Transcripción automática
0:00:00 Muy bien, voy a contar una historia de aparecidos.
0:00:14 ¡Qué miedo!
0:00:19 Es una historia que tuvo lugar en Francia,
0:00:22 más precisamente en la región de Orgnance,
0:00:24 allá a comienzos del siglo XVI.
0:00:28 La ilustre casa del señor de Saint-Mersment
0:00:32 había proporcionado grandes beneficios
0:00:36 al convento de los franciscanos de aquella región de Orgnance.
0:00:40 Durante siglos, los jefes de la casa de Saint-Mersment
0:00:46 habían sido en extremo de divorcio con los clerigos
0:00:51 y parecían haberse ganado el cielo.
0:00:54 Mucha donación, muchas ayudas, muchos regalos.
0:00:58 Los franciscanos daban misas en honor de la familia,
0:01:03 cuidaban con esmero el trato con tan notables favorecedores.
0:01:08 Vamos a tratarlo bien porque siempre nos agasajan.
0:01:12 Una de las ventajas de la familia Saint-Mersment
0:01:16 era que tenían derecho a ser sepultados en la iglesia.
0:01:20 En vez de ir al cementerio, que se yo, cuando se moría alguno,
0:01:23 los sepultaban ahí en la iglesia.
0:01:25 Un privilegio ganado a base de edad, ibas.
0:01:29 En el año 1534 murió la esposa
0:01:34 del que era en esos tiempos, señor de la casa.
0:01:38 Era también pregoste de Orgnance,
0:01:42 es decir, el encargado de que se cumplieran las ordenanzas de la comunidad.
0:01:46 Una especie de alcalde era el tipo.
0:01:49 Se murió la mujer, listo.
0:01:51 Mesías de Saint-Mersment, creyendo que sus antepasados
0:01:55 ya habían dado mucho a los frailes,
0:01:58 hizo nada más para que se ocuparan de ese peleo
0:02:02 una pequeña donación y nada más.
0:02:05 Muy poco, o al menos les pareció poco a los franciscanos.
0:02:11 Bueno, rezaron por la esposa, le dieron las exequias correspondientes.
0:02:16 Por primera vez, la casa ilustre de Saint-Mersment
0:02:20 había sido poco generosa con la orden de los franciscanos.
0:02:24 Y eso detonó un asunto notable.
0:02:28 Los franciscanos, a cargo de los funerales de esta finada señora de Saint-Mersment,
0:02:33 se llamaban Jean de Raspilier y Maxime Mesnad.
0:02:38 Eran dos frailes.
0:02:40 Se habían encargado, la enterraron a la medina que se se ocuparon de todo.
0:02:44 Y disgustados con la varicia del viudo,
0:02:48 pensaron primero en desenterrar a la difunta
0:02:51 con la idea de exigir una paga mayor por sus servicios religiosos.
0:02:56 Pero se arrepintieron de semejante ultrage,
0:02:59 entonces pensaron un plan un poco más útil.
0:03:03 Un buen día, los frailes, Raspilier y Mesnad
0:03:08 aparecieron con los rostros desencajados entre los pares de la orden.
0:03:14 Y aseguraron que la finada esposa de Saint-Mersment
0:03:18 se les había parecido.
0:03:20 Y aseguraron también que había dicho lo siguiente.
0:03:23 Estoy condenada como Judas,
0:03:27 porque mi marido no dio al convento lo que debía dar.
0:03:34 Los franciscanos que hemos nombrado no eran hombres de muchas luces.
0:03:39 Y el jerarca entre todos los frailes
0:03:42 se dio cuenta de que en Mesnari y Raspilier
0:03:47 querían sacar algún dinero al señor de Saint-Mersment
0:03:52 para que su esposa descansara en paz.
0:03:54 Entonces lo llevó a parte.
0:03:56 Y les explico que no era conveniente
0:04:00 que la aparición dijera que su alma estaba condenada como la de Judas.
0:04:04 Porque si esto era así, dijo el capo de los franciscanos,
0:04:10 no la podía salvar ni todo el oro del mundo.
0:04:13 Y entonces no podrían recibir nada del marido,
0:04:16 me decía de Saint-Mersment.
0:04:18 Entonces, percibido por aquel superior maserudito,
0:04:21 los franciscanos cambiaron de táctica
0:04:24 y decidieron ubicar a la muerta en el purgatorio.
0:04:28 Mesnari y Raspilier prepararon otra vez sus caras de espanto
0:04:34 y fueron hasta la casa del señor de Saint-Mersment
0:04:38 y le dijeron que su esposa había aparecido
0:04:41 y que había dicho lo siguiente,
0:04:43 estoy en el purgatorio.
0:04:46 No gané el cielo porque mi marido no dio lo que debía dar.
0:04:56 Franciscano, franciscano, a mi esposa cuéntale
0:05:06 que él tuve en el purgatorio y es solo por culpader.
0:05:16 Dame en Chile, franciscano,
0:05:27 que no se haga el mortadena
0:05:32 a la hora de poner.
0:05:39 Muy preocupado el señor de Saint-Mersment
0:05:43 preguntó qué debía hacerse.
