Transcripción automática
0:00:00 Hoy hablaremos de Isabel de Rusia, de quien hemos hablado creo la semana pasada, y de
0:00:06 otros sus amantes, el emperador de la noche. La semana pasada hablamos de Isabel y su
0:00:14 primer amor, Ivan Shubin, aquel que había sido enviado a Siberia, porque los familiares
0:00:21 de Isabel no toleraban la jactancia de Shubin acerca del modo en que amaba a Isabel, que
0:00:28 no era todavía emperatriz, era d'unqueza. Parece que el tipo iba a los boliches y medio
0:00:35 acostado contra el mostrador contaba qué cosas hacía con el peratriz.
0:00:40 A vos en cuenta, es muchísimo la nobleza rusa. Es proverbial la molestia de la nobleza rusa
0:00:48 ante las personas que acordadas en el mostrador de un boliche cuentan las intimidades que
0:00:51 han tenido con los humedambros.
0:00:55 Hoy no hablaremos de ese señor ni de ningún otro, que no sea el tembeo.
0:01:05 Hemos dicho en otro día también que Isabel era atractiva, alta y que seducía a muchos
0:01:12 porque usaba, recuentemente, vestidos muy senidos. Digimos también que no tenían
0:01:18 ninguna vergüenza en demostrar sus encantos, que se concentraban del modo más empático
0:01:24 en el gusto. Mientras desfilaban todos los amantes, Isabel, que todavía no era emperatriz
0:01:32 y si d'unqueza, tuvo una curiosa historia de amor con un nombre al que se conoció como
0:01:38 el emperador de la noche. Esta es la historia que contaremos hoy.
0:01:43 Un oficial del Ejército Imperial, el coronel Bishnersky, regresaba a Rusia luego de una
0:01:51 misión destinada a comprar vino en Hungría. ¿Se medirá un agregado militar para comprar
0:01:59 vino en Hungría? Bueno, mándelo a Bishnersky a comprar vino hasta acá hasta Hungría y
0:02:06 lo mandaron. Cuando volvía, pasó por Ucrania, su ruta atravesada a Ucrania. A comienzo de
0:02:15 1731 hizo un breve alto en el pueblo de Shemery en la provincia de Chernigov. La parada coincidió
0:02:27 con un feriado y el devoto coronel Bishnersky entró en la Iglesia local. Preguntó si
0:02:33 no estaba en la Iglesia, ahí está, muy bien. Durante el servicio notó a un joven coreuta
0:02:41 que puso a vos y tus aspectos salían de lo común. Así que después del servicio, el
0:02:47 oficial, el Bishnersky, que le había ido a comprar vino, habló con los sacerdotes. Y
0:02:53 estos le dijeron que ese muchacho de 22 años pertenecía a una familia cossaca muy pobre
0:02:58 de apellido rastum. El muchacho se llamaba Alexis. Su madre, Natalia Rasmica, algunos
0:03:10 de ustedes recordarán inmediatamente crimen y castigo el amigo de Rascónicos. Natalia
0:03:18 Rasmica tenía y dirigía una taberna en realidad lugar ruinoso poblado por borrachos y jugadores.
0:03:27 Bueno, está muy bien. Lo que corresponde es que esté poblado por borrachos y jugadores
0:03:34 y no por filósofos y físicos nupiares. Era una taberna nueva en el Instituto Nacional
0:03:41 de Energía Atómica. Bueno, esta señora, la mamá de Alexis, llamaba Natalia y residenciaba,
0:03:49 como se ha dicho, la Comisión Nacional de Energía Atómica. No, digo una taberna.
0:03:58 Dice que cuando Alexis Rastum era niño, el clero de Cemedi lo había elegido por su
0:04:03 voz y lo había llevado a cantar a la Iglesia y a vivir de los sacerdotes. El coronel Viznetski
0:04:13 anunció a modo de orden que joven Rastum irían con él, irían con él a San Péter
0:04:18 Burlo, para hacerlo cantar allí. Los clérigos se estaban dispuestos a dejarlo ir, pero la
0:04:24 madre se opuso. Entonces Viznetski peló ahí unos cuantos rublos y dijo, tome señora,
0:04:29 me voy a llevar a su hijo, me lo llevo para la corte. Muy bien. Llegan a San Péter Burlo,
0:04:34 el coronel entregó a Alexis a las autoridades adecuadas, probaron su voz, lo vestieron
0:04:41 apropiadamente y lo encajaron en el coro de la capilla imperial. Un día, la luquesa
0:04:48 Isabel Petrófner fue a escuchar el coro imperial de San Péter Burlo. Vio y oyó Alexis, que
0:04:55 cantaba ahí que se lo que liturgia, y dicen que el inmediato quedó cautivada por la voz
0:05:01 y por el espléndido físico de él. De aquel buscadio que parece que era alto, es cultural,
0:05:08 tenía ojos negros y la piel aceitunada. No sé lo que será tener la piel aceitunada.
