Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos de gente luminosa, no de gente luminosa en el sentido metafórico del asunto.
0:00:08 Tener uno luz es una frase que se lleva mucho, un dinero de un señor luminoso, sino en el sentido más literal.
0:00:17 Gente que, al parecer, por potesencia, por reflejo, por luz interior, por una rinterna oportunamente ubicada, produciría iluminación.
0:00:34 Justino, Gregorio Anacianzeno y otros padres de la Iglesia llamaban alba autismo, iluminación, fotizmos.
0:00:44 Se fundaban en dos pasajes en la Epístola a los hebreos, donde aquellos que habían sido iniciados en el Mechario Cristiano, es decir, que habían sido bautizados, eran designados con el nombre de foticentes iluminados.
0:00:59 Ya en el siglo II, Justino mencionaba una leyenda según la cual, durante un bautismo, el fuego se encendió en el río Jordán, que es el lugar en el osaparente para prenderse fuego.
0:01:11 Entre los cristianos fundadores, el Espíritu Santo estaba representado como una llama.
0:01:18 La santificación se expresaba por imágenes de fuego o por imágenes de... imágenes restandecientes, diría yo.
0:01:28 Era esta una de las fuentes doctrinales que apoyaron la creencia de que la perfección espiritual no sólo hacía al alma capaz de ver el cuerpo luminoso de Cristo, sino que el cuerpo del mismo santo podía irradiar luz o brillar como un fuego ardiente.
0:01:49 Aquí van algunos ejemplos de hombres que estaban iluminados en el sentido más literal e incluso los inconvenientes que ese estado podía acarrear, que ya todos ustedes irán calculando.
0:02:02 Hacia por el siglo V, un monje llamado José proclamaba que no se podía hacer monje si no se alcanzaba a ser tan resplandeciente como el fuego.
0:02:13 Este hombre, José, visitó una noche a lavar arseño en el desierto y pudo ver que el pozo en donde vivía arseño no sólo vivía en el desierto sino que vivía en un pozo y el pozo refugía.
0:02:30 No había fuego, ¿no? Es que estaba prendido el fuego del pozo, ¿no?
0:02:35 José se acercó y comprobó que era durante la oración cuando el propio monje arseño irradiava luz.
0:02:45 Dice su aseografía, si la geografía es pesanto, que José le hizo las escrituras aprovechando aquella reculgencia que prodigaba generosamente arseño.
0:02:56 Es decir, aquí se da un milagro por un lado a saber el cuerpo reculgiente de arseño y el aprovechamiento astupto de tal milagro por parte de José para poder leer y además para una lectura edificante.
0:03:15 Esto, desde luego, debe servir de cierto. No sé de qué, pero debe servir de cierto.
0:03:23 Hay algunos para que irradia un luz y otros para que aprovechen la luz irradiada por sus amistades para tener lecturas edificantes.
0:03:34 No es cuestión de tener un amigo que irradia luz y aprovecharlo para leer novelas de corinsellado o hacer un crucigrama, o ver el pobre diablo u otras revistas de S.K.S.
0:03:53 Bien. En la historia de los aceptas, todo hombre perfecto era considerado como una columna de fuego.
0:04:02 Y no se sentan que cuando elabar pisenilus, así se llamaba, se encontraba absurto en oración, su celda parecía completamente iluminada.
0:04:14 En la vida de Sanzabas, Sirilo de Sictopolis, dice que Justiniano vio en la cabeza de Sanzabas una gracia divina culgurante en forma de corona.
0:04:27 Esa gracia, por decirlo así, lanzaba rayos como los rayos dolares.
0:04:33 Fue a partir de entonces que las ilustraciones de los santos empezaron a lucir aquel famoso aro luciforme que apareció sobre las cabellas de los santos.
0:04:46 Esta pregunta no me la contestó nadie cuando era chico. Se preguntaba por qué.
0:04:50 En la se estampoíta, los niactos tenían como una especie de aurióla. A mí me parecía que era un gorro luminoso, pero era una interpretación errónea.
0:05:02 Entonces mi madre y mi abuela me habrán dicho que era un aro luminoso, que aparecieron pero me dijeron por qué.
0:05:10 Ahora sabemos por qué. En la cabeza de Sanzabas aparecía una luz y la dibujaba medio mal, o sea con un borde.
0:05:22 Yo la foto de la estampita está perfectamente bordada.
