Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos esta noche de geografía mítica de los mares, particularmente en la edad media.
0:00:09 Si uno examina un mapa de la edad media en el que aparezcan representados los mares conocidos,
0:00:16 enseguida le llamará la atención la existencia de una gran cantidad de extraños territorios, islas, monstruos, etc.
0:00:28 Aquellos lugares han recibido nombres, lo único que han recibido.
0:00:34 Y han aparecido en muchísimos textos cartográficos, ya hasta épocas tan recientes como el siglo XVIII.
0:00:42 El más grande de los geógrafos árabes, al-Edrissi, escribió ya por el año 1150 que había 27.000 islas mágicas solo en el Atlántico.
0:00:56 Parece que las formaciones nubosas bajas engañaban a los navegantes que creían ver en ellas tierras lejanas.
0:01:04 No era raro entonces que esos territorios imaginados recibieran nombres y tuvieran sitio en los mapas antiguos.
0:01:11 Muchos más frecuentes eran los hervejismos que hacían ver lugares maravillosos que luego nunca podían ser encontrados.
0:01:18 Así, durante la Edad Media y hasta poco después del Renacimiento, por todas partes se oía hablar de hermosas islas fantasma,
0:01:26 de territorios perdidos, incluso fugitivos que de pronto se hacían visibles y después no se dejaban encontrar ni pisar.
0:01:36 La idea de ciudades fugitivas es maravillosa y de ciudades se movientes, aun cuando no fugitivas también.
0:01:44 Por ejemplo, ciudades que uno puede esperar.
0:01:46 ¿Qué pasa por un lugar?
0:01:48 En vez de encaminarse uno hacia la ciudad, por el caso del Mar del Plata, uno espera su paso.
0:01:55 ¿Qué se está esperando que pase el Mar del Plata?
0:01:58 Hace como tres días que espera y no llega.
0:02:00 Y van cambiando el lugar y el servicio meteorológico, quien fuera, informa la ubicación del Mar del Plata cada día.
0:02:08 Y en ese lugar siempre sucede lo mismo en términos climatológicos.
0:02:12 O sea, cuando el Mar del Plata llega un lugar del paralel...
0:02:14 Claro, hay un clima marflatense por muy al norte que estuviera el Mar del Plata.
0:02:19 ¿Has propuesto eso de esperar a Japón?
0:02:23 No, por la capital que es la cosa.
0:02:24 Te le vas a la tratofera y que en una hora y pico íbamos a estar en Tokio.
0:02:29 Pero ahí se movían las personas, barco no sea, anti-enemis.
0:02:32 No, tal vez.
0:02:34 Bueno, antiguas leyendas de los Vikings explicaban que con medios mágicos se podían fijar en un solo sitio a aquellos territorios movidos.
0:02:48 Claro, porque en el resultado era conveniente aquel carácter siempre fugitivo de los territorios.
0:02:57 Por ejemplo, si lograba hacerse llegar un pedazo de hierro, quizá en forma de lanza rojadiza,
0:03:05 entonces el misterioso lugar quedaba inmovilizado y después los navegantes podían llegar.
0:03:10 Como quien clava una literalmente una.
0:03:13 Otro procedimiento fue utilizado, incluso con éxito, para detener a la isla de Gotlandia,
0:03:20 existente en el malváltico, que andaba de un lado para otro como zapallo en carro.
0:03:25 Se dijo que antiguamente aquella isla solo era visible por la noche cuando surgía del mar
0:03:31 y durante el día era invisible quizá porque se sumergía con toda astucia.
0:03:36 Solo Erika el Rojo pudo arribar hasta sus costas, encendió allí fuego y de este modo quedó la isla fijadera.
0:03:43 Y ahí la tiene usted.
0:03:44 Tierra del fuego.
0:03:45 Lo más chula.
0:03:47 La más importante de todos estos territorios, la isla más importante,
0:03:54 tuvo su origen en tradiciones populares irlandesas.
0:03:57 Se trata de la isla de Brosell, o sea la isla de la felicidad.
0:04:02 Brosell era una especie de monte de venus celta habitado por hermosísimas doncellas sedientas de amor.
0:04:10 Pocos eran los afortunados que lograban alcanzar esa isla, por eso estaban tan sedientas.
0:04:17 Quienes llegaban creían allarse en el paraíso y olvidaban su patria a causa del ininterrumpido deleite de los sentidos.
