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26 de Noviembre de 2007

Historias de alquimistas del Mar del Norte

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos hoy otra vez de Alquimia o de algo parecido con la Alquimia.
0:00:06 Vamos a ver si sale esta historia, ¿no?
0:00:11 Podríamos decir que la historia comienza
0:00:16 con un señor llamado Alexander Seddon
0:00:22 que vivía
0:00:24 en Holanda y que era muy
0:00:29 aficionado a la Alquimia
0:00:31 y que andaba por una costa desolada y descubrió
0:00:38 casi muerto en una desolada costa
0:00:42 al señor
0:00:43 Jacob Hansen
0:00:46 que parece que andaba navegando por el mar del norte y naufragó
0:00:49 y Alexander Seddon
0:00:51 que vivía por allí lo encontró.
0:00:54 Está claro, Hansen naufraga
0:00:56 y el escoce... Seddon lo encuentra en la costa y lo rescata.
0:01:01 ¿Qué le pasa amigo? le dice.
0:01:03 Seddon le dice, ya lo ve,
0:01:05 enaufragado.
0:01:07 Es un lindo diálogo.
0:01:10 Un tiempo tirado en la costa, ¿viene alguien?
0:01:12 ¿Qué le pasa caballero?
0:01:14 Enaufragado, dice el hombre,
0:01:18 y puede para demostrarse un alfragio
0:01:21 hace un gesto como señalando la ausencia de todo barco.
0:01:30 lo rescata,
0:01:32 Seddon,
0:01:33 le proporciona medios para
0:01:35 recomponerse y para
0:01:38 volver a su casa.
0:01:40 Un año más tarde Seddon
0:01:42 visita al
0:01:46 al marino, a Hansen,
0:01:49 al marino que había socorrido.
0:01:52 Pasó con él algunas semanas
0:01:55 Hansen, el rescatado de Hansen,
0:01:58 le confesó a Seddon
0:01:59 el que lo había ayudado
0:02:04 era aficionado a la magia y a la alquimia, le dije, mire,
0:02:07 usted me rescató,
0:02:09 yo soy muy aficionado a la magia y a la alquimia
0:02:12 y para que vea que no le inviento
0:02:16 tiene un pedazo de plomo por ahí.
0:02:18 Bueno mire,
0:02:20 ya lo transformó en oro.
0:02:23 Y grabó con una agujita
0:02:25 en el pedazo de oro
0:02:27 el momento exacto de la transmutación.
0:02:30 13 de marzo de 1602,
0:02:33 cuatro de la tarde.
0:02:34 Y en agradecimiento por la ayuda
0:02:37 que le había prestado a Seddon,
0:02:39 le entregó un sobre,
0:02:41 una bolsita,
0:02:43 con
0:02:44 un polvo rojizo.
0:02:46 Y le dijo, mire,
0:02:48 este,
0:02:49 usted me ayudó,
0:02:50 como yo soy capaz de
0:02:52 convertir cualquier cosa en oro,
0:02:54 le regalo esta bolsita con este polvo rojizo
0:02:58 y usted podrá con él transformar cualquier cosa en oro.
0:03:04 El otro quedó deslumbrado
0:03:07 y se fue,
0:03:08 la ludo y se fue.
0:03:09 Y decidió con aquella bolsita dirigirse a Alemania
0:03:13 para ver si podía hacer algún dinero.
0:03:17 Seddon no sabía nada de magia ni de alquimia,
0:03:21 no conocía ningún procedimiento,
0:03:23 pero tenía ese polvo rojo que le habían regalado.
0:03:26 Empezó a caminar por Alemania,
0:03:29 adoptó una actitud misteriosa,
0:03:32 difusa,
0:03:33 se fingía,
0:03:35 porque ya se creía,
0:03:36 portador de enormes poderes
0:03:39 y en realidad lo único que tenía era esa bolsita
0:03:41 con un polvo mágico que le había regalado
0:03:44 el amigo Hansen.
0:03:47 Este amigo Seddon, Alexander Seddon, era petitso,
0:03:51 robusto
0:03:53 y para hacerse el misterioso,
0:03:55 empezó a vestirse de negro
0:03:58 y con tela de seda.
