Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos de hechiceros. Entre los siglos XIV y XII abundaron los casos de hechicería entre los nobles de Inglaterra, no ya entre personas plebeyas, sino en la nobleza.
0:00:19 Creían los nobles que, no sólo Mercedes la intriga, sino también usando ciertos poderes mágicos, podía uno sumar poder.
0:00:31 Bueno, los hechiceros, estos estaban dispuestos por una suma de dinero a practicar magia negra, magia letal.
0:00:41 Cuando algún tipo te molestaba, vos eras noble o político, te molestaba un tipo que le decías a los hechiceros, y los tipos le hacían ahí una cosa, un daño.
0:00:53 Un trabajo.
0:00:55 Un trabajo, ahí está. Le hacían un trabajo y le echaban todas las escomunicas, y el tipo se moría. Tu enemigo se moría.
0:01:03 Así que podía decirse que cada casa noble de aquellos años tenía su hechicero, que llegado al caso servía para matar a los personajes molestos.
0:01:14 Los masos, no, los masos osados. No los masos osados, que parecen las cosas.
0:01:21 Intentaron hechizar al mismísimo rey, aunque sabían que la más mínima murmuración al respecto podía conducirte directamente al cadalzo.
0:01:32 El rango, el alto linaje, no era protección contra acusaciones de hechicería.
0:01:39 Y si te agarraban, te penaban por alta tradición y te mataban por más marqués que fueras.
0:01:47 Citemos brevemente uno de los primeros casos famosos de la hechicería contra los monarcas.
0:01:54 Allá por el año 1400 se pretendió hechizar al rey Enrique V de Inglaterra.
0:02:01 Los conjurados quisieron volverlo loco con acciones sobre sus ropas.
0:02:07 Para eso, vistieron con armaduras del rey y camisas del propio rey, cosas que se habían afanado del guardarropa real,
0:02:20 vistieron a unos locos que habían sido capturados para tal menester.
0:02:27 Así que, era necesario capturar unos locos y vestirlos con la ropa de la persona que se deseaba enloquecer.
0:02:35 Muy científico todo hasta aquí.
0:02:38 Pero parece que no dio resultado.
0:02:41 Entre los conjurados estaba nada menos que la madrastra de Enrique, Juana de Navarra,
0:02:46 que era la segunda esposa de Enrique IV de Lancaster, y también estaba el capo Jean Randolph.
0:02:53 Lo curioso es que no se juzgaba la ingenuidad del intento.
0:02:58 Un intento que pretendía que se volviera loco al rey, vistiendo con sus ropas de unos locos.
0:03:05 Bueno, eso es un intento de una gran ingenuidad.
0:03:09 Pero las penas, si te agarraban, no eran ingenuas.
0:03:13 Te mataban con un hacha de verdad.
0:03:16 No es que te mataban echando tu retrato al fuego.
0:03:21 No, te metían un hacha en el marote y te lo cortaban.
0:03:25 Así que, bueno, los agarraron estos tipos y hubo prisión para algunos y otros fueron directamente al cadalzo.
0:03:32 Una hechicera llamada Marjorie Schurlemein, era famosa por el empleo de filtros para exaltar la pasión de los esposos renuentes.
0:03:46 Y la señora Elinor Carham utilizaba los servicios de esta dama para conseguir que el duque de Glausaster la amara.
0:03:55 Pero después se le ocurrió usar la misma hechicera con fines políticos y se dispuso a atentar nada menos que contra Ricardo III.
0:04:06 En realidad, la bruja Marjorie no era muy ortodoxa en sus hechizos.
0:04:11 Y junto con dos hombres que la ayudaron y que eran partidarios de la Casa Tudor,
0:04:18 buscaron pelos de Ricardo III en el cuarto de los peluqueros de palacio.
0:04:24 Siempre hay un peloqueda cuando uno va a la peluquería.
0:04:29 Y como los peluqueros de palacio mayormente atienden al rey, y en último caso que ese es algún familiar íntimo, pero siempre está el rey,
0:04:38 quiero decir que no está abierto al público el peluquero de palacio.
0:04:42 Si usted quiere agarrar pelos de su enemigo en la peluquería, donde él va siempre,
0:04:48 y va a ser muy difícil que acierte el pelo verdadero porque así van otras personas,
0:04:53 pero los peluqueros reales atienden al rey, y siempre hay un pelo del rey.
