Transcripción automática
0:00:00 Tenemos unas historias de los mitos griegos muy siniestras, muy sangrientas, que tienen sin embargo un denominador común, no tan terrible que es el disfraz.
0:00:19 Hay tres historias donde hay frases, pero donde hay mucha sangre y mucha maldad.
0:00:25 Hablemos primero de Aedón. Aedón era una muchacha. Los griegos tienen nombres de mujeres generalmente confuso.
0:00:35 Tiro decir, no es fácil saber el sexo de alguien que se llame Aedón.
0:00:40 No. Ni siquiera de la homofonía está posidón y uno diría...
0:00:44 ¿Qué hace Aedón?
0:00:45 Aedón era una chica que estaba casada con el artista policteno.
0:00:50 Vivían en Colofón y tenían un hijo que se llamaba Itis.
0:00:55 Bueno, mientras sonraron a los dioses, el matrimonio fue bastante feliz.
0:01:03 Pero esa felicidad los volvió orgullosos, la famosa Iblis.
0:01:10 No la miras en esto, Nexon Castro, sino la Iblis, que es lo contrario de la suprosina.
0:01:16 La suprosina, la moderación y el exceso.
0:01:18 El exceso, y el exceso incluso en la felicidad, enemistaba a los hombres colorioses.
0:01:27 Un día se van a gloriar de disfrutar de una existencia más unida que la de Zeus y era.
0:01:35 Zeus el príncipe de los dioses y era su mujer.
0:01:39 Y la diosa era para castigarlos, les envió a la discordia, heride la discordia,
0:01:45 aquella que arrojó una manzana en aquellas bodas.
0:01:49 Bueno, y heride les inspiró el afán de competir,
0:01:55 de competir entre ellos, el esposo policteno con su mujer Aedón.
0:02:02 Se pusieron los dos a trabajar.
0:02:05 Él trabajaba en la construcción de un carro y esa en el telar.
0:02:10 Aquel de los dos que terminara antes la tarea daría al otro como regalo, como el seco,
0:02:17 una criada, miren un poco, una sociedad esclavista, etcétera.
0:02:22 Y ganó a Aedón, la chica, con la ayuda de Hera, la diosa,
0:02:29 y hizo un poco de trampa.
0:02:31 El marido policteno, resentido, y bajo el influjo de Hera y de la discordia,
0:02:37 decidió vengarse.
0:02:39 Le decía, vengar, dijo, e hizo algo terrible.
0:02:43 Policteno fue a buscar a lo de su suegro, el viejo pandareo,
0:02:49 que era el papá de Aedón, a Quilidón.
0:02:53 ¿Quién era la Quilidón?
0:02:55 Una joven hermana de Aedón, eran dos hermanas, la Aedón y la Quilidón.
0:03:02 Le dijo que la pasaba a buscar por sorpresa para ir a ver a su hermana,
0:03:09 a quien no visitaba desde hacía mucho tiempo.
0:03:12 Y le decían, cayó el tiempo, hola que nada, que se yo.
0:03:15 Vengo a buscar a la Quilidón, porque mi mujer, la Aedón,
0:03:19 que su hermana quiere verla, en fin.
0:03:22 Y el camino de vuelta a Colofón,
0:03:26 policteno, violen todo a su huniada,
0:03:30 y se unió a ella por no decirlo mejor.
0:03:35 Luego la disfrazó.
0:03:38 ¿Algunos hacen al revés?
0:03:40 Le ordenó que se viciera con una túnica de esclava,
0:03:47 le cortó el pilo y la amenazó de muerte,
0:03:51 si le decía a su hermana, a Aedón, ¿quién era?
0:03:54 No sé a lo que había pasado.
0:03:56 ¿No lo quiere?
0:03:58 Y la llevó medio disfrazada a su casa.
0:04:03 Llegó y entregó a esta esclava como pago de la apuesta.
0:04:08 Toma y dice, esta es la criada que te prometí.
0:04:11 El Queridón sirvió durante algún tiempo
0:04:15 sin ser reconocida a su hermana como criada
0:04:19 y a politeno en el comercio carnal.
0:04:23 Pero un día, mientras Queridón se lamentaba en una fuente,
0:04:28 Aedón, la hermana, la huyó y la reconoció.
0:04:32 Eso es lo malo de lamentarse en voz alta, en una fuente.
0:04:38 Me atreven tras uno de su carnal.
0:04:41 Que mala suerte tengo, mi cuneado me cortó el pelo, me disfrazó,
0:04:45 me violentó y se unió a mí.
