Transcripción automática
0:00:00 Continuamos en la venganza, será terrible desde el auditorio de Radio del Plata, mañana
0:00:07 también estaremos aquí, pero el miércoles, el Montevideo, en el teatro El Galpón.
0:00:12 Señores, hablaremos hoy de gente luminosa, pero la gente luminosa en un sentido lípera
0:00:19 ya vamos a ver, ahí lo tiene usted, agregóreo Nasianceno, Justino y otros padres de la Iglesia,
0:00:27 que llamaban al bautismo iluminación, fotismos. Se fundaban en dos pasajes de la epístola
0:00:37 de los hebreos, donde aquellos que habían sido iniciados en el misterio cristiano, es
0:00:42 decir, que habían sido bautizados, eran designados con el nombre de foticentes iluminados. Ya
0:00:49 en el siglo II, Justino mencionaba una leyenda, según la cual durante un bautismo el fuego
0:00:56 se incendió en el Jordán, que sabe para que se encienda un río, tiene que ser el riachuegr
0:01:02 únicamente. Entre los cristianos fundadores, el Espíritu Santo estaba representado como
0:01:10 una llama. La santificación se expresaba por imágenes de fuego o por imágenes replandecientes.
0:01:18 Era esta una de las fuentes doctrinares que apoyaron la creencia de que la perfección
0:01:23 espiritual no solo hacía al alma capaz de ver el cuerpo luminoso al Cristo, sino que
0:01:30 el cuerpo del mismo santo podía irradiar luz o brillar como un fuego ardiente.
0:01:37 Bueno, aquí van algunos ejemplos de hombres que estaban iluminados en el sentido más
0:01:42 literal y desde luego los inconvenientes que esto podía acarrear. Porque usted, por muy
0:01:47 santo que sea, empieza a ponerse iluminoso, al principio todo fenómeno, pero después
0:01:54 la familia comienza a sentirse invadida. Allá por el siglo V, un monje llamado José,
0:02:03 recuerda usted, el que lo iluminó y se fue, proclamaba que no se podía ser monje, sino
0:02:10 se alcanzaba a ser tan resplandeciente como el fuego. Este hombre, José, visitó una
0:02:16 noche alabar arceño en el desierto y vio que el pozo en que el tipo vivía refurgía.
0:02:25 No había así fuego ninguno encendido, pero era un pozo refurgiente. Se acercó y comprobó
0:02:33 que esto pasaba durante la oración cuando el monje arceño parece que irradiaba una
0:02:40 luz insoportable. Parecía los autos de la Policía Federal.
0:02:45 Sí, y la Metropolitana.
0:02:46 Y a nadie vea nada a siete cuadras a la redonda, tanto adelante como atrás, y se producen todas
0:02:53 clases de infracciones, aquilientes, seguir las repentinas, etc.
0:02:59 Sí, son sirenas de led, pero tienen muchas.
0:03:02 Sí, sí, una idea maravillosa, realmente. Bueno, algo así pensó José cuando se acercaba
0:03:10 a la Casa de Arceño. Parece que cuando rezaba, Arceño se ponía luminoso, y el propio José
0:03:19 le hizo las escrituras bajo la refugiencia que prodigaba generosamente Arceño.
0:03:25 Que iluminame aquí. Y Arceño tranquilamente levantaba unas patas y lo iluminaba.
0:03:31 En la historia de los asetas, todo hombre perfecto era considerado como una columna de fuego.
0:03:38 Y también que cuando el abad Pisenilus se encontraba absorto en oración, su celda aparecía
0:03:46 completamente iluminada.
0:03:49 En la vida de Sanzabas, Sirilo de Ecitópolis dice que Justiniano vio en la cabeza de Zavas
0:03:55 una gracia divina fulgurante en forma de corona.
0:03:59 Esto, en la cabeza de Sanzabas, era anciano, ¿no?
0:04:04 La gracia, le parecía gracioso, lanzaba rayos igual a los solares.
0:04:09 Y recién a partir de entonces, que las ilustraciones geográficas, es decir, de los santos, se
0:04:17 poblaron del famoso aro luciforme que aparece sobre el marote de los santos.
0:04:23 No se preguntaba a usted, chico, por qué estos santos estaban de acá, que ellos yo
0:04:31 tenían como un redondel luminoso.
0:04:33 Sí, el alo.