0:05:18 Sí, como de aceitunas brillosas.
0:05:20 Sí, y el, o verdosa o negra, o negroza, depende la clase de aceitunas que hayan informado
0:05:30 esta rigoría. El caso es que la luquesa Albert lo tomó rápidamente una decisión, ordenó
0:05:38 al Corea, comparecer ante ella en una audiencia privada. La reunión suce yo. Isabel, al hallarse
0:05:48 sola con el Corea, pidió que cantara para ella. Alexis Rastum consiguió avanzar a
0:05:56 algunos compases, pero Isabel lo interrumpió y le pidió que se casara y la tomara amorosamente
0:06:04 por no decir otra cosa. Y se volvieron a manches, se hicieron a manches. La luquesa
0:06:11 solicitó y obtuvo el traslado de Alexis más cerca de ella, más cerca, quiero decir,
0:06:21 la otra habitación.
0:06:22 No sé, no quiero decirlo con esto. Los llamaban oficialmente el cancor personal de su majestad.
0:06:31 ¿Qué tal? Cuando quería escucharlo, les llamaba a Alexis la Copa de los Llevedos, que
0:06:43 Alexis, mozo, momento, Alexis, nunca progresaba mucho. Lo detenía y decía, basta, Alexis,
0:06:55 viejo jardín, y dos horas más. Alexis, el trovero, el trovero, para que Alexis accediera
0:07:08 a una renta mejor, fue nombrado primero administrador de una de las propiedades de Isabel y luego
0:07:15 de todas. Fue el indiscutido dueño de la cama de Isabel cuando ella llegó a emperatriz,
0:07:23 además de sus campos, mansiones. El aprecio de Alexis, Razum, no le parecía suficientemente
0:07:32 digno a Isabel, y entonces emitió un decreto y lo convirtió en Razumorsky, que se consideraba
0:07:40 más novedad.
0:07:41 Está muy bien eso de tener un amante que esté en situación de cambiarle a uno el aprecio,
0:07:48 el nombre. Claro, nuestras democracias impiden ese abuso de poder, salvo que uno se pone
0:07:58 de novio con algunos de los registros civiles. Claro.
0:08:02 No se pone de novio con una mina del registro civil.
0:08:06 ¿Quién te acuerdas? Yo me llamo Alejandro, pero me gustaría llamarme Hugo Alberto.
0:08:13 ¿Cual es verdad? Yo siempre sañé con la mina.
0:08:16 Hugo Alberto.
0:08:17 Hugo Alberto Quinter. A mí me hubiera gustado llamarme así, porque lo sabía.
0:08:24 Hugo Alberto Quinter.
0:08:26 Y Alexis tampoco.
0:08:27 Sí, y la mina me dijo, una mina del octubre, que era del registro civil. Me dijo, me amé,
0:08:33 me parece que lo que andás buscando no es mi amor, sino el poder que tengo de cambiar
0:08:40 tu nombre. Y yo le dije, entonces, cuando un amante lo es de verdad, lo primero que
0:08:50 haces es cambiarle a uno el nombre.
0:08:52 Sí, es razón.
0:08:54 Uno cambia de nombre cuando está enamorado y cuando está impresionado, pero la mina
0:09:01 no me creció naturalmente. Yo tampoco me hubiera creído. Y accedió solamente a llamarme Hugo.
0:09:10 ¿Y por qué no Hugo Alberto ya que se lo cambiaron?
0:09:16 ¿Por qué no Hugo Alberto ya que se lo que iba a cambiar de nombre?
0:09:18 No, no, no, y con uno solo de a poco.
