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13 de Noviembre de 2002

Algunas historias del amor cortés **INÉDITO**

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos hoy algunas historias del amor cortés. Hemos hablado en general del amor cortés más de una vez, seguramente.
0:00:10 Habrá que situarse en los sitáneas, en el sur de Francia, en los siglos XII, habrá que recordar aquella institución del frago en Dix
0:00:28 que consistía en ponerse un caballero al servicio de una dama, precuentemente las damas eran casadas,
0:00:36 y realizar asañas para su mejor gloria y renombre.
0:00:41 El caballero se declaraba enamorado y servidor de esa dama, pero casi nunca llegaban a nada.
0:00:47 Se trataba simplemente de la realización de asañas por parte de un enamorado servicio.
0:01:00 Hoy hemos de narrar algunas historias interesantes. Gracias al historiador parchez, Anton, que nos proporciona algunas.
0:01:13 Empecemos con Guilén de Balón, que edició por amada a una señora, la señora de Xaviac.
0:01:20 Así que tal por Guilén, ahí, bueno, yo me voy a enamorar de esta señora de Xaviac.
0:01:26 Se presentó ante la dama y la dama consideró convenevolencia los huevos del caballero y lo aceptó como servidor regular.
0:01:36 Durante cierto tiempo este amor platónico continuó, de acuerdo con los usos establecidos,
0:01:43 pura abnegación y entrega solicita a todo lo que la señora de Xaviac, perdón, pidiese.
0:01:52 Pero un día, Guilén de Balón se enteró del caso de una pareja de enamorados
0:02:01 que se habían peleado para reconciliarse después.
0:02:04 Es un movimiento muy propio, el amor cortés y también de los estúpidos de todos los siglos.
0:02:10 El disfrutar con las reconciliaciones, esto sucede, como se hablaba alguna vez en este programa,
0:02:16 sucede cuando un amor, cuando un romance, cuando una relación carece de toda pimienta,
0:02:21 cuando hay un aburrimiento enorme, cuando hay una saciedad tal,
0:02:26 que solamente puede ser con movida poniendo en riesgo el amor.
0:02:30 Esto dura uno o dos veces, eso te aburre también.
0:02:34 Entonces los tipos y las chicas hacen toda clase de movimientos para enojarse, fingen incluso,
0:02:42 para ver si, para jugar, para jugar a no tener al otro,
0:02:48 a ver si la reconciliación le pone un poco de alegría, un poco de gracia,
0:02:53 a esa porquería que han dado esa marambola.
0:02:56 Bueno, esto justamente lo que hizo este muchacho Gillem.
0:03:01 Se había enterado de que había una pareja que, habiéndose peleado, había disfrutado con la reconciliación.
0:03:07 Y Gillem pensó cuán dulce era hacer las fases con la dama después de un periodo de amorosa disputa.
0:03:14 Quiso probar con su propia dama este asunto,
0:03:18 y bueno, pero al ente ante todos debía pelear con ella, lo logró del modo más torpe.
0:03:24 No se le ocurrió nada mejor que expulsar a un mensajero que llevaba una carta de su señora.
0:03:30 La señora sabía que ahí se había hecho llegar una carta y el tipo expulsó al mensajero, y lo tomó sin nada.
0:03:35 Poco más tarde la dama lo visitó personalmente para ver qué pasaba,
0:03:41 y Gillem de Balón sostuvo una supuesta ofensa y la hizo salir de su propiedad.
0:03:48 Y lo que pretendió hacer un juez se volvió dramático porque la dama se negó a tener un nuevo trato con ese enamorado,
0:03:56 y cuando Gillem se apareció en el castillo de la señora de la viac, ella ordenó que lo tirara del foso.
0:04:04 Bueno, salió del foso Gillem y le pidió un amigo que explicara a la dama enojada el verdadero motivo de su conducta
0:04:13 con el fin de dar por terminada la disputa.
0:04:16 Y el amigo regresó con la siguiente respuesta.
0:04:21 La señora de la viac os perdona, pero como penitencia exige que os arranqueis la uña del deo humanisque
0:04:28 y que se la envíe con un problema en el que condenaréis vuestras propias dulcesias.
0:04:38 Gillem mandó a buscar a los cirugranos, se hizo arrancar la uña, y compuso los versos que se le pedían.
0:04:46 Y después se dirigió al castillo de formada.
