Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza Serata Arrible, estamos en el teatro Auditorium de la ciudad de Mar del Plata, mañana será la última presentación en esta ciudad.
0:00:11 Es verdad, es verdad.
0:00:12 Volveremos en febrero, el 12 de febrero, de lo cual se daré puertes.
0:00:17 Y el martes 3, estaremos ya iniciando la temporada habitual la trigésima temporada de la venganza Serata Arrible.
0:00:24 En el galponcito de AM 1030 Radio del Plata, en 19-20-1963.
0:00:29 Tenemos mensajes Alejandro, algunos mensajes si queríamos, a ustedes alguna.
0:00:33 Algún, olea.
0:00:34 Hola negro, Patricio Jorge, somos de Tuay, La Pampa.
0:00:37 Mientras me tomo un pedazo al pacor de esto que nos ha regalado Silvia de Valkarcie.
0:00:42 Sí, sí, hay interno entre Tuay y Santa Rosa, se va a pudrir todo un día ahí.
0:00:46 Sí, sí, tele.
0:00:47 Bueno, de Tuay, La Pampa, Cicera Héctor Ibianca, les decimos gracias por alegrarnos las noches y sus voces.
0:00:53 Son canciones de cuna para nuestra bebé Bianca.
0:00:56 No crea, señora, señor.
0:00:58 Queremos escuchar un tema, le piden la juventud, se va y dicen no trajimos soborno.
0:01:02 Qué lástima.
0:01:04 Entonces, otra vez será.
0:01:06 Alejandro es de Asunción del Paraguay, te escucho siempre, el otro unido lo le dice, se leñe.
0:01:11 Por las casas de Asunción, gente viene, gente va.
0:01:15 Se va formando la rueda, la galopa va a empezar.
0:01:17 Alejandro, estoy enamorado de la madre de un amigo, qué hago, dice el docente Anónimo.
0:01:21 Es una hermosa canción.
0:01:22 Sí, proceda nomás, mira que está todo bien.
0:01:26 Para Juan Carlos de Ipullo, el más papero de Bacarce un beso grande de su hija Pepita,
0:01:32 Merso y Julio.
0:01:33 Canti y Sobremar del Plata vuelven a vernos después de mucho tiempo, dice, es un gran placer.
0:01:38 Alejandro, la primera vez que podemos verte personalmente.
0:01:44 Siempre te escuchamos, somos Marta y Hugo de Tucumán.
0:01:50 Negro, venimos desde Quilmes a pie para verte.
0:01:54 Mandale un saludo al Pives Aladillo de parte de Abril, Sergio y Mari.
0:01:59 Dolina Soyvero, una de las gemelas, te acordás?
0:02:02 Vine a verte con otra...
0:02:07 ¿Cuántos recuerdos?
0:02:08 No entiendes.
0:02:10 Dolina Soyvero, una de las gemelas, te acordás?
0:02:14 ¿1993?
0:02:19 ¿Qué año, Dios mía?
0:02:20 ¿A dónde estás, Vero?
0:02:21 ¿A dónde estás?
0:02:23 ¿Cómo y la otra?
0:02:25 ¿La otra?
0:02:27 Claudico, claro, sí.
0:02:30 Venció.
0:02:31 Saludos de Bahía Espectáculos, dice, acá un papel doblado muchas veces.
0:02:36 Tenemos que hablar.
0:02:37 Tenemos también otro obsequio que nos han hecho personas anónimas,
0:02:42 que ya mencionaremos.
0:02:44 Bien, tiene muchos dulces hoy aquí.
0:02:46 Señores, muy ricos, ¿eh?
0:02:47 Muy ricos.
0:02:48 Hablaremos esta noche de heridas incurables y de curas milagrosas
0:02:55 a esas heridas uabotras,
0:02:57 un catálogo de episodios mitológicos
0:03:01 en los cuales los personajes han sufrido heridas imposibles de ser curadas normalmente.
0:03:07 Estos personajes debían soportar los dolores,
0:03:11 muchas veces productos de castigos divinos por alguna falta,
0:03:16 a no ser que recurrieran a los poderes o a la sabiduría de quienes tenían la virtud de curar
0:03:22 lo que se consideraba incurable.
