Transcripción automática
0:00:00 Esto que hemos de referir es una historia de la América Precolombina.
0:00:07 Succedió en México poco antes de la llegada de los españoles.
0:00:12 La conocemos gracias a las crónicas de Bernardino de Sahagún y de otros que llegaron unos años después de este conflicto.
0:00:22 Bueno, es como es un adulterio, conviene decir algo del adulterio entre los aztecas.
0:00:29 El profesor Jacques Stel ha dicho que resulta difícil afirmar si la infidelidad era frecuente en aquellos pueblos.
0:00:40 En cualquier caso, la represión era rigurosa, extremadamente rigurosa.
0:00:47 Esto parece indicar que la sociedad se daba cuenta de que la infidelidad entrenaba a un peligro grave.
0:00:54 Ya que el adulterio se ponía a la muerte para los dos que lo cometían.
0:01:00 Para los dos.
0:01:01 Me atrevo a hacer aquí una pequeña objeción y a lanzar una opinión.
0:01:10 Me parece que la infidelidad siempre entraña un peligro para el hombre más que para la mujer.
0:01:18 Y cuanto más rigurosa es la pena para el adulterio, más riguroso es el dominio masculino en esa sociedad.
0:01:26 Entonces, aquellas sociedades que casi ni registran en el adulterio son, finalmente, sociedades matriarcales.
0:01:36 La sociedad matriarcale casi no conoce, les conoce el adulterio.
0:01:40 Claro, porque además no hay una transmisión pasadineal.
0:01:45 Así que, por más que se castiga los dos, el peligro es para el hombre.
0:01:52 Y el hombre castigado lo es porque ha vulnerado la supuesta propiedad de otro hombre.
0:01:59 No porque ha engañado a una mujer, sino porque ha desposeído a otro hombre.
0:02:04 Claro, ya no.
0:02:05 Es la señal del castigo para el adultero.
0:02:09 No solo porque ha profanado una propiedad de la gena, sino porque ha puesto en duda la continuidad del estirpe.
0:02:15 El estirpe, claro.
0:02:16 Ahora ha puesto en tela de juicio.
0:02:18 Bueno, ustedes se preguntarán cómo mataban a los adulteros.
0:02:26 Yo no, pero ustedes sí.
0:02:28 ¿Cómo mataban a los adulteros?
0:02:30 Se los mataban aplastando en la cabeza a pedradas.
0:02:34 A la cabeza.
0:02:36 A la mujer por delicadesa primero se la estrangulaba.
0:02:39 A la mujer.
0:02:40 Ni siquiera los más altos dignitarios se escapaban a este castigo.
0:02:46 La ley exigía que el crimen estuviera bien probado.
0:02:50 Eso sí, porque no somos bestias, señoras.
0:02:54 Por ejemplo, el solo testimonio del marido no valía, no sirvió, no alcanzaba, no bastaba.
0:03:00 Se necesitaba que otros testigos, amigos del marido, por ejemplo, viniesen a confirmar sus afirmaciones.
0:03:07 El ejemplo más terrible y más célebre del México antiguo lo ha dado la familia real de Texcoco.
0:03:15 Sabemos que el Imperio Azteca estaba enfrentando a varios reinos vecinos y que también sostenía un vínculo difícil.
0:03:24 Incluso con los pueblos que se ojaban.
0:03:36 Esto es lo que aprovechó Cortés.
0:03:38 Bueno, en tiempos del Imperio de Montesuma II, concedente en octitlan, se produjo un conflicto con los aztecas de Texcoco, que eran gobernados por el rey Nexagualpili.
0:03:51 Nexagualpili, como rey provincial del Imperio Central, había logrado tener como esposa, nada menos, que a la hermana de Montesu.
0:04:03 ¿Qué es el cuñado del capo ese?
0:04:07 Ella debió salir desde los titlán y pasó a vivir en la corte de Nexagualpili ahí en Texcoco.
0:04:18 Parece que entre nosotros, ahora podemos decir, que la hermana de Montesuma marcaba uno 36 llamellas.
0:04:28 Una princesa extremadamente liberal, que concedía sus favores carnares a muchísima gente, sobre todo los mejores jugadores de pelota.
0:04:40 Mira vos, una matinera.
0:04:42 Una pionera, pues.
0:04:44 Que en aquella comunidad, todos eran muy aficionados al clutch-klee.
