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28 de Octubre de 2008

Hernán Cortéz

Transcripción automática

0:00:00 Vamos a hablar de Hernán Cortés, pero no cuando descubrió nada, cuando se metió en México a pelear con las astigas y no.
0:00:15 Hernán Cortés llegó a América en 1504 y se instaló primeramente en la isla llamada la Espanola, que es esa isla compartida por dos naciones que son Santo Domingo y Haití.
0:00:26 Allí se instaló por entonces era gobernador Nicolás de Obando y Cortés era un muchacho de 19 años.
0:00:34 Empecé a laborar con una escribanía en la ciudad de Aswa, de Aswa, Aswa de Compostela, me parece que se llama en realidad esta ciudad, que quedan en Santo Domingo.
0:00:51 Dice la crónica que se dedicó también a la agricultura, al comercio y también a jugar, a beber y a fornecar todo lo posible.
0:01:02 Perdón de la mesa fea.
0:01:03 Pero por favor.
0:01:04 Le gustaba hactarse de sus éxitos como mujer y elvo.
0:01:09 Los soldados que lo acompañaron más tarde ya en la conquista de México, en la campaña de México, se quejaban de que siempre contaba la misma anécdota, como todos nosotros.
0:01:22 Y esa es la anécdota que me contó yo ahora.
0:01:25 Parece que en Badajoz una noche Cortés amó a una dama casada y quiso retirarse por una ventana como es usual, especialmente cuando es inminente la llegada del esposo.
0:01:44 Cuando salió por la ventana de la Alcova, caminó por una viga alta que era un jardín y la viga se derrumbó.
0:01:53 Cortés cayó estruendozamente y se luxó la espalda.
0:01:59 A consecuencia de esta luxación no pudo aceptar la lucha a muerte a la que lo desafió el marido de la Jón, que justo llegaba el galope.
0:02:12 Justo para ver cómo se caía el tipo.
0:02:15 Y se dice, ahora te peleo, dice, a ver, ¿quién es menos?
0:02:18 No puedo, te...
0:02:19 Acabo de romperme la espalda, dijo Cortés.
0:02:22 Se suspende el duelo.
0:02:24 Por no decirle lo que hice antes.
0:02:28 Pero no es la noche más indicada para que yo me pegue con usted, dijo mientras corrida.
0:02:35 Y bueno, durante la expedición a México cada vez que le dolía la espalda, que era siempre, Cortés contaba esta aventura.
0:02:44 Un día, en la española, digo Velázquez, un español enviado desde la Madre Patria, tenía la misión de pacificar la isla de Cuba.
0:03:00 Parece que había allí unas divergencias que amenazaban con estallar violentamente.
0:03:09 Entonces mandó una fuerza desde la española, a la isla de Cuba, al mando de su lugar teniente, no otro que panfilo de Narvaes, que luego tendría también su historia con Cortés.
0:03:22 Bueno, en esta tropa marchó también Cortés.
0:03:25 La invasión resultó exitosa, se pacificó la isla, y digo Velázquez pasó a ser gobernador de Cuba.
0:03:32 Era el año 1511, y Cortés también se quedó en Cuba.
0:03:36 Mientras el éxito de aquella expedición, la amistad entre Velázquez y gobernador y Cortés creció mucho.
0:03:46 Mientras la gente abandona la sala.
0:03:51 ¡Háigalo, bebé!
0:03:59 Cada vez que hablamos de Diego Velázquez, gobernador de Cuba,
0:04:03 hay gente que rápidamente abandona este salón.
0:04:09 Bueno, se hicieron amigos, ¿no? Cortés fue nombrado secretario,
0:04:12 y parece que tenían en común este gusto por las mujeres y las anécdotas inerentes a él, y así.
0:04:19 Sin embargo, aquel interés compartido fue la fuente de algunos conflictos.
0:04:24 Parece que llegó a Cuba a una familia llamada Suárez, conformada por la madre viuda,
0:04:30 cuatro hijas casaderas y un hijo adulto, pero no importa nada.
0:04:35 La vieja, ansiosa de casarlas a las cuatro Suárez,
0:04:40 se presentó a un gobernador Velázquez.
0:04:42 ¡Ay, ay, qué sé lo!
0:04:46 Las hermanas Suárez eran hermosas, marcaban una 33 la milla.
0:04:51 Y pronto obtuvieron una gran demanda, estaban todos ahí.
0:04:55 Imagínense, no había mucha mina, no había mucha mina ahí.
