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9 de Julio de 2007

Las infidelidades de la esposa de Nezahualpilli, rey de Texcoco (América precolombina)

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos de infidelidades. Mejor, yo contaremos una historia el tupenda de infidelidad. Son las mejores historias.
0:00:15 Tenemos la vieja y bíblica historia de la mujer de Putifar, aquel empleado del faraón que empleó en su casa a José y cuya mujer trató de seducir a la empleada.
0:00:35 José se negó y esta estructura ha dado pie a numerosísimas historias.
0:00:43 José se niega y la mujer de su jefe insiste y sale corriendo y la mujer lo acusa, José de haberla violada.
0:00:55 Esto tiene numerosas formas en Grecia, en Roma. Es un clásico.
0:01:05 Falta probablemente una forma criolla. Falta una forma criolla, lo mejor deberíamos escribir esta historia transcurriendo en la plaza, no en la capital de Egipto.
0:01:20 Entonces, Andrés, el dueño de un bar, acá en la esquina en 43 y 17, que tiene una mujer que es muy linda, toma uno como mozo.
0:01:35 Se puede llamar Humberto, el mozo.
0:01:41 Bueno, entonces Humberto, empieza a trabajar de mozo y un día la mujer de Andrés le dice, sí, Humberto, dice, ahora que Andrés se fue, ¿qué te parece si nos revojamos acá atrás del mostrador?
0:01:54 Pero cómo lo va?
0:01:56 Y Humberto, que es una persona digna y un mozo de formación clásica, dice, de borrar los deberes de la hospitalidad, etcétera.
0:02:08 Ella insiste, ese yo, se despoja a lo mejor del delantal con el que atendía, algo así, le dice Humberto.
0:02:19 Y Humberto entonces, para evitar que la cosa pase a menores, sale rajando en dirección a la plaza Italia por la cabeza.
0:02:29 En eso regresa Andrés y sorprende a su mujer, sin el delantal, y le dice, ¿qué sucedió con tu delantal?
0:02:37 Ella dice, es que Humberto acaba de violarme.
0:02:41 Sí, sí, salió corriendo para allá.
0:02:46 Y entonces ahí Andrés puede matar a Humberto, etcétera, etcétera.
0:02:50 Ah, mire, es una historia estupenda, es verdad.
0:02:53 Es un formato interesante.
0:02:55 Sí, el final varía, generalmente alguien muede, ¿no?
0:03:02 Sí, gente mala.
0:03:04 Pero hoy hablaremos de alguien muere y te ríe, Dios.
0:03:08 Hoy de qué vamos a hablar de las infidelidades de la esposa de Neza Walpili.
0:03:14 Esto les va a gustar mucho, a ver.
0:03:17 Porque es una historia de la América Precolombina.
0:03:20 Se sucedió en México poco antes de la llegada de los españoles.
0:03:24 Gracias a las crónicas de Bernardino de Sahagún, a quien agradecemos su colaboración,
0:03:30 y de otros coreanistas que llegaron algunos años después de este conflicto,
0:03:35 podemos contar este episodio.
0:03:38 Digamos, primeramente, algo acerca del adulterio entre los aztecas.
0:03:44 El profesor Jacques Cistell ha dicho que resulta difícil apirmar si la infidelidad era frecuente entre los aztecas.
0:03:54 El rigor extremo de la represión parece indicar que al menos la sociedad se daba cuenta de que la infidelidad entrañaba un peligro grave.
0:04:04 Y aquí, digamos de una vez, que el adulterio entre los ciclantes suponía la muerte para los dos que lo cometean.
0:04:15 Se los mataba aplastándoles la cabeza apedradas.
0:04:22 De una forma bastante incompetente de dar muerte.
0:04:27 Pero eso sí, a la mujer por delica de esa, primero se la ha estrangulado.
0:04:34 De donde el aplastamiento de su cabeza venía a ser redundante.
0:04:40 Hay que decir que ni siquiera los más altos dignitarios se escapaban de ese castillo.
0:04:45 Digo, en caso de adulterio.
0:04:47 Pero la ley exigía que el adulterio estuviera bien probado.
0:04:52 No bastaba el testimonio del marido.
0:04:55 Sí, no es que viene a mi chéz y se, por favor, le dice aplastenle la cabeza a mi mujer y a su amante que es el mozo Humberto.
0:05:05 No, no, se necesitaba que otros testigos viniesen a confirmar sus afirmaciones.
0:05:13 Y el ejemplo más terrible y más célebre del México antiguo lo ha dado la familia real de Texcoco.
0:05:19 Sabemos que el imperio Azteca estaba enfrentado a algunos reinos vecinos.
0:05:27 Y que dominaba a algunos pueblos con los cuales, de luego, se obtenía un vínculo bastante difícil.
0:05:34 Un vínculo de dominador a dominado.