0:04:35 El famoso alo, ¿no?
0:04:37 Bueno, de ahí viene el Sanzabas.
0:04:41 Ahora bien, algunas luminosidades, como se ha dicho, traían problemas.
0:04:44 El abad Cisóes parece que relampagaba.
0:04:48 Como estuvo progresante.
0:04:52 Tiene el arrancador flojo.
0:04:53 Hay gente que truena y este relampagaba.
0:04:58 Reocaba destillos que asustaban a sus hermanos, que le pedían que, por favor, aflojara con
0:05:05 sus exasis.
0:05:08 Cuando Cisóes estuvo a punto de morir, su cara brilló como el sol y los encandiló a
0:05:13 todos.
0:05:14 Nadie pudo contemplar su rostro.
0:05:17 Cisóes dijo, ahora llega el coro de apóstoles, dijo.
0:05:22 Y el resplandor de su rostro aumentó todavía más, tanto que iluminó un base que había
0:05:26 por ahí.
0:05:28 Finalmente Cisóes murió, ya cuando ya no se podía estar.
0:05:35 Fuera del cristianismo, respecto de seres luminosos, se explica que el resplandor de
0:05:40 Saratustra en el vientre de su madre, durante los tres días anteriores a su nacimiento,
0:05:47 era tan intenso que iluminaba todo el pueblo de su padre.
0:05:51 Era un pueblo pequeño, hay que decir.
0:05:53 Pero igual.
0:05:54 Hay que iluminarlo.
0:05:55 Hay que iluminarlo.
0:05:56 Y más, dando la usura de estar uno dentro de la panza de su madre.
0:06:02 Porque no es un lugar muy cómodo para iluminar.
0:06:06 Yo sí quisiera iluminar el pueblo de mi padre, el último lugar a donde me refugiaría.
0:06:11 Es en el interior de mi madre, por decirlo de esa manera.
0:06:15 Y pues muy pucas.
0:06:17 De ese modo amengua mucho la luminosidad.
0:06:20 Sí, pero se ve como una carpa.
0:06:22 Y cuando prende una luz al dentro de una carpa.
0:06:24 La madre usa muchos batones.
0:06:27 Pero abre el batón.
0:06:28 Pero sí, y la gente ve que va caminando la vieja.
0:06:31 Y pues hay un rayito de luz.
0:06:34 Por abajo vienen rayos de luz.
0:06:36 Hay bien el velador, le dicen.
0:06:39 Bueno, pobre Saratustra.
0:06:48 Sí, Rama Krishna, que vivió en la India, comienzo del siglo XIX, se mostraba a veces
0:06:54 luminoso o como rodollado por llamas, dice la crónica, que su cuerpo parecía todavía
0:07:01 más alto y tan ligero como un cuerpo visto en sueños.
0:07:05 Se iba haciendo luminoso y el color moregeno de su cuerpo tomaba un tinte muy claro.
0:07:11 Y nada más, no dice más nada.
0:07:14 Es poco de sire.
0:07:16 Sí, era más esmerilado el tipo.
0:07:19 Algunos mitos del tibet relativos al origen del mundo hablan también de hacer estos
0:07:24 asuntos.
0:07:25 Uno de estos mitos cuenta que del vacío primordial emanó una luz azul que produjo un huevo.
0:07:34 Y de ese huevo se formó el universo.
0:07:37 Otro mito.
0:07:40 Relata que la luz blanca dio necesarios.
0:07:43 Dio necesarios, no.
0:07:45 Dio qué?
0:07:46 Dio nacimiento, no lo de ser, pero no importa.
0:07:51 A otro huevo del cual salió el hombre primordial.
0:07:56 Y por último otro mito.
0:07:58 Ah, creo que otro huevo.
0:08:01 Pero seguramente este otro mito cuenta la historia de un tercer huevo.
0:08:05 Cuenta que del vacío nació el ser primordial y este...
0:08:12 Y radió luz.
0:08:13 Era un ser luminoso, pero se presenta un problema.
0:08:17 La tradición explica cómo se efectúa el paso del hombre resplandeciente a los seres
0:08:23 humanos actuales.
0:08:24 Es decir, el tema es este.
0:08:27 El hombre original...
0:08:28 Era luminoso.
0:08:30 Era luminoso.
0:08:31 Nos apagamos.