0:04:48 Ahora había la señora de la viac lo estaba esperando.
0:04:51 El caballero cayó de rodillas, le presentó a la uña arrancada y el poema.
0:04:56 Ella aceptó los presentes y Gillem recibió como recompensa un beso en la mesilla.
0:05:06 Era el beso de las rojas.
0:05:09 Continuó sirviendo para siempre a su dama en gestas verdales, en torneos.
0:05:15 ¿Se acuerdan de esos torneos donde se enfrentaban los tiempos con las laslas?
0:05:18 Bueno, ese tipo se representaba, ya no había nada.
0:05:23 Y así siguió durante muchos años sin recibir otra cosa que alguna mirada aprobató.
0:05:33 Y ese historiado de verdad como se manejaban.
0:05:36 El tipo tuvo que arrancar tu una uña, tuvo que escribir un poema.
0:05:40 La mina lo perdonó y así pudo seguir haciéndose en mirar con aprobación durante larga esas.
0:05:48 Entonces le llamaban el amor cortes.
0:05:52 Brantom cuenta también la historia de otro caballero llamado Vincent Darman.
0:06:01 Darman se había comprometido a obtener para su amada también,
0:06:05 sino no era su novia ni nada, sino una mujer, una señora a la cual él había decidido servir.
0:06:12 Digo, Vincent se había comprometido a obtener los retratos de 30 damas.
0:06:18 Pero, distimo lo que vamos a lograr.
0:06:22 Vincent se llevaba pintada sobre su propio escudo la imagen de su dama.
0:06:27 Es un retrato ahí estaba la mina.
0:06:30 Cuando se topaba con un caballero le pedía que inmediatamente reconociera que el rostro pintado sobre ese escudo era más bello que de su propia dama.
0:06:40 Y si este caballero, como solía ocurrir, se negaba a admitir esta superioridad, lo desafiaba a pelear.
0:06:50 Y el caballero venció, debía someterse a que se pintara sobre el escudo de Vincent Darman,
0:06:57 el rostro de la dama bajo el retrato principal que era el de la Defenderia.
0:07:03 Si pudiera que con el retrato de la dama te encontraba vos, te amaban todos los con el solo.
0:07:09 Claro, es que decía, buenas tardes caballeros.
0:07:13 Mira, esto es el retrato de la mina a la cual dos sigamos.
0:07:17 Y seguro que usted tiene que admitir que es más linda que la suya.
0:07:21 Ajá, no.
0:07:22 Y no, bueno, entonces vamos a pelear.
0:07:25 Si yo gano, usted va a tener que, o sea, os voy a tener derecho a hacer pintar bajo el retrato principal que es el de la mujer que yo amo.
0:07:34 Y es el retrato de la que usted dama.
0:07:38 Mujeres, las cuales no nos han, ni cinco de Molina no tenían.
0:07:42 Digo yo, no porque no lo sepamos, sino porque esta gente no lo sabe.
0:07:46 O mejor, yo también lo sabe, pero conviene decirlo muchas veces, me hicieron a mí en la televisión.
0:07:53 Bueno, es que la crónica afirma que, ¿me llegué a dar mal?
0:08:01 Logró alcanzar su objetivo al cabo de un año.
0:08:04 Con si yo hacerse pintar 30 melas.
0:08:07 Y esta gente no tuvo otra recompensa que el permiso de besar a su dama en la mano.
0:08:13 El permiso de besar a su dama en la mano hizo tener su título de servidor.
0:08:19 Para eso el tipo había tenido que pelearse, no sé si con 30, por ahí peleo con más.
0:08:24 Pero puede hacer que alguno le haya ganado.
0:08:28 En el caso que acabamos de contar era el caballero, el que decidía que pudo aconcretar.
0:08:35 Pero había casos, como el de la UNA, de UNEIN, en los que la dama fijó que ficaba condiciones durísimas para conseguir su favor espiritual.
0:08:49 Muchas veces estos admiradores se sometían a estas pruebas que eran crudellísimas sin la menor protesta.
0:09:00 Y nuestro cronista, Vanzone, cuenta la historia de tres caballeros y de la llamada prueba de la camisa.
0:09:07 Parece que había tres hombres de Marsella que competían por los favores de una dama.
0:09:12 Y la dama resolvió inclinarse por el que vistiera la camisa de la dama en un torneo.
0:09:19 Era agua, que es eso.