0:05:37 En tiempos de Moctezuma II con sede entre Noctis plan, el imperio, digo, Moctezuma era emperador.
0:05:46 Se produjo un conflicto con los Aztecas de Texcoco, que era una ciudad vecina, que estaba gobernada por el rey Nezahualpili,
0:05:56 Nezahualpili rey de Texcoco.
0:05:59 Nezahualpili, como rey provincial de un imperio central, había logrado tener como esposa nada menos que a la hermana de Moctezuma,
0:06:10 a la hermana del Capomáxin.
0:06:14 Entonces ella, que vivía en Noctis plan, pasó a vivir en la corte de Nezahualpili, ahí en Texcoco.
0:06:22 Parece, acá entre nosotros, ahora podemos decirlo, ahora que han pasado los siglos, ahora que estamos aquí en la plata,
0:06:30 bien lejos de Texcoco y aún de Noctis plan, imagina porque estamos entre gente amiga en ella.
0:06:38 Bueno, parece, digo, que la hermana de Moctezuma marcaba a 1.35 la mesa.
0:06:45 Era una princesa extremadamente liberal que concedía sus favores carnales, no es que regalaba chorizo.
0:06:59 A muchísima gente, sobre todo a los mejores jugadores de pelota,
0:07:04 se sabe que en aquella comunidad había atletas aficionados al pláctil al juego de pelota.
0:07:13 Y dice la crónica, la crónica de la noche.
0:07:18 Esta princesa, aunque era casi una niña, se comportaba de una forma tan astuta y diabólica,
0:07:24 que viendo que su gente le temía y le respetaba, comenzó a dar muestras de flaquezas en lo que se refiere a la fidelidad.
0:07:33 Como se ve, el cronista escribía bastante mal.
0:07:36 Parece que aquella muchacha, la hermana de Moctezuma, llegó a dar la orden de que cualquier hombre acomodado a su gusto la homenajeara.
0:07:49 También podríamos decir que cualquier hombre homenajeado a su gusto la acomodara.
0:07:56 Ahora bien, si el re querido rechazaba la propuesta de la princesa,
0:08:07 me gusta que le decía, no, que se yo,
0:08:10 un servidor, uno de los dos mil servidores que tenía que dar princesa, lo mataba.
0:08:15 Venía un esbirro de la princesa, decía, buenas tardes, yo vi un esbirro de la princesa,
0:08:21 la princesa dice, anda con ganas de dar, rienda suelta su lucuria con usted.
0:08:26 Oye, si lamentablemente no puedo, no me gusta.
0:08:29 Ya, te cortaba la cabeza.
0:08:31 O sea, no le podías decir que no, aquella princesa como a tantas y a tantos.
0:08:38 Pero aquella invitación incluía otro peligro.
0:08:43 Parece que habiendo satisfecho su deseo, la hermana de Montesuma,
0:08:47 hacía matar al que la había beneficiado.
0:08:52 Y dicen que arregló enseguido, mandaba modelar un muñeco,
0:08:57 una estatua de la figura del tipo, del manseo, el que había estado con ella, del finado.
0:09:03 Es decir, primero te mandaba a buscar, después te acomodaba,
0:09:08 después te mataba y después hacía un muñeco con tu figura, con tus rajos.
0:09:13 Y parece que le ponía esos muñecos, esas estatuas, ricas vestimentas y cosas de oro.
0:09:22 Y a modo de trofeo lo ubicaba en la pieza, donde ella polisaba.
0:09:28 Y cuentan que fueron tantas los muñecos, las estatuas, de los tipos que mató,
0:09:35 que la habitación estaba ya completa.
0:09:39 De completa, si fueran en mi pieza, ya condó.
0:09:43 La unidad de dormir afuera.
0:09:45 No entra más nada.
0:09:51 Cuando el rey les ha agualpili, la iba a visitar, porque cada tanto el rey también quería notarse.
0:09:59 Le preguntaba, ¿qué dice? ¿Y estas estatuas? ¿Y estos simpáticos muñecos?
0:10:06 Y ella le respondía que eran sus dioses.
0:10:08 ¡Sus mi dioses! decía.
0:10:10 Y en esa gualpili, que no era en teología muy ducho, decreció.
0:10:15 Porque supuso que los dioses de Tenochtitlán, de donde ella procedía,
0:10:20 diferían un poco de los dioses de Texcoco.
0:10:24 Pero un incidente vino a descubrir el secreto de la princesa.
0:10:31 Parece que cometió la imprudencia de hacer un regalo a uno de sus preferidos que todavía estaba vivo.
0:10:38 Y que consistía en una joya que su esposo le había regalado.
0:10:43 A la costa de un muñequito de peluche.
0:10:46 ¿Te acuerdas?
0:10:49 Y Netsha Gualpili quedó sorprendido al ver aquella joya entre los ornamentos
0:10:55 de un niato cualquiera, que era justamente el amante de su mujer.