0:05:27 Claro, no es que hay un claro oscuro, no está la técnica de claro oscuro que pasa de una gran luminosidad al universo donde aquella luz no llega,
0:05:36 sino que hay como una cosa, un borde nístico.
0:05:40 Como quien dibuja, por ejemplo yo, el ágelo de una linterna con una raya, con dos rayas.
0:05:49 No sé cómo lo dibujara usted, no lo dibujo así.
0:05:53 Bueno, la se estampita que yo tenía cuando era chico era mucha, ya claro.
0:05:58 Tenían dibujado ese ágelo luminoso más bien parecido a un gorro.
0:06:09 O sea que el error no era mío, sino del dibujante de la estampita.
0:06:16 Algunas luminosidades traían problemas a quien negaron.
0:06:21 El agar, llamado Cisoes, relampagueaba.
0:06:26 Ya no sólo refugía, sino que relampagueaba.
0:06:31 Mirad cómo relampaguea Cisoes, desliantón.
0:06:38 Provocado a unos vestidos que asustaban a sus hermanos con toda razón.
0:06:43 Yo si tuviera un hermano propenso al refugilo, de nuevo me asustaría muchísimo.
0:06:53 Entonces los hermanos le pedían por favor que no entrar en éxtase con tanta frecuencia para no asustarse tanto.
0:07:03 Cuando Cisoes estuvo a punto de morir, su cara brilló como el sol y encandiló a todos.
0:07:10 Entonces nadie pudo contemplar su rostro.
0:07:13 Cisoes dijo, ahora llega el coro de apóstoles y el resplandor de su rostro aumentó todavía más,
0:07:21 tanto que iluminó un base que había por ahí.
0:07:25 El base en el cual estaba, no un base cualquiera.
0:07:30 Finalmente Cisoes murió, entregó su alma, dice aquí, quiero decir que murió.
0:07:39 Y partió tras su último esteso y no podemos negar que algunos contemplaran a que damos riesgo cierto.
0:07:52 Particularmente sus hermanos que calculan las cuneadas.
0:08:00 Estas son conjeturas.
0:08:04 Puedo del cristianismo, respecto de seres luminosos, se explica que el resplandor de Saratustra,
0:08:11 es decir, el sorbazo, es decir, el creador del mazdeísmo, aquí ya veis la religión de los persas,
0:08:19 aquí es la religión monoteísta de los persas.
0:08:23 Digo, Saratustra en el vientre de su madre resplandecía,
0:08:29 o al menos lo hizo durante los tres días anteriores, es un asimiento.
0:08:33 Y parece que era un resplandor tan intenso que iluminaba todo el pueblo de su padre.
0:08:41 Y eso que estaba, digamos, dentro del vientre de su madre, calcule, si estuviera fuera.
0:08:49 Aún desde dentro del vientre de su madre, por decirlo así, iluminaba todo el pueblo de su padre.
0:08:58 ¿No era el mismo pueblo de la madre y el padre, ustedes?
0:09:00 Parece que no, porque aquí se hace especial mención al dato este, que era el pueblo de su padre y no de su madre.
0:09:09 En cambio, sí estaba en el vientre de su madre, y desde luego no en el de su padre.
0:09:15 Esto de todo modo producía algún tipo de confusión entre los persas,
0:09:20 y particularmente cuando se enojaban los unos con los otros.
0:09:28 Siri Ramakrishna, que vivió en la India, a comienzo del siglo XIX,
0:09:37 se mostraba a veces luminoso o como rodeado por llamas.
0:09:42 Dice la crónica que su cuerpo parecía todavía más alto de lo que era,
0:09:49 y que siga haciendo luminoso y que el color moreno de su cuerpo tomaba un tinte muy fláer.
0:09:58 Algunos mitos tibetanos, no me gustó hasta la inserción de mi circunstancia, pareciera del diario del pueblo,
0:10:04 algunos mitos tibetanos relativos al origen del mundo y del hombre hablan acerca de luminosidades.
0:10:12 Uno de estos mitos cuenta que del vacío primordial emanó una luz azul que produjo un huevo,
0:10:20 es decir, la luz dio lugar a un huevo.
0:10:23 Reílo así, pero claro, el huevo sale de la luz o la luz del huevo.
0:10:33 Ahí el famoso dice la pregunta.
0:10:35 Y es la primera, sí, la luz o la luz.
0:10:42 Ahora, este huevo que nació de una luz azul dio lugar al universo.
0:10:48 Ese huevo se formó al universo.