0:04:49 Sí, el clutch-klee.
0:04:50 Al juego de pelota.
0:04:54 Esta princesa, aunque era casi una niña, se comportaba de una forma tan astuta y diabólica. Me está a gustar.
0:05:03 Que viendo que su gente le teme y le respetaba, comenzó a dar muestras de flaquezas en lo que se refiere a fidelidad.
0:05:12 Como se ve, la croneta escribía bastante mal.
0:05:15 Bueno, parece que llegó al extremo, esta muchacha, la hermana de Montesuma, de dar la orden de que cualquier hombre acomodado a su gusto la homenajeara en el momento en que ella lo quisiera solicitar.
0:05:32 Si el tipo se negaba, uno de los dos mil servidores que tenía lo mataba. O sea, no podía decir que no.
0:05:44 Mira vos, cómo son, eh.
0:05:46 Aquella invitación incluía también una trampa. O sea, si el tipo aceptaba, también había una trampa.
0:05:54 La mina, habiendo satisfecho sudece o no sé si me interesa, hacía matar a quien le había homenajeado.
0:06:02 Igual era mejor, siempre mejor decir que sí.
0:06:05 Morí, pero por lo menos.
0:06:07 Por lo menos después.
0:06:09 Y después mandaba a modelar una estatua de la figura del amante, del mancebo, la adornaba con ricas vestimentas y la ponía en una sala a modo de trofeo.
0:06:25 Cuentan que fueron tantas las estatuas de los que mató que la sala estaba rotada.
0:06:33 Cuando el rey, Nesa Walpilly, la iba a visitar a sus aposentos, le preguntaba por aquella estatua.
0:06:43 Decía, ¿qué? ¿Y esta estatua?
0:06:45 Cinco nuevas esta semana.
0:06:46 Y ella respondía que eran sus dioses.
0:06:49 Son mis dioses, decía.
0:06:51 No sin una sonrisa de complicidad con ella misma.
0:06:55 Parece que Nesa Walpilly le creyó, puesto que supuso que los dioses de Tenochtitán, de donde provenía la princesa, quizá eran diferentes a los dioses de Texcoco.
0:07:09 Pero un incidente vino a descubrir el secreto de la princesa.
0:07:13 Parece, esto es clásico, que cometió la imprudencia de hacer un regalo a uno de sus pretendidos, que todavía estaba vivo.
0:07:22 Y que consistía en una joya que su esposa le había regalado.
0:07:26 Nesa Walpilly quedó sorprendido al ver aquella joya entre los ornamentos de un servidor, comenzó a supechar.
0:07:32 Ahora bien, yo recuerdo varios episodios históricos y algunos personales que tienen exacto desarrollo.
0:07:45 Pienso en Felipe el Hermoso de Francia, Felipe el Hermoso creo que era cuarto de Francia.
0:07:51 Felipe el cuarto de Francia que regaló algo a su hija, a su hija o a su mujer, a su hija.
0:08:04 No, a su no era.
0:08:06 Que era la mujer de uno de sus hijos.
0:08:10 Y después vio a un escudero que tenía ese mismo adorno, ese mismo regalo, ese mismo poncho.
0:08:20 Y chau, ahí empezó la desgracia para todo.
0:08:23 Cuando se regala joya, mira el duque de Buckingham, y la reina.
0:08:26 No, lo tiene que dejarlas allí, si está bien, prefiero un reino algo para comer.
0:08:31 Dígamelo a mí.
0:08:32 Sí, estoy acordando, no viene al caso.
0:08:37 Entonces el rey, el rey, el rey, Neysawalpili vio lo que le acabo de decir,
0:08:44 y empezó supechar, dice, una noche me voy a presentar de improviso en los aposentos de mi esposa.
0:08:52 Y se presentó nomás.
0:08:55 Ahora, las matronas y los servidores le dijeron que la señora estaba descansada.
0:09:00 Sí, y tiene sueños.
0:09:01 Sin embargo, Neysawalpili entró en la cámara donde ella dormía habitualmente,
0:09:09 se dispuso a despertarla, pero entre las mantas solamente había una estatua.
0:09:14 La estatua de uno de los tantos dioses de la princesa.
0:09:18 Y la princesa, en aquel momento, se hallaba en otro lugar,
0:09:22 con tres guerreros de alto linaje, por falta de uno, en plena fiestonga.