0:04:00 Ya se sabe que cuando uno
0:04:01 ve una persona vestida de negro y de seda,
0:04:04 conjetura que en su poder hay un polvo rojo
0:04:06 que transforma las metales en oro.
0:04:10 Bueno, ya no hubo por ahí.
0:04:12 Trató de hacer
0:04:14 algunas transmutaciones, pero no le salieron.
0:04:20 En Estrasburgo se detuvo en la casa de un orfebre
0:04:24 llamado Phyllis Gensenhover
0:04:29 lo mostró, quiso convertir algo en oro
0:04:33 y no pudo.
0:04:38 Entonces tuvo la idea de darle un líquido cualquiera
0:04:42 y le dijo que era un elixir que iba a servir
0:04:45 para mejorar
0:04:47 su salud.
0:04:49 Gensenhover mostró ese elixir
0:04:51 a las autoridades de Estrasburgo,
0:04:57 no le fue muy bien porque el elixir no servía para nada,
0:05:01 lo llevaron a precio y más tarde fue ejecutado por Ereje.
0:05:04 Mientras tanto, Alexander Seddon, que le había
0:05:08 regalado el elixir, siguió su viaje,
0:05:10 anduvo por Frankfurt, por Colonia,
0:05:13 por Múnich,
0:05:15 por Hamburgo,
0:05:16 en todas partes
0:05:18 sacaba el Pueblo Rojo
0:05:20 y trataba de transformar algo en oro.
0:05:23 Seddon esperaba que algún príncipe se enterara de sus virtudes y los llamara la corte,
0:05:28 porque ahí estaba el negocio, conseguir que un príncipe te llamara la corte,
0:05:32 entonces vol decía, mire, yo trabajo
0:05:34 transformando cosas en oro,
0:05:37 desde luego esto no es inmediato, yo con este polvo, lo puedo aquí, esperamos tres meses,
0:05:41 pero démelo a algún dinero y a los gemes, ese era el negocio.
0:05:45 Muy bien,
0:05:47 el primero que lo llamó fue el duque Federico I de Burtenberg,
0:05:50 pero Seddon no fue,
0:05:52 porque Federico de Burtenberg era famoso
0:05:55 por lo siguiente, parece que llamaba a supuestos alquimistas, a su corte,
0:06:00 porque andaba muy falto de dinero,
0:06:02 entonces los hacía laborar para conseguir la transmutación, para transformar plomo en oro,
0:06:07 pero al que no tenía éxito lo mataba,
0:06:10 entonces imagínese que Seddon, cuando fue invitado a esa corte,
0:06:14 salió rajando.
0:06:15 En 1603 se presentó la corte de Zajonia,
0:06:19 allí gobernaba Cristian II, que era un rey de 20 años de edad,
0:06:22 primero lo trató bien,
0:06:24 con halagos y promesas para ver si podía sacarle el secreto de la fabricación,
0:06:30 y en 1603 se desplegó, hizo algunos supuestos prodigios,
0:06:35 aprovechó también para venderte a Lismanes contra el embarazo,
0:06:38 decía conocer el futuro a través de la coloración de los orines,
0:06:42 o sea examinaba los orines de una persona y le decía el futuro.
0:06:47 También decía tener un brebaje que mezclado con vino despertaba en las personas más recatadas
0:06:53 las más encendidas lujurias,
0:06:56 que todo el mundo compraba ese brebaje para encajarse a sus amigas.
0:07:00 El caso es que Cristian II no quedó muy conforme con los despliegues de Seddon,
0:07:05 que por otra parte no quería confesar los secretos de su polvo rojo,
0:07:11 si es que algún secreto había.
