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15 de Julio de 2008

Isabel de Henao y Felipe Augusto de Francia

Transcripción automática

0:00:00 Señores, hablaremos hoy de una historia protagonizada por la reina Isabel de Henao, la mujer de
0:00:11 Felipe Augusto de Francia. Ya contamos la historia de Felipe Augusto de Francia con otra mujer,
0:00:20 que fue la segunda, creo. Llamaba Indeburg de Dinamarca y Felipe no pudo amar debidamente
0:00:28 aquella mujer y entonces para disfrazar su desgracia la repudió y la encerró en un convento. Hoy
0:00:37 contaremos lo que sucedió con su primera esposa, Isabel de Henao. Así que ubiquemos en el lejano
0:00:42 1184, hace mucho, de este rey Felipe Augusto. Por esos tiempos, Felipe, que era hijo de Luis
0:00:52 VII, tenía 19 años, gobernaba desde hacía cuatro. Lo habían casado con Isabel de Henao,
0:00:59 una doncelia no muy agraciada, hija de un noble rico, pero el matrimonio no parecía
0:01:06 aflecionar del todo bien. Poco tiempo después de la unión, Felipe Augusto quiso repudiar a su esposa.
0:01:15 Una asamblea de religiosos había sido convocada y debía discutirse sobre el repudio de la soberana.
0:01:23 Dicen que una de las razones era que el rey luchaba contra la coalición de grandes señores,
0:01:29 entre los que se encontraban precisamente los padres y los tíos de Isabel,
0:01:33 que se disputaban algunos territorios. Entonces Felipe acusaba a la reina de tomar el partido
0:01:40 de su familia en contra de su propio esposo. Parece que en verdad no eran esos los motivos
0:01:46 reales, sino que a Felipe no le gustaba nada a su esposa. Y para justificar el divorcio,
0:01:52 inventaba cualquier cosa. Incluso había algunos esclasiásticos que hablaban de un parentisco
0:02:00 entre los esposos. Otros insinuaban que la reina tenía un amante y por disposición secreta del rey
0:02:08 se hacía pasear a algunos funcionarios por los corredores con autorización de tratar de seducir
0:02:15 a la reina. De este modo se pretendía que Isabel cajera en la tentación de recibirlos en su aposento
0:02:23 y fuera descubrierta en un encuentro amoroso. Pero esta estrategia no funcionó. Isabel en verdad
0:02:31 estaba desesperada porque no quería perder el favor en la corte. Y además lo quería,
0:02:36 al rey, estaba enamorada de aquel degenerado. Para no ser expulsada trató de conmover a Felipe
0:02:45 Augusto e hizo algo que nunca nadie imaginó. Una mañana de mayo de 1184, los habitantes de
0:02:54 Saint-Lis asistieron a un extraño espectáculo. En la estrecha calle principal una multitud de
0:03:09 mendigos lisiados por dioceros desposaídos seguía a una joven vestida con una larga camisa.
0:03:21 La joven iba con los pies descalcios y con una vela en la mano. El cortejo
0:03:28 apanzaba lentamente. De vez en cuando se oía un lamento agudo y el resto de las frases se
0:03:38 disolvían en el zumbido, en el zumbido de una oración común. Los habitantes de la ciudad salían
0:03:47 en las ventanas a ver qué sucedía y algunos se agregaban a la procesión. Al principio
0:03:56 los guardias pensaron en hacer circular a la gente y disolver a aquel grupo. Pero el cortejo
0:04:01 llegó hasta los mismos aposentos del rey. Se abrió la puerta y apareció Felipe Augusto y se
0:04:11 engrastía un impresionante traje de escarlata. Cuando se encontró con toda esa gente los miró. La masa
0:04:18 de seguidores le dijo, Señor, la empiedad de la reina, gracias para la reina, no repudíais a la
0:04:27 reina. Felipe Augusto miró, pensó un rato, quiso volver a entrar al palacio pero la gente empezó
0:04:34 a gritar más fuerte, que eso yo. Felipe creció entonces que repudiar a la reina podía ser una
0:04:44 equivocación política y entonces avanzó hacia la reina que no era otra que la muchacha que venía
0:04:52 en camisa y con una vela en la mano. La tomó de la mano, de la mano que le sobraba y le dijo bien
0:05:01 fuerte para que todos oyeran, nunca os iréis. La multitud empezó a aplaudir con alegría.
0:05:10 Los soberanos entraron al castillo y el pueblo había devuelto a Francia una reina. Ahora bien,
0:05:19 al cabo de un tiempo el rey otra vez, pues volvió a mostrarse frío con Isabel, las uñones que tuvieron