0:09:23 Después pasó el tiempo y vino una elección. Ese fue un gran desengaño, ¿eh? Y me miré
0:09:27 en el padrón y no me había cambiado el número.
0:09:30 Estaba igual que la mentira.
0:09:31 Entonces fui el mismo día de la elección, me acuerdo, porque era un domingo.
0:09:36 Uy, porque le volví a la puerta y le digo, ya sé todo, me engañaste.
0:09:40 Le dije, pero me dice Hugo.
0:09:43 Hugo no, Alejandro.
0:09:46 Sigo siendo el mismo de siempre y cerré, cerré.
0:09:49 Y iba a dar un portazo, pero no, no cerré.
0:09:52 Esto es cerrado ahí en la puerta.
0:09:54 Estoy contando otra cosa.
0:09:56 La, eh, emperatriz Isabel cambió el nombre de su hombre.
0:10:01 En su primer día, ya no más como emperatriz de todas las rúcias, Isabel mostró a su amante
0:10:08 sin problemas.
0:10:09 Quiero decir, a los demás.
0:10:11 Yo creí que seguía las frases.
0:10:14 En su primer día como emperatriz de todas las rúcias, Isabel mostró a su amante tal cosa.
0:10:23 Creí que iba a decir eso.
0:10:25 Y sin embargo no.
0:10:26 Mostró a su amante sin problemas.
0:10:29 Mostró a los demás al que era su amante sin que esto le causara problema al mundo.
0:10:37 Lo elevó al amante al rango de Sambelán.
0:10:42 Y todos se burlaban de ellos, antiguos compañeros, al grito de Sambelán, Sambelán, ese feche.
0:10:52 Después lo hizo Teniente General, aunque jamás había visto una batalla como tanto Teniente General.
0:10:59 Y le otorgó el título de Conde como yapa.
0:11:03 La metamorfosis de Alexis era incluso para él un caíble.
0:11:08 Era el Conde Razumovsky, se pasaba por San Peterburgo como tal.
0:11:13 Es decir, como San Peterburgo.
0:11:22 Poco antes era cantor en una iglesia ruinosa y el hijo de una vieja, el dueño de Aquíso Taberna, infesta.
0:11:40 Los avances jerárquicos de Alexis parecían no tener fin.
0:11:44 La emperatriz lo lombró, mariscal de campo, y se casó con él en secreto.
0:11:49 Pero sí, sí, la rúbrica de aquel casamiento quedó bien guardada por Razumovsky y por el patriarca oficilante.
0:11:56 A esa altura, un cingarante de la Unión Legal, los cortesanos llamaban a Alexis el emperador de la noche.
0:12:04 Las propiedades del esposo secreto de la emperatriz igualaban en tamaño a toda la región de Vaviera.
0:12:11 Pero eso es una manera de comparar.
0:12:14 Isabel, siempre enamorada de Alexis, le sugirió que trajera la familia a la corte, a la vieja, que es la dueña de la Taberna.
0:12:23 Y bueno, la trajeron a la vez.
0:12:28 Es una escena cinematográfica de pure cine, en realidad.
0:12:34 Es una tentación para todo mal cineasta.
0:12:39 La dueña de una Taberna que deviene en madre de un comde.
0:12:44 Pero bueno, lo llevaron ahí con sus abrigos de Marta Sibelina y esas cosas que usaban los nobles rusos.
0:12:54 El emperador de la noche empezó, sin embargo, a aflojar su moral.
0:13:01 Por empezar, le gustaba el escolazo.
0:13:05 Cien cosas raras, un tipo que tenía todo, que necesidad de andar jugando.
0:13:12 Porque la verdad es que para encontrar gusto en el juego hay que necesitar.
0:13:18 Hay que necesitar la ganancia.
0:13:22 Es decir, el varón Rossell podría venir a casa a jugar a la lotería pero se aburridía.
0:13:32 Y lo llevamos por un peso de las cinco en las.
0:13:37 Y claro, puede gustarle la lotería pero el premio es poco.
0:13:42 No hay quien juegue como el varón Rossell y nada de lo que juegue pone en riesgo su fortuna.
0:13:48 Pero a este igual le gustaba.
0:13:50 El amigo Razum, Razumov que ahora le gustaba el escolazo.