0:05:00 Así que bueno, consiguieron pelos reales y tomaron un poco de cira,
0:05:09 y prepararon junto con la bruja, esta Marjorie, una imagen del rey Ricardo III.
0:05:16 Un muñeco.
0:05:17 Un muñeco hecho de cera y pelos. Allí empezaron metapinchazos y pinchazos para ver si reventaba de una vez Ricardo III.
0:05:29 Los ayudantes de Marjorie y la propia Elinor Capham creían tan fervorosamente en las potestades de la brujería
0:05:38 que una vez que terminaron con los pinchazos, ya lo dieron por muerto al rey.
0:05:43 Dijeron, bueno, si ha muerto el rey. Ya le hemos dado tantos pinchazos a esta figura de cera que el rey se ha muerto,
0:05:51 y ahí se arrepintieron.
0:05:54 No, pero en el vuelta atrás.
0:05:56 No lo pudieron soportar y se arrepintieron, le vino de golpe, se miraron,
0:06:01 vieron la figura de cera del rey Ricardo atravesada por sus agujas, y alguien dijo, ¿qué hemos hecho?
0:06:10 Y cada uno encontró en el otro una mirada de reconvención y de reproche, y se arrepintieron colectivamente.
0:06:18 Y demencialmente también, porque junto con el arrepentimiento les agarró el chucho,
0:06:25 y salieron rajando, pidiendo perdón a Dios a los gritos.
0:06:30 ¡Ah, perdón, perdón!
0:06:33 Hasta que intervieron la guardia para detener a que les cándalo, preguntaba, ¿qué pasaba?
0:06:39 Y los tipos que estaban, hemos matado al rey Ricardo, pedimos clemencia, que se yo.
0:06:46 La guardia lo llevó ante el propio Ricardo III.
0:06:50 Estaba vivo.
0:06:51 Estaba vivo. Parecia mentira, ¿no?
0:06:55 Cuando estos tipos vieron al rey Ricardo, sabiendo que ellos lo habían mantado, creyeron que era una aparición,
0:07:04 un fantasma, se proesteraron ante él y confesearon su crimen.
0:07:11 ¡Oh, dice su majestad, nosotros lo hemos matado!
0:07:14 ¡Dios culpa no!
0:07:17 Bueno, lo metieron en cara todos, Marjorie fue quemada en Smithville.
0:07:25 Pero si no había matado a nadie.
0:07:26 No había hecho nada, la pobre mujer.
0:07:28 Me había dado unos princhazos de una figura hecha con cera y pelos.
0:07:32 Fue quemada.
0:07:35 La conspiradora principal, Elinor Kapham, fue obligada a ser penitencia pública en las calles
0:07:42 y después murió prisionera en la isla de Mann.
0:07:46 ¡Qué grila!
0:07:48 En el año 1534, y esta es otra historia, en tiempos del Reynado Enrique VIII, también conocido como Charloton,
0:07:55 se llegó a extremos tremendos para evitar posibles hechizos.
0:08:00 Cualquier símbolo que pudiera representar al rey era cuidado y custodiado.
0:08:06 En determinado momento se pensó que los árboles que rodeaban la Torre de Londres
0:08:12 eran símbolo inequívoco de la fortaleza del rey y su estirpe.
0:08:17 Y se castigó a quienes inocentemente maltrataban aquellos árboles.
0:08:23 En el año 1534, una divina conocida como la donsella de Kent,
0:08:29 agitó al pueblo con la profecía de que el país no tendría bienestar
0:08:35 hasta que cierto árbol no fuera destruido de raíz.
0:08:39 Y algunos se harían corriendo a talar aquel árbol.
0:08:44 Y esto fue considerado como un ataque contra el rey Enrique.
0:08:48 Entonces la donsella de Kent fue arrestada y ejecutada.
0:08:53 Había mucho que creer, eh. Primero había que creer, si vos eras la donsella de Kent,
0:08:59 que un cierto árbol debía ser destruido para que el país prosperara.
0:09:03 Tenías que creer eso.
0:09:05 Pero después necesitaba mucha gente que creyera que ese y otros árboles
0:09:09 simbolizaban el poder del rey.