0:10:50 Otro mito, este termina aquí, no se me he tomado muy complejo, era.
0:10:56 Otro mito relata que la luz blanca dio nación en todo un huevo.
0:11:00 Parece que los tibetanos consideraban que un huevo era la consecuencia inmediata de la luz.
0:11:09 Cada vez que alguien prendía la luz, se veía un huevo.
0:11:20 Parece que este huevo además dio origen al hombre primordial.
0:11:24 Por último, otro mito cuenta que en el vacío nació el ser primordial y este, el ser primordial, y radio luz.
0:11:32 Era un ser luminoso, pero se presentó un problema.
0:11:36 La tradición explica cómo se efectúa el paso del hombre resplandeciente a los seres humanos actuales más bien oscuros, opacos.
0:11:47 Parece que en el comienzo los seres eran asexuados y no tenían deseos carnales.
0:11:54 En todo caso, tampoco tenían como cumplirlo.
0:11:58 Poseían en cambio la luz y la irradiaban.
0:12:03 Aquí estoy, delegradiada, falta de otra cosa.
0:12:09 Y el sol y la luna no existían.
0:12:13 Al comienzo, según el mito, los hombres se multiplicaban de siguiente modo.
0:12:18 La luz emanaba del cuerpo del varón y esa luminosidad recundaba la matriz de la mujer.
0:12:25 En instinto sexual se satisfacía únicamente por la vista, como hacen tanto.
0:12:31 Pero los hombres degeneraron y comenzaron a tocarse con las manos, lo más razonable por otra parte.
0:12:42 Y finalmente, claro, tengo una cosa, trae la otra.
0:12:46 Descubrieron la unión sexual, que parece un club más que un club.
0:12:52 Cuando el instinto sexual despertó, apareció la genitalidad tal como la conocemos nosotros, quizá un poco mejor.
0:13:01 Pero entonces la luz se extinguió en los hombres y en las mujeres.
0:13:07 Y la luz se despejó en la luz.
0:13:10 Y la luz se despejó en la luz.
0:13:13 Y la luz se despejó en la luz.
0:13:17 Pero entonces la luz se extinguió en los hombres y en las mujeres.
0:13:22 Y el sol y la luna que se iluminan sin tocarse aparecieron en el cielo.
0:13:27 Es decir, que el precio del disfrute sexual es la oscuridad y la aparición de sol y la luz.
0:13:44 Yo le digo la verdad, yo prefiero un mundo con sol, con luna y con amor.
0:13:51 Por eso digo así.
0:13:53 Que no andan como una linterna.
0:13:59 ¿Lo afecta mucho usted no la la luz?
0:14:05 Me digo que es una paso bien así.
0:14:10 Para algunas sectas cristianas, por ejemplo la de los mesalianos,
0:14:16 la aparición de que se usen una visión debía ser inextrorealmente llegadora.
0:14:21 Para los mesalianos el fin último era la unión exáptica del alma con el cuerpo luminoso de Cristo.
0:14:30 Decían los mesalianos que Adam poseía también la facultad de resplandecer antes de la caída
0:14:38 y que esa facultad les sería restituida a los hombres en el panadiso.
0:14:46 Y todo eso, todo lo datos que hemos juntado acerca de eso.
0:14:52 Pero tengo fuera de programa una historia de San José Oriol que era un sacerdote catalán
0:15:01 que vivió a mediados del siglo XVII.
0:15:05 Durante sus estudios vivió en casa de Catalina Bruguera, una mujer casada,
0:15:12 que le dio albergue, ya que Oriol, sacerdote catalán, era guarfa, no tenía donde ir.
0:15:20 Y esta mujer casada, Catalina Bruguera, casada con el señor Bruguera, me imagino, en la editorial,
0:15:29 le dio albergue. Parece que Catalina siempre tenía con José Oriol, sacerdote.
0:15:37 Yo en modo no demasiado virtuoso, pero él la rechazaba sostenidamente, si me permiten, la paradoja.
0:15:47 Un día entró en la sala en la que estaba en Catalina,
0:15:54 no se sacerdote nada menos que el marido, el pobre Bruguera.
0:15:59 Y según la crónica al verlos, sintió sospecha de que su esposa faltase a su santo deber.
0:16:07 Y esta sacerdote, José Oriol, notó esas sospechas del marido,
0:16:13 lo que el marido entraba, que miraba.
0:16:16 Y entonces, para demostrar su virtud, fue hasta una chimenea incendida, que había en la sala,
0:16:25 y metió la mano en el fuego para demostrar su virtud.
