Transcripción automática
0:00:00 Hablaremos hoy de los Tempestari.
0:00:04 Si algunos años tomamos a Zadizainz Faizal como cronista para contar asuntos acerca de
0:00:12 poderes sobre el sol, sobre el viento y sobre las lluvias que creían tener algunos hombres.
0:00:17 Hoy tenemos otros datos.
0:00:21 En algunos lugares del mundo se creyó posible el manejo meteorológico por parte de los mortales.
0:00:28 En la India, por ejemplo, de algunos de las amantes, se sometían a ciertas reglas para atraer la lluvia.
0:00:35 En principio debían aprender un himno de Samavera llamado Kanto de Sakvari,
0:00:42 que versaba acerca del arma más poderosa de Indra, el raso.
0:00:47 El estudiante que quería dominar el raso debía aislarse y dejar su aldea para dirigirse a la selva.
0:00:58 Allí, durante un tiempo que variaba entre los 7 y 12 años, debía observar las siguientes normas.
0:01:07 Llevar ropas limpias, comer alimentos negros, metamorcilla y topolácea, no se me ocurre alguna otra cosa.
0:01:21 Y metamascar al pitran.
0:01:25 Si lluvía, no debía refugiarse con ningún techo.
0:01:29 Nunca debía cruzar una corriente de agua sin tocarla, sin tocar el agua.
0:01:33 No podía saltar por encima de la corriente.
0:01:36 Le estaba prohibido navegar y todos los días debía cantar el himno de Samavera que hemos inventado antes.
0:01:47 El que seguía todos estos preceptos, solo necesitaba desear la lluvia,
0:01:53 o desear el trueno para alternarlos.
0:01:56 El techo sometía a este aprendizaje, a estas maniobras espirituales.
0:02:03 Le estaba con desear que yo viera para que yo viese y desear que tronara para que tronara.
0:02:10 ¡Ay, qué ganas de que truene!
0:02:13 ¡Puau!
0:02:16 ¡Puau!
0:02:17 ¡Ay, qué ganas de que yo viera!
0:02:20 ¡Un agua cero!
0:02:22 Pero esta creencia bramánica no tenía enemigos.
0:02:25 Es decir, no causaba daño a nadie.
0:02:33 Incluso se suponía que un hombre poseedor de esa facultad había pasado estos 12 años de ejercitando el espíritu
0:02:43 y que nunca iba a utilizar esa potestad sobre el rayo y la tormenta para corrobar a sus vecinos.
0:02:51 Pero allá por el siglo IX en Europa aparecieron unos hombres que sí eran de temer.
0:02:56 Eran los Tempestari.
0:03:00 Un prelado carolíncio llamado Agobardo, que era arcebisto de John, escribió un tratado,
0:03:07 hace por el año 830, que se llamó la loca opinión del pueblo respecto del granizo y del trueno.
0:03:16 Agobardo contaba que en aquella región es el John, casi todos los hombres nobles y prevejos creían que el granizo,
0:03:23 el rayo y el trueno, podían ser dominados por unos personajes misteriosos conocidos como los Tempestari.
0:03:32 Eran básicamente gestores de temporales, pero producían estos temporales que casi siempre eran fuliosos,
0:03:42 nada más que para hacer daño.
0:03:45 Estaban entrenados, disculpen ustedes.
0:03:52 Bien, para los ocientes estuve comunicándome con Bernardo, porque están inotables.
0:04:02 Una tempestad verdadera podía ser cooptada básicamente por alguno de estos Tempestari para poder reproducirla luego,
0:04:10 es decir, imitaban una tormenta que necesitaban se produjer a primero.
0:04:16 Las tempestades se lanzaban en la misma tempestad preterita.
0:04:21 En determinado momento los pobladores no sabían ya qué tempestad era lísita o verdadera y cuál era una reproducción posterior.
0:04:33 El poblado decía que los campesinos estaban tan cegados por su locura que pudo ver en una asamblea vecinal
0:04:41 presentar a cuatro personas consideradas Tempestari que fueron condenadas a la lapidación, es decir, destiraban piedras.
0:04:56 La creencia estaba tan arraigada que apareció la contrapartida de los Tempestari, era los defensores.
0:05:04 Estos defensores procuraban detener los poderes meteorológicos de los Tempestari a cambio de un estipendio.
0:05:12 Y eso vino a traerles problemas con los funcionarios de la Iglesia, porque el papel benéfico de los defensores se asimilaba al de los sacerdotes.
0:05:24 Los sacerdotes de luego recibían su porción canónica prevista por el derecho de la Iglesia, pero los hombres de la región, la gente de la región prefería,
0:05:36 le tenían más fea los Tempestari y se alos curas, entonces desde luego los sacerdotes tiraron la droga.