0:09:28 ¿Qué es tu?
0:09:30 Bueno, Neysawalpili la buscó por todas partes y la encontró totalmente en asistencia
0:09:37 que por torpeza narrativa hemos anticipado.
0:09:41 El caso es que los cuatro, los tres tipos, la mena, fueron condenados a muerte
0:09:46 y ejecutado, junto también con un gran número de cómplices del adulterio,
0:09:51 en presencia de un enorme multitud, ¿vale?
0:09:55 Le dio la de ejecutar a Neysawalpili a cualquiera le toca.
0:10:01 Estos sucesos contribuyeron a que sucediera algo terrible entre la dinastía de Texcoco
0:10:06 y la familia imperial de Tenoshitla.
0:10:08 Montesuma, el hermano de aquella chica, lanzó protestas y amenazas contra Neysawalpili,
0:10:15 Neysawalpili no respondió, pero en el año 1514 Montesuma ya indignado,
0:10:21 no soportó más y atacó a los Texcocanos, parece que ese horrible gentilicio de Texcoco
0:10:30 destruyó el ejército y tomó la ciudad.
0:10:33 Desde así a mucho aquella región se estaba poniendo poderosa,
0:10:38 recibía tributos de veinte pueblos distintos y construía templos todavía más ostentosos
0:10:44 que los de Tenoshitla.
0:10:46 Quizá ese poder paralelo fue lo que en verdad, digo eso de un modo de primerista,
0:10:52 movilizó a Montesuma a quien a lo mejor su hermana no le importaba a un...
0:10:58 Carto.
0:11:00 De todos modos, de la ruptura de la alianza por la muerte de su hermana nadie duda.
0:11:07 Cuando Neysawalpili murió, el sucesor fue nombrado entre los descendientes de Montesuma,
0:11:14 sin tener en cuenta la voluntad del consejo de ancianos de aquella región de Texcoco,
0:11:19 que pasó por cierto a deberse completamente al imperio de Montesuma.
0:11:24 La moral hecha podría ser que la conducta de la propia hermana puede ser motivo para la invasión
0:11:33 de una región apetecible, puede ser un lindo caso Uvele.
0:11:38 Sí, totalmente, y también han existido muchos casos que son casos Uvele por este tipo de caso.
0:11:42 La hermana como caso Uvele es un buen título para un estudio histórico.
0:11:48 En realidad no es la conducta exactamente de la hermana, sino la ejecución de nuestra hermana por si encontró.
0:11:56 Lo que le molestó a Montesuma no es que la hermana...
0:11:58 Fue la mío Torranta.
0:11:59 Fue la Torranta, sino que lo hubieran ejecutado por tal motivo.
0:12:05 Saben usted que si a todas las hermanas que cometen un fidelidad las ejecutaran,
0:12:10 la institución del hermana Azgo hubiera apenecido ya hace muchísimo.
0:12:15 No quedarían ya hermanas para contar el cuento.
0:12:20 Pero bien, a quién quiere dedicar esto, además de a todas las hermanas del mundo...
0:12:27 A todas las hermanas del mundo que siempre son.
0:12:28 A todas las hermanas que escuchan este programa,
0:12:31 mucha gente es hermana de alguien.
0:12:33 Sí, sí, no está mal eso en general.
0:12:36 Lo cual tampoco está en gracioso, a menos que el cuñado se entere.
0:12:39 Pero además de a todos los cuñaros,
0:12:42 menos a Bernardo de Saragún que este, como usted bien dice,
0:12:45 no tiene las dotes narrativas que hubiera requerido una historia tan florida y rica como la de México.
0:12:52 Sí, así asfalta una especialista en cuestiones de Alcova.
0:12:56 Milen, por ejemplo, alguna cosa así.
0:12:58 ¿Cómo se llama aquel de la Historia de Amor en la Corte de Francia?
0:13:03 Ahora muérenme la pregunta.
0:13:06 Bien, fuera de la pluma, entonces estaba pensando que el problema de Nexagualpili fue, en principio,
0:13:12 tomar un mérito para ciertamente usufructuarlo y alimentar su voluntad de poder
0:13:19 porque casarse con la hermana del Moctezuma es lo que le permitió también tener el beneficio de los basados.
