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12 de Noviembre de 2007

Isabel de Rusia

Transcripción automática

0:00:00 Señores, ya que hablamos de orgías, vamos a hablar de una emperatriz de Rusia que tenía muchos enamorados, así que ubiquémonos ahí en Rusia.
0:00:09 Se trata de Isabel de Rusia, Isabel Petrovna, la hija menor de Pedro el Grande y de Catalina.
0:00:15 Nació cerca de Moscú en el año 1709. No fue una sucesión prolija a la que la condujo al trono.
0:00:24 Llegó a ejercer el poder después de organizar una revolución palasiega que depuso, si me permite la expresión, a la regente Ana Ivanovna,
0:00:34 que esperaba que su hijo Iván VI llegara a la edad conveniente para gobernar.
0:00:39 De todos modos, no nos interesa demasiado en esta ocasión la multiplicidad de conjeturas, y conjeturas no de conjuras sería mejor,
0:00:48 y de intrigas que la llevaron al poder. Hablaremos de asuntos amorosos.
0:00:54 El primer amor que han detectado los biógrafos con relación a Isabel es uno que le vamos a decir después de contar cómo era Isabel.
0:01:06 Isabel era atractiva, alta, de contextura robusta, y se ducía a muchos porque usaba vestidos muy ceñidos para cabalgar o para los bailes de disfraces o para los depiles, bueno, para todo.
0:01:22 No tenía ninguna vergüenza, no tenía para mostrar sus encantos que se concentraban violentamente en el busto.
0:01:32 Dicen que tenía ojos pardos. Se hablaba con mucho énfasis de su dentadura blanca, teniendo en cuenta que los dientes en aquel entonces se solían pudrir con la mayor frecuencia.
0:01:47 Cuentan que Isabel era muy vanigosa, pasaba muchas horas seleccionando vestidos y peinados. Parece que cuando fue emperatriz solía hacer esperar a los diplomáticos y los macanudos, y a veces se los hacía marchar porque Isabel no había descubierto un vestido adecuado para la situación.
0:02:11 Entonces, señor, lamentablemente la emperatriz no lo va a atender porque no encontró un vestido adecuado. En una ocasión, Isabel decidió teñirse el pelo de negro. Tenía un cabello castaño y dice, más, me lo voy a teñir de negro.
0:02:26 Pero la tintura le salió fulera y en lugar de cambiar el color se recalló todo el pelo y anduvo con el marote pelado pero con un sombrero, hasta que el pelo le creció de nuevo.
0:02:41 Y como no quería sufrir esa lamentable situación sola, ordenó que todas las damas de la corte se pelaran al mate para disimular todas, todas peladas. Ella también, pero todas peladas.
0:02:56 Isabel desplegó su erotismo ya desde los 15 años. Esto era durante el gobierno de su madre, Catalina Primera. Dice el cronista, sí, por el cronista.
0:03:08 Así ha desvergosa la mente cosas que provocaban el sonrojo de las personas menos modestas y luego iba a rezar con fervor ante una figura de la virgen.
0:03:19 Isabel era muy alegre por no decir otra cosa, pero también muy peadosa. Así que primero, hacía cualquier cosa y pues iba a rezar a la Iglesia.
0:03:28 En 1726, Isabel conoció al sergento Ivan Shubin.
0:03:38 Nosotros hemos oído hablar de Shubin en la marcha escolar que se llama Mi Banderas.
0:03:47 Se acuerda, con valor, el chépe.
0:03:58 El amigo Shubin era del regimiento de guardias Semionovsky, que no aparece ninguna marcia patriarctica.
0:04:20 Este Shubin se hizo amante de Isabel. Al comienzo la relación fue venturosa. La mamá Catalina era muy permisiva con la hija y los enamorados se encontraban libremente en cualquier lugar.
0:04:35 Pero en 1727, Catalina murió y las cosas se complicaron.
0:04:41 Ya sucedieron los gobiernos. Primero vino Pedro II, 1730.
0:04:46 Tras la muerte de Sal, llegó al trono Ana Ivanovna y cuentan que el sergento Shubin se hijactaba demasiado de su suerte y de sus amores con Isabel.
0:04:59 Ayer salieron las historias de Isabel. Algunos sugieren que contaban en taberna de mala muerte sus paseos cortesarnos.
0:05:14 Incluso las características amatorias de su novia, lo cual ya es imperdonable.
0:05:20 Ana Ivanovna, es decir, la emperatriz, no toleraba esos dichos indiscretos.
0:05:26 Y más en un hombre como Shubin que provenía del campo.
