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5 de Noviembre de 2007

Girolamo Maria Francesco Matteo Savonarola

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos hoy de Girolamo Sabonarola.
0:00:06 Un hombre que vivió en Florencia a fines del siglo XV.
0:00:11 Descendía el amigo Sabonarola de quien me han pedido datos, muchas veces, los oyentes.
0:00:23 Menos hoy.
0:00:25 Descendía Sabonarola de una familia de Padova.
0:00:28 Era el tercero de siete hijos.
0:00:30 Estudió medicina, este chico, porque el padre, que era médico, lo obligó.
0:00:36 Le dijo, estudiás medicina o te rompo el alma.
0:00:40 Pero no duró mucho, Sabonarola, como estudiante de medicina.
0:00:44 Y se metió en la religión.
0:00:46 Dicen que era un muchacho taciturno, que cuando empezó a estudiar a los padres de la iglesia,
0:00:51 digo cuando empezó a leerlos, asentó su aislamiento y exasperó su intolerancia
0:01:00 de cualquier forma de pecado.
0:01:03 Parece que veía diablos por todas partes.
0:01:06 Le parecía que el mundo se deslizaba hacia el infierno.
0:01:10 La idea de la condenación eterna obsesionaba a Sabonarola.
0:01:15 Se precipitaba en terribles crisis de desconsuelo, de las que emergía,
0:01:20 solo después de largos ayunos, mortificaciones y resos.
0:01:25 Sus padres le pedían que moderara sus penitencias, pero no había caso.
0:01:31 Moderar tus penitencias o te rompemos el alma, le decían.
0:01:38 Sabonarola entró en un claustro bolognés y se despidió para siempre de su familia.
0:01:44 Estaba harto de que lo amenazara.
0:01:46 En el convento continuó con las flajelaciones y pidió como privilegio que le dejara limpiar los retretes.
0:01:56 Mostró que tenía dotes oratorias especiales, en otros foros, me imagino, no en los retretes.
0:02:05 Y estas dotes le valieron seis años después el traslado al claustro florentino de San Marcos.
0:02:13 Así en San Marcos se dedicó a la instrucción de los novicios.
0:02:16 Las mortificaciones se intensificaron.
0:02:19 Se golpeaba el pecho, se golpeaba el marote.
0:02:23 En determinado momento parece que empezó a recibir visitas de ángeles, que le revelaban sus secretos.
0:02:32 Tal vez visitas le hicieron creer que había sido elegido por Dios como depositario en la tierra de los cercanos celestes,
0:02:40 y entonces empezó a profetizar en los púlpitos florentinos.
0:02:46 Lo fui a reclaro al escucharlo, parece que se exaltaba muchísimo y algunos rompían en santo,
0:02:53 y se aterrorizaban ante el furor apocalíptico del amigo Sabonarola.
0:02:59 Incluso florentinos que acostumbraban a ir a otras iglesias, se cambiaban de iglesias para ir a escucharlo a él.
0:03:07 Lo que más impresionaba era el coraje con que atacaba a los príncipes e incluso al papa.
0:03:14 No se salvaba ni el mismísimo Lorenzo de Medici, que era el que cortaba el bacalágua en aquellos años en Florencia.
0:03:21 El propio Lorenzo le mandó a cinco funcionarios para que le pidieran que moderase sus arcasmus, pero Sabonarola los convidó a retirarse.
0:03:32 Se pensó entonces en hacerle frente en su mismo terreno, contraponiéndole un franciscano famoso por su eloquencia para que le diera pifnia y le retrucara.
0:03:42 Pero la apuesta fracasó porque Sabonarola era rápido de lengua.
0:03:48 En fin, que todos los florentinos estaban hechizados por la oratoria dramática de Sabonarola,
0:03:54 que incluso debió trasladarse de San Marco a la Catedral para contener un auditorio que aumentaba todo el tiempo.
0:04:04 Bueno, Lorenzo de Medici se murió en 1492 y lo sucedió Piero de Medici.
0:04:12 Durante ese principado, Sabonarola acresentó su poder y su influencia.
0:04:19 Algunas dicen que su poder se acresentó porque se le cumplieron algunas profecías, como por ejemplo la muerte de Lorenzo,
0:04:41 que había tenido la previsión de pronosticar con anticipación, la del Papa Inocencio,
0:04:48 y pronóstico también la invasión de Carlos VIII de Francia, que en realidad no invadió Florencia, iba a invadir Nápole, pero pasó por ahí.
0:04:57 El caso es que Sabonarola fue uno de los principales partidarios de la invasión del rey francés.
0:05:04 Tenía la ilusión, incorrecta desde luego, de que el rey Carlos iba a imponer el orden e iba a reformar las costumbres de Florencia.
0:05:13 En realidad, como bien sabemos, Carlos VIII no era el más indicado para reformar costumbres y menos todavía en el sentido que pedías a Sabonarola,
0:05:22 porque este fue uno de los reyes más atorrantes de Francia.