0:13:25 El tipe dijo, bueno, yo me aprovecho de la hermana porque no se van a aprovechar el resto de los suditos,
0:13:29 que era lo que quería la hermana de Moctezuma.
0:13:31 Estaba pensando en Moctezuma, que tampoco es una figura simpática,
0:13:34 porque así como tuvo los regalos necesarios para ir y vasacrar a todo el ejército de Texcoco,
0:13:40 no tuvo la misma voluntad de ánimo y presencia y de interés para enfrentarse al invasor español.
0:13:46 Y esto fue lo que generó también que...
0:13:48 Como si tenía el hermano.
0:13:50 Exactamente, como si tenía...
0:13:52 Cuauhtemoc Blanc.
0:13:54 Cuauhtemoc que fue el sucesor de Moctezuma y el último emperador Azteca.
0:14:00 Del mismo modo, recordamos también para aquellos reyes que proceden con sus basayos de esta manera tan brutal,
0:14:07 pero a los enemigos externos, no los enfrentan, que Moctezuma fue masacrado por su propia gente.
0:14:13 Y estaba pensando también que en este tipo de situaciones, para el amor, en el plano del amor,
0:14:19 esta cuestión de la fidelidad se convierte en una cosa de lealtad.
0:14:22 Y el amor es como si todos los días fueran 17 de octubre, porque exige una especie de recreación permanente.
0:14:28 Y eso es realmente injusto.
0:14:30 Eso es lo que no me gusta del matrimonio.
0:14:32 Del matrimonio.
0:14:34 Bueno, pero para el matrimonio es que se ha inventado el adulterio.
0:14:37 Y para su consuelo se dice en una canción nacional que el hombre no es culpable en estos casos.
0:14:42 Sobre todo si ha salido corriendo y le ha dejado sola a la pobre esposa de Netta Walpili.
0:14:47 Porque hay que decir que si bien es cierto que el adulterio femenino ha sido castigado demasiado,
0:14:53 ha pensado duramente, siempre, comemos con justicia, que eso implica,
0:14:57 y también es cierto que ha caído sobre la cabeza de las mujeres mas humildes,
0:15:02 cuando se sabe que la institución de la torrenta es no patrimonio de las mujeres mas humildes
0:15:08 atan a la щоош, porque quien pueden encontrarse flores forced a tor statement no ser mas lejos
0:15:12 que están tan atorrantes como aquella princesa.
0:15:15 Y como aquella princesa,Comeon que pide su canción de Joaquín Mora,
0:15:20 que va a cantar Hugo del Carrile, se refiere probablemente a una gentil princesita tan bonita,
0:15:28 margarita, tan bonita como tú. Adelante, Elliot.
0:15:50 Poco a la ruta en tu mirada, como aflicé tu quebrando, es que te quiero tanto,
0:16:01 que me entristeco al haber peserio, vida mía, como a jueces hielo de quimera.
0:16:12 Porque se dibujan tus horjeras, he visto reflejada mi vida destrozada,
0:16:21 por se los deseo de mi amor.
0:16:29 Como a crisa princesa, del hibrito de cuentos,
0:16:36 apareciste un día de lumbra de luz, suera el tímido paje de una corte de sueños.
0:16:45 Un sol Dios era el verso, cuyo sueño era tú.
0:16:53 Como el tímido paje, del hibrito de cuentos, una tarde temblando te contiaba mi amor.
0:17:04 Se empañaron tus ojos, un suspiro y un beso, y esta pena tan dulce que nos unió a los dos.
0:17:15 Hoy una estrella que agoniza, como al soñarme tu vida.
0:17:25 Estás enamorada, lo dice tu mirada, y en esta duda se consume el alma vía,
0:17:34 pero mi fe se tranquiliza, o porque to' aliento mi acaricia.
0:17:43 Tus manos en mis manos, vigilan Dios en tus labios, y mentalmente una oración.
0:17:55 Como a crisa princesa, del hibrito de cuentos, apareciste un día de lumbra de luz,
0:18:06 suera el tímido paje, del hibrito de cuentos, suyo se era el verso, cuyo sueño era tú.
0:18:19 Como el tímido paje, del hibrito de cuentos, una tarde temblando te contiaba mi amor.
0:18:30 Se empañaron tus ojos, un suspiro y un beso, y esta pena tan dulce que nos unió a los dos.
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