0:09:21 Puede creerse que se trataba de una prueba sencilla, pero no porque el caballero no debía vestir la camisa ni encima,
0:09:29 ni debajo de la armadura, sino el lugar de la armadura.
0:09:33 Presentarse aquellos torneos que te daban con una lanza, con un álcool, con una espada, sin armadura era prácticamente arriesgarse a una mujer de seduna.
0:09:44 Prácticamente arriesgarse a una mujer de seduna.
0:09:47 Era exponerse a una mujer de casi seduna.
0:09:56 En las más agrables condiciones a lo mejor te dejaban mimítiles y mormosos para toda la cosercha.
0:10:02 Bueno, de los tres tipos que andaban atrás de la mina, hubo dos que se abcumieron.
0:10:08 Rechazaron la prueba y se retiraron de la hipótesis, que eran las dama.
0:10:12 Y el que quedó, que era el conde de Fassal, se sometió a la fera.
0:10:18 Muy bien dijo el conde.
0:10:20 Yo, voy a vestir la camisa de esta dama en ocasión del torneo.
0:10:26 Yo ocurrió lo inevitable. Le dieron pasruta al conde de Fassal.
0:10:32 Y al final del torneo lo llevaron medio muerto en presencia de su dama y le entregaron la camisa.
0:10:39 Y por si a él le entrego a la dama la camisa que había sido su insignia.
0:10:45 Como era costumbre, la homenajeada ofreció un banquete y sirvió a su huéspedés en honor del héroe que estaba ahí agonizando, pobre Tico.
0:10:56 Lo último que Fassal pudo disputar fue ver a su amada servir a sus invitados vestida con la camisa insignia manchada de Sánchez.
0:11:09 Después de esa satisfacción el conde de Fassal reventó. Quiero decir que entrego su alma.
0:11:18 Digamos para terminar que algunos caballeros, para demostrar su coraje y heroísmo, iban a la guerra y se sometían a dificultades adicionales.
0:11:30 Más allá de las propias de un conflicto armado.
0:11:34 Algunos salían sin armadura, otros se ataban un brazo, como los jugadores de paleta con ventaja, como el manco de Tio Delina que te jugaba con la mano atada atrás, de sura.
0:11:48 Y otros se tapaban un ojo, se ataban las piernas.
0:11:57 Algunos, además de lo pesadas que eran armaduras, lanzas y espadas, llevaban laque que no lo dejaban avanzar, por el lado que se llevaban plomos en las piernas.
0:12:10 Pero de nada, que lo iban a menos.
0:12:13 Qué chico bueno en la guerra actual imagínense.
0:12:18 En la guerra actual, en general, y se dice, a ver, pero a usted lo peleamos con una sola mano.
0:12:26 Recuerdo para terminar una historia que, yo creo que representa la opinión que tengo sobre esas cosas desagradables, y más por el papel de las mujeres en estas cosas.
0:12:44 Y que es aquel caballero que rescata un guante, que su dama le envía la loma de abutar dentro de un montón de, no me acuerdo si era serpiente o de clase de versión.
0:12:59 La mujer lo desafía a rescatar el guante, que el caballero rescata el guante, y con ese mismo guante le cruza la cara.
0:13:08 Digo yo, mientras arriba hay una verdadera urgía de que está moviente, una cabella de mesa.
0:13:16 Si cuesta imaginar lo que está corriendo arriba, si se me aproposa, se puede ser tanto ruido con solo las hillas de un mal.
0:13:23 La tiene que correr con los dientes también.
0:13:27 Todas las 50 personas, moviendo así yo.
0:13:31 Digo, mientras termina, este cuento está la historia de algunos enamorados.
0:13:38 Hoy ya no existe eso, ¿no? O sí, Rolón.
0:13:42 No, no, no, no, es decir, esa clase de amor.
0:13:46 O mejor dice esa clase de melítico.
0:13:49 Sin embargo, fíjese que estos asuntos que dieron paralelamente al nacimiento de la idea que tenemos en Occidente del Amor,
0:13:59 más allá de este servicio, y nace la poesía.
0:14:07 Pero eso no es preciso.
0:14:10 Hoy nos denitaremos a dedicar a estos caballeros, allí desde el balón al otro, como se llamaba, el de la camisa de Joacán,
0:14:22 y a Vicente Darmau, que fue el que hacía pintar el trato de las menas de los cipos que el mismo le ha votado.