0:05:45 Curiosamente se presidió a quienes hacían tormentas, pero también a los que trataban de impedir que se desencadenaron.
0:05:53 Pero se siguieron los Tempestari y también a sus enemigos, los defensores.
0:05:57 Para Agobardo, el autor del tratado donde hemos sacado esta información, todo el asunto revelaba la influencia del maligno, el mismo mandinga,
0:06:07 que confundía el Espíritu de los Cristianos para extender, como decía Agobardo, las paganerías y perjudicar a la Iglesia.
0:06:18 Para demostrar la vanidad de semejante comportamiento, Agobardo se basó en un arsenal de citas bíblicas.
0:06:25 Decía que si el poder de los Tempestari era real, deberían encontrarse las pruebas de eso en las escrituras.
0:06:31 Y como si uno vea nada, eso era prueba suficiente de que aquello era una colección de locos.
0:06:39 Hubo una discusión polarina al respecto.
0:06:44 Alguien le dijo a Agobardo que eluría en su discurso un asunto importante, quien sino un poderoso había desatado el diluvio.
0:06:54 Agobardo decía que si estor de esas lluvias no había sido un mortal cualquiera, discusión es por el estir.
0:07:00 En el Silo 14 Bernardino de Siena escribió también acerca de eso su partición, con independencia del texto de Agobardo.
0:07:08 Decía que los Tempestari eran hombres procedentes de una región mítica llamada Magonia.
0:07:15 El más importante de los Tempestari, un hombre llamado Teobaldo, se exactaba de producir granizos particulares.
0:07:26 Es decir, tormentos a la piedra que caían específicamente allí donde él lo sugería.
0:07:34 Hasta al punto llegaba su precisión que muchos hombres denunciaron que una lapidación celestial había cayó solo sobre sus cabezas.
0:07:42 Yo recuerdo un pequeño cuento que escrito no hace mucho y un pirata que, en Cullanave, traía un mal tiempo particular, que lo seguía a todas partes.
0:07:55 Casi como escena del absurdo, algunos testigos afirmaban haber visto a compañeros de labor perseguidos por granizos específicos.
0:08:06 Con ese peligroso poder Teobaldo no solo conseguía destruir cosechas, sino también personas.
0:08:13 No sabemos nada acerca de explicaciones racionalistas de semejante cosa,
0:08:20 ni de la retracción de quienes aseguraron la posibilidad de manejar el trueno.
0:08:29 Solo queda como estravagancia de las crónicas antiguas la imagen de seres perseguidos por sus lluvias.
0:08:37 Lo que sí tuvo lugar históricamente es complicativa a Teobaldo.
0:08:41 Teobaldo murió lapidado por los aterrorizados creyentes en la campiña Lleonessa a comienzos del siglo X.
0:08:53 Como se ha dicho, cuando hablábamos de las brujas, lo más peligroso era que te creyeran.
0:09:09 No es como en estos siglos que vivimos el fraude, lo que se castiga, sino justamente la veracidad.
0:09:23 Cuando vos se crece en la brujería, en la actualidad, por ahí te meten en cana, por ejercicio legal de la medicina, por estapa,
0:09:31 porque eso lo vendía por ritos de Parlimpingping y de la madre celestina por 50 mangos a los giles.
0:09:41 Y como se polviza, no servía para nada, te castigaban.
0:09:44 En la antigüedad te castigaban si el polvino servía por grujo.
0:09:51 Y en este caso, este pobre hombre, el Teobaldo, fue castigado porque los campiñinos creían que él podía dominar la tormenta.
0:10:05 ¿Y podría dominar la tormenta?
0:10:09 ¿No es psicológico y clima, no?
0:10:13 No, no, no, ¿qué va a hacer psicológico?
0:10:15 Yo creo que sí, que va a condesear mucho una cosa para que sucediera.
0:10:20 No, no, si lo dices, doctor.
0:10:23 Yo que me paso desear dos cosas que no suceden.
0:10:35 Yo abaycó a revelar un tipo que había inventado aquí en Argentina, la famosa máquina de hacer dober.
0:10:42 Y la llevaba a los Sembradíos, asolados por la circunstancia para mejorar.
0:10:51 Bueno, yo quiero dedicarse a Alejandro a estas...
0:10:56 Al músico de Palermo, ibes castañero, que positivamente hacía dober cuando tocaba el aguacero.
0:11:02 Sí, ibas estos señores que estaban 12 años estudiando para después no utilizarlo, como hacen aquellos cazadores de dragón y calejadores.
0:11:10 Me gusta este tipo.
0:11:12 Me gusta este tipo.
0:11:14 Se adrestraban toda la vida en la ciencia de atrapar dragones para luego no ejercer y se dará la total ausencia de dragón.