0:03:26 Primero caso, como sabemos, Asclepio, es curado para los amigos,
0:03:33 enseñado por el Centauro Quirón, era el Dios de la Medicina entre los griegos.
0:03:40 Curaba hasta tal punto que resucitaba a los muertos.
0:03:45 Asclepio tenía dos hijos, Macaón y Podalirio,
0:03:51 quienes habían heredado las virtudes de su padre.
0:03:55 También elaboraban en eso.
0:03:57 La tradición dice que Macaón era cirujano,
0:04:01 mientras que Podalirio era facultativo.
0:04:04 Ambos eran tan útiles a los combatientes
0:04:07 que, en Troya, por ejemplo, se los dispensó del servicio militar
0:04:12 y se los cuidaba en la retaguardia.
0:04:15 Casi como a imitación del funcionamiento del caldero de los celtas,
0:04:20 mal podía ser una imitación cuando era anterior.
0:04:23 Sí, claro. Una imitación a valer de esto.
0:04:25 Pero como aquel caldero de los celtas que resucitaba a los soldados muertos,
0:04:29 Macaón y Podalirio curaban a todos los heridos griegos
0:04:34 que estaban a punto de fenecer.
0:04:36 Y el poderío de los griegos parecía revitalizarse todos los días.
0:04:42 Entre otros asuntos, Podalirio se había casado gracias a sus poderes curativos.
0:04:49 Parece que en Caria, el rey del país llamado D'Ameto...
0:04:55 ¿Qué tal D'Ameto? ¿Cómo anda?
0:04:57 Ya lo ve.
0:04:58 Ya lo ve.
0:04:59 Necesitaba de las facultades de Podalirio para salvar a su hija Cirna
0:05:06 que se había caído del tejado del palacio y estaba gravemente herida.
0:05:12 Podalirio curó a la muchacha y durante la cura se enamoraron.
0:05:17 ¿Cómo pasa, sir?
0:05:18 Cuidado que va a doler un poco, abre un poquito la boca, siente los ojos, etcétera.
0:05:27 Bueno, se enamoraron.
0:05:28 Más tarde se casó con Cirna y recibió como presente, como regalo,
0:05:33 la península Caria.
0:05:35 ¡Tome, le voy a hacer este regalo!
0:05:37 ¡Ay, qué será!
0:05:38 A ver lo que siempre soñé.
0:05:40 Una península.
0:05:41 Una península, la península Caria.
0:05:44 Y allí fundó la ciudad de Cirno.
0:05:47 Ahora bien, hay otros personajes famosos que tuvieron la suerte de encontrarse
0:05:54 con Macaón o Podalirio.
0:05:57 Hablemos de Filóctetes.
0:05:59 Filóctetes o Filoctetes.
0:06:02 Era hijo de Peante y Metone.
0:06:05 Y además era el depositario del arco y las flechas de Heracles.
0:06:09 Filóctetes había tenido que ver con la muerte de Heracles.
0:06:12 Recuerde, era que le fue muerto porque fue obligado a ponerse una especie de camisa.
0:06:20 Estaba untada con un cuento mágico que te abrazaba, pero con ese.
0:06:26 Y que no te lo podía sacar.
0:06:30 Total, se lo puso, no se lo podía sacar, se estaba muriendo.
0:06:33 Se estaba muriendo y dice, bueno, quiero morirme ya.
0:06:38 Y le pidió a sus amigos que hicieran una pira y lo quemara.
0:06:42 Pero nadie quería, vio como son los amigos.
0:06:44 Al uno lo necesita realmente, cerrar.
0:06:47 No se puede pedir nada.
0:06:49 Todos se negaron menos Filóctetes.
0:06:52 Bueno, Venís, Venís, yo te voy a prender la pira,
0:06:55 puso goma de auto, cosas.
0:06:59 Y los metió y dice, va, toma, quemate.
0:07:03 Pero antes de morir, Heracles hizo jurar a Filóctetes,
0:07:07 único testigo de su muerte,
0:07:09 que jamás revelaría a nadie el emplazamiento de la pira
0:07:13 que estaba en el monte Eta.