0:07:13 Y como se resistía a confesar los secretos, Cristian II lo encarceló,
0:07:18 lo metió en una náhuse abunda prisión de una torre,
0:07:21 custodiado por 40 hombres,
0:07:24 lo tuvieron encerrado tres meses para ver si le hacían escupir el secreto del polvo rojo,
0:07:32 hasta que allí aparece en escena Micael Sendibogius,
0:07:36 que era un polaco,
0:07:38 era un noble polaco que se había ganado la confianza de Cristian II,
0:07:43 y obtuvo permiso para visitar a ese prisionero,
0:07:46 se ofreció para visitarlo, le dijo a Cristian,
0:07:48 así que no quiere decir cuál es el secreto de la transmutación de los metales,
0:07:52 déjame visitar lo que yo le voy a soltar la lengua.
0:07:56 Muy bien, y allí se presentó Sendibogius,
0:08:01 llegó a la celda donde estaba Ceron y le dicen,
0:08:04 ¿qué me das si yo te libero?
0:08:07 El Ceron, que ya había aprendido el arte de enbaucar,
0:08:11 le dijo, tanto que tendrás para el resto de tu vida,
0:08:15 eran dos mentirosos.
0:08:18 Sendibogius fue a Cracovia,
0:08:21 vendió algunas cosas, trajo dinero,
0:08:23 empezó a visitar a Ceron todos los días,
0:08:25 con la guita que había obtenido de sus ventas,
0:08:29 le daba vino e imanjares a la guardia que custodía a Ceron,
0:08:33 y una noche le dio tanto vino a los soldados que quedaron completamente borrachos todos.
0:08:38 Sendibogius robó la llave, liberó a Ceron,
0:08:41 antes había sobornado a los guardias del acceso a palacio,
0:08:45 el caso es que huyeron los dos rumbo a Cracovia.
0:08:47 Ahí Ceron le otorgó a Sendibogius
0:08:50 la supuesta fórmula para la fabricación del oro,
0:08:54 y le entregó además lo que le quedaba de aquel polvo rojizo.
0:08:59 Los días en la cárcel habían dañado tanto el cuerpo de Ceron que murió pronto.
0:09:05 A los pocos meses de ser liberado murió en Cracovia.
0:09:08 Sendibogius se quedó con lo que quedaba del polvillo de Ceron,
0:09:13 y con un papel donde había algo que parecía una supuesta fórmula,
0:09:17 pero no entendió mucho lo que decía el papel.
0:09:20 No había mucho que entender.
0:09:22 Se fue de todos modos a la corte como alquimista,
0:09:27 pero no tuvo suerte.
0:09:28 En el camino a la corte fue hecho prisionero por un con de morado,
0:09:34 se le hizo saber que sería puesto en libertad
0:09:36 solo si revelaba el secreto de aquel polvo rojizo.
0:09:42 Y el hábil Sendibogius consiguió hacerse de una lima,
0:09:46 y con todos los barrotes de la ventana del calaboso
0:09:49 hizo una cuerda, se descolgó, huyó a Praga,
0:09:53 y en Praga fue a ver al protector de los alquimistas,
0:09:56 aquel de quien hablamos siempre, al emperador Rodolfo.
0:10:00 Rodolfo lo recibió, lo atendió bien,
0:10:03 al poco tiempo Sendibogius cobró coraje
0:10:06 y fue a presentarse en la corte peligrosa,
0:10:10 pero que podía traerle riqueza, que era la corte
0:10:12 de ya mencionado Federico de Buurtenberg,
0:10:15 aquel ante el cual no se había presentado cero
0:10:18 porque tenía miedo de ser muerto.
0:10:22 Ya hemos dicho que aquel príncipe al que no convertía el plomo en oro lo mataba.
0:10:26 Muy bien, allí Sendibogius se encontraba en una situación comprometida,
0:10:30 le quedaba poco polvillo rojo,
0:10:32 conocía el mal carácter y las peligrosas costumbres del duque,
0:10:39 pero de esa situación comprometida lo vino a sacar un alemán,
0:10:42 y Ojan Mulder, quien había adquirido algunos conocimientos químicos
0:10:48 como ayudante de peluquero.
0:10:51 Los ayudantes de peluquero suelen adquirir alguna clase de conocimiento químico.
0:10:56 Había hecho circular en Stuttgart el rumor de que era inmune a las balas,
0:11:02 cuando se rumorea que uno es inmune a las balas la gente empieza a respetarlo.