0:04:48 Y encima no puedo contarle a mi hermana que soy la suya.
0:04:52 Aedón oyó eso y poco le costó reconstruir la historia.
0:05:02 Las dos hermanas decidieron vengarse.
0:05:05 Seguiente parece si nos vengamos de politeno.
0:05:08 La discordia apareció de nuevo, heride.
0:05:12 Aedón y Queridón decidieron matar a Itis, al hijo que tenía politeno con Aedón.
0:05:23 Es decir, Aedón, una basura con tal de molestar al padre, mataba a su propio hijo.
0:05:29 Todo por lo que le había hecho la hermana.
0:05:31 Lo peor es que como en tantas historias míticas, después de matar a Itis,
0:05:35 lo guisaron y se lo sirvieron a politeno a modo de escena.
0:05:40 Huyeron a Mileto, donde vivía su padre, el filado pandareo.
0:05:46 No, vivía pandareo.
0:05:49 O sí de pandareo.
0:05:52 Politeno enseguida se dio cuenta de lo que había empezado a comer
0:05:58 y salió en persecución de las dos hermanas.
0:06:01 Cuando llegó a Mileto, los criados de su suegro pandareo, lo detuvieron.
0:06:06 Momentos.
0:06:08 En realidad, las chicas le habían contado todo lo sucedido a pandareo.
0:06:14 Al viejo.
0:06:15 Politeno fue atado, untado con miel y abandonado en la pradera.
0:06:21 Por fin, Céus, el príncipe de los dioses, sintió piedad por aquella desgraciada familia,
0:06:27 y antes de que se mataran todos, los transformó en aves.
0:06:32 Pandareo, él mismo se transformó.
0:06:35 Ah, no, quiero decir, fue cegos.
0:06:38 Pandareo fue convertido en águila, politeno en pica maderos.
0:06:43 El paso rojo.
0:06:46 Wooden picker.
0:06:58 Otro día.
0:07:02 Wooden picker.
0:07:04 Aedón fue convertida en ruiseñor, y que el Aedón fue golondrina.
0:07:13 Hola, anciano, este es la primera historia.
0:07:17 No me negará que es muy sinia.
0:07:19 Según la historia, Códro era el hijo de Melanto, rey de Atenas.
0:07:25 Al morir Melanto, Códro lo sucedió en el trono, y convertido en rey, tuvo un gesto maravilloso con su pueblo.
0:07:35 Durante el reinado de Códro, los Peloponesios emprendieron una guerra contra los Atenianos.
0:07:43 El Peloponeso es esa península que está abajo de Grecia.
0:07:47 En realidad, la ciudad más importante del Peloponeso en tiempos históricos era Esparta.
0:07:52 Pero, acá dicen los Peloponesios en general.
0:07:57 El oráculo de Delphos prometió a los Peloponesios la victoria en tanto no matase en a Códro el rey de Atenas.
0:08:08 Fue fácil.
0:08:10 Digo, quieren ganar de Atenas?
0:08:12 Vayan, pero no maten a Códro.
0:08:14 Si matan a Códro, perderán.
0:08:20 Sucerió que de ese batizinho se enteraron los Atenianos.
0:08:27 Un ortivo que nunca falta, y dijo, mirad que etcétera.
0:08:31 Había un habitante de Delphos llamado Friomantis, y este hombre fue y le contó al propio rey Códro lo que había dicho el oráculo.
0:08:40 El oráculo les dijo a los Peloponesios que si atacaban a Atenas y no lo mataban a usted, tenían el triunfo asegurado.
0:08:48 Entonces Códro decidió sacrificar su vida.
0:08:53 Quiso hacerse matar por los Peloponesios para quitarles el triunfo.
0:08:59 Claro, como los Peloponesios tenían, como se ha dicho, la prescripción oracular de no matarlo, Códro se disfrazó.
0:09:07 Se disfrazó de mendigo para que no lo reconocieran como rey, y sí como una Atenianza cualquiera.
0:09:14 Pero a la ciudad iba por ahí, y yo...
0:09:17 Más gente ando, como quien dice.
0:09:21 No te adona encontrar a dos enemigos con quienes se puso a luchar.
0:09:25 Códro mató a uno de ellos, pero fue muerto por el otro.
0:09:30 Poco después, los Ateniences, que sabían de las Invenciones de Códro, reclamaron a los Peloponesios su cadáver para enterrarlo.