0:10:59 Comenzó a sospechar Netsha Gualpili. Ya era hora.
0:11:05 Una noche se presentó de improviso en los aposentos de su esposa.
0:11:15 Pero los vivientes trataron de evitar el ingreso del reinaldo.
0:11:22 Y le dijeron, la señora está descansando,
0:11:26 pero dominado por el recelo Netsha Gualpili, entró en la cámara.
0:11:35 Y entró en realidad con deseos de despertar.
0:11:40 No importa si está durmiendo, yo la despertaré.
0:11:44 El rey encontró entre las mantas nada más que una estatua.
0:11:50 La estatua de uno de los tantos dioses de la princesa.
0:11:54 Ella en verdad en aquel momento no estaba en la habitación.
0:12:00 Pero sí se estaba celebrando en otro sitio
0:12:04 una parra con tres guerreros de alto linaje por falta de uno.
0:12:12 Netsha Gualpili empezó a buscar, a buscar,
0:12:15 y en una de ellas sintió ruido de pelotas.
0:12:20 Y abrió la puerta.
0:12:22 Acá hay alguien dijo.
0:12:24 Y la encontró en las circunstancias que nosotros hemos anticipado.
0:12:30 Los tres tipos y la mena, los cuatro, fueron condenados a muerte
0:12:38 y ejecutados junto con un gran número de cómplices del adulterio.
0:12:43 Porque imagínense, tenía 2.000 servidores para que...
0:12:47 Todos eran cómplices.
0:12:49 Todas esto en presencia de una enorme multitud.
0:12:52 Y estos sucesos contribuyeron a que sucediera algo terrible
0:12:56 en la dinastía de Texcoco y la familia imperial de Tenochtitlán.
0:13:00 Montesuma, el hermano de aquella chica,
0:13:03 cuyo nombre todavía no aparece en esta historia,
0:13:07 lanzó protestas y amenazas contra Netsha Gualpili.
0:13:12 Y Netsha Gualpili no respondió.
0:13:14 En el año 1514, Montesuma indignado atacó a los Texcocanos.
0:13:21 Parece que ese es el gentilicio.
0:13:24 El horrible gentilicio de los habitantes que designan los habitantes de Texcoco.
0:13:29 El caso que Montesuma destruyó el ejército de Texcoco
0:13:34 y tomó la ciudad de Texcoco.
0:13:37 Desde hacía mucho y por esos tiempos, aquella región era muy poderosa,
0:13:41 recibía atributos de 20 pueblos distintos
0:13:44 y construía templos más ostentosos todavía que los de Tenochtitlán.
0:13:50 Quizá ese poder paralelo fue lo que en verdad movilizó a Montesuma,
0:13:54 a quien a lo mejor su hermana no le importaba un pepino.
0:13:59 De todos modos, de la ruptura de la alianza por la muerte de su hermana, nadie duda.
0:14:05 Cuando Netsha Gualpili murió, el sucesor fue nombrado entre los descendientes de Montesuma,
0:14:11 sin tener en cuenta la voluntad del consejo de anciano de Texcoco,
0:14:17 que pasó a depender absolutamente del imperio de Montesuma.
0:14:22 La moraleja podría ser que la conducta de la propia hermana
0:14:25 puede ser un pretexto para la invasión de una región apetecible.
0:14:32 Pero en realidad no es la conducta de nuestra hermana.
0:14:36 Disculpe, fue un fallido interesante.
0:14:39 Una mezcla de hermana y madre.
0:14:42 No, no exactamente.
0:14:47 Esto quisiste avisar.
0:14:56 En realidad no es por la conducta de tu hermana,
0:15:00 es por la ejecución de tu hermana que ha invadido Texcoco.
0:15:05 Rolón, si a todas las hermanas que cometen infidelidad las ejecutaran,
0:15:10 la institución fraternal hubiera venecido hace ya muchísimos siglos,
0:15:16 no quedarían ya hermanas para contar el cuento.
0:15:19 Sin embargo, esto sucede todavía.
0:15:22 Usted podrá ver cuántas veces en algunos conflictos
0:15:27 se acuerdan de la hermana del invasor.
0:15:31 Y la mencionan acá.
0:15:34 ¿Le gustó esta historia?
0:15:37 La hermana de Moctezuma no llegó hasta nosotros,
0:15:40 quizá por incompetencia de cronista,
0:15:42 o tal vez porque nunca se supo el nombre, no creo que nunca se haya sabido el nombre
0:15:47 de la hermana de Moctezuma.
0:15:49 Pero no figura en la crónica que hemos consultado,
0:15:53 probablemente por descuido.
0:15:56 Además quedaba más lindo la hermana, la hermana, la hermana de Moctezuma,
0:16:01 tínie todo, ya se sabe que una hermana es siempre un objeto de deseo
0:16:05 mucho más fuerte que una mujer que se llama Samalte Peck.
