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20 de Agosto de 2007

James Neiler

Transcripción automática

0:00:00 Hoy hablaremos sobre James Naylor, el cuáquero seductor.
0:00:06 El cuáquero seductor es un título impresionante, pero la historia también lo hacía a ver usted.
0:00:14 En la actualidad hay unos 7000 cuáqueros.
0:00:17 Lo digo porque sí, por curiosidad, por despertar la curiosidad de la gente,
0:00:23 porque esta es una historia del comienzo de los cuácaros.
0:00:27 Los cuáqueros, los tembladores.
0:00:30 La secta aquella que fue fundada por el inglés Joel Fax, a principios del siglo XVII,
0:00:37 y que tanto impresionó a Voltaire, y que se llaman así los tembladores,
0:00:43 porque en determinado momento de sus reuniones solían demostrar su carácter místico,
0:00:51 su fervor con temblores, empezaban a temblar así, todo eso.
0:00:57 ¿Qué cuánta fe que tiene este hombre?
0:01:01 Los cuáqueros tuvieron su momento de gloria, se alieron, emigraron de Inglaterra,
0:01:09 un poco expulsaditos, pero se dio alguna tierra en Estados Unidos.
0:01:18 Allí fue el señor Penn, y fundaron el lugar que se llama Penn Cilvania,
0:01:26 y fundaron la ciudad de Philadelphia, y anduvieron por ahí un rato largo.
0:01:33 Pero hoy vamos a hablar de un lío que tuvieron los cuáqueros en sus inicios.
0:01:39 Es un lío que casi conduce a la disolución de la secta.
0:01:45 Y todo por culpa de un señor llamado James Nyler.
0:01:50 Nyler nació en 1618 en Yorkshire, y dice el cronista que nada hacía pensar
0:01:57 que podía suceder algo extraordinario en su vida.
0:02:00 Bueno, en general, nadie piensa que va a suceder algo extraordinario hasta que sucediera.
0:02:07 En el año 1651, George Fox, el fundador de la secta,
0:02:11 pasó cerca de la casa de Nyler, y se encontró con él de pura casualidad.
0:02:16 Estarían la puerta al tiempo.
0:02:19 Y parece que Fox, el líder de los cuáqueros, lo empezó a melonear,
0:02:26 aprovechando que el tiempo estaba ahí al sol sin hacer nada de comer.
0:02:30 Ya que pasó por aquí, sepa que soy cuáquero,
0:02:33 porque, háganme el favor, arrepientase, y todas esas cosas.
0:02:38 Se viene el fin del mundo, no sé, los organismos,
0:02:45 que dirán los cuáqueros para allá.
0:02:47 ¿Por qué no se hace socio de los cuáqueros?
0:02:50 El caso es que Nyler decidió apoyarnos más a la nueva religión
0:02:54 y ponerse a su servicio.
0:02:56 Y, bueno, estaba ahí, la verdad que me convenció.
0:02:59 Y pronto se entregó a los temblores, y a una adoración desenfrenada,
0:03:04 tal como acostumbraban a ser los cuáqueros.
0:03:07 Pero, después de la visita de Fox, se produjo una visita todavía más contundente.
0:03:14 Nyler contó que estaba paseando por el campo,
0:03:18 cuando Dios mismo se dirigió a él en persona,
0:03:23 y le dijo, deja a tus amigos y tu casa, y anda.
0:03:30 Es una sintaxis bastante poco feliz por provenir de Dios, ¿no?
0:03:35 No diría mejor.
0:03:39 Curiosamente, eso es lo que le dijo Dios.
0:03:42 Tomátele a dejar a casa y a tus amigos, y nada más.
0:03:46 No hubo éxtasis, ni siquiera mucho entusiasmo por parte de Nyler.
0:03:51 Nyler estaba casado desde 1639, y tenía dos hijos,
0:03:56 y la idea de abandonarlos como le sugería a Dios le resultaba intolerable.
0:04:01 Y así, día tras día, posponía el viaje que Dios le había encomendado.
0:04:07 Dice, no, me voy mañana, qué sigo.
0:04:10 Y este rajo me parece único en esta clase de situaciones.
0:04:15 Es decir, que Nyler siguió su destino, el destino señalado por Dios,
0:04:20 pero arregañó a éste, no le gustaba.