0:08:32 No fuimos apagando.
0:08:35 No somos casi nadie.
0:08:36 Somos un fóforo usado.
0:08:39 Acá dice que en el comienzo, cuando eran luminosos, los seres eran asexuados y no tenían deseos
0:08:45 carnales.
0:08:46 Poseían la luz y la irradiaban.
0:08:49 El sol y la luna no existían.
0:08:52 Al comienzo, según el mito, los hombres se multiplicaban de siguiente modo.
0:08:57 La luz...
0:08:59 La luz...
0:09:01 ...emmanaba el cuerpo del varón...
0:09:04 ...y esa luminosidad fue como nada la matrilla de la mujer.
0:09:09 El instinto sexual se satisfacía únicamente por la vista.
0:09:15 ¿Me entendés?
0:09:19 Pero los hombres degeneraron y comenzaron a tocarse con la mano.
0:09:24 Estieron los dos en el enchufe.
0:09:27 Y finalmente descubrieron la unión sexual.
0:09:31 Sí, no le digo.
0:09:32 Un sindicato.
0:09:33 Sí, tarde o temprano.
0:09:35 Cuando un instinto sexual despertó, chau.
0:09:40 Estoy saludando a...
0:09:43 Cuando se entrece lo que estamos hablando.
0:09:45 Cuando un instinto sexual despertó, apareció la genitalidad.
0:09:50 ¿Qué no la tenía?
0:09:53 Pero entonces la luz extinguió.
0:09:55 Una cosa a la otra.
0:09:59 Se corta la luz.
0:10:01 Y el sol y la luna que se iluminan sin tocarse aparecieron en el cielo.
0:10:07 Pero ya no entre los hombres.
0:10:08 ¿Me entendés?
0:10:11 Así somos.
0:10:13 No, ¿qué va a hacer?
0:10:14 No, este...
0:10:15 Prefiero...
0:10:17 A mí, déjame así.
0:10:19 Para algunas sectas cristianas, la de los mesalianos, por ejemplo, la aparición de Jesús en una
0:10:26 visión debía ser inexorablemente cegadora.
0:10:31 Para los mesalianos, el fin último era la unión estática del alma con el cuerpo luminoso
0:10:37 Decían que Adán poseía también la facultad de resplandecer, pero esto antes de la caída.
0:10:45 Y que esa facultad les sería restituida a los hombres en el paraíso.
0:10:50 Así que usted no se preocupe Barton que cuando vaya al paraíso...
0:10:54 Me enciendo.
0:10:55 ... se va a encender.
0:10:57 Un último detalle, una última historia.
0:11:00 Adán José Oriol era un sacerdote catalán que vivió a mediados del siglo XVII.
0:11:06 Durante sus estudios vivió en casa de Catalina Bruguera, una mujer casada, que le dio cobijo
0:11:13 puesto que Oriol era huérfano.
0:11:16 Parece que Catalina, digamos, se mostraba ante José Oriol de un modo no demasiado
0:11:26 virtuoso.
0:11:27 Desnoda.
0:11:29 Desnoda.
0:11:30 Pero él la rechazaba sostenidamente.
0:11:42 Un día entró en la sala en la que estaban ahí el marido de Catalina y al verlo juntos
0:11:50 sintió sospechas de que su esposa faltase a su santo de veres.
0:11:58 Se notó esa sospecha y entonces fue hasta un hogar encendido que había en la sala y
0:12:03 metió literalmente las manos en el fuego para demostrar su virtud.
0:12:08 Se quemó.
0:12:11 Después de un largo rato la sacó, las sacó.
0:12:15 Filesas.
0:12:16 Pero esos sí refurgentes.
0:12:19 Ah, miembros.
0:12:20 Luminosas.
0:12:21 Dicen que entonces confuso ante aquel prodigio y abrigonzado por la sospecha.
0:12:27 El esposo trató cariñosamente a Oriol, quien también lo rechazó, me imagino.
0:12:34 Pero por seis días las manos de Oriol iluminaron objetos y habitaciones.
0:12:39 Seis días con las manos.
0:12:40 Me acabo de convertir.
0:12:41 No, qué es mi.
0:12:42 Aquí se convirtió si no, no, no.
0:12:43 Al budismo.
0:12:44 El budismo no fue mencionado en alguna instancia.
0:12:46 No creía nada, pero después de ver este.