0:05:46 Los franciscanos le dijeron, sin rodeos,
0:05:49 que era conveniente exhumar el cuerpo
0:05:52 y reproducir un nuevo entierro.
0:05:54 Eso sí, contra el pago de un asumado importante.
0:05:59 Dice, ya lo dijo su propia esposa,
0:06:01 no te hagas el mortadela a la hora de poner.
0:06:04 Aquella petición tan clara
0:06:07 levantó la sospecha del esposo
0:06:10 que pidió tiempo para pensar en hacer algo.
0:06:13 En realidad el tipo no creyó nada, le parecía absurdo.
0:06:17 Mesnar y Raspilier impacientes por lograr algún dinero
0:06:21 se encontraron con otros miembros
0:06:23 de aquella congregación inescrupulosa
0:06:26 y pidieron ayuda.
0:06:28 Prometieron eso sí, repartir lo que obtuvieran.
0:06:32 Se armó entonces un plan masivo
0:06:35 para engañar al señor de Saint-Mersment.
0:06:37 Invitaron al tipo a la iglesia
0:06:40 y allí otro franciscano,
0:06:43 llamado Pedro de Arras,
0:06:46 invocó el alma de la difunta.
0:06:49 Y dijo, si eres el alma de la señora de Saint-Mersment,
0:06:54 da cuatro golpes y se oyeron los cuatro golpes.
0:06:58 No, truchos.
0:07:01 Después, claro, dice,
0:07:04 si desenterramos tu cuerpo
0:07:07 y si no paramos de rezar por ti,
0:07:10 será más leve tu paso por el purgatorio,
0:07:13 da cinco golpes y responde saprimativamente.
0:07:16 Se escucharon los cinco golpes.
0:07:20 ¡Hey!
0:07:23 Aquel interrogatorio que hizo Pedro de Arras
0:07:28 lo firmaron 22 franciscanos,
0:07:31 entre ellos el superior.
0:07:34 En algún sitio, cerca de Saint-Mersment,
0:07:37 Raspid-Lier se había encargado
0:07:40 de dar los golpes precisos.
0:07:43 Pero aquella congregación de franciscanos
0:07:45 tuvo mala suerte.
0:07:47 Se había encontrado con un exéptico
0:07:49 de la mujer de Saint-Mersment,
0:07:52 que se había dado cuenta de todo,
0:07:55 se alió de la iglesia,
0:07:57 prometió nuevos pagos
0:07:59 para acelerar el paso al cielo de su esposa,
0:08:02 llegó a su casa y le escribió una carta al rey de Francia.
0:08:06 Que era Francisco I, amigo de este programa.
0:08:10 Francisco I de Valois.
0:08:13 Francisco tomó cartas en el asunto,
0:08:16 y se lo mandó para allá.
0:08:19 Aterrorizados algunos de los franciscanos
0:08:22 delataron a Mesnar y Raspid-Lier
0:08:26 y adujeron que sólo habían participado al final,
0:08:29 de aquel caso.
0:08:32 Hay un boca de trapo.
0:08:35 Y bueno, fue peor para todos.
0:08:38 El procurador general pidió
0:08:41 que los franciscanos fueran quemados.
0:08:44 Sí, el rey retiró esa sentencia
0:08:47 que le pareció excesiva.
0:08:50 Finalmente, los condenó a pagar una gran cantidad
0:08:53 y a que salieran desterrados del reino de Francia.
0:08:56 Esa sentencia a los franciscanos de Orléans
0:08:59 quedó fichada, el 18 de febrero de 1534.
0:09:06 Este rey, Francisco I,
0:09:08 ese amigo de este programa,
0:09:11 era un rey muy galante,
0:09:13 en el sentido que le dan los franceses
0:09:15 a esa palabra galán.
0:09:18 Le gustaban mucho las mujeres,
0:09:20 y era bastante tramposo.
0:09:23 Y una vez, su primer ministro,
0:09:25 me acuerdo con él,
0:09:27 le preguntó en medio de una conversación
0:09:30 un poco filosófica,
0:09:32 dice, ¿y qué diferencia hay, señor,
0:09:35 qué distancia hay, señor,
0:09:38 entre un enamorado y un libertino?
0:09:42 Francisco contestó,
0:09:44 ¿la qué hay desde su silla hasta la media?
0:09:47 Y ese fue, ese y no otro,
0:09:53 fue el que inspiró el argumento
0:09:56 de la ópera Rigoletto.
0:09:58 ¿Vio cómo?
0:10:01 Por ejemplo, usted sabe que la canción más...
0:10:04 La dolna es móvil,
0:10:06 es vueltio malvejento.
0:10:09 Canta siempre el duque,
0:10:11 creo que este es el personaje principal.
0:10:14 Y en realidad, Francisco estuvo,
0:10:17 en una ocasión,
0:10:19 retirado en una casa de campo,
0:10:21 estaba medio enfermo,
0:10:23 que es que se daba,
0:10:25 y escribió en una pared,
0:10:28 con un carbón,
0:10:32 la mujer es inconstante.