0:05:31 Porque Ana despreciaba a las personas que venían del campo como Shubin.
0:05:35 Además, no era conveniente que una duquesa, y qué curioso es lo que dice aquí, no?
0:05:42 Que una duquesa rompiera los vínculos cortesanos.
0:05:45 Qué cosa, tal luego, hablando de Shubin romper vínculos.
0:05:50 Que una duquesa rompiera los vínculos cortesanos, se ve que habían escuchado la canción.
0:05:56 Y se prometiera con cualquier hombre, Shubin era un plebecio.
0:06:01 Entonces Ana ordenó que arrestaran, que arrestaran a Iván Shubin y lo enviaran a Siberia para separarlo de Isabel.
0:06:10 Y esto lo hizo la regente Ana.
0:06:12 Dijo, bueno, terminemos con el noviajo de esta chica, y enviémos a su novio Iván Shubin a Siberia.
0:06:20 Así que los amantes fueron separados.
0:06:22 Y no volvieron a verse por muchísimos años.
0:06:26 Algunos afirman que por el mismo decreto se ordenó cortar la lengua del sargento Shubin.
0:06:34 Pero parece que esto no fue así, y ya veremos por qué.
0:06:37 Avancemos ahora 20 años, por favor.
0:06:45 En 1741, Isabel depuso a Ana Ivanofna y se convirtió ella misma en el peratriz.
0:06:52 Ella, la chica que había sido separada de su amante, el sargento Shubin, fue en peratriz.
0:06:58 Y su primer medio de gobierno fue esta.
0:07:03 Envió un mensajero a Siberia y le prometió al mensajero una recompensa especial si encontraba a Iván Shubin su primer amor.
0:07:13 El problema del mensajero fue que la emperatriz Ana, antes de hacer encadenar a Shubin y enviarlo a Siberia,
0:07:20 había ordenado que se le cambiara el nombre para que nadie pudiera encontrarlo jamás en ningún registro.
0:07:27 Entonces el enviado allá andaba recorriendo las prisiones y lugares de exilio Siberiano,
0:07:34 entrevistándose con aquellos hombres atormentados que eran tratados verdaderamente como esclavos.
0:07:41 Y pasaron meses de infructuosa búsqueda y ya el funcionario que había entrevistado a todos los desgraciados de Siberia
0:07:51 estaba a punto de regresar a San Péter Durgo para informar de su fracaso.
0:07:56 Pero se produjo el milagro.
0:07:59 Cuando se alejaba del último calaboso, del último campo a inspeccionar,
0:08:05 se quejó amargamente ante el oficial que custodiaba el sitio, dijo.
0:08:10 ¿Qué barbaridad, amigo?
0:08:12 Hace tres meses que estoy buscando acá a Iván Shubin
0:08:15 y no sé qué castigo puedo esperar de la emperatriz porque no se lo puedo llevar a este hombre.
0:08:22 En ese preciso momento se escuchó un alarido, provenía de una cilda.
0:08:31 Y el alarido decía, yo soy el sargento Shubin.
0:08:37 No parece un alarido, ¿no?
0:08:40 Sería.
0:08:41 ¡Yo sé que no soy!
0:08:43 ¡Aí me gusta más!
0:08:45 Le creo más.
0:08:46 Desde el fondo de la última ceda de la cárcel.
0:08:49 Y si yo soy el sargento Shubin.
0:08:51 Y con la lengua intacta incluso, así que era mentira que le habían cortado la lengua.
0:08:55 Por eso digo, una persona a la que le cortan la lengua no puede decir,
0:08:59 yo soy el sargento Shubin.
0:09:02 Bueno, tenía el cuerpo y el alma destrozados, aunque tenía la lengua intacta.
0:09:07 20 años en Siberia, 20 años de esclavo, habían hecho mesa en aquella organización psicofísica.
0:09:18 El caso es que este hombre, el primer amor de Isabel, fue trasladado a la capital, a San Péterburgo.
0:09:23 El reencuentro fue conmovedor, pero en sentido negativo.
0:09:27 Isabel desbordaba de ansiedad por ver aquel muchacho, pero cuando lo vio, no lo llevó a la cama, porque no le gustó.
0:09:36 El desdichado conservaba pocos vestigios de su buen aspecto.
0:09:40 Y además, por su parte Shubin tampoco se interesó mucho por Isabel, porque, dice la crónica,
0:09:46 que Isabel, de elegantemente robusta como era, había pasado a ser excesivamente gorda.
0:09:54 Parece que bebía y comía como un chancho.
0:09:59 Muy bien, con los deseos desvencijados, solo quedaron asuntos protocolares y fríos.