0:07:15 O sea, no lo hizo en la otra cuadra.
0:07:17 En un lugar bien retirado y Heracles le dijo,
0:07:19 mirá, jurame que nunca le vas a decir a nadie
0:07:23 dónde estaba esta pira humana.
0:07:25 Dijo mientras ardía.
0:07:27 Bueno, tiempo más tarde, acosado a preguntas Filóctetes,
0:07:32 rompió su juramento de manera extraña.
0:07:35 En vez de romper en silencio, se trasladó,
0:07:38 seguido por una multitud, en silencio, al monte Eta,
0:07:42 y sin decir palabra, golpeó con el pie
0:07:48 en el lugar donde había estado la pira
0:07:51 con gestos significativos, enarcando las cejas.
0:07:56 Ahora bien, Filóctetes figuraba entre los pretendientes
0:08:00 de Elena de Troya y, a título de tal,
0:08:03 se unió a la expedición contra Troya.
0:08:06 Todos los príncipes que participaron en aquella gesta
0:08:10 habían prestado juramento de acudir en ayuda del marido
0:08:15 si es que alguien ponía en tela de juicio tal condición.
0:08:19 Muy bien, fue a Troya,
0:08:21 acaudillaba un contingente de siete naves con 50 arqueros.
0:08:25 Sin embargo, Filóctetes no pudo llegar a Troya
0:08:29 junto a los otros jefes.
0:08:31 Por la falta que había cometido al batir
0:08:35 en lugar de la muerte de Heracles, los dioses lo castigaron.
0:08:39 Él se creyó que era piola, pero no era piola.
0:08:42 Lo castigaron igual.
0:08:44 Hicieron que una flecha envenenada
0:08:47 de las que había dejado Heracles
0:08:49 se le clavaran el pie.
0:08:51 Y recuerde que las flechas de Heracles
0:08:55 estaban impregnadas de la sangre de la hidra
0:08:58 de Lerna, el segundo de los maestros
0:09:01 que componen su ciclo de doce azaña.
0:09:04 Este veneno causaba, si no la muerte, dolores expandidos.
0:09:09 A Filoctetes se le produjo una llaga incurable
0:09:13 que largaba un olor espantoso.
0:09:18 Pronto el resto de los jefes lo abandonaron,
0:09:22 no solo por el olor, sino también por los gritos
0:09:26 que le arrancaban el dolor y que no podía reprimir.
0:09:30 Y esos gritos no lo dejaban dormir a los griegos.
0:09:33 ¡Que se lo callate!
0:09:36 Entre el olor y los gritos nadie lo quería en la carpa.
0:09:38 Filoctetes.
0:09:40 Entonces a Gamenón, el jefe de los aqueos,
0:09:42 tomó la decisión de dejarlo ahí, no más en una isla.
0:09:45 Lo abandonaron en la isla de Lennos.
0:09:47 Ahí estuvo 10 años abandonada.
0:09:50 El pie se le pudría y se alimentaba de las aves
0:09:55 que mataba con la flecha de Largo de Raques.
0:09:58 Cuando la guerra de Torres a Terminófilo Octetes fue curado,
0:10:02 parece que Apolo sumió al herido en un profundo sueño,
0:10:06 mientras Macaón, el hijo de El Hijo de Lepeo,
0:10:10 cortaba con un cuchillo la carnesita
0:10:13 y lavaba la llaga con vino
0:10:16 antes de aplicarle una planta secreta
0:10:19 que había recibido de Centaurro Quirón y que eliminaba el dolor.
0:10:24 Fue la primera operación con anestesia de lector.
0:10:28 Después Filoctetes murió en otra guerra.
0:10:33 No me acuerdo por qué.
0:10:36 Veamos qué sucedió con Tílefo.
0:10:39 Tílefo es el hijo de Heracles y Auge.
0:10:44 De todos los hijos de Heracles,
0:10:46 parece que Tílefo es el que más se parecía en aspecto al padre.
0:10:50 El aspecto de Heracles ya lo conocemos.
0:10:53 Me dio desnudo con una piel de león,
0:10:55 más o menos como el comodín de los Nifos de Victoria.