0:09:39 Y tupefactos quedaron estos... Me refiero a los Peloponesios, cuando no andara nombrándolos a cada rato.
0:09:45 Cuando al revisar a cada uno de los muertos enemigos descubrieron que uno de ellos se lo traía a Teno.
0:09:51 Y comprendieron así que habían perdido toda esperanza de derrotar a Atenas, y regresaron a su país.
0:10:00 Ni por un momento se les ocurrió desafiar al oráculo o descreer de él.
0:10:07 No, simplemente admitieron su derrota y se fue.
0:10:13 Último historia.
0:10:15 En la de Atamante y Temisto, su esposa. Atamante era el Señor, y Temisto la Señora.
0:10:22 Antes de casarse con Temisto, Atamante se había casado con otra mujer llamada Inno.
0:10:29 Con ella tuvo dos hijos, pero un día Inno se marchó sola.
0:10:35 Se fue a reunir con unas vacantes al Servicio de Dioniso.
0:10:40 Atamante creciendo la muerte, se quedó con los dos hijos, y después se casó con Temisto.
0:10:47 Con ella tuvo otros dos hijos.
0:10:50 Pero Inno, la que se había ido, regresó.
0:10:56 Un día regresó, le ocurrió volver y volvió.
0:10:59 Y se le presentó a Atamante, le reprochó no haberla esperado y haberse casado de nuevo.
0:11:06 Bueno, Atamante que no sabía qué hacer, era un hombre un poco corto de genio conjeturo.
0:11:12 Le introdujo en su casa y la rifrasó de criada.
0:11:18 Le habrá puesto una túnica y le habrá cortado el pedo.
0:11:25 Cuando pasó un tiempo y Temisto, la nueva mujer,
0:11:30 se enteró de que Inno no había muerto, pero no sabía que estaba en la casa.
0:11:35 O yo por ahí que en realidad Inno no había muerto.
0:11:40 Ni sospechaba que la tenía tan cerca.
0:11:43 Me refiero a Inno.
0:11:46 Y Temisto decidió, sí, saber que tenía a Inno en su casa,
0:11:54 sino más, matar a los hijos de Inno.
0:11:57 Y se dice, esta, volvió, ahora va a haber lo que hago.
0:12:00 Me voy a matar a los dos hijos de Inno, que viven con ella, no problema.
0:12:04 Y se dice, pero necesito alguien que me ayude.
0:12:07 Y confió su plan a la criada, que no era otra que Inno.
0:12:14 Y ella dice, me vas a tener que ayudar porque tengo que matar a los dos hijos de Inno,
0:12:20 que es una que volvió.
0:12:23 Temisto le dijo a la falsa criada, que vistira de negro a los hijos de Inno
0:12:29 y a los propios de Blanco, con el objeto de poder distinguirlos en la oscuridad
0:12:34 de la habitación que compartían.
0:12:36 Ya se ha dicho que mitad con propósitos narrativos, las noches eran oscuras en la antigua clásica.
0:12:43 Entonces uno podía contar tranquilamente la historia de las esposas de Jacob,
0:12:52 como Raquel y Lía, que una sustituyó a la otra y el tipo de la noche se se abacué.
0:13:01 Acá lo mío.
0:13:03 A los hijos de Inno vestido de negro y a los míos de Blanco.
0:13:10 Si yo voy, lo distingue en la oscuridad y mato a los de ella, etcétera.
0:13:16 Inno, o la presunta criada, trocó los vestidos de forma tal que Temisto, a la noche con una daga,
0:13:25 mató a los hijos propios y dejó vivos a los hijos.
0:13:31 Al conocer su error, Temisto se mató.
0:13:36 Nunca he visto historias tan sangrientan, un poco torpes, muy lejos de la graciosa simbología
0:13:49 de los mitos nórdicos y aún de los mitos griegos en sus momentos más poéticos.
0:13:57 Es cierto que estaba diciendo el otro día que un amigo de este programa se lo equivocó
0:14:02 Daniel Simon, un científico norteamericano, dice que aquellos que se parecen los asesinos heriales
0:14:09 y los agedrecistas en que creen que todo el mundo subestima su inteligencia.
0:14:13 Y lo que es peor, Román Sadeja, es el mundo que se derrosó.
0:14:16 Algo esto parece capro.
0:14:18 Pensaba en el disfraz Alejandro y pensaba en que hay una condición siniestra del disfraz.
0:14:24 Recuerdo a nuestro amigo Elliot, que es el vecísimo poema en la tierra o al día.
0:14:29 Dice, let me also wear such the liberty disguises.
