar su virtud fue hasta una chimenea incendida que había en la sala,
0:12:30 metió las manos en el fuego y después de un largo rato la sacó,
0:12:36 iglesas pero refurgentes.
0:12:39 Dicen que, confuso el marido,
0:12:43 comprendió que aquella era una señal del cielo de la inocencia, al menos del cura.
0:12:49 Entonces trató cariñosamente al cura, lo alojó en su casa
0:12:54 y parece que el cura durante los seis días que tuvo allí
0:12:58 iluminó con sus manos las habitaciones de la casa.
0:13:01 Encantó esta idea.
0:13:04 ¿Cómo me gustaría encontrar a mi novia en compañía de José Oriol
0:13:10 y después tenerlo del interno, incluso de estufa durante seis días?
0:13:20 A Oriol que rechazaba virtuosamente los embates de aquella lujerosa dama.
0:13:24 Ya sabemos que el premio a esa clase de rechazos
0:13:27 es que la mano no se te quema cuando la pones en el fuego.
0:13:31 Así que le dedico a José Oriol esta charla
0:13:35 pero también a aquellos primeros seres
0:13:38 que renunciaron a una cierta luminosidad por el precio del amor.
0:13:43 Aquelos pioneros que un día dejaron de iluminar
0:13:46 y empezaron a poner manos a la obra.
0:13:51 Un momentito de la voz.
0:13:53 Fui a la discoteca que estaba cerrada y oscura.
0:13:56 Al rato salió el bibliotecario con una locutora.
0:14:00 El discotecario, ¿no?
0:14:03 Y para demostrar su inocencia puso la mano en una ornaya
0:14:07 e inmediatamente salió corriendo los gritos.
0:14:13 Bueno, nos quedamos para ilustrar
0:14:16 estas historias de personas luminosas
0:14:20 con el bello tango que se llama farolito de papel.
0:14:23 Y también es luminoso.
0:14:25 Iluminoso pero poco.
0:14:27 Con esa luminosidad escasane pero íntima
0:14:32 que es deseable en un lugar amoroso.
0:14:36 Lo peor para un lugar donde va a tener vigencia
0:14:41 o encuentro amoroso es la luz fluorescenta.
0:14:44 Porque uno se pone pálido
0:14:47 y a veces tarde en encenderse.
0:14:50 En el baño, tarde en encenderse.
0:14:52 Y amaga.
0:14:54 Se prende el tubo cuando uno ya sale.
0:14:58 Sí, me pasa.
0:15:00 Y la peor de la luz es la negra.
0:15:02 Yo que en algunos boliches hay una.
0:15:04 Pero a mí me gusta la luz negra.
0:15:06 No, es el flash.
0:15:09 Es la negra que marca todos los puntitos blancos de la rosa.
0:15:14 Muy botona.
0:15:16 Te notan los calzoncillos bajo el pantalón.
0:15:18 Es como una lamparita violeta.
0:15:22 A mí me gusta eso.
0:15:23 Pero a que no me gusta es la fluorescenta.
0:15:26 Yo cuando estoy en un lance amoroso,
0:15:28 así que quiero crucer un poco,
0:15:30 le pongo una prenda interior arriba del velador.
0:15:34 Y liste yo, mi amor mío.
0:15:37 Esta fenombra, esta semipenombra,
0:15:40 que nos incita a amarlos.
0:15:44 Es que en los calzoncillos están patos,
0:15:46 porque puedes generar una figura en el techo.
0:15:48 Claro, y da color.
0:15:49 Da color.
0:15:50 Pero hay muchos incendios.
0:15:54 Se le quemaron los calzoncillos.
0:15:56 Y después tiene que dar cuenta de esa quemazón en la casa.
0:16:01 Si uno es un amante adulto.
0:16:03 Vuelve a la casa con el calzoncillo chamuscado.
0:16:06 Y la mujer dice, ¿qué te pasó?
0:16:08 No me vas a creer.
0:16:17 Señores, escucharemos el tango,
0:16:19 farolito de papel en la versión clásica de Carlos Gardel.
0:16:36 En estos grupos me elzaron el lienzo,
0:16:39 al mío me dormí.
0:16:41 Y dormidito me quedé, solo pato y hecho un mil.
0:16:44 Esta noche me encontré en la carnetita de la vioz.
0:16:48 El alma de don Gater,
0:16:50 aseguraste de amor,
0:16:52 por el orizo de papel que a los velaces murí.
0:16:56 Con la luz a mi,
0:16:58 que es amoroso por ti.
0:17:00 A otro lado al umbra soy,
0:17:02 que apagaste para mí.
0:17:04 Y yo a furas de acierto,
0:17:06 solo pato y hecho un mil.
0:17:09 Solo quedé,
0:17:12 solo tenía patiador.
0:17:18 Pato por el que era solo un mundo de noción.
0:17:26 Vuelvo a perder el triste puro del atrere.
0:17:33 Y para mi día,
0:17:36 esta margura es la vaciolidad.
0:17:39 Vos sos linda, vos te ves,
0:17:41 finca, finca y engrupí.
0:17:43 Vos un mundo prometés
0:17:45 y sin darte de feliz.
0:17:47 Vos el traje te adorlarás
0:17:49 con mi ocayo corazón.
0:17:51 Y los reos no sean pasados
0:17:53 en tu reflejo en términos.
0:17:55 Pero al fin apenas soporto
0:17:58 el nido de papel.
0:18:00 Y una noche en lo mejor,
0:18:02 ya buscados de caer,
0:18:04 cargarás al viento cruz
0:18:06 cuando sepan que tenés
0:18:08 mucho moico calo
0:18:10 por el nido de papel.
0:18:14 Solo quedé,
0:18:17 solo tenía patiador.
0:18:22 Pato por el que era solo un mundo de noción.
0:18:30 Vuelvo a perder el triste puro del atrere.
0:18:38 Y para mi día,
0:18:41 esta margura es la vaciolidad.
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