0:05:26 fueron pocas, no muy eficaces, aunque sí suficientes para que en el año 1187 Isabel diera a luz a un
0:05:36 niño que más tarde sería Luis Octavo. Después en el año 1190 quedó nuevamente embarazada,
0:05:44 pero en ese parto murió, tenía solamente 20 años. Un último dato y el que más me gusta de
0:05:52 todos y creo que para contar esto he contado la historia de este matrimonio. Felipe Augusto se
0:06:02 fue a las cruzadas, ya muerta su mujer. Cuando se murió la tibia se fue a las cruzadas y se llamaba
0:06:09 movida las cruzadas. Vamosamente cuando volvió, volvió canoso, mitad de los disgustos que le habían
0:06:17 dado especialmente los musulmanas en las cruzadas. En el camino a tierra santa cuando iba se encontró
0:06:25 con unos caballeros que volvían de regreso a Francia y eran justamente caballeros de Saintly,
0:06:30 de Saintly, no sé qué será esto, está escrito muy raro, que venían viajando desde Oriente así
0:06:37 allá un buen tiempo. El rey le preguntó bajo qué orden religiosa marchaban. Los caballeros
0:06:45 respondieron que eran hombres de Isabel de Enao y que a pedido de ella habían salido años atrás a
0:06:53 peregrinar a los lugares santos para conseguir la gracia divina de que la reina no fuera repudiada.
0:07:01 Entonces los soldados de Felipe le comunicaron que la reina se había muerto y todos siguieron su
0:07:07 camino, uno a Francia, otro saloriente. Un encuentro raro, en un sentido se cumplió el pedido ya que
0:07:18 la reina no fue repudiada, en otro no fue muy efectivo y casi hubiera sido mejor que la repudiaran
0:07:24 puesto que murió. Así que, ¿cuál sería el sentimiento de aquellos caballeros que volvían
0:07:33 durante el camino que les quedaba? Depende de la idea que trajeran desde su casa. Si traían la idea
0:07:40 de que las cruzadas de poco servían habrán dicho, ha visto, hemos ido de gusto. Y si traían la idea
0:07:48 de que sí servían las cruzadas habrán dicho, efectivamente, si erieron las cruzadas pues no
0:07:56 la repudió. Vale la pena pues ir a tierra santa para conseguir gracias. A veces hay que saber bien
0:08:03 lo que uno pide. Digo esto recordando a aquellos gigantes de Wilber que obtuvieron subimmortalidad
0:08:11 pero no la juventud eterna. Se olvidaron de pedirlo. Podrían haber pedido estos muchachos de Isabel
0:08:22 que no se muriera en lugar de que no la repudiaran. Pero bueno, dijo alguien, pensábamos que aquel
0:08:30 a quien pedíamos tenía buena voluntad. Está muy bien esto. Después el rey Felipe Augusto tuvo
0:08:40 otros líos con esposas y conflictos con el papa. Apuntó a alguien. Pritivamente fue
0:08:51 escomulgada toda Francia. Los comulgaron a él pero hubo un lío en Francia. Escomulguen al rey.
0:08:58 Significa también que los sacramentos no funcionan en todo el rey. Un lío barba.
0:09:06 Hemos sido a la discoteca. Hemos contado esta historia, la pobre historia de Isabel de Nau.
0:09:12 Y el discotecario se puso a llorar. Sí, pero no creo que tenga algún disco de eso. No,
0:09:19 se puso a llorar mismo por él. Pues dice que él también tenía una mujer muy fea
0:09:26 y que no le gustaba nada y no sabía cómo hacer para repudiarla.
0:09:31 Y qué hizo para repudiarla arriba abajo.
0:09:37 Y entonces en vista del carácter religioso del asunto y teniendo en cuenta estos tipos que
0:09:43 habían ido hasta tierra santa para suplicar la gracia de que el rey no repudiara a la reina,
0:09:49 nos dio suplicando la cruz, una canción que cantará en este mismo momento el mundo rivero.
0:10:31 En la pila bendita de sus ojos la señal de la coru con su lagrimacis se marchaba muy lejos
0:10:52 el amor de mi vida me quedé sin sus besos me quedé sin sus besos o al paloma perdida
0:11:07 volveré me decía llorar
0:11:12 su juré sus consejos y
0:11:24 y a una cruz solitaria en el campo le pedimos rezando que nos quedara hasta el fin
0:11:47 que de tan solo
0:11:51 como quedan los niños en invierno
0:11:57 como que del rosar
0:12:01 cuando no tiene rosa con la paz del silencio
0:12:07 el condición de la soja
0:12:11 adñorando su ausencia
0:12:14 adñorando su ausencia
0:12:17 y abrazamos su cosa
0:12:24 volveré
0:12:27 volveré
0:12:33 volveré

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