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17 de Noviembre de 2008

El juicio a Jacques Coeur por la muerte de Agnes Sorel

Transcripción automática

0:00:00 Hablaremos de un señor llamado Jaime Kerr, tesorero real del estado francés.
0:00:09 Así que os vamos a ubicar en Francia el rey Carlos VII, estaba casado con María de Anjou,
0:00:17 y tenía en un hijo que luego sería Luis XI.
0:00:20 Ya contamos hace poquito tiempo aquí que Carlos Carlito VII, que era por otra parte el rey de Juana de Arco,
0:00:30 sí, era Carlos VII, el rey de Juana de Arco.
0:00:33 El rey aquel ante quien Juana de Arco protagonizó la siguiente anécdota,
0:00:38 parece que habían oído decir que Juana de Arco alardeaba de reconocer a las personas y de tener,
0:00:47 para saber qué clase de percepción.
0:00:49 Entonces a Carlos se le ocurrió lo siguiente,
0:00:53 Juana de Arco iba a ser traída a su presencia por primera vez, por primera vez.
0:00:59 Entonces él se disfrazó de Pitchi, el que era rey se disfrazó de Pitchi,
0:01:04 y se instaló en un lugar de porquería, en un lugar de ninguna preminencia en la corte,
0:01:14 vestido así medio a torrate.
0:01:17 Y en el lugar del rey puso a un Pitchi.
0:01:20 Ahí sentaba en el trono, bastona, y cayó Juana de Arco.
0:01:27 Y en vez de seguir la alfombra, agarró derecho para donde estaba el verdadero Carlos VII
0:01:35 y los saludos que su majestad que se dio.
0:01:38 Eso cuenta.
0:01:40 Entonces Carlos le hizo caso.
0:01:43 Bueno, este Carlos tenía un amante de quien hablamos hace poquito aquí.
0:01:48 Era dama de compañía de la reina de María Danyou.
0:01:52 La crónica ha dicho que era la mujer más hermosa de sus tiempos.
0:01:56 También se dijo que las arterias temporales del rey inquietaban a la corte
0:02:04 por su extraordinaria hinchazón cuando pensaba en ella.
0:02:09 Cuando el rey pensaba en Ansorel, se linchaba todo el sistema circulatorio
0:02:18 y la corte temía que el rey estallara con un escuerzo.
0:02:24 La reina María Danyou ignoraba los amores de su esposo.
0:02:28 Pero una noche, María Danyou vio que Ansorel paseaba por los corredores de palacio
0:02:37 con el busto descubierto y sospechó.
0:02:46 Dice, acá hay algo.
0:02:48 ¿Cuálquiera?
0:02:51 Ve para los corredores de una mera con el busto descubierto.
0:02:55 Dice, acá hay algo raro.
0:03:00 Y era cierto.
0:03:02 Después la reina se enteró y confirmó los sospechados.
0:03:07 Ansorel, sin embargo, murió muy joven a los 28 años y el rey quedó medio trastornado.
0:03:15 Succedieron, después de la muerte de esta favorita de Ansorel, algunos hechos.
0:03:23 Por ejemplo, parece que aquella muerte se produjo de un modo muy repentino.
0:03:28 Demasiado repentino.
0:03:30 Es tan repentino que la gente murmuraba que le habían envenenado.
0:03:35 Y tuvieron entonces la necesidad de encontrar un culpable.
0:03:40 Primero señalaron nada menos que al hijo del rey, a Luis, el del fin.
0:03:45 Algunos decían que siempre había detestado a esta chica porque temía su influencia sobre el rey.
0:03:54 Un cronista escribió que Carlos sabía del odio de su hijo Luis contra la favorita.
0:03:59 En muchas ocasiones el chico o el muchacho había protestado porque ella gozaba mucho más de los favoritos del rey que sus propias familias.
0:04:07 Pero el rey no escuchó las protestas.
0:04:10 El del fin entonces enojo.
0:04:12 Y todos pensaron que en aquel enojo bien pudo haberla envenenado.
0:04:17 Decían los maledicientes que anteriormente había intentado matarla en el del ten.