0:09:11 Y después necesitaba muchísima gente que confundiera el símbolo con la cosa,
0:09:16 que es lo peor, que es lo peor que ocurre en este caso.
0:09:20 Uno puede creer que un árbol simboliza el poder del rey.
0:09:24 Ahí estamos fenómenos.
0:09:25 Pero creer que un ataque al símbolo es un ataque al rey
0:09:28 y penalizar en consecuencia ya es un grado de locura muy avanzado.
0:09:33 Bueno, la arrestaron y la ejecutaron a la donsella de Kent.
0:09:39 Esto de confundir el símbolo con la cosa suele ocurrir todavía en nuestros tiempos.
0:09:46 Una gente que se va a quejar, que va a denostar un edificio,
0:09:52 como si los edificios cometieran.
0:09:57 En el año 1603 murió la reina Isabel sin desendencia, como saben ustedes.
0:10:02 Se eligió para sucederla a Jacobo, secto de Escocia,
0:10:06 que era hijo de María Estuardo, la misma mujer que Isabel había mandado matar.
0:10:10 Tenía a Jacobo 37 años
0:10:14 y con él se inició la dinastía de los Estuardo.
0:10:18 La apariencia de este hombre era ridícula.
0:10:21 Usaba una barba dispersa, era muy torpe.
0:10:26 A cada momento se caía el caballo.
0:10:29 Bueno, no a cada momento, sino cuando montaba.
0:10:32 Hablaba mucho, pero con enorme dificultad,
0:10:36 de suerte que nadie entendía lo que decía
0:10:40 y según parece le gustaban los muchachos.
0:10:43 Tuvo varios favoritos, pero también varias favoritas.
0:10:47 Una de ellas se llamaba Lucy Stratfeld
0:10:51 y no era muy conveniente para el protocolo, puesto que no era noble.
0:10:55 Jacobo la quería muchísimo.
0:10:57 Entonces para disciplinarlo y para que la estirpe no peligra,
0:11:02 lo casaron a Jacobo con una princesa de Dinamarca que se llamaba Ana
0:11:07 y con quien tuvo al que luego fue Carlos I.
0:11:12 Pero Jacobo, obligado a abandonarla,
0:11:17 no podía olvidar a Lucy Stratfeld.
0:11:22 Por esos tiempos algunos hechiceros vendían anillos para el olvido.
0:11:27 Anillos para olvidar.
0:11:29 Qué lindo, compras un anillo de la cabeza.
0:11:32 Estos anillos alejaban de la mente del que los usaba,
0:11:36 cualquier recuerdo del antiguo amor.
0:11:39 Y era tal el poder que ni siquiera te acordabas
0:11:44 a quien habías amado o de quien te habías olvidado.
0:11:48 Te borraba totalmente de la cabeza.
0:11:52 No es que decía, bueno, ya no la quiero más a Fulana, no.
0:11:55 Te olvidabas de Fulana.
0:11:57 Ni sabías a quien estabas olvidando.
0:12:00 Ese es un verdadero olvido.
0:12:02 No, estos olvidos de morondanga que tiene amor.
0:12:05 Jacobo primero le ordenó a una ayuda de cámara
0:12:09 que le consiguiera uno de esos anillos.
0:12:11 Y el experimento dio resultado, o pareció darlos,
0:12:16 hasta que sucedió algo maravilloso.
0:12:18 Bastante tiempo después de la separación de Lucy,
0:12:22 ella apareció en una fiesta
0:12:24 y el rey, que ya se había olvidado de ese rostro y de ese amor,
0:12:28 la vio y otra vez le gustó.
0:12:31 Puede pasar eso.
0:12:33 Es verdad, extraordinario.
0:12:35 Se acercó a los cortesanos que le habían indicado
0:12:38 que le abandonara y que le habían aconsejado el uso del anillo
0:12:42 y preguntó el nombre de esa hermosa desconocida.
0:12:46 Nunca se supo si el anillo era ciertamente poderoso
0:12:50 o si Jacobo quiso vengarse de algún modo
0:12:53 de los destructores de su amor.
0:12:55 Pero bailó con Lucy, la llevó por algunas semanas
0:12:59 a los aposentos como la más novedosa de las amantes
0:13:04 y ahí terminó la historia. Me encantó.