0:04:29 Trasláese uno lejos.
0:04:32 Luego procede a deleitar ininterrumpidamente los sentidos.
0:04:37 Verá como inmediatamente se olvida de la patria.
0:04:40 El nombre Brosell fue más tarde confundido erroneamente, como suele ocurrir con las confusiones,
0:04:51 con el vocablo brasil de las lenguas románicas, que se refería al color rojo de las brasas del carbón.
0:04:59 Y luego fue utilizado redondamente para designar todo color rojo oscuro e intenso.
0:05:06 Como se tenía el firme convencimiento de que existían todas las islas dotadas de nombres, y todo lo que tiene nombre existe.
0:05:14 Comenzaron a realizarse enormes expediciones.
0:05:18 Enorme aplicado a una expedición no parece muy...
0:05:21 Puede ser, pues se llama invasión más bien, ¿no?
0:05:24 Entre 1480 y 1497 partieron de Bristol siete expediciones con más de 600 hombres en busca de la isla de Brosell.
0:05:34 Las primeras seis no regresaron jamás.
0:05:37 La séptima, cuantí menos, logró el redescubrimiento, si se tienen en cuenta los bequens, de la península del Labrador.
0:05:47 En realidad que llegó a aquel lugar por segunda vez fue un italiano, el amigo Cabot, o Gaboto, que estaba al servicio de los ingleses.
0:05:56 Fue el 24 de junio de 1497, precisamente el día que falleció Carlos Gardén.
0:06:04 Después del descubrimiento de América se pensó que la isla, la isla está de Brosell, podría encontrarse en las cercanías de un lugar
0:06:15 en el que se encontraba con frecuencia una madera tintórea llamada Palo Campeche, que era roja y era roja.
0:06:26 Y así el nombre de la isla fantasma quedó unido al de un país, Chile.
0:06:30 Ah, no, Brasil.
0:06:34 Otra isla fantástica cuya existencia fue creída a pie juntillas, era casualmente la isla de Antiglia.
0:06:45 Supuestamente tenía siete magníficas ciudades, cada una de las cuales había sido fundada por un obispo fugitivo de la invasión musulmana.
0:06:55 Es decir, escaparon siete obispos de la invasión musulmana tan solo para fundar siete ciudades en Antiglia.
0:07:04 Era cuadrangular la isla y poseía cientos de fondaderos donde atracar las naves.
0:07:10 Se la creía ubicada al oeste del archipiélago de las azores.
0:07:18 Se pensaba con tal firmeza en la realidad de su existencia que el sabio florentino Toscanelli indicó a Colón que fuera primero Antiglia
0:07:28 y luego continuara su viaje para llegar a Asia Oriental.
0:07:32 Fue así como al llegar las primeras expediciones a la América Central, se creyó que se había arribado a la isla fantástica.
0:07:39 De aquí el nombre de las actuales Antiglias.
0:07:44 En los mapas anteriores a la conquista se escribía la temperatura de las aguas, que se ponían como una isoterma.
0:07:55 Porque se pensaba que el agua se iba espesando y se iba calentando a medida que uno iba hacia el sur
0:08:03 y se creía que si el barco se internaba más de lo debido no tardaría en naufragar en cuanto el calor derritiera el arquitrán
0:08:11 con el que se calafateaba el casco.
0:08:14 También está la mítica historia de San Brandán que hemos contado hace poco, así que le pasaremos por encima.
0:08:22 Pero sí hablaremos del desconocido continente del sur.
0:08:27 Este territorio nació de un razonamiento en cierto sentido impecable, es decir, en sentido absurdo.
0:08:38 Tuvo que ver con una obsesión histórica por la simetría.
0:08:42 Si al norte del Ecuador había una gran masa de tierra, debía existir del mismo modo otra en el sur.
0:08:49 En el año 43 el geógrafo Pompoño Mela...
0:08:54 ¿Cómo le iba Pompoño?
0:08:57 Me la imaginó. Ah, no.
0:09:00 Imaginó y representó un continente austral.
0:09:04 Tomó la idea y expuso en sus mapas una gran tierra austral que se extendía desde el sur de África hasta Nueva Guinea y Java,
0:09:15 uniéndose a Asia por el este.
0:09:18 Era la famosa tierra incógnita que fue parte del credo geográfico durante siglos.