0:05:01 Cortés se había entusiasmado con Catalina,
0:05:04 inmediatamente la sedujo, le prometió Casorio,
0:05:08 y antes de cumplir con la promesa, se unió a ella, por no decir otra cosa.
0:05:15 Estas relaciones exasperaban a el gobernador Velázquez,
0:05:19 que pretendía formar en Cuba una sociedad decorosa.
0:05:23 He decidido donde la gente se casara primero, y se uniera después.
0:05:30 Es la idea del decoro que tenía el gobernador Velázquez.
0:05:34 Entonces el gobernador ordenó a Cortés casarse con Catalina,
0:05:38 pero Cortés se negó terminantemente.
0:05:42 No, señor dijo.
0:05:44 Catalina amenazó con un juicio.
0:05:46 Casate conmigo o te voy a hacer un juicio, dice.
0:05:51 Y a poniendo un juego todas las artes de seducción.
0:05:56 Y lo que aducía es que él había roto su promesa.
0:06:01 No sé, decía algo.
0:06:02 La verdad que el testimonio fue...
0:06:04 Veremos, veremos, veremos.
0:06:06 Lo que hemos roto y lo que no.
0:06:08 El gobernador tomó partido por la veina.
0:06:11 Y lo hizo arrestar a Hernán Cortés.
0:06:14 Lo llegó en cara.
0:06:16 Al principio Cortés consiguió escapar y se refugió en una iglesia,
0:06:19 pero a la noche no aguantó más.
0:06:21 Le dio claustrofobia y salió corriendo.
0:06:23 Y enseguida lo atraparon y lo mandaron a en cana.
0:06:26 Finalmente Cortés aceptó el casamiento y hubo boda.
0:06:32 Pero enseguida se ausentó.
0:06:34 En 1519 inició su campaña México, que se conocemos,
0:06:38 y Catalina quedó en Cuba.
0:06:40 Después de tres años, tres años,
0:06:43 Cortés mandó a buscar a su esposa.
0:06:45 Ché dice, vaya a buscar a mi esposa.
0:06:47 Pero para ese entonces se había caído la ciudad de Tenochtitlán
0:06:51 y Cortés tenía, así como amante, como bien saben,
0:06:54 ustedes, a la Malinche, a la famosa Malinche.
0:06:58 Justo, ché, llegó Catalina hasta Coyoacano.
0:07:02 El mismo día en que Malinche daba luz a un hijo de Cortés.
0:07:06 ¡Vaya que tiene puntería!
0:07:11 ¿Se enteró Catalina?
0:07:14 Se enteró de golpe, porque no sabía nada,
0:07:16 ella de la sandanza de su esposa.
0:07:18 Nadie le había dicho nada.
0:07:19 ¡Ay, es una escanda, lo abro!
0:07:21 ¡Qué te pensás!
0:07:24 ¿Eso que vengo a ver?
0:07:26 Claro, todo eso.
0:07:27 No, eso no dijo.
0:07:30 Bueno, después de esto, calmado los ánimos,
0:07:33 y pasados los días, una fiesta en la casa de Cortés.
0:07:36 No sé qué le habrá dicho Cortés, pero una fiesta.
0:07:39 Perdóname, bueno.
0:07:40 Sí, vamos a hacer eso.
0:07:42 Allí hubo una discusión entre la pareja,
0:07:44 a lo mejor porque ella le sacó el colación lo mismo de antes,
0:07:47 vio cómo son.
0:07:50 Y Catalina se retiró a su habitación,
0:07:52 dice más si yo me retiro mi habitación.
0:07:54 Cortés se quedó un rato más con los invitados
0:07:57 y luego se fue a dormir junto a su esposa.
0:07:59 Dos o tres horas después,
0:08:01 llamó a su mayor doblomo y a su ayudante
0:08:03 y le dijo que Catalina estaba muerta.
0:08:08 ¡Qué raro que sé!
0:08:09 ¡Muy raro, muy bien!
0:08:11 Me faltó un capítulo acá.
0:08:13 Empezaron a llegar damas y compañeros de Cortés
0:08:15 al lugar donde estaba la afinada.
0:08:17 Ana Rodríguez, amiga de Catalina,
0:08:21 dijo que ella había pasado a verla antes de acostarse
0:08:25 y que Catalina le había dicho que deseaba que Dios se la llevara.
