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0:00:00 Muy bien, continuamos en la venganza Será Terrible. Estamos en el galponcito de la calle Gorriti 5963 aquí en Buenos Aires. Toda la semana vamos a estar aquí. Los esperamos a la medianoche.
0:00:17 El plato de la noche de Giro Lamos Sabonarola, un hombre que se instaló en el poder en Florencia, a fines del siglo XV,
0:00:29 Sabonarola descendía de una familia de Padua, de cierto rango, era el tercero de siete hijos, estudió medicina porque el padre que era médico lo obligó. Le habrá dicho, estudía medicina o te rompo el alma.
0:00:47 Pero no duró mucho y se metió enseguida en la religión. Dicen que era un muchacho taciturno que cuando empezó a estudiar a los padres de la iglesia acentuó su aislamiento y exasperó su intolerancia hacia cualquier forma de pecado.
0:01:06 Veía diablos por todas partes, el Sabonarola. Le parecía que el mundo se deslizaba hacia el infierno, lo cual me siento. La idea de la condenación eterna lo obsesionaba.
0:01:21 Se precipitaba en terribles crisis de desconsuelo, de las que emergía solo después de largos ayunos, mortificaciones y retos. Sus padres le pedían que moderara sus penitencias.
0:01:37 Modera tus penitencias o te rompemos el alma. Pero no había caso. Sabonarola entró en un claustro bolognés y se despidió para siempre de su familia.
0:01:53 En el convento continuó con las flajilaciones y pidió el privilegio de que le dejara limpiar los retretes. Parece que empezó a mostrar dotes oratorias especiales. Digo en otros foros, no, en los retretes.
0:02:11 Y estas dotes le valieron seis años después el traslado al claustro florentino de San Marcos. Y allí se dedicó a la instrucción de los novicios. Las mortificaciones se intensificaron. Se golpeaba el pecho, se golpeaba el pelo, se golpeaba.
0:02:30 En determinado momento empezó a recibir visitas de ángeles que le revelaban sus secretos. Eso lo hizo pensar que había sido elegido por Dios como depositario en la tierra de sus arcanos celestes y empezó a profetizar en los púlpitos florentinos.
0:02:50 Ya lo visitan tres, cuatro ángeles y se crean de saber quién. Los fieles ante estos discursos de Sabonarola se exaltaban, rompían en llanto y se aterrorizaban ante el furor apocalíptico de Sabonarola.
0:03:08 La mayoría de los florentinos desertaban de las otras iglesias para ir a escucharlo a él. Lo que más impresionaba era el valor con que atacaba a los príncipes e incluso al papa.
0:03:21 No se salvaba ni el propio Lorenzo de Medici, que era, digamos, Lorenzo el Magnífico, el que cortaba el bacalao en aquellos años en Florencia.
0:03:32 El propio Lorenzo le mandó a cinco funcionarios para que le pidieran que moderase su sarcasmo, pero Sabonarola los convidó a retirarse.
0:03:43 Se pensó entonces en hacerle frente en su mismo terreno, contraponiéndole a un franciscano famoso por suelo o lecuencia, pero esa apuesta fracasó también.
0:03:55 Todos los florentinos estaban hechizados por la oratoria dramática de Sabonarola, que incluso debió trasladarse a la catedral para contener a un auditorio que inventaba enormemente.
0:04:08 Lorenzo de Medici murió en 1492 y lo sucedió Piero de Medici.
0:04:14 Durante ese principado, Sabonarola acresentó su poder. Algunos dicen que, sobre todo porque se le cumplieron algunas profecías, por ejemplo la muerte de Lorenzo,
0:04:25 pero también la muerte del Papa Inocencio y la invasión dos años después de Carlos VIII de Francia, que en realidad iba en dirección a Ápoles, pero pasó por allí.
0:04:37 Sabonarola fue uno de los principales entusiastas de la invasión del rey francés.
0:04:43 Tenía la ilusión, incorrecta desde luego, de que el rey Carlos iba a imponer el orden y a reformar las costumbres.
0:04:52 En realidad no era el más indicado para reformar las costumbres y menos todavía en el sentido que pedía a Sabonarola, porque fue uno de los reyes más atorrantes de la historia de Francia.
0:05:02 Fue el que trajo la cípliza a Francia al regreso de su viaje a Ápoles, por eso se la llamó en Francia el mal de Ápoles.
0:05:10 Cierto es que algunos dicen que no es que llevó a Francia la cípliza al regreso de Ápoles, sino que las trajo a Ápoles cuando vino de Francia,
0:05:20 por lo cual en Ápoles la cípliza se llama el mal francés.
0:05:24 Hemos contado aquí muchas veces las aventuras de Carlos VIII de Francia, la espera de la pobre mujer que lo amaba y cómo este hombre saltaba de cama en cama.
0:05:36 De ese rey esperaba a Sabonarola una reforma rigurosa.
0:05:41 Bueno, así es la cosa.