0:09:24 En el mes de mayo de 1488 el portugués Bartolo Medías dobló el Cabo de Buena Esperanza,
0:09:32 mostró que obviamente África no seguía hacia el sur.
0:09:37 Magallanes tampoco encontró ningún continente austral durante su viaje,
0:09:42 y sin embargo en el primer Atlas moderno aparece un continente austral denominado Terra Australis,
0:09:50 sin embargo una aclaración decía, todavía sin descubrir.
0:09:55 Claro, hasta acá.
0:09:58 Durante el siglo... Hacía mucho frío en aquella tierra.
0:10:02 Y aquí también.
0:10:04 Durante el siglo XVII los europeos continuaron incluyendo ese territorio en los mapas.
0:10:09 Buscando aquel continente se dobló el Cabo de Horno,
0:10:13 se examinaron cuidadosamente Australia y Nueva Zelanda,
0:10:16 pero nada, el continente del sur no aparecía.
0:10:20 En 1769 los astrónomos ingleses aseguraron que debía ocurrir un tránsito de venus
0:10:27 cuando Venus cruza el sol, un fenómeno que permitiría medir la distancia entre la tierra y el sol,
0:10:33 con solo cerrarlo desde el lugar más adecuado, utilizando una máscara, la del vecino de Báxar.
0:10:41 La Royal Society planeó entonces una expedición a Tahiti para observar el pasaje
0:10:50 y mandaron al capitán Cook, y llegó al frente de una goleta el 10 de abril de 1769.
0:10:58 En realidad lo que él quería era descubrir la Terra Australis,
0:11:01 entonces los dejó a los astrónomos ahí y se dispuso a navegar alrededor de las costas australianas.
0:11:07 En 1771 estaba de regreso en Inglaterra con la mano vacía.
0:11:12 Al año siguiente partió de nuevo, llevaba órdenes,
0:11:15 es decir, con navegar la tierra en la latitud más austral posible.
0:11:19 Y aclaro que esta tarea se hace cada vez más fácil.
0:11:24 Al punto que al llegar al polo sur se hace en 30 segundos.
0:11:32 Con navegar...
0:11:34 En 90 grados de latitud.
0:11:40 Cook avanzó hasta más allá de los límites razonables, o sea, pasó incluso los 90 grados.
0:11:48 Y no apareció ningún rastro de tierras habitables.
0:11:51 Escribió en su diario, querido diario,
0:11:56 Aquí el hielo es eterno.
0:11:58 No encuentro para tanta desolación palabras adecuadas.
0:12:02 Parece el diario de mi hermana también.
0:12:05 Sacando aquí el hielo es eterno.
0:12:10 Dice más o menos lo mismo que todos los diarios de las jovencitas.
0:12:15 Pero con calor.
0:12:17 Si alguien llegara a tener más fuerza y la resolución de aclarar este problema,
0:12:22 no le envidiaré la gloria del descubrimiento.
0:12:26 En marzo de 1773, después de 170 días de viaje entre los hielos del sur, Cook se canso.
0:12:35 Y decidió enfilar su nave hacia aguas más templadas.
0:12:40 La historia del continente austral se había derrumbada.
0:12:44 Finalmente a Cook no le fue bien.
0:12:47 Llegó a la isla Caracacóba y luego de una terrible batalla con los nativos,
0:12:55 estos se lo comieron.
0:12:59 Injirieron al capitán Cook después de hacerlo a los piedos.
0:13:06 Today Cook is the same menu.
0:13:11 Que se hagan comida el capitán Cook.
0:13:18 ¿Cómo se llama el capitán?
0:13:20 ¿Cómo se lo comieron?
0:13:22 ¿Cómo se llama Killer?
0:13:24 Le pegaban un tiro.
0:13:25 Acesinaron a Killer y cocinaron a Cook.
0:13:32 No eran nativos, era un intelectual de franceses.
0:13:37 Eran nativos que no conocían la metáfora.
0:13:41 Si como el griego afirma en el cratilo el nombre es arquetipo de la cosa,
0:13:49 a Cook no lo comemos crudo.
0:13:51 Sí, es muy bueno.
0:13:53 ¿A quién quiere dedicar esta breve historia de algunas maravillas sin existen?
0:13:58 Estaba pensando, Alejandro, en algunas de estas islas míticas.