0:05:26 Fue, ni más ni menos, que el que trajo la Cífilis a Francia al regreso de su viaje a Nápoles, por tal razón en Francia le llaman a la Cífilis el mal de Nápoles,
0:05:38 así como en Nápoles le llaman el mal francés, porque nadie quiere hacerse cargo de la nacionalidad de esta terrible enfermedad.
0:05:48 Hemos contado aquí las aventuras de Carlos, la espera de su pobre mujer que lo amaba, hemos contado que el tipo saltaba de cama en cama.
0:05:57 Bueno, a ese rey esperaba Sabonarola para que cambiara las costumbres.
0:06:04 Cuando Florencia se rindió sin combatir, cuando los médiches se rindieron, Sabonarola se alegró muchísimo.
0:06:12 Parece que diseñaron una República, bajo la cual los preceptos de Sabonarola fueron seguidos a Rajatabla.
0:06:20 Y Florencia conoció uno de los periodos más oscuros de su historia.
0:06:26 Los gobernantes dictaron leyes severísimas contra las malas costumbres.
0:06:31 Prohibieron las carreras de caballo, los cantos de carnaval, el escolazo, el bailongo, las obras de bocacho, expulsaron a los homosexuales.
0:06:41 Y como no bastaban los esbirros para garantizar el respeto a estas leyes, Sabonarola creó unas tropas llamadas compañía de la esperanza,
0:06:51 que estaban formadas por jóvenes de la congregación que recorrían la ciudad, dele predicar la virtud, dele perseguir a los jugadores y dele hacer que las mujeres se taparan hasta el mentón.
0:07:06 También fundaron las famosas Ogueras de Vanidades, en donde se destruían las obras galantes, los dados, los náipes, los espejos, los cosméticos, todos los productos, Maxfactor, etc.
0:07:19 Sabonarola quería instaurar una teocracia que se anticipara en la tierra al Reino de los Cielos y sirviera de ejemplo a todo el mundo.
0:07:34 Pronto llegaron los odios, aparecieron los franciscanos, Sabonarola era dominico.
0:07:42 Y también, desde luego los partidarios del Principado de los Médiches, en realidad los enemigos más encarnizados eran los arrabiati, los ayrados,
0:07:51 que habían bautizado con el nombre de Pianioni a los ecuaces de Sabonarola, los orones.
0:08:00 Justamente, porque cuando hablaba Sabonarola, según hemos dicho, lloraba, los encuentros violentos entre arrabiati y Pianioni eran cosas de todos los días.
0:08:12 Pero no fueron las facciones las que llevaron a Sabonarola a superdición, sino nada menos que el Papa Borja, Alejandro Borja.
0:08:23 Parece que el Papa Alejandro se enojo con Sabonarola.
0:08:29 Yo que era partidario de Carlos VIII, que había entusiasmado a varios monarcas para reunir un concilio y de poner al Papa.
0:08:37 El caso es que en julio de 1495 Sabonarola fue invitado al Vaticano para conversar.
0:08:46 Y Sabonarola no fue. Hubo después un proceso largo y complicado.
0:08:52 Se sucedieron centenares de acusaciones violentas de Sabonarola, amenazas papales para él, para que él abandonara los púlpitos.
0:09:02 Pero Sabonarola no se vía y decía, la soberbia de los ecclesiásticos no es menor que su avaricia, todo lo hacen por dinero.
0:09:13 Van al coro, a vísperas y a uficios porque allí hay ganancias.
0:09:19 Venden los beneficios, venden los sacramentos, lo venden todo.
0:09:24 Al llegar la tarde uno va al juego y el otro a la concubina.
0:09:28 Todas estas cosas decía Sabonarola con esta misma voz.
0:09:32 Lo amenazaron con la escomunión.
0:09:35 Y él respondió que si se lo perseguía estaban perseguiendo a Dios.
0:09:39 Entonces los comularon, no más.
0:09:42 Los nobles florentinos pidieron a Sabonarola que demostrara su poder en forma contundente.
0:09:49 Y un franciscano, Francesco Dipulia, lo invitó a la prueba del fuego.
0:09:56 Una hordalía.
0:09:58 Dijo Dipulia.
0:10:00 Yo creo que arderé, pero estoy dispuesto a ese sacrificio para liberar al pueblo.
0:10:06 Si Sabonarola no arde conmigo, entonces sí tenerlo como un verdadero profeta.
0:10:13 Se trataba de la siguiente competencia.
0:10:15 Los dos se metían en el fuego y el que no ardía tenía razón.
0:10:20 A eso les llamaban pensar.
0:10:27 Pero el desafío no fue aceptado por Sabonarola,
0:10:30 sino por un seguidor de Sabonarola,
0:10:34 un amigo que se llamaba Doménico de Apecia.
0:10:40 Que no dudaba que Dios le iba a dar la razón.
0:10:44 No dudaba que Dios le iba a dar la razón.
0:10:47 Y pensaba que el que iba a arder era Francesco Dipulia.
0:10:53 Bueno, vamos a la prueba.
0:10:55 Llegó el día y fueron los dos.