0:11:07 Este hombre estaba en la corte de Federico de Buurtenberg
0:11:10 y solía hacerse disparar con balas de plomo,
0:11:13 pero era un plomo truco, era un plomo amalgamado que no lograba herirlo,
0:11:19 pero para demostrar su poder ante el duque Federico se hacía tirar un hostero.
0:11:25 Y en recompensa por aquellas exhibiciones obtenía los favores del duque.
0:11:29 Cuando Mulder se enteró de la presencia de Sendibogius en la corte,
0:11:34 sintió que su posición ante Federico estaba amenazada.
0:11:38 Procedió entonces con cautela.
0:11:40 Le dijo al Polaco a Sendibogius que estaba en situación peligrosa,
0:11:45 que había oído decir que el duque lo iba a encarcelar en cualquier momento,
0:11:48 y le dijo, mire, mejor tómesela, rájese, usa.
0:11:54 Y lo hizo huir por un camino que se encargó de señalarle prolijamente.
0:12:00 Y Sendibogius rajó y cayó en la trampa.
0:12:03 En el camino fue apresado por hombres de Mulder,
0:12:06 y le afanaron el polvo mágico, el poco que tenía.
0:12:09 Mulder se presentó ante Federico,
0:12:12 dijo que el polaco que había huido era un estafador,
0:12:15 y que él tenía los verdaderos polvos mágicos,
0:12:18 que eran en realidad los que él le había afanado a Sendibogius.
0:12:22 Se dispuso entonces a convertir en oro un pedazo de plomo.
0:12:27 No le salió.
0:12:29 No le salió.
0:12:31 Traigame un pedazo de plomo que lo voy a convertir en oro.
0:12:34 Sacó el polvo colorable y yo sí,
0:12:37 dijo unas palabras, y no le salió.
0:12:41 Entonces el implacable duque de Burtenberg lo mandó al patíbulo,
0:12:46 y lo mataron.
0:12:47 Durante la ejecución había un espectador muy divertido,
0:12:52 que no era otro que el polaco Sendibogius,
0:12:54 que había vuelto nada más para ver cómo le iba el que lo había afanado.
0:13:00 Y así se terminaron los polvos mágicos aquellos,
0:13:03 que el marino dio a Zetton, que Zetton dio a Sendibogius,
0:13:07 y que Mulder le afanó a Sendibogius.
0:13:10 Se terminaron, no había más.
0:13:13 En el año 1619 Sendibogius se presentó en Viena,
0:13:17 dispuesto a llevar a cabo una transmutación
0:13:21 en presencia del emperador Fernando II.
0:13:25 Y para regos hijos de todos,
0:13:27 aquí viene la parte que me gusta de esta charla.
0:13:31 Para regos hijos de todos, Sendibogius convirtió en oro puro una moneda de plata.
0:13:40 Posteriormente se supo que había trampa.
0:13:43 En realidad la moneda era de oro.
0:13:47 Él la había baneado en plata,
0:13:49 y cuando la calentó desapareció la plata y apareció el dorado.
0:13:54 También terminó mal, Sendibogius.
0:13:57 Tras descubrirse el engaño, también a él le cortaron la cabeza.
0:14:02 O sea que murieron los tres.
0:14:04 Los polvos no eran mágicos, pero sin embargo,
0:14:07 desaptaron la codicia de aquellos que lo poseían y condujeron a crímenes.
0:14:14 Toda aquella época vivió enloquecida por la búsqueda de la piedra filosofal,
0:14:19 de la piedra de toque,
0:14:21 de la piedra que convertía especialmente el plomo o el mercurio en oro.
0:14:26 Desde luego nadie la consiguió, pero tan crédula era aquella sociedad
0:14:32 que hasta se mataba por conseguir específicos que,
0:14:35 o bien convertían los metales en oro,
0:14:37 o bien devolvían al oficiante la juventud, el vigor o lo alejaban de la muerte.
0:14:44 Yo creo que no está mal la búsqueda de la piedra filosofal,
0:14:48 pero los buenos alquimistas saben, como hemos dicho el otro día,
0:14:51 que esta es una pequeña alegoría.