0:10:05 Isabel ascendió a Shubin al Rango de Mayor y lo condecoró con la Orde de San Alejandro Nebski
0:10:12 por los servicios prestados y los sufrimientos soportados.
0:10:15 La emperatriz también le otorgó a su viejo amor, extensas propiedades a las cuales el hombre se retiró
0:10:22 con su nuevo Rango de Mayor Hrengo.
0:10:25 Así vivió el resto de sus años en el más pacífico de los Anonimactos.
0:10:30 Y así se terminó esta historia, mire, como terminó mal, como suelen terminar las historias de reencuentros
0:10:37 que tardan demasiado, porque hay un tiempo para reencontrarse.
0:10:41 Cuando se pase el umbral de ese tiempo, ya uno empieza a reencontrarse o a encontrarse con otra persona.
0:10:48 Ya hay que regresar, Shubin no es el mismo, Isabel, la que espera tampoco,
0:10:54 y sucede la situación clásica del tango paciencia.
0:10:58 Es una historia muy triste esta.
0:11:01 ¿Pero quién quiere dedicarse?
0:11:04 Y se le ha dado dedicar a estos dos ex enamorados, Alejandro, porque siempre sufrir un desengaño es algo difícil.
0:11:11 Y también, obviamente que no vamos a estar de acuerdo con lo que le pasó a este hombre,
0:11:17 pero no está bien hactarse, menos públicamente, en los boliches de este avistado con tal mujer
0:11:23 y de cómo está lo cual mujer a la hora de la intimidad,
0:11:26 entonces a los que no se hactan, que simplemente se dedican a amar a las mujeres.
0:11:31 Pero pobre Shubin, a mí me dio lástima.
0:11:35 Se quedó malo.
0:11:36 A los autores también de la marcha mi bandera, en donde se homenajea,
0:11:42 ya no bajo el rango de sergente ni siquiera de mayor, si no dice, ¿no?
0:11:47 Era general.
0:11:48 No, no, no, no, no dice.
0:11:50 Yo lo suaveisido, Shubin.
0:11:52 Sí, y algunas de sus actividades.
0:11:55 Señores, hemos ido a la discoteca y tenían un disco que es el tango esclavo,
0:12:01 ¡uy, qué lindo!
0:12:02 que hace alusión a esta vida de la que dio cuenta Dostoyevsky,
0:12:10 cuando contaba que allá en Siberia a los prisioneros les hacían hacer un ojo y luego se lo hacían tapar.
0:12:19 Así que las actividades eran dos en Siberia, hacer hoyos y taparlos.
0:12:25 Y así durante años, años y años.
0:12:28 A veces se trataba del mismo ojo.
0:12:31 Hay que hacer tantos años el mismo ojo.
0:12:35 Hice lo con Dostoyevsky en su famoso libro,
0:12:39 pero suspendidos, ofendidos, humillados, lesionados y enfundados.
0:12:50 Vamos a escuchar el tango esclavo en una versión que tiene un buen cuarteto de cuerdas,
0:12:56 que tiene un buen pianista y director, que Federico Mirojez y un cantante cualquiera que soy yo.
0:13:02 Así que escucharemos este tango, este bello tango, que se llama esclavo y es de Joaquín Mora.
0:13:07 ¡Valeante!
0:13:37 Y apaga mi voz, al mejor que en el suelo desojada está.
0:13:46 Mi cualidad esperanza, solo me queda mi pieza y oranza borracha de astío, lo mismo que yo.
0:14:00 Mil veces he tratado de olvidar mi boca de traer en mi pobre vida,
0:14:10 quisiera demostrar que no es verdad que en vez de corazón tengo una herida.
0:14:21 Ay, más allá no tengo fuerza para ahogar el lúgur fantasma de mi pena
0:14:32 y vivo esclavo así de mi condena sin poder el me libertad.
0:14:52 Por eso cuando pienso que mi vida es un compadre de desencantos
0:15:01 donde las aguas revueltas del santo no fueron surcadas por barco jamás.
0:15:12 Mi aperecimiento es la nostalgia de otro cielo azul, lejan un placer entero
0:15:21 y un sol brisante de amor tempranero de cual irá un frallo y peso de luz.
0:15:31 Mil veces he tratado de olvidar mi boca de traer en mi pobre vida,
0:15:53 Ay, más allá no tengo fuerza para ahogar el lúgur fantasma de mi pena
0:16:04 y vivo esclavo así de mi condena sin poder el me libertad.
0:16:24 En la venganza será terrible hemos escuchado esclavo de Joaquín Mora
0:16:32 en la versión de Alejandro Dolina.

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