0:16:29 Ahí no más. Después de un largo rato, la sacó, las manos, ¿no?
0:16:36 Y listas, pero refurgientes. Y todavía mejor sería refurgientes.
0:16:46 Dicen que confuso el cura, y mucho más confuso el esposo, ¿no?
0:16:52 Se quedaron ahí el cura mirando sus propias manos,
0:16:56 y el marido, que iba de sorpresa a sorpresa,
0:17:01 la primera la encontraba a la mujer sola en una habitación con el cura.
0:17:05 Y la segunda, más sorpresiva todavía, o más intensa todavía,
0:17:14 la de cura metió así la mano en la chimenea y las saciadas refurgientes.
0:17:20 Bueno, entonces el esposo comprendió que aquí es la señal del cielo de la inocencia al menos del cura.
0:17:30 Y entonces trató cariñosamente al cura, José Oriol, lo alojo en su casa,
0:17:37 y parece que el cura durante seis días ilumió con sus manos las habitaciones de alguien al paso.
0:17:45 Cada vez que alguien tenía que ir al lugar oscuro, lo llamaba José Oriol,
0:17:50 y decía, su mano luminosa y la lumbradora.
0:17:55 Esa es la última historia que tenía, yo mucho no me la creo.
0:17:59 Quiero decir que en la inocencia de la mujer.
0:18:08 Bueno, y aquí vamos a dedicar a esta chona.
0:18:10 José Oriol, desde luego, quiere decir,
0:18:12 él rechazaba virtuosamente los embates de aquella lujuriosa dama.
0:18:19 Ya sabemos entonces que el premio ante esa clase de rechazos
0:18:25 es que la mano no se te creeme si la pones en el fuego.
0:18:30 ¿Y usted a quién quiere dedicar esto?
0:18:37 La verdad, aquí es el primero seres Alejandro que empezaron a convertir los que hicimos.
0:18:45 ¿Aquí lo que?
0:18:46 Renunciaron una cierta luminosidad por el precio del amor.
0:18:48 A los pioneros.
0:18:49 A los pioneros de que nos quedamos.
0:18:51 A los que un día dejaron de iluminar y empezaron a poner manos a la ove.
0:18:57 Y a oscurismo no va.
0:18:59 A los curos.
0:19:01 Ahí voy.
0:19:09 Hemos ido.
0:19:16 Hemos ido a la discoteca y estaba cerrada y oscura.
0:19:24 Al rato salió el discotecario con una locutora.
0:19:30 Entonces, para demostrar su inocencia...
0:19:34 No me había lepuso la mano ni un horno, ya la acercó.
0:19:38 Porque inmediatamente salió corriendo a los gris con los muñones.
0:19:46 Nos quedamos con un disco que se llama Luz y Sombra.
0:19:51 Son, digamos, los dos extremos de la posibilidad amorosa.
0:19:56 La luz, de la lejanía y de la espiritualidad.
0:20:00 Y la sombra que produce el tacto y el contacto.
0:20:08 Y yo creo, humildemente, como Octavio Paz, que el amor son las dos cosas.
0:20:12 Que es mentira que nos convertimos de una cosa en otra.
0:20:15 Que es mentira que dejamos de alumbrar para empezar a tocar.
0:20:19 Lo que yo creo es que cuando tocamos, también alumbramos.
0:20:23 Así que yo creo que el amor es también luminosidad.
0:20:30 Y que este tango Luz y Sombra, juez compuesto, es pensando en cualquier otra cosa.
0:20:38 Pero no es eso lo que nos preocupa.
0:20:43 Sino hacerlo rimar tales, finalmente, el trabajo del poeta con lo que acabamos de decir.
0:20:51 Luz y Sombra ha sido compuesto por Donas Corpiaz Sola.
0:20:55 Y se la ha interpretado en solo el piano por Aquiles de Lévinier, inmediatamente.
0:21:01 Adelante, Aquiles.
0:21:07 Y no es eso lo que nos preocupa.
0:21:10 Y no es eso lo que nos preocupa.
0:21:13 Y no es eso lo que nos preocupa.
0:24:16 Bringádero.
0:24:18 Soy al Whereas.
0:24:21 Le estoy söyleye.
0:24:24 MeANE
0:24:25 No seрос, no seery.
0:24:26 동.
0:24:28 speak como seú.
0:24:32 TELLTLETLETлетletletletletletletletletletltletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletletlet
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