0:14:54 Lo que haré que convertir no es el plomo en oro,
0:14:57 el objeto no es la fácil riqueza, la riqueza sin esfuerzo,
0:15:02 sino que por el contrario lo que señala la alquimia es un camino
0:15:06 seno de dificultades al cabo del cual se sale mejor de lo que se entró,
0:15:13 y a veces se sale ingeniero electrónico.
0:15:16 La verdadera transformación, la verdadera transmutación,
0:15:21 dicen los alquimistas, ocurre en el oficiante, en el alquimista,
0:15:26 y lo que se recupera es la potencia intelectual.
0:15:31 Y el elixir, si es que existe, es el elixir de la sabiduría,
0:15:36 de la serenidad, de la benevolencia, de la inteligencia.
0:15:40 Pero claro,
0:15:42 no es fácil comprender esto y los alquimistas dicen que sólo se comprende después
0:15:50 de haber andado toda una vida renegando con los atanores.
0:15:54 Entre nosotros también se busca, y a veces sin saber que se la busca,
0:16:00 la piedra y el elixir.
0:16:03 Y se la busca por dos caminos distintos.
0:16:07 Algunos buscan el camino fácil del elixir que los convierta en ricos y famosos.
0:16:12 Y otros eligen el camino difícil, el camino de lidiar con el horno alquímico,
0:16:19 día y noche, noche y día, para obtener finalmente una transformación del propio aspecto,
0:16:25 para convertirse uno mismo en una persona más inteligente, más espiritual o más bondadosa.
0:16:32 Y los métodos de lujo no son quizá los del alquimia,
0:16:36 pero creo que existen estos dos caminos posibles para alguien que quiere hacer algo mejor con su persona.
0:16:42 El camino fácil y el camino difícil.
0:16:47 Yo quiero dedicar esta charla.
0:16:54 No quiero referirme antes que dedicar, no sé si dedicar, me pone todo, que dedica a caso usted.
0:17:02 Pero cuando yo leí esta historia por primera vez,
0:17:10 no se me ocurrió, descubrí que estaba así, otra alegoría.
0:17:16 Sendibogius empieza con la falsa transformación de una moneda, una moneda que era de oro,
0:17:24 fingía que era de plata y otra vez la convierte en oro.
0:17:28 Hay algo noble, sin embargo, en esto, en este engaño, que es que la moneda era primero de oro.
0:17:36 No sé por qué me gusta eso.
0:17:41 Y pensé, cuando leí la historia por primera vez, en esa clase de mujeres, especialmente,
0:17:49 que siendo hermosas se fingen un poco más feas, que siendo inteligentes se fingen un poco más tontas,
0:17:59 que siendo bondadosas se fingen un poco más malas.
0:18:03 Es decir, son en realidad hermosas, buenas y geniales, pero a lo mejor por diálogo,
0:18:09 o quizá por perversidad se fingen un poco peores.
0:18:17 Y en algún momento, para completar, para ser más perfecta la seducción, se sueltan el pelo,
0:18:23 se sacan el pulover grueso, se sacan los anteojos, se lavan los dientes,
0:18:31 apagan la televisión y nos entregan un poco de su alma y de su cuerpo,
0:18:37 y se revelan como lo que son.
0:18:41 Y está muy bien eso.
0:18:43 Es una buena metáfora esa de la que parece una moneda de plata, pero que en realidad no es de plata.
0:18:55 Era un engaño, la moneda era de oro.
0:18:57 No la mentira de fingirse mejor de lo que no es, sino también la mentira,
0:19:03 la extraordinaria mentira de fingirse uno peor de lo que es, pero con la secreta intención de producir
0:19:10 un posterior reconocimiento, una anagnosis allí donde lo que parecía de plata era en verdad de oro.
0:19:19 Una estafa me dijo usted un día que dignifica.
0:19:25 Y escribí yo un pequeño cuento al respecto.
0:19:31 Que creo que se llama el ógios insuficiente o algo proelestivo.