0:05:44 Cuando Florencia se rindió sin combatir, los médiches también se rindieron, Sabonarola se alegró muchísimo.
0:05:53 Si venía a un extranjero invocando valores, enseguida Sabonarola se ponía contento.
0:06:02 Mirá, decía este muchacho Carlos VIII que viene aquí en nombre de la libertad.
0:06:08 Se reunieron 20 notables florentinos y se diseñó una República, bajo la cual los preceptos de Sabonarola fueron seguidos a Rajatabla.
0:06:18 Y Florencia conoció uno de los períodos más oscuros de su historia.
0:06:22 Los gobernantes dictaron leyes severísimas contra las malas costumbres.
0:06:27 Prohibieron.
0:06:28 Las carreras de caballo, los cantos de carnaval, el escolazo, el bailongo, las obras de bocacho echaron a los homosexuales.
0:06:38 Y como no bastaban los exbirros para garantizar el respeto a esas leyes,
0:06:43 Sabonarola creó unas tropas llamadas compañías de la esperanza que estaban formadas por jóvenes de la congregación que recorrían la ciudad.
0:06:52 Dele predicar la virtud, dele perseguir a los jugadores y dele hacer que las mujeres se taparan hasta el mentón.
0:07:01 También fundaron las famosas hogueras de vanidades en donde se destruían las obras galantes, los dados, los náperes, los espejos, los cosméticos, todos los productos maxfactor.
0:07:17 Sabonarola quería instaurar una teocracia que se anticipara en la tierra, o que anticipara en la tierra el reino de los cielos y sirviera de ejemplo a todo el mundo.
0:07:31 Bueno, ¿qué es eso?
0:07:32 Pronto llegaron los obvios.
0:07:34 Aparecieron los franciscanos.
0:07:36 Sabonarola era un dominico.
0:07:39 También los nostálgicos del principado de los Medici, en realidad los enemigos más encarnizados eran los arrabiati, los aerados, que habían bautizado con el nombre de Pianione a los ecuaces de Sabonarola.
0:07:55 Parece que los llamaban así porque en los sermones cuando hablaba Sabonarola lloraban.
0:08:01 Los encuentros violentos entre los arrabiati y los pianioni eran cosas de todos los días.
0:08:09 Pero no fueron las facciones las que llevaron a Sabonarola a su perdición, sino nada menos que el Papa Borja, que estaba alarmado por sus discursos y por sus supuestas profecías.
0:08:21 Alejandro Borla.
0:08:22 Ni el propio pontífice se animaba a dar baticiños, ni se exactaba de recibir revelaciones divinas.
0:08:30 Además, Girolamos Sabonarola era partidario de Carlos VIII, que había entusiasmado a varios bonarcas para reunir un concilio y de poner al Papa.
0:08:40 Por eso en julio de 1495 Sabonarola fue invitado al Vaticano para dar cuenta de sus actos.
0:08:51 Sabonarola no asistió.
0:08:53 Bueno, resumamos un proceso que fue largo y complicado.
0:08:57 Se sucedieron centenares de invictivas violentas de Sabonarola, cientos de amenazas papales para que Sabonarola abandonara los púlpitos, pero las amenazas fueron vanas.
0:09:10 Sabonarola decía, la soberbia de los eclesiásticos no es menor que su avaricia.
0:09:17 Todo lo hacen por dinero.
0:09:19 Van al coro, avísperas y oficios porque allí hay ganancias.
0:09:23 Venden los beneficios, venden los sacramentos, lo venden todo.
0:09:28 Al llegar la tarde uno va al juego y el otro a la concubina.
0:09:32 Todas esas cosas la decías a Onarola con esta misma voz.
0:09:36 Lo amenazaron con la excomunión.
0:09:39 Y él respondió que si se lo perseguía estaban perseguiendo a Dios.
0:09:45 Y entonces los comulgaron, no más.
0:09:48 Los nobles florentinos pidieron a Sabonarola que demostrara su poder en forma condundente.
0:09:55 Y el franciscano Francesco Dipulia lo invitó a la prueba del fuego.
0:10:02 Dijo Dipulia, yo creo que arderé, pero estoy dispuesto a ese sacrificio para liberar al pueblo.
0:10:11 Pero si Sabonarola no arde conmigo, tenedlo por un verdadero profeta.
0:10:15 Vamos, una hordalía, el juicio de Dios.
0:10:18 Se trataba de lo siguiente.
0:10:20 Los dos se metían en el fuego y el que no ardía tenía razón.
0:10:24 A eso lo llamaban un debate.
0:10:30 Pero el desafío no fue aceptado por Sabonarola,
0:10:34 sino por un seguidor de Sabonarola, que se llamaba Doménico de Apecia.
0:10:41 Que no dudaba de que Dios le daría la razón y lo haría arder a su enemigo a Dipulia.
0:10:47 Bueno, vamos a la prueba.
0:10:49 Y así fueron los dos.
0:10:52 El de Apecia y el de Dipulia.
0:10:55 Una muchedumbre acudió a la prueba.