0:12:49 La mala.
0:12:50 Esta es la historia.
0:12:51 ¿Verdadela?
0:12:52 ¿Por qué van a mentirte?
0:12:53 ¿Qué razón tendrían para mentir?
0:12:59 ¿Sabes qué lindo que se anda de noche por la casa con la mano luminosa?
0:13:03 A tres de la mañana te levantas.
0:13:04 Para la cama metes la mano y veas ahí.
0:13:06 No, pero le dices.
0:13:07 Me pongo los zapatos negros.
0:13:09 ¿Por dónde anduviste vos que tenés las manos así?
0:13:12 Me pregunta.
0:13:13 Qué lindo, eh.
0:13:14 Es raro eso, eh.
0:13:16 Pero después, no sé, el auto, el auto vos, el aguante, por ejemplo.
0:13:22 Sí, ahí pone aguante.
0:13:23 Y una mina por ahí le dice, ahora te voy a mostrar algo.
0:13:26 Mano luminosa.
0:13:27 Y el guante, mano luminosa.
0:13:29 Te arrepentiré.
0:13:32 No es un buen lugar para tener iluminado.
0:13:35 Es un mejor.
0:13:37 Mienes, yo provee de todo.
0:13:39 Y la mina por ahí, por curiosidad dice, tocame.
0:13:49 Vení, tocame.
0:13:51 Que quiero ver si esta luminosidad se contagia así por metonimia.
0:13:58 Con contacto.
0:13:59 Si yo me convierto también en una persona luminosa.
0:14:01 Entonces, usted le empieza a tocar todo.
0:14:05 Sí, pero ella se enciende.
0:14:07 No sé, no.
0:14:09 Pero por curiosidad va a pedir que la toque.
0:14:11 Vení, tocame.
0:14:13 Quizás al revés le genera rechazo, miedo.
0:14:16 ¿Cúchiste?
0:14:17 No me toque con esas manos iluminadas.
0:14:23 Ya me voy a buscar otras.
0:14:24 Y no alcanzas a comprender.
0:14:25 Ahora este río.
0:14:27 Es muy valiente unas manos luminosas.
0:14:29 Y no, si uno espunga.
0:14:31 Para tapar la luz.
0:14:33 Si uno espunga y tiene la mano luminosa, perdió.
0:14:36 Ah, perdió.
0:14:37 Porque le ve todo.
0:14:38 Pero eso.
0:14:39 Es una valiza.
0:14:40 Hay eso en el teatro negro de Praga.
0:14:44 Siempre y todo es eso.
0:14:45 Tipo con el que se le ve solo las manos y nada más.
0:14:48 Y todo así, hasta que uno por fin puede aplaudir de pie.
0:14:53 Para irse.
0:14:54 Para irse de una vez.
0:14:56 Sí, ya es una cosa.
0:14:58 Bueno, hemos ido a la discoteca.
0:15:00 Ah, sí, fue una historia rara.
0:15:02 De esto no hay música.
0:15:04 A mí él me dijo que...
0:15:07 Es muy esotérico.
0:15:08 Que él tiene un reloj a la noche foforescente.
0:15:11 Pues, pero eso es común que tiene...
0:15:13 Dijo que es un reloj.
0:15:15 Es el reloj que era más maravilloso que todo esto que yo había contado.
0:15:18 No, bueno, es una historia fantástica.
0:15:20 Bueno, el trabajo del discotecario es darle algún tema musical.
0:15:24 Sí, eso fue lo que hizo.
0:15:25 Me dijo que a él le gustaba mucho pararse con una mujer debajo de un farol.
0:15:33 A mí también me gusta eso.
0:15:35 No, no, no quería.
0:15:36 ¿Por cuál es?
0:15:37 La ventaja del farol cuál es?
0:15:39 Toda la otra parte la entiendo.
0:15:41 Que lo vea.
0:15:43 Digamos, una mutua inspección para ver si en verdad...
0:15:48 Nos llamamos más allá del tacto.
0:15:51 Si la vista acompaña al tacto, digamos.
0:15:55 Hay que mirar un poco.
0:15:56 Entonces vamos a escuchar esta hermosa canción que canta Juan Arviso,
0:16:00 que se llama Farolito.
0:19:04 Era Juan Arviso,
0:19:24 y la venganza será terrible Farolito.
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