0:14:32 Hemos ido... es impresionante, ¿no?
0:14:38 ¿A dónde la llevamos?
0:14:40 ¿A dónde la llevamos?
0:14:42 ¿Dónde la llevamos? ¿Y qué está corriendo? ¿Qué arregla aquí?
0:14:44 La rastra, la miede, el teniente.
0:14:46 ¿Qué haciban?
0:14:47 Queríamos compartir con nuestros estudiantes el terror que sentimos en esto, ¿no?
0:14:54 Siempre a toda la estructura, mercer al corrimiento subito de todas las pesadísimas sillas del Torzón.
0:15:04 Si tu asillo te gusta, me dice que tiene su historia, ¿no?
0:15:09 Si yo le tiene un nombre, nombre de antiguos parruqueanos del Torzón, la silla Luis Sipirandelo, la mesa Martín Coronado,
0:15:20 el cenicero, Florencio Sanzes y así así.
0:15:24 Pero parecen que han vuelto todo junto.
0:15:27 Para este que le acordé.
0:15:29 Florencio Sanzes, Parravicini, Tiana que arriba corriendo, sí.
0:15:35 En la discoteca donde fuimos a buscar discos de amor cortés,
0:15:40 es decir, caballeros que hicieran cosas terribles para que una dama les diera un beso,
0:15:45 no dijeron que no había.
0:15:47 Y además el discotecario nos obligó a reconocer que nuestra novia era más fea que la de él.
0:15:54 ¿Lo cual era cierto?
0:15:56 No costó mucho.
0:15:58 No me costó faltar a la verdad porque casi sabe que únicamente las personas feas ya vienen a hacerme novias.
0:16:07 Sí, sí, sí, sí, sí, sí, sí, no había eso.
0:16:10 He tenido siempre novias inmerecidas.
0:16:12 Pero como el nombre de la magra Andel le dije que efectivamente su novia era más linda que la de ella.
0:16:19 Pero ¿y qué pasó si uno no tenía novias como fue mi caso hoy?
0:16:24 Así es difícil entonces.
0:16:26 Claro, imagínense, yo estoy con un...
0:16:28 Tengo uno que peleó.
0:16:29 Yo soy un caballero andante, igual que yo sé.
0:16:31 Y yo digo, dice, aquí en este escudo tengo pintada mi novia.
0:16:37 Reconocí que la tuya es más fea.
0:16:39 Sí, sí, sí, sí, sí, sí.
0:16:40 No tengo novias.
0:16:41 ¿Y qué pasa?
0:16:44 Esto es el tema tiene que encontrar.
0:16:46 Bueno, sé, porque no querés pelear.
0:16:49 A vosotros lo pegueis, te voy a romper la trompa.
0:16:51 Miedoso.
0:16:52 Pero no tengo novias.
0:16:53 No tengo novias y tengo miedo, las dos cosas, ¿eh?
0:16:58 No tengo novias pero sí miedo.
0:17:01 Bueno, finalmente punishemos un disco, ¿eh?
0:17:05 Y seguimos una canción que es Cortejo de la Petit Suits de nuestro amigo, el de Boussí.
0:17:14 Y a dos pianos, nos solucionó a cuatro manos.
0:17:18 Tocan Patricia Abilda y Fernanda Morello, esas pianistas amigas.
0:17:23 Esta composición de club de Boussí.
0:17:27 Cortejo, si la más justamente.
0:17:29 Habe pensado el de Boussí, que no creía en la música programática, pero que fingía creer.
0:17:37 Se creo que sí creía.
0:17:39 Habrá pensado seguramente en estas asañas que hacían los enamorados, de siglo XII y XIII,
0:17:50 para obtener besos en la más sincera.
0:17:54 Aquí ya hemos explicado que ninguna asaña sirve si no te quieren mirar.
0:18:00 Así que Cortejo es la composición de Boussí que tocan Patricia Abilda y Fernanda Morello.
0:18:24 Cortejo, si la más justamente.
0:18:27 Cortejo, si la más justamente.
0:18:30 Cortejo, si la más, por supuesto.
0:18:33 Cortejo, si la más, por supuesto.
0:18:36 Cortejo, si la más, por supuesto.
0:20:55 Ay, y...
0:21:08 Entonces, así Chuchado, Sixtinmp Nataliezy,
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