0:04:23 El toque divino le había resultado muy molesto.
0:04:26 Está molesto que él mismo se volvió uranio, comía poco, no hablaba nada,
0:04:31 y estaba fastidiado por la orden que había recibido de Dios.
0:04:37 ¡Llegó mi dulpezamiento!
0:04:39 Me tiene que tocar a mí, dice.
0:04:41 ¿No es que se ven de gracia?
0:04:43 Me lo imaginé.
0:04:45 ¿Qué le voy a decir? No le voy a decir que no.
0:04:47 Digo el tiempo.
0:04:49 Vino a Dios, me dijo, andá y camina por el modo y digo qué le voy a decir.
0:04:52 Digo, por qué no lo agarró el de al lado, que no tiene nada que hacer.
0:04:56 De ahí el famoso Me cacha en diez.
0:04:58 Finalmente la indicación celeste se impuso,
0:05:03 y Nyler abandonó la granja y los hijos y empezó a caminar hacia el oeste,
0:05:09 sin un guita, sin una moneda en el bolsillo.
0:05:12 Ya nomás la primera noche, llamó una puerta,
0:05:16 y no tuvo mucha suerte, porque era la puerta del juez Feld,
0:05:21 y este juez, que tenía pocas pulgas, lo detuvo por vagabundo.
0:05:26 Lo mandó en cana.
0:05:28 Pero Nyler aprovechó y empezó a predicar su fe cuáquera en la misma prisión,
0:05:37 y entonces lo acusaron de blasfemos.
0:05:40 Después de múltiples felipesias judiciales,
0:05:45 fue liberado recién en 1654,
0:05:48 viajó a Londres, allí se convirtió, en un auténtico militante cuásquero,
0:05:55 junto a Fax.
0:05:57 En 1655 Len comendaron regresar a sus tierras
0:06:01 para establecer allí un centro de la sociedad de los amigos.
0:06:07 Bueno, volvió, volvió a la casa y ya volví.
0:06:11 Su eloquencia era admirable, pasó a ser un verdadero predicador profesional.
0:06:17 El número de fieles aumentó con rapidez.
0:06:21 Curiosamente, los cuáqueros de ese centro que había fundado,
0:06:25 el centro sociedad de los amigos, la mayoría eran mujeres.
0:06:32 Parece que Nyler era un hombre muy apuesto, tenía mucha pinta al hombre,
0:06:39 las dejaba extasiadas, las dejaba, entre otras cosas.
0:06:44 Y a partir de 1656 las reuniones que presidía
0:06:49 se veían constantemente interrumpidas por los gritos histéricos de sus partidarios.
0:06:54 Vamos a ilustrar para los oyentes con gritos histéricos de partidarias de Nyler.
0:07:01 De siguiente modo, yo voy a repetir el inciso anterior
0:07:04 y cuando llegue a partidarias las damas de este lugar dirán,
0:07:09 ay, ay, voy atrás.
0:07:11 Las reuniones que presidía se veían constantemente interrumpidas
0:07:15 por los gritos histéricos de sus partidarias.
0:07:21 No es muy histérico, es un grito histérico como la miraba.
0:07:26 El asunto es que aquel granjero se transformó en objeto de un culto personal
0:07:31 que en verdad ya no tenía mucho que ver con la religión de los cuáqueros.
0:07:36 Pero una de sus discípulas adquirió una importancia determinante,
0:07:41 se llamaba Marta Simon, y era una admiradora desenfrenada y una gran tembladora.
0:07:48 Cuando se ponía a temblar no le ganaba nadie.
0:07:52 En realidad un cuáquero que no sabe temblar no sirve para nada.
0:07:57 Bueno, este era muy cuáquera, temblaba maravillosamente.
0:08:03 Marta dirigía un comando de mujeres que se dedicaba a abuchear
0:08:09 en las reuniones de otras sectas,
0:08:12 incluso en las prédicas de los demás líderes cuáqueros.
0:08:16 Iban a chiflar a otros.
0:08:18 Trudinarios, ¿sí?
0:08:20 Y unas miran que cuando hablaba a otro cuáquero
0:08:23 u otro tipo de otra religión, y yo, ¡eh, juivira!
0:08:26 No le creo y así.
0:08:29 Nayler la retó por esto, les llamó la atención, pero no hubo caso.
0:08:33 Marta le dijo que todo eso lo hacía por él
0:08:37 y consiguió que Nayler la dejara continuar con sus abucheos.
0:08:43 Algunas malas lenguas decían que aquella mujer lo había embrujado.
0:08:48 Bueno, la mujer lo invitó a su casa, allí Nayler estuvo tres días.
0:08:53 Aparentemente experimentaron un intenso transsemístico.
0:08:58 Cronistas más ensatos dicen que se llamaron.
0:09:03 Que se llamaron con notable fervor.
0:09:07 Ahora no salgo tan diferente, ¿no?
0:09:10 Vamos a acercarse al transvivir.
0:09:13 Y una noche, después del fervor o del amor, Marta le dijo,
0:09:19 ¿por qué no fundas tu propia religión?
0:09:23 ¿Qué tiene que andar con religiones ajenas, típicos?
0:09:27 Le llenó la cabeza.
0:09:30 Le llenó el mar ojo, entonces dice.
0:09:32 Y Nayler le hizo el caso.
0:09:34 Claro, el Fox, el jefe de los cuáqueros, se indignó.
0:09:38 Y ahí se produjo la ruptura en el movimiento de los cuáqueros.
0:09:42 La actitud de Nayler no hizo sino reforzar el fervor de sus discípulos y discípulas.
0:09:49 Empezaron a llamarlo el Rey de Israel, o el hijo del Todo Poderoso.
0:09:55 Y fue arrastrado por una locura mesiánica que lo supeó por completo.
0:10:02 En realidad el tipo no sabía mucho qué hacer.
0:10:05 Le decía a sus discípulas que no estaba seguro de ser, ni tan siquiera un místico.
0:10:10 Pero las muchachas insistían y lo convirtieron en su Dios.
0:10:15 El 24 de octubre de 1655 Nayler aceptó montar un caballo blanco
0:10:22 guiado por dos mujeres que lo llevaban de las riendas
0:10:25 y oncaminando adelante de rodillas por el barro, delante del caballo,
0:10:29 y rodeado de damas histéricas y algunos aduladores en transe.
0:10:34 Y así entraron en la ciudad de Bristol.
0:10:37 Imagínense, los transejuntes miraban atónicos.
0:10:40 Nayler, con su habitual pasividad,
0:10:43 permitió que lo pasearan por Bristol durante horas.
0:10:47 Y luego vino la cana, lo paró la cana y los detuvieron a todo.
0:10:51 Fueron todos en Galera. James Nayler fue sometido a tormento.
0:10:56 Al ser interrogado por las autoridades,
0:11:01 gritó que sólo eran mesías pero sólo de aquella gente,
0:11:05 que con los de mano se metía, que no pretendía molestar al resto.
0:11:11 Pero como quiera que sea, Nayler fue expuesto en la picota,
0:11:15 recibió unos cuantos azotes, le atravesaron la lengua con un fierro caliente
0:11:20 y le marcaron la letra B, de Blas Femos, en la frente.
0:11:28 Se la marcaron. Muy bien.
0:11:31 Nayler, muy maltrecho, fue conducido a la entrada de Bristol
0:11:35 donde sus torturadores le obligaron a parodiar
0:11:38 su famoso paseo real a caballo.
0:11:42 Muchachas desesperadas, muy tristes, lo acompañaban en cada suplicio.
0:11:48 Nayler en realidad no quería otra cosa que abandonar aquel oficio de mesías.
0:11:54 Cada transe de sus enamoradas era un golpe terrible para él.
0:11:59 Bueno, estuvo cuatro años preso, cuatro años más.
0:12:03 Y cuando lo liberaron regresó junto a George Fox, arrepentido.
0:12:09 Y ahí sí, reanudó su culto cuáquero como un discípulo cualquiera.
0:12:14 Pero ya estaba perturbado.
0:12:17 Todos los días venía a decir que había recibido indicaciones divinas,
0:12:21 que lo instaban a proclamarse otra vez todo poderoso.
0:12:25 Che dice, estuvo diosa noche en casa.
0:12:28 Me dijo que me proclamara todo poderoso, que es yo.
0:12:32 Y ayer Nayler escapaba de esos encuentros divinos
0:12:36 que incluso le rogaba a Dios que lo dejara de molestar.
0:12:39 Yo decía, te voy a pedir por favor, no me moleste.
0:12:44 Pero no lo lograba.
0:12:46 En 1660, perjudicado por la cárcel y las torturas,
0:12:49 murió aquel hombre que fue Mesías sin quererlo.
0:12:53 Y esta es la historia, la estupenda historia de este cuacar, James Nayler.
0:12:59 ¿A quién quiere dedicarla, querido Rolón?
0:13:02 Voy a dedicar esta historia a Alejandro, a aquellas muchachas tristes
0:13:06 que lo seguían acompañando en sus momentos de tormento,
0:13:10 ya que este hombre fue puesto preso por su condición de vagabundo,
0:13:15 al más grande de todos ellos, a Jean Valjean, que sufrió algo parecido.
0:13:19 De aquel momento.
0:13:21 Y le voy a dedicar esto, amigo Nayler, a Alejandro,
0:13:24 porque otra cosa es el sufrimiento del psicótico
0:13:28 que es que sentir que Dios desde afuera limpone cosas que él no puede recibir.
0:13:33 Así que bueno...
0:13:34 ¿Cómo un psicótico?
0:13:35 Sí, esta es la historia.
0:13:37 Si ha sido así, es claramente un cuadro de esto.
0:13:40 Cuando el otro, el gran Dios, el divino, se presentifica de afuera
0:13:44 y hace de uno lo que quiere, más allá de lo que uno pueda desear.
0:13:47 A mí hay que me dedicarse lo a Volter,
0:13:49 que fue el que escribió casi todo sobre los cuáqueros.
0:13:54 Y nos admiró mucho, y en las cartas filosóficas,
0:13:57 cuántos artículos dedicados a los cuáqueros que son muy interesantes.
0:14:03 ¿Han tenido que ver a Alejandro, digo, de un punto de vista monetario,
0:14:07 con la producción del producto que yo hace el hombre o no?
0:14:10 Con el cuáquero.
0:14:13 Probablemente, probablemente.
0:14:15 Yo comía cuáquero en casa de mi tía, la viola Marfou,
0:14:19 que me daba cuáquero.
0:14:23 Yo no sé si me gustaba, pero me lo comía, me gustaba la caja.
0:14:29 ¿Se vestían así los cuáqueros?
0:14:31 Exactamente, cuáqueros a la usanza del siglo XVII,
0:14:35 me miraba muy simpático.
0:14:37 Era avena, ¿no?
0:14:39 No sé si volvería a comer cuáquero.
0:14:42 ¿Se vende todavía el cuáquero?
0:14:44 Bueno, volvería a comer entonces.
0:14:47 Bueno, unos buñelitos ricos.
0:14:52 Y yo he venido al discoteca a buscar canciones cuáqueras,
0:14:57 porque cuando llegamos nosotros aquí a Radio 10,
0:15:00 el proyecto que teníamos entre las manos, por decirlo así,
0:15:05 era un programa que se llamaba canciones cuáqueras.
0:15:10 Era un lindo proyecto.
0:15:12 Era un lindo proyecto, solamente como proyecto,
0:15:15 esas cosas que son lindas como proyecto.
0:15:19 Como casi todos, como toda la vida.
0:15:22 Pero hay canciones cuáqueras.
0:15:24 Si hay canciones cuáqueras.
0:15:26 Ese fue el problema que tuvimos.
0:15:28 No había ni una.
0:15:31 Había, creo que dos.
0:15:33 Duraba seis minutos, pero ahora todo el ciclo.
0:15:35 Todo el ciclo, seis minutos.
0:15:37 Bueno, y finalmente el tiempo...
0:15:41 No me dio ningún disco en la discoteca.
0:15:44 No, así que hemos tenido que recurrir a un disco nuestro,
0:15:47 que seguramente fue compuesto, podríamos preguntárselo al autor,
0:15:51 pensando en este amigo cuáquero y seductor.
0:15:56 El que hacía gritar a las mujeres.
0:16:00 Y el tango se llama el seductor.
0:16:03 Lo escucharemos en la versión de Sandro.
0:16:07 Que también hace gritar a sus mujeres cuando aparece.
0:16:09 Y también he visitado por la Divinidad del Míral.
0:16:13 Y que está cumpliendo años en estos días, además.
0:16:16 ¿Cómo hace por cumplir años en varios días?
0:16:19 Para estar cumpliendo años en muchos días.
0:16:22 Él es así.
0:16:23 No cumpliendo años en estos días.
0:16:26 Él se me es cumpliendo años de visitar.
0:16:29 Todo el día apagando velas.
0:16:32 Creo que el domingo es el día de cumplir años.
0:16:34 Creo.
0:16:39 No, pero entonces...
0:16:41 No es muy serio lo que pasa.
0:16:42 No es muy serio.
0:16:43 No sé si todas nosotras vamos el domingo a la casa de Sandro.
0:16:48 Al ser la guardia de tirar botella por arriba al tapial.
0:16:51 Esperar que salga a saludar el plazo.
0:16:54 Y resulta que no está porque no es el cumpleaños.
0:16:56 Y sale el mismo ensanglo y dice...
0:17:03 Ay, feliz cumpleaños, Sandro.
0:17:06 ¿Más qué cumpleaños?
0:17:08 Y se lo compró el 2 de mayo.
0:17:11 Ay, dice, no sabíamos.
0:17:13 No dijo Gilespi.
0:17:14 No dijo Gilespi.
0:17:15 Ah, le dice.
0:17:16 No, no, en estos días, en estos días.
0:17:18 Bueno, entonces para Sandro que hoy cumpleaños.
0:17:21 No, hoy no.
0:17:22 Justamente hoy.
0:17:23 Roberto, este paquete de pastillas.
0:17:28 ¿Se lo sacamos?
0:17:30 ¿La pastilla?
0:17:35 Mira, las pastillas que te di.
0:17:37 Si las tengo que dar acá al señor.
0:17:39 ¿Hasado?
0:17:40 No la devolvés.
0:17:41 Ya me comí dos.
0:17:42 Me comí dos.
0:17:43 Este paquete de pastillas empezado.
0:17:58 Es para vos.
0:18:00 Muchas gracias, negro.
0:18:02 Por favor, por favor, cantate algo.
0:18:27 Yo puedo, todo el suelo, se lo aseguro.
0:18:31 Que el menor de sus abrigos
0:18:34 Se haga de mí en los demás.
0:18:38 Estos trucos son mentales.
0:18:41 Son un caño.
0:18:44 Mentira, dicha esconciencia.
0:18:47 Insulidad.
0:18:50 Amar es inventar sectadía.
0:18:54 Pancedad es convertirla.
0:18:59 Ya lo verán.
0:19:02 Lobos del deseo.
0:19:05 Comente mi mano.
0:19:08 Y cumple con mi voluntad.
0:19:12 Y canciones pulgares.
0:19:16 Frases de cartón.
0:19:18 Collas para hacer ese budo.
0:19:26 Díganle que es bello.
0:19:29 Hacan regalos.
0:19:31 Por ejemplo, un velador.
0:19:37 Vistas de bien y frijas en diferencia.
0:19:43 Se lo dice el seductor.
0:19:57 Mas suele suceder que en ocasiones
0:20:01 Los consejos me le daron no parecen resultar.
0:20:07 Por suerte esto no ocurre con reconciliación.
0:20:12 En veces en la vida le aseguro que no más.
0:20:18 Son sombras con espectros.
0:20:21 Son fantasmas.
0:20:24 Algunos llaman verdadero amor.
0:20:30 Entonces caballero, solamente
0:20:35 Su camino se durmiendo.
0:20:39 Y perduró.
0:20:43 Lobos del deseo.
0:20:46 Morderán su alma.
0:20:48 Perderá su voluntad.
0:20:52 Y canciones sombras.
0:20:56 Alcegen menor.
0:20:58 Y el llanto haciéndolo.
0:21:02 Segunda voz.
0:21:06 Para conquistarla.
0:21:09 Vaja este infierno.
0:21:13 Y disponga a ser.
0:21:15 Amorí.
0:21:19 Usted y yo.
0:21:21 Avemos que la vida
0:21:25 va al menos.
0:21:29 Que amor.
0:21:36 En la venganza será terrible hemos escuchado a Sandro interpretar de Alejandro Dolina el seductor.

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