0:10:36 La mujer es inconstante.
0:10:40 La dolna es móvil.
0:10:42 Después hizo el argumento,
0:10:47 que en realidad está basado un poco
0:10:49 en Francisco primero,
0:10:51 pero el protagonista ya después fue
0:10:53 un duque, un noble de tono menor,
0:10:55 pero ese es el origen
0:10:57 de la dolna es móvil.
0:11:00 Fui a la discoteca para ver...
0:11:03 Primero me asustó un poco esta historia,
0:11:05 a mí todas las historias,
0:11:07 yo creía que si hubiera sido el marido
0:11:09 de la mina a ésta, pago,
0:11:11 porque a mí me asustan mucho los fantasmas.
0:11:13 Los fantasmas, aparte,
0:11:15 de repente los muertos vuelven porque...
0:11:18 Yo he visto películas al respecto
0:11:20 muy interesantes, por ejemplo,
0:11:22 El Regreso de los Muertos Vivos.
0:11:24 Señor,
0:11:26 Pero es de zombies, ¿sí?
0:11:30 Fui a la discoteca, el tipo también creía.
0:11:33 El discotecario cree en todas estas cosas.
0:11:36 Y me dijo que lo mejor
0:11:39 para quietar a un muerto,
0:11:42 una aparición de estas,
0:11:44 es pagar misas.
0:11:46 ¿Y qué es eso lo que debió haber hecho
0:11:48 el señor de San Luis?
0:11:50 Ah, y eso, los 80, ¿deciose?
0:11:53 Ah, mire, qué curioso.
0:11:55 Así que, entonces, el disco que me dio,
0:11:57 se llama, justamente, Misa de Onze.
0:12:01 hay un arreglo muy interesante
0:12:04 de Fernando Marzán.
0:12:07 Y un trío en el que...
0:12:09 creo que está mi amigo ruso, Dimitri,
0:12:11 el que me enseñó a hablar ruso.
0:12:14 Y, lamentablemente, este tango lo canto yo.
0:12:16 Es el único que tiene de malo.
0:12:18 ¿Cómo se llama el músico?
0:12:19 El músico se llama...
0:12:20 El ruso.
0:12:21 Dimitri.
0:12:22 El que toca al chelo, ¿eh?
0:12:23 El que toca al chelo, sí, lo conocí.
0:12:27 Creo que es...
0:12:29 no me acuerdo que era el violinista,
0:12:33 pero creo que es Fernando Marzán,
0:12:35 Dimitri,
0:12:37 y me parece que la chica está en la norteamericana
0:12:39 que toca.
0:12:40 Ah, sí, la violinista.
0:12:42 Sí, bueno, después se lo digo.
0:12:44 ¿Qué me acuerdo?
0:12:45 Bueno, Misa de Onze, escucharemos ahora
0:12:47 por ese trío con un cantor
0:12:49 que soy yo, lamentablemente.
0:12:56 En 12 puternías, 18 primavera,
0:13:02 yo veinte guieltes, oro, preciado de cantar.
0:13:07 En un colegio adulto vivía prisionera,
0:13:12 y solo los domingos salía a zapasear.
0:13:16 Del corazón de la muera,
0:13:18 se dejaba salamizar,
0:13:21 hayrosa y gallo un drán,
0:13:23 desde Gracia, juvenil,
0:13:25 y yo te saludaba
0:13:28 con mi mejor sonrisa,
0:13:31 que tú correspondías
0:13:33 con nadie más gentil.
0:13:41 Vosé de bronce,
0:13:45 llamando a Misa de Onze,
0:13:49 cuanta promesa agarrada,
0:13:54 cuanta rongraves campadas,
0:13:59 en la florida mañana,
0:14:04 de envidorada ilusión,
0:14:09 y es cierro deare por el mundo,
0:14:14 mi afán de glorias y pesos,
0:14:18 y solo traigo al refresco
0:14:23 cansancio en el corazón.
0:14:33 No sé si era pecado decirte piterlura,
0:14:39 así junto al imagen divina de Jesús,
0:14:44 lo cierto es que era el mundo
0:14:47 un sendero de aventura,
0:14:50 y por aquel sendero
0:14:52 tu amor enjera la luz.
0:14:55 Hoy te dira otro labio,
0:14:57 placa, linday pausada,
0:15:00 palabra emocionada que pide y jura mora,
0:15:04 en tanto que mi alma,
0:15:06 la enferma desahuciaba,
0:15:09 sus ojos en la ventaja,
0:15:11 y me daba la cazada del sueño evocador.
0:15:21 Misa de Onze,
0:15:24 yo ya no soy el de entonces,
0:15:29 cuanta promesa agarrada,
0:15:34 cuanta rongraves campadas,
0:15:39 y el oriz de la mañana,
0:15:43 de mi dorada ilusión,
0:15:48 y es cierro deare por el mundo,
0:15:53 mi afán de glorias y pesos,
0:15:58 y solo traigo al refresco
0:16:03 con sancio en el corazón.
0:16:24 Y era Alejandro Dolina la venganza,
0:16:26 será terrible Misa de Onze.
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