0:14:02 Han sido para muchos de nosotros muy palpables,
0:14:05 como en el que en realidad es Brasil,
0:14:07 y en las traducciones de Ruben Hood y de editorial Thor,
0:14:11 que era una de las islas que aparecían en la saga de Arturo.
0:14:14 Como un dicho que estaba por así.
0:14:16 Pensaban los portulanos, que así se llamaban a los mapas que hacían nuestros amigos portugueses.
0:14:20 Para poder navegar bien.
0:14:22 Palabra usada por Cortázar, en los premios,
0:14:26 me parece en las digresiones escritas en letra constada de Percio.
0:14:32 Sí, señor. Muy bien.
0:14:34 Bueno, y pensaba después la forma en que funcionan los nombres.
0:14:37 Porque todo aquello que es colorado parece que llama la atención el nombre de Brasil.
0:14:41 Después estaba recordando que por una madera que parecía una braza,
0:14:45 y a lo que se la conocía como Virú, se bautizó al Perú también.
0:14:48 Y también pensaba en una forma en que malinterpretaron algunos tirios,
0:14:53 la forma en que algunos griegos hablaban de las llegadas a esas costas,
0:14:57 y se hablaba del barniz, cuando en realidad se decía Berenice,
0:15:00 que no quiere decir otra cosa, que la portadora de la victoria,
0:15:04 la nave portadora de la victoria, que en buen español se dice Verónica.
0:15:07 Digo que esto es también lo que hace un tolero de vez en cuando.
0:15:11 Y en general la victoria, es aquello que obtiene uno cuando se confirma alguna teoría.
0:15:15 Hoy resulta que pasan por cosas mítidas estas cuestiones de islas que se mueven.
0:15:19 A Dosbegen, una alemana amigo de este programa,
0:15:22 descubrió que en algún momento todas las islas se movían por el mundo.
0:15:26 No hay otra cosa que dice Pugitivas.
0:15:28 Deriva continental.
0:15:30 Y su amigo Isaac Asimov dijo,
0:15:32 que es una gran confusión pensar que hay otra cosa en el mundo que islas.
0:15:36 Digo, esto sin detenerme en los arqueros, que es el punto donde me llevaba.
0:15:40 Y después también se hablaba de los cataclimos que provocaban el choque.
0:15:48 Se van por delante unos con otros,
0:15:50 esos eslotes, y surgían montañas.
0:15:53 Me vio ser un día inolvidable.
0:15:56 Hoy excursión agitada.
0:15:59 Ya el mundo no es tan atractivo.
0:16:02 Y después de todo sabemos que vivir no es preciso, pero navegar es preciso.
0:16:06 ¿Por qué en ese camino?
0:16:08 Ya sea que descubramos la portadora de la victoria, o bien alguna madera colorada,
0:16:12 así donde estemos encontrando eso será un caminito soleado.
0:16:15 Un caminito soleado.
0:16:16 ¿Por qué no hay caminante?
0:16:19 Tan solo hay caminado.
0:16:20 Caminito soleado, canta ahora mismo, Carlos Gardello.
0:16:55 ¿Por qué no hay caminado?
0:16:57 Oh, me viste pasar.
0:17:01 Mieres ser a los pastos, amigo, que sobren pioneros.
0:17:09 Como un dulce corzuelo, su verde saludó, me hacía llegar.
0:17:20 Cruzaron obor en disimales, con ala venía mi pobre carrena.
0:17:26 Con sus carregas de esperanzas, las ruedas hacían alrieren tu gambena.
0:17:33 Y cuando ya te la besaba la hondura del vano, de lenta corriente,
0:17:40 una congojada sierte detuvo su impulso, parando su aleda.
0:17:47 Por el que la que la rosito a veces tu sol no se sabe respirar.
0:17:54 Y cuando viso casita de pulos celosos, me sobro el pampero.
0:18:17 Para contarle chismoso que estará igual mi apero, mi elferenda de amor.
0:18:24 Para su pelo una cinta que llevo a escondida de lindos flores.
0:18:30 Para sus labios mi antoto, y para sus ojos un claro cristal.
0:18:37 Y para su blanca garganta, el crioso que canta, tiene que canta.
0:18:47 Claro que mi nido crioso, florido y soliado,
0:18:55 Quiero yo que sea sombre, cuáles dos es la menor, pero al verme llegar.
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