0:10:58 Imagínense, los dominicos, o sea los partidarios de Sabonarola,
0:11:01 llegaron al lugar en procesión.
0:11:04 También llegaron los obf.
0:11:06 Hubo discusiones.
0:11:08 Los franciscanos temían que la túnica que llevaba Doménico de Apecia
0:11:13 estuviera embrujada y le pidieron que se pusiera otra.
0:11:16 Antes de entrar al fuego le pidieron que abandonara el crucifijo y la hostia.
0:11:21 Sabonarola se opuso.
0:11:23 Bueno, todas son las chicanas.
0:11:25 No, que entre el primero al final no entró ninguno de los dos.
0:11:28 Se agarraron a piñas todos los partidarios de uno y de otro y no hubo hordalía.
0:11:34 Entonces la gente se enojó.
0:11:36 Porque lo que quería la gente es que se metieran al fuego.
0:11:39 ¿Pá qué vinimos?
0:11:41 Y el pueblo se indignó.
0:11:43 Sabonarola perdió su abreola de profeta divino.
0:11:46 Los arrabiatti asaltaron el convento en que estaba Sabonarola.
0:11:50 Y lo entregaron a la señoría para que lo juzgaran.
0:11:53 Y allí dio su última profecía, Sabonarola,
0:11:57 la que indicaba que sería muerto.
0:12:00 Y así fue.
0:12:02 La sentencia fue ejecutada al día siguiente.
0:12:04 Mita porque el papa había amenazado a Florencia con la excomunión de todos sus habitantes,
0:12:09 si no se procedía convenientemente.
0:12:12 Sabonarola fue quemado en la piasa de la señoría.
0:12:16 Una repentina ráfaga de viento alejó durante unos instantes las llamas.
0:12:21 Y unos cuantos gritaron.
0:12:23 ¡Milagro, milagro!
0:12:25 Pero Sabonarola ya estaba muerto.
0:12:27 Unas mujeres piadosas pidieron permiso para tomar las cenizas en unas urnas,
0:12:33 pero los guardias lo impidieron.
0:12:36 Cuando las autoridades fueron informadas de eso,
0:12:40 mandaron a que se arrojaran al arno, al fiume arno, los restos de Sabonarola.
0:12:45 Algunos han considerado a Sabonarola un loco.
0:12:48 Otros dicen que era la encarnación del medioevo que sobrevivía al renacimiento.
0:12:53 Aseguran que heredó el fervor moral, la sencillez intelectual de los santos medievales.
0:13:00 Que exageró su inspiración divina, que trató ingenuamente de oponerse al poder pontificio, etc.
0:13:07 En realidad los florentinos quedaron astiados por su persecución de todos los placeres.
0:13:13 Algunos también dicen que se adelantó a la reforma con la crítica a la venta de indulgencia.
0:13:19 Pero la verdad es que no compartió ninguna de las disidencias teológicas del utero.
0:13:25 Ese era Sabonarola, recordado en Florencia, y se recuerda el lugar donde lo quemaron.
0:13:33 Bueno, a quien dedicar esta charla, que es el mismo Sabonarola, el primer Sabonarola, el segundo, es lo que sé.
0:13:44 Al otro, a equipar en lugar de él, a quemarse a Pesia, a Natalio Pesia,
0:13:54 ese es el jugador de bocas.
0:13:56 Y a toda la pobre gente de Florencia, que durante ese breve interregno debió soportar
0:14:08 mil prohibiciones, no te dejaban hacer nada.
0:14:11 A los jugadores de Florencia, a los de los bailón, a las muchachas, a las murgas de carnaval, todos esos
0:14:20 que sufrieron durante la época de las prohibiciones de Sabonarola.
0:14:26 Hemos ido a la discoteca a buscar canciones alusivas, y hemos encontrado un gato que toca a don Eduardo Falú,
0:14:36 en solo de guitarra. Este gato se llama Entre las Brasas.
0:14:40 Así que fue escrito, evidentemente, en conmemoración de la condena de Sirolamo Sabonarola.
0:14:49 Adelante, don Eduardo Falú.
0:15:10 En el momento de la condena de Sirolamo Sabonarola, el gato de la condena de Sirolamo
0:15:18 se llama Entre las Brasas.
0:15:20 Y en el momento de la condena de Sirolamo Sabonarola,
0:15:25 el gato de la condena de Sirolamo Sabonarola
0:15:28 se llama Entre las Brasas.
0:15:30 Y en el momento de la condena de Sirolamo Sabonarola,
0:15:33 el gato de la condena de Sirolamo Sabonarola
0:15:36 se llama Entre las Brasas.
0:15:38 En el momento de la condena de Sirolamo Sabonarola,
0:15:41 el gato de la condena de Sirolamo Sabonarola
0:15:45 Y en el momento de la condena de Sirolamo Sabonarola,
0:16:35 De la condena de Sirolamo Sabonarola
0:16:40 Y en el momento de la condena de Sirolamo Sabonarola
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