0:14:32 Te dije a usar esos disfrazes liberados y van arrando estas formas.
0:14:35 Ahí termina diciendo, close the steps, en el field, palos cruzados, en un campo,
0:14:40 comportándose como se comporta el viento.
0:14:42 No tan cerca, por favor, de ese reino siniestro.
0:14:45 El disfraz aparece también cada vez que hay que castigar alguna cuestión moral.
0:14:49 Edgar Allan Poe, la muerte de la máscara, la peste roja, hace un baile de disfraz.
0:14:55 Produce la llegada de alguien que, pretendiendo estar disfrazada, no es un disfraz, es la misma muerte.
0:15:00 Claro, es la misma muerte.
0:15:02 Y pensaba también en algunos de los 50 por el área de la criminalidad fantomas, el hombre de 2000 disfraces.
0:15:07 Y después pensaba que, por otro lado, cada vez que...
0:15:11 Una cosa que me molestó con lo de Codro, a ver, él se disfrazó para morir.
0:15:15 ¿Y cómo lo reconocieron cuando estaba muerto?
0:15:17 No, bueno, si al ver entre sus muertos al rey de Atenas,
0:15:23 eran personajes conocidos, éramos pocos.
0:15:27 Éramos pocos, éramos pocos era magistrales, supongo que sí.
0:15:31 Digo, en cambio, del lado de la mirada de los pobres...
0:15:35 Igual, si hubieran...
0:15:37 O sea, el mitógrafo hubiera debido recurrir a una marca de nacimiento,
0:15:44 una convención cinematográfica.
0:15:46 Yo creo que se hubiera empobrecido todavía más el reloj.
0:15:49 Es posible, es posible.
0:15:51 Digo, pensaba, cada vez que algún pueblo de los pueblos clásicos
0:15:55 tenía que remitirse a estas situaciones terminales,
0:15:57 el blanco y el negro eran los colores que sustituían cualquier forma de infras,
0:16:01 las piedras en las cuales aparece una negra para que el sogra de sebácea le exilio,
0:16:05 las velas negras y blancas de teceo, de parquejón...
0:16:09 Las velas, claro, esas velas que hicieron matarse a su papá.
0:16:13 Justamente, los sudarios, que son históricamente blancos en todas partes o las mortajas,
0:16:18 la bandera de los piratas que anuncian la muerte y la depredación.
0:16:21 El plomaje del cuervo, que fue blanco, hasta que el cuervo fue infidente.
0:16:24 Exactamente. Algo así como que, a la hora de los bifes,
0:16:28 no hay otra posibilidad de buscar aquellos colores que tienen la vida
0:16:32 y trocarlos en la ausencia de los colores.
0:16:34 Algo así que uno debe empezar a preocuparse si es el oriente cuando vea el color blanco,
0:16:39 si es el occidente cuando vea el color negro,
0:16:41 porque así donde hay una iniquidad, una tradición y probablemente una historia terminal,
0:16:45 aquí se le presentaba siempre en blanco y negro.
0:16:49 Y en blanco y negro se llama la milonga de Néstor Feria,
0:16:53 que escucharemos ahora en la voz del mundo rivero. Adelante.
0:17:16 Tuve tropillas de un pelo, yo también como el mejor.
0:17:23 Yo también como el mejor, la tropilla de pelos puros,
0:17:28 me ha visto como al dolor, oscura como mis penas, oscura como mis sueños.
0:17:38 El verte, ven el pago, la llamaban la tropilla de la muerte.
0:17:49 Cuatro pingos todos negros, justo como paletierros.
0:18:05 Justo como paletierros, cuatro pingos todos negros,
0:18:11 como pa' asinchar de un muerto,
0:18:14 pa' todos en su negrura, tenían un sol viento a colar.
0:18:23 Vamo' a este vello en la noche como lucero en el alba.
0:18:30 No tenia el pico blanco, otro las manos vendadas.
0:18:47 Otro las manos vendadas, otro restreyes en la pared,
0:18:53 como mancha de esperanza.
0:18:56 Otro ponudo un arijo, mesmo' en el medio de la ancha,
0:19:04 como se ven los pasiempre en la encala, uno en los malas.
0:19:14 Pochina, sos negra de alma, negra como mis caballos,
0:19:21 lleno oscurita por el, el con el cuerpo bien blanco,
0:19:27 blanco tu cuerpo y oscura como mis pingos tu alma.
0:19:35 Parece de mi tropilla, perdona la comparancia.
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