0:08:32 Cuando llegó a la habitación,
0:08:34 Ana vio que el cuello de Catalina tenía unas contusiones.
0:08:38 Cortés explicó que las había hecho el mismo
0:08:41 al intentar que volviera en sí.
0:08:44 Pero no es de ahí que hay que agarrar.
0:08:46 Claro, ¿dónde la agarra usted?
0:08:48 Catalina llevaba un collar y sus cuentas,
0:08:51 las de collar.
0:08:53 Estaban desparramadas por toda la cama.
0:08:57 Muchos empezaron a hablar de...
0:09:01 ...ahorcamiento.
0:09:04 Catalina había contado algo acerca de los malos tratos de su marido.
0:09:08 Parece que la empujaba fuera de la cama por la noche
0:09:11 y le hacía dormir en el suelo.
0:09:17 ¡Estraordinario!
0:09:20 Teñaló pies fríos.
0:09:23 ¡La bestia!
0:09:24 ¡La bestia, el tiempo de día!
0:09:26 ¡La empujaba fuera de la cama y se había pulido en suelo!
0:09:29 ¡Sí, hanche, que la mira en el piso!
0:09:38 Cortés, para evitar la maledicencia,
0:09:42 hizo que la colocaran rápidamente en un tabú cerrado.
0:09:46 Eso es muy difícil.
0:09:47 Primero hay que abrirlo al tabú para colocar a una persona viva o muerta.
0:09:52 En todo caso cerrarlo después.
0:09:54 Pero bueno, ordenó que no hubiera velatorio.
0:09:57 Dicenada de velatorio que vienen a contar cuentos y a tomar más de ojo.
0:10:04 Fraio Almedo le pidió que lo abriera para evitar rumores.
0:10:08 Para que todo parezca correcto, le dijo.
0:10:10 ¡O es ruego que desclaváis el tabú!
0:10:12 Así podremos ver de qué ha muerto.
0:10:14 Pero Cortés no le hizo caso.
0:10:16 Catalina fue enterrada y se cerró el asunto.
0:10:18 Poco después se nació un juicio por el asesinato de la esposa de Cortés.
0:10:24 Pero el poder de Cortés era tan enorme que quedó absuelto sin problemas.
0:10:29 Se adujó que Catalina era una mujer muy enferma, delicada,
0:10:33 que tenía el corazón malo y que aquella noche le había fallado.
0:10:39 Y así quedó consignada en la historia esta situación.
0:10:44 ¿Llamas todo?
0:10:45 Nunca hicieron nada.
0:10:47 Para mí que la mató.
0:10:49 Está clarísimo.
0:10:51 ¿Usted qué opinan?
0:10:54 No hay muchos indicios de que...
0:10:56 Fimos a la discoteca y nos vimos.
0:10:58 Rápido, estaba apurado el tipo.
0:11:00 ¿Qué dijo que era?
0:11:01 ¡Mire, Catalina!
0:11:02 ¡Perfecto!
0:11:03 Catalina, perfecto por Miguel de Monina.
0:11:05 ¿Pueden llamar a ustedes?
0:11:07 ¿La mató al número?
0:11:09 5354000.
0:11:11 ¿No la mató?
0:11:14 ¿Ni la mató ni no la mató?
0:11:16 No se ame.
0:11:43 ¿Qué se pone a ver, se Catalina?
0:11:46 Catalina, ¿verdad?
0:11:49 Catalina de la fuente
0:11:53 trajo beso y un amor.
0:12:00 Y la cara de una rosa
0:12:03 de bonita que volvió.
0:12:06 Catalina, si, Catalina no.
0:12:09 Catalina, si, Catalina no.
0:12:12 Catalina, si, Catalina no.
0:12:36 Catalina, Catalina.
0:12:39 Quien se hablo y quien se vio.
0:12:47 Tan bonita y tan confuesta
0:12:50 a sólo habrá tu balcón.
0:13:08 No ha vuelto más a ver de Catalina.
0:13:17 Y no sale de su casa, aunque Ninguno muera
0:13:20 de su casa.
0:13:23 Catal highness, si, Catalina no.
0:13:29 Se ha puesto un traje de luto
0:13:32 de la casa.
0:13:35 Y se le apuesto la cara
0:13:38 como rosa de vacio.
0:13:44 Catalina, mía de mi corazón.
0:13:59 La enteraron por la tarde.
0:14:02 Allá ya la puesta de sol.
0:14:05 Y los alamos del frío.
0:14:08 Repetían la canción.

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