0:16:13 Aparte, encontraba un lugar dentro de la historia mucho más importante
0:16:18 como hermana de, digamos, tal logo de Moctezuma,
0:16:21 la verdad, una trascendencia que es más importante que el nombre de mi hermana.
0:16:26 Bueno, ¿quién quiere dedicar esto?
0:16:28 Bueno, no me venga con la hermana de Moctezuma.
0:16:30 No, no, no, a mí no me gusta porque después...
0:16:33 A todas las hermanas, a todas las hermanas que escuchan este programa,
0:16:37 pero también hay cantables, muchísimas gentes hermanas de alguien.
0:16:40 Sí, son mi especialidad.
0:16:42 Las hermanas de otro.
0:16:43 Me gustan las hermanas.
0:16:45 Cuando me entero que una dama es hermana de alguien, me gusta mucho más.
0:16:49 Se llama muchísimo más.
0:16:51 Y usted no le arrebancia porque como hermana no tiene, como hermana no tengo,
0:16:55 déjame seguir con lo dedicado.
0:17:01 Bueno, yo voy a dedicar esto...
0:17:03 A ver, si me equivoco usted me ayuda, pero no era a los mensajeros de Moctezuma.
0:17:08 Moctezuma no tenía unos mensajeros en los que había enviado al infierno a ver qué tal era.
0:17:12 Sí, tenía unos empleados, claro, la religión de los aztecas que se aspira, ¿no?
0:17:21 Muy carreras.
0:17:22 Tenía unos líos para la otra vida,
0:17:27 que por otra parte no era gran cosa la otra vez.
0:17:30 Entonces, Moctezuma había mandado a unos tipos a recorrer el camino de los muertos.
0:17:36 Y los tipos volvieron.
0:17:39 Volvieron, le dijeron un montón de cosas.
0:17:41 Sí, ¿y cómo hicieron?
0:17:43 Algunos historiadores han sospechado, que después de preguntarse muchas veces,
0:17:49 esto que usted se pregunta, si no es que habrán ido hasta por ahí,
0:17:53 no me hayan habido en vuelta, y habrán inventado todo.
0:17:57 Como está tu cuento.
0:17:59 La respuesta, el mejor criterio dice así, para mí que no fueron.
0:18:03 Pero bueno, seguramente compartimos aquel dictamen que es preferible ser esclavo acá que un rey allá, ¿no?
0:18:11 Sí, eso le dije.
0:18:12 Bueno, voy a dedicar también esto al Nazareno Alejandro, ya que personas apegradas,
0:18:19 hemos hablado hoy, aquel que estuvo, el que esté libre de pecados, Carlos, que era la primer piedra,
0:18:25 y que fue una parte de nuestra cortina, casi.
0:18:28 Y te permítame dedicar a los muchachos que sirvieron de voluntarios modelos para estos muñecos.
0:18:33 Pobres, y que terminaron como muñecos adornando la pieza de esta muchacha.
0:18:43 Y justamente vamos a escuchar una canción que se llama así, muñecos.
0:18:52 No solo por aquellas estatuas que adornaban la pieza de la hermana de Montesuma,
0:18:58 sino porque de algún modo, para aludir a una persona que ha tenido sucesivamente muchos amantes,
0:19:08 se dice que ha volteado mucho muñeco.
0:19:17 Esta canción, esta bellísima canción que se llama muñecos, queremos oírla esta noche en la voz de una cantante de la plata,
0:19:27 que se llama Ruth Atagile, y que muchas veces ha cantado con nosotros,
0:19:31 y algunos de sus cursos familiares, amigos o muñecos.
0:19:36 Es probable que se encuentre esta noche aquí.
0:19:46 Muñecos canta Ruth Atagile.
0:20:01 Pero este mi niñez, el hada del guerrero, la dama, el traidor, mis amigos de ayer.
0:20:11 Mi niñez, porque canta y sabe en paisan y hace la vez de amor,
0:20:18 y a veces el corazón debe estar retando a llorar.
0:20:26 El tiempo pasa, la niñez se les pone, los muñecos van perdiendo el color,
0:20:39 pobre calvita que no tiene más, sigue encantando.
0:20:56 La vida nos mueve como en un vino, te atrove la inusión, los tinos del alma los tira al combate,
0:21:07 en destino jugar, reímos, cantamos, lloramos de amor, trate la felicidad.
0:21:17 Los hombres muñecos son quienes hacen la falda realidad.
0:21:25 El tiempo pasa, la niñez se les pone, los muñecos van perdiendo el color,
0:21:39 pobre calvita que no tiene más, sigue encantando.
0:21:55 En la venganza será terrible hemos escuchado a Ruth Atagile interpretando muñecos.

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