0:13:58 Era un tipo generoso, nevolente con los amigos, pero cuando se emborra ya, o sea, casi siempre,
0:14:05 era cruel y a veces para divertirse, mandaba azotar a sus mejores amigos.
0:14:11 Aprovechando el poder que tenía, me decía, bueno, total yo soy aquí el emperador de la noche,
0:14:17 soy el con de Razumov que azote melona este.
0:14:21 Y le hacía dar cuatro o cinco ratigazos a cada uno.
0:14:26 Incluso Isabel, conociendo aquella costumbre, le regaló una especie de bastón a una manija de Onix
0:14:32 para que mejor pudiera darle a los amigos.
0:14:41 A veces era obligatorio que todos los nobles de la corte los saludaran en el día de su cumpleaños
0:14:47 en una especie de peregrinación.
0:14:49 Y él lo recibía en bata de baño, una costumbre muy famosa.
0:14:54 Pero, pero, Isabel de Rusia murió en 1762.
0:14:58 Nunca había hecho público su carramiento secreto con Alexis.
0:15:02 Tampoco había tenido hijos con él.
0:15:04 El sucesor fue Pedro III, aquél que tuvo por esposa a Catalina, a Catalina la Grande.
0:15:10 Ya durante el reinado de Catalina la Grande, Alexis Razumov si continuó cada vez con menos dinero,
0:15:19 cada vez con menos grisos, jugando a los náipes con sus amigos.
0:15:25 Ya incluso sus aposentos en la corte se parecían más a la taberna de donde lo habían sacado.
0:15:32 Y muchos años después, habiéndose perdido mucho dinero al monte,
0:15:40 estaba sentado en sus hizones, en la Biblia, y entró el Kansaser.
0:15:46 Y se le dijo, mire, Razumov, si he venido al nombre de su majestad.
0:15:51 Dice, acá se dice que usted se casó en secreto con Isabel Petrovna.
0:15:57 Si así fuere, su majestad lo reconocerá oficialmente como príncipe consorte,
0:16:02 viudo de la difunta emperatriz.
0:16:04 Y le será concedido el título de altesa imperial y la atención ducal que eso implica.
0:16:11 Pero, dice, me va a tener que mostrar el...
0:16:13 Sí, las papeletas no te pueden.
0:16:15 Razumov, que tenía la papela.
0:16:17 Pero cerró la Biblia, abrió una estuche, sacó las papeletas,
0:16:22 lo mostró en el documento de casamiento secreto entre él y la emperatriz.
0:16:26 Le pudo tomar el nuevo y lo tiró a las llamas de la siménina.
0:16:29 Y dijo, haga el favor de decir a su majestad que no existe tal certificado.
0:16:34 He disfrutado de la renta que un amor presente y verdadero prodiga.
0:16:39 Los coletazos fóctumos de un amor no me interesa.
0:16:44 Y se fue sin un marmo.
0:16:46 Otra escena sin un marco de clásica, le digo.
0:16:48 Sí, sí, cabinario.
0:16:51 Murió 10 años después muy pobre porque había perdido al monte todo lo que la emperatriz le había dado.
0:17:01 Lo que se llama un buen perdedor.
0:17:03 Alexis, así me lo daba.
0:17:08 Y después de la historia de Razumovsky, yo me equido con esto que dicen acerca del amor presente y verdadero.
0:17:17 El amor es presente o no es.
0:17:20 Y es de luego verdadero o no es.
0:17:22 Esto de andar cobrando rentas por amor que ya se han ido.
0:17:27 No, ninguna clase de renta.
0:17:30 Ni pensiones.
0:17:33 Y yo diría, no sé si decirlo.
0:17:38 No sé cómo decirlo.
0:17:40 Elija usted.
0:17:41 Podría decir, ni siquiera es lícita la renta de los recuerdos.
0:17:46 O podría decir, la única renta lícita es la renta de los recuerdos.
0:17:54 O podría no decir nada.
0:17:59 Elijo esta última.
0:18:01 Me quedo con nada.
0:18:03 Me quedo con nada.
0:18:05 Después de todo, esta metáfora, renta, yo no recuerdo, es bastante pede.
0:18:15 Además de Alexis, el cantor.
0:18:19 Yo me lo puse en una príeza con esto del anúa Alexis.