0:10:58 Tílefo vivía en Misia
0:11:02 y luchó contra los griegos que se dirigían a Troya.
0:11:05 Misia había sido una parada de los invasores
0:11:09 y Tílefo, cuando estos llegaron, salió a repelerlos.
0:11:12 Mató a Teresandro, el hijo de Polínices,
0:11:15 pero quién se le presentó,
0:11:18 nada menos que Aquiles, el más tremendo de los guerreros que ha existido.
0:11:22 Y Tílefo, asustado, quiso salir rajando.
0:11:26 Pero durante la huida, tropezó con una vidre.
0:11:31 Se cayó y Aquiles lo hirió en un muslo.
0:11:35 Parece que el Dios Dioniso había sido el causante de la caída
0:11:40 porque Tílefo no le había rendido los honores,
0:11:43 que se le debían.
0:11:45 El caso es que la herida provocada por Aquiles
0:11:48 era curable solo por quien la había provocado.
0:11:53 Para espanto de Tílefo,
0:11:56 los griegos volvieron a hacerse a la mar y con ello se fue Aquiles.
0:12:00 ¿Quién me cura, dijo el tipo?
0:12:02 Pasaron ocho años pasados.
0:12:05 Los griegos reunieron otros ejércitos y se concentraron otra vez en Misia.
0:12:10 Pretendían llegar a Áulide, pero no sabían cuál era el mejor camino.
0:12:15 Y allí en Misia estaba Tílefo con su herida sin cura,
0:12:19 padeciendo un dolor insoportable.
0:12:22 Al final, les dijo los griegos,
0:12:24 yo les voy a mostrar el camino.
0:12:26 Sí Aquiles consciente en curar la herida que él mismo me hizo.
0:12:32 Aquiles aceptó y aplicó un poco de rumbre de su propia espada.
0:12:36 Ya saben ustedes, si tienen una herida incurable,
0:12:40 es rumbre de espada.
0:12:43 Y se curó y guió a la flota que llegó sin contratiempo a Áulide
0:12:50 y luego a Troya, no sin contratiempo.
0:12:52 No caras.
0:12:53 No sin contratiempo.
0:12:55 Contemos lo que les hizo a París durante su juventud.
0:12:59 París que fue el que se dujo al enero.
0:13:01 ¿Alina de Troya?
0:13:03 Sí, alejado de Troya.
0:13:05 Había vivido la montaña y así había amado, entre los usos,
0:13:10 a una nympha llamada Enone.
0:13:13 Ya sé, se lo dice.
0:13:15 Y tuvo con ella un hijo, Córito.
0:13:20 Mucho mejor hubiera sido Córito.
0:13:22 Sí, pero no, era Córito.
0:13:25 Más tarde, cuando París pronunció su célebre fallo sobre las diosas
0:13:30 y, por lo tanto, se disputaban el premio de la bellisa,
0:13:34 sintió vicios de abandonar a Enone por el amor de Elena
0:13:39 que una de las diosas le había prometido.
0:13:41 Menos, como se lo borran.
0:13:43 Enone, pobrecita, que conocía el futuro,
0:13:47 trató de disuadirlo, pero fue en vano.
0:13:51 Entonces le dijo que, si era herido,
0:13:54 no tenía más que volver a su lado
0:13:56 porque solo ella conocía el medio de curarlo.
0:13:59 Parece que Apolo, tiempo antes de que la nympha conociera a París,
0:14:04 le había dado como premio a sus favores
0:14:07 el don del conocimiento de ciertas sustancias mágicas.
0:14:12 Algunos años después, en los últimos del sitio de Troza,
0:14:17 París fue herido y, desesperado, se acordó de la promesa de no,
0:14:23 yo que yo me dino, que me dijo,
0:14:26 que si me llegaba a herir, que fuera, no volvería a su lado
0:14:30 porque ella me iba a curar porque tenía una...
0:14:34 Y rápidamente le envió a Enone,
0:14:38 un mensajero, para que la nympha acudiese a curarlo.
0:14:42 Un mensaje que decía, venía a curarme.
0:14:45 Enone, rencorosa y enojada por haber sido abandonada,
0:14:52 línegó sus auxilios y París, o mejor, todavía murió.