0:11:26 Esto está bien para los músicos.
0:11:28 Los músicos deberían adiestrarse en unas escalas dificilísimas que luego se ascenderán inusuramente tocar.
0:11:37 Debe dar la sensación de que podrían tocarla si quisieran, pero no deben tocar.
0:11:44 Algunos cantores también tienen que tener... el cantor tiene que tener tres o cuatro notas que pueden dar pero que no dan.
0:11:54 Usted hasta dónde llega?
0:11:56 Hasta un sol, muy bien.
0:11:58 Nota máxima unir.
0:12:00 ¿Está bien?
0:12:02 ¿Te puede dar un sol para sostener un sol?
0:12:04 Bueno, bien.
0:12:06 La nota más alta unir.
0:12:08 Y todos debemos saber, debemos conjeturar que usted si quisiera podría cantar un sol, pero no quiere.
0:12:17 Eso es mucho más fuerte que cantar un sol y muchísimo más fuerte que cantar un sol y no poder.
0:12:28 ¿Lo que hace es al revés, Alejandro?
0:12:31 Intenta cantar un sol.
0:12:37 Usted tampoco cree, ¿no?
0:12:40 Hace 25 años no hay tipo que hacen cover con la mirada.
0:12:45 Cada chisto me llora, por ejemplo.
0:12:47 Miraba para arriba y yo vi a la mirada muy fuerte.
0:12:50 ¿Usted para que no sabía cómo parar la lluvia?
0:12:53 Pero después se ilundaba y dice, para aquí.
0:12:55 No había otro para llamar a pares para que parezca.
0:12:57 Claro, eso es el problema.
0:12:59 No, no es el problema por mi vida.
0:13:01 Con amor, con los filtros amorosos.
0:13:03 Se dan un filtro para enamorar a alguien.
0:13:06 Y después dice, bueno, ya está.
0:13:08 Ahora como digo, para que me dejes de broma.
0:13:10 Ahora para un poco.
0:13:11 Ahora para un poco.
0:13:12 Que va a dar al tipo que te da el filtro y dice, no.
0:13:14 Uy, ya, cuando la mirada me llama cada 10 minutos.
0:13:17 Ya es un sacoso.
0:13:19 Bueno, dice, si quiere podemos dar un filtro porque se enamora de alguno otro.
0:13:24 ¿Sabe, si se la miraba o estaba otro, digamos?
0:13:27 Exactamente, son en 12.
0:13:30 Hemos ido a la discoteca a buscar discos de clima, que hay muchos, ciertamente.
0:13:35 Cuando otros no tenemos tantos.
0:13:37 Ni tormentas, ni chaparrones, ni aguas héroes, ni granizos.
0:13:44 Apenas una tarde gris.
0:13:46 Tarde gris canta Don Jorge Vidal.
0:13:58 Venía al dolor, vengo a verlo.
0:14:02 Lo sufrí ayer que tú estabas tal mal.
0:14:06 Decidió mi amor y mi parción por fuerte.
0:14:10 No pude más vivir ni alopizar.
0:14:14 Un polvo duelmar que el mío ha hecho.
0:14:18 Te malde así con despeche y rencor.
0:14:22 Pero después, en mi dentro del pecho,
0:14:26 mi corazón la ríe con salto amor.
0:14:29 Porque lloraba hasta acá con mi presencia,
0:14:33 junto al dolor de la tina botía pena.
0:14:37 O al recordar tu vida sin sentía.
0:14:41 Y al repente, el tío, y querés el duelo.
0:14:45 A lo largo de gris tan gris, tuve esta pena.
0:14:48 Con la compañía mi quebranza por ferida.
0:14:52 Porque eras con la niña de mi vida
0:14:56 en ansia de cantar y la ley de mi fe.
0:15:05 Nada quiero reforzarte.
0:15:08 Todo pasó y prefiero olvidar.
0:15:12 Que le dieras el tío si no querés.
0:15:16 Y fui con la luz de mi pena.
0:15:20 Eso te perdoné, te brindó.
0:15:23 Pasión hogar, mi terna y fe.
0:15:27 Adornará, mi vida ultimerida.
0:15:31 Y sobre feliz por tu querer.
0:15:35 Porque lloraba hasta acá con mi presencia,
0:15:39 junto al dolor de la tina botía pena.
0:15:43 O al recordar tu vida sin sentía.
0:15:46 Y al repente, el tío, y querés el duelo.
0:15:50 A lo largo de gris tan gris, tuve esta pena.
0:15:54 A la compañía mi quebranza por ferida.
0:15:58 Porque eras con la niña de mi vida
0:16:01 en ansia de cantar y la ley de mi fe.
0:16:08 A cantado Jorge Vidal de Rubinstein y Guido Tarles de Gris.
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