0:13:07 Me parece que es la única posibilidad
0:13:11 de volver con un viejo amor.
0:13:13 Empezar de nuevo como si no estuviera con una desconocida.
0:13:20 Pero está bien eso, tener un anillo por olvidarse de todo
0:13:24 o por olvidarse de los amores dolorosos.
0:13:28 No sé si me lo pondría o sí.
0:13:32 Hay dolores que no oblecen y que mejoran
0:13:36 y hay bienestar explodellos y que empeoran,
0:13:41 pero bueno, está bien.
0:13:43 La historia me gustó.
0:13:47 Y está bien hacerlo, ¿eh?
0:13:50 Volverse a enamorar de la misma miedad.
0:13:53 Es fantástico. Una vez.
0:13:57 No todo el tiempo.
0:13:58 No todos los días.
0:13:59 No de forma cíclica.
0:14:00 Pero es necesario que la mina también.
0:14:02 Tengo una sensación inaugural con uno.
0:14:05 Porque si no te canseré a ella.
0:14:08 Vos estás contándole con una gran inocencia
0:14:11 las mismas cosas que ya le contaste mil veces
0:14:14 y ella finge, te escucha y dice,
0:14:17 ah, sí, pero sabía.
0:14:20 No me gusta que me cargan, ¿eh?
0:14:25 Qué bárbaro es eso.
0:14:27 Es de que uno vuelve a elegir lo mismo.
0:14:31 Será cierto.
0:14:34 Qué lindo sería.
0:14:36 Significaría que nuestras elecciones
0:14:38 tienen un sentido.
0:14:41 Y no que es una hija de la contingencia.
0:14:46 No sé. Tengo miedo.
0:14:49 De volver a entrar en el mismo bailongo
0:14:51 en la misma noche y elegir a cualquiera otra.
0:14:54 Bueno, ¿quién quiere dedicar esto?
0:14:57 Marge de día, Alejandro,
0:15:00 que hacía filtros para el amor, en definitiva.
0:15:03 Así que, bueno,
0:15:05 me dentro de los hechizos que uno pueda hacer,
0:15:07 es a favor, no es en contra.
0:15:09 Si fuera uno para que uno perdiera el erotismo,
0:15:11 no me hubiera gustado.
0:15:12 Pero esto era a favor.
0:15:13 Y al amigo Fryzer, si usted me permite,
0:15:16 de quien uno ha leído bastantes cosas así,
0:15:19 ligadas a la hechicería y a las brujerías.
0:15:22 Bueno, John Fryzer.
0:15:24 John Fryzer, sí.
0:15:25 Sí, era campeón mundial de...
0:15:27 Sí, unos pesos pesados.
0:15:29 Pamada Lee también.
0:15:33 Y Alfredo Aicón.
0:15:34 ¿Por qué es hechicero?
0:15:36 No, porque hace Ricardo III.
0:15:40 A Ricardo III lo mataron con pelos de Alfredo Aicón.
0:15:43 Confundiendo una vez más el símbolo con la cosa.
0:15:54 Me gustó lo del anillo, le digo.
0:15:57 Y justamente como el discotecario también le gustó lo del anillo del olvido,
0:16:00 nos recomendó el tango que se llama Olvido
0:16:03 y que escucharemos en la versión
0:16:06 que yo espero que sea la que me gusta mi rechardo.
0:16:09 Y creo que sí.
0:16:11 Así que adelante, don Carlos
0:16:16 y escuchemos esta estupenda versión de Charlo,
0:16:20 el tango que se llama Olvido.
0:17:09 No sé si hay gente que me gusta el tango,
0:17:11 pero no me gusta el tango.
0:17:13 No sé si hay gente que me gusta el tango,
0:17:15 pero no me gusta el tango.
0:17:17 No sé si hay gente que me gusta el tango,
0:17:19 pero no me gusta el tango.
0:18:33 Mira los trajos que dan mi pobreza de hoy,
0:18:37 y en esos trajos le la gente cuánto valgo y quién soy.
0:18:41 Pero no importa para mí que lo he vivido,
0:18:47 yo sé todo lo que he sido,
0:18:51 lo que nunca más se ve.
0:19:01 hemos escuchado a Charlo interpretando Olvido.
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