0:19:39 No está mal ir un poco a menos para que crean, digo que lo hagan los que son de oro,
0:19:45 yo que soy anchovano tengo nada que decir.
0:19:47 Pero el que es de oro, que haga creer que es de plata, está muy bien.
0:19:53 Así que yo me adelanto ahora así a dedicar esta charla a las personas que parecen de plata,
0:20:01 parecen muy buenas y en cambio son extraordinarias.
0:20:07 Hay una injuria en el elogio cuando a alguien le decimos sos de plata y resulta que es de oro.
0:20:14 Y debe haber muchas personas para quienes nuestros halagos son, sin que lo sepamos, una injuria.
0:20:21 Así que les dedicamos a estas gente, a esta charla que no es muy interesante, pero que
0:20:32 contiene, me parece, una alegría que es más interesante que la charla.
0:20:43 Que no es que yo las he inventado, está ahí.
0:20:48 Me gustó, ¿no?
0:20:53 ¿Tiene alguna dedicatoria particular así para cumplir con su favor?
0:20:59 Me lo gustó mucho.
0:21:01 No, me gustó mucho.
0:21:03 Pero es una historia dedicatoria que yo até con algunas ideas que tenía acerca de cierta gente.
0:21:08 Bueno, yo voy a dedicar esto.
0:21:11 Alejandro, usted hablaba del camino fácil, el camino difícil, ¿no?
0:21:15 Recuerde que dice los evangelios que amplios el camino despacioso a la puerta que lleva
0:21:21 la perdición y que estrecho es el camino dificultoso a la puerta que lleva la salvación.
0:21:27 Entonces, porque estamos de ese lado nosotros les quiero dedicar, ni más ni menos, que
0:21:31 bueno, que pronuncié esas palabras, que es el Cristo, a Aquiles que también eligió
0:21:35 el camino difícil.
0:21:36 Exactamente, le ofrecieron los dos destinos y eligió la vía corta, pero glorioso.
0:21:42 Y ya nombrado aquí a Chopin como una de esas personas que nosotros dignificamos por haber
0:21:48 elegido el camino difícil, hacerlo complejo, ir en busca de más.
0:21:51 Y en este sentido lo atamos con lo que hablamos usted al inicio, Alejandro.
0:21:55 Es por ese camino que va el conocimiento y es por ese camino que va el placer, al menos
0:21:59 el placer que dignifica al hombre que no es el hombre más, diría Ortega, ¿no?
0:22:04 El hombre que es el hombre de selección.
0:22:08 Vamos a escuchar, no falsa moneda que escuchamos muchas veces este año porque nos gusta mucho
0:22:13 por distintas intérpretes, por Lolita y por Imperio Argentina en realidad.
0:22:18 Pero sí podemos escuchar algo mucho peor que es moneda falsa, una canción que yo me atreví
0:22:24 a componer y que canta, no es una canción breve ya que tenía un objetivo teatral que
0:22:32 se cumplía al minuto y medio.
0:22:36 Van a cantar esta canción acompañada por Federico Mirragin, nuestras queridas Carina
0:22:44 Biorleji y Ruth Atagile.
0:22:48 Moneda falsa se llama y empieza en este mismo momento.
0:23:01 Moneda falsa de mi voz, palabras que no entenderás, cuando yo te curé que sí, tal vez seré
0:23:38 una extraña para vos, soy una extraña para mí.
0:23:50 Nunca podrás saber cómo resuena el río, la voz del amor, el espeso, el espezo, el
0:23:59 despezo y tu ilusión.
0:24:06 Nada es lo que parece ser.
0:24:13 Ni siquiera está canción.
0:24:20 Ni siquiera está canción.
0:24:30 En la venganza será terrible, hemos escuchado moneda falsa de Alejandro Dolina en la versión
0:24:44 de Ruth Atagile, Carina Berleini.
0:24:47 Y el río es un río que tiene un objetivo.
0:24:53 Es una canción que tiene un objetivo.
0:24:58 Y tiene ese provecho para saludar, pero además para saludar a alguien que cantó anteriormente
0:25:04 esta canción que su hermana soña a Rolón con un gran bérico, ya que es una canción

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