0:18:22 Porque hay algunos de sus gestos que realmente no lo hacen merecedor de una dedicatoria,
0:18:27 como se van a dar apaleando a amigos.
0:18:29 Sí, es que hay que ver como eran amigos.
0:18:32 Por ahí algo le habían hecho rolón en otra oportunidad.
0:18:36 No hacía poner mala.
0:18:38 Por ahí cuando él cantaba lo corraban.
0:18:40 ¿Por qué le costré a la madre?
0:18:41 A la hija, a la talona.
0:18:42 Me dijo que ellos lo decían chambelán.
0:18:44 ¡Lán!
0:18:52 O por ahí cantaba él y...
0:18:54 Me hizo más que era buena.
0:18:56 No sé si yo decidió.
0:18:58 Pero tampoco he decidido con Isabel, Alejandro,
0:19:00 que parece ser que salía más en serio.
0:19:03 Pero no sé si me agrada esto, de llenar de tantos honores y regalos.
0:19:08 No hay que recordar que nadie vaya a ser, que viene acá marcando la noche.
0:19:11 Estamos acá tranquilos, las ceras y tarroces vienen.
0:19:14 No le dedico más.
0:19:15 ¿Está la júmono y a la misma?
0:19:17 Ah, vaya a ser.
0:19:18 Al coronel Viznés, si me diga.
0:19:21 Puedo comprar vidro.
0:19:22 Lo mandaron a comprar unos licorillos.
0:19:23 Ahí a Rivera y Soca.
0:19:24 Y vino con un cantante.
0:19:25 Y vino con un cantante húngaro.
0:19:28 Bueno, hemos ido a la discoteca de redes del espectador
0:19:32 a pedir discos de amantes de Isabel Petrovna
0:19:36 que hubieran perdido todas sus rentas al monte.
0:19:39 ¿Y cómo les fue?
0:19:41 No, no, no encontraron ninguno.
0:19:44 Cuando dijeron que discos de monte no teníamos, pero nosotros sí.
0:19:47 ¿Qué tenemos?
0:19:48 Porque tenemos el rey otango de Homero Mansí y Francisco Prakánico,
0:19:53 que se llama Monte Creoso.
0:19:55 El problema es que es el disco del bar del infierno
0:19:58 que hemos hecho nosotros.
0:20:00 Y entonces, si bien se le congue un tango bellísimo,
0:20:03 ni siquiera lo canta Alexis Razumikov,
0:20:06 sino que Razumov, sino que lo canta yo.
0:20:10 Así que escucharemos del bar del infierno
0:20:13 el bello tango,
0:20:15 Monte Creoso, que ha sido compuesto, evidentemente,
0:20:19 en homenaje a Alexis,
0:20:21 el amante de la emperatriz Isabel la Luz.
0:20:54 A los náites, la mano de Dios,
0:20:58 las franjas en boca de mi hija se cierran en fuego,
0:21:03 en cada irrucción.
0:21:07 Y así cuando mando mesitas,
0:21:10 la carta negada de tu corazón,
0:21:15 haga un fuego, Monte Creoso,
0:21:19 en el cuerpo que tu perdura,
0:21:22 alquice.
0:21:24 Haga un fuego,
0:21:26 remandece el cuerpo
0:21:28 y después de los tretoques con tu albido,
0:21:32 me sope.
0:21:35 Perdido, primero convide,
0:21:38 parando en carqueta de suerte y verdad.
0:21:43 Y luego, como tal, me disque
0:21:46 si en contra seguidas me dio tu maldad.
0:21:51 Las balas de fuego,
0:21:53 río, renco de celvato,
0:21:56 me quieren vendas.
0:21:59 Hoy juego mi trampa tranquilo,
0:22:03 quien creó que copa,
0:22:05 te apreció el pilar.
0:22:08 Haga un fuego,
0:22:10 Monte Creoso,
0:22:11 en el cuerpo que tu perdura,
0:22:14 alquice.
0:22:16 Haga un fuego,
0:22:18 remandece el cuerpo
0:22:20 y después de los tretoques con tu albido,
0:22:24 me sope.
0:22:38 Monte Creoso,
0:22:40 del disco Tango del Bar de Quinterno,
0:22:42 interpretado por Alejandro Dolina,
0:22:44 acompañado por Federico Miroz,
0:22:46 y en piano, y cuerdas.
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