0:15:03 Sin embargo, Enone no tardó en arrepentirse de su crueldad
0:15:08 y acudió con sus remedios, esperando encontrar todavía vivo
0:15:13 a su antiguo amante, al saber que había muerto, se suicidó,
0:15:19 arrojándose a una pira funeraria, probablemente la de Heracles.
0:15:24 Podía ríar.
0:15:26 ¿Vio cómo es?
0:15:27 Sí, una cosa.
0:15:28 Que elástima, ¿no?
0:15:30 Porque no le costaba nada, lo curaba, se salvaba París,
0:15:35 se salvaba ella.
0:15:37 Y todo feliz.
0:15:38 Y todo feliz, es el cantor y lo guitarrista.
0:15:41 Sabía, Alejandro, que lo escuchaba
0:15:43 y recordaba que Borges decía que, de los géneros,
0:15:46 él elegía siempre la épica, quizás por haber tenido antepasados guerreros.
0:15:51 Es tu dosa la razón esta, porque, si bien todas estas cosas...
0:15:54 Yo creo que, más bien, lo hacía para molestar a los escritores realistas y psicológicos.
0:16:00 A la Jorobar, totalmente.
0:16:01 Tanto elegía, cosuelto por ahí.
0:16:04 Yo creo que, en general, el género épico,
0:16:06 como buena parte de estas historias, no requieren guerreros,
0:16:09 porque la épica no es solamente cosa de la guerra.
0:16:12 La virtud de este género, del género épico, es el valor, el coraje, la valentía.
0:16:17 Y frente a esto, lo que se opone es el miedo a la muerte.
0:16:21 Se dice, consecuentemente, que un valiente es alguien que sufre la muerte una sola vez,
0:16:25 mientras que un cobarde es alguien que la sufre cientos de veces
0:16:28 antes de enfrentarse a la verdadera muerte.
0:16:31 Sin embargo, sabemos que esta estrecha relación
0:16:34 que hay entre las heridas y el amor,
0:16:36 invierte los tantos de todo esto.
0:16:38 Por ejemplo, nuestro amigo Tristán, estando herido de muerte,
0:16:41 es ahí que conoce las blancas manos de Isola,
0:16:43 y a partir de eso, como usted decía,
0:16:45 allí donde hay un herido y una enfermera, seguro, nace el amor.
0:16:49 Pero de todo modo decía que no es el orden de la épica,
0:16:52 porque finalmente hay dolores y hay combates en los que uno se expone,
0:16:56 que no tienen que ver necesariamente con el combate cuerpo a cuerpo y la vida,
0:17:00 sino en los que se riga otra forma de dolor,
0:17:03 un dolor para el que no hay analgésicos,
0:17:05 para el que no hay tutilla, como decían los viejos combatientes,
0:17:08 no hay atutía, es un huento mágico que calmaba los dolores,
0:17:11 no hay ninguna otra cosa que de tiempo.
0:17:13 Y si el tiempo es lo que va a curar una herida,
0:17:16 difícilmente esa herida sea soportable.
0:17:18 Quiero decir que todo ese tiempo que se va curando la herida, uno está muriendo.
0:17:22 De modo que Corajudo es aquel que se expone una y otra vez
0:17:26 a las posibles heridas del amor,
0:17:28 y que tiene que saber muy pertinentemente qué es lo que desea.
0:17:31 Decía que lo que venga después de una escena en la que va a ser tradicionado
0:17:35 sea la muerte o quizás desea sobrevivir a ese momento.
0:17:39 ¿Quién sabe lo que desea el amante cuando recibe
0:17:42 en el momento culminante del cariño?
0:17:44 La puñalada.
0:17:45 Y la puñalada...
0:17:53 es la hermosa milonga que se ha compuesto
0:17:56 pensando justamente en todas estas cosas, o tal vez en algunas otras.
0:18:01 ¡Sor!
0:18:04 Escucharemos ahora esta agresiva milonga
0:18:08 en la versión del quinteto real.
0:18:31 ¡Sor!
0:19:01 ¡Sor!
0:21:31 Era el quinteto real.
0:21:33 En la venganza será terrible la puñalada.
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