0:10:57 El de Apecia y el de Dipulia, una mucha de humbre acudió a la prueba de maquinace.
0:11:05 Estaban los dominicos, los partidarios de Sabonarola,
0:11:09 llegaron en procesión al lugar, con una vela grandota.
0:11:13 Y después llegaron los otros, los franciscanos, que subieron discusiones.
0:11:18 Empezaron, que sello los franciscanos temían que la túnica que llevaba Doménico de Apecia
0:11:25 estuviera embrujada y le pidieron que se pusiera otra.
0:11:30 Todos unas chicanas que entre el otro primero que se dio al final, no entró ninguno de los dos.
0:11:38 Se agarraron a piñas todos los partidarios de uno y de otro y no un bordalía.
0:11:43 Bueno, entonces la gente se enojó porque lo pidieron a la gente que se metieran al fuego.
0:11:48 ¿Para qué venimos?
0:11:50 El pueblo sin dignidad.
0:11:53 Y Sabonarola perdió su laureola de profeta divino.
0:11:59 Los arrabiatti, arriabiatti. No, es arrabiatti.
0:12:04 No, creo que es arrabiatti, aquí está mal.
0:12:08 Asaltaron el convento en que estaba Sabonarola y lo entregaron ahí a la señoría para que los jugaran.
0:12:17 Y allí Sabonarola dio su última profecía, según la cual lo iban a matar y acertó.
0:12:27 La sentencia fue ejecutada al día siguiente, un poco porque el papa había amenazado a Florencia
0:12:34 con la escomunión de todos los habitantes si no se procedía convenientemente.
0:12:40 Sabonarola fue quemado en la piasa de la señoría y está el lugar todavía sin marcado.
0:12:47 Parece que en determinado momento una repentina ráfaga de viento alejó las llamas.
0:12:54 Y unos cuantos gritaron, milagro, milagro, pero Sabonarola ya estaba muerto.
0:13:01 Unas mujeres piadosas pidieron permiso para tomar las cenizas en unas urnas, pero los guardias lo impidieron.
0:13:09 Cuando las autoridades fueron informadas de todo esto, mandaron a que se arrojara al arno, el fiume arno, los restos de Sabonarola.
0:13:19 Algunos han considerado a Sabonarola un loco, otros dicen que era la encarnación del medio ego
0:13:26 que sobrevivía al renacimiento, lo cual no ha deseado nada.
0:13:30 Aseguran que heredó el fervor moral, la sencilla intelectual de los santos medievales,
0:13:36 que exageró su inspiración divina, que trató ingenuamente de oponerse al poder pontificio, etc.
0:13:43 En realidad los florentinos estaban hartos porque perseguía a los placeres.
0:13:49 Algunos también dicen que se adelantó a la reforma con la crítica a la venta de indulgencias,
0:13:54 pero la verdad es que no compartía ninguna de las disidencias teológicas del ultero.
0:13:59 Ese era Sabonarola, recordado todavía hoy en Florencia.
0:14:05 ¿A quién quiere dedicar esto, querido Gabriel Rolón?
0:14:10 A los habitantes de Florencia, Alejandro, que tenían que sufrir por un lado la locura de Sabonarola,
0:14:16 o la del Papa, la Escobunión, y todas estas cosas.
0:14:19 ¿Epocas donde ambos bandos estaban un poco locos, me parece?
0:14:23 Sí, posiblemente.
0:14:24 ¿Cómo suceden tanto los lugares?
0:14:26 Difícil encontrar gente, a la cual dedicar que no te da que ver con los habitantes de Florencia,
0:14:32 que estaban a merced de Dios los Libres y los Guardes,
0:14:35 justamente aquellos que se piensan elegidos por Dios.
0:14:38 Bueno, yo le quiero dedicar esto al que iba en lugar de él, en el jueguito de este...
0:14:47 ¿De Pecia era?
0:14:48 De Pecia, a Natalio Pesia.
0:14:50 No, Pecia, no.
0:14:52 Natalio Pesia que fue jugador de boca.
0:14:55 No, era pelado.
0:14:57 Era pelado, efectivamente.
0:15:01 Hay que tener fe, le digo para él, ¿no?
0:15:03 ¿Deja que voy yo?
0:15:05 Sí, sí, creo que tengo mucha fe.
0:15:07 Pero al final, perdieron la fe los dos.
0:15:10 Bueno, hemos ido a buscar canciones alusivas, siempre nos dan cada vez que hay alguna pira,
0:15:15 el tango a fuego lento, que es muy lindo.
0:15:18 Así que lo vamos a escuchar en la versión de Horacio Sallgan y de Ubaldo de Lío dos queridos amigos.
0:15:25 Seguramente este tango lo compuso Horacio Sallgan pensando en Sabonarola, en Natalio Pesia y en...
0:15:33 De Puglia.
0:15:35 De Puglia.
0:15:37 Bueno, adelante entonces, muchachos.
0:18:15 En la venganza se va a servir los que se cucharon gracias a Daniel Ubaldo de Lío, y se acercando a fuego lento.

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