0:04:23 Y contaban que se había precipitado sobre ella cuchillo en mano y que ella se había escondido en la habitación del rey.
0:04:31 Pero eran murmuraciones.
0:04:34 Después de la muerte de Ansobel, algunos pidieron que se investigara a Luis, el del fin.
0:04:41 Pero el rey no lo hizo.
0:04:43 Lo que sí hizo fue buscar otro culpable para tranquilizar al pueblo de Francia.
0:04:49 Y utilizaron esta muerte para culpar a alguien que era un poco perturbador para el rey.
0:04:56 Un día la dama de la corte llamada Juanita de Bendom afirmó que Jaime Kerr, antiguo tesorero del rey, había envenenado a la chica Ansobel.
0:05:07 Empezó a hacer correr esa bolsa.
0:05:10 Y esta vez sí el rey ordenó la investigación.
0:05:13 Y se dice, ahora sí de investigar.
0:05:16 Una semana más tarde el señor Kerr fue detenido en su casa y presentado frente a un extraño tribunal formado por jueces muy poco recomendables.
0:05:27 Esa detención, que causó gran sorpresa en todo el reino, tranquilizó sin embargo algunos.
0:05:33 Porque ha deshaberse que el acusado Jaime Kerr era un acreedor del rey.
0:05:41 También había prestado fuerte sumas a varios otros altos personajes de la corte.
0:05:47 Y el rey, que había quedado con la finanza destrozada por culpa del escolazo, no tenía gana de pagarle. Estaba en la vía.
0:05:57 Y los otros que tampoco tenían gana de pagar su deuda.
0:06:01 Es decir, esta renuencia a pagar las deudas es histórica.
0:06:07 Y esto es un chiqui fenómeno. Si fuera esta y culpable, no es cierto. Le debemos guita.
0:06:13 Tranquilizamos a la gente que está buscando un culpable.
0:06:17 Y después nos tranquilizamos a nosotros que no tenemos con qué pagarle y nos quedamos liberados de la deuda.
0:06:26 Y lo investigaron. Lo investigaron.
0:06:30 Esta costumbre de hacer cosas como la que acabo de describir, a saber ejecutar a los acreedores por crímenes que no habían cometido,
0:06:40 prejudicó a muchos judíos por su tendencia a ser banqueros y ganarse deudores muy poderosos.
0:06:50 Estos deudores poderosos solían fomentar un antisemitismo que era muy conveniente para sus intereses.
0:06:58 Y luego se celebró el proceso. Empecé a la acusación contra Jaime Kert.
0:07:05 Pero las pruebas aportadas por la chica de esta juanita de Bendome, que era la primera que había abierto la boca, eran inconsistentes.
0:07:13 Pero ya que lo tenían ahí, los jueces decidieron acusar a Jaime de cualquier cosa.
0:07:18 Todos los que estaban interesados porque le debían algo, se presentaron a acusarlo.
0:07:26 Los arraales de faldos o testigos se precipitaron a la sala del consejo.
0:07:32 Y Jaime Kert se vio acusado de asuntos de lo más absurdo.
0:07:36 De haber vendido armas a los infieles, de haber exportado moneras francesas al levante y fabricado escudos demasiado ligeros con el oro real,
0:07:43 de haber usurpado dones que varias lugares del Languedoc habían reglado al soberano, de fraude, de enrolar por la fuerza a marinos para sus galeras.
0:07:52 Y hasta una dama lo acusó de haberle encajado una patada a un perro.
0:07:59 Los jueces al final lo condenaron por malversación de fondos.
0:08:04 Pero para no dar al pueblo la sensación de que era inocente el asunto de la favorita, de haber matado a Anso del,
0:08:10 declararon con perfidia que preferían condenarlo por fraudes para no impresionar al rey con un envenenamiento que daban por seguro.
0:08:21 Jaime, que había sido uno de los mejores servidores de la corona y que había sido amigo de Anso del, fue torturado y encarcelado.
0:08:31 Pero se salvó de la muerte.
0:08:34 Kert pudo sobornar a un guardia y huyó de la prisión.
0:08:39 Llegó a Roma y así encontró refugio y protección con el Papa.
0:08:46 Los historiadores aseguran que Jaime Kert no era culpable por una razón muy sencilla.
0:08:52 Anso del no murió envenenada.
0:08:55 Esto lo dictaminaron siglos después los médicos que estudiaron los síntomas que relatan las crónicas.
0:09:01 Parece que han murió de disentería de las parturientas.
0:09:06 Poco antes de morir, la favorita había dado a luz un hijo del rey.
0:09:12 De todos modos, aquella necesidad del pueblo que indignado por una muerte pedía encontrar culpable le dio resultados a Carlos VII y a sus cortesanos.
0:09:23 Las réunas que tenían con Jaime Kert nunca fueron pagadas.
0:09:29 Hay una moralega, evidentemente.
0:09:32 No hay que prestarle plata a los que tienen más que uno.
0:09:41 Y segunda, podría ser tratar de no pasearse con el busto al descubierto por el palacio.
0:09:53 Yo dedicaría esto a todos los que son mal juzgados.
0:10:00 Un juzgado simplemente por el ansia y referenable encontrar un culpable y una culpa.
0:10:07 O también por aquellos que son mal juzgados por el ansia de liberarse de deuda.
0:10:15 No hay nada de esto.
0:10:17 El discotecario, yo no. Si debe haber sido él.
0:10:21 Para mí fue él. Si usted no me lo saca de la cabeza, fue él, fue él y fue él.
0:10:25 ¿Por qué le pregunté, pensá que no? Porque sí, dijo.
0:10:29 El discotecario tampoco es un tipo muy...
0:10:32 No, vio como es.
0:10:34 Y al final me dio un disco, un tanguito que se llama En la Vía,
0:10:39 y siendo que es como estaba el rey Carlos VII por culpa del juego en el momento en que...
0:10:45 ¿La letra habla de eso?
0:10:47 La letra habla de eso y no habla de eso.
0:10:51 Alguna palabras como D entre K, B, C,
0:10:57 podrían aplicarse a este caso que acabamos de relatar.
0:11:01 Pero la mayoría no.
0:11:05 De todos modos vamos a escucharlo.
0:11:07 Se trata del tango En la Vía, interpretado por Don Edmundo Rivero.
0:11:12 Adelante, por favor.
0:11:14 A ver qué mosquitos trae mi ciudad.
0:11:32 Y me sientes a copa de caña otra vez,
0:11:36 que yo no me sumo con eso social.
0:11:40 Si esto mal le fueron cayorando de jubes,
0:11:43 yo tomo el ricino sin telas ni agravios.
0:11:47 Si al fin o al tributo no mato un placer,
0:11:51 pa' que andar con cuentas.
0:11:53 Si es agua el rosario, por tango el despecho por una mujer.
0:11:59 Y si llegas y añorarlas,
0:12:03 por que al final lo he querido,
0:12:07 puede arrumar que batido en un rincón del café.
0:12:14 Y he sacado un pañuelo por el semar con mis ojos.
0:12:21 Ni la primiera como un fuego de los ojos,
0:12:25 porque la villa que ve se fue mala suerte.
0:12:30 Pasee, si pancreo yo,
0:12:32 que tanto me rengues por una mujer.
0:12:36 Si aquel que se arruga pidiendo su porro,
0:12:40 no es hombre ni tiene vergüenza con él,
0:12:44 que adiós, jubicito, que adiós, alidiara.
0:12:48 El panco evalerio todo ha ganado.
0:12:51 Paciencia con padres no es culpa al estraras.
0:12:56 Me vuelta al convento, no pasa el calor.
0:13:00 Y si llegas y añorarlas,
0:13:05 por que al final lo he querido,
0:13:09 puede arrumar que batido en un rincón del café.
0:13:16 Y he sacado un pañuelo por el semar con mis ojos.
0:13:23 Ni la primiera como un fuego de los ojos,
0:13:27 porque la villa que ve.
0:13:36 Era Edmundo Rivero.
0:13